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Los Andes, catorce de julio de dos mil diecisiete.

VISTOS:
Que los días 31 de mayo, 21, 23 y 28 de junio del año en curso se llevó a cabo la
audiencia de juicio oral en los antecedentes RIT O 83-2016, RUC 16-4-0057868-4, ante el
Juez Titular del Primer Juzgado de Letras de Los Andes, don Daniel Alfredo Chaucón
Ojeda. Deduce la demanda don Jorge Ríos Ibacache, abogado, en representación de don
JUAN ALEJANDRO BECERRA ZÚÑIGA, ingeniero mecánico en mantenimiento
industrial, domiciliado en calle Carlos Díaz N° 190, Condominio San José de San Martín,
comuna de Los Andes, quien deduce demanda laboral de indemnización de perjuicios,
por responsabilidad contractual derivada de accidente del trabajo, en contra de
CORPORACIÓN NACIONAL DEL COBRE, CODELCO DIVISIÓN ANDINA, del giro de
su denominación, representada legalmente por don Leonel Fuentes Zárate, ambos
domiciliados en Avenida Santa Teresa N° 513, comuna de Los Andes, y en contra de
SIEMENS S.A., del giro obras de ingeniería, representada por don Juan Ignacio Díaz,
ambos domiciliados en Avenida El Plomo, N° 6000, piso 10, comuna de Las Condes,
asumiendo sus defensas los abogados don Héctor Ibáñez Zelaya y don Jaime Echeverría
Capdeville, respectivamente.
PRIMERO: Antecedentes de la pretensión:
Que inicia su exposición indicando que con fecha 17 de julio de 2012, ingresó a
prestar servicios como ingeniero supervisor de área para realizar diversas prestaciones de
servicios labores en la División Andina, ubicada en la localidad de Saladillo, Los Andes.
Que el 7 de abril del 2015, mientras prestaba sus servicios en cumplimiento de su
contrato de trabajo, sufrió un grave accidente laboral que le provocó la amputación
traumática de su brazo derecho, en momentos que se encontraba realizando los trabajos
ordenados en la Planta de la División Andina, en el área de transporte de Mineral,
referidos al cambio de cinta de correa transportadora A7, Planta Chancado Grueso, entre
estocadas 9 y sector 3.200.
Comenta que el cambio de la cinta de la correa transportadora, se realizaría por
tres cuadrillas, que debían realizar funciones diversas, para el cambio de 380 metros de
cinta. Que las labores comenzaron retrasadas, puesto que, sólo se pudo iniciar a las
11:00 horas y no a las 08:00 horas, como estaba planificado: en el lugar donde se
realizaba el cambio de la correa transportadora corresponde a un túnel estrecho de 4 por
4 metros cuadrados, con una extensión de 5 kilómetros, donde están instaladas dos
correas transportadoras en forma paralela, (correa 5 y correa A7) separadas por un pasillo
que solo permite el tránsito de una persona simultáneamente, con una pésima iluminación
en donde el trabajador solo cuenta con la iluminación artificial del casco, con muchos
obstáculos en la vía de tránsito, y muy mala recepción de la frecuencia radial, lo que
dificultaba la comunicación entre los trabajadores.
Afirma que las condiciones de trabajo eran aún más deficientes debido al polvo en
suspensión, que dificultaba la visibilidad, pues, la cinta N° 5 continuaba transportando
material.

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Explica que la Cuadrilla N° 1, se encuentra en carrete enrollador de cinta, quienes
tienen la función de retirar tramo de cinta vieja; que una vez realizado esto, se comienza a
preparar la maniobra para ingresar el tramo de cinta nueva Esta cuadrilla era integrada
por un Operador de carrete hidráulico (Mecánico Líder), un Asistente (Mecánico), un
operador de puente grúa (Mecánico) y un Rígger (Mecánico). La Cuadrilla N° 2, era la
encargada del funcionamiento del huinche, y se encontraba compuesta por un Operador
de huinche, un Mecánico líder y un Operador de frecuencia radial (canal N° 7).
Finalmente, la Cuadrilla N° 3, era la encargada de seguir el ingreso de la cinta nueva,
siendo liderada por el actor como Jefe de área y dos mecánicos.
Continúa su relato diciendo que la correa transportadora que estaba en
mantención, no estaba equipada con elementos efectivos de seguridad instalados a todo
lo largo de la correa, que permitan una inmediata detención de ella en caso de
emergencia.
Añade que la placa de tiro que amordazaba la punta del tramo de correa
transportadora era hechiza, compuesta por piezas metálicas, inferior y superior, fijadas
por tres pernos con hilo y tuerca, la que por su geometría y estado, no tenía un calce
perfecto entre una placa y otra, y no poseía un sistema de protección para evitar la
proyección de la placa de tiro en caso de falla. Además, denuncia que no existía un
procedimiento de trabajo específico para las labores que se realizaban, referida al cambio
de huincha transportadora, a pesar, de lo riesgosa de la faena.
Explicita que una vez retirado el tramo de cinta vieja, por la cuadrilla N° 1 se
comienza a preparar la maniobra para ingresar el tramo de cinta nueva, que tiene en la
punta una herramienta de tracción, la que era, precisamente, la placa de tiro indicada
anteriormente, la que no tenía ninguna protección. Que cuando se comienza a ingresar la
cinta con la placa de tiro en su punta, se percatan que no pasa entre el rodillo deflector y
la estructura del piso, tomando la decisión de sacarla y colocarla una vez que la punta
llegara al piso, sin consultar a la línea de supervisión, siendo esta maniobra apoyada por
personal de la División Andina (Carlos Díaz), una vez que la cinta llega a piso se instala la
placa de tiro, el personal que la instala es el operador puente grúa y el asistente
mecánico. El supervisor directo, no se informa por el líder, que la placa de tiro, no fue
reinstalada correctamente, ni que existía un torque, afirmando que este lugar de trabajo
no contaba con ningún sistema de protección de barreras duras para impedir el ingreso a
la zona de riesgo.
Refiere que cuando se realizaba instalación de la cinta nueva, se tuvo que detener
la maniobra en tres ocasiones, pues la cinta no se encontraba centrada, ocasión en la que
se destensa la piola y se inspecciona; que fue necesario detener la maniobra por cuarta
vez, se destensa la piola para llevar la energía potencial a cero, faltando sólo 30 metros
aproximadamente para terminar de ingresar la cinta por completo. En efecto, En dicha
ocasión, se le solicitó a don Ronny Norambuena que centre la piola para que no se
enrede en los polines; posteriormente el demandante subió a la cinta para inspeccionar
cuánto era el descentramiento que tenía que ingresa y si se puede continuar con la
maniobra; que al cabo de unos minutos, el actor le solicita a don Ronny Norambuena que

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se baje de la cinta y que vaya donde está el operador del huinche para que nadie opere el
equipo mientras esté arriba de la cinta inspeccionando, ya que no tenía salida de
frecuencia radial (canal 7).
Empero, el Sr. Carlos Barros, mecánico líder de área, funcionario de CODELCO
DIVISIÓN ANDINA, le solicita al operador de frecuencia radial, don Pablo López, que
utilizando el canal de comunicación 4, diera la orden al huinchero para que pusiera en
funcionamiento el huinche, sin que nadie del grupo de trabajo lo instruyera.
Justo antes que comenzara a andar el huinche, el mecánico don Ronny
Norambuen, se baja de la cinta avanzando algunos pasos, cuando por una sobretensión
del sistema, sale proyectada la placa de tiro, sufriendo el Sr. Becerra, por un efecto de
látigo, un tremendo golpe en su brazo derecho, resultando amputado casi a la altura del
hombro.
Afirma que el huinche de cambio de cinta, al que se realizaba mantención, no
contaba con un sistema sonoro y luminoso de advertencia que se activara antes de la
puesta en marcha de ésta, lo que hubiese advertido cuando se ordenó su funcionamiento
por un tercero, no respetando la obligación de mantenerla completamente detenida
mientras se realizaban los trabajos en la correa.
Comenta que debido a la gravedad de las lesiones, el demandante fue trasladado a la
Posta Hilton, después a la Clínica Río Blanco, Los Andes, de donde lo derivaron a un
centro asistencial de la ACHS, de Santiago, encontrándose actualmente en tratamiento.
Postula que a raíz de los hechos precedentemente expuestos, claramente
imputables y provocados a causa de la responsabilidad de la demandada, derivada ya
sea, por infracción de reglamentos, falta de cuidado o negligencia e impericia de los
agentes del empleador de mi representado, lo que prometen acreditar, evidentemente ha
afectado en gran magnitud al Sr. Becerra, quien ha sufrido gravísimas consecuencias,
provocándole la traumática amputación de su brazo derecho a la altura del hombro, lo que
ha derivado en una serie de daños y efectos que desde el día de los hechos marcaron su
vida para siempre, y le han afectado con perjuicios de grandes proporciones, cuyas
consecuencias y efectos, no obstante, las opciones médicas paliativas que pudiere recibir
en el futuro, le afectarán con efectos permanentes. Que el enorme siniestro que sufrió, le
ocasionó la pérdida de su brazo derecho a la altura del hombro, lo que ha dañado el
desenvolvimiento en toda su vida cotidiana, encontrándose imposibilitado de efectuar
normalmente una serie de actividades del diario vivir, para lo cual se necesita la destreza
de ambos brazos o manos, máxime ser éste diestro. Que se encuentra con tratamiento
médico, a fin de lograr progresivamente la recuperación de una severa depresión post
traumática, superar el temor e inseguridad a enfrentar ciertas situaciones cotidianas,
desenvolverse en labores diarias, etc. dependiendo de la ayuda de terceros para la
mayoría de las actividades diarias, tales como el cocinar, el planchado, lavado de su ropa,
vestirse con cierto tipo de vestuario que requieran abrochar botones, etc. Destaca que a
raíz de la sobre carga o sobre esfuerzo de la única extremidad superior con la que
dispone, en la cual apoyarse para todo tipo de maniobras y actividades diarias, desde
hace cinco meses, presenta intensos dolores en su brazo izquierdo, a raíz de la

