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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUERRERO Ciencias de la educació n

Temachi catzintli
Onteanqui

EMANCIPARNOS
REEDUCARNOS
UNIDAD ACADÉMICA

FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Temachtiani


PARA

“Mtro. Emérito Rafael Bonilla Romero”

SEMINARIO – TALLER
TEORÍA Y ANÁLISIS DE SISTEMAS EDUCATIVOS

ENSAYO: Origen y Desarrollo de la


Educación Superior en México

IESM
COORDINADOR: MC. Carlos G. Villarino Ruiz y MC.
Cándida Ortega Ángel
ELABORÓ: Miguel Basilio Díaz
CHILPANCINGO,GUERRERO 24 DE ABRIL DE 2010
INTRODUCCIÓN

México tiene un sistema educativo diverso, complejo, atractivo como objeto de


estudio, pero también lleno de contrastes y contradicciones. Cómo explicar el
increíble desinterés, que desde hace muchos años, ha pasado la educación
superior. Esta actitud variable del sistema educativo, no ha permitido abordar las
grandes dimensiones de los problemas y deficiencias que están detrás de los
elevados niveles de fracaso personal de muchísimos jóvenes a través de la
historia, y que están relacionados con las limitaciones y errores que vienen
ocurriendo desde el inicio de la educación superior en nuestro país.

La Universidad es una institución social y por lo tanto su organización y los


principios de su funcionamiento están condicionados por las situaciones sociales
en las que surgió y desarrolló. Se gestó como un medio para institucionalizar dos
actividades humanas: la educación y la investigación, es decir, la preservación y la
transmisión de la riqueza cultural y científica de la sociedad y la expansión de las
exigencias científicas y teóricas por medio de la reflexión crítica y el
enriquecimiento con nuevas ideas.

De este modo en México la educación superior ha presentado cambios de


paradigma a través de su historia, cambios que se han dado desde el Estado
desarrollista conservador al Estado modernizador y evaluador.

De tal manera que en el siguiente trabajo se presenta un bosquejo general de lo


que ha sucedido en nuestro país acerca de las instituciones de Educación
Superior. Cómo iniciaron, cómo evolucionaron, su desaparición y resurgimiento a
través de las diferentes épocas que caracterizaron la historia de México.

ÍNDICE
Introducción

1. Inicio de la Educación Superior en México

2. La educación superior en la época de la colonia

3. La educación superior en el México Independiente

4. La educación superior durante la república restaurada

5. La educación superior durante el Porfiriato

6. La educación superior al triunfo de la revolución

7. La Evolución de las Escuelas Técnicas y las Ingenierías

8. El Surgimiento del Instituto Politécnico Nacional

9. El Surgimiento de las Universidades en los Estados

10. La Institución Privada de Educación Superior más Antigua

11. El surgimiento de la ANUIES

12. La educación superior ante el nuevo siglo

Conclusión

Bibliografía
1. Inicio de la Educación Superior en México

La educación superior universitaria se inicia en México en el siglo XVI, al


establecer la Corona Española: La Real y Pontificia Universidad de México por
Cédula Real de fecha 21 de septiembre de 1551. La universidad fue denominada
"Real y Pontificia" porque, como las demás universidades del mundo hispánico, se
creó por concesión del Monarca y del Papa. Se rigió por los estatutos de la
Universidad de Salamanca, y la Corona podía intervenir por conducto del Virrey,
los visitadores o los miembros de la Audiencia, para vigilar su buena marcha.

Los cursos se iniciaron el 25 de enero de 1553, impartiéndose seis cátedras:


teología, sagrada escritura, cánones, leyes, artes, retórica y gramática; la cátedra
de artes comprendía lógica, matemáticas, astronomía, física y ciencias naturales.
Más tarde se creó la cátedra de medicina. “donde los naturales y los hijos de
españoles estudiarían todas las ciencias a imagen de la Universidad de
Salamanca.” La segunda universidad creada por la Corona Española fue la Real y
Literaria Universidad de Guadalajara, por Cédula del Rey Carlos IV, de fecha 18
de noviembre de 1791, efectuándose su inauguración el 3 de noviembre de 1792,
con cuatro cátedras iniciales: cánones, leyes, medicina y cirugía.

Las primeras universidades en provincia se establecieron en San Luis Potosí,


Puebla y Guadalajara, en las que se impartían cursos avanzados de estudios
universitarios, aunque para graduarse los alumnos debían hacerlo en la
Universidad de México.

