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David, como una de las ovejas que era cuidada por el Señor,
manifiesta su completa confiaba en la bondad solícita de Dios para
asegurar todo lo necesario, tanto en el presente como en el futuro.
(Fil 4:19) "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús."
Sin comida ni bebida, el pueblo de Dios perece, y Dios nos invita una y
otra vez a fortalecernos en él, en lugares de reposo, en la intimidad
con él. Sólo de esta forma podremos llevar fruto en nuestras vidas
que le glorifiquen.
"Confortará mi alma"
La idea es que "restaurará mi alma" o "reparará mis fuerzas". Esto nos
habla de una renovación espiritual profunda, algo que va mucho más
allá de un mero alivio. El profeta Isaías lo expresó de una forma muy
bella:
El mismo rey David había experimentado una y otra vez esta obra de
restauración de parte de Dios cuando él se había apartado y pecado.
Podemos verlo en el Salmo 32 y el 51.
Pero el cristiano sabe que es sólo una nube que hace "sombra", pero
que detrás brilla el sol con claridad.
(Mt 28:20) "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo."
Estas dos cosas en las manos del pastor nos inspiran confianza y
aliento. La protección y dirección que como ovejas necesitamos, las
encontramos en el Señor y son simbolizadas aquí por la vara y el
cayado.
2. La disciplina
1. La hospitalidad oriental
Cuando pensamos en que Dios nos invita a su casa, esta es una idea
que nos sobrecoge. Recordemos las palabras de Cristo:
Esto sólo puede ser posible por la misericordia de Dios. No hay otra
forma de explicar que aquellos que éramos enemigos de Dios, seamos
invitados a su casa y allí recibamos todos sus favores.
3. Compromiso
Así fue en la última cena, cuando Jesús dijo: "Esta copa es el nuevo
pacto en mi sangre" (1 Co 11:25).
4. Comunión
5. Celebración
6. El banquete
2. Sugiere permanencia
3. La casa de Jehová
l primero:
e. El pastor se sacrifica por ellas. “el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11).
“pongo mi vida por las ovejas” (Juan 10:15).
… nada me faltará…
El Pastor alimenta y sacia la sed de sus ovejas. “Yo soy el Pan de Vida; el que a mí viene,
nunca tendrá hambre; y el que a en mí cree, no tendrá sed jamás.” (Juan 6:35).
Es tan interesante que las ovejas no pueden reposar a menos de que suceda lo siguiente.
Necesitan estar:
Todo esto se traduce a “paz”. Las ovejas necesitan descansar para digerir lo que han
comido. Pero para poder “descansar” necesitan tener paz. El pastor provee tal paz.
Nosotros tenemos paz en medio de todo porque Cristo es nuestro Pastor de pastores.
Viene el león rugiente, o un desacuerdo con un hermano, o cosas que nos molestan,
inclusive la necesidad de comida espiritual. Cristo dijo que Él es nuestro pan, pero
también nos asegura que Él nos da paz, no como el mundo la da. Su paz es tal que
podemos dejarle todas nuestras cargas: Porque Él es nuestra paz… Efesios 2:14, pues
Dios no es Dios de confusión, sino de paz… 1ª Corintios 14:33
El tener paz nos lleva a la salud, tanto física como espiritual. Vemos pues a…
“Confortará mi alma…” (En la Biblia de las Américas dice, restaura mi alma). Un alma
decaída es la que necesita ser restaurada.
La palabra “decaída” es usada por los pastores y significa que la oveja se ha volteado y
está sobre sus espaldas y no puede restaurarse por sí misma.
1. Esto le sucede con frecuencia a las ovejas engordadas, de lana larga o preñadas y
precisamente cuando están “descansando”. Allí está la ovejita muy en paz. Busca un
hueco en la tierra, una cunita por decir, se recuesta y estira sus patitas para relajarse pero
no se da cuenta que se ha estirado demás y pierde el equilibrio y se cae de espaldas. Ha
perdido el centro de gravedad y se queda desvalida e indefensa.
