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4. El otro viejo mundo.

En la época prehispánica, lo que en la actualidad se conoce como el valle de México era una
zona donde convergían numerosos lagos. Algunos de ellos de agua dulce, pero otros no. De
los primeros se podía obtener agua para la agricultura y consumo humano, mientras que de
los segundos se podía obtener pesca, caza de aves acuáticas que migraban periódicamente
hacia el lago, sal, tequesquite, insectos y otros recursos. Rodeada de montañas y volcanes,
los bosques en sus laderas ofrecían territorios de caza de animales como el conejo, roedores
o el venado, así como la leña necesaria para ser utilizada como combustible o como material
para construcción. Por estas laderas también corrían numerosos ríos. El suelo fertilizado por
la actividad volcánica es especialmente apto para la agricultura. El clima es templado y casi
nunca es extremoso.1 Por otra parte, si nos referimos, de manera más amplia, al centro de
México, debemos decir que ya desde muchos siglos atrás se había consolidado un
intercambio de productos suntuarios que conectaba regiones tan alejadas entre sí como lo
pueden ser el actual sur de Estados Unidos y Centroamérica 2. Además, habían surgido
distintos centros de poder vinculados estrechamente con este intercambio. La guerra entre
los distintos grupos también jugó su papel; la región se convirtió en un lugar codiciable para
muchos grupos humanos que pudieron ver en esas condiciones amplias posibilidades para
sus fines; de subsistencia, de hegemonía, de comercio, etc. Pues no es que geografía o clima
determinen el curso de la historia, sino todo lo contrario. Es la acción humana la que vuelve
importante esas condiciones. Y así, esta zona se convirtió en punto de atracción para muchas
migraciones que quisieron aprovechar sus potencialidades. Hacia el siglo XII, comienzan a
ser cada vez más frecuentes las migraciones de grupos provenientes del norte hacia el valle
de México.

1 Cf con la descripción que hacen Pablo Escalante y Alejandro Alcantara del entorno ecológico de lo que
después sería la ciudad de México en “La ciudad de México desde su fundación hasta la conquista
española” incluido en el libro Historia política de la Ciudad de México. México, El Colegio de México,
2012, pp. 19-66. La descripción se encuentra en las páginas 21 y 22, es muy breve pero ilustrativa.
2 A modo de ilustración podemos hacer mención de la ciudad de Teotihuacan que hacia el 700 d. c. era el
nodo de una red de intercambio que conectaba desde Nuevo México hasta Kaminaljuyú, en el actual
Guatemala.

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Según se suele contar, uno de estos grupos partió de Aztlan, para buscar un nuevo
lugar donde asentarse. La migración fue larga y los lugares recorridos muchos3, pero al fin
tuvieron a bien llegar al altiplano y encontrarse con la cuenca de México y sus lagos. Tan
sólo se trataba de uno más de entre los grupos que provenientes del norte y occidente de
México llegarían a la zona. Cuando llegaron, tuvieron que someterse a las poblaciones
locales. Primero, se asentaron en Chapultepec, participaron en numerosas guerras, fueron
esclavizados y finalmente liberados haciendo méritos militares para sus captores4. Luego, se
establecieron en el islote de Tenochtitlán5 y ahí fue donde en el año 1 calli se dividieron
(hacia 1337 d.c). El grupo que se separó encontró un montículo de arena al norte de lo que
después sería la gran Tenochtitlán y ahí decidieron establecerse 6. Establecieron alianza con

3 Una de las narraciones sobre lugares por donde transitaron los mexicas en la Crónica Mexicana: “Y así,
llegaron al pueblo que es agora de Tula que, asegún otros dizen, allí abían estado y permaneescieron y
señorearon con los de Tula beinte y dos. Y de allí salieron y llegaron al pueblo que es agora de
Atlitlalaquian, que es atitalaquia, pueblo de otomíes. Y de allí binieron a Tequixquiac y allí labraron
camellones y llamáronle chinamitl, que yo permanesce este bocablo en Nueva España. Y de allí binieron y
llegaron en Atengo, y allí pusieron el tzompan, un término de cantidad, y así se le quedó el lugar, que
agora es pueblo de Cumpango. Y de allí binieron y llegaron a Cuachilco, y de allí a Xaltocan, caminando
ya poco a poco y de poca distancia. Y allí en Xaltocan hizieron camellones dentro del lago (chinamitl),
sembraron maíz y huauhtli, frisol, calabaca, chilchotl, xitomate. Y de allí en pos años caminaron y llegaron
en Eycoac (En la parte de las tres culebras), asimismo hizieron sus sementeras y sembraron. Y de a pos
años llegaron a Ecatepec, y de allí se abían divido en Acalhuacan. Y de allí se binieron a Tulpetlac. Y de
allí se binieron a Huixachtitlan. Y de allí binieron a Tecpayuca. Yallí hizo fin el año y comencó otro año,
que llamaron ome calli, año de dos cassas. Y de alli binieron a la parte que llaman Tetepanco. Y de allí se
binieron al lugar de Acolnahuac y de allí llegaron a Popotlan, término que es agora de Tacuba, aunque ay
en Popotlan muchos mexicanos. Y de allí no permanescieron , binéronse a las haldas del cerro de
Chapultepec, en el lugarejo que dicen Techcatepec o Techcatitlan, y así le pusieron nombre los mexicanos
a este cerro Chapultepec, y allí cumplió otro ali, ome tuchtli. Y allí les habló Huitzilopochtli (…)”
Hernando de Alvarado Tezozomoc. Crónica méxicana. Capítulo tercero. La edición utilizada es la de la
imprenta de Ireneo Paz de 1878, consultada en versión electrónica en
https://archive.org/stream/cronicamexicana00alvaiala#page/n7/mode/2up en octubre de 2016.
4 Barlow, Robert. “Tlatelolco en el periodo Tepaneca” En Jesús Monjarás-Ruiz, Elena Limón, María de la
Cruz Paillés (ed.) Obras completas de Robert Barlow. Vol. II. Tlatelolco fuentes e historia. México, INAH
&UDLA-Puebla, 1989. P. 1.
5 “Llegados los mexicanos a la mencionada isla [tenochtitlan], su primera acción fue levantar tanto el
adoratorio de Huitzilopochtli cuanto los jacales o chozas que ellos mismos habitarían. Uno y otros de
fábrica humilde y pobre por carecer el lugar de los materiales adecuados para la construcción. En efecto, la
isla no era, como se podría deducir del famoso mito sobre la fundación de México, un paraiso terrenal; su
superficie era bastante reducida, las aguas que la circundaban semisalobres y la vegetación imperante se
reducía a meros cañaverales, juncales y espadañas. Por lo que respecta al sustento, sólo podía ofrecer
raíces de diferentes hierbas, peces, ranas, ajolotes, camaroncillos, moscos, gusanos y todo género de
sabandijas propias de una región lacustre, además de pájaros y diversas aves acuáticas.” Castillo Farreras,
Victor. Estructura económica de la sociedad mexica según las fuentes documentales. México, Instituto de
investigaciones Históricas, UNAM, 1996: Serie cultura nahuatl, monografías, no. 13, p. 34. El autor
afirma que la causa de haber escogido dicho lugar radica en su situación estratégica, en los límites de los
dominios de Azcapotzalco, Culhuacan y Tezcoco, y al interior de un lago que se ofrecía como defensa
natural frente a posibles ataques de sus vecinos.
6 Ibíd. p. 2.

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los gobernantes locales y constituyeron un pequeño señorío que en cierta medida participaba
del poder de los tepanecas por poseer linajes emparentados con él, pero que también sufría
la opresión del mismo7. Este señorío sería el de Tlateloco (V. mapas en apéndice 1).

Pues bien, desde su llegada, este nuevo señorío tuvo conflictos con sus vecinos.
Según Robert Barlow, a uno de los gobernantes de Tlatelolco lo asesinaron por órdenes
directas de los de Azcapotzalco, y esto fue parte de una serie de asesinatos a gobernantes de
la época, que, independientemente de las motivaciones que los causaron, tenían como efecto
correlativo una exhibición de fuerza por parte de los tepanecas 8. Los de Azcapotzalco
mataron a Tlacateotl, gobernante Tlatelolca. Mataron también a Chimalpopoca, gobernante
de Tenochtitlan. Y también hubieran matado a Nezahualcoyotl, de Texcoco si no fuera
porque éste logró escapar por entre las milpas hacia donde tenía escondida una canoa; se
refugiaría en Huexotzingo9.

Este tipo de excesos por parte de los de Azcapotzalco parecen haber desencadenado
entonces una guerra. Los de Tlatelolco se aliaron con Tenochtitlán y con Texcoco para hacer
frente a los agravios: altos tributos, ofensas hacia sus mujeres y asesinato de sus nobles 10.
Esta fue la Guerra tepaneca y los derrotados fueron los de Azcapotzalco, lo que significó el
inició de la primacía de alianza formada por Tezcoco, Tlatelolco y Tenochtitlan en el centro
de México y más allá, pues a partir de este momento se realizan diversas campañas militares
hacia la zona del Balsas y la Mixteca, y hacia el oriente, hacia Puebla y Veracruz 11. Pero el
fortalecimiento y la cercanía de los señoríos de Tlatelolco y Tenochtitlan provocó tensiones
entre ellos. Esta es la época en que se realizan los tratados con respecto a los derechos de

7 El ensayo “Tlatelolco en el periodo Tepaneca” de Robert Barlow, al cual nos hemos estado refiriendo
muestra las relaciones entre la nobleza de Azcapotzalco y la legitimación del poder en Tlatelolco, así como
también muestra la servidumbre en que se encontraba. Con respecto a lo segundo, Barlow ejemplifica los
excesos tepanecas con el trato que podían dar a los gobernantes de Tlatelolco, Tenochtitlan o cualquiera
otro de sus pequeños grupos tributarios. Por ejemplo: “El último de esos primeros gobernantes tenochcas,
Chimalpopoca, fue maltratado en forma ignomiosa por los tepaneca: no sabemos a ciencia cierta si lo
estrangularon o lo enjaularon hasta que murió de hambre o bien le hicieron algún otro atropello parecido,
que los cronistas posteriores de los mexicanos evitaban tratar; pero que tampoco pudieron evitar por
completo.” Ibíd. p. 4.
8 Barlow, “Tlatelolco en el periodo tepaneca”. Op cit. p. 15.
9 Barlow Robert. “Cuauhtlahtoa: el apogeo de Tlatelolco” En Ibíd. p. 32.
10 Ibíd. p. 34.
11 Ibíd. p. 38 y ss.

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pesca en el lago y la división de los territorios de cada uno, división que se efectuó tomando
como referencia la sierra de Guadalupe12.