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inflamación de los tendones. Lo anterior se acredita objetiva y científicamente con los
respectivos exámenes médicos, a saber: Resonancia Magnética y Ecografía de hombro
izquierdo y que por ello está tomando antiinflamatorio de 500 mg. (1 cada 12 horas) y
relajante muscular (1 cada noche).
Pasando a otro punto, indica que el SERNAGEOMIN efectuó una investigación por
el grave accidente en la que se determinó una serie de deficiencias en la faena que se
realizaba, y se dispuso las correcciones. Se ordenó como medida correctiva que se
realizara un aseo al sector donde se iba a trabajar, se instalará iluminación en los
sectores donde se realiza mantención y donde exista tránsito de personas. Además,
detectó que la placa de tiro tenía falta de mantención y falta de sistema de protección para
evitar proyección de la misma, por lo que se ordenó efectuarle mantención e instalar un
sistema de seguridad para evitar proyección. Además, se detectó poca visibilidad del
operador del carrete respecto de la correa que extendía, por lo que se dispuso que se
debe instalar de forma tal que se visualice la operación. El procedimiento de instalación
de correas era poco específico respecto de la instalación de la placa de tiro, por lo que se
instruye que el procedimiento debe indicarlo específicamente para eliminar los riesgos. Se
detectó la falta de barreras duras en el sector, por lo que se dispuso su instalación, donde
se limite el área de riesgo. Respecto de la placa de tiro, informa que se detectó que no
tiene la forma apropiada para amordazar la correa transportadora por el grosor de ésta,
por lo que se instruyó que se debe diseñar una que tome la misma forma de la correa al
ser amordazada. Además, se detectó que el huinche no tiene dispositivo de seguridad
que lo detenga cuando la tensión de tiraje sobrepase el máximo requerido, por lo que se
debe instalar por la empresa un dispositivo de seguridad por tensión máxima en el tiraje
de la correa transportadora. En definitiva, los inspectores de SERNAGEOMIN, detectaron
que el tramo de la correa transportadora se descentra en el tiraje por el movimiento del
cable del huinche al enrollarse, por lo que se debe instalar una guía al cable huinche para
que el tiraje sea paralelo.
Además de dicha indagación, se realizó una por parte de la Inspección del Trabajo
de Los Andes, respecto de la empresa SIEMENS S.A., entidad que constató que la
empresa no contaba con un procedimiento específico de trabajo seguro para la operación,
mantención, y reparación de instalación de correas, ya que el existente era poco
específico respecto de la instalación de mordazas. A su turno, se constató que no se
informa a los trabajadores de los riesgos que entrañan sus labores, las medidas
preventivas pertinentes y los métodos de trabajo correcto, lo que se constata por la falta
de conocimiento y aplicación del procedimiento de instalación de correas transportadoras;
y no se exhibe toda la documentación necesaria. Debido a lo anterior, se imponen tres
multas a la empresa, por 40 UTM, 60 UTM, y 2 UTM (sic).
De este modo, razona que resulta evidente que en este siniestro laboral, se dieron
una serie de circunstancias, que han importado una falta o infracción a las medidas de
prevención y seguridad por parte de la demandada. Desarrolla que el ambiente de trabajo
donde se desempeñaba, era total y absolutamente inseguro y peligroso y que producto de
lo anterior, y en virtud de la falta total de medidas de seguridad adecuadas, es que se

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produjo este lamentable hecho. Se suma el hecho de que el trabajo se realizó sin las
medidas de seguridad mínimas, sin un procedimiento de trabajo específico para la
identificación de peligros, por lo que si se suprime mentalmente todos los elementos u
observaciones anteriormente descritas, se concluye de manera inequívoca, que el
accidente era perfectamente evitable, si se hubieren adoptado todas las medidas de
seguridad correspondientes, las que debieron ser adoptadas por las demandadas. Lo
anterior, es corroborado por la actitud del empleador después del accidente, procediendo
a corregir las deficiencias de seguridad, como el procedimiento de trabajo, señales
luminosas, y la iluminación del lugar.
Luego, en los hechos descritos, no se implementó un sistema de trabajo seguro,
para las faenas en las que ocurrió el accidente, ya que se expuso al trabajador a un
ambiente inseguro, sin advertencia de los riesgos, sin perjuicio de las demás condiciones
ya explicadas en la relación de hechos de esta demanda.
A continuación, hace una lata exposición acerca del derecho aplicable,
transcribiendo sendos pronunciamientos de Tribunales Superiores de Justicia, para luego
decir que el contenido de la obligación de seguridad o su cuantum (sic), es decir, el mayor
o menor grado de cuidado respecto del trabajador, depende, entre otros aspectos, de las
particulares características de la faena. En la especie, el trabajo que se realizaba era
altamente riesgoso, de suerte tal que la más mínima ausencia de las condiciones de
seguridad podía provocar, y de hecho provocó, un lamentable accidente laboral, todo lo
cual se ve agravado por tratarse de un accidente ocurrido frente a una labor en que se
realizaba el cambio de una huincha transportadora, utilizando una placa de tiro no
adecuada, en un lugar sin las medidas de seguridad adecuadas, lo que provocó que se
saliera la placa de tiro, ocasionando gravísimas lesiones al trabajador. El riesgo, o peligro
de daño, en el caso de autos, se vio, a su vez, acrecentado por el hecho de que no
existían condiciones básicas para la ejecución de los trabajos, insistiendo que en la
realización de las labores no habían suficientes elementos de trabajo, ni de seguridad, y
tampoco existían procedimientos de trabajo claros; y las labores eran muy riesgosas,
entre otras deficiencias que promete acreditar.
A continuación, reproduce extensas disposiciones de normativa sectorial.
Posteriormente, postula la responsabilidad solidaria, subsidiaria, o simplemente
conjunta, de la División demandada: asumir su obligación legal de vigilar el cumplimiento
de las medidas de seguridad en la labor que se estaba realizando en la faena minera en
ese instante; que la absoluta inactividad o acciones inadecuadas de los demandados, en
lo que se refiere a la adopción de medidas de seguridad, y la nula o poca fiscalización o
supervisión de las medidas de seguridad, implica un incumplimiento de las normas
laborales, establecidas en los artículos 183 A, y siguientes del Código del Trabajo. A la
sazón, reproduce citas legales y jurisprudencia.
En el capítulo de los perjuicios, reclama en primer término daño emergente o
material. Lo fundamente en el sentido que es evidente que el trabajador víctima del
siniestro ha sufrido un gran daño físico y biológico, que afecta su integridad
psicosomática, es decir, ha sufrido un perjuicio real, visible, material, en su salud, que

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compromete su bienestar integral como persona. Este daño biológico debe ser
considerado en forma independiente de cualquier otro, y consecuencialmente constituye
una lesión a su salud y merece una reparación concreta e individual. En la situación
planteada en autos, el trabajador sufrió un grave siniestro por el que se le practicaron
varias intervenciones y re intervenciones en su extremidad superior. Quedó para siempre
con la pérdida de su extremidad superior o brazo derecho; resultó su cuerpo mutilado, sin
que se pueda recuperar el miembro perdido. Una vez ocurridos los hechos imputables a la
demandada con el impactante efecto ya conocido, cual es la amputación traumática del
brazo derecho a la altura del hombro del demandante, durante ese día y quizás algunos
días posteriores al día 6 de abril de 2015, se buscó la extremidad amputada por parte de
la Brigada de Rescate de Codelco, sin obtener resultados. Hace tener presente que los
hechos ocurrieron en la caverna que tiene una dimensión de 36 metros cuadrados (6 x 6
mts.). Habría bastado ordenar el corte del paso de agua un poco más arriba de dicha
caverna, lo que habría permitido disponer una búsqueda realmente efectiva en seco, con
mayores posibilidades de encontrar el brazo amputado por el efecto látigo de la correa
que se estaba intentando reparar. Esta situación, deja de manifiesto la falta de iluminación
y negligencias en todo lo sucedido, aumentando ampliamente y en forma muy grave el
daño sufrido, ya que, fue imposible intentar injertar la extremidad perdida.
Por ello se avalúa el daño emergente que se demanda, en la suma de
$300.000.000.- o la suma que el tribunal determine.
En cuanto al lucro cesante, comenta que los hechos han ocasionado un grado de
invalidez de un 80%, y una pérdida parcial de su capacidad de trabajo, y nunca podrá
volver a dedicarse a labores como las que hacía, ni ejercer funciones que conlleven algún
mínimo de destreza física, que era justamente su especialidad. Deberá pasarse la vida
dependiendo de terceros. Esto implica que se acabaron para el actor, los días de ser un
trabajador normal, pues perdió la capacidad de desarrollar las actividades de su puesto de
trabajo, labor que había venido desarrollando con calidad y calificación, durante largo
tiempo a la fecha del accidente. Así las cosas, para determinar el daño material que se le
ha ocasionado, se debe tener en consideración, el promedio de las remuneraciones a la
fecha del accidente, la incapacidad laboral que se le provocó, la edad que tenía a la fecha
en que sufrió el siniestro, y por último la vida laboral útil como persona de sexo masculino
en nuestro país, todos los cuales son datos objetivos y comprobables: que el promedio de
la remuneración mensual a la fecha del accidente era esencialmente variable, promedio
que estima en no menor de $2.000.000.- mensuales, remuneración que le será difícil
obtener debido a la pérdida de sus capacidades y aptitudes laborales. Con todo, la
pérdida del oficio e incapacidad definitiva que el accidente le ocasionó, le inhabilita para
desempeñarse como trabajador calificado y en general para desarrollar cualquier otra
actividad que signifique alguna destreza manual o física. Que al tener 34 años al
momento del accidente y considerando la edad laboral útil de una persona de sexo
masculino en nuestro país, es de sesenta y cinco años de edad, si tomamos como
referencia el sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones, y la edad promedio de
un varón en nuestro país, es de 74 años. De este modo, con el mérito de lo anterior,