El pastor mira que una oveja está “decaída”, en peligro de muerte, corre y comienza a
mecerla para que pueda pararse. Entonces le comienza a sobar las piernas para que la
sangre comience a fluir otra vez y dar vida. “Le sana sus rodillas paralizadas”. Al principio
está muy temblorosa, pero luego se le pasa y regresa al pasto, feliz y contenta. Este es el
cuadro de “restaurar el alma”. El alma que está al borde de la muerte necesita ser
restaurada, necesita sanidad completa.
Por esto podemos decir como el salmista, “Bendice alma mía a Jehová y no olvides
ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades y sana todas tus
dolencias, el que rescata del hoyo (inclusive si ese hoyo lo hemos buscado para
descansar) tu vida”.
La palabra justicia puede que asuste a la gente o que no signifique nada para ellos. La
palabra originalmente significaba “la senda correcta”. Hay una senda correcta. Las ovejas
no tienen buen sentido de dirección. Se pierden fácilmente. Necesitan la dirección del
pastor. La Palabra del Señor claramente nos dice “que como ovejas nos hemos
descarriado, cada cual por su camino”. También las ovejas necesitan dirección pues si se
dejan solas, siguen comiendo y pasando por las mismas sendas y devastan el terreno, lo
dejan casi muerto. Necesitan moverse de lugar en lugar. Es “por amor de su nombre”, el
nombre de Dios que equivale a tener por cierto lo que Él dice. Es que Él nos dirige por
sendas de justicia, por la senda correcta. Y nos apacienta en lugares deleitosos.
Este nombre revela la faceta del carácter de Dios que opera la redención por medio de la
cual la humanidad queda plenamente restaurada en su relación con Dios. Jesucristo,
nuestro Jehová-tsidkenu, tomó nuestro lugar (Romanos 5:17-19). El nombre ‘Jehová
nuestra justicia’ revela el cómo somos aceptados por Dios, “El que no conoció pecado fue
hecho pecado por nosotros”, y la medida que sería tomada para nuestra aceptación “para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2ª Corintios 5:21). Las promesas
del Salmo 23 son veraces porque Dios lo promete. Él pone su nombre como sello sobre
ellas para decir “así será” y es auténtica la obra que se hizo
Phillip Keller en su libro, The Shepherd Looks at the 23rd Psalm, explica que al llegar el
invierno, hay que mover a las ovejas de la montaña a los valles; y es un tiempo
sumamente peligroso. Una oveja puede dar un mal paso, y puede caer al precipicio,
puede ser atacada por una fiera escondida en una hendidura oscura, o puede ser
arrasada por inundaciones repentinas. Y porque las montañas tapan al sol es que se le
denomina “el valle de sombra o muerte”. Pero Jehová-Nissi saca victoriosamente a su
rebaño del valle de sombre o muerte”.
El Pastor usa su vara de una manera experta para sacar su rebaño del valle de sombre y
muerte y llevarla a los pastos deleitosos. Para nosotros es difícil entender cómo la vara y
el cayado puede infundir aliento. Al estudiar me di cuento que David usaba su vara y
cayado de esta manera: las ovejas pasaban por debajo de su cayado para ser contadas.
(Levítico 27:32). Usaba su vara (vara por un lado y cayado por el otro) para espantar a los
perros o animales que podrían asustar a las ovejas. Es de aliento saber que “Jehová
enviará desde Sion la vara de su poder; Domina en medio de tus enemigos” (Salmo
110:2).
Pero la vara se usaba de otra manera también. En ella se grababa toda victoria que Dios
le daba al líder del clan y/o a su familia. La vara servía como un testimonio escrito del
poder y cuidado de Dios. Tenemos el ejemplo de la vara de Aarón que estaba en el arca
de testimonio, estaba allí porque precisamente estaba grabado en ella TODO lo que Dios
hizo por el pueblo durante los 40 años en el desierto. Es por esto que dice David “tu vara
y tu cayado me infundirán aliento”. Porque podía ver en retrospectiva todas las veces que
Dios había estado con él y lo había librado. A nosotros nos infunde aliento el testimonio,
escrito en nuestros corazones, en nuestras mentes. Otra cosa interesante, el “legislador”
o vara se pasaba del padre al hijo mayor como testimonio de Dios por todas las
generaciones. Su testimonio nos da aliento cuando estamos en el valle de sombra y
muerte porque sabemos que Él nos sacará victoriosos por Él es el Gran Vencedor. Es por
eso que Pablo nos dice, “Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, o muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” Porque aún la muerte misma, para nosotros,
las ovejas de su prado, es victoria. ¡El vivir es Cristo y el morir es ganancia!