Fue a finales del siglo XVIII cuando se sentaron las bases para la creación del
Estado nacional moderno y de su correspondiente sistema educativo, que apoyó
el estudio de la tecnología y los asuntos de tipo práctico. Como consecuencia, en
1772, se creó el Colegio de Minería y el Jardín Botánico.
2. La educación superior en la época de la colonia

En América Hispana las universidades fueron creadas para servir en forma


simultánea al Estado y a la Iglesia, habiendo estado su carácter y estructura
fuertemente influenciados por las universidades madres españolas.

Las instituciones de educación superior existían primariamente para dar


entrenamiento religioso, mirado como un servicio al Estado, ya que la mayoría de
los graduados irían a ocupar cargos en la burocracia estatal. La universidad fue
tradicionalmente una institución social elitista, una cuyas finalidades principales en
América Colonial, fue la formación de la elite dirigente y más tarde, durante la
República, la de la clase política.

La enseñanza escolar empezó temprano, con la fundación de colegios


conventuales, el primero de los cuales aparece en Santo Domingo (1505),
estableciéndose además algunos institutos independientes.

Los colegios para indios fueron importantes. Ya en 1513 la Corona de España


dispone enseñar latín a indios escogidos de las Antillas y se fundan los primeros
colegios en Perú y México (1523). En este último, además de religión y latín se
enseñaba música, escultura, pintura y oficios. En 1536 se funda en la Villa de
Tlaltelolco, el Colegio Imperial de Santa Cruz, para caciques, que tuvo entre sus
enseñanzas la medicina indígena.

Una vez que los colegios y escuelas que fueron estableciéndose en las ciudades,
se desarrollaban y crecían, aspirando a convertirse en universidades. En 1551, se
crean las universidades de México y de Lima, inauguradas en 1553.

El número de instituciones que se atribuyeron prerrogativas universitarias durante


los casi 300 años de la Colonia, fueron 26, aunque nunca coexistieron todas
juntas. Sin embargo, durante ese lapso formaron cerca de 150.000 profesionales,
muchos de ellos mejores que los mejores de las universidades españolas. El
carácter y estructura de las universidades durante la Colonia, fueron creadas para
servir en forma simultánea al Estado y a la Iglesia, estas estuvieron fuertemente
influenciados por las universidades madres españolas, especialmente las de
Salamanca y Ávila. Y al igual que ellas, tuvieron cuatro Facultades: Artes,
Derecho, Medicina y Teología.

Casi todos los rectores eran clérigos y la mayor parte de las universidades fueron
organizadas por órdenes religiosas, las que proporcionaban no solo la mayor parte
de los directivos, sino también de los profesores. La preparación de los
estudiantes estaba orientada fundamentalmente a su capacitación para el servicio
del Estado o para lo religioso. Aunque el Estado les confería la autoridad legal, la
autoridad religiosa tenía también influencia importante, la que se manifestaba a
menudo por medio del "maestrescuela", que era un mediador oficial entre la
Universidad y la Iglesia.

De este modo el Estado, la Iglesia y la Universidad constituyen durante la colonia


una trilogía, que en alguna medida corresponde al Poder, el Dogma y el Saber,
cuyas relaciones no estuvieron exentas de frecuentes rivalidades y conflictos. La
universidad fue una de las pocas instituciones que gozó de una relativa autonomía
en la época, aunque violada con frecuencia por la Corona o la Iglesia. Las
instituciones de educación superior tenían como función primaria dar
entrenamiento religioso, mirado como un servicio al Estado, ya que la religión era
el vínculo sagrado que unía a la trilogía Iglesia, Estado y Universidad.

La participación de los Jesuitas fue muy vigorosa en la educación mexicana,


fundaron una gran cantidad de colegios interviniendo de manera sobresaliente en
la educación superior cabe mencionar que controlaban 24 colegios, 10 seminarios
y 19 escuelas. A su expulsión en 1767, significó algún aumento de la libertad
académica, esta fue acompañada por un mayor control del Estado sobre la
Universidad. Las universidades y seminarios tomaron caminos divergentes,
siguiendo las huellas de las tensiones de la Iglesia y el Estado.
3. La educación superior en el México Independiente

En el México independiente, si bien el proceso de secularización había conducido


a que el Estado asumiera casi toda la responsabilidad educativa, no con ello se
pensó en relevar por completo a la Iglesia de sus funciones docentes. Bajo la
vigilancia de los órganos estatales, se insistió que debería continuar desarrollando
tareas educativas para cubrir la demanda de las escuelas de primeras letras. Entre
1786 y 1817 se habían expedido decretos que exigían a la Iglesia que cumpliera
con su obligación de abrir escuelas gratuitas de primeras letras, (llamadas desde
tiempo atrás "escuelas pías"), no sólo en los conventos, sino en cada parroquia.