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podemos concluir, que le quedaban XX años de vida laboral íntegra (sic), y considerando
lo que le ha significado y significará de por vida, no tener los ingresos que antes del
accidente tenía, calculados en un 80% de incapacidad, nos da la suma de $960.000.000.-
cifra que se demanda.
En lo concerniente al daño moral, deberá considerarse el enorme daño moral,
provocado por el dolor físico que experimentó, con ocasión de las lesiones corporales que
sufrió, tanto en el hecho mismo del accidente, producto del cual ha quedado incapacitado
para trabajar, como aquel que experimentó al estar hospitalizado y experimentará con
ocasión de las intervenciones quirúrgicas, más las correspondientes actividades de
curación, rehabilitación y dolor propio de las secuelas. Por otro lado, está padeciendo de
un grave daño extrapatrimonial, provocado por el aspecto externo con que quedó después
de este accidente, pues ahora no es una persona normal, no pudiendo desplazarse en
forma autónoma, requiriendo de la ayuda de terceros para realizar las labores más
básicas de la vida. La reparación que se solicita por este concepto, también se encuentra
orientada a compensar los sufrimientos que experimentó en el fuero interno, al saberse y
sentirse negativamente modificado en su aspecto personal. Por lo demás, la reacción
depresiva que padece el trabajador, además, se debe a que no puede ni podrá seguir
llevando la vida normal que llevaba antes del accidente, menos la podrá efectuar como
trabajador del área. En fin, deberá continuar con un largo tratamiento que significan
nuevas intervenciones. A causa de todo lo anterior, actualmente se encuentra con
tratamiento por una severa depresión post traumática, con atenciones periódicas con
Psicólogo y Psiquiatra, con medicamentos anti depresivos diarios, a saber: Duceten de 50
mg. (1 al día cada mañana); Zucedol de 50 mg. (1 al día cada noche) para dormir,
actualmente presenta y persisten los dolores por un efecto de aún no asumir físicamente
la pérdida de tal extremidad superior. . Es más, el accidente afectó gravemente la relación
con su novia, pues se ve disminuido físicamente y socialmente. En mérito de lo anterior
por concepto de daño moral propiamente tal, se demanda la suma de $500.000.000.-
En colofón, previa cita de disposiciones legales que invoca, solicita tener por
enderezada esta acción, requiriendo se condene a ambas o una de las demandadas (sic),
a pagar al actor, la suma de $1.760.000.000.- en forma solidaria, subsidiaria o
simplemente conjunta, o de la forma que corresponde al derecho y a la equidad, más los
reajustes e intereses correspondientes, devengados desde la fecha del accidente y los
que se devenguen hasta la fecha de su pago efectivo, con costas; o en subsidio,
condenar a una o ambas demandadas, conforme a derecho, a pagar las sumas que el
tribunal se sirva fijar, por los conceptos y tipo de daños que se determinen en la
sentencia, y conforme al derecho aplicable, de acuerdo a los principios de justicia y
equidad, con costas.
SEGUNDO: Alegaciones de la empresa SIEMENS S.A.
Principia sus alegaciones señalando que contrató los servicios del actor con fecha
17 de julio de 2012, para desempeñar las labores de supervisor mecánico, principalmente
en las dependencias del empleador ubicadas en la Quinta Región, comuna de Los Andes.
El sueldo base del trabajador asciende a la suma de $1.687.474.-

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En cuanto al accidente que motiva la demanda, lo efectivo es que,
aproximadamente a las 16:30 horas del día 7 de abril de 2015, en circunstancias que se
realizaba cambio de tramo de la cinta de correa A7 y en momentos que ésta era jalada
para lograr su centrado y posicionamiento final, la maniobra de tiro se desprende de la
cinta, saliendo proyectada la placa y la piola con efecto de látigo, golpeando al trabajador
y provocándole la amputación de su brazo derecho.
Defiende que las causas del accidente se deben a desviaciones al procedimiento
vigente al momento de efectuar cambio de cinta; realizar el actor una labor que no le
correspondía, toda vez que el cambio de cinta debe efectuarse de forma mecánica y no
de forma manual; asumir el actor posiciones o posturas inseguras, colocando en riesgo su
integridad física y la de sus compañeros de trabajo, y a la acción imprudente, temeraria y
negligente del demandante.
Acota que cualquiera circunstancia o hecho señalado en la demanda, y que sean
distintos a los descritos precedentemente, son controvertidos expresamente. Asimismo,
no consta la gravedad y extensión de su lesión, por tanto, se niega de la manera descrita.
A mayor abundamiento, niega que los hechos hayan ocurrido como lo describe el actor, a
saber, que no es efectivo que el lugar donde ocurrió el accidente contaba con una pésima
iluminación, que existía mala recepción de la frecuencia radial, ni que había polvo en
suspensión que dificultaba la visibilidad. Tampoco es efectivo que la cinta transportadora
no se encontraba equipada con elementos efectivos de seguridad que permitieran su
detención en caso de emergencia; que la placa de tiro que amordazaba la punta del tramo
de correa transportadora era hechiza; que no existía un procedimiento de trabajo
específico para las labores que se efectuaban; que el huinche de cambio de cinta, al que
se realizaba mantención, no contaba con un sistema sonoro y luminoso de advertencia
que se activara antes de la puesta en marcha de ésta.
En cuanto al derecho, postula se debe rechazar la demanda por inexistencia de
relación causal, ya que la demandada no tiene injerencia en el resultado dañoso. No
existe fundamento alguno en los hechos, como en el derecho, que permitan fundar la
acción incoada, no existiendo relación causal, ni directa ni indirecta en los daños
supuestamente sufridos por el demandante. Así las cosas, existe una imposibilidad
material de crear un vínculo causal con los hechos materia de autos: el nexo es imposible
y no tiene asidero ni fundamentos, siendo la acción sorprendente, pues ninguno de los
hechos descritos por el actor en su libelo, pueden devenir en responsabilidad para la
demandada, ya que falta uno de los requisitos fundamentales: una acción u omisión
imputable.
Postula además que hay una eximente de responsabilidad del empleador por
cumplimiento irrestricto a la normativa vigente en materia de protección y seguridad a los
trabajadores. De este modo, las demandadas son empresas con altos rangos de calidad
en lo relativo a la protección, resguardo y seguridad de la vida y salud de sus trabajadores
manteniendo condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también
los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales. La
empresa se caracteriza por su estricto cumplimiento a lo establecido por la legislación

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laboral. Lo anterior queda demostrado por los siguientes hechos: existe un reglamento de
orden, higiene y seguridad que se entrega a todos los trabajadores; permanentemente
envía a sus trabajadores a cursos de perfeccionamiento y capacitación; se imparten
charlas a los trabajadores relativos a la protección, resguardo y seguridad de la vida y
salud, y los trabajadores cuentan con los implementos de seguridad adecuados para
sus labores.
Defiende que la demandada adoptó los resguardos y diligencia que la ley exige, en
especial, el deber de cuidado y protección a favor del trabajador, y no se le puede exigir ni
menos hacerla responsable de un resultado dañoso cuya única responsabilidad le
corresponde al demandante.
Así, se desprende con meridiana claridad que la causa que originó el lamentable
accidente del trabajo que afectara al actor, no puede en caso alguno ser imputable a la
demandada, sino que, por el contrario, a su conducta negligente e inexcusable de realizar
una labor que no le correspondía, conociendo el riesgo que implicaba y sin perjuicio de
aquello lo realiza asumiendo posiciones o posturas inseguras. Por consiguiente, es el
actor quien se produce su propio daño al cometer una acción insegura e imprudente.
Corresponde que sea rechazada la demanda de autos, con costas, por inexistencia de
responsabilidad de la demandada quien cumplió con todas las exigencia legales y
reglamentarias. Es el actor quien se expuso imprudentemente al accidente ocurrido, y por
tanto no tiene derecho a indemnización alguna por daño moral.
En subsidio, solicita se rechace el daño emergente y lucro cesante, por
improcedentes, o en su defecto se rebajen prudencialmente, junto con la rebaja
prudencial del daño moral. Desarrolla que en cuanto al daño emergente o material, no se
estima que la perdida de una extremidad pueda concebirse como un daño de esta clase,
confundiendo el actor el daño emergente con lo que podría constituir el lucro cesante, tipo
de daño que igualmente es demandado de manera independiente. Por lo demás, avalúa
este supuesto daño emergente en la suma de $300.000.000.- sin señalar de qué manera
logra efectuar el cálculo.
En cuanto al lucro cesante, la suma demandada no tiene fundamento legal y el
actor llega a dicha suma mediante una serie de operaciones matemáticas basadas en
suposiciones (grado de invalidez de 80%). También se basa en una supuesta incapacidad
la que no se encuentra acreditada. Con todo, la especulación del lucro cesante es
contraria a derecho y se basa en supuestos de hecho equivocados y en situaciones
eventuales e inciertas: si el actor supone que vivirá hasta los 65 años, ello implica que
piensa que además está exento de sufrir accidentes o enfermedades, que no será víctima
de delitos o accidentes, y en fin, que no estará sometido a los riesgos y vicisitudes de todo
ser humano. Ello puede ocurrir, pero también puede no suceder. La muerte, las
enfermedades, los accidentes, los delitos, la quiebra, la cesantía, la familia, la salud, los
hijos, los estudios, los problemas económicos, las cuestiones sociales y políticas, los
problemas familiares, los fenómenos de la naturaleza, etcétera, son todos imponderables
a que está sujeto el hombre y que conspiran en contra de tal estabilidad y permanencia.
De este modo, denuncia que el demandante pretende que se indemnicen meras