El cuadro sigue con victoria. El enfoque aquí está en el Pastor que prepara el terreno
donde apacentará las ovejas. Quita cualquier cosa que pueda lastimar a las ovejas, rocas
ásperas, plantas venenosas, y espanta a las fieras. Luego las trae a comer. Las fieras
están entre los peñascos mirando con hambre al rebaño que está en banquete. Es así
que el Pastor nos alimenta a sus ovejas, en presencia del enemigo. El hecho de que
“adereza mesa” significa que no hay prisa ninguna. Significa que el Pastor quiere
permanecer con su rebaño y con calma. Así nos nutre, nos apacienta, nos da un
banquete, hay celebración. Para mostrarle a tus enemigos que Dios es tu proveedor. Para
celebrar que Él es tu Sustentador. Para que tus enemigos vean que Dios es tu cobertura.
Para que puedas tener paz que sobrepasa todo entendimiento. Pues tus enemigos, tanto
humanos como espirituales, te pueden ver pero no te pueden tocar. Es testimonio a los
demás, porque así como tú tienes alimento, otros también pueden tener si se amparan
bajo el cuidado del Pastor, el victorioso.
El Pastor hace una mezcla de aceite de oliva, azufre, y especias para proteger a las
ovejas de los insectos y para promover la salud de la piel y evitar infecciones de la piel y
las unge. El aceite era algo muy significativo para los del medio oriente. El tener
abundancia de aceite era señal de riqueza. Cuando se hacían grandes fiestas se usaban
aceites aromáticos para ungir a los invitados de honor. (Isaías 61:1-3) El santificar
significa apartar, hay que recordar que también se ungían a los reyes y los sacerdotes.
El Pastor te ha ungido con el Espíritu Santo para llevar las buenas nuevas. En la Biblia
judía este versículo dice “me unges de una copa que rebosa”, o sea, que la copa de la
unción no se terminará, que rebosa siempre.
En este salmo, David afirma, “Jehová, Tú has estado conmigo toda mi vida. Estuviste allí
cuando cuidaba el rebaño de mi padre y luché con el león y el oso. Estuviste presente
cuando me enfrenté al gigante filisteo. Estuviste allí cuando Saúl trató de quitarme la vida.
Estuviste allí cuando traje el arca a Jerusalén. Estuviste conmigo en cada batalla que
peleé. Estuviste allí cuando cometí adulterio y necesité tu perdón. Durante toda mi vida, tú
has estado a
En el Salmo 139 David habla con tanta precisión de la presencia de Dios. Y hace la
pregunta ¿a dónde huiré de tu presencia? Dios está presente en todo lugar y David lo
sabía muy bien. Dios mira lo más profundo de nuestro corazón. A Él no le podemos
engañar.
Pero también David sabía que Dios estaría presente en la eternidad. Sus últimas palabras
de este Canto del Pastor, dicen que moraría en la Casa de Jehová por largos días. El no
estaba hablando de la morada terrenal. David bien sabía de la morada celestial.
CONCL. David tenía una relación especial con el Yo Soy—Jehová Ra’ah (Jehová es mi
pastor), Jehová Yireh (Jehová proveerá), Jehová Shalom (Jehová es paz), Jehová Rafa
(yo soy Jehová tu sanador), Jehová Tsidkenu (Jehová justicia nuestra), Jehovah Nissi
(Jehová mi bandera o victoria), Jehovah M’Kaddesh (Jehová el santificador) y Jehovah
Shama (Jehová está presente). David pudo aplicarse los nombres de Dios y los expresó
tan elocuentemente en el Salmo 23.
