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C u a r t a s e m a n a
L A C O M U N I Ó N
D í a 22
Un rebaño que restaura
10
Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo
que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi
Padre celestial.12 ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le
extravía una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en las colinas
para ir en busca de la extraviada? 13 Y, si llega a encontrarla, les
aseguro que se pondrá más feliz por esa sola oveja que por las noventa
y nueve que no se extraviaron. 14 Así también, el Padre de ustedes que
está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.
Mateo 18:10-14
D í a 22 Un rebaño que restaura
Afuera hay mucha gente ¿por qué habrían de estar aquí con nosotros?, ¿qué tenemos para
ofrecerles?, ¿vale la pena que vengan y se hagan de nosotros?
Un día pasó un hombre frente al templo, justo cuando terminaba el culto, al ver salir
a tanta gente alegre, saludando a unos y otros, sintió curiosidad y se acercó a preguntar:
“¿Qué están dando allí dentro?”. Buena pregunta ¿no? ¿Qué tiene la Iglesia que ofrecer al
mundo?
Antes de estudiar estos valores del Reino, sería bueno reconocer las ideas que el
pasaje NO nos enseña:
No dice que debemos mimar a los que se alejan, ni dice que debemos rogarles para que
regresen, porque no está hablando de cristianos rebeldes o deprimidos, sino de
personas que no encuentran un camino para llegar al rebaño. En Mateo 18:17, veremos
un caso diferente para los cristianos en problemas; pero aquí se nos habla de ovejas
perdidas, no de chivos saltones. Es muy fácil culpar a los pastores de los pecados de un
cristiano problemático que no acepta la autoridad pastoral o eclesiástica. A quien se
refiere Jesús, es a una oveja deseosa de regresar al rebaño que reconoce el error de
haber perdido el camino y anhela con todo el corazón ser hallada.
No dice que la oveja perdida vale más que las que están en el redil, sino que hay
preocupación por la que falta.
No dice que debemos descarriarnos para disfrutar del amor de Dios. El amor de Dios es
eterno y para todos y siempre que queramos disfrutarlo haciendo su voluntad, lo
podemos hacer.
No habla solamente a los pastores, sino al rebaño completo. A menudo hay gente que
quiere aplicar este pasaje solo a los pastores, pero el Pastor de esta historia es Cristo y
solo Él puede ser, no hay manera de aplicar este pasaje a un pastor terrenal. Él fue quien
descendió del cielo y busca a las ovejas perdidas. Cuando un pastor terrenal va hacia
donde está un perdido es porque El Señor ya fue con él, e impulsa a ese pastor a traerle
al rebaño.
El pasaje es un discurso para todos los que estaban presentes y estaban confundidos
en cuanto a quién sería el mayor, a la responsabilidad de los tropiezos, etc. Para Jesús fue
una oportunidad de enseñar a su Iglesia el perfil que debe tener comparándola con un
rebaño.
No menospreciéis a uno de estos pequeños, dijo El Señor y argumenta que sus ángeles en
el cielo ven siempre el rostro del Padre. Podemos interpretar que hay ángeles cuidando a
cada ser humano, que los niños tienen “ángel de la guarda”, que nuestro Señor se puso a
su nivel, en cuanto a su doctrina de los ángeles. O bien, podemos concluir sin complicarnos
la vida, que El Señor está hablando del valor eterno de cada ser humano por pequeño que
éste sea.
El Señor está tratando de dar a su pueblo, un principio fundamental: en cada ser
humano está Dios, amarle es amar al ser humano (1 Juan 4:20; Romanos 13:8; Marcos
12:30-31). No importa si es creyente o no. Hay algo de su naturaleza divina en cada uno,
puesto que fuimos hechos conforme a su imagen y semejanza (Génesis 1:27).
Una iglesia que reconoce la naturaleza divina, Su amor y plan en cada ser humano,
se convierte en una comunidad restauradora. En un rebaño donde los perdidos pueden
encontrar descanso en Dios. Seamos esa comunidad que restaura.
Imaginemos esta escena típica de aquella época: Los rebaños eran comunitarios, así que
había pastores y ayudantes, podemos decir que regresan a la aldea juntos, los niños y
mujeres salen al encuentro de ellos después de un día de trabajo. De pronto se dan cuenta
que falta uno de ellos, se informa que se perdió una oveja y que la está buscando. La tarde
empieza a declinar y todos miran de vez en cuando por la ventana para ver llegar por los
montes a quien todos esperan. De pronto surge entre las sombras una figura: es alguien
con un bulto en sus hombros y pese a que todavía está lejos para distinguir quién es, ya
saben que la oveja ha sido encontrada y hacen fiesta por ello.
La iglesia debe alegrarse en las alabanzas, la predicación, el compañerismo de un
culto en honor a Dios, pero si no hay ovejas encontradas, no hay razón para celebrar. Si Dios
concede un valor elevado a los que no le conocen, si la prioridad de Jesús es alcanzar a los
perdidos. Entonces nuestra celebración debe ser con ovejas encontradas. Celebremos
juntos los frutos de nuestro trabajo.
Jesús comenzó con un Mirad que no ... Esta es una advertencia, con desafío para
reconocer el valor de cada ser humano, recordar la prioridad de la evangelización,
reimplementar la movilidad del Reino y de renovar la celebración por alcanzar a los
perdidos.
Una simple historia cargada de enseñanzas y principios que deben ser los valores
que nos den la condición de Reino de Cristo nos desafía a ser una comunidad que restaura.
Seámosla viviendo los valores del Reino, la próxima vez que pase alguien por aquí y
pregunte: “¿qué están dando allí dentro?” digámosle esta verdad: que están dando la
oportunidad de ser encontrado por el Pastor Jesucristo y ser incorporado a un pueblo
santo, una iglesia llena de amor, una comunidad restauradora donde vivirán una vida de
felicidad plena y seguridad espiritual en este mundo en crisis.