La exigencia de que la Iglesia participara en la educación como parte del proyecto


de instrucción pública fue una idea permanente en los inicios del siglo XIX, que se
dejó ver en los planes y reglamentos de la época. Se especificaron los límites de
la educación particular en el "Reglamento General de Instrucción Pública"
expedido por las Cortes Españolas el 29 de junio de 1821, el cual tuvo gran
influencia sobre los planes educativos del México independiente.

Durante esta época José Joaquín Fernández de Lizardi y Lucas Alamán,


denunciaban la falta de una educación popular, para ellos la necesidad de forjar
un nuevo programa educativo tenía un carácter prioritario en un país que iniciaba
su vida independiente, por lo que postularon tres directrices

1. La destrucción de cuanto fuera inútil y perjudicial para la educación y la


enseñanza
2. El establecimiento de la enseñanza de acuerdo con las necesidades que
presentaba el nuevo estado social.
3. La difusión entre las masas de los medios más precisos e indispensables
para aprender. (Diego Valdés Op. Cit.)

Las reformas llevadas a cabo por Valentín Gómez Farías en 1833, le sustrae la
enseñanza de las manos del clero y reiteraban la obligación que tenía la Iglesia
para abrir escuelas de primeras letras en parroquias y casas de religiosos
haciendo hincapié en que tenían que ser gratuitas, razón por la cual formaban
parte del sistema público de educación. En las primeras leyes de instrucción
pública, tanto de liberales como de conservadores, se insistió en la libertad de
enseñanza entendida en formas distintas. Los conservadores atribuían a la
educación la condición de progreso económico, en tanto que los liberales le
atribuían un requisito de evolución política , más sin embargo ambas tendencia
favorecían una reforma de educación científica y literaria e insistían en el
desarrollo de una personalidad individual, enérgica, racionalista con ideales
universales; libertad, igualdad y progreso En los debates constitucionales de
1857 se percibió ya la conciencia de que el medio para romper el poder ideológico
de la Iglesia no era mediante el fomento a la enseñanza privada, sino al contrario,
con el fortalecimiento de la instrucción pública.

La paulatina pero creciente secularización que se fue operando en consonancia


con las ideas liberales del siglo XIX minó el consenso católico, es decir, se
redujeron los espacios del culto, y se amplió el terreno de la vida secular. A partir
de ese momento, existió de parte de quienes defendían ideas distintas, la
necesidad de crear generaciones nuevas que reprodujeran y defendieran los
diferentes puntos de vista. Desde tiempos de la República Restaurada, la escuela
católica se traduce como escuela privada, en oposición fortísima a la de gobierno
y a las políticas apoyadas por el positivismo y la indiferencia religiosa del
Ayuntamiento. Estas escuelas estaban inmersas dentro de una cultura que
privilegiaba el conocimiento de la doctrina cristiana como único medio de asegurar
la sobrevivencia moral de la sociedad, y como único medio de normar las
relaciones dentro de la familia. La escuela particular en México adquirió desde
entonces el sentido que tiene actualmente, de ser una opción a la escuela estatal,
donde las políticas oficiales pueden ser cuestionadas y aún combatidas. La
escuela católica surgió como un lugar donde se rechazaron las leyes de Reforma,
donde se criticaron violentamente las políticas anticlericales del gobierno, pero
sobre todo como un espacio donde podrían reproducirse los valores y las
tradiciones católicas.
Cabe mencionar que al término de la independencia se fundaron dos
universidades en los estados de Yucatán y Chiapas

4. La educación superior durante la república restaurada

El triunfo de los liberales sobre el Imperio de Maximiliano significaba también una


gran derrota para el conservadurismo mexicano; se restauraba la República
Federal y se consolidaba el poder de los liberales. Poco tiempo después de
reinstalado el gobierno en la capital, Juárez se dispuso a poner en orden los
asuntos administrativos y a reorganizar los proyectos del programa liberal que las
circunstancias le habían impedido llevar a la práctica.