LLAMADO: Si como una oveja descarriada no puedes encontrar las sendas de justicia,
espera allí que el Pastor venga para cogerte en sus brazos. El te redimirá y pondrá tus
pies en las sendas de justicia. El te nutrirá, estará contigo en los tiempos de dificultad, te
dará abundancia y te mostrará su misericordia y su amor eterno y algún día podrás morar
en la casa de Jehová todos los días. ¿Está listo? Acepta la invitación del Señor.
Si Dios es tu Pastor, ven y agradece todo lo que Él ha hecho. La mesa está servida en
presencia de nuestros enemigos. Aquí en el altar no nos puede tocar el diablo.
º – Dios creó a todos los animales. Todos ellos fueron creados con una
defensa especial. La cobra, el perro, el león, todos tienen defensas, pero la
oveja es el único animal terreno que no posee ninguna defensa, es
totalmente vulnerable, está al final de la cadena alimenticia, no se defiende,
no tiene habilidades de lucha.
Eso es muy interesante pues comenzamos a descubrir que somos
totalmente dependientes de nuestro Pastor, totalmente dependientes de
Jesús. Cuando la Biblia dice que Él dio la vida por Sus ovejas, es porque si
alguien no hiciera eso todas las ovejas estarían perdidas, pues no tienen
cómo defenderse solas.
Necesitamos ser conocidos por Él, formar parte de Sus ovejas. Él nos
conoce, conoce todas nuestras características y muchas veces es necesario
que tomemos ciertas actitudes para nuestro bien.
Seguir, no solo escuchar, sino conocer y seguir. El hijo de Dios no se
confunde, él sabe, discierne. La Palabra dice que el espiritual discierne bien
todo y él mismo no es discernido por nadie.
Esta última característica: Él sabía que sería difícil para nosotros, Él sabía
que necesitaría hacer un sacrificio para que entendiéramos verdaderamente
lo que Él quería de nosotros.
¿Qué nos quiere decir el Señor al compararnos con las ovejas? Y ¿qué nos
quiere decir al definirse El como el “Buen Pastor” ? El Señor nos dice que El es
el mejor de los pastores, pues El da la vida -como de hecho la dio- por sus ovejas.
Y sus ovejas lo conocen y escuchan su voz. Nos dice también que El conoce a
cada una de sus ovejas por su nombre, y las ovejas reconocen su voz (cfr. Jn. 10,
1-10).
Nosotros, ovejas del Señor, somos también frágiles, aunque nos creemos
muy fuertes y muy capaces. Somos, también, dependientes del Señor y, cual
ovejas, tampoco nos valemos por nosotros mismos, aunque, engañados, podamos
pasarnos toda nuestra vida, tratando de ser independientes de Dios, tratando de
valernos por nosotros mismos.
Por todo esto, podemos entonar y repetir la primera frase de ese Salmo
favorito de muchos cristianos: “El Señor es mi Pastor, nada me falta” (Sal. #22).
QUE SON?
1 – Las ovejas son animales limpios. Dt. 14: 3-4
2 – Es un animal que rumia, (es decir, mastican 2 veces lo que comen, lo
prueban antes de digerirlos).
2- Las retrasadas:
– A esta oveja el pastor la llamara con otra que va al paso del rebaño,
hasta que aprenda a mantenerse en el redil. Ecl. 5:1.2.
A ellas:
* Dios las manda y nunca pueden.
* En la iglesia también dicen NO a las responsabilidades.
* Aunque tienen la puerta abierta nunca entran y no reciben nada.
3- Las rebeldes:
– A esta oveja el pastor le da suaves golpes detrás de las orejas. Ef. 61-
2, Pv. 22: 15, Is. 57: 16-17, Hb. 6: 4-8. (Amonestación por la
palabra). Estas Se rebelan contra:
* El pastor
* Los hermanos
* La familia
* Su prójimo
* Dios (porque no les va como ellos quieren)
4- Las contenciosas:
– A esta oveja el pastor las amarra pata con pata, hasta que aprendan a
comer, beber y vivir juntas. (Pelean por todo). Fil. 2:3-4, Pv. 15:1, Sal. 15,
Sal. 24:3-5.