D í a 22 Un rebaño que restaura
Asignatura
Reflexione con sinceridad cómo puede profundizar sus relaciones fraternales en la
comunidad de fe de la que forma parte y propóngase mejorar en esa área de su
vida.
Sea intencional, y realice alguna acción que imparta bendición a algún hermano
de su comunidad de fe que necesita apoyo fraternal.
Aproveche la primera oportunidad que tenga, para usar sus puentes relacionables
para compartir el evangelio a quien lo necesite.
Ore para que Dios perfeccione su carácter y le permita ser una persona que ama y
comparte vida en sus relaciones interpersonales.
Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:21.
E L L L A M A D O A
C u a r t a s e m a n a
L A C O M U N I Ó N
LLAMADOS A PESCAR
D í a 23
Cuarta semana
EL LLAMADO A LA COMUNIÓN
El origen de la comunidad de fe
Día 23
32
Todos los creyentes eran
El origen decomunidad
de la un solo de
sentir
fe y pensar. Nadie
consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían.
33 Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna
32
Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de
de sus posesiones, sino que las compartían. 33 Los apóstoles, a su vez, con gran poder
la resurrección
seguían del Señor
dando testimonio Jesús. La del
de la resurrección gracia
Señorde Dios
Jesús. se derramaba
La gracia de Dios se
abundantemente sobre todos ellos, pues
34 34
no había ningún
derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado necesitado
en la
en la comunidad.
comunidad. Quienes
Quienes poseían casas oposeían
terrenos casas o terrenos
los vendían, llevaban los vendían,
el dinero de las
llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban a los apóstoles para
ventas 35 y lo entregaban a los apóstoles35para que se distribuyera a cada uno según su
que se distribuyera anecesidad.
cada uno según su necesidad.
36
José, un levita natural de Chipre, a quien los apóstoles llamaban
36 José, un levita natural de Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que
Bernabé (que significa: Consolador[a]), 37 vendió un terreno que
significa: Consolador ), 37 vendió un terreno que poseía, llevó el dinero y lo puso a
[a]
Una expresión muy usada por la gente, cuando ya no le quedan esperanzas es: “Solo un
milagro lo puede cambiar”. Sin embargo, cuando estudiamos este pasaje, podemos
reconocer que, en medio de una gran necesidad de transformación, la única esperanza es
el milagro de la Iglesia.
¿Qué es un milagro? Es una intervención divina para saciar una necesidad humana
y provocar un gran bien.
¿Un milagro es una violación de las leyes naturales? Para nada, más bien es la
aplicación de algunas leyes que no conocemos aún y que Dios maneja soberanamente.
Así que, si ponemos atención, la vida cristiana está llena de milagros. Sin embargo,
uno de estos milagros, y tal vez el más significativo, después del milagro de la salvación, es
la creación de la comunidad de fe o Iglesia. Estudiemos el pasaje y seamos parte del
milagro:
El Señor se refiere a su Iglesia como “El Cuerpo de Cristo”, también como “La Esposa
del Cordero”. En todos los casos, se trata de un organismo viviente, y no solamente de una
organización de personas. Ya no solo existen los individuos, los cristianos solitarios, los
discípulos que caminan en pos de Jesús, ahora existe una persona que se conforma con
todas las individualidades que se unen y se entrelazan en un milagro de amor y de propósito
divino.
Ser la Iglesia de Cristo es cosa seria. Seamos parte del milagro.
fue el resultado de su estilo de vida, e imiten su fe. Hebreos 13:7. La cosa es sencilla: hay
que analizar el resultado de su conducta, y si los frutos son buenos, hay que seguirlos. A mí
me gustaría que todos me evaluaran a la luz de esta sentencia, en lugar de criticarme o
alabarme solo movidos por el odio o por el cariño.
De cualquier manera, una cosa es clara en el pasaje: el éxito de los siervos, pastores
y apóstoles no depende solamente de su trabajo apasionado, sino del milagro de ser
comunidad. Por muy capaces que sean los pastores, por muy brillantes, no son nada sin la
comunidad. El éxito de una iglesia no es un asunto de un solo hombre, ni de un grupo
selecto de hombres, es el resultado de la experiencia comunitaria que alienta, anima,
bendice y potencializa el trabajo de los siervos de Dios. Seamos parte del milagro.
llaman a esto “comunismo primitivo”. Dios lo llama Iglesia, Cuerpo de Cristo, Esposa del
Cordero.
Se desarrolla una nueva riqueza. Riqueza es disfrutar, gozar y sacar provecho de la vida, y
eso fue lo que los primeros cristianos aprendieron a hacer con sus vidas. Todo el libro de
los Hechos nos habla de la Iglesia como gente feliz y plena.
Podemos decir sin temor a equivocarnos que, si queremos solucionar los problemas
del país y del mundo, debemos evangelizarlos a todos.
Esta idea nos confronta con un desafío: debemos vivir la auténtica experiencia de
iglesia: el contentamiento comunitario.
Tenemos que reconocer que hay comunidades de fe que se dicen cristianas, que
viven malos ejemplos y torcidas experiencias religiosas que hacen escándalo, pero no han
cambiado nada en el mundo. Es triste, pero, se habla de algunos países como los más
evangelizados en Latinoamérica y, sin embargo, esos países son también aquellos en donde
hay más injusticia, pobreza e ignorancia. Tenemos que reconocer que algunos movimientos,
a pesar de los grandes números que manejan, no están estableciendo el Reino de Cristo, y
no son la verdadera Iglesia del Señor.
La Iglesia del Señor produce el milagro de la prosperidad. Seamos parte del Milagro.
Asignatura
Reflexione con sinceridad cómo puede profundizar sus relaciones fraternales en la
comunidad de fe de la que forma parte y propóngase mejorar en esa área de su
vida.
Sea intencional, y realice alguna acción que imparta bendición a algún hermano
de su comunidad de fe que necesita apoyo fraternal.
Aproveche la primera oportunidad que tenga, para usar sus puentes relacionables
para compartir el evangelio a quien lo necesite.