En el orden cultural y educativo, el liberalismo en el poder creó un vasto sistema


educativo, fundamentado en la filosofía del positivismo, con la que se buscaba
dotar a los mexicanos del instrumento intelectual necesario para impulsar el
desarrollo científico y técnico alcanzado por los países industrializados. Esta
filosofía pedagógica importada de Francia era muy acorde con los propósitos del
liberalismo mexicano-puesto que armonizaba con el liberalismo europeo, que se
inclinaba por una educación laica que liberara a la población del ancestral yugo de
la iglesia, la introdujera en el camino de la ciencia universal y en la búsqueda del
propio progreso y, en consecuencia, del progreso de la nación, inculcándole el
amor al trabajo.

Pero los postulados del positivismo eran muy claros al sostener que "no hay
progreso sin orden", y el orden era un ideal que México aún no realizaba. A pesar
de eso, la filosofía positivista impregnó todas las instituciones educativas creadas
durante el gobierno de Juárez, bajo el decreto que la educación debía ser
obligatoria y gratuita. Algunas de estas instituciones fueron la Escuela Nacional
Preparatoria organizada por Gabino Barreda; La Academia de Ciencias y
Literatura, destinada a impulsar la investigación científica y a formar profesores
para los niveles de educación superior; La Escuela Nacional de Ingenieros y La
Biblioteca Nacional de México, establecida para apoyar aquellos centros
educativos. La acción educativa del gobierno de Juárez consistió en una reforma
pedagógica muy importante aunque todavía no fuera de total alcance nacional que
renovó los métodos de enseñanza y tuvo como meta una educación integral
mediante la enseñanza objetiva que postulaba el positivismo.

La ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal, surge con el gobierno


de Benito Juárez. Dicha ley precisó las diversas áreas del conocimiento que
habrían de incluir los estudios en cada nivel, con apego en ésta, los estudios
profesionales se encauzaron sobre bases que en ese entonces se consideraban
científicos. Su importancia en la historia de la educación superior resultó ser
crucial, ya que sistematizó y organizó todas las escuelas de carácter profesional
que existían lo cual sirvió como referente para la fundación de la universidad
nacional en 1910. Dicha ley fue modificada en 1869 y la legislación sirvió de base
para que la mayor parte de las entidades federativas transformaran sus sistemas
educativos y se reafirmaran las ventajas de la instrucción media o secundaria de
carácter laico, positivista y científico. ( Cf Diego Valdés. Op. Cit. Pág. 556).

5. La educación superior durante el Porfiriato

En los años del porfiriato la Iglesia y el Estado mantuvieron la confrontación


iniciada en el siglo XIX por el poder sobre la orientación y la dirección de la
educación. Al triunfo de los liberales, decidió seguir una política de
condescendencia y tolerancia con la Iglesia que le permitió alcanzar la paz
gracias a esta postura del dictador, la Iglesia se reorganizó y obtuvo los espacios
suficientes para intervenir en la educación.

La ideología educativa oficial no logró ocultar las continuas concesiones a la


escuela confesional, como lo demuestra la creación de nuevas diócesis, de
nuevos conventos para hombres y para mujeres, el gran número de órdenes
religiosas que llegaron a México a fundar sus escuelas, que con las ya
establecidas, funcionaron sin ningún problema por parte del Estado. Los ataques
desde el seno de la Iglesia contra el régimen no descalificaban la dictadura, sino la
filosofía positivista, atea, que la permeó. Los liberales continuaron sus esfuerzos
para evitar que la educación siguiera en manos de la Iglesia, pero la tolerancia de
don Porfirio le concedió una posición de privilegio.

Gran parte de las primarias particulares dependían de las parroquias o de


maestros muy acreditados en las localidades, escuelas pequeñas pero con
prestigio social. Las preparatorias (que incluían tanto a la secundaria como a la
preparatoria propiamente dicha), dependían en su mayoría de los Seminarios
Diocesanos.

El crecimiento de la educación confesional fue considerable en la época porfirista;


sin embargo, la política planificadora del Secretario Joaquín Baranda mantuvo el
predominio del Estado y sus escuelas sobre la iniciativa privada; en 1888 se
promulgó la Ley de Enseñanza Obligatoria, aunque sólo el 33% de los niños
acudían a la escuela primaria. En 1876 se estableció claramente el ámbito de la
educación pública, las familias ricas tenían repulsión por las escuelas oficiales". , y
por ello buscaron la creación de las escuelas del clero, o de las escuelas para
grupos de extranjeros que también anhelaban una educación diferente.