5- Las brinconas:
– Estas son las que andan de iglesias en iglesias y saltan el redil
siguiendo a cualquiera comiendo pasto ajeno.
– A estas ovejas el pastor les echaba aceite amargo a los pastos que no
eran del redil para que ellas aprendieran a mantenerse en el redil. (Se
dejan guiar por su vista).
* Pasto amargo: falsa doctrina que producen a las ovejas dolores
estomacales, náuseas y vómitos. Jr. 6:16, 2P. 2:1-3, 2Jn. 1:8-11, 3Jn.
1:11-12.
Además el pastor tiene que tomar una dolorosa decisión aplicándole una
disciplina fuerte; la acuesta en una mesa y con palo le da con fuerza de
modo que le quiebra el muslo, luego la venda y las entablilla con amor,
pero al hacerlo lo hace de tal modo que los huesos no se unan
correctamente y queden cojas para siempre, (a esta oveja se le llama
PERNIQUEBRADA o QUEBRANTADA). Su condición les crea cierta
inseguridad que les hace siempre mantenerse al lado del pastor para que
les de protección. (Estas tienen de todo un poco, suben y bajan). Ezq.
34, Stg. 1:8
CONCLUSIÓN
Estos animales aunque comían juntos, a la hora de encerrarlos en los
corrales o redil, también eran separadas las ovejas de las cabras.
Además, Dios cuando venga a buscar a su iglesia separará a las ovejas
de Jesucristo; de las cabras y al trigo de la cizaña por la cual es
necesario que usted y yo mientras estemos acá en la tierra entendamos
a la luz de las escrituras cuál debería ser nuestra identidad. Pero también
tenemos que entender que Dios anhela y por supuesto aspira el bien
para todos nosotros, ¡Por eso podemos considerarnos una oveja limpia
ante el señor y decirle señor úsame porque estoy limpio! Mt. 13:40-43,
Mt. 25:31-46.
Eres tú
DESARROLLO
1. Tal cual como son las ovejas debemos de ser cada uno de
nosotros, es decir tenemos que estar adentro del redil en el cual
Dios nos ha puesto no andar saltando y brincando de un lado al
otro, además la unidad de las ovejas es importante porque el
pastor las guía y no se salen de la manada y si lo hacen están en
peligro pues puede venir el lobo y robar una oveja.
2. Por ejemplo vemos que en el instante que las ovejas se van
saliendo del redil muchas veces el pastor tiene que utilizar el
cayado, es decir el bastón de la corrección, porque cuando no
están dentro sino que se quieren salir es necesario la disciplina.
3. Muchas ovejas dentro de las iglesias son rebeldes viven de
desorden espirituales, una vez son frió, otra vez son caliente,
conviven no de acuerdo con la voluntad de Dios como pleitos,
contiendas, chisme, adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas.
4. Dios nos está exigiendo a ser otro hombre espiritual y
cambiar nuestra vieja naturaleza por una vida espiritual sana, en
crecimiento no dejándonos guiar por los deseos carnales sino
vivir EN SANTIDAD.
CONCLUSIÓN
Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como
yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes
hacer nada. Juan 15:5
Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte
estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo
que te hemos dado, de ti lo hemos recibido. 1 Crónicas 29:14
Espartaco (griego: Σπάρτακος Spártakos; latín: Spartacus; Tracia, 113 a. C.-¿Lucania, 71 a.
C.?) fue un esclavo de origen tracio, de la tribu maidoi,1 con probable localización en la región
de influencia de Macedonia, que según fuentes griegas y romanas, dirigió la rebelión más
importante contra la República romana en suelo itálico, ocurrida entre los
años 73 a. C. y 71 a. C., conocida como tercera guerra servil, guerra de los Esclavos o guerra
de los Gladiadores. La guerra de los Gladiadores se extendió a toda la península por casi 3
años, y los acontecimientos siguieron teniendo efectos directos e indirectos en la política
romana de los años posteriores. Los gladiadores eran esclavos de las regiones sometidas por
Roma, y comprados por mercaderes, peleaban en combates hasta la muerte para el
entretenimiento del público romano, en sitios como el Coliseo. Espartaco, junto con otros
esclavos gladiadores, idearon un plan de escape, que desencadenó en un estallido en toda la
península. Se les unían esclavos escapados de todas partes, conformándose de esta manera
un ejército que fue creciendo hasta llegar a ser aproximadamente 120 000 personas. Guiados
por Espartaco, lograron una fuerza armada mixta, formada por hombres, mujeres y niños, que
sorpresivamente constituyó una combinación que demostró repetidas veces su capacidad
para resistir y superar al equipado y entrenado ejército romano, las cualificadas legiones. Tras
numerosas victorias, y a punto de obtener la libertad cruzando los Alpes, regresaron para sitiar
Roma. La guerra culminó finalmente en 71 a. C.