Ore para que Dios perfeccione su carácter y le permita ser una persona que ama y
comparte vida en sus relaciones interpersonales.
Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:21.
E L L L A M A D O A
C u a r t a s e m a n a
L A C O M U N I Ó N
D í a 24
LLAMADOS A PESCAR
La amistad que salva
Cuarta semana
20
y en seguida se dedicó a EL predicar
LLAMADO enAlas sinagogas, afirmando que Jesús es
LA COMUNIÓN
el Hijo de Dios. Todos los que le oían quedaban asombrados, y
21
preguntaban: ¿No es este el que en Jerusalén Día 24 perseguía a muerte a los que
invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos y
La amistad que salva
entregarlos a los jefes de los sacerdotes? 22 Pero Saulo cobraba cada vez más
20 y en seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de
fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que
Dios.
Jesús Todos
21 los que le23oían
es el Mesías. quedaban
Después asombrados,
de muchos días,y preguntaban:
los judíos se¿No es este el
pusieron deque
en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí
acuerdo para hacerlo desaparecer, 24 pero Saulo se enteró de sus
para llevárselos presos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes? 22 Pero Saulo cobraba
maquinaciones. Día y noche vigilaban de cerca las puertas de la ciudad con
cada vez más fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles
el fin de eliminarlo. 2523Pero sus discípulos se lo llevaron de noche y lo bajaron
que Jesús es el Mesías. Después de muchos días, los judíos se pusieron de acuerdo para
en unhacerlo
canasto por una abertura en la muralla.
desaparecer, pero Saulo se enteró de sus maquinaciones.
24
26
Cuando llegóDíaa Jerusalén,
y noche
trataba
vigilaban de de
juntarse
cerca lascon los discípulos,
puertas de la ciudad con pero todos
el fin tenían miedo
de eliminarlo. 25 Perodesusél, porque
discípulos
no creían se loque de veras
llevaron de noche fuera bajaron en un Entonces
y lo discípulo.
27
canasto porBernabé
una abertura lo tomó
en la a su
cargo
muralla. y 26
loCuando
llevó allególos aapóstoles. Saulo les
Jerusalén, trataba describió
de juntarse conen
losdetalle
discípulos,cómo
peroen el
todos
camino
tenían miedo había de visto al Señor,
él, porque el cual
no creían que dele veras
había hablado,
fuera y cómo
discípulo. 27 en Damasco
Entonces Bernabé lo
había tomópredicado
a su cargocon y lo libertad
llevó a losen el nombre
apóstoles. Saulode lesJesús.
describió Así
28
que secómo
en detalle quedó con
en el
ellos,camino
y andaba había visto al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había el
por todas partes en Jerusalén, hablando abiertamente en
nombre
predicadodel conSeñor.
libertad29en Conversaba
el nombre deyJesús.
discutía con los judíos de habla griega,
28 Así que se quedó con ellos, y andaba por
pero
todas ellosenseJerusalén,
partes proponían eliminarlo.
hablando abiertamente
30
Cuando se enteraron
en el nombre del Señor. de29ello los
Conversaba
hermanos,
y discutía con se lolosllevaron a Cesarea
judíos de habla griega,ypero
de allí
elloslosemandaron a Tarso. Cuando
proponían eliminarlo. Mientras se
30
31
Si preguntamos: ¿Para qué sirve la Iglesia?, ¿es importante congregarnos con la Iglesia?,
¿qué tan grave es dejar de congregarnos por cosas como el estudio, el trabajo, la familia, el
cansancio?, ¿no es la Iglesia un asunto anticuado que en esta nueva época debe ser abolido?
Estas y otras preguntas que se hacen muchas personas el día de hoy, incluso creyentes que
influenciados por la post modernidad prefieren vivir de una manera ligera, cómoda con
respecto al mundo y bastante superficial, podrían resolverse con una sencilla idea: somos
una comunidad que salva.
En el libro de Los Hechos encontramos no solo la conversión del apóstol Pablo, sino
su integración a la Iglesia. Es decir, no fue salvado para estar solo, sino para hacer equipo
con otros cristianos.
Estudiemos lo que este texto nos dice y aprendamos a valorar las bendiciones que
Dios quiere darnos por medio de su Iglesia.
D í a 24 La amistad que salva
perseguidor que había llegado a Damasco, precisamente para perseguirles. ¿Valía la pena
arriesgarse por causa de él?, se preguntaban. Pero la Iglesia hizo lo que tenía que hacer y
preservó la vida del más prolífico escritor del Nuevo Testamento y de uno de los personajes
centrales del libro de Los Hechos. En la Iglesia nos cuidamos las espaldas los unos a los otros,
o por lo menos eso es lo que deberíamos hacer los unos por los otros. En este mundo hay
gente que tiene una gran familia en la carne que les apoya y les soporta, otros tienen un
potencial económico o una trayectoria profesional en la que se sienten fundamentados;
pero también existen personas, como Pablo en aquellos momentos, que todo lo que tienen
para sentirse protegidos y sostenidos es la Iglesia, su equipo espiritual. En la Iglesia se suplen
necesidades de compañerismo, de amor, de enseñanza, de apoyo material, de consuelo, de
protección y de salvación física. No vivamos la fe en solitario, seamos Iglesia, ¡salvemos a
otros!
No sabemos cómo fue, esto es solo una narración producto de la imaginación, pero
tal vez Lucas pensó que no era tan oportuno contar los detalles porque no ha de haber sido
agradable esta falta de fe de los apóstoles confrontados por Bernabé.
D í a 24 La amistad que salva
Ahora bien, la cosa no era para menos, la verdad es que Bernabé se estaba
arriesgando bastante, pero ¿no es eso lo que hacen los amigos?