La paz porfirista permitió, en los inicios del siglo XX, el advenimiento de muchos
grupos de religiosos y religiosas que abrirían las puertas de sus escuelas para
convertirse en las escuelas particulares de mayor prestigio en el país. Lasallistas,
jesuitas, maristas, salesianos, Religiosas de la Enseñanza, josefinas, Religiosas
del Sagrado Corazón, Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, teresianas,
ursulinas, Salesas, Esclavas del Divino Pastor, entre otras. Un número muy
considerable de escuelas confesionales se abrieron en muy poco tiempo.

La universidad Nacional de México, fue inaugurada el 22 de septiembre de 1910,


de acuerdo con la ley constitutiva de la Universidad, quedaba integrada por la
escuela Nacional preparatoria de Jurisprudencia, de medicina, de ingenieros, de
bellas artes y de altos estudios. El artículo 3° precisaba que el ministro de
Instrucción Pública y bellas artes, sería el jefe de la universidad Nacional de
México; además confería el gobierno de la institución al rector y al Consejo
Universitario.
6. La educación superior al triunfo de la revolución

La Revolución trajo consigo infinidad de cambios en las instituciones y en la vida


general del país. Las escuelas particulares sufrieron pocos trastornos en los
primeros tres años del movimiento, ya que el régimen maderista fue moderado en
su trato con las instituciones educativas y no intervino en el funcionamiento de las
escuelas confesionales.

El año de l9l4 marcó una fecha definitiva en cuanto a la vida de los colegios
particulares, fundamentalmente los católicos. Fue sin duda su año más difícil
durante la etapa revolucionaria. Diferentes fracciones, algunas anticlericales,
acusaron a los religiosos, no sin razón, de apoyar al régimen de Victoriano Huerta,
por lo que intensificaron la persecución de sacerdotes y montaron una campaña
en contra de las escuelas que éstos dirigían. Cuando la revolución armada llegó a
su fin, el país entró en un período de reconstrucción que no sería fácil. Al quedar
Venustiano Carranza como jefe supremo de la nación convocó el l4 de septiembre
de 1916 al Congreso Constituyente donde presentó un proyecto de Constitución
que mantenía muchos de los principios liberales de la anterior Carta Magna de
1857.

En materia de educación, el proyecto carrancista proclamaba que la enseñanza


sería laica en establecimientos oficiales, y gratuita la primaria elemental y superior
impartida en ellos. Este artículo sostenía el laicismo sólo para las escuelas
dependientes del gobierno; las instituciones particulares quedaban en entera
libertad de acción y el Estado no tenía derecho de intervenir en las políticas
educativas de éstas. La redacción del artículo educativo, tal y como lo proponía
Carranza, favorecía sin duda a los católicos y a sus escuelas, pues les permitía
buenos espacios para su funcionamiento. La libertad de enseñanza entendida a la
manera constitucionalista (educación laica), en torno de la cual se dieron las
mayores disputas, fue la manera como el Estado ejerció "democráticamente" un
fuerte control ideológico, aniquilando a uno de los contendientes por el poder
educativo. La orientación revolucionaria de la educación debería impedir la
penetración de las ideas religiosas. Los constituyentes pensaban que con el
artículo tercero destruirían a la escuela católica.

Este periodo construye un vasto sistema de educación popular. Se estableció la


educación rural, la educación indígena y la enseñanza técnica. Esta última abrió
el amplio abanico de las especialidades que exigía el desarrollo industrial del país.
La educación superior transitó por muchas transformaciones significativas, la
mayor parte de ellas relacionadas con la consolidación del proyecto de nación,
mismo que los diferentes gobiernos posrevolucionarios hicieron efectivo durante
sus mandatos.

Uno de los pasos de Obregón hacia la consecución de la unidad educativa, fue su


asentimiento para la creación de la Secretaría de Educación Pública en 1921, con
la cual la educación cristalizaría algunos de los ideales revolucionarios y se
convertiría, con suerte, en vínculo de unidad nacional, en sus inicios se caracterizó
por la apertura de escuelas, edición de libros y fundación de bibliotecas.

7. La Evolución de las Escuelas Técnicas y las Ingenierías

La educación técnica de nivel superior tiene sus orígenes en la época de la


Colonia (Entre otros planteles, se creó el ya mencionado Real Seminario de
Minería en 1792) y se devuelve en pequeña escala en el siglo XIX, su desarrollo
se logra propiamente después de la Revolución Mexicana. En 1916 se crea la
Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos Electricistas y la Escuela Nacional de
Química Industrial. En 1922 se establece la Escuela Técnica de Maestros
Constructores que se convertiría más tarde en la Escuela Superior de Ingeniería y
Arquitectura. En 1923 se creó el Departamento de Enseñanza Técnica, Industrial y
Comercial, del que pasaron a depender varias escuela técnicas de nivel medio y
otras de nivel superior, incluidas las ya mencionadas de Ingenieros Mecánicos
Electricistas, la de Maestros Constructores, y otras como la Superior de Comercio
y Administración. A partir de 1931, para reorganizar la educación técnica, se
establece la Escuela Preparatoria Técnica de cuatro años y la Escuela de Altos
Estudios Técnicos de tres años. La Preparatoria Técnica funcionó como
antecedente de estudios técnicos profesionales y al mismo tiempo como escuela
de capacitación de los estudiantes en diferentes áreas técnicas.