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expectativas y posibilidades, simples anhelos, conjeturas, sueños y deseos, y no pérdidas
de ganancias ciertas y reales o derechos adquiridos que hubieren estado dentro del
patrimonio del demandante y que se hubieren perdido en razón directa del accidente que
imputa culpa de SIEMENS S.A. Luego, la exigencia de certeza, realidad y determinación
del daño, se desprende inequívocamente del artículo 1437 del Código Civil, el que
discurre acerca del daño "inferido", con lo cual queda de manifiesto que el daño debe ser
cierto y haberse producido realmente. Se agrega jurisprudencia. Por lo demás, acota que
si bien el daño futuro puede ser indemnizable, no debe confundírsele con el daño
eventual. La diferencia entre ambos, es que el daño futuro es seguro que ocurrirá,
mientras que el segundo es sólo probable que suceda. Los daños eventuales no son
indemnizables porque no privan de un bien que realmente esté incorporado al patrimonio
de la víctima. Que los tribunales superiores de justicia han dado ciertos parámetros para
determinar qué se debe entender y cómo se debe calcular una indemnización por este
rubro, los que desarrolla. Posteriormente, razona que las remuneraciones futuras no
quedan íntegras y líquidas a favor del trabajador, como pretende el demandante, por
cuanto tienen un costo, que corresponde al esfuerzo y actividad que debe realizar el
trabajador para ganar dicha remuneración. De accederse a la indemnización de la manera
solicitada, se produciría un enriquecimiento injusto para el actor, pues se estaría pagando
por gastos y costos no existentes en la realidad.
En cuanto al daño moral, éste debe acreditarse por los medios legales de prueba
que consagra nuestro ordenamiento jurídico (sic). El sistema de valoración de la prueba
en materia laboral, lo cual nada tiene que ver con los medios de acreditación de los
hechos ni con la carga de ésta, la que permanece regulada por el artículo 1698 del
Código Civil. Tampoco puede el juez presumir el perjuicio moral, sin que la parte que lo
alega le entregue los medios que lo acreditan. Así, la suma reclamada es exagerada para
el daño alegado, en directa relación con nuestra práctica jurisprudencial. Más abultada
resulta aún en consideración al cumplimiento de la demandada de las normas que
permiten al trabajador desarrollar su trabajo en un medio seguro. La responsabilidad civil
no puede ser nunca fuente de enriquecimiento, sino una estricta indemnización
satisfactoria de los perjuicios causados, vale decir reemplazar mediante el dinero un bien
o valor destruido. Ahora bien, partiendo de la base que es el demandante quien se causa
su propio perjuicio, nadie puede pretender obtener provecho de su propia culpa. El
Derecho reconoce la necesidad de una indemnización satisfactoria, pero rechaza
convertir la responsabilidad civil en una fuente de incremento patrimonial. De este modo,
siendo evidente que el demandante se expuso imprudentemente al daño, mediante un
concurso de hechos negligentes y encadenados de su exclusivo resorte, iniciativa y
responsabilidad. A mayor abundamiento, hace presente que de toda la suma demandada
deberán deducirse cualquier clase de indemnización recibida por el trabajador por
concepto de pensión de invalidez y/o seguro de vida.
En cuanto a los reajustes e intereses, postula que no pueden aplicarse sino desde
la fecha que constituya un derecho establecido a favor del demandante por fallo
ejecutoriado, fijando una indemnización. Antes, sólo constituye una mera expectativa, y no

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puede generar reajustes e intereses desde que se manifieste la expectativa, sino desde
que tal expectativa se materialice o concrete en un fallo ejecutoriado, que la acoja.
En cuanto a las costas, se señala que hay motivo más que plausible para litigar y
exigir que el actor acredite en el proceso todo lo que ha sostenido, en especial respecto
del daño alegado, desde su existencia, pasando por su extensión, su valuación, su
imputabilidad.
TERCERO: Defensas de la demandada CODELCO DIVISIÓN ANDINDA:
Que luego de realizar un resumen de las alegaciones de contrario, la División
demandada, niega:
1.- Que la División Andina de Codelco Chile sea responsable, en forma alguna, del
accidente sufrido;
2.- Que en lugar donde ocurrió el accidente exista pésima iluminación;
3.- Que el trabajador accidentado haya contado solo con la iluminación de su
casco de trabajo para ejecutar sus labores;
4.- Que la vía de tránsito del lugar donde ocurrió el accidente, haya estado
obstaculizado al momento de realizar las labores encomendadas;
5.- Que en lugar donde ocurrió el accidente, exista muy mala recepción de
frecuencia radial, que dificultara la comunicación entre los trabajadores;
6.- Que existiera visibilidad deficiente en dicho lugar de trabajo, por existir polvo en
suspensión;
7.- Que el Sr. Becerra haya estado a cargo, o haya liderado la cuadrilla N° 3 de
trabajo, para el cambio de cinta de correa transportadora A7;
8.- Que la referida correa transportadora haya estado sin equipamiento efectivo de
seguridad, particularmente, para la detención de ella en caso de emergencia;
9.- Que la placa de tiro, que amordazaba la punta del tramo de correa
transportadora haya sido hechiza, o que ésta no contara con un sistema de protección
para evitar la proyección de la placa en caso de falla;
10.- Que no exista un procedimiento de trabajo específico para las labores de
cambio de huincha transportadora;
11.- Que personal de la División Andina haya participado en el cambio de la cinta
transportadora, en especial, el Sr. Carlos Díaz;
12.- Que en dicho lugar de trabajo, no haya existido sistema de protección de
barreras duras para impedir el ingreso a la zona de riesgo;
13.- Que el Sr. Becerra haya subido a la cinta transportadora, sólo con la finalidad
de inspeccionar el descentramiento de dicha cinta, sino que con otras intenciones;
14.- Que el Sr. Becerra haya dado la orden de detener el huinche mientras éste se
encontraba sobre la cinta transportadora;
15.- Que el Sr. Carlos Barros, funcionario de la División Andina, haya dado orden
al operador de la huincha, para que pusiera en funcionamiento el huinche, sin que nadie
del grupo de trabajo de Siemens S.A. haya dado la orden;
16.- Que el huinche de cambio de cinta, no contara con un sistema sonoro y
luminoso que advirtiera su puesta en marcha;

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17.- Que los hechos descritos por el demandante se deban única y
exclusivamente, a hechos u omisiones imputados a las demandadas de autos;
18.- Que el lugar de trabajo donde se desempeñaba el demandante haya sido total
y absolutamente inseguro y peligroso;
19.- Que en las labores ejecutadas por el actor y su cuadrilla no se hayan tomado
las medidas de seguridad adecuadas a dicha labor;
20.- Que no se haya implementado un sistema de trabajo seguro, para la faena en
donde ocurrió el accidente;
21.- Que el actor haya estado desinformado acerca de las labores que debía
ejecutar, y los riesgos propios de la ejecución de ella;
22.- Que el accidente haya sido evitable si se hubieran adoptado todas las
medidas de seguridad correspondientes, por cuanto éstas si se tomaron por parte de mi
representada, y el accidente se debió única y exclusivamente al actuar temerario del
demandante;
23.- Que el lugar donde ocurrió el accidente no haya sido suficientemente amplio
para que el actor se hubiese movilizado seguramente;
24.- Que haya existido falta de supervisión por parte de mi representada, en los
trabajos ejecutados el día del accidente;
25.- Que la División haya incumplido el Reglamento de Seguridad Minera, y el
resto de normativas legales invocadas por el actor, y
26.- En conclusión, niega tajantemente los hechos expuestos en su libelo por el
actor, en cuanto a una aparente responsabilidad de mi representada, en el lamentable
accidente ocurrido el día 7 de abril del año 2015.
Yendo a los hechos, señala la efectividad que la División actualmente realiza
explotación de minerales en la mina subterránea de “Rio Blanco” y en la mina a rajo
abierto “Sur Sur”, contando con una serie de instalaciones, entre ellas, mina, planta
concentradora de cobre y molibdeno y planta de filtro, las que permiten obtener como
producto final concentrados de cobre, materia prima fundamental para obtener el metal
refinado, además de producir molibdeno. Que para efectos de transportar el mineral,
hacia las distintos lugares de producción, la División cuenta con extensas correas
transportadoras, siendo una de ellas, la correa transportadora A7, ubicada en el área de
transporte de mineral de la Planta de Chancado Grueso Don Luis, que traslada el mineral
desde el chancado grueso al chancado fino, por un tramo de 5 kilómetros, lugar donde
precisamente ocurrió el accidente.
Comenta que en el marco del contrato N° 4600011505, “Servicio Mantención
Integral Plantas, División Andina”, se encargó a la empresa SIEMENS S.A. realizar el
cambio de tramo de la cinta transportadora, toda vez que ésta, atendido su uso y
desgaste natural, requiere ser reemplazada de forma periódica, a lo menos, unas tres
veces al año, sin mayores inconvenientes y complejidad, encomendando a dicha empresa
por contar con vasta experiencia y calificación para realizar las funciones encargadas, y
con personal especializado para ello. Asevera que el lugar donde se realiza la actividad
corresponde a un túnel de aproximadamente 4x4 metros cuadrados de sección y de 5