Un amigo te permite crecer. Esta no fue la única manera como Bernabé demuestra
su amistad para con Pablo, más adelante lo vemos integrándole a otros ministerios, porque
reconocía sus capacidades: 25 Después partió Bernabé para Tarso en busca de Saulo, 26 y,
cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Hechos 11:25-26a. También es claro que cuando
fueron enviados como los primeros misioneros formalmente organizados, al principio
Bernabé fungía como líder, pero poco a poco Pablo fue escalando y llegó a ser el líder
indiscutible. ¿Pero qué hizo Bernabé? sabía reconocer el liderazgo, no manifestaba ninguna
molestia o enemistad, Bernabé era un amigo insuperable. De hecho, algunos creen que esa
fue la razón por la que Juan Marcos, pariente de Bernabé profirió regresarse y abandonó el
viaje misionero. (Hechos 15:37-39). Sin embargo, Bernabé no manifiesta en ningún sentido
malestar alguno. Su amistad y amor para con lo demás le permitía gozarse en el crecimiento
de cada uno.
Bernabé se destaca en todo el Nuevo Testamento como el que supo ser amigo, el
tolerante, el restaurador, no fue tan famoso como Pablo, ni tan elocuente como Apolos;
pero sin su amistad, Pablo no hubiera llegado a donde llegó y su sobrino Marcos hubiera
sido un fracasado.
Definitivamente Bernabé era un tipazo y tocó a Pablo con su amistad como a Juan
Marcos.
Dios pudo haber usado muchos métodos para edificar la vida del gran apóstol Pablo,
pero quiso usar la amistad de Bernabé para tocar su vida para siempre. Deja que Dios use
tu amistad para salvar a otros.
En el mundo cristiano hay gente con una gran capacidad y una voluntad férrea para
hacer las cosas, y en ocasiones prefieren vivir sus propios valores, creencias y doctrinas para
no tener riesgos y problemas en una comunidad, pero olvidan que el plan de Dios no fue
salvar a solitarios, sino a familias, comunidades de fe, equipos del Reino. Recordemos que
cuando le dijo a Pedro: …te haré pescador de hombres…, no se refería a la pesca con
D í a 24 La amistad que salva
Asignatura
Reflexione con sinceridad cómo puede profundizar sus relaciones fraternales en la
comunidad de fe de la que forma parte y propóngase mejorar en esa área de su
vida.
Sea intencional, y realice alguna acción que imparta bendición a algún hermano
de su comunidad de fe que necesita apoyo fraternal.
Aproveche la primera oportunidad que tenga, para usar sus puentes relacionables
para compartir el evangelio a quien lo necesite.
Ore para que Dios perfeccione su carácter y le permita ser una persona que ama y
comparte vida en sus relaciones interpersonales.
Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:21.
E L L L A M A D O A
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LLAMADOS A PESCAR
D í AaLA COMUNIÓN
25
Cuarta semana
EL LLAMADO
La amistad Día
que 25 transforma
La amistad que transforma
Hay amigos que llevan a la ruina,
y hay amigos más
Hay amigos quefieles
llevan aque un hermano.
la ruina,
y hay amigos más fieles
Proverbios 18:24que un hermano.
Proverbios 18:24
El apóstol Juan, ya anciano, escribió una tercera carta en donde nos habla con toda la
experiencia de una vida con Dios, de lo que realmente significa vivir para Jesús, y con
ello exalta la auténtica teología cristiana que se expresa en las relaciones
interpersonales. Leamos toda la carta:
Salutación:
1 El anciano, al querido hermano Gayo, a quien amo en la verdad. 2 Querido hermano, oro
para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas
espiritualmente. 3 Me alegré mucho cuando vinieron unos hermanos y dieron testimonio
de tu fidelidad, y de cómo estás poniendo en práctica la verdad. 4 Nada me produce más
alegría que oír que mis hijos practican la verdad.
La oposición de Diótrefes:
9 Le escribí algunas líneas a la iglesia, pero Diótrefes, a quien le encanta ser el primero
que hace lo malo no ha visto a Dios. 12 En cuanto a Demetrio, todos dan buen testimonio
de él, incluso la verdad misma. También nosotros lo recomendamos, y bien sabes que
nuestro testimonio es verdadero.
D í a 25 La amistad que transforma
Doxología:
13 Tengo muchas cosas que decirte, pero prefiero no hacerlo por escrito; 14 espero verte
muy pronto, y entonces hablaremos personalmente. 15 La paz sea contigo. Tus amigos
aquí te mandan saludos. Saluda a los amigos allá, a cada uno en particular. 3 Juan 1
aunque no los conozcas. 6 Delante de la iglesia ellos han dado testimonio de tu amor.
Harás bien en ayudarlos a seguir su viaje, como es digno de Dios. 7 Ellos salieron por
causa del Nombre, sin nunca recibir nada de los paganos; 8 nosotros, por lo tanto,
debemos brindarles hospitalidad, y así colaborar con ellos en la verdad. 3 Juan 5-8.
En el primer siglo la gente viajaba mucho, la actividad comercial les exigía
trasladarse muy seguido de un lugar a otro. Roma había acabado con la piratería, había
construido muchas carreteras que facilitaban el comercio, pero quedó un problema, el
alojamiento. No había hoteles y las posadas o mesones eran de muy baja calidad
especialmente en las ciudades gentiles. Regularmente solo gente muy pobre y de baja
moral llegaba a dichos sitios. Una manera de resolver el problema, eran los pactos
fraternales que se hacían entre algunas familias; el pacto consistía en recibirse
mutuamente en sus respectivas ciudades y casas, cuando un miembro de familia no era
conocido por la otra, se le daba una contraseña. Esto lo hacían comúnmente todas las
gentes. Entre los cristianos el asunto llegó a su máxima expresión, los cristianos se recibían
mutuamente con la única contraseña de la fe o el testimonio que en aquella época no era
fácil suplantar.
Es importante decir, por otro lado, que, en los principios de la Iglesia, había un
ministerio de predicadores (profetas y evangelistas) itinerantes que viajaban de una
ciudad a otra, compartiendo con las iglesias. Es probable que un grupo de estos, era
dirigido por el apóstol Juan para atender la obra en esa región del mundo. Eran iglesias
que Pablo había fundado y debido al crecimiento explosivo de las mismas y a los pocos
maestros que había, se hacía necesaria la participación de muchos, especialmente de los
apóstoles para su atención. Este grupo estaba por llegar a la ciudad de Gayo y
seguramente necesitarían hospedaje, Juan entonces, los recomienda con Gayo por medio
de esta carta y agradece de antemano a Gayo su hospitalidad.