8. El Surgimiento del Instituto Politécnico Nacional

En 1937 el Gobierno Federal crea el Instituto Politécnico Nacional, institución


concebida como la culminación de una serie de esfuerzos realizados en el área de
educación técnica, en la que se agruparon las escuelas superiores existentes,
dependientes de la Secretaría de Educación Pública: Escuela Superior de
Construcción; Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica; Escuela
Superior de Ingeniería Textil,; Escuela Superior de Comercio y Administración;
Escuela Nacional de Ciencias Biológicas y el Instituto Técnico Industrial. Más tarde
se han integrado al Instituto Politécnico Nacional otras escuelas: de medicina, de
medicina homeopática, de economía, de ingeniería química, de física y
matemáticas y algunas más. En 1961 se creó por Decreto Presidencial el Centro
de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, dedicado
fundamentalmente a la investigación y los estudios de posgrado. El Centro realiza,
desde su fundación, tareas de muy alto nivel orientadas especialmente a la
formación de profesores investigadores en diferentes ramas científicas. La
necesidad de proyectar a todo el país los beneficios de la enseñanza técnica, llevó
a la creación de los institutos tecnológicos regionales, estableciéndose el primero
en el año de 1948 en el estado de Durango. Para 1960 había siete de estos
institutos y en 1976 sumaban un total de 47, diseminados en varias ciudades de
todos los estados de la República. De fecha reciente son los 17 institutos
tecnológicos agropecuarios y un Instituto Tecnológico Pesquero. La Universidad
Nacional Autónoma de México empezó en los últimos años un programa de
desconcentración de servicios, para distribuir mejor sus instalaciones y su
población escolar. En la actualidad cuenta con cinco campus distribuidos en la
zona metropolitana del Valle de México denominados Escuela Nacional de
Estudios Profesionales de Cuautitlán, Iztacala, Acatlán, Aragón y Zaragoza.
9. El Surgimiento de las Universidades en los Estados

Al establecerse la Universidad Nacional, Justo Sierra propone en México la


primera teoría moderna de la educación universitaria, concebida como la
culminación de la educación mexicana, para la enseñanza profesional, de grados
y la investigación. La universidad no se concebía como un lujo para el país, sino
como el lugar en el que se formarán los mexicanos que condujeran, en los niveles
directores, un conocimiento al servicio de toda la nación. Durante varios años la
Universidad Nacional se mantuvo como la única institución de nivel superior con
estudios correspondientes a carreras diversas, pero en 1917 se crea la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; en 1922 la Universidad de
Yucatán; en 1923 la Universidad de Yucatán; en 1923 la Universidad Autónoma de
San Luis Potosí y en 1925 la Universidad de Guadalajara

De 1930 a 1948 surgen las universidades de Nuevo León, Puebla, Sonora,


Sinaloa, Guanajuato, Colima y la Veracruzana. El resto se crea a partir de 1950,
como es el caso de la Universidad Autónoma del Estado de México, que por
decreto de 21 de marzo de 1956 se promulga la Primera Ley Orgánica de la
Universidad. Dentro de las universidades más recientes, se encuentran: la
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (1973), La Universidad Autónoma
Metropolitana (1973), la Universidad Autónoma de Chiapas (1975), la Universidad
Autónoma Agraria “Antonio Narro” (1975); la Universidad Autónoma de Baja
California Sur (1976) y la Universidad Autónoma de Tlaxcala (1976).

10. La Institución Privada de Educación Superior más Antigua

La Institución privada de educación superior más antigua es la Escuela Libre de


Derecho, establecida en 1912. En 1935 se fundó la Universidad Autónoma de
Guadalajara; en 1943 el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey y la Universidad Iberoamericana, pero la mayor parte de las
instituciones privadas que funcionan actualmente se crearon después de 1960. En
1938-1939 llegó a México la inmigración española, integrada por numerosos
intelectuales, y el gobierno federal fundó, con la participación de otras
instituciones, la Casa de España en México; en 1940 se convirtió en El Colegio de
México, institución que ofrece estudios de posgrado en las áreas de lingüística,
historia, economía y demografía, sociología y estudios de Asia y África del Norte.