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kilómetros de extensión, en que están instaladas dos correas transportadoras en forma
paralela (correa 5 y correa A7), separadas por un pasillo que permite el tránsito entre
ambas.
Añade que la actividad a ejecutar el día 7 de abril del 2015 consistió en cambiar el
tramo de la cinta de correa A7, para incorporar una nueva cinta de 380 metros
aproximadamente, la cual debía unirse con la antigua zona de empalme, previo corte del
tramo de correa respectiva, por parte de otra empresa contratista, Continental
CONTITECH. Destaca que el actor estaba contratado por SIEMENS S.A., en el cargo de
supervisor mecánico, cumpliendo funciones de Jefe de Área de Transporte, en el lugar de
ocurrencia de los hechos, y que las labores a ejecutar en torno al cambio de cinta
transportadora estaban a cargo del respectivo jefe de turno del día del accidente, don
Mario Sánchez Aguilera, por lo que la labor del actor se limitaba a la supervisión del área
y trabajos realizados, y que de ninguna manera le correspondía la ejecución de dichas
labores, como lamentablemente ocurrió.
Desarrolla que para la ejecución de las labores encomendadas, existía un
procedimiento de trabajo -a diferencia de lo que señala el actor- denominado “Preparativo
y apoyo a pasada de correa, cambio de cinta correa Línea Sag”, que tenía por propósito
de proteger la vida y salud de los trabajadores, asegurando que el trabajo se realizara en
condiciones de riesgo controlado, con la identificación de los peligros, métodos,
materiales, equipos, etc., y de una base sólida para entrenar y proteger a los trabajadores
en materias de seguridad; que en particular, contempla una secuencia ordenada de
actividades para realizar el preparativo y apoyo de pasada de correa, cambio de cinta.
Hace presente que en la elaboración de dicho documento participó de modo activo el
propio actor, atendido su cargo dentro de SIEMENS S.A. Comenta a su turno que el día
de los hechos, se realizó el INVEC o inventario de ítems críticos, que es un registro listado
por tareas o actividades en el cual se estima la magnitud del riesgo en base a la
probabilidad y consecuencia, e indica las medidas de control para llevar los riesgos a
límites tolerables; junto con el respectivo Análisis de Riesgo del Trabajo, o también
conocido como ART, procedimiento documentado que consiste en identificar los peligros y
evaluar los riesgos potenciales, antes y durante la ejecución del trabajo, con el fin de
establecer medidas para prevenir, controlar y/o minimizar y así evitar la ocurrencia de
incidentes, accidentes, enfermedades profesionales, daños al ambiente, instalaciones o
equipos. Destaca que ambos documentos también fueron suscritos por el actor antes de
iniciar la ejecución de las labores programadas para dicho día.
Así las cosas, a las 09:30 horas aproximadamente, se realizó la solicitud de trabajo
por parte del personal de SIEMENS S.A., acompañando la documentación pertinente, y
se procedió al bloqueo del equipo Correa A7, quedando dicho lugar de trabajo a
disposición de SIEMENS S.A., quienes a partir de dicho momento, se hacen cargo
exclusivamente de dicha área de trabajo. En ese sentido, se aísla dicho lugar de trabajo y
se delimita el lugar con conos de seguridad y señalética de advertencia de los trabajos.
Seguidamente, se reúne el personal de esta empresa afinando los últimos detalles para el
cambio de cinta, mientras en forma paralela personal de la otra empresa contratista de la

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División Andina, CONTITECH realiza instalación de prensas tensoras de cinta, para el
posterior corte de la misma.
Añade que siendo las 12:00 horas y una vez finalizado el proceso de corte de
cinta, el personal de SIEMENS S.A. liderado por don Mario Sánchez, procede al retiro del
tramo de cinta en mal estado, tareas que finalizan cerca de las 14:00 horas. Luego, tal
como lo informa el demandante, se retrasó el inicio del trabajo de cambio de cinta,
producto que habían trabajos retrasados en otros sectores de la faena, y en parte, a que
la planificación de los trabajos integrales eran ajustados, lo cual, sin embargo, no tienen
incidencia alguna en el lamentable accidente. Que una vez concluido el retiro de la cinta
programada, se procede a la instalación de la placa de tiro, la que no es “hechiza” o le
falta sistema de seguridad como arguye el actor, sino que por el contrario, cuenta con
memoria de cálculo y revisiones de distintos ingenieros especialistas, tal como se
acreditará en su oportunidad, que permiten su adecuada instalación y uso, siguiendo las
instrucciones referidas en el documento.
Afirma que lo que efectivamente ocurre, es la instalación inadecuada de la referida
placa de tiro por el personal de SIEMENS S.A., instalándose al revés de su posición de
montaje y que este hecho se debió a que el jefe de área, es decir, el demandante, no dio
las correctas instrucciones a su personal respecto de la instalación de la placa de tiro de
acuerdo a instalación de montaje; el equipo a cargo de la instalación de dicha placa no
consideró relevante dicha tarea en su planificación; y finalmente existió una baja
estimación del riego (exceso de confianza) por parte del jefe del área, señor Becerra, al
ser dicha placa mejor diseñada en comparación a las antiguas que se utilizaban para tales
labores.
De este modo, todos estos sucesos y negligencias en definitiva, confluyen para
que se produzca el lamentable accidente en cuestión.
A continuación, explica que el personal de SIEMENS S.A. continúa con sus
labores, a pesar de la errada instalación de la placa de tiro: se engancha a piola la cinta
nueva, comenzado el tiro de la misma sobre estaciones de polines de carga desde el
polín 3.200 hacia la segunda zona de empalme entre la estocada 10 y 9. Luego de un
tiempo de trabajo, se observa que cinta nueva ingresa sobre estaciones de polines en
forma descentrada, hacia un lado del pasillo, faltando casi 60 metros para finalizar las
maniobras de tiro. Hace presente que el desalineamiento hacia el pasillo es inherente al
trabajo que se desarrollaba y que ante dicha situación, se detiene la maniobra de tiro para
centrar la cinta y hacerla pasar bajo pasarela estocada 10.
En esas circunstancias el Sr. Becerra, en una acción que esta parte define como
temeraria e irresponsable, sube a la cinta existente del lado retorno, desde donde realiza
maniobras de centrado de la cinta nueva de forma manual desde la placa de tiro,
encontrándose destensada: esta acción fue temeraria por cuanto se expuso a la
denominada “línea de fuego” al subirse a la cinta con la intención de alinearla
manualmente, en circunstancias de que dicha labor se debía ejecutar en forma mecánica.
Comenta que se define como “línea de fuego” como el “el acto de interponer nuestro
cuerpo o parte de él entre, frente o bajo una fuente de ENERGÍA que por su magnitud

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nuestro cuerpo NO es capaz de resistir”, lo que equivale a decir que corresponde a la
exposición de una o varias personas a una carga suspendida, dando como ejemplo el “del
piano que cuelga”, suspendido en el aire por una soga, debiendo abstenerse los
involucrados en la faena de ubicarse debajo del mismo. Desde esta perspectiva, en el
caso de marras el punto más peligroso de la línea de fuego era precisamente la parte
superior de la cinta transportadora que se estaba ingresando, por cuanto ante cualquier
tensión o expulsión de alguna parte u objeto de las maquinarias existentes en la faena, se
destinaría por sobre dicha cinta.
Alineada nuevamente la cinta, la correa toma centro y es pasada bajo la pasarela,
avanzando unos 15 metros más allá hacía la estocada 9. Sin embargo, se mantiene un
desalineamiento menor hacia el lado del pasillo. Advertido esto, el demandante da la
instrucción al personal de SIEMENS S.A. de continuar con la tarea de alineamiento del
cable, situación equívoca que se debe en gran parte a que éste asume un rol equivocado
que no le correspondía, por cuanto la persona a cargo de liderar las maniobras de cambio
de cinta era el respectivo jefe de turno del día del accidente, esto es, don Mario Sánchez
Aguilera.
Por lo demás, sostiene que a eso de las 16:50 horas, nuevamente personal de
SIEMENS S.A., compuesto por John Villarroel, el propio actor, Mario Sánchez, y Ronny
Norambuena, se suben a la cinta para realizar labores de centrado de la cinta, actuando
sobre la piola de tiro, la que se encontraba tensionada, mediante el uso de barretillas y
ángulos de acero, sobre la correa A7 del lado retorno. Por tanto, en esta oportunidad no
es solo el jefe de área quien sube a la cinta transportadora, sino que lo hace en conjunto
con el equipo de trabajo, quedando todos esos trabajadores expuestos en la línea de
fuego del sistema de tiro. En su concepto, el Sr. Becerra no identificó el riesgo asociado a
la línea de fuego, a pesar de haber participado activamente en la producción del INVEC y
del ART, en donde expresamente se trató el riesgo de la línea de fuego, y la prohibición
de exponerse a ella, como medidas primordiales de seguridad y control en las labores
encomendadas.
Prosigue el relato diciendo que a las 16:59 horas aproximadamente, una vez
centrada la correa, el actor solicita a Ronny Norambuena que reinicie el jalado de la cinta,
mediante señales con lámpara minera, toda vez que el actor estimó necesario reiniciar la
maniobra de pasada de cinta, sin percibir el riesgo de estar apostada sobre ella, mientras
esta se encontraba en movimiento. Un minuto más tarde, se produce el lamentable
accidente al desgarrarse la prensa de tiro, golpeando violentamente a éste, provocándole
el desmembramiento de su brazo derecho.
Explica a continuación que de acuerdo a las investigaciones efectuadas tanto por
la División como por SIEMENS S.A. se desgarró la cinta por los siguientes motivos: a)
había condiciones que limitaban el desplazamiento de la cinta; b) por el jalón directo entre
el huinche y el enrollador; c) porque perdió la comba definida en el procedimiento; d)
sobretensión del huinche, y e) inadecuada instalación de placa de tiro (no cumplía su
función primordial de “apretar”. Asevera además que en la zona de tiro de la cinta, hay
cuatro personas que se suben sobre la cinta de retorno de la correa A7 para centrar la