La enseñanza poderosa en este pasaje, radica en el hecho de que nuestra casa, aun
cuando no seamos predicadores o misioneros, puede ser de gran utilidad para la extensión
de la Palabra de Dios. Muchísima gente que no pisaría un templo, puede entrar por la
puerta de nuestra casa a la del templo. Vivir y andar en la verdad, incluye extender los
límites de nuestra vivencia de fe, no solo en los límites del templo al que asistimos, sino
en torno a nuestra comunidad, desde nuestra casa. Ref. José Borras, del monasterio al
ministerio.
Abramos la puerta de nuestra casa al mundo que nos rodea y necesita entrar a la
iglesia.
D í a 25 La amistad que transforma
El apóstol Juan estaba contento, no de que Gayo supiera muchas cosas, sino de que
las vivía, andaba en la verdad y, en tanto que tenía una actitud amistosa con los demás,
su amor daba testimonio de la verdad que creía. Por lo que encontramos algunas
características de una verdadera amistad.
La verdadera amistad tiene al Señor como eje y fundamento.
La verdadera amistad se goza en el crecimiento espiritual del amigo.
La verdadera amistad transforma la vida para bien. Es decir, edifica.
La verdadera amistad no tolera el desvío de la fe de aquel al que se ama.
D í a 25 La amistad que transforma
Un anhelo enfermizo de prestigio y poder. Quería una autoridad que no le había sido dada
por Dios. Esa clase de personas que se engolosina con algún tipo de poder que
circunstancialmente llega a tener, y lo ejerce con autoritarismo, y no solo no ayuda a
nadie, sino que hace daño a la obra de Dios. Posiblemente se origina en la carencia de
amor y aprecio en su formación, y se caracteriza por una necesidad de reconocimiento
desmedida. Este pecado se sigue dando en nuestras iglesias el día de hoy.
Desconocimiento de Dios. No conocía a Dios, y este era su problema. Qué lástima que
todavía haya gente que desconoce a Dios, aunque hable de Él y lo mencione, su vida es
una mentira ya que no se relaciona con Él.
Por otro lado, Juan recomienda a Gayo que no imite tal cosa, y menciona a
Demetrio como un ejemplo a seguir, y al mismo tiempo le encarga que lo reciba como
alguien digno de ser hospedado. La señal o contraseña que usa para esto era:
Su vida transformada. Demetrio, independientemente de si era el Demetrio que se opuso
a Pablo o el Demas que le abandonó, en este momento era un siervo de Dios, un hombre
que había sido transformado y ésta, su mejor contraseña, era su testimonio expresado en
buenas relaciones interpersonales. Todos, incluso Juan, daban testimonio del estilo de
vida cristiano de Demetrio, y esto era su mejor contraseña.
Nosotros, como Gayo, tenemos que escoger a quien imitar: a Diótrefes o a
Demetrio.
¡Elijamos vivir la verdad!
D í a 25 La amistad que transforma
muy pronto, y entonces hablaremos personalmente. 15 La paz sea contigo. Tus amigos
aquí te mandan saludos. Saluda a los amigos allá, a cada uno en particular. .3 Juan 13-
15.
Se le acabó el pergamino a Juan y ya no podía escribir mucho más, así que se
despide brevemente, no sin antes expresar su sincera amistad y amor para aquel que
leería su carta.
Quería verlo cara a cara, y se lo dijo,
y además se despide de él en forma muy especial: … Los amigos te saludan.
Saluda tu a los amigos, a cada uno en particular.
Vemos la amistad rondando por donde quiera en esta despedida. Podemos decir
que vivir la verdad es un asunto que se manifiesta y se expresa con una vida amistosa, una
vida llena de amor. Quien no es amigo, o quien no sabe ser amigo, vive cualquier cosa,
pero no la verdad. El cristianismo se expresa en relaciones interpersonales intensas,
fructíferas, edificantes, cercanas y llenas de amor, el cristianismo es amistad con Dios y
con los semejantes, el cristianismo es la vivencia de una verdad que se traduce en amistad.
Ese estilo de cristianismo monótono, legalista, aburrido, sarcástico, corajudo,
bilioso, enojón y cargado de amargura, no es en ningún sentido el cristianismo al que
fuimos llamados. El cristiano que tiene problemas para relacionarse con los demás, no es
la clase de cristiano que esta carta recomienda. El cristiano que Dios desea tener como
seguidor es esa clase de persona feliz, amable y amante que se relaciona con los demás y
los enriquece trasmitiéndoles amor a Dios. La verdadera teología se prueba en las
relaciones interpersonales sanas, edificantes y fructíferas. Vivamos la amistad que edifica
y transforma la vida de otros. ¡Seamos amigos!
Asignatura
Reflexione con sinceridad cómo puede profundizar sus relaciones fraternales en la
comunidad de fe de la que forma parte y propóngase mejorar en esa área de su
vida.
Sea intencional, y realice alguna acción que imparta bendición a algún hermano
de su comunidad de fe que necesita apoyo fraternal.
Aproveche la primera oportunidad que tenga, para usar sus puentes relacionables
para compartir el evangelio a quien lo necesite.
Ore para que Dios perfeccione su carácter y le permita ser una persona que ama y
comparte vida en sus relaciones interpersonales.
Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:21.
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LLAMADOS A PESCAR
D í a
Cuarta semana 26
EL LLAMADO A LA COMUNIÓN
El CuerpoDíade
26
Cristo
Ahora bien, ustedes sonEl Cuerpo el cuerpo de Cristo, y cada uno es
de Cristo
miembro de ese cuerpo.
Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo.
1 Corintios
1 Corintios 12:27
12:27
iglesia. 23 Esta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.