Esta fue una época de expansión Tlatelolca, lo que les permitió constituirse como
señorío independiente y acceder, junto con sus aliados, a multitud de recursos y productos
de otras regiones, que les enriquecieron en gran manera. La nueva posición lograda permitió
el progresivo desarrollo de una estructura administrativa y la progresiva consolidación de un
poder que les permitiera la injerencia necesaria sobre la circulación de las mercancías y
sobre las rutas comerciales, para hacerlas gravitar sobre sí; todo lo cual permitió el
desarrollo del tianquistli, lugar de compra y venta de mercancías, que llegaría a ser el más
importante de la región. Con respecto al modo en que fue creciendo el tianquistli tlatelolca,
fray Bernardino de Sahagún nos ofrece el siguiente relato:

cuando los mercaderes comenzaron en el Tlatelolco de México a tratar, era señor uno
que se llamaba Cuacuapitzaoac, y los principales tratantes eran dos: el uno se llamaba
Itzcoatzin, y el otro Tziuhtecatzin. La mercadería de éstos, por entonces, eran plumas de
papagayos, unas coloradas que se llaman cuezal, otras azules que se llaman cuitlatexotli
y otras coloradas como grana que se llaman chamulli. Estas tres cosas eran todo su trato.

Después que el señor arriba dicho murió eligieron otro señor que se llamó Tlacateotl, y
en el tiempo de este los principales de los mercaderes fueron dos: el uno que se llamó
Cozmatzin, y el otro Tzompantzin. En tiempo de estos se comenzaron a vender y a
comprar las plumas que se llaman quetzali y las piedras turquesas que se llaman xiuitl, y
las piedras verdes que se llaman chalchihuitl; y también las matas de algodón y maxtles
de algodón: porque de antes, solamente usaban de mantas y maxtles de henequén; y las
mujeres usaban de huipiles y naguas también de ixtle. 13

Pero el mercado no estuvo mucho tiempo en manos tlatelolcas, pues en 1473,


gobernando Axayacatl en Tenochtitlan y Moquihuix en Tlatelolco, estalló la guerra con
Tenochtitlán. Duran dice que la causa de la guerra fue que los de Tenochtitlan violaron a
unas mujeres de Tlatelolco, y que además destruyeron una acequia que habían hecho los de

12 Ibíd. p. 38.
13 Sahagún, Bernardino de (fray). Historia general de las cosas de la Nueva España. Tomo segundo, libro
noveno, capítulo uno. Versión digitalizada en https://www.wdl.org/es/item/10096/view/2/624/ consultada
en octubre de 2016. La ortografía y puntuación se han adaptado al español actual de México.

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Tlatelolco para transitar sus canoas14. El códice Cozcatzin15 señala, por el contrario, que la
guerra fue causada porque Moquihuix le dio malos tratos a una de sus esposas, quien era la
hermana mayor de Axayacatl. Narra también que Moquihuix buscó aliados para la guerra
entre Tlaxcala, Huejotzinco y Cholula. Pero ellos no aceptaron, en cambio, dieron aviso a
Tenochtitlán.

Comenzaron a suceder los augurios que anunciaban la derrota tlatelolca: un viejo vio
como unos pájaros aleteaban en el fuego en que se cocinaban, luego vio como un perro
hablaba, lo correteó y lo golpeó. Entonces habló un guajolote y viendo como había sido
golpeado el perro dijo: “¡No sea que nos toque a nosotros, manito!”. El viejito, al
escucharlo, lo comenzó a corretear y lo apaleó, y fue entonces que habló una mascara y dijo:
“¡con que así es!, ¡yo no quiero decir nada!”. El viejito tiró la mascara (cuauxayacatl) y la
arrojó al patio.16

Tras los augurios, la guerra. El templo de tlatelolco fue destruido y los tlatelolcas
vencidos.

Desde entonces, quedaron como tributarios de Tenochtitlán, perdieron su autonomía


política y administrativa, y al mismo tiempo perdieron también el control sobre el
tianquistli. Sahagún nos dice sobre estos cambios que:

14 “La causa de esta rebelión fueron unos mancebos traviesos, hijos de los señores, los cuales saliendo un
día al mercado que en la plaza de México se hacía, hallaron en él algunas mozas, hijas de señores de
Tlatelolco que acaso había allí venido, y requebrándolas y diciéndolas algunas palabras jocosas de burla, y
ellas respondiéndoles al mesmo tono, no pensando que pasara tan adelante, les rogaron los dejasen ir en su
compañía, y ellas admitiendo la compañía, antes que llegasen a los términos de Tlatelolco, las trataron con
mucha deshonestidad, y violándolas la puridad y entereza de sus personas. Ellas, vista la violencia y mal
término que con sus personas se había osado, quejáronse a sus padres, hermanos y deudos, los cuales
sintieron mucho la afrenta; juntamente con esto les hicieron otra injuria con que se acabaron de indignar, y
fue, que haciendo los de Tlatelolco una acequia para que las canoas llegasen a sus términos, una mañana
amaneció toda deshecha y cegada (...)” Se consulto la versión digital de Duran, Diego (fray) Historia de
las Indias de Nueva España y islas de Tierra Firme. Tomo I. México, imprenta de J. M. Andrade y F.
Escalante, 1867, pp. 256-257. en http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmck0706, Alicante,
biblioteca virtual Miguel de Cervantes, 2005.
15 Codice del siglo XVI utilizado en litigios de tierras. Los datos acerca de éste códice están tomados de la
traducción realizada por Barlow de unos fragmentos del mismo. El artículo en que el autor presenta la
traducción se titula “La guerra entre Tlatelolco y Tenochtilán según el Codice Cozcatzin” y se encuentra
en la compilación de sus Obras completas. Op cit., pp. 77-87.
16 Ibíd, pp. 81-82.

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Muerto el otro señor, eligieron al cuarto que se llamo Moquihuixtzin. En tiempo de
éste, fueron los principales de los mercaderes dos: uno que se llamo Popoiotzin y otro
Tlacochintzin. En tiempo de éstos se comenzaron a comprar y vender las mantas ricas
que se llamaban tlapalecacozcayo, y otras que se llamaron xomohiuitilmatli, y otras que
se llamaron hiuitica tetecomayo, y también los maxtles ricos y labrados hacia las
extremidades, como dos o tres palmos en largo, y ancho; y también las naguas ricas, y
los huipiles ricos; y también las mantas de ocho brazos en largo tejidas de hilo torcido
como terliz; y también se comenzó a tratar el cacao en este tiempo, y todas las otras
mercaderias que arriba se dijeron se comenzaron a tratar en más abundancia que de
antes. Este Moquihuix fue el postrero señor de los tlatelolcanos, por que le mataron los
de tlatelolco (sic), y de ahí en adelante, cesaron los señores y el regimiento que de ahí
adelante usaron los tlatelolcanos fue por vía de cónsules que fue su primera manera de
regimiento.17

Tenochtitlan, pues, impuso sus “cónsules” para que gobernaran Tlatelolco. Cobró un
fuerte tributo que consistía en cacao, mantas, escudos y trajes de guerrero adornados con
plumas y algodón18. Se cobraron derechos por la venta en el mercado 19. Y así el tianquistli
siguió creciendo bajo manos Tenochcas. La expansión militar mexica concentraba cada vez
más en su centro las diversas riquezas, medicinas y mantenimientos de las diversas regiones
de donde provenían. Los tianquistin mexicas del centro de México se volvieron
impresionantes. Cuando los primeros europeos llegaron al altiplano mexicano y lo vieron
por primera vez, quedaron maravillados. Sus descripciones así lo demuestran. Por ejemplo,
Hernán Cortés, en su segunda carta de relación al rey de España, describe la ciudad de
Tenochtiltán y hace una detallada descripción del mayor de sus mercados20:

17 Loc cit. Tomo segundo, libro tercero, capítulo uno. Con respecto a los cónsules: “Durante medio siglo-
desde la muerte de Moquihuix en 1473 a la invasión española- Tlatelolco fue gobernado por Tenochtitlan.
Los gobernadores militares (o “consules” como los denomina Sahagún) eran “muy nobles y valientes y
nobles mexicanos”: Se titulaban cuauhtlahtoque, “águilas hablantes”, y hubo siempre dos: uno con rango
tlacochcálcatl, y otro con rango de tlacatécatl: los documentos pueden no mencionar a ambos, o pueden
mencionar los rangos solamente, sin los nombres personales. A cargo de estos oficiales estuvo, sin duda, la
recolección de tributo de trajes de guerrero al estilo huaxteco de escudos, de mantas anchas, de cacao
molido y de chía que se entregaba cada cuatro meses o en las fiestas principales del año. Además, deben
haber organizado los servicios forzados tanto en el palacio de Tenochtitlan cuanto en los campos de batalla
que se les impuso a los vencidos tlatelolca durante ese medio siglo.” Barlow. “Los cónsules de tlatelolco”
en Op cit. p. 127.
18 Véase Barlow, Robert. “Tlatelolco como tributario de la triple alianza” en Ibíd. pp. 109-126.
19 “Hecho esto, mandó el rey [Axayacatl] que aquella plaza y mercado que ellos ganaron, pues los tlatelolcas
no tenían más tierra, que fuese repartido entre los señores y que la parte que a cada uno cupiese, que de
todos los tlatelolcas que allí hiciesen asiento, de todo lo que vendiesen les diesen alcabala, de cinco uno, y
así se repartió la plaza entre todos, de donde cada uno cobraba alcabala de lo que en el lugar que le había
cabido se vendía” Duran, Diego (fray). Historia...Op cit., p. 270.
20 Como se ha narrado, el mercado de Tlatelolco quedo en manos tenochcas, de tal suerte que podemos
pensar que el mercado al que hace referencia Cortés sea el de Tlatelolco.