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cinta nueva (Jefe de área, jefe de Turno y dos trabajadores). Luego, informa que el jefe de
área ordena que se bajen de correa las otras 3 personas y él se queda sobre esta para
seguir tratando de centrarla a la vez que solicita iniciar el tiro de la misma.
Comenta que debido a la gravedad de las lesiones sufridas por el actor, éste es
trasladado de urgencia a la Posta Hilton, ubicada en la faena minera, donde se le prestan
los primeros auxilios y se trata de estabilizar, para luego ser derivado a la Clínica Río
Blanco, donde recibe la atención médica de rigor. Finalmente, es derivado al centro
asistencial de la Asociación Chilena de Seguridad en la ciudad de Santiago, donde recibe
el tratamiento médico correspondiente, y continua adelante con su recuperación.
De este modo, atendida la gravedad del accidente, se efectuaron sendos informes
de investigación tanto por la empresa SIEMENS S.A., el Comité Paritario de Higiene y
Seguridad de dicha empresa y de la División Andina, en donde se constata que este
lamentable evento sobrepasa por completo toda posible voluntad y diligencia de la
División Andina, normal o extraordinaria, que hubiese podido evitarlo, ya que existían
procedimientos de trabajo en forma segura, que identificaban los posibles riesgos de las
labores a ejecutar, y en particular, de la línea de fuego, lo que no fue acatado por los
partícipes en la dinámica del accidente, y especialmente por el demandante, quien poseía
experiencia en trabajos mineros que le permitía identificar dichos riesgos.
Así, el Informe de Investigación del Comité Paritario de Higiene y Seguridad de la
empresa SIEMENS S.A. precisa que dentro de las causas inmediatas, se constatan una
posición inadecuada al momento del accidente; un uso inapropiado del equipo, en la
instalación de la placa de tiro, su alteración, y el uso de barretillas para el centrado de la
cinta. En las causas básicas, se advierte factores personales, mal juicio, mala
coordinación; exposición al riesgo contra la salud; mala preparación y asesoramiento;
motivación inadecuada, intento inapropiado de ahorrar tiempo, ejemplo inapropiado de
supervisión. En conclusión, señaló que el accidente se debió a acciones sub estándares,
ya que expresan que había personal trabajando directamente en la línea de fuego; había
personal cumpliendo funciones que no le competían a su cargo, y hubo desviaciones al
procedimiento vigente al momento de efectuar el cambio de cinta. Así, se concluyó que el
accidente fue producto de una negligencia inexcusable del trabajador.
También cita el Informe de Investigación accidente, comisión EVITA, empresa
SIEMENS S.A. que consigna que dentro de las causas básicas que se pudo determinar
de acuerdo a los antecedentes, se señalan dos: liderazgo inadecuado del Jefe de Área,
de acuerdo a su rol (señor Becerra), y comportamiento del Jefe de área proclive al riesgo
(actitud temeraria). Entre las causas directas, se señalan: exposición a la línea de fuego
en el punto crítico de la liberación de energía (esperada), y liberación de energía a través
del desgarramiento de la goma de la cinta. Entre los factores contribuyentes, se señalan
cuatro: mala coordinación de la tarea; comunicaciones deficientes radiales; liderazgo en
seguridad no aplicado por el supervisor, de acuerdo a su rol, y el procedimiento no
contempla acciones ante un desalineamiento Se concluye que debido al tenor de las
causas básicas y directas descritas que el accidentado habría dejado su rol de Jefe de
Área, mostrando un liderazgo inadecuado, actuando temerariamente mientras ejecutaba

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su trabajo, exponiendo a su personal y a sí mismo a la línea de fuego y tomando la
iniciativa, habría dirigido la tarea desde su comienzo hasta el momento del accidente, se
determina que dicho accidente se debió a la desviación general del accidentado respecto
a las medidas preventivas y de control que establecía dicha organización tanto en los
procedimientos como en el análisis de riesgos de tarea que ejecutaba.
Luego, cita el Informe de Investigación de la Superintendencia de Ingeniería de
Mantenimiento, de Codelco Chile, División Andina. Indica que dentro de las acciones
individuales/colectivas que se constatan para la ocurrencia del incidente se señalan: no se
respeta la evaluación de riegos (ART), respecto de la exposición a la línea de fuego;
centrado manual de la cinta sobre la misma sin destensar la piola ni bloquear huinche,
exposición a línea de fuego; no existen roles definidos en la maniobra; realizar maniobra
de tiro sin comunicación exclusiva y fluida, e instalación inadecuada de prensa de tiro. Se
concluye, que el accidente se produce principalmente por la transgresión a una normativa
de seguridad Estándar de Control de Fatalidad (ECF) 1, RC 6, Liberación descontrolada
de energía (establecer energía cero para la intervención de un equipo) en el cual el
trabajador se ubica en la línea de fuego del sistema de tiro de cinta estando tensionada, a
causa del roce de la cinta con estructura de pasarela y tensión del carro desenrollador; el
actual sistema de pasada de cinta: huinche eléctrico de tiro, prensa de tiro, y enrollador
hidráulico no cuenta con barreras, que inhiban sobre tensiones o esfuerzos,
desalineamientos de la cinta, controles de velocidad y sistema eficientes de comunicación
entre las diferentes partes, y la prensa de tiro mal instalada, lo cual provoca que este dañe
la correa en el sector de montaje, generando que la cinta ceda y por ende la prensa se
desprenda de ésta violentamente bajo tensión.
Destaca esta defensa que los tres informes de investigación mencionados
coinciden y son enfáticos en identificar y señalar como causas básicas y directas del
accidente en cuestión, el errado accionar por parte del demandante, señor Becerra, quien
se expuso a sí y al resto del personal involucrado en el accidente, en forma temeraria e
irreflexiva, a la línea de fuego del sistema de tiro de la cinta tensionada, infringiendo todas
las medidas preventivas y organizativas que establecían los procedimientos como análisis
de riesgo de las tareas encomendadas, lo que se suma a su inadecuado liderazgo como
Jefe de Área en donde ocurrió el incidente.
Yendo al capítulo del Derecho, postula en primer término, que la División no tiene
legitimidad pasiva para ser demandada, opinando que la atribución de responsabilidades
que hace la demanda es defectuosa y errónea porque extiende la obligación de
protección del empleador SIEMENS S.A. a la División Andina como dueña de la faena
donde se ejecutaban los trabajos, en que se citan normas legales aplicables al empleador,
junto con otras destinadas al mandante, sin discriminar entre ellas respecto de su
aplicación diferenciada.
Denuncia que estos errores obligan a precisar el estatuto legal aplicable a la
División en cuanto a empresa principal o mandante, respecto de la seguridad de los
trabajadores de las empresas contratistas y subcontratistas.

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Explica que el artículo 184 del Código del Trabajo tiene un destinatario evidente,
expreso y unívoco: el empleador, condición que la División nunca detentó respecto del
demandante, ya que su empleador reconocido es la empresa SIEMENS S.A. Luego, el
deber de protección constituye una obligación de hacer, que por su propia naturaleza,
queda fuera del ámbito de responsabilidad de la empresa principal, cosa que refrendaría
la jurisprudencia de los Tribunales, quienes han estimado que la culpa aparejada es la
levísima, la cual no puede extenderse a terceros ajenos al hecho.
Que sin perjuicio de lo anterior, explica que según lo dispuesto en el artículo 183-B
del Código del Trabajo, se contempla la responsabilidad solidaria de la empresa principal
o mandante la que se aplica únicamente a las obligaciones laborales y previsionales de
dar, calidad que no tiene el deber de protección que al artículo 184 del Código en
comento, Por lo demás, si se considerara que es procedente la responsabilidad solidaria
de la División Andina, ella necesariamente debe ser rebajada al grado de subsidiaria, por
cuanto se han cumplido las condiciones del artículo 183 C, como quiera que la División
Andina ejerció los derechos de retención y a ser informada sobre el cumplimiento de las
obligaciones laborales y previsionales. A mayor extensión, las obligaciones de seguridad
contempladas en el artículo 183 E del Código del Trabajo, que corresponderían a la
División se cumplieron a cabalidad y en conformidad a la ley. Por ello, la demanda dirigida
contra la División Andina debe ser rechazada.
Como segundo capítulo de alegaciones, postula la negligencia inexcusable del
trabajador o hecho de la víctima. En efecto, del desarrollo de las investigaciones
realizadas por el Comité Paritario de Higiene y Seguridad de SIEMENS S.A., de la propia
entidad empleadora del actor, y el de la División Andina, dejan en evidencia que el
trabajador se expuso de manera absolutamente negligente e imprudentemente al peligro
al posicionarse en el peor lugar de la “línea de fuego”, ya que en caso de sufrir cualquier
desperfecto las maquinarias utilizada para ejecutar las labores encomendadas, dicho
lugar resultaría dañado, atendida la lógica de los movimientos, lo que es inaceptable bajo
cualquier punto de vista, ignorando el peor y más riesgoso punto de peligro. Así, de
acuerdo con los informes de investigación antes referidos, las causas coincidentes del
accidente fueron las siguientes: uso inapropiado del equipo, en la instalación de la placa
de tiro, su alteración, y el uso de barretillas para el centrado de la cinta (que correspondía
estar bajo la supervisión del propio actor); liderazgo inadecuado del Jefe de Área, de
acuerdo a su rol (señor Becerra); exposición a la línea de fuego en el punto crítico de la
liberación de energía (esperada), y centrado manual de la cinta sobre la misma sin
destensar la piola ni bloquear huinche, exposición a línea de fuego.
Reitera que es necesario recordar en este punto, que el Sr. Becerra ocupaba el
cargo de Jefe de Área de Transporte de Chancado Grueso, con una antigüedad en el
contrato de 2 años y 9 meses, por lo que detentaba experiencia en las labores
encomendadas, y prueba de ello, es que fue el autor material del documento denominado
“Procedimiento Preparativo y Apoyo a pasada de correa, cambio de cinta correa línea
Sag”, por lo que conocía a cabalidad el procedimiento de trabajo del cambio de cinta, y el
rol que debía cumplir en calidad de Jefe de dicha área. Por lo demás, el actor y el resto