Efesios 1:22-23.
La Iglesia es mucho más que el templo: la Iglesia no es un edificio, es una comunidad
de personas redimidas por Cristo que se relacionan para cumplir con los propósitos del
Señor en la Tierra. El problema es que, muchas veces cuando vamos al templo decimos que
vamos a la Iglesia incluso cuando no es día de culto y la iglesia no está reunida. Tengamos
cuidado de ello y distingamos al edificio de la Iglesia.
Estamos estudiando solo una parte pequeña de un versículo: un cuerpo, pero no
perdamos de vista que la enseñanza y la importancia de la enseñanza es enorme. Se trata
de la esencia del carácter de la Iglesia. Existen algunos errores muy elementales y otros muy
complejos que debemos reconocer.
médica, educación social, etc., porque queremos mostrar el amor y el evangelio en acción.
Sin embargo, atender solamente las necesidades físicas de la gente sin considerar el
propósito principal de compartir el mensaje de salvación, es ir en contra de los propósitos
de la iglesia.
Es curioso, pero muchas personas vienen a nuestras reuniones buscando ayuda
económica. Algunos tratan de engañarnos porque solo buscan dinero para seguir con sus
vicios. Algunos nos dicen que están enfermos o que tienen a un familiar enfermo. Hemos
descubierto a algunos que nos dicen que su mamá murió, y nos muestran los mismos
documentos que nos mostraron el año anterior cuando nos contaron la misma historia.
En cierta ocasión, vino alguien que decía que era de Centroamérica, que era
cristiano, incluso que predicaba el evangelio en una iglesia de su país. Solo para estar
seguros, le preguntamos: —¿Qué dice Juan 3:16?, —esperando que nos dijera el versículo,
pero él respondió con la seguridad y la convicción que da la ignorancia: —que les manda
muchos saludos—. Por supuesto que le ayudamos. Lo hacemos con todos, pero algunos no
necesitan dinero para su droga o alcohol, sino el mensaje del evangelio.
Pero, lo más interesante es lo que descubrí recientemente: uno de esos necesitados
que viene buscando apoyo económico me dijo que era católico y me mostró un folleto que
hablaba de la virgen, aproveché para decirle: ¿por qué no va a la parroquia católica a que
lo ayuden? Y dijo lo siguiente: —de ahí vengo, pero el padre me dijo que no podía ayudarme
y él fue el que me mandó con ustedes. Esos sí te ayudan, me dijo—.
Ayudamos al prójimo, pero nuestra misión tiene que ver con la eternidad más que
con la materia, con las almas más que con los cuerpos.
Debemos distinguir la Iglesia de todas estas ideas: templo, club social, institución de
beneficencias, empresa, porque cuando entendemos lo que es la Iglesia, podemos ser parte
de ella de manera integral.
D í a 26 El Cuerpo de Cristo
Todo ser humano fue creado con necesidad, capacidad y voluntad para relacionarse
con otros. Además, los que hemos nacido de nuevo, hemos sido llamados para la
integración de una comunidad ejemplar que demuestre al mundo que sí se puede vivir en
una sana interacción humana. Pablo nos exhorta a actuar de acuerdo a nuestra naturaleza.
Nos exhorta a hacer de acuerdo a nuestro ser.
La unidad no es una opción, y no solo es una cosa recomendable, la unidad es
nuestra naturaleza, es el rasgo más claro de la presencia del Señor en nuestra vida.
D í a 26 El Cuerpo de Cristo
Podemos decir que una iglesia está unida por naturaleza. No tenemos que unirla, si
de verdad es una iglesia, ya lo está. Lo que debemos hacer es unirnos a ella, porque tal vez
somos nosotros, los que individualmente no estamos unidos a ella.
Pablo dice que hemos sido llamados a estar unidos y conforme a ese llamamiento,
en nuestra versión se dice “vocación”, debemos vivir.
Ser Iglesia, esencialmente es estar juntos, y no solo juntos sino relacionados, y no
solo juntos y relacionados, sino integrados, y no solo juntos, relacionados e integrados;
sino comprometidos para cumplir los propósitos de Dios.
Asignatura
Reflexione con sinceridad como puede profundizar sus relaciones fraternales en la
comunidad de fe de la que forma parte y propóngase mejorar en esa área de su
vida.
Sea intencional, y realice alguna acción que imparta bendición a algún hermano
de su comunidad de fe que necesita apoyo fraternal.
Aproveche la primera oportunidad que tenga, para usar sus puentes relacionables
para compartir el evangelio a quien lo necesite.
Ore para que Dios perfeccione su carácter y le permita ser una persona que ama y
comparte vida en sus relaciones interpersonales.
Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:21.
E L L L A M A D O A
C u a r t a s e m a n a
L A C O M U N I Ó N
LLAMADOS A PESCAR
D Cuarta
í a semana
27
EL LLAMADO A LA COMUNIÓN
La fiesta de la Comunión
Día 27
14
Cuando llegó la hora, Jesús y sus apóstoles se sentaron a la mesa. 15
La fiesta de la Comunión
Entonces les dijo: —He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con
ustedes antes
14 Cuando llegó hora, Jesús ypues
delapadecer, 16
les digo se
sus apóstoles que no volveré
sentaron a comerla
a la mesa. 15 Entonceshasta que
les dijo:
tenga su —Hepleno
tenidocumplimiento
muchísimos deseosen eldereino
comerde Dios.
esta
17
PascuaLuego tomó antes
con ustedes la copa,
de dio
graciaspadecer,
y dijo:16—Tomen esto
pues les digo y no
que repártanlo entre ustedes.
volveré a comerla
18
hasta que tengaLes digo que no
su pleno
volveré a beber
cumplimiento del fruto
en el reino de Dios.de la
17 vidtomó
Luego hastala que
copa,venga el reino
dio gracias y dijo:de—Tomen
Dios.19 esto
También
y repártanlotomó entrepan y, después
ustedes. de dar
18 Les digo que gracias,
no volverélo partió,
a beber delse lo dio
fruto de laavidellos y
hasta
dijo:
que —Este
venga pan es mi
el reino cuerpo,
de Dios. 19 entregado
También pory,ustedes;
tomó pan después de hagan esto en
dar gracias, memoria
lo partió, se
de mí. lo dioDe
20
la misma
a ellos manera
y dijo: —Este pantomó la copaentregado
es mi cuerpo, despuésporde ustedes;
la cena,hagan
y dijo: —Esta
esto en
copa esde
memoria elmí.
nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes.