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Tiene otra plaza grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de
portales al derredor; (...) donde hay todos los géneros de mercadurias: que en todas las
tierras se hallen allí, de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y plata; de
plomo; de latón, de cobre, de estaño; de piedras, de huesos de conchas de caracoles y de
plumas; véndese tal piedra labrada y por labrar, adobes, ladrillos, madera labrada y por
labrar y de diversas maneras. Hay calle de caza, donde venden todos los linajes de aves
que hay en la tierra; así como gallinas, perdices, codornices, lavancos, dorales, zarcetas,
tórtolas, palomas, pajaritos en cañuela, papagayos, búharos, águilas, halcones, gavilanes
y cernícalos; y de algunas de estas aves de rapiña, venden los cueros con su pluma y
cabezas y pico y uñas. Venden conejos, liebres, venados y perros pequeños que crían
para comer, castrados. Hay calle de herbolarios donde hay todas las raíces y yerbas
medicinales que en la tierra se hallan. Hay casas como de boticarios, donde se venden
las medicinas hechas así potables, como ungüentos y emplastos. Hay todas las maneras
de verduras que se hallan: especialmente cebollas, puerros, ajos, mastuerzo, berros,
borrajas, acederas y cardos y tagarninas. Hay frutas de muchas maneras; en que hay
cerezas y ciruelas que son semejantes a las de España. Venden miel de abejas y cera y
miel de cañas de maíz que son tan melosas y dulces como las de azucar; y miel de unas
plantas que llaman en las otras islas maguey; que es mejor que arope. Y de estas plantas
hacen azucar u vino que allí mismo beben. Hay a vender muchas maneras de hilado de
algodón (…) Finalmente que en los dichos mercados se venden todas cuantas cosas se
hallan en toda la tierra; que de más de las que he dicho, son tantas y de tantas calidades
que por la prolijidad y por no me ocurrir tantas a la memoria; y aún por no saber poner
los bombres, no las expreso. Cada género de mercaduría se vende en su calle sin que
entremeta otra mercaduria ninguna; y esto tiene mucha orbe. 21

Fray Bernardino de Sahagún, por su parte, describe que:

(…) En otra parte se ordenaban los que vendían cacao, y especias aromáticas, que ellos
llaman huey nacaztli, tlilxochitl, mecaxochitl. En otra parte, se ordenaban los que
vendían mantas grandes blancas o labradas, y maxtles, que entonces usaban, unos
blancos y otros labrados, y otros ricos. Y también allí mismo se vendían los vestuarios
mujeriles labrados y por labrar, medianos y ricos; también las mantas comunes, que
ellos llaman cuachtli, ayatl. En otra parte estaban, por su orden, los que vendían las
cosas de comer, como son maíz blanco y maíz azul oscuro o negro, y colorado y
amarillo; y frijoles amarillos y blancos y negros y colorados y jaspeados; y unos frijoles
negros grandes, como habas; y semilla de bledos pardos o cenicientos, y colorados, y
amarillos; y chía blanca y negra y otra que llaman chiantzotzol. En este mismo lugar se
ordenaban los que vendían sal, y gallinas y gallos, y codornices, y conejos y liebres,
carne de venado; y aves de diversas maneras, como son anades y lavancos, y otras aves
del agua. También los que vendían miel de maguey y de abejas; de esta orden eran los
que vendían chilli que se llama tonalchilli, y chiltepin, y texio chilli, y chilli amarillo; y
otras diversas maneras de chilli: los mismos vendían tomates que llaman miltomatl y
xitomatl. En otra parte se ordenaban los que vendían fruta, como son cerezas, y
aguacates: ciruelas silvestres, guayabas, batatas, y batatas de raíces que se llaman
cuauhcamotli; y zapotes de diversas maneras. También en con estos, se ordenaban los
que vendían turrones de chia, castañas de raíces de yerba, raíces como regaliz; erizos,
que es una fruta que se come; pepitas de calabaza, pepitas grandes de calabaza.
21 Cortés, Hernan. Segunda carta de relación al rey de España. Segura de la sierra, 1520. Versión digital en
https://www.wdl.org/es/item/7335/, consultado en octubre de 2016, pp. 28-29.

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También con estos se ordenan los que venden peces y ranas; y otros pescadillos, que
son como lagartillos; y otras savandijas que se crían en el agua. También con estos se
ordenan los que venden papel que se hace de cortezas de árboles e incienso blanco, y
goma negra, que se llama ulli, y cal, y navajas, y leña para quemar, y maderas para
techar las casas, unos cuadrados, otros rollizos, y tablas y pandillas, que son tablas
delgadas, y coas y palancas, y palas y remos y varales y tomizas y henequén, y cuero
labrado y cotaras, y hachas de cobre, para cortar maderos, y punzones y escoplos; y
otras herramientas para labrar madera. También están por su orden los que venden
yerbas para comer: como son cebolletas y otras yerbas que usan de comer, yoauhquilitl,
huatzontli. También estos venden xilotes y elotes cocidos; y pan hecho de los penachos
del maíz, y pan hecho de elotes, y todas las maneras de pan, que se usa, como son
tamales y necutamalli.

También estaban por su orden los que venden cañas de humo de muchas maneras, que
son acaqcuauitl, y acayetl, yetlalliz y también aquí se vende suchiocotzotl; y en los
platos, para poner las cañoas, cuando se queman y otras maneras de vasos de barro
como son apantlecaxitl, ytlecuaztli, y lebrillos y ollas, y tinajas, y tinajas para hacer
uctli, y todas las otras maneras de loza.22

En resumen, el crecimiento del mercado Tlatelolca es un resultado directo de la


expansión del poderío mexica, el cual, a su vez, es un resultado de la reorganización política
de la cuenca de México. Los tlatelolcas, a pesar de su subordinación a Tenochtitlan, gozaban
al mismo tiempo de una posición favorable con respecto a otros grupos tanto del altiplano
como de fuera del mismo. Esto es así, porque la geografía también fue un actor y convirtió
a la zona en un lugar estratégico, tanto para la obtención de recursos para la subsistencia y el
comercio como para la acción político-militar. Del crecimiento de Tenochtitlan fue reflejo
el tianquistli de Tlatelolco y se convirtió en una especie de corazón de la sociedad, donde se
concentraban los conocimientos y recursos propios y los provenientes de lugares lejanos.

Así, en el tianquistli se vendían muchos productos locales (algunos de ellos que


dependían del ecosistema lacustre, como el ahuahuautli23, algunas aves, pescados, ranas,
etc.), pero también se vendían algunos productos exóticos que tenían que traerse de lejanas
tierras (un ejemplo de esto estaría en la tilxochitl, orquídea traída de la huasteca, cuyas
negras vainas son muy apreciadas por su aroma tan delicado y sutil, y que en la actualidad
es ampliamente conocida por su nombre común, derivado de la parte de la planta que se
utiliza: la vainilla). Como sea, los recursos necesarios para atender los problemas de
alimentación, construcción, salud, prestigio, etc., se encontraban concentrados y

22 Historia general de las cosas de Nueva España. tomo segundo, libro octavo, capítulo 19.
23 Hueva de un mosquito de laguna.

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disponibles. Una persona que sabe curar, que sabe hacer frente a las enfermedades, tendría a
su disposición todo lo necesario para su labor. Lo que no se encontrara en el lago, se
encontraría en las montañas; lo que no se encontrara ni en el lago ni en las montañas, se
encontraría en el tianguis.

En el Códice de la Cruz-Badiano, las plantas descritas pertenecen al ecosistema


lacustre (como el azacatztontli24 [zacatón de agua] o el acacapacquilitl, en el f. 44 r)25, pero
también son plantas y animales que hasta la fecha pueden encontrarse en los pedregales al
sur de la Ciudad de México (como la tememetla del f.22v),, en los bosques en las montañas
(como el ayauhcuahuitl [árbol nuboso] del f. 50r), en las milpas (como la ayohnelhuatl [raíz
de calabaza], en el f. 59 r) y orillas de caminos (como el tolouaxihuitl [hierba que se
inclina], f. 25r), y por supuesto, plantas y animales de otras regiones (como la tilxochitl [flor
negra], f. 56v). De tal suerte que es absolutamente posible que una sola persona -Martín de
la Cruz- tuviera acceso, conociera y utilizara las aproximadamente 200 plantas, los
minerales y animales que el Libellus menciona. En consecuencia, un segundo aspecto a
considerar es que la utilización de dichos recursos requiere de un conocimiento
especializado. Si en el tianquistli había espacios exclusivos para la venta de yerbas y
espacios exclusivos para su preparación, es por que había personas especialistas en yerbas y
su preparación y, por supuesto, especialistas en curar.

Además, si hemos de creer en lo relatado por Sahagún 26, algunos recursos de la


medicina nahuatl se podían obtener de comerciantes diversos. La mecaxochitl [flor del
mecate], la tilxochitl y la huey nacaztli [gran oreja], a pesar de ser especias, eran vendidas
por el comerciante de colores vegetales, quien también solía vender cola de Tlacuache con

24 Con respecto a la identificación botánica de las plantas V. Apéndice 3 y 4. Cuando ha sido posible se ha
colocado entre corchetes la traducción al español del nombre nahuatl de las plantas mencionadas.
25 V. por ejemplo, que en el Códice florentino (libro XI, capítulo 12, parágrafo 2) se describe: “A las lagunas
o estanques donde se crían espadañas o juncias que no corren por ninguna parte llamanlas amanalli que
quiere decir agua que está queda”. En todo este parágrafo se describen diversos nombres de ríos y fuentes.
26 Aunque usualmente se toma al Códice florentino como fuente para la vida prehispánica en el centro de
México, muchas veces la realidad que muestra es la de la sociedad colonial de la segunda mitad del s.
XVI. Así, por ejemplo, en las descripciones de distintos tipos de personas, que se incluyen en el libro X, se
habla de los que venden trigo, carne de res y otros productos europeos que ya se habían insertado en la
economía novohispana. Estamos asumiendo, pues, que la realidad descrita por Sahagún con respecto a los
comerciantes en este libro, es semejante a la realidad prehispánica.

102
fines medicinales27. Con el tratante de frutas o con el vendedor de quelites se podían
conseguir estos alimentos, que también son medicina28. Había quien vendía las resinas como
el copal o el xochiocotzotl [resina florida]29. Había quien vendía los diferentes tabacos30.
Había quien se dedicaba a poner barro combinado con yerbas en la cabeza de la gente, para
quitar ciertos malestares31 y por supuesto, había quien se dedicaba exclusivamente a la venta
de hierbas medicinales32. De este modo se reunían los recursos necesarios para el ticiyotl.