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del personal de SIEMENS S.A. involucrado en el accidente, habían sido capacitados en
dichas materias. En igual sentido, se constató la existencia del denominado INVEC, con la
identificación de las tareas específicas a ejecutar e identificación de los peligros. Que
también se constató la existencia del ART, para identificar los peligros y evaluar los
riesgos potenciales, antes y durante la ejecución del trabajo, con el fin de establecer
medidas para prevenir, controlar y/o minimizar y así evitar la ocurrencia de incidentes. En
ambos documentos se identificaron los lugares que constituyen línea de fuego, por lo que
el actor no puede alegar desconocimiento en dicha materia. Es más, ambos documentos
se realizan en forma previa a la ejecución de la labores, y son indispensables desde el
punto de vista de la seguridad en la faena su realización, ya que sin ellos, no se habrían
encontrado posibilitados de realizar dichos trabajos. Aprecia que fueron los trabajadores
involucrados, y en particular, el actor, quien ejerciendo un liderazgo inadecuado y un rol
que no le correspondía, no respetaron la planificación de los trabajos, no se apegaron al
procedimiento de trabajo implementado por el propio actor, ni tomaron en consideración
los análisis de riesgos efectuados con anterioridad a la ejecución de dichos trabajos.
Tampoco utilizaron las herramientas de control de riesgos que hubiesen permitido
destensar el enrollador en caso de realización de trabajos de alineamiento de la cinta
nueva, por lo que el accidente experimentado por el Sr. Becerra obedece exclusivamente
a su propia negligencia y a su exceso de confianza, desobedeciendo la normativa que
regulaba la ejecución de los trabajos de cambio de la cinta transportadora. A la sazón, cita
jurisprudencia.
Como tercer punto y en forma subsidiaria de lo anterior, alega una exposición
imprudente al daño y compensación de culpas como quiera que este es un caso de
exposición imprudente al daño por parte del trabajador al exponerse al lugar más
peligroso de la línea de fuego, subiéndose a la correa de cinta transportadora en
circunstancias de que ésta se encontraba tensionada por el huinche, desatendiendo las
abundantes capacitaciones que había recibido en materia de seguridad y de ley de
subcontratación así como desatendiendo expresa y manifiestamente el procedimiento de
trabajo de cambio de cinta que este mismo había elaborado, por lo que se configuraría un
caso de compensación de culpas del artículo 2330 del Código Civil, debiendo aminorarse
considerablemente la cuantía del ítem indemnizatorio. Advierte que esta institución ha
sido plenamente reconocida y aplicada por nuestra jurisprudencia en el ámbito laboral,
reproduciendo sendos pronunciamientos.
Abordando otro aspecto de su defensa, asevera que no procede acoger la
demanda incoada en contra de la División Andina a partir del artículo 183 E del Código del
Trabajo. Dicha preceptiva impone a la empresa mandante o principal obligaciones en
materia de seguridad respecto de todos los trabajadores de la obra, faena o empresa,
pero las refiere a otras dos normas que acotan su campo de aplicación. Estas son el
artículo 66 bis de la ley N°16.744 y el artículo 3° del Decreto N°594/1999 de Salud. Por
tanto, el artículo 183 E no es de aplicación directa sino que debe matizarse con los otros
dos antes mencionados, en donde dimanan ciertos verbos rectores: el deber de vigilar
que la empresa contratista cumpla la normativa de higiene y seguridad; el deber de

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implementar un sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo; el deber de
confeccionar un reglamento para establecer acciones de coordinación preventiva, y el
deber de constituir un Comité Paritario de Higiene y Seguridad y un Departamento de
Prevención de Riesgos en la faena. Así las cosas, concluye que el ámbito de acción de la
empresa mandante o principal es la supervigilancia y la coordinación, no la protección
inmediata porque esta función corresponde justamente a los empleadores, calidad que la
División Andina jamás detentó respecto del demandante de autos.
Afirma que todas las obligaciones descritas con anterioridad fueron cabalmente
cumplidas por Codelco División Andina, lo que la libera de toda responsabilidad: que tiene
implementado un sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo, porque existe
un reglamento confeccionado por ella para establecer acciones de coordinación
preventiva, porque el Comité Paritario de Higiene y Seguridad y el Departamento de
Prevención de Riesgos en la faena están constituidos y en normal funcionamiento, y
porque efectivamente se ejerció vigilancia sobre la codemandada SIEMENS S.A., para
efectos del cumplimiento de la normativa respectiva de higiene y seguridad. Asimismo,
que en el lugar de trabajo, existían las condiciones sanitarias y ambientales necesarias
para proteger la vida y salud de los trabajadores. Desde luego, explicita que la División
Andina confeccionó hace algunos años un “Reglamento especial para la implementación
del sistema de seguridad y salud en el trabajo”, que deben acatar las empresas
contratistas y que regula las condiciones de seguridad en que deben desarrollar sus
funciones. Al respecto, hace presente que la Andina cumplió la normativa vigente al exigir
a la empresa contratista, la elaboración de un procedimiento seguro para ejecutar las
labores encomendadas, al cual debían obligatoriamente sujetarse sus trabajadores
A continuación, desarrolla la idea que los presupuestos de la responsabilidad civil
extracontractual no concurren en este caso: el demandante ha incoado una demanda
fundada en un eventual incumplimiento de los deberes contractuales de seguridad y
protección. En efecto, no se dan los presupuestos jurídicos de la responsabilidad civil
extracontractual, único régimen que podría resultar aplicable considerando que no se trata
de un trabajador directo de la División Andina. Argumenta que las distintas letras del
artículo 183 del Código del Trabajo, permiten diferenciar con nitidez el régimen de
responsabilidad aplicable al empleador y contratista, de aquella empresa dueña de la obra
o faena. Para esta última, se impone el cumplimiento de un deber de seguridad diverso
del que es exigible en virtud de un contrato de trabajo, revelando que se trata de un
régimen extracontractual que se cumple si se han adoptado todas las medidas necesarias
para proteger eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en la
obra, faena o empresa. Así las cosas, a la luz de los presupuestos de esta clase de
responsabilidad, los tales no concurren en la especie: no concurre un hecho voluntario
como quiera que se está frente a un hecho material que consiste en el desmembramiento
del brazo derecho del Sr. Becerra, producto de un golpe que sufre al salir proyectada la
placa de tiro, en la ejecución de las labores de cambio de cinta de la correa
transportadora; que del propio relato de la demanda, se desprende, que allí no hubo
intervención de la División, ni su personal, tuvo injerencia ni participación en la producción

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del hecho dañoso, lo cual es razón suficiente para rechazar la demanda respecto de
Andina.
Sin perjuicio de ello, lo que sí se imputa son una serie de aparentes deficiencias,
de que dan cuenta los informes de fiscalización tanto por el SERNAGEOMIN, y de la
Inspección Provincial del Trabajo, lo que conllevó a la aplicación e implementación de
medidas correctivas y pago de multas, los que sin detrimento, no tienen la facultad de
atribuir responsabilidad en el accidente en cuestión, ya que dicha labor es exclusivamente
facultativa de los jueces del fondo. En efecto, respecto de la imputación de falta de
iluminación en el lugar de ocurrencia de los hechos, el D.S. N° 594 establece de manera
expresa una norma especial para el caso en análisis, pues su artículo 103 señala que las
exigencias sobre iluminación mínima en los lugares de trabajo no son aplicables a faenas
mineras subterráneas. Esta condición de todas maneras es subsanada en la industria
minera subterránea, y en División Andina se realiza mediante el porte y uso obligatorio de
lámpara minera. Por otra parte, la condición de iluminación no incidió en la ocurrencia del
accidente, toda vez que el hecho desafortunado se produce por una transgresión al
procedimiento vigente para la tarea; procedimiento que era realizado por el propio
trabajador (Jefe de Área) accidentado. Luego, en cuanto a la poca visibilidad del operador
del carrete respecto a la correa que extendía, la tarea que se desarrollaba al momento del
accidente consistía en el cambio de tramo de 380 metros de cinta de la correa A7.
Atendida las distancias, la envergadura de los elementos y la ubicación de los equipos
destinados para la labor de cambio de tramo de cinta, resultaba imposible que el operador
del carrete tuviera visibilidad en todo momento del paso de la cinta en su extensión. En tal
sentido, durante la ejecución de la tarea participan 10 trabajadores de la empresa
SIEMENS S.A., los cuales se distribuyen en toda la extensión del área en que se realiza
la tarea, a saber: 3 trabajadores en sector carrete desenrollador, 2 trabajadores y dos
supervisores incluido el señor Becerra, encargados de coordinar y vigilar el paso de la
cinta, más 3 trabajadores encargados de coordinar y operar el huinche. La coordinación
de estos tres equipos de trabajo estaba a cargo de la supervisión de SIEMENS presente
en la tarea, la cual se realizaba mediante el uso de radio bidireccional de comunicaciones.
Por lo demás, la supuesta poca o nula visibilidad del operador del carrete no resultó ser
un factor desencadenante del accidente, por cuanto se produjo el mismo por una
transgresión a los procedimientos vigentes para la tarea o faena minera, según se ha
comprobado y señalado.
Relacionado con no tener barreras duras de protección en el área de trabajo, este
justiciable postula que el desarrollo de la tarea de cambio de tramo de cinta de la correa
A7 realizado por trabajadores de la empresa SIEMENS S.A., fue supervisado de manera
permanente y directa por el actor y el Jefe de Turno Sr. Mario Sanchez, arguyendo que
tampoco tuvo incidencia en el accidente. Afirma que el lugar de trabajo se encontraba
delimitado con conos de seguridad y letreros que daban cuenta del accionar del personal
de SIEMENS S.A.
Concerniente a la falta de limpieza y orden en el lugar de trabajo, indica que el
túnel Haulage I, aparte de ser una galería destinada para transportar mineral, también se

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utiliza para la evacuación de aguas residuales del proceso minero (“aguas del minero”).
Es por tal motivo que la presencia de agua es inherente, propia y natural a la condición de
dicho túnel, más aun en una faena minera subterránea. Además el tránsito por dicho túnel
es excepcional y sólo se efectúa en condiciones especiales (como por ejemplo, en
cambios de cintas). En razón de ello, se toman las medidas de control y de protección
adecuadas y necesarias para las personas que transitan por dicha galería. En cuanto a la
presencia de piedras, por ser labores subterráneas es esperable y lógico que en algunas
oportunidades caigan algunas de menor tamaño al piso central entre las correas, razón
por la cual se da a conocer este tipo de peligro a los trabajadores, y se les exige el uso de
casco y de zapatos caña alta en toda la mina y las botas antes mencionadas.
Relativo a la mordaza con falta de mantención y falta de sistema de protección,
refiere que ésta era nueva, por lo cual no requería mantención y contaba con memoria de
cálculo, que certifica sus capacidades estructurales. El sistema de protección ante la
posible proyección de la misma, consistía en la prohibición de ubicarse en la línea de
fuego (posible trayectoria de la mordaza en caso de su proyección).
Así las cosas, es de la opinión que todas aquellas imputaciones no son causas
directas ni básicas del accidente sufrido por el actor, siendo la causa excluyente del
accidente, el actuar temerario e irreflexivo del actor al exponerse a la línea de fuego.
Relativo al nexo causal, el tal no existe entre el accidente y alguna circunstancia
atribuible a la División. Empero, sostiene que si el Tribunal considerase que el accidente
puede ser imputado a un acto voluntario, la demanda debe ser rechazada, por no
concurrir la relación de causalidad entre el hecho y los daños alegados, atribuible
respecto de la División, exigencia que es común a todo régimen de responsabilidad civil.
A su turno, el incidente no puede imputarse a dolo o culpa de la División o sus
dependientes. Razona del tal modo por cuanto la demanda no contiene ningún hecho al
que se le pueda asignar la connotación de negligencia, relacionado con el personal de la
División, que pudiese estar involucrado en los mismos. Por lo mismo, no es posible
atribuir la omisión de ninguna conducta, medida de seguridad o prevención relacionado
con los artículos 183 del Código del Trabajo, y que impone los deberes de seguridad a
cumplir por parte de la empresa mandante. Por el contrario, la División siempre actuó en
conformidad con la legislación vigente en materia de seguridad laboral.
Pasando al capítulo de los montos o rubros demandados, sostiene en relación al
daño emergente que el actor lo fundamenta en el daño físico y biológico que afectaría su
integridad psicopática, por la pérdida de su extremidad superior o brazo derecho,
aparejado a las diversas intervenciones médicas de las que habría sido objeto. En su
concepto, el demandante confunde los conceptos de daño material, y su clasificación de
daño emergente, con la institución del daño moral, toda vez que arguye y fundamenta la
existencia de ambas categorías de daños, bajo una misma línea argumental o
razonamiento. Al efecto, la doctrina ha entendido que el daño material “supone un
empobrecimiento, merma o disminución del patrimonio, así éste sea actual o futuro (…)
lesión implicará un empobrecimiento susceptible de avaluarse en dinero y, por lo mismo,
susceptible de resarcirse en dinero” (Pablo Rodríguez Grez. Responsabilidad