20 De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo: —Esta
La celebración de la Santa Cena era el anhelo del Señor durante todo su ministerio, y
especialmente en la última semana de su encarnación. Él deseaba celebrar esa última
Pascua para establecer la Santa Cena, y con ello, dejarnos una herramienta para recordar
la herencia gloriosa de su obra a nuestro favor.
cada uno se adelanta a comer su propia cena, de manera que unos se quedan con
hambre mientras otros se emborrachan. 22 ¿Acaso no tienen casas donde comer y
beber? ¿O es que menosprecian a la iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que
no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Voy a elogiarlos por esto? ¡Claro que no! 1 Corintios
11:20-22.
Es probable que la Iglesia del primer siglo celebrara la Santa Cena cada
domingo o cada vez que se reunían, incluso (cada culto), sin embargo, es evidente
que esta práctica, al no ser tomada con la seriedad que correspondía, tal vez se
convirtió en una costumbre, y en algunos se pervirtió su significado y propósito, y
por eso Pablo les exhorta y la redefine y se instituye una manera correcta de
celebrarla. Lo que les enseña es que:
- Debe ser la fiesta de la unidad. Debe proclamarse y vivirse la unidad de la fe.
- Debe recordarse la obra del Señor. Es decir que se trata de un método de enseñanza,
una manera de proclamar.
- Es decir que, se trata de una estrategia de discipulado y no de un ritual que imparte
gracia, ni de una estrategia de magia o de derramamiento de poder.
Por todo esto, podemos decir que: Podemos experimentar la bendición del
Memorial, aun sin realizarlo de manera práctica, porque la bendición es recordar, crecer,
madurar, aprender, tomar decisiones, etc. ¡Experimentemos entonces la bendición!
antes de padecer, 16 pues les digo que no volveré a comerla hasta que tenga su pleno
cumplimiento en el reino de Dios. La Palabra nos enseña, que no solo en la ocasión de la
Santa Cena, El Señor manifestó su anhelo por nosotros. Leamos este otro texto: ¿O creen
que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en
nosotros? Santiago 4:5.
Independientemente de los muchos anhelos que tenemos ahora mismo, debemos
saber que El Señor, nos anhela a nosotros, anhela nuestra comunión. Y no es que nos
necesite, Él es Perfecto, y nosotros no le aportamos nada, pero, en su amor y misericordia,
Él quiere bendecirnos.
La Santa Cena es un Memorial, porque Dios sabe cuán desmemoriados somos, y nos
la dejó para que no olvidemos su amor, su obra a nuestro favor, y la profunda necesidad
que tenemos de mantenernos en comunión con Él.
Pongamos en primer lugar nuestro anhelo de estar en comunión con Dios y que
toda nuestra vida se rija por este anhelo, y viviremos en equilibrio y a plenitud.
Permanezcamos juntos.
Reunámonos.
Seamos responsables de la mayordomía integral de nuestra vida.
dio. 31 Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. 32 Se decían
el uno al otro: —¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el
camino y nos explicaba las Escrituras? Lucas 24:30-32.
¡Qué maravilloso! Cuando le vieron partir el pan, descubrieron que era Él: ¿Por la señal
de los clavos en sus manos?, ¿por la forma como Él partía el pan? o porque ¿la celebración
de la Santa Cena les hizo recordar las enseñanzas? Tal vez fueron todas esas cosas juntas, o
tal vez fue Dios quien quiso sanarles su mirada espiritual y se les reveló claramente.
Hermanos:
Con o sin pan, con o sin fruto de la vid, reunidos presencialmente o cada quien, en
su casa, podemos experimentar la presencia del Señor en nuestra vida.
Y podemos descubrirlo como parte de nuestra vida, cuando partimos un pan o una
tortilla, cuando nos servimos la sopa, cuando hacemos un café, porque todo eso,
es su gracia derramada sobre nosotros.
Y por su presencia, podemos recordar las cosas que Él quiere que recordemos:
Que entregó su vida para salvarnos.
Que derramó su sangre para darnos perdón.
Que nos salvó a todos de la misma manera: por gracia.
Que nos unió en un cuerpo que es su Iglesia.
Que un día celebraremos esta Cena con Él en los cielos.
Que mientras tanto debemos compartir con todos, este mensaje.
Nada ni nadie nos puede impedir que cumplamos con la ordenanza, porque Él dijo:
Haced esto en memoria de mí…, y es en memoria de Él que hacemos todo lo que hacemos.
D í a 27 La fiesta de la Comunión
Asignatura
Reflexione con sinceridad cómo puede profundizar sus relaciones fraternales en la
comunidad de fe de la que forma parte y propóngase mejorar en esa área de su
vida.
Sea intencional, y realice alguna acción que imparta bendición a algún hermano
de su comunidad de fe que necesita apoyo fraternal.
Aproveche la primera oportunidad que tenga, para usar sus puentes relacionables
para compartir el evangelio a quien lo necesite.
Ore para que Dios perfeccione su carácter y le permita ser una persona que ama y
comparte vida en sus relaciones interpersonales.
Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:21.