Como se ha visto hasta ahora, la obtención de estos recursos, entonces, era un


aspecto del modo de producción y reproducción de la vida material. Al mismo tiempo era un
resultado de la representación y vivencia de un orden cósmico 33. Implicaba modos de
clasificación del entorno y de sus personajes34, modos de relación con ellos, utilizaciones

27 Códice florentino, tomo III, libro X, capítulo XXI.


28 v. Ibíd, libro X, capítulos XXII y XXV.
29 Ibíd, libro X, capítulo XXIV.
30 Ibíd, libro X, capítulo XXV.
31 Idem.
32 “El que trata en cosas de medicina, conoce las yerbas, raíces, árboles, piedras y el ajenjo de la tierra: y
todas las cosas medicinales, que sean raíces, que sean yerbas como son las que están aquí nombradas.
Memeyallotl, tlacuacuitlapilli, cuicuitlapille(…), ponelas aparte en algún petate en el tianguis para
venderlas” Códice florentino, libro X, capítulo . El texto nahuatl en el mismo texto dice: “Panamacac;
petlapantlacatl: in panamacac, caxiuiximatini, tlaneloayomatini, ticitl ixquich quinamaca in patli in xiuitl,
in cuahuitl, in tetl, in memeyallotl, texecec, iztauhyatl, tlacuacuitlapilli, cuicuitlapile, zazalicpatli,
tlatlauhcapatli, poztequizpatli, zzazalic, iztacpatli, aatepocatic, ahuatzitzi, tlalcacahuatl, chichipilli,
tzonpopota cicimatic, quinamaca in ixquich petlapaonoc, quinamaca intlapahuaxtli, mepahuaxtic.”
33 Como afirma Victor M. Toledo y Narciso Barrera-Bassols.“Conviene entonces examinar el núcleo
intelectual de los productores tradicionales en sus dos principales facetas o dimensiones (sin que ello
signifique una disección arbitraria): como un sistema de conocimientos (corpus) y como un sistema de
creencias (kosmos), el cual a su vez cobra sentido en función de las prácticas (praxis) que (sic) los
individuos y sus familias satisfacen sus necesidades materiales y espirituales. De esta forma se arriba al
complejo k-c-p (kosmos-corpus-praxis) que es el objeto central de estudio de toda investigación
etnoecológica (Toledo, 2002)” La memoria biocultural. La importancia ecológica de las sabidurías
tradicionales. Barcelona, Icaria, 2008, p. 112.
34 Pues el cósmos está lleno de personajes, no de cosas. Por ejemplo: “Tlacuilolcuahuitl: Matizado,
relumbrante; es grueso, liso, compacto; va pintándose como con vetas bien repartidas. De él se hacen el
teponaztli, el huéhuetl y el mecahuehuetl. Bien que suenan por sus agujeros, es blanda su voz, se descubre
bien su palabra: se le antoja a la gente, es codiciada por la gente, es deseada, es querida,; su voz es clara,
es audible, es sonora, es galana, se le hace clara a la gente, se le antoja.” Sahagún, Historia general de las
cosas de la nueva españa, libro once, capítulo 6, parágrafo 3, traducción del nahuatl por Victor M. Castillo
Farreras, citado en su libro: Estructura económica de la sociedad mexica según las fuentes documentales,
op. Cit. p. 59. Como se verá, en los siguientes párrafos tomamos como guía este texto; v. entonces el
capítulo 2: “Las fuerzas productivas”, passim. El original del texto de Sahagún, en nahuatl, dice:
“Tlacuilolcuahuitl, cuicuiltic cuecueyoca, tomatic, xipetztic tlatztic, cuicuilihui, mocuicuiloa motlitlilania,
motlatlamachia: teponaztli mochihua, huehuetl, mecahuehuetl mochihua, huel nahuatl coyoltic, initozqui
yamanqui in itlatol, cualneci, teiculti, tetlanecti, elehuiliztli, necuiliztli, nahuati, caquizti, tzilini, cualneci,
tetlanectia, teicultia.”

103
diversas, conocimiento de dinámicas35. Veámos algunos ejemplos concretos tomados del
Códice florentino:

En primer lugar, ¿cuanto saber no es necesario para sembrar la milpa? 36 El agricultor


debe conocer el tipo de tierra, la época del año en que se ha de tumbar el bosque, en la que
se ha de preparar el terreno, en la que se ha de sembrar, en la que se ha de fertilizar. Debe
saber qué cultivos deben asociarse, qué sembrar. Debe saber que el maíz le sirve de guía al
frijol, que el frijol mejora la tierra donde crece el maíz, que la calabaza cubre el terreno y
evita la erosión al tiempo que mantiene controladas las malas hierbas. Debe saber qué
yerbas tolerar en sus campos de cultivo o en otros terrenos perturbados. Cómo escoger la
semilla. Qué animales frecuentan las milpas, en el día, en la noche. Cómo rotar los cultivos,
cuánto tiempo dejar descansar la tierra. Cómo afectan los movimientos de los astros a lo
sembrado. Cómo utilizar o manufacturar las herramientas necesarias para su labor. Dónde
buscar los lugares con tierra para poner las semillas en las laderas pedregosas. Cuándo
llegan los chapulines. Qué otros insectos y larvas son comestibles, y también qué animales
comen hombres. Cómo fertilizar la tierra, qué tipo de piedras se puede encontrar. Cuándo
llegan las lluvias, cuáles ayudan y cuáles dañan las cosechas. Cómo combatir las heladas.

35 Acerca de las dinamicas: “De manera similar, el conocimiento indígena no se restringe a los aspectos
estructurales de la naturaleza o lo (sic) que se refieren a objetos o componentes y su clasificación
(etnotaxonomías), también se refiere a dimensiones dinámicas (de patrones y procesos), relacionales
(ligado a las relaciones entre los elementos o los eventos naturales) y utilitarias de los recursos naturales y
paisajes.” La memoria biocultural..., p. 75.
36 Para una visión sintética de las las técnicas agrícolas de tradición mesoamericana durante el siglo XVI, v,
el artículo de Teresa Rojas Rabiela: “ La tecnología agrícola mesoamericana en el siglo XVI” en ROJAS
Rabiela, Teresa & William T. Sanders. Historia de la agricultura. Época prehispánica-siglo XVI. Tomo I.
México, INAH, 1985, pp. 129-231. La autora clasifica los sistemas de cultivos en dos tipos: los sistemas
con labrado de suelo, y los sistemas de roza con mínima alteración del suelo. Además distingue entre
sistemas con periodos de descanso (barbecho) largo, con periodos de descanso corto, de cultivo anual, y de
cultivo permanente. Describe también los sistemas de riego, los utensilios agrícolas, etc.

104
Dónde se forma la lluvia, dónde se guarda 37. Cómo alimentar la tierra. Cómo va creciendo
el maicito:

Mopepena in xicahctli; uel mocenquixtia, in acan quenami, in huel tetzcaltic


tonacayotl: huetzi in xoyauhqui, in palanqui, in piziltic; huel motzonana, moya, atlan
motema: omilhuitl, eilhuitl, atlantemi: auh in tlaeli in icpa, anozo zan iuhcan in motoca:
auchtopa motacaxtlalia in tlalli, ommotta, onmana in ciahuac, onmotema in tlalli; in
tlaca ciahuac, matoca, zan huel ipan in tlalli ic motlapachoa: auh cuechtic in tlalli ipan
motema. Niman ye ic mitonitica, niman ic poxcahui, niman ye yollotlatzini, niman ye
monelhoayotia, niman ye yacaomiti, niman ye huallaxponoa, niman ye hualpanhuetzi,
niman mitonia huel patlani; niman xolloti, xollotoc, niman ye moyahua, moyahuatica:
ihuan quitoa, mahuiltitica oncan, y, motlalhuia, motacazpoloa, huel moquechpotzoa,
huel motlaltepehuia: no oncan in metlaza, anozo motlapixahuia; quil oncan occepa
pehua, y, in mana, oncan pehua in nomamaxalloa: niman motetehuana, niman ye
yahualihui, niman ye ohua nenecuyoa: occepa oncan, y, motlalhuia, niman ye tzopilihui,
niman ye miyahuati: occepa oncan motlalhuia, in quil moxilotlapana; niman ye
nenepilquiza, niman xiloti cueponi, tlatlatzca, tlatlatzcatoc in xilotl, itzonququequetoc in
xilotl, itzonqui quequentoc teicoltitoc, tetlanectitoc: niman yeic mitoa, tzommictoc,
chichinahui, in itonitoc, mitoa tlacattoc: nimayechichiquilihui, chichiquiliuhtoc: niman
yeic mixteca, niman yeic nextamalxochitia: niman mitoa chichiipelotl, niman
yeyetzahua: oncan mitoa, elotl: niman ni can ompehua, tlacuahua, cozahuia: niman
mitoa, cintli38.

37 “Aquí, los hombres de Nueva España, los antiguos hombres decían de estos [de los ríos], que de allá
vienen, que de allá vienen del Tlalocan, puesto que son su propiedad, puesto que él sale la diosa cuyo
nombre es Chalchiuhtlicue, <<La de la falda de jade>>. Y decían que los cerros son sólo fingidos, sólo por
encima son terrosos, pedregosos, que sólo son como vasijas, como casas que están repletas de agua. Y si
en algún tiempo se quisiera destruir los cerros [pensaban que] se anegaría su mundo.
Y así nombraron a [los lugares] en donde viven los hombres, altépetl. Les llamaban a éstos, altépetl y a
éstos [los ríos] atoyatl, puesto que de allá resbala del interior del cerro; puesto que de allá viene, viene
saltando Chalchiuhtlicue, <<La de la falda de jade>>” Traducción del Códice florentino, libro once,
capítulo 12, parágrafo 1, en CASTILLO, Victor. Estructura económica de la sociedad mexica… Op cit. p.
58. En el nahuatl del florentino se lee: “in nican nueva España tlaca, in ye huecauh tlaca quitoaya. Inin ca
ompa huallauh, ompa ualehua in tlalocan, ca iiaxca, ca itech quiza in teotl, in itoca chalchiuhtlicue;
ihuan quitoaya, ca in tepetl zan nahualca, zan pani in tlallo, in teyo ca zan iuhquin comitl, noce iuhquin
calli ca tentica matl, ompa ca, in tla quenman monequiz xitiniz in tepetl, ca apachihuiz icem anahuac: auh
ic contocayotique, inin necentlaliliz tlaca altepetl quitoaya, inin altepetl, inin Atoyatl ca ompa hualehua in
itic tepetl. Ca ompa quihualihua, quihualmacahua in chalchihuitlicue.”
38 [Se pepena la semilla; bien se escogen, las que están perfectas, nuestro sustento bien lustroso; cae lo
rancio, lo podrido, lo pequeño; se escoge bien entre lo mejor, se desgrana, se pone en el agua: dos dias,
tres días se deja hinchar en el agua: en los lugares cultivados, o quizá hasta donde se siembra: primero se
hacen los hoyos en la tierra, [¿ommotema?] se expande lo regado, se inunda la tierra; lo inundado, se
palpa. Se cubre la tierra con moderación: y se pone menuda tierra por encima. Luego está transpirando
mucho, luego por esto se enmohece, luego ya revienta la semilla, luego ya echa sus raíces, luego ya se
hace delgado, luego ya empuja, luego ya emerge en la superficie, luego transpira, ¡vuela!; luego se
desdobla, está tratando de desdoblarse, luego ya se desparrama, se está esparciendo:y así dicen que ahí
está retozando. Se aporca el maíz, se llena de tierra alrededor, se cubre bien el cuello, se amontona la
tierra. Entonces ahí se siembran los frijoles, o quizá se cosecha: dizque allí comienza otra vez, se pone; allí
comienza a bifurcarse: luego se despereza, luego se hace redondo el tallo, luego bien se comienza a mover
de un lado a otro la caña: otra vez ahí se le acerca la tierra, luego bien se desenvuelve, luego bien que
florece: otra vez ahí se le acerca la tierra, dizque se quiebra el jilote, luego ya despierta la lengua [la
mazorca], luego brota el jilote, resplandece, está resplandeciendo el jilote, su cabellera va cubriendo el

105
En segundo lugar, con respecto a las chinampas, ¿no es necesario todo un otro
corpus de saberes? Las chinampas son sementeras que se han construido llenando de lodo
las partes bajas de los lagos. Luego se arraiga el suelo mediante las raíces de un árbol, el
ahuejote [del nahuatl ahuexotl, sauce de agua] (Salix spp). Había que esperar un tiempo
hasta que la materia orgánica que se extraía del fondo del lago se descompusiera y se
formara un terreno apto para sembrar39. Había que conocer el lodo, el agua. Había que
conocer la flora y fauna que vivía en los canales, en los lagos. Había que saber qué sembrar
ahí, cada cuánto. Cómo hacer chinampas fijas, chinampas móviles 40. Como hacer poner la
comida sobre la tierra:

Atlalli: itech mitoa, in itoca atl, ihuan tlalli: yehuatl in tlalli mahuiliani, matequiani,
in tlaahuililli, atequiloni, ahuililoni; apacholoni, paltini, zoquitini, cualli, yectli,
tlazotli, cualoni, temachtli, tlamochiuhia, tlamochihuaya, macayo, toconi, etlaxoni,
pixconi, pixcoya, tlacualoya, natlalchihua, ninatlalmiltia, atlalli nicchihua, atlalpan
nitlacua41.