11 El surgimiento de la ANUIES

En 1929 se otorgo la autonomía a la Universidad Nacional mediante la Ley


Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México, el decreto del 30 de
octubre de 1955 creó el Consejo Nacional de Educación Superior e Investigación
Científica, el cual sería el nuevo instrumento para normar las actividades de
enseñanza superior en México. Y apara los años 40 se reunían rectores y
directores de instituciones de educación superior con el objeto de intercambiar
información y examinar la problemática de sus casas de estudio, dichas reuniones
se llamaban Asambleas Nacionales de Rectores. Ya para 1948 decidieron crear
un organismo nacional que asociara en forma permanente a las universidades e
institutos de enseñanza media superior y superior, lo sentó las bases para que el
25 de marzo de 1950 se constituyera la Asociación Nacional de universidades e
Institutos de enseñanza superior de la republica mexicana, la que más tarde
cambiaría su nombre por el de Asociación Nacional de universidades e
Instituciones de educación Superior ANUIES.

Los años que van desde la aparición de los libros de texto gratuito hasta su
reforma en 1973 coinciden con el periodo conocido como del "desarrollo
estabilizador" caracterizado por un acelerado crecimiento de la economía, baja
inflación y una gran estabilidad económica.

Esta etapa de crecimiento por importantes instituciones y entidades de educación


superior, tales como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto
Politécnico Nacional y por el Consejo Nacional de Ciencia Y Tecnología
CONACyT . En 1969 por iniciativa de la ANUIES se creó la Coordinadora Nacional
para la Planeación de la Educación Superior CONPES. En 1978 se trazaron las
bases para el Sistema Nacional d Planificación Permanente de la Educación
Superior SINAPPES.

12 La educación superior ante el nuevo siglo

“La segunda mitad de nuestro siglo pasará a la historia de la educación superior


como la época de expansión más espectacular... Pero también es la época en que
se ha agudizado aún más la disparidad, que ya era enorme, entre los países
industrialmente desarrollados, los países en desarrollo y en particular los países
menos adelantados en lo que respecta al acceso a la educación superior y la
investigación y los recursos de que disponen”, Declaración Mundial sobre la
Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción. Documento aprobado en la
Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, convocada por la UNESCO,
París, 5-9 de octubre de 1998, p. 56

El siglo XXI se caracterizará por ser la era de la sociedad del conocimiento, que
hoy apenas se vislumbra con todo y sus impactos de los que todos somos
testigos. El conocimiento constituirá el valor agregado fundamental en todos los
procesos de producción de bienes y servicios de un país, haciendo que el dominio
del saber sea el principal factor de su desarrollo auto sostenido.

El valor estratégico del conocimiento y de la información para las sociedades


contemporáneas, refuerza el rol que desempeñan las instituciones de educación
superior. El dominio del saber, al constituir el principal factor de desarrollo,
fortalece la importancia de la educación; ella constituye el principal valor de las
naciones. Una sociedad que transita hacia una etapa basada en el conocimiento,
ofrece nuevos horizontes a las instituciones educativas, tanto en sus tareas de
formación de profesionales, investigadores y técnicos, como en la generación,
aplicación y transferencia del conocimiento para atender los problemas del país.

La educación superior del futuro será una puerta de acceso a la sociedad del
conocimiento, quizá la puerta más importante por su situación privilegiada para la
generación y transmisión del saber humano. En la sociedad del conocimiento, la
universidad tradicional coexistirá con universidades virtuales y con otras formas de
universidad, como son las "universidades corporativas" de las empresas, creadas
para satisfacer la demanda de educación permanente de su fuerza de trabajo en
diferentes niveles ocupacionales. Estas universidades poseen una fuerte base
tecnológica y se caracterizan por una estructura y un funcionamiento reticulado,
bajo el principio de llevar la educación al individuo y no el individuo a la educación.
Las universidades tradicionales se enfrentarán cada vez más a una fuerte
competencia por parte de estas organizaciones educativas de las empresas y el
reto salta a la vista.

Si bien la presión demográfica se ha atenuado en nuestro país en términos


globales al reducirse la tasa de crecimiento poblacional, la quinta parte de la
población todavía está en edad de escolarización obligatoria (primaria y
secundaria) y más de 50 millones de mexicanos tienen menos de 25 años. En las
dos primeras décadas del nuevo siglo continuará la presión sobre el sistema de
educación superior y ésta no empezará a disminuir sino hasta entrada la tercera
década.