E L L L A M A D O A
C u a r t a s e m a n a
L A C O M U N I Ó N
LLAMADOS A PESCAR
D Cuarta
í a semana28
EL LLAMADO A LA COMUNIÓN
La necesidad de la Comunión
Día 28
27
Por lo tanto, cualquieraLaque coma de
necesidad el la
pan o beba de la copa del Señor de
Comunión
manera indigna será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del
Señor. 27 28 Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan
Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera
y indigna
beber de serálaculpable
copa. 29 dePorque el que
pecar contra come yy la
el cuerpo bebe sin del
sangre discernir
Señor. 28el
Asícuerpo come
que cada uno
y bebe
debe su propia
examinarse mismo antes Por
a sícondena. 30
eso hay
de comer entre
el pan ustedes
y beber muchosPorque
de la copa. 29
débiles y
el que
enfermos, e incluso varios han muerto. Si nos examináramos a nosotros
come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe
31 su propia condena. 30 Por eso hay entre
mismos, no se nos
ustedes muchos juzgaría;
débiles y enfermos,
32
pero, si nos
e incluso juzga
varios hanelmuerto.
Señor,31nos disciplina
Si nos para
examináramos
a nosotros mismos, no no
que se nos juzgaría;
seamos
32 pero, si nos
condenados conjuzga el Señor, nos disciplina para
el mundo.
que no seamos condenados
1 Corintios 11:27-32 con el mundo.
1 Corintios 11:27-32
diferencias y ampliar los abismos de división entre hermanos. El apóstol habla de llevar a
cabo la celebración dignamente, habla de probarse a uno mismo, todo ello nos apunta a
una importante pregunta y a una contundente respuesta: ¿Quién es digno de participar en
la Cena del Señor? Aquel que reconoce su indignidad, aquel que confiesa sus pecados,
aquel que se avergüenza de su pecado y se siente incómodo con su estilo de vida y clama
ante la gracia de Dios por el perdón. No se trata de buenas obras, ni de herencia familiar,
mucho menos de puestos y jerarquías, se trata de asuntos que tienen que ver con la primera
Bienaventuranza: Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
Mateo 5:3. Esto se aplica no solo a la celebración de la Cena Conmemorativa sino a toda la
vida. Por eso es tan peligrosa la soberbia y tan dañino el orgullo, quien hipócritamente se
siente más que los demás, come y bebe juicio para sí. Tanto en la celebración de la
Ordenanza como en la vida diaria, el reconocimiento de nuestra indignidad ante nuestro
tres veces Santo Dios es indispensable.
Un domingo de Santa Cena el Pastor observó a una hermana que dudaba en tomar
el pan que representa el Cuerpo de Cristo, con cariño lo miró a los ojos y le dijo: —adelante
hermana es para pecadores como nosotros —. Si hay algo que impida que una persona
participe de la Ordenanza, esto debe ser su orgullo y soberbia. Reconozcamos nuestra
indignidad y celebremos y vivamos con dignidad.
Reconoce la comunidad de fe
Los hermanos de Corinto no tenían problema con entender que el pan representaba el
Cuerpo de Cristo, más bien tenían problema en entender que todos y cada uno de ellos eran
el Cuerpo de Cristo. Su problema no era doctrinal sino ético, su teología podía estar bien,
pero sus relaciones estaban deterioradas. En el versículo 29, donde habla de discernir el
cuerpo, en nuestra traducción se incluye la explicación del Señor, pero esto no está en los
originales, parece claro que discernir el cuerpo no se refería al simbolismo del pan, sino a la
práctica de la fraternización entre hermanos. Pecamos cuando celebramos la Ordenanza de
la Comunión sin tener comunión. Pecamos cuando partimos el pan que representa el
Cuerpo de Cristo, y dividimos el Cuerpo de Cristo (La Iglesia) con nuestras diferencias y
elitismos. Esto se aplica no solo a la celebración de la Santa Cena sino a la vida misma. Vivir
dignamente la fe cristiana incluye reconocer a los demás creyentes y miembros de la
comunidad de fe. No tenemos que ser iguales, de hecho, necesitamos ser diferentes para
estar unidos como son diferentes los miembros de un cuerpo y se mantienen unidos.
Unámonos en medio de nuestra diversidad.
que todos necesitamos y que incluye: el cuerpo, el alma y el espíritu (1 Tesalonicenses 5:23).
Los médicos y psicólogos pueden corroborar esta relación. Luego entonces, la celebración
de la Santa Cena se lleva a cabo en una dimensión espiritual, pero tiene repercusiones sobre
la salud física. Y no solo la celebración de la Ordenanza, sino cualquier vivencia espiritual
tiene relación con nuestro cuerpo. Por eso, seamos sanos en espíritu y sanos en el cuerpo.
amor y dejar por ello de pensar en el hermano y sus necesidades, es ir en contra del sentido
de la Ordenanza y es ir en contra del sentido de la vida cristiana. Amar es más importante
que comer. Amemos para no morir de inanición.
Una fe completa
El apóstol habla de otras cosas que pondrá en orden después. Esto deja bien claro que los
principios de los que nos ha hablado, no solo se aplican a la celebración de la Santa Cena,
sino a toda la vida. Así que la verdadera comunión es un símbolo de la verdadera vida. La
dignidad con la que celebramos el ritual memorial que nos dejó El Señor es un símbolo de
la dignidad con la que nos comportamos cada día. He aquí un desafío entonces para que
celebremos y vivamos con dignidad: reconozcamos nuestra indignidad, tengamos presente
nuestra comunidad de fe, no olvidemos la relación del cuerpo y el espíritu; seamos santos,
sanemos nuestras relaciones interpersonales, hagamos del amor nuestra prioridad y
aceptemos el desafío a una vida íntegra en la dignidad de la fe. Reconozcamos la necesidad
de la Comunión, celebrando y viviendo dignamente.
Asignatura
Reflexione con sinceridad cómo puede profundizar sus relaciones fraternales en la
comunidad de fe de la que forma parte y propóngase mejorar en esa área de su
vida.
Sea intencional, y realice alguna acción que imparta bendición a algún hermano
de su comunidad de fe que necesita apoyo fraternal.
Aproveche la primera oportunidad que tenga, para usar sus puentes relacionables
para compartir el evangelio a quien lo necesite.
Ore para que Dios perfeccione su carácter y le permita ser una persona que ama y
comparte vida en sus relaciones interpersonales.
Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:21.