Y con respecto a los jardines:

In suchitla, tlacecelia, tlatzmolini, tlatlatzmolini, tlaxoxohuia, tlahuelia, tlahuehuelia,


tlahuehuelixtoc, tlahuehuelixtimani, tlacuecuepontoc, tlacueponi, tlacuecuepoca,

jilote, sus cabellos lo van cubriendo deseablemente, es de codiciar: luego ya por eso se dice que se van
muriendo sus cabellos, se queman, está transpirando, se dice que va naciendo (haciéndose hombre), luego
se espesa, se va endureciendo [el grano], luego ya por eso se igualan, luego ya por eso florece la
nixtamalxochitl [flor del nixtamal]: luego se dice chichipelotl [planta de maíz cuando sus granos están
tiernos], luego espesa bien: entonces se dice élotl [elote], luego empieza a endurecerse, a ponerse
amarillo, entonces se le dice cintli (maíz maduro)] Sahagún. Códice florentino, libro XI, capítulo 13,
parágrafo 2. Aunque aquí se ha preferido una traducción propia Cf. con la traducción del mismo pasaje en
Estructura económica de la sociedad mexica, Op cit. pp. 65-66, la cual, por supuesto se ha tomado en
cuenta.
39 Un terreno así no necesita de fertilizante, dada la alta cantidad de materia orgánica que contiene. Tampoco
necesita de riego, pues la infiltración del agua del lago circundante sería suficiente. Al respecto v. el
“Capítulo IV. La chinampa como agroecosistema”, passim, en QUIÑONEZ Amézquita, Columba Teresa
de los Milagros. Chinampas y chinamperos: Los horticultores de San Juan Tezompa. Tesis de doctorado
en Antropología Social (universidad Iberoamericana), México, la autora, 2005.
40 Ibíd, p. 98.
41 [Atlalli: en la que su nombre dice atl (agua) y tlalli (tierra): esta tierra es regada, trabajada, huerta
irrigada, que se trabaja con agua, que puede ser regada; que puede ser cubierta con agua, que se moja, que
se enloda, buena, excelente, amable, produce comida, estimada, en que todo se logra, en que todo se
lograba [que produce], se cubre de cañas, sembrable, donde se puede sembrar frijol, donde se puede
cosechar, tiene mantenimientos, cultivo los campos irrigados, hago de mi parcela un cultivo irrigado,
hago una tierra de riego, produzco comida sobre esta tierra.] Códice florentino, libro XI, capítulo
duodécimo, parágrafo 3. La traducción es nuestra.

106
tlacuecuepocatoc, tlaxochimamani, xochitlalpan, tlamochiuhtoc, tlacenquiztoc, atl
icac, atl quiquiztoc tlaciaoa, tlaciciaoa, huel cualcan, huel yeccan, huel tolla,
tetlanectican, tetlatlanectican, teicoltican, teihicoltican, icolocan, tetlamachtican,
teetlanectican.42

La florestas son muy amenas, frescas, y de muchos árboles y yerbas: tienen yerbas y
árboles de diversas flores, tienen aguas manantiales o de rio con que se riega, es lugar
de tierra fértil, es lugar apacible, y muy deleitoso: están plantados en floresta árboles
de muy olorosas y preciosas flores. Están plantados en floresta árboles en se hacen las
flores que se llaman yolloxochitl y también el árbol se llama yollo xohicuahuitl, son
estas flores olorosas y hermosas y su hechura es como corazón. Antiguamente,
solamente los señores las usaban, especialmente las que se llaman tlacayolloxochitl,
porque hay otras de menos precio que se llaman ytzcuinyolloxochitl que ni son
hermosas ni huelen, y usan de ellas la gente baja. 43

De igual modo, se tenía que conocer los diferentes lugares, los propios del hombre y
los que están alejados de él, tal y como atestigua el Códice florentino con respecto a los
bosques:

Cuauhtla: tlatzmolinia, tlaceliayan, ehecaya, ehecayocan, ehecatlan, ehecayo,


tlaceceyaya, tlaceceya, cetla, cehuetziya, ic noyotl iquiztuya, yieoayan,
nentlamachoaya, tenentlamachtican, techoctican, tenentlamachtican chocohuayan
tlaocoyaloya, tetlaocultican, elciciohuayan, teellelaxitican, tlacnomamancan:
atlauhtla, ahatlauhtla, texcalla, tetexcalla: tetla, tetetla, tlaltepitzpan, tezoquipan,
atocpan, atoctic, atoctla, tlalcozpan, tlamimilolla, tlatlamimilolla, tlachichiquilla,
tlatlachichiquilla, zacatla, zazacatla, cuauhtla, cuacuauhtla, cuauhcayactla,
cuacuauhcayactla, cuautilactla, cuacuauhtilactla, cuapotzalla, cuahuatzalla,
cuauhyacacatla, cuauhyahoayatla: tetla, tetetla, teololla, teteololla, techachalla,
techachacuachtla; texcalla, tetexcalla, tepetlata; tlachipaoaya, tlachichipaoaya,
tlahuelmaya, cualcan, cuacualcan cuacualcan: tlaltepexitla tlatlaltepexitla
tlatlaacaliuhian, hacemellecan, temauhtican, temamauhtican; tecuani ichan, cooatl,
tochin, mazatl inemia, atle iyehuacan, atle iyehuayan, atle iquiztocan, tetl
huahuaccan, tepexitla, tetepexitla, tlaltepexitla, tlatlaltepexitla, oztotla, ohoztotla,
ohoztoyo, ohoztoyocan, tecuantla, tecuanitla, ocelotla, cuitlachtla, ocotochtla,
coatla, tocatla tochtla, mazatla, tlacotla, zacatla, tzioactla; necuametla, netzolla,
huitstecolla, teunochtla, mizquitla, teucotla (...)44

42 [La floresta: es refrescante, siempre retoña y retoña y reverdece, deleita, deleita en gran manera, extiende
su perfume delicioso, esparce buen olor, donde todo brota y florece, que hace brotar, es el lugar del
florecimiento, dispone las flores sobre la tierra florida, lugar de fertilidad, de abundancia, donde está el
agua, donde remoja, riega, lugar muy bueno, lugar de bien, de muchos tulares, lugar deseable, muy
deseable, lugar codiciado, muy codiciado, ambicionado, lugar de regocijo, de alegría.] Historia general
de las cosas de Nueva España, libro XI, cap. séptimo, parágrafo 9. La traducción es nuestra.
43 Idem. En este caso, la ilustración que acompaña al Códice florentino no deja lugar a dudas con respecto a
yolloxochitl, se trata de la magnolia (Talauma sp.)
44 [Bosque: es lugar que reverdese, prado de yerba, lugar del viento, de lo lleno de viento, en el viento, cosa
ventosa, lugar frio, fresco, lugar de bajas temperaturas, donde hiela; por esto es el lugar de gritos, lugar de
aflicción, de dolor, que hace llorar; lugar de aflicción, de lloro, lugar de tristeza, de pena, de suspiros, de
gran pesadumbre, donde se esparce la miseria: lugar de gargantas de agua, de muchas gargantas de agua,

107
Por último, como un ejemplo más de la compejidad del conocimiento sobre el
entorno, vale la pena mencionar los distintos tipos de tierras fértiles, conforme al Códice
florentino45:

Atoctli: in itoca itech quiztica in atl, ihuan totoca, quitoznequi, hualatococ


tlalcoztli, xalatoctli, yamanqui, cuchtic, cuecuechtic, huelic, ahuiyac.
Tlamochihuani, temachtli, temachiloni, cualoni.

Quauhtlalli: in itoca itechquztica in cuahuitl, ihuan tlalli: yehuatl in palani


cuahuitl, anozo ahuazhuatl, in cuauhtlazolli, in anozo tepetlalli, in cuauhyo,
cuichehuac, anozo coztic, tlamochihuaya.

Tlalcoztli: itech initotica, tlalli ihuan coztic; ipampa ixcoztic, cualli, yectli,
tlamochihuani, tlaaquillo, temachtli.