La demografía constituye una de las variables altamente influyentes en el


comportamiento de la matrícula del sistema educativo en todos sus niveles. La
nueva composición demográfica y la mayor escolaridad de la población exigen una
reflexión profunda sobre las grandes orientaciones del desarrollo futuro de las
instituciones de educación superior.

México, como el resto del mundo, ha venido ampliando los niveles de escolaridad
de su población, tendencia que seguramente se reforzará en el futuro.
Actualmente se tiene un promedio de escolaridad de poco más de siete años.

México es un país en acelerado de urbanización. En la segunda mitad del siglo


veinte se ha dado la transición de una sociedad agraria a una sociedad urbana,
cuyo desarrollo ha ido aparejado al proceso de industrialización del país y de sus
regiones.
La educación superior es un fenómeno eminentemente urbano. No es de extrañar
que sus desequilibrios correspondan en gran medida a los desequilibrios del
crecimiento y distribución de la población del país. La concentración de la
población en las grandes urbes ha determinado la concentración de la matrícula
de educación superior, por lo que el desarrollo futuro de las ciudades será
determinante en la evolución de la educación superior en las próximas décadas.

En cualquiera de los escenarios planteados se espera tener para el año 2020 una
política clara para el desarrollo de las distintas regiones del país, con sustento en
su vocación productiva y en los nichos de oportunidad que ofrece el mercado
mundial. Las instituciones de educación superior habrán establecido alianzas
estratégicas con las empresas de la región, dentro de un esquema no solamente
trilateral entre México, Canadá y Estados Unidos, sino a nivel americano y en
relación con la Unión Europea y los países de la cuenca del pacífico, toda vez que
existirá en el continente americano una zona de libre comercio. México, muy
probablemente, mantendrá tratados de libre comercio con la Unión Europea y con
los países asiáticos de la cuenca del pacífico.

Sin embargo, las instituciones de educación superior, si bien con distintos matices
en función de los escenarios económicos planteados, continuarán operando en un
contexto de desigualdades regionales. De acuerdo con la tendencia, se espera
que la frontera norte esté más articulada con las economías norteamericana y
mundial y se fortalezca como polo de desarrollo industrial con el establecimiento
de industrias principalmente en la rama electrónica y de computación, y la
ampliación de la industria maquiladora. Por otra parte, la región sur del país no
habrá superado del todo los rezagos económicos y sociales acumulados
históricamente. Esta desigualdad regional exigirá de las instituciones de educación
superior la elaboración de programas de atención a las necesidades y problemas
específicos de cada región, en estrecha coordinación con los programas sociales
que gobiernos y sociedad civil impulsen en las distintas regiones, estados y
municipios del país.
CONCLUSIÓN

Los antecedentes y argumentaciones detallados en el escrito, evidencian la


historia que ha atravesado la educación superior, llevando consigo avances y
retrocesos, provocado por inmensidad de factores históricos, tales como
intereses personales, del estado y sobre todo el aspecto religioso el cual ha
influenciado de manera tajante en el desarrollo de la educación en nuestro país.

En consecuencia se percibe hasta nuestros tiempos, la existencia de factores


internos y externos dentro de nuestro sistema educativo y en especial el nivel
superior un estancamiento que no permite apuntar hacia los niveles de
excelencia del primer mundo, por lo tanto es evidente, la necesidad de realizar
una mayor reflexión, análisis, investigación y evaluación de los mecanismos de
fortalecimiento de la calidad de la Educación Superior en México. Para con esto
poder transitar en los tiempos cambiantes del mundo globalizado.

Pese a los esfuerzos realizados hasta el momento por las organizaciones


gubernamentales y sociales de nuestros tiempos, tales como la ANUIES, no
queda tan claro cómo se podrá solucionar tal problemática en los siguientes
años, por lo tanto es indispensable que los gobiernos federal y estatales, tomen
en sus manos esta problemática para de este modo poner en marcha programas
económicos y sociales de corto, mediano y largo alcance que permitan disminuir
las brechas existentes en educación de nuestro país.
BIBLIOGRAFÍA

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conocimiento.

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Universidad Autónoma de Coahuila. 1998.

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nuevas fuerzas del cambio en la educación superior

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México.

Senado de la república, La Educación superior en México, boletín, año V N|. 34,


Nov. –Dic. 2004.

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