Escuela de gladiadores[editar]
Los combates entre gladiadores es por muy lejos la idea que comúnmente se tiene. Sobre
estos combates, escribió Séneca, político y senador de Nerón y Claudio, contemporáneos de
Espartaco: «Por casualidad, a mediodía asistí a una exhibición, esperando un poco de
diversión, unos chistes, relajarme. Pero salió todo lo contrario. Estos peleadores de mediodía
salen sin ningún tipo de armadura, se exponen sin defensa a los golpes, y ninguno golpea en
vano. Por la mañana echan los hombres a los leones; al mediodía los gladiadores a los
espectadores. La multitud exige que el victorioso que ha matado a sus contrincantes encare al
hombre que, a su vez, lo matará, y al último victorioso lo reservan para otra masacre. Al
hombre, sagrado para el hombre, lo matan por diversión y risas.»
En estas escuelas, los prisioneros de guerra y los delincuentes convictos —que eran
considerados como esclavos— eran entrenados en las habilidades necesarias para luchar
hasta la muerte en los juegos de gladiadores.7
Rebelión y fuga[editar]
En el año 73 a. C., durante su permanencia en la escuela de gladiadores, Espartaco ideó y
llevó a cabo una rebelión a fin de escapar junto a 200 compañeros. El plan fue tramado por
Espartaco, Casto, Gánico, y los celtas Crixo y Enomao (estos últimos de origen galo), 6 se
armaron con utensillos de cocina,1 y eludieron las legiones que los interceptaban. De los 200
que iniciaron la rebelión, solo 74 lograron escapar, y algunas fuentes citan que una mujer los
acompañó, se presume que era acompañante de Espartaco. 1 Los caudillos de la rebelión
tenían seguidores esclavos por distintos motivos, por etnia, por ser los estrategas de la fuga,
por sus aptitudes guerreras, y posiblemente por su carácter de nobles (antes de ser
capturados por Roma).4
En el camino asaltaron un convoy que transportaba armas de gladiadores 4 y se apoderaron de
él, y se refugiaron en el monte Vesubio, desde donde empezaron a llevar a cabo acciones de
sabotaje contra las localidades vecinas. Espartaco estableció un reparto equitativo del botín
entre todos sus hombres, lo que le atrajo gran número de seguidores entre los esclavos de las
fincas aledañas al volcán, con lo que comenzó el engrosamiento de sus fuerzas. 8
Pese a la separación de las fuerzas de Crixo, esto no debilitó al ejército esclavo. Sus tropas
continuaron fortaleciéndose por el continuo afluir de esclavos escapados de todas partes
de Italia, hasta el punto que Apiano afirmó que llegó a reunir un número de 120 000 hombres
en total. El gobierno romano, habiendo notado las constantes derrotas de sus legiones, tomó
nota de la gravedad del peligro y envió en el 72 a. C. los ejércitos de
los cónsules, Léntulo y Gelio.14 Espartaco, con maniobras brillantes en los pasos de los
montes Apeninos, infligió una serie de derrotas a Léntulo, Gelio y Arrio, evitando las
emboscadas que le tendieron los romanos y continuando su avance hacia el norte. Espartaco
se enfrentó a la legión de Léntulo, la derrotó, se dio la vuelta y destruyó el ejército de Gelio,
forzando a las legiones romanas a retirarse desbaratadas. 15 Apiano afirma que Espartaco
ejecutó a unos 300 soldados romanos capturados para vengar la muerte de Criso, forzándoles
a luchar entre ellos hasta la muerte como los gladiadores. 16
Año 72-71 a. C., Las tropas de Espartaco regresan al sur y sitian Roma. Luego marchan hacia el sur,
La guerra de los Gladiadores se extendió a toda la península por casi 3 años.
Los ejércitos consulares derrotados regresaron a Roma para reagruparse mientras los
seguidores de Espartaco se movían hacia el norte. Los cónsules volvieron a atacar a
Espartaco en algún lugar de la región del Piceno, y de nuevo fueron vencidos.17
Los romanos se desesperaban al ver que sus legiones establecidas en Italia no eran
suficientes para vencer a los rebeldes. Sin embargo, hicieron un último intento de evitar su
salida de la Península. El gobernador de la provincia de la Galia Cisalpina, el cónsul Cayo
Casio Longino, reunió todas las fuerzas disponibles y aguardó la llegada de Espartaco al valle
del Po, en la ciudad de Módena. Espartaco aceptó la batalla propuesta por el cónsul y lo
derrotó,18 tras lo cual pudo cumplir su plan de cruzar los Alpes, pero en vez de eso, regresó
hacia el sur.
Entre los historiadores clásicos, que escribieron sus relatos solo unos años después de los
propios sucesos, parecía haber división sobre cuáles eran las motivaciones de
Espartaco. Apiano y Floro escriben que pretendía marchar sobre la misma Roma,19
Apiano afirma que en este momento Espartaco cambió su intención de marchar sobre Roma
—dando a entender que ese era el objetivo de Espartaco tras la confrontación de Piceno— 23
porque «no se consideraba preparado todavía para ese tipo de lucha, ya que su fuerza no
estaba armada adecuadamente, porque ninguna ciudad se le había unido, solo esclavos,
desertores y chusma», y decidió retirarse nuevamente al sur de Italia. Asediaron la ciudad
de Turios y la campiña de los alrededores, armándose, asaltando los territorios circundantes,
cambiando los botines por bronce y hierro con mercaderes (con los que manufacturar más
armas) y enfrentándose ocasionalmente con fuerzas romanas, que siempre acababan
derrotadas.24
Craso, habiendo llegado desde el norte, y enterado de que los rebeldes trataban de pasar a
Sicilia, aprovechó la ocasión para encerrarlos en el extremo sudoccidental de la península
itálica. Con este fin construyó de mar a mar una línea fortificada de unos 65 km, 25 compuesta
de un profundo foso y vallas de cuatro metros y medio de altura. Espartaco recurrió a una
astuta táctica utilizada por Aníbal contra los romanos 144 años antes. Durante una noche
reunió todo el ganado que pudo, puso antorchas en sus cuernos y los arrojó hacia la valla. Los
romanos se concentraron en el punto a donde se dirigían las antorchas, pero pronto
descubrieron, para su sorpresa, que no eran hombres, sino reses. Los rebeldes, por su parte
cruzaron la valla por otro sector sin ser molestados y regresaron a Lucania (actual Basilicata),
en la parte norte del golfo de Tarento.
Mientras tanto, Espartaco llegaba a Campania y avanzando más llegó a los alrededores de la
ciudad de Turi, donde muchos mercaderes aparecieron para obtener el botín tomado por
Espartaco. Necesitado de material para construir armas, prohibió el intercambio comercial
por encaje, oro o plata; los rebeldes solamente debían aceptar hierro y cobre, materiales
necesarios para fabricar armas.
Espartaco y su ejército llegaron al mar Tirreno, en la zona de Calabria. Aquí entró en contacto
con los piratas de Cilicia, quienes prometieron darle una flota para transportar las tropas
rebeldes a Sicilia con el fin de hacer de la isla un bastión rebelde inexpugnable, o simplemente
huir por mar a otras latitudes.
Fin de la guerra[editar]
El Senado perdió la fe en Craso al ver que no podía vencer a los esclavos. Enviaron entonces
al general Cneo Pompeyo, recién llegado a Italia desde Hispania, donde había reprimido hacía
poco la rebelión de Sertorio. A Licinio Lúculo, lugarteniente de Macedonia, se le dio orden de
desembarcar con sus tropas en el puerto de Brindisi desde Grecia.26
La idea del Senado era cercar a los esclavos desde tres frentes: noroeste (Pompeyo),
suroeste (Craso) y este (Lúculo). En total, los romanos sumarían unas 20 legiones (alrededor
de 120 000 hombres), de las cuales sobresalían las de Pompeyo, que regresaban de una
campaña victoriosa en Hispania.27
Supervivientes[editar]
Los remanentes de las tropas rebeldes, aproximadamente 20 000 se dispersaron. Un cierto
número de ellos logró huir y se refugió junto a los piratas de Cilicia, puesto que la zona sur de
la península itálica tenía un importante tráfico comercial y pesquero. Pompeyo logró destruir a
una tropa de 5000 hombres que se dirigía hacia el norte tratando de salir de Italia por los
Alpes, como era la intención inicial de Espartaco. Los romanos hicieron 6000 prisioneros, que
fueron crucificados a lo largo del tramo de la Vía Apia entre Capua y Roma.
Consecuencias[editar]
Al final de la rebelión encabezada por Espartaco, Italia perdió al menos 100 000 esclavos, con
lo que todos los aspectos de la producción sufrieron un fuerte golpe, en especial el sector
agrícola, donde muchos latifundios, base fundamental de la economía romana, fueron
destruidos. Los propietarios de esclavos, temerosos de nuevas rebeliones, tomaron varias
medidas preventivas:
1. Empezaron a mostrar preferencia por los hijos de sus propios esclavos y que nacían
en su casa, pues se los consideraba más fieles que los que eran adquiridos por
compra en el mercado; sin embargo, esto no podía satisfacer las necesidades de
mano de obra.
2. Manumitieron a muchos esclavos, lo que contribuyó al incremento de la ciudadanía
parasitaria, que solo vivía de las regalías de los políticos (el famoso panem et
circenses), hecho que terminó agotando a Roma.
3. Optaron por el sistema de colonato, en el cual asignaban a algunos esclavos
pequeñas parcelas de tierra a cambio de una parte de la cosecha. Teniendo en
cuenta que el sistema esclavista convierte el trabajo productivo en una actividad para
esclavos, y por lo tanto algo «aborrecible» para los hombres libres, los rendimientos
productivos eran de cualquier forma bajísimos, lo que se ve confirmado con fuentes
como Columela y Plinio el Viejo.
Todo esto originó una aguda crisis agropecuaria en Italia, que fue extendiéndose a las
provincias, y que, aun con todas las medidas que tomaron los emperadoresposteriores (entre
los que sobresalen Tiberio, Trajano y Antonino Pío), nunca pudo resolverse. Como
consecuencia se dio un empobrecimiento general de la población, al mismo tiempo que el
Estado seguía exigiendo impuestos exorbitantes para satisfacer sus necesidades militares en
la lucha contra los bárbaros, quienes durante la última época de la República y la edad de oro
del Imperio (siglos II a. C.-II d. C.) habían constituido para los romanos su fuente principal de
esclavos.
El estatus y los derechos legales de los esclavos romanos también empezaron a cambiar.
Durante la época del emperador Claudio (que reinó del 41 d. C. al 54 d. C.) se promulgó una
constitución que convertía el hecho de matar a un esclavo viejo o enfermizo en un acto de
asesinato y decretaba que si esos esclavos eran abandonados por sus amos, se convertían
en hombres libres.32
Finalmente, agotado por completo y debilitada su capacidad de resistencia, el Imperio
romano no pudo oponerse eficazmente a las invasiones bárbaras del siglo V, teniendo que
aceptar que se asentaran en su territorio y «alianzas» con algunos invasores bárbaros
«federados» para defenderse de otros (como los visigodos de Hispania), o la pérdida de
ciertas regiones vitales (como el norte de África, a manos de los vándalos). Esta situación
significó de hecho el fin del Imperio romano de Occidente (476 d. C.) y el inicio de la Edad
Media en Europa, con un nuevo modo de producción predominante: el feudalismo.