Xallatoctli: yehoatl in hualatoco xalli, cuecuechtic, atoco, cuechihui, cuecuechihui.

lugar de peñascos, de muchos peñascos, lugar de piedras, de muchas piedras, lugar de suelo duro, de tierra
arcillosa, de tierra de aluvión, lugar de estas tierras, lugar de tierra amarilla, lugar de riscos, de muchos
riscos, de cumbres, de muchas cumbres, lugar de zacates, de muchos zacates, lugar de árboles, de muchos
árboles, lugar de bosque ralo, de muchos lugares ralos, de bosque espeso, de lugares de bosque espeso,
lugar de vegetación muy densa, lugar donde abundan los tocones de árboles secos, lugar de maleza, lugar
de árboles redondos: lugar de piedras, de muchas piedras, donde hay piedras redondas, muchas piedras
redondas, lugar donde hay piedras puntiagudas, pedregal; lugar lleno de peñascos, de muchos peñascos,
lugar de tepetate; lugar con claros, con muchos claros, lugar de valles, lugar bueno, de lugares buenos,
muchos lugares buenos: lugar escarpado, muy escarpado, lugar de huecos, donde no hay sosiego,
perturbador, de mucha perturbación; donde habitan las fieras devoradoras de hombres, las serpientes, los
conejos, donde vive el venado, lugar donde no hay nada, donde no hay nada y nada se siembra, lugar de
piedras secas, lugar de precipicios, de muchos precipicios, lugar escarpado, muy escarpado, lugar junto a
las cuevas, de muchas cuevas, cavernoso, lugar de cavernas, lugar de fieras, que comen hombres, lugar del
ocelote, del oso, del gato montes, de la serpiente, de la araña, del conejo, del venado, lugar de palos, de
zacates, lugar del tzihuactli, del maguey de pulque, del netzolli, lugar del huitztecolotl, lugar del
teonochtli, del mezquite, del teocotl (…)] Historia general de las cosas de Nueva España, libro XI,
capítulo sexto, párrafo primero. La traducción es nuestra. Según el dictionnarie du Nahuatl classique, de
Wimmer (2004, consultado en junio de 2017 en el Gran Diccionario Nahuatl en linea, México, UNAM,
2012, disponible en www.gdn.unam.mx), el tzihuactli sería una especie de maguey pequeño y el netzolli,
cierta especie de planta espinoza. El teonochtli se menciona en el Libellus (f. 17 v.) y sería Isolatocereus
dumortieri (v. apéndice 3), mientras que teocotli sería, evidentemente, algún tipo de pino.
45 Lo que quiere decir que esta lista no tiene porque ser exhaustiva, además, aquí sólo se mencionan las
tierras fértiles, el florentino describe también una serie de suelos no fértiles, aunque resalta su utilidad para
fines no agrícolas, como construcción, elaboración de utensilios de barro, etc. También se han dejado de
lado las descripciones de tierras con base en criterios no bio-físicos del suelo, por ejemplo, Sahagún
menciona la miccatlalli, que sería la tierra que perteneció a alguien ya difunto; la tlalcohualli que serían
tierras sujetas a compra-venta; o la callalli, que sería la tierra que se encuentra debajo de una casa. Como
sea, Cf. con Sahagún. Historia general de las cosas de Nueva España, libro XI, capítulo duodécimo,
parágrafos tercero, cuarto y quinto. Con respecto a los glifos que representan tipos de suelos, v. el
interesante artículo de Aurelio López Corral, “Los glifos de suelo en códices acolhua de la colonia
temprana: un reanálisis de su significado.”, en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1405-92742011000300010, consultado en junio de 2017.

108
Tlazotlalli: yehuatl in tlazolli palani, in tlalli mocuepa, tlamochihuani.
(…)

Xalllalli: itech mitotica in itoca xalli, ihuan tlalli: ipampa in xallo, in


xalpitzahuacayo: amo tlamochihuani, zan tlaohuatini, tlaohuatlamelahualtia, amo
cenca temachtli, amo cenca nacayo, amo cenca untlaca, amo nacayo.

Tezoquitl: itechquiztica in itoca tetl, ihuan zoquitl: ipampa ca tlacuahuac, tzictic,


tepitztic, cuichehuac, tlilehuac, chapopotic, tepitzahui, tlacuahua, tlacuactia.
(…)

Tlalahuiyac: yehuatl in tlein cualli tlalli, in tlamochioaya tlalahuiaya:


nitlacuitlahuia, nitlatlazollahuia, nicahuiyalia, nichuelilia.

Metlalli: yehuatl in tlalli meyotoc, meyo, menelhoayo, meyohua.


(…)

Tepetlalli: yehuatl in inacayo tepetl, in tlacpactli, in tlamimilolli, no itoca ximmilli,


huaqui tezoquitl, nextlalli, zallalli, zaza ye tlalli quiyauhtoconi, cintli, huauhtli, etl
mochiuhia, nochtli, nopalli, metl, capoli, cuahuitl i ixhuaya, cuauh ixhua, xiuixua,
zacaixua, zacayohua, meyohua, meyotoc, zacayotoc, cuauhyotoc, zacapachihui,
cuappahihui, nopalloa, nopallotoc.

Tetlalli: yehuatl in cuechtic, in pinoltic, tetl, itechquiza: in tetzotzonqui quitlaza,


quipixoa, in anozo tlein tetl, cuechtic, cuechihui, cuechtia, pinolti, pipinolti.

Tetlalli: In tepepan tlalli, in teyo, in texallo, papayaxtic, teteyo, texallo, tecuacua,


huaqui, elhuaqui, tlamochiuhya, tecintli imochiuhya. Elhuaqui, huaqui, tepitzahui,
ciahua, tlamochihua.

Techiyahuitl: zan ye no yehuatl in tetlalli, inic mitoa techiyahuitl: ipampa in icuac


atl qui(ilegible) amo iciuhca huaqui, ca zan paltitoc, palti, chiahua, ciyahua.
(…)

Tlalcocomoctli: in tlein tlalli in amo paltic, in papatziuhtimani, in


cocomocatimani: niiuh tollali, nextlalli, nextlatilli, cocomoca, papatzihui: tollalli,
in tollo tlalli, in anozo huel yehuatl tolin opalan, in tlaltic, tollo, xomallo, tolloa,
xomalloa, zacayohua, tlamochiuhya, monacayotia, huel nacatl.

Chiyauhtlalli: itech mitoa initoca chiahua, ihuan tlalli: yehuatl in zan mochipa
ciahuatimani, in macihui amo tlaahuilli, nacayo, cualoni: in icuac tlayelquiyahui,
miqui, polihui: auh in icuac amo totoca quiyahuitl, quipactia, quitlamachtia,
itlocpa ahuiia. Chiyauh tlalli nicchihua, chiyauhtlalpan nitlacua.

Tlalzolli: inic mitoa tlazolli amo cualli tlalli: ipampa in amo tle huel mochihua
uncan, in atlei mochiuhya, nenquizqui atle inecoca. Nenquiza, nenpolihui, tlalzolti,
tlalzoltia46.

46 [Atoctli: su nombre viene de atl [agua] y de totoca [correr (el agua o el viento)], quiere decir: irrigado, de
tierra amarilla, de tierra arenosa y fértil traída por acarreo, templada, delgada, menuda, deliciosa, suave a
los sentidos. Hace que todo se logre [es fértil], estimada, confiable, produce comida.

109
Enfermedad, moral y tiempo.

De nuevo, nos vemos aquí frente al todo 47. De la vivencia en un mundo, de habitar
sus lugares, de situarse en él, se desprende el modo en que se hace frente a los males de
dicho mundo:

Cuauhtlalli: su nombre viene de cuahuitl [madera] y de tlalli [tierra]: esto es madera podrida, u hojas,
madera hecha humus, o acaso tierra de las montañas, del monte, es negra o amarilla, lugar donde todo se
logra.
Tlacoztli: su nombre viene de tlalli [tierra] y de coztic [amarillo]; es rubia, buena, excelente, hace que todo
se logre, da fruto, es estimada.
Xallatoctli: esto es arena que ha llegado con el aluvión, muy fina, llevada por el agua, que está molida,
muy molida.
Tlazotlalli: esto es que los residuos se pudren, en tierra se convierten, hace que las plantas se logren.
(…)
Xalllalli: su nombre se está diciendo de xalli [arena] y de tlalli [tierra]: porque es arenoso, de arenas finas:
no produce más que tallos de maíz, endereza los tallos, no muy estimados, no muy carnosos, no muy
hechos persona, no carnosos.
Tezoquitl: su nombre viene de tetl (piedra) y de zoquitl (barro): porque es dura, pegajosa, recia, de color
negro, como el hollín, como el chapopote, se vuelve firme, se endurece, se hace duro.
(…)
Tlalahuiyac: es buena tierra, en que todo se logra, de disfrute: la abono con estiércol, con materia
descompuesta, le doy buen perfume, la hago apetecible
Metlalli: esta tierra está repleta de magueyes, plena de ellos, se llena de ellos y de sus raíces.
(...)
Tepetlalli: es la carne del cerro, las tierras altas, la cuesta, es donde se crecen yerbas, se seca el barro duro,
tierra de cenizas, tierra arenosa, en la que es bueno sembrar en tiempo de aguas, se da el maíz, el frijol, el
amaranto, la tuna, el nopal, el maguey, el capulin, lugar donde nacen arboles, donde brotan, donde nacen
las yerbas, los zacates, que está lleno de zacates, de magueyes, lugar repleto de magueyes, lugar repleto de
zacates, repleto de arboles, cubierto de zacates y de árboles, lugar de nopaleras, lugar lleno de nopales.
Tetlalli: Sale de demoronado, pinole, piedra: el cantero la arroja, la esparce, quizá lo que piedra, delgado,
molido, se pulveriza, se vuelve como pinole, mucho como pinole.
Tetlalli: La tierra sobre los cerros, lo pedregoso, lo lleno de piedras menudas, desmoronadas, repleto de
piedras, de piedras menudas, áspero, seco, profundamente seco; se hace, se logra el maíz duro.
Profundamente seco, seco, se endurece, irrigada algo produce.
Techiyahuitl: así mismo esta tetlalli, se dice techiyahuitl: debido a que en el tiempo que el agua… en breve
no está seco; lugar humedo, humedece, la tierra engrosa, riega.
(...)
Tlalcocomoctli: esta tierra cuando húmeda se hace esponjosa, de relieve desigual: es suelo donde hay
juncos, tierra con ceniza, de montículos de ceniza, terreno desnivelado, esponjoso: donde hay juncos,
tierra de juncos, o quizá el junco bien descompuesto, lo terroso, lugar de juncos, lugar de espadañas, que
se cubre de juncos y de espadañas, lleno de zacates, fértil,se engorda, buena carne.
Chiyauhtlalli: su nombre se dice de chiyahua (hacerse grasosa) y de tlalli (tierra): la cual siempre está
húmeda, aunque no se riegue, carnosa, comestible: en el tiempo de fuertes lluvias, muere, fenece: y en
tiempo que no corre la lluvia, se alegra, se hace prospera, fragante. Sobre la tierra grasosa produzco
comida.
Tlalzolli: se dice de la tierra que no es buena: debido a que no se logra bien ahí nada, nada se logra, a que
no es buena para nada, sin provecho. Inútil, sin remedio, tierra vieja, que se hace vieja.] Historia general
de las cosas de Nueva España, loc. Cit. Libro XI, capítulo 12, parágrafo 3. La traducción del nahuatl es
nuestra.

110
En el mundo nahua el ticitl era el especialista en la enfermedad. Su labor y
conocimiento eran el ticiyotl que según el vocabulario de Molina sería el “arte de medicina,
o cosa de médicos, o adivinación por agueros, agorería de echar suertes”48. El ticitl tenía que
determinar primero la causa de la enfermedad y el modo en que se trataría la misma. Pero la
causa de la enfermedad podía ser algún mal comportamiento del afectado, el daño causado
por algún otro mediante algún hechizo, la no observancia de los rituales, o el rompimiento
del equilibrio cósmico, etc. Para adivinar la razón de tal o cual afección se tenía que recurrir
entonces a la adivinación; tal y como, todavía en nuestros días, se busca el origen de la
enfermedad entre muchos de los pueblos herederos de tradiciones de origen prehispánico.
Se avientan los maíces, se lee el huevo arrojado en un vaso con agua, se observa fijamente y
se lee el movimiento de la flama de una vela, se obtiene la respuesta en sueños o bien se
tiene que “ir” por la respuesta mediante la ingestión de los hongos que en algunos lugares se
conocen como “san Pedritos” o “San Juan”. Luego, se aplica el remedio. Se suministran
hierbas al enfermo, se le baña, se le extrae lo que le habían introducido 49, se le frota con
ungüentos o con hierbas, se le purga, etc. Del mismo modo, Sahagún nos dice que lo que se
consideraba deseable en un ticitl de su época era que fuera “entendido, buen conocedor de
las propiedades de yervas, piedras, árboles e raíces, experimentado en las curas. El cual
también tiene por oficio saber concertar los huesos, purgar, sangrar y sajar, y dar puntos, al
fin librar de las puertas de la muerte”50.

47 Vid. Supra cap. 2.


48 De Molina, Alonso (fray). Vocabulario en lengua castellana y mexicana. México, Imprenta de Antonio de
Espinoza, 1571, facsímil en https://archive.org/stream/vocabularioenlen00moli#page/n3/mode/2up, todas
las referencias a Molina están tomadas de este recurso.
49 En la actualidad es frecuente escuchar de personas que se han sanado porque “el que cura”, o “el que
sabe”, les extrae, con las manos o succionando con la boca, alguna piedra o animal pequeño que algún otro
les ha introducido en el cuerpo. En cierta ocasión me fue contado que en una localidad cerca de la costa
chica de Oaxaca, una persona se encontraba vendiendo en la plaza de la población, cuando un regidor le
pidió que se retirara o que le diera dinero. El comerciante no dijo nada, pero se quedó con el coraje de que
no lo hubieran dejado vender su producto. Además, el era de una comunidad famosa porque “ahí hay
muchos brujos”. Paso el tiempo. El regidor comenzó a sentirse mal, tenía un padecimiento en la garganta
que además de doloroso le impedía hablar. Quedó mudo y con grandes dolores. No podía comer y poco a
poco fue adelgazando y perdiendo fuerza hasta que, finalmente, murió. Había visitado muchos médicos
(de la medicina de tradición “occidental”) pero ninguno pudo curarlo. Es más, nunca supieron a ciencia
cierta de qué se había enfermado pues las pruebas que le realizaron siempre salieron normales. Así que fue
necesaria la realización de una autopsia. Y ahí fue cuando, al cortar la garganta del cadáver, salio una
pequeña lagartija corriendo. Esa era la causa de la enfermedad y había sido introducida por aquel
comerciante que, además, era brujo.
50 Sahagún, Tomo tercero, libro X, capítulo octavo. Resulta también interesante mencionar lo que se
consideraba indeseable de un médico: “El mal médico, es burlador y por ser inhabil, en lugar de sanar,

111
El ticitl, entonces, era un gran conocedor de su medio y de los recursos que en él
había, así como de su utilización para afrontar el desequilibrio. De hecho, aunque existía
una tradición médica europea de muchos siglos atrás, la mayoría de estudiosos del tema
están de acuerdo en que si se compara la eficacia de los remedios nahuas del siglo XVI
contra la medicina europea de la época, la primera resulta “superior”. Como sea, en ambas
se encuentra un uso herbolario y un conjunto de procedimientos para hacer que el cuerpo
expulse el mal de él, así como una estrecha vinculación con aspectos religiosos y
cosmológicos. Por ejemplo, ambas parten de una concepción antropológica donde el hombre
esta estrechamente vinculado con el orden cósmico y donde los desequilibrios en la persona
no son más que una instancia del acomodo o desacomodo de las fuerzas cósmicas, aunque
en Europa esto se haya diluido un tanto. Sin embargo, ¿no es cierto que para el pensamiento
cristiano la enfermedad es causada, en última instancia, por el pecado?, ¿no es acaso esto
una materialización de la lucha entre las fuerzas del bien y del mal?51

De nuevo, conviene que veamos más de cerca algunos ejemplos tomados del Códice
florentino:

empeora a los enfermos con el brebaje, que les da: y aun a las veces usa hechicerías o supersticiones por
dar a entender que hace buenas curas”. El texto nahuatl de todo este pasaje dice así: Ticitl: in ticitl
tepatiani, tlapatiani tlapalehuiani. In cualli ticitl tlanecmiliani, tlaiximatini, xiuhiximatqui, teiximatqui,
quauhiximatqui, tlanelhuayoiximatqui, tlayeyecole, tlaztlacole, iztlacole, tlaixyeyecoani, tlapalehuia,
tepatia, tepapachoa, tezaloa, tetlanoquilia, tlazotlaltia, tetlaitia, tlaitzmina, texotla, tehitzoma,
teeoatiquetza, nextli teololoa.
In tlahueliloc ticitl; ic tlaqueloani, itlaquel quichihuani tepamictiani, tepaixhuitiani, tlaohuitiliani,
teohuitiliani, tlatlanalhuiani, tetlanalhuiani, nonotzale, nonotzqui, pixe, suchihua nahualli, tlapouhqui,
tlapoani mecatlapouhqui, tepamictia, tlaohuitilia, tepixhuia, tesochihuia.” Nótese que, cuando habla del
mal médico nos dice que este adivina mediante los nudos del mecate (mecatlapuhqui). ¿Por qué habría de
considerarse esto como algo malo? Tal vez, simplemente porque a ojos franciscanos todo procedimiento
de adivinación tendría que ser malo. A menos que el adivinar con los nudos del mecate se nos muestre
como algo intrinsecamente malo o peligroso, debemos ser cuidadosos con el texto nahuatl del códice
florentino, pues existe en él una adecuación (si no es que censura) del contenido con respecto al
destinatario de la información proporcionada.
51 Si se me pidiera dar cuenta de las diferencias entre el “sistema médico” nahua y el europeo en el s. XVI
(en ambos casos, hablamos de una abstracción elaborada a partir de los vestigios de las mismas, que
pertenecen principalmente a las élites), diríamos que en Europa la tradición hipocrático-galénica había
olvidado su conexión con la pregunta antropológica: ¿que lugar ocupa el hombre en y frente al cosmos?,
para convertirse en un conocimiento más bien dogmático. Sin embargo, como hemos querido resaltar aquí,
tomado como un todo, es evidente que esta ausencia nunca fue total (y sin tomar en cuenta, por ejemplo,
las prácticas de empíricos, curanderos, judíos, madres de familia, etc. para atender distintos tipos de males
en Europa).

112
El hombre nahua podía enfermar por causa de los tlaloques52, de modo que existía un
conjunto de enfermedades relacionadas con el agua y la tierra. Su enfermedad podía ser
curada cuando hacía el voto de hacer unos tamales llamados tzoalli con la imagen de ciertos
númenes como quetzalcoatl (la serpiente emplumada relacionada con el viento),
chalchihuitlicue (deidad femenina del agua; la de la falda de piedras preciosas), tlaloc
(deidad masculina de la fecundidad de la tierra). También se hacian tzoalli con la forma de
algunos volcanes como el popocatepetl , el iztac tepetl (¿la iztaccihuatl, en la sierra
nevada?) o el poyautecatl. El enfermo pedía a los sacerdotes que le elaboraran la imagen
correspondiente con forma de persona, con sus dientes hechos de pepitas de calabaza y sus
ojos hechos de frijoles ayocotes. Luego, les ofrendaba unos cordeles adornados con papeles
y hule que se colocaban entre dos varas de tal suerte que los moviera el viento. Ofrendaban
también pulque en unas vasijas hechas de cascaras de chilacayotas, las cuales decían que
eran chalchihuites. Y esperaban cinco días para hacer una fiesta donde se convidaban
tamales a los asistentes, se bailaba y se tocaban instrumentos musicales, todo lo cual se
repetía en cuatro ocasiones durante la noche. Al amanecer, los sacerdotes descabezaban las
imágenes que habían hecho y se llevaban la masa al calmecac, donde se reunirían con
aquellos que habían hecho los votos y por quienes se habían elaborado las imágenes. Ahí los
viejos tomaban pulque y se emborrachaban antes de retirarse a sus hogares.

Los que elaboraban el pulque eran convidados a la fiesta. Ellos se preocupaban de


que el vino que proporcionasen fuera de calidad y se preparaban en su labor teniendo
abstinencia sexual por cuatro días. Además, en esos cuatro días se cuidaban de no probar el
pulque, ni el aguamiel pues creían que si abrían las tinajas del pulque antes de tiempo se les
podía torcer la boca (tennecuilihuia, tepantilihuiya). En general, las enfermedades que
causaban estas deidades eran diversos tipos de parálisis, la gota, la hidropesía, encogimiento
de algún miembro, rigidez, temblores, que se secara la mano o el pie. Sahagún dice:

(…) hacían semejante voto aquellos que se veían en algún peligro de ahogarse en el
agua; de los ríos o de la mar. Las enfermedades porque hacían estos votos era la gota de
las manos o de los pies o de cualquiera parte del cuerpo. Y también el tullimiento de
algún miembro o de todo el cuerpo: y también el envaramiento del pescuezo o de otra
parte del cuerpo, o encogimiento de algún miembro, o el pararse yerto (…) Decían

52 En lo que sigue Cf. con el Códice florentino. Tomo I, libro 1, Capítulo XXI.

113
también que si alguno se le secaba la mano, o el pie: o temblaba la boca, o los labios: o
si entraba en el, algún demonio: todo esto decían que acontecía, porque los dioses, de
que aquí se trata, se habían enojado contra el 53.

Otro grupo de enfermedades estaría relacionado con Xipe totec, el descarnado. Estas
enfermedades serían padecimientos de la piel o de los ojos; como las viruelas (que podrían
hacer alusión a cualquier enfermedad de la piel que involucrara sarpullidos o vesículas y
fiebre), los postemas (que podrían estar haciendo alusión a cualquier abceso en la piel), la
sarna, o “el mal de ojos que procede de mucho beber” 54. Las enfermedades de Xipe que
enumera el texto nahuatl: ixayauhpachihuiliztli (según Wimmer, sería la opacidad del
cristalino, es decir, lo que en la actualidad denominamos “cataratas”), ixchichitinaliztli
(según Wimmer, el lagrimeo de los ojos), ixcocoliztli (que podemos traducir simplemente
como “enfermedad de los ojos”), ixnacapachihuiliztli (según Wimmer, excrecencias
carnosas sobre el ojo), ixoaoacihuiztli (enfermedad de los ojos de la que no poseemos
traducción), ixtamazolicihuiztli (según Molina, “ladilla”; según Wimmer, haciendo una
traducción literal del nahuatl, se trataría de una inflamación ocular del sapo; entonces,
probablemente se trataba de una afección ocular causada por un parásito que hacia que el
afectado fuera semejante a un sapo. Más que una “ladilla” pudiera tratarse de un nematodo
como Toxocara), ixtenpipixquiliztli (según Wimmer, supuración de párpados o mal de
pestañas), ixtezcaicihuiztli (que podemos traducir como enfermedad del espejo del ojo y que
Wimmer traduce como una ceguera producida por cataratas), ixtotolicihuiztli (según Molina,
“enfermedad de cataratas así”), papalaniliztli (según Wimmer, supuraciones; según Molina:
“papalani, persona llena de llagas”; podría entonces tratarse de la viruela, tal y como lo
traduce Sahagún), totomoniliztli (según Wimmer sería la formación de ámpulas sobre el

53 Idem. El texto nahuatl dice: “Auh inaquin coacihuia, oaoapaoaia, cuacuauhtia, cocototzauia: anozo
inaquin atlan miquiznequi, ehecatl ipan moquetza atla: uncan monetoltiaia inic tepiquiz, in quimpiquiz:
quetzalcoatl, in chalchihuitlycue, in tlaloc: popocatepetl, iztac tepetl, poyauhtecatl; ihuan incaco
quezquitetl tepetl inquinteneoaz in quipiquiz (…) Auh inaquin, ichtaca tlapaloaya in tlachtaca yia inmanel
zan tepiton ocon palo: iuh mitoaia tennecuiliuia tepantilihuii, ahuic momamana ahuic xoquihui inite:
ihuan inaca matzicoliuiia, imaquicuecuetza, icxi quicuecuetza, mocopichaui, icxicopichaui, icxi
cuecuechca, yhuxatotoco, ten papatlaca, tenhuihuiyoca, itech quineoa: mitoa, oquitlahuelique
inxoxouhque tepicme”.
54 Cf. Ibíd, Tomo I, Libro I, Capítulo XVIII. El texto nahuatl dice: “Anaoatl iteouh: tzapoteca in uel in teuh
catca, ini tequiuh pouia, in ixcoian y tlachioal, inineix cahuil: ic temotlaia, ic texoxaia, yehoatl
quitemacaia, in totomoniliztli, papalaniliztli, zazaoatiliztli, ixcocoliztli, ixchichitinaliztli, ixten
pipixquiliztli, ixtamazolicihuiztli, ixayauhpachihuiliztli, ixnacapachiuiliztli, ixoaoacihuiztli,
ixtotolicihuiztli, ixtezcaicihuiztli.”

114
cuerpo o viruela; sin embargo podría tratarse también de las ámpulas provocadas por la
sífilis), zazahuatiliztli (según Molina, “Sarna. Zahuatl, Xiyotl”)

Durante el segundo mes del año nahuatl, llamado Tlacaxipehualiztli, se llevaban a


cabo muchos sacrificios de cautivos55. Se les arrancaba el pelo de la coronilla, se les extraía
el corazón o se les hacía luchar amarrados de una gran roca circular, y se les desollaba. La
carne del cautivo se llevaba al calpulco, o casa de barrio, donde unos sacerdotes
desmembraban el cuerpo y repartían la carne, enviando un muslo a Moctecuzoma. Lo demás
llevándolo a comer a la casa de quien había hecho la captura. Ahí se cocinaba el cuerpo con
granos de maíz. La piel del cautivo era propiedad de su captor . Éste la prestaba para que
quien quisiera hacer votos a Xipe se la pusiera por encima. Y así andaban vestidos de las
pieles de los cautivos, recogiendo lo que la gente les quisiera dar, de lo cual llevaban al
captor que había prestado la piel, para que éste repartiera lo recaudado del modo en que
quisiera. El que hacía los votos usaba esta piel y andaba con ella todos los veinte días que
duraba el mes, hasta que, en el último día de Tlacaxipehualiztli, se organizaba una gran
procesión para ir a llevar las pieles a una cueva que se encontraba al pie de un templo. El
olor de las pieles era terrible. Sin embargo, mucha gente acompañaba la procesión. Eran los
que padecían alguna de las enfermedades arriba mencionadas. Hacían esto con la esperanza
de obtener la curación de sus males. Después de que se tiraran las pieles, los que las habían
usado se lavaban en el templo con agua mezclada con masa de maíz, luego iban a lavarse al
“agua común” dándose palmadas para quitar la grosura que se les hubiere quedado en el
cuerpo y se enjabonaban. Así, el rito en su conjunto era una especie de purificación, donde
el cuerpo y sus enfermedades podían simbolizar, entre otras cosas, las transgresiones de la
comunidad o el surgimiento de la fecundidad56.

55 En lo que sigue Cf. Ibíd. Tomo I. Libro II, Capítulos XXI y XXII.
56 Con respecto al significado de Tlacaxipehualiztli es recomendable el artículo de Dupey, Élodie. “De
pieles hediondas y perfumes florales. La reactualización del mito de creación de las flores en las fiestas de
las veintenas de los antiguos nahuas”. En Estudios de cultura nahuatl, no. 45, enero-junio de 2013, versión
electrónica en http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/nahuatl.html, consultado en
enero de 2017. En este artículo la autora afirma que el significado del portar las pieles no solamente tiene
que ver con la expiación de las transgresiones de la comunidad, o de los pecados personales, sino que los
rituales de Xipehualiztli se relacionan con los de la veintena siguiente para representar un mito: el de la
creación de las flores donde el semen de Quetzalcoatl toma forma de murciélago para morder dentro de los
genitales de Xochiquetzal y tomar una parte de ella (probablemente el himen), que llevaría delante de los
dioses y después al mictlan, para posibilitar el surgimento de las rosas (sic.). Así estos rituales tendrían que
ver con la renovación de la vida y el surgimiento de la fertilidad a partir de la muerte y la putrefacción.

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Durante los cuatro días previos a otra de las fiestas mexicas, la fiesta llamada
Xochilhuitl, dedicada a Xochipilli, los participantes ayunaban y se guardaban celosamente
de no tener relaciones sexuales57. De no guardarse la abstinencia, el dios podría enojarse y
enviar al trasgresor alguna enfermedad venérea o “de las partes ocultas” como almorranas,
pudredumbre del miembro, deviesos (tal vez algún tipo de inflamación o pústula), y
encordios (probablemente algún tipo de tumor) 58. Entonces, las enfermedades de Xochipilli
que podemos nombrar a partir del texto nahuatl son: xochicihuiztli (según Molina,
“xochicihui, tener diviesos, o nacidos”; “xochicihuiztli, almorranas”), menexhualiztli (según
Molina, “almorranas”), tlapalanaltiliztli (según Molina, se trata de la enfermedad del “que
tiene podrido el miembro genital), quexilihuiliztli (según Wimmer, inflamación de las
ingles).

Un último ejemplo. Sahagún nos cuenta, en su descripción de la deidad llamada


Tlaltetecuin, que:

A este dios hacíanle un oratorio de tablas pintadas, como tabernáculo, donde estaba su imágen.
En este oratorio o templo había muchos librillos y tinajas de agua: todas estaban atrapadas,
con tablas o comales: llamaban a esta agua tlilatl, que quiere decir: agua negra. Y cuando
algún niño enfermaba: llevábanle al templo o tabernáculo de este dios ixtlilton: y abrían una
de aquellas tinajas y daban de beber al niño de aquel agua: y con ella sanaba.59

Vemos pues, en estos ejemplos que también en el mundo nahua la enfermedad se


encontraba moralizada, que era un asunto colectivo y que no había diferencia entre el

57 La costumbre de “guardar días” es todavía frecuente en la actualidad. Por ejemplo, en algunas


comunidades hablantes de chatino se guardan 4, 9 o hasta 13 días antes de algún acontecimiento
importante como una boda, funeral, etc., antes de las fiestas patronales, ante algún peligro, etc. Con
respecto a las enfermedades de Xochipilli Cf. con Sahagún, Códice florentino, tomo I, libro I, capítulo 14.
58 Idem. “Cuatro días antes de esta fiesta, ayunaban todos los que la celebraban: así hombres como mujeres:
y si algún hombre, en el tiempo de este ayuno, tenía acceso a mujer, o alguna mujer a hombre, durante el
dicho ayuno: decían que ensuciaba su ayuno. Y este dios se ofendía mucho de esto: y por esto hería con
enfermedades de las partes secretas a los que tal hacían: como son, almorranas, pudredumbre del miembro
secreto, deviesos, y encordios. Y porque tenían entendido que estas enfermedades eran castigos de este
dios: por la causa arriba dicha, hacíanle votos y prometimientos: para que se aplacase y cesase de afligir
con aquellas enfermedades.” El texto nahuatl dice: “Zan neneuhque, inic neteu tiloiatecpantzinca inteuh:
inicuac nezahuililoia, intla aca toquichti ipan cioachochiz, anozo cihuatl, ipan oquichcochiz: motoaia,
quitlazolmictia ininezaoaliz, ic quitemacaia tetech quitlaliaia, quiteilhultiaia, quitemacehualtiaia, in
xochiciuiztli, in menexoaliztli, tlapalanaltiliztli, que xiliuiliztli, yuicpa netoloa, nenetoltiloia, inic quiceuiz,
inic quicuaniz, inic quicaxaoaz, cocoliztli.”
59 Ibíd, tomo I, libro I, capítulo XVI.

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correcto funcionamiento del cuerpo y el correcto actuar de la persona. Además, la fiesta del
Tlacaxipehualizli, si se trata de una fiesta de fertilidad que marca el cambio de la temporada
de secas a la temporada húmeda, entonces es un ejemplo claro de cómo la enfermedad se
enmarca en un conocimiento de la temporalidad del entorno (y por ende, responde a
preguntas del tipo: ¿Cuando se siembra?, ¿cuando se cosecha?, ¿Cómo medir el tiempo?,
etc.), de modo que es una enfermedad temporalizada.

Queda pendiente, sin embargo, la descripción de cómo, de manera concreta, se


utilizaban recursos específicos para tratar males específicos. Pienso que el análisis del
Libellus nos puede dar cierta idea al respecto, aproximación que, no obstante, al referirse
sólo a los años posteriores a la conquista europea, debiera tomarse con reservas en su
extrapolación. En la tercera parte de este texto se hará algún comentario acerca de los
recursos (en realidad sólo me enfocaré en las plantas) y de las enfermedades y
padecimientos en que se utilizan, por separado.

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