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Extracontractual, Santiago. Editorial Jurídica de Chile. 2002. p. 35 290). Resulta evidente
que lo alegado por el actor en relación al aparente daño emergente no es tal, porque no
se condicen con las definiciones doctrinarias de dicho concepto, ni menos existe una
disminución patrimonial o avaluable en dinero, que requiera resarcimiento en dichos
términos. También será necesario considerar que el tratamiento y recuperación de las
lesiones del demandante a la fecha no le han generado gastos adicionales ni menoscabo
patrimonial, toda vez que las prestaciones de salud se encuentran íntegramente cubiertas
por el seguro de la Ley N°16.744, que evidentemente fue cobrado, sin perjuicio de su
pensión de invalidez. En el mismo sentido, el demandante en la página 18 de su libelo,
hace una salvedad, en donde se pone en la situación de que los daños referidos por
concepto de daño emergente recaigan dentro de la esfera del daño moral, por lo que deja
a consideración del Tribunal determinar a qué categoría de daño o perjuicio corresponden
los hechos alegados.
Relativo al lucro cesante, desarrolla las menciones que la contraria señala, para
luego decir que esta forma de daño ha sido definido como "la pérdida efectiva de la
ganancia cierta" y se dice también que "si el daño consiste en que se impidió un efecto
patrimonial favorable (porque no se produjo un ingreso o no se disminuyó un pasivo), el
daño es calificado de lucro cesante" (Tratado de Responsabilidad Extracontractual.
Enrique Barros Bourie. Editorial Jurídica de Chile. Año 2011). Así, es del parecer que el
aparente lucro cesante alegado por el actor se basa en que las lesiones sufridas le
impedirían de por vida, dedicarse a las labores que hacía con anterioridad. Sin embargo, y
por antecedentes recabados, éste no ha terminado su vínculo laboral con SIEMENS S.A.,
por lo que mantiene su fuente laboral. De esta manera, las alegaciones del actor pierden
su fundamento inmediato. En segundo lugar, y en la efectividad que el actor padezca de
un 80% de grado de invalidez, se debe tener en especial consideración, que el artículo 39
de la ley N°16.744 contempla el derecho a favor del accidentado, al pago mensual de una
pensión, en caso que el porcentaje de invalidez sea igual o superior a un 70%, lo que sin
lugar a dudas, consiste en una verdadera indemnización para el trabajador afectado, que
viene en resarcir un eventual daño por la incapacidad de trabajo que le afecte, de modo
que recibirá mensualmente su referida pensión. En tercer lugar, en cuanto al elemento
temporal esgrimido como fundamento del lucro cesante por parte de la parte demandante,
ya que calcula el monto demandado exclusivamente en base a los años que estima que
podría haber trabajado, la Excma. Corte Suprema ha resuelto lo siguiente en causa Rol
11675-2011: “Quinto: Que, por lo mismo, si bien en la especie se ha demostrado que el
actor ha experimentado perjuicio, no existe certeza, -en lo que a lucro cesante concierne-,
de haber dejado aquél de obtener una ganancia cierta, determinada y objetivamente
cuantificable, como consecuencia de las lesiones sufridas, mismo rubro que no admite
regulación prudencial, de lo que cabe concluir que en la sentencia cuestionada se ha
incurrido en la infracción de ley denunciada, del artículo 1556 del Código Civil, lo que hace
procedente disponer su anulación por configurarse la causal del artículo 477 del Código
del Trabajo, para la corrección pertinente. Sexto: Que, en consecuencia, debe entenderse
unificada la jurisprudencia en el sentido anotado en los motivos anteriores en relación con

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la forma en que debe fijarse la indemnización por lucro cesante, esto es, que se requiere
necesariamente de la demostración de la falta de producción del ingreso o la mantención
del pasivo y la determinación del quántum de la ganancia, sin que baste para ello la sola
perpetración o acaecimiento del hecho dañoso, no pudiendo determinarse o cuantificarse
este rubro exclusivamente en base a un juicio de probabilidades.” Así, en estos casos
debe acreditarse la merma efectiva del beneficio o provecho que se habría obtenido en
determinadas condiciones, omitiendo por completo hacer referencia alguna a los años que
restan para jubilar, debido a que la Corte entiende que la indemnización debe
corresponder efectivamente al daño causado y no a conjeturas,
Finalmente, respecto del daño moral, la cifra pretendida la considera
extremadamente abultada, por lo que solicita su rechazo, máxime que el demandante
incurrió en una negligencia inexcusable o hecho de la víctima que excluye la
responsabilidad de Andina. A su turno, recuerda que en nuestra legislación las
indemnizaciones tienen por objeto exclusivo la reparación y no la sanción, careciendo de
asidero la institución del daño punitivo que contemplan los modelos anglosajones. Es
sabido que para que este tipo de daño sea indemnizable debe tener relación o proporción
entre éste y la indemnización que se reclama. De otro modo, la indemnización sería
lucrativa, y no indemnizatoria, como ocurre en el caso de marras.
Todo lo anterior, es sin perjuicio que ello es de carga del actor acreditarlo.
TERCERO: Etapa intermedia.
Que en la audiencia preparatoria de estilo y luego de ratificarse los escritos
fundamentales, las partes fueron invitadas por este juzgador a llegar a un acuerdo, el cual
no prosperó. Acto seguido, se dictó la correspondiente interlocutoria de prueba, para
luego los intervinientes hacer su oferta probatoria.
CUARTO: A modo de contexto.
Que durante del desarrollo de las audiencias de juicio oral se pudo advertir que
rodea a la controversia diversos menesteres de carácter técnico e ingenieriles, muchos de
ellos no desarrollados por las defensas letradas, lo que tornó aún más alambicada la
problemática. Sin embargo, dicha percepción, afortunadamente, se fue diluyendo con el
paso de las horas, llevando a concluir que el quid del asunto apunta a las más
elementales reglas probatorias en torno a que si éstas satisfacen los cargos o descargos
expuestos, y, evidentemente, comprender la institucionalidad concomitante a la Litis.
Como cuestión no controvertida, ha de decir que el actor es dependiente hasta la
fecha de la empresa SIEMENS S.A. Esta entidad, a través de su apoderado, acompañó el
contrato de trabajo de 17 de julio de 2012, celebrado con el actor donde aquél
desempeñaría el cargo de “supervisor mecánico”. Llamativa para los efectos de nuestra
exégesis es la cláusula octava, la que indica que laborar sin tomar las medidas de
seguridad correspondientes o sin utilizar los elementos de seguridad adecuados, será
considerado incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato. Finalmente
se consagra que la empresa mantiene vigente con CODELCO DIVISIÓN ANDINA el
contrato Nº 4600011505, denominado “Servicio Mantención Integral Plantas, División
Andina”. Se aparejó el anexo de contrato de 17 de octubre de 2012, ampliando la

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vigencia del mismo hasta el 17 de enero de 2013. Luego, mediante anexo de contrato de
17 de enero de 2013, el vínculo se torna indefinido. El anexo de 22 de febrero de 2013
modificó la jornada laboral primitivamente acordada (el cual fue nuevamente modificado
en anexos de 22 de abril y 8 de julio de 2013 y 20 de enero de 2014) para finalmente
quedar excluido de la limitación legal según el artículo 22 inciso 2º del Código del Trabajo
(por anexo de 1 de abril de 2014), y por medio del anexo de 1 de abril de 2013, se
estableció que desempeñaría el cargo de “jefe de turno semi senior”, mutando
nuevamente el cargo en anexo de 1 de enero de 2014 a “jefe de área”, modificándose su
remuneración mediante anexo de 31 de enero de 2014, incrementándose a $1.687.474.-
Sin perjuicio de resultar pacífica o no controvertida la existencia del accidente, la
parte demandante incorporó la epicrisis de 5 de junio de 2015, del Hospital del
Trabajador, el cual refiere como diagnóstico “amputación transhumeral ext superior der”,
ingresado el 8 de abril de 2015. En cuanto a su evolución, el documento indica que el
paciente evoluciona con dolor de miembro fantasma y fisiatría, sin complicaciones
quirúrgicas ni locales, lográndose cobertura de muñón.
Dentro de esa misma dinámica, por la resolución exenta Nº 1217, de 4 de mayo
de 2015, del SERNAGEOMIN, se entiende que se dispuso el cierre parcial temporal
(paralización) de la correa transportadora A 7, del sector estocada 10, área de transporte
de mineral de la faena minera DIVISIÓN ANDINA. Además, determinó sancionar a
CODELCO con una multa de 120,4 UTM. Ambas sanciones se cursaron sin perjuicio de
las que resulten aplicables una vez finalizada la investigación.
Dicho esto, ha de sobrevenir a continuación toda la explