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Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Tema 5
Aspectos básicos de mecánica de rocas
Roca vs. macizo rocoso. Propiedades de la matriz rocosa. Criterios de rotura de la matriz rocosa: Mohr-Cou-
lomb, Hoek-Brown, ensayos de laboratorio. Resistencia a la cizalla de las discontinuidades, criterios: Patton,
Barton-Choubey. Criterios de rotura del macizo rocoso: Hoek-Brown y el GSI.

Mecánica de rocas
La Mecánica de Rocas se ocupa del estudio de las propiedades y comportamiento mecánico de los mate-
riales rocosos y de su respuesta ante la aplicación de fuerzas. Guarda una estrecha relación con la Geología Es-
tructural y con la Mecánica de Suelos, estando en parte a caballo de las mismas.

Se puede clasificar su ámbito de aplicación de acuerdo con el rol que juega el material rocoso: cuando
constituye la estructura (túneles, galerías, taludes), cuando actúa soportando la estructura (cimentación en roca de
edificios, presas, etc.) o cuando se emplea como material constructivo (escolleras, pedraplenes, rellenos, etc.).

Las rocas siempre están afectadas por discontinuidades (planos de estratificación, diaclasas, fallas, folia-
ciones, etc.) que separan bloques de “roca sana” o matriz rocosa. El conjunto de ambas entidades, roca sana y
discontinuidades, compone lo que se llama macizo rocoso. Ambas son sujeto de estudio de la mecánica de rocas.
Las discontinuidades son lo que marca la diferencia con la mecánica de suelos y lo que esquiva el paralelismo
entre ambas disciplinas.

Las propiedades índice, junto con la mineralogía y la fábrica de la roca determinan el comportamiento
mecánico de la matriz rocosa: porosidad, peso específico, permeabilidad, durabilidad, resistencia a compresión
simple, resistencia a la tracción, velocidad de propagación de ondas... son todos factores determinantes de su
comportamiento. Es por tanto un conjunto complejo, y aún lo es más cuando tenemos en cuenta la presencia de
discontinuidades y estudiamos el macizo rocoso.

Relaciones esfuerzo-deformación en rocas


El comportamiento tenso-deformacional de un cuerpo viene definido por la relación entre los esfuerzos
aplicados y las deformaciones producidas, y hace referencia a cómo se va deformando y cómo va variando el

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comportamiento del material rocoso al aplicarle una carga. En otras palabras, cómo varía la resistencia del material
para diferentes niveles de deformación: antes, durante y después de producirse la rotura. Su estudio se efectúa a
partir de ensayos en los que se registran las curvas esfuerzo-deformación de forma análoga a lo que hacíamos en
mecánica de suelos.

Como ya sabemos por nuestros estudios de Geología Estructural, hay tres tipos básicos de comportamiento
(fig. 1):

Figura 1. Modelos de comportamiento tenso-deformacional. "p resistencia pico, "r resistencia


residual.

Frágil: pérdida casi instantánea de la resistencia a través de un plano con poca o ninguna deformación
plástica. La resistencia se reduce drásticamente hasta casi alcanzar un valor cero. El valor pico y el residual, en
todo caso, son marcadamente diferentes y al ser la caída de resistencia brusca apenas existe diferencia entre la
deformación de pico y la correspondiente a la resistencia residual.

Frágil-dúctil: la resistencia de la roca decrece después de haber alcanzado deformaciones importantes. El


valor remanente es mayor que en el caso anterior.

Dúctil: la deformación aumenta hasta un punto en que la resistencia se mantiene constante. El valor pico y
el residual son iguales.

Módulos de elasticidad
Si se ensaya una probeta de roca sin confinar mediante la aplica-
ción, por ejemplo, de un ensayo de compresión simple, idéntico al que
vimos en mecánica de suelos excepto en lo que se refiere a las magnitudes
de los esfuerzos aplicados, se observa cómo se va generando una deforma-
ción axial, de modo que podemos dibujar la curva esfuerzo-deformación
del ensayo (fig. 2). La rama ascendente antes de alcanzar el valor pico re-
presenta un comportamiento lineal, elástico, para la mayor parte de las
rocas. En este dominio de comportamiento elástico la deformación depen-
de linealmente del esfuerzo aplicado y se cumple la relación:

! donde E es una constante de proporcionalidad conocida como


E=
" ax módulo de Young o módulo de elasticidad, que depende del tipo
de roca, y !ax es la deformación axial (en la misma dirección
Figura 2. Ensayo de compresión.
que la fuerza aplicada. Existe otra constante que define junto a E "
el comportamiento elástico de la roca, el coeficiente de Poisson: != t
" ax
donde !t es la deformación transversal de la probeta ensayada.

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En el campo de deformaciones elásticas, si se retira la fuerza aplicada se recuperan las deformaciones vol-
viendo la probeta a su forma inicial. A partir de un determinado valor de deformaciones, la roca no puede mante-
ner el comportamiento elástico, llegándose a un punto en el que comienzan a producirse deformaciones dúctiles,
donde se abandona la relación lineal esfuerzo-deformación. Este punto corresponde a un inflexión de la curva es-
fuerzo-deformación y se denomina límite de elasticidad (yield point). Puede ser bastante inferior a la resistencia de
pico. Una vez superado este umbral las deformaciones de la roca no se recuperan aunque se retire totalmente la
carga aplicada.

Criterio de rotura de Griffith


Los criterios de rotura son expresiones matemáticas que representan modelos simples para estimar la re-
sistencia del material según los esfuerzos aplicados y sus propiedades resistentes y predecir las condiciones en que
se producirá la rotura. En mecánica de suelos veíamos que el criterio de rotura más extendido es el de Mohr-Cou-
lomb, y vimos que para suelos resulta eficaz.

Las rocas, en contraste, presentan un comportamiento no lineal, por lo que este criterio, pese a la ventaja
de su simplicidad, no resulta completamente adecuado. Se ha comprobado experimentalmente que la resistencia
aumenta con el esfuerzo normal menos de lo esperable si así fuera.
En general, cuando el esfuerzo menor es tensional, los ángulos que
las fracturas forman con el esfuerzo mayor se apartan bastante de los
previstos por el criterio. Además, la resistencia tensional no es del
orden del doble o triple de la cohesión sino, por el contrario, aproxi-
madamente la mitad. Es decir, se necesita mucho menos esfuerzo
tensional para romper las rocas del que predice el criterio. Debido a
ello, en mecánica de rocas (tanto si tratamos con la matriz rocosa
como si tratamos con el macizo rocoso) es preferible emplear crite-
rios no lineales. En estos, la representación gráfica de la envolvente
de rotura no es una línea recta sino una curva (fig. 3). En la figura ve-
mos las implicaciones de usar uno u otro tipo de criterio. Los puntos
1, 2 y 3 resultan “seguros” en el criterio lineal al representar estados
Figura 3. Criterios de rotura. tensionales para los que no se produce rotura, sin embargo, si em-
pleamos el criterio no lineal observamos que los puntos 1 y 3 no son
posibles, pues representan estados para los que se habría producido rotura.

Un modelo más válido para cuando existen esfuerzos tensionales es el denominado criterio de Griffith.
Este modelo parte de asumir que los materiales sólidos contienen siempre un número elevado de minúsculas im-
perfecciones, huecos o grietas y que la fractura macroscópica se produce por crecimiento de las mismas. Aunque
el esfuerzo principal tensional medio a lo largo de la roca tenga un determinado valor, en detalle se producen
concentraciones de esfuerzos tensionales anormalmente altas en los extremos de grietas o huecos aproximadamen-
te normales al esfuerzo mayor. Esa concentración de esfuerzos hace que la grieta se propague en esos extremos
cuando el esfuerzo en ellos es suficiente, aunque el esfuerzo tensional medio en la roca sea mucho menor. La pro-
pagación de varias grietas o imperfecciones microscópicas hace que se unan unas con otras provocando fracturas
macroscópicas.

Una expresión del criterio de Griffith es:

#2 + 4T" - 4T2 = 0

donde T es la resistencia tensional de la roca. donde T es la resistencia tensional. Esta ecuación es la de


una curva parecida a una parábola y representa el criterio de fracturación cuando al menos uno de los esfuerzos
principales es tensional. Como puede apreciarse haciendo " = 0, la resistencia tensional es la mitad de la cohe-
sión.

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Es posible comparar la resistencia a la fracturación predicha por el criterio de Griffith con los resultados de
ensayos de compresión triaxial efectuados en rocas. McClintock y Walsh (1962) realizaron este ejercicio de com-
paración y observaron que existían numerosas discrepancias, por lo que realizaron una modificación de este crite-
rio, proponiendo que en compresión las grietas de Griffith se cierran y por tanto se desarrollan fuerzas friccionales
en las superficies de las mismas, lo cual debe influir en su crecimiento y propagación. La ecuación del criterio
modificado de Griffith es:

#=2!T+"!tag$

Es la ecuación de una recta que se une a la parábola de Griffith en "=0; como hemos visto en párrafos
anteriores el criterio de Griffith indica que cuando "=0 se cumple que T=c!1/2, por lo que en definitiva obtene-
mos:

#=c+"!tag$

es decir, coincide con el criterio de Griffith en la región tensional, y es de nuevo el criterio de Mohr-Cou-
lomb en la región en compresión.

Criterio de rotura de Hoek y Brown (matriz rocosa)


De entre los criterios de rotura no lineales el más difundido es el de Hoek y Brown (1980), se trata de un
criterio empírico no lineal válido para evaluar la resistencia de la matriz rocosa isótropa en condiciones triaxiales:

! 1 = ! 3 + mi " ! ci " ! 3 + ! ci2

Donde "1 y "3 son los esfuerzos principales mayor y menor en rotura, "ci es la resistencia a compresión
simple y mi es una constante que depende del tipo de roca. En el anexo de este capítulo podemos ver una tabla
con valores típicos de mi en función del tipo de roca. El valor de "ci se determina a partir de ensayos de laborato-
rio, del ensayo de carga puntual o se estima en el campo con el martillo de Schmidt.

Podemos comprobar las condiciones límite implícitas en la ecuación; si asignamos a "3 el valor cero de-
bemos obtener la resistencia de la roca a la compresión simple:

! 1 = 0 + mi " ! ci " 0 + ! ci2 = ! ci2 = ! ci

De forma análoga, si hacemos "1 igual a cero, el valor que


obtengamos deberá ser la resistencia a la tracción ("t):

!t =
1
(
" ! " mi # mi2 + 4
2 ci )
A menudo veremos esta ecuación expresada en forma paramé-
trica o adimensional, en términos de esfuerzos normalizados con res-
pecto a la resistencia a la compresión simple.

!1 ! 3 !
= + mi " 3 + 1
! ci ! ci ! ci

La expresión del criterio de rotura en función de los esfuerzos Figura 4. Envolvente de rotura.

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tangenciales y normales es:

B
% # $ #t (
! = A " # ci " ' n *
& # ci )

donde "t es la resistencia de la


roca a tracción y A, B son constantes
dependientes del valor de mi.

Figura 5. Comparación entre las lineas


de resistencia de calizas margosas de la
Cuenca del Ebro según los tres criterios
vistos.

Resistencia a la cizalla de discontinuidades


Como adelantábamos anteriormente, las discontinuidades condicionan de una forma definitiva las propie-
dades y el comportamiento resistente, deformacional e hidráulico del macizo. Le imprimen un carácter disconti-
nuo y anisótropo, haciéndolo más débil y deformable. Son planos preferentes de alteración, meteorización, desli-
zamiento y además permiten el flujo de agua. En el tema 6 veremos cómo se caracteriza un macizo rocoso y cómo
gran parte de esa caracterización se basa en la correcta y exhaustiva descripción de las discontinuidades que lo
afectan y cómo se usa esa caracterización para clasificarlo con diferentes fines.

Obviamente, va a resultar de importancia primaria evaluar las condiciones de deslizamiento sobre las dis-
continuidades, y esto se base en estudiar las relaciones entre los esfuerzos de cizalla aplicados y los desplaza-
mientos tangenciales producidos. La resistencia de los planos de discontinuidad a la cizalla viene dada por el cri-
terio de rotura de Mohr-Coulomb y se determina en ensayos de corte directo en laboratorio. Depende de la fric-
ción sobre los planos y en menor medida de la cohesión. La rugosidad o irregularidad de las paredes juega un rol
primordial en este aspecto, sobre todo para valores bajos de esfuerzo normal.

La resistencia a la cizalla de discontinuidades planas viene dada por la ecuación de Mohr-Coulomb:

! p = c + # n" $ tag % "

Pero los factores que controlan la resistencia al corte de las discontinuidades son el esfuerzo normal, la
rugosidad, la resistencia y deformabilidad de las paredes, el tipo espesor y propiedades del relleno, etc. El criterio
de Mohr-Coulomb sólo contempla el esfuerzo normal y las propiedades resistentes del plano; es una simplificación
útil, muy extendida y aplicable, pero una simplificación al fin y a la postre.

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Criterio de Patton
Otra aproximación la constituye el criterio
de rotura de Patton (1966), que incluye la influencia
de la rugosidad del plano descrita en función de un
ángulo de rugosidad “i” que se suma al ángulo de
fricción básico $b.

$p=$b+i

El valor de $p suele estar comprendido entre Figura 6. Irregularidades.


30º y 70º, el de $b entre 20º y 40º y el ángulo i varía entre 0º y
40º.

Si se ejerce un esfuerzo tangencial sobre una discontinuidad sometida a bajos esfuerzos normales, al pro-
ducirse el desplazamiento tendrá lugar una dila-
tancia (apertura o separación) de las paredes de la
discontinuidad, al tener que remontarse el Figura 7. Criterio de Patton.
ángulo i para permitir el desplazamiento;
opera entonces la fricción efectiva $b+i y el
valor de resistencia a la cizalla será:

(
! p = # n" $ tag %b + i )
Si los esfuerzos normales son altos, impi-
den la dilatancia y las irregularidades deben ser
cepilladas para permitir el desplazamiento, ac-
tuando el ángulo de fricción residual de la discon-
tinuidad:

! p = # n" $ tag %r

El paso de uno a otro depende de un cier-


to valor de esfuerzo normal. El resultado es que el
criterio de Patton es bilineal, con un valor de ángu-
lo de fricción mayor para esfuerzos normales bajos, y menor para esfuerzos normales altos.

Criterio de Barton y Choubey


A partir de la propuesta de este criterio se han realizado varias otras de carácter empírico entre las que
destaca el criterio de Barton y Choubey (1977). Se dedujo a partir del análisis del comportamiento de las disconti-
nuidades en ensayos de laboratorio y permite estimar la resistencia a la cizalla de discontinuidades rugosas; se ex-
presa de la siguiente forma:

, % JCS ( /
! = # n" $ tag . JRC $log10 ' * + +r 1
.- & # n" ) 10

donde JRC es el coeficiente de rugosidad de la discontinuidad (joint roughness coefficient) y JCS es la re-
sistencia a la compresión de las paredes de la discontinuidad (joint wall compression strenght). Según esta expre-
sión, la resistencia de la discontinuidad depende de tres componentes: una componente friccional que depende de

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$r; una componente geométrica que depende del parámetro JRC, y una componente función de la historia de la
discontinuidad (tipo de roca, grado de alteración...) controlada por la fracción JCS/"n. Las dos últimas representan
la influencia de la rugosidad:

$ JCS '
JRC !log10 & )=i
% # n" (

Su valor es nulo para esfuerzos normales altos, cuando JCS/"n =1, de modo que entonces la expresión de
Barton y Choubey queda reducida a la de Mohr-Coulomb para planos sin cohesión y ángulo de fricción residual.
Los valores más usuales de la “componente rugosa” i oscilan entre 3 y 100. La resistencia friccional total viene
dada por ($r+i) y por lo general no supera los 50º; a mayor valor de esfuerzo normal, menor valor de resistencia
friccional total.

Con el criterio de Barton y Choubey se obtienen valores de rozamiento muy altos para esfuerzos normales
bajos (el efecto de tener que “remontar” la rugosidad de Patton), por lo que cuando se cumple que JCS/"n>50 se
debe tomar un valor de ángulo de rozamiento constante e independiente de la carga usando en su lugar $p=$r
+1,7·JRC

En general, debido al efecto de la alteración de las paredes de las discontinuidades, el ángulo $r será me-
nor que el de la roca sana, $b; se estima mediante la siguiente expresión:

$r=($b-20º)+20·(r/R)

donde R es el valor del rebote del martillo de Schmidt o esclerómetro sobre corte fresco, es decir sobre
roca sana; r es el rebote de Schmidt en la superficie de la discontinuidad. Si las paredes de la discontinuidad están
inalteradas se cumplirá que $b=$r. Los valores típicos de !b en discontinuidades planas sin meteorizar son del
orden de 25º a 37º en rocas sedimentarias, 29º a 38º en rocas ígneas y 21º a 30º en rocas metamórficas.

Para asignar un valor a JCS: Si las paredes de las discontinuidades no están alteradas se toma el valor de
"ci. Si lo están, se obtiene ensayando con esclerómetro la pared de la diaclasa:

log10JCS=0,00088·%roca·r+1,01 (JCS en MPa y %roca en kN/m3)

Para asignar un valor a JRC (varía de 1 a 20): Se puede obtener por comparación visual con los perfiles de
rugosidad estándar (en los anexos de este tema). También del tilt test: se determina el ángulo a partir del cual se
inicia el movimiento y se aplica la expresión:

! " #r
JRC =
% JCS (
log ' *
& $n )

donde & es el ángulo obtenido en el tilt test y a partir del cual deslizan los fragmentos entre sí.

Debemos tener en cuenta que los parámetros JRC y JCS dependen de la escala considerada. Así, los perfi-
les mostrados en el anexo corresponden a superficies de 10 cm de longitud, si son mayores entra en factor la ondu-
lación del plano, no sólo su rugosidad. La resistencia a compresión JCS también disminuye al aumentar la escala.
Para contrarrestar estos efectos se han establecido unas relaciones para obtener los parámetros de diaclasas de lon-
gitud real Ln.

JCSn=JCS0(Ln/L0)-0,03JCS0

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JRCn=JRC0(Ln/L0)-0,02JRC0

La resistencia de las diaclasas a la cizalla a escala real puede ser estimada según una relación propuesta
por Barton (1990):

, % JCS ( /
! = # n" $ tag . JRCn $log10 ' * + +r + i 1
.- & # n" ) 01

donde i es el ángulo de ondulación a gran escala de las discontinuidades.

Resistencia de macizos rocosos: criterio de Hoek y Brown


Es necesario estimarla en muchos casos de análisis de taludes, cimentaciones y excavaciones subterráneas.
Sin embargo, es una tarea de una complejidad extraordinaria, según el grado de fracturación del macizo depende-
rá de:

• La resistencia de la matriz rocosa (pudiendo ésta ser isótropa o anisótropa)

• La resistencia al corte de una familia de diaclasas, o en general discontinuidades

• La resistencia al corte de dos o más familias de diaclasas, que no tienen porqué coincidir

• La resistencia global de un sistema de bloques rocosos con comportamiento en conjunto isótropo.

Obviamente, la gran cantidad de variables involucradas dificultan extraordinariamente la determinación


de un modelo matemático que prediga el comportamiento de un macizo. Fundamentalmente, hay dos tendencias
en el empleo de criterios de rotura para macizos rocosos. Uno es el empleo del criterio de Mohr-Coulomb, deter-
minando los parámetros de corte equivalentes c y $ mediante algún sistema empírico (normalmente estimándolos
a partir de la caracterización del macizo, como veremos en el tema siguiente)y el otro es el empleo del criterio de
rotura de Hoek y Brown (1980), un criterio empírico no lineal similar al que hemos visto para matriz rocosa. La
versión actual del criterio (ha pasado por numerosas encarnaciones: la primera versión de 1980 se pensó para usar
a partir del RMR de Bieniawski en excavaciones subterráneas en rocas muy duras, en 1988 se expandió a taludes;
en 1992 se adaptó a macizos rocosos de baja calidad; en 1995 se sustituyó el RMR por el GSI; la de 2002 repre-
senta la versión más refinada del criterio y es la empleada en el freeware RocLab, con la adaptación de 2004 a
rocas molásicas) es:

a
$ "! '
" 1! = " 3! + " ci # & mb # 3 + s )
&% " ci ()

donde mb es la constante de Hoek y Brown, que depende de mi (tipo de roca) y del GSI (Geological
Strenght Index) del macizo; s y a son constantes que dependen del GSI. Es decir, el empleo del criterio de Hoek y
Brown para estimar la deformabilidad y resistencia de un macizo requiere conocer:

• La resistencia a compresión simple de la roca sana, "ci

• La constante de Hoek y Brown, mi, para el tipo de roca

• El valor del GSI para ese macizo rocoso

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En otras palabras, la resistencia de una masa de roca depende de la roca sana que la compone, del grado
de fracturación que afecta a ésta, y del grado de libertad que tienen los bloques para moverse, lo que depende de
su forma y del estado de las superficies de discontinuidad.

Hoek (1994) elaboró el Geological


Strenght Index (GSI) como una medi-
da numérica del conjunto de esas
variables. Este índice evalúa la cali-
dad del macizo en función del grado
y las características de la fracturación,
estructura geológica, tamaño de los
bloques y alteración de las disconti-
nuidades. Una vez hemos asignado
un valor de GSI al macizo, estamos en
condiciones de calcular el resto de
parámetros del criterio de Hoek y
Brown:

" 100 %
mb = mi exp $ GSI !
# 28 ! 14D '&

" 100 %
s = exp $ GSI !
# 9 ! 3D '&

1 1 # "GSI "20
&
a= + ! % e 15 " e 3 (
2 6 $ '

donde D es un factor de perturbación


relacionado con relajación de esfuer-
zos y daños a la roca provenientes de
laboreo. Valores bajos de este factor se
obtienen en excavaciones con explosivos bien hechas, o efectuadas con tuneladora, dando como resultado una
perturbación mínima. Una excavación mecánica, o manual en masa, de poca calidad puede producir también una
perturbación mínima, D=0.

Parámetros resistentes equivalentes del macizo rocoso


La gran ventaja del criterio de Mohr-Coulomb, en comparación con estos criterios empíricos, es su simpli-
cidad. Conceptualmente es fácil de captar y de manejar, además gran parte del software geotécnico está escrito
pensando en el mismo. Por ello, el obtener los parámetros de corte c y $ equivalentes para el macizo se ha con-
vertido en el “gran objetivo” de la mecánica de rocas. Se han propuesto varios procedimientos empíricos para de-
terminarlos, pero la aproximación al problema más empleada es la propuesta por el equipo de Hoek. Consiste en
efectuar un ajuste lineal a la curva generada con el criterio de Hoek y Brown considerando un rango de valores de
"3 situado entre la resistencia tensional de la roca y un valor máximo que varía en función de la resistencia a la
compresión de la roca y de la profundidad de la excavación o de la altura del talud.

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Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

&
( ) )
a%1
6 # a # mb # s + mb # $ 3n
!
" ! = arcsen ( +
( )( )
( 2# 1+ a # 2 + a + 6 # a # m # s + m # $ ! ( ) +
a%1
' b b 3n *

( ) ( ) ( )
a$1
" ci # %& 1+ 2# a # s + 1$ a # mb # " 3n
! '( s + mb # " 3n
!
c! =
( )
a$1
6 # a # mb # s + mb # " 3n
!
(1+ a) # ( 2 + a) # 1+
(1+ a) # ( 2 + a)
donde:

" 3max
!
" 3n
! =
" ci

Llamemos ahora resistencia global del macizo rocoso, "'cm a:

a$1

( ( ))
%m
mb + 4 # s $ a # mb $ 8 # s # ' b
&
(
4 + s *)
" cm
! = " ci #
2# (1+ a) # ( 2 + a)

La determinación del valor máximo de "'3max depende de la aplicación específica en la que estemos traba-
jando. Hoek et al. (2002) plantean dos ejemplos:

• Túneles - donde el valor de "'3max es el que proporciona curvas características equivalentes para los dos
criterios de rotura para túneles profundos, o perfiles de subsidencia equivalentes para túneles superficiales. Es
decir, se van dando valores para el criterio de Mohr-Coulomb y el Hoek y Brown hasta encontrar el valor de "'
3max que da curvas equivalentes. Para túneles superficiales, en los que la profundidad bajo la superficie es infe-
rior a 3 diámetros del túnel, las relaciones obtenidas son idénticas a las correspondientes a túneles profundos,
siempre y cuando se evite el colapso hasta la superficie (% es el peso específico del macizo rocoso y H la pro-
fundidad del túnel bajo la superficie).

+0,94
" 3n
! % "! (
= 0,47 # ' cm *
" cm
! & $ #H)

• Taludes - aquí el factor de seguridad calculado y la forma y localización de la superficie de rotura han
de ser equivalentes. La correlación en este caso se hace con la altura H del talud:

+0,91
" 3n
! % "! (
= 0,72# ' cm *
" cm
! & $ #H)

Recapitulando, el procedimiento de cálculo de los parámetros de corte equivalentes del macizo rocoso
por el método de Hoek y Brown es:

1. Determinar la resistencia de la matriz rocosa a la compresión simple, el GSI del macizo y el coeficiente
mi (éste a partir del tipo de roca). Asignamos un valor a D, el factor de perturbación de la excavación.

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Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

2. Calculamos los parámetros mb, s y a del criterio de rotura de Hoek y Brown.

3. Determinamos el valor de la resistencia global, "'cm

4. Conocida la profundidad del túnel y el esfuerzo vertical a esa profundidad ((%·H) determinamos el es-
fuerzo "'3max

5. Determinamos "'3n

6. Calculamos c’ y $

El objetivo, en definitiva, es proponer un equiva-


lente “Mohr-Coulomb” lineal al criterio no-lineal,
el par de parámetros de corte equivalentes ins-
tantáneos para el entorno de esfuerzos en el
que estamos trabajando. Es decir, si estamos
trabajando con un macizo cuya envolvente de rotura es
la línea curva de la figura, siguiendo el criterio de Hoek y
Brown, si la situación de la obra corresponde a valores
bajos de esfuerzo normal, efectuamos los cálculos co-
rrespondientes y obtenemos unos valores de los paráme-
tros de corte equivalentes para ese rango de esfuerzos
(c’=0,09MPa y $ =50º); si ese mismo macizo está a altos es-
fuerzos normales funcionará con otros parámetros de corte (en la
figura c’=0,38MPa y $ =28º ). Varios autores (por ejemplo
Úcar, 2005) critican el procedimiento, señalando que el rango
de esfuerzos que escogen Hoek et al. (2002) es excesivamente Figura 8. Parámetros de corte equivalentes a partir del
criterio de Hoek y Brown.
amplio, y en determinadas condiciones conduce a soluciones
espúreas.

Bibliografía recomendada para este tema


Ferrer Gijón, M., González de Vallejo, L. (editores). 2000. Manual de campo para la descripción y caracteriza-
ción de macizos rocosos en afloramientos. IGME (Ref: 5203/67). ISBN: 84-7840-387-6.

González de Vallejo, L.I. (coord.), 2002. Ingeniería geológica. Prentice Hall, Pearson Educación, Madrid,
744pp.

Hoek, E., 2001. Rock engineering. Course notes by Evert Hoek. Rocscience Inc. 324 pp. Documento pdf.
http://www.rocscience.com/hoek/Hoek.asp

Hoek, E., y Bray, J.W., 1977. Rock slope engineering. The Institution of Mining and Metallurgy, Londres,
402pp.

- V.11 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Anejos

Perfiles de rugosidad estándar para estimación del JRC

- V.12 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Tabla de valores de mi según Hoek (2000).

- V.13 -
Ingeniería Geológica y Prospección Geofísica

Cuadro de determinación de GSI. Esta versión corresponde a la disponible en RocLab, 2002.

- V.14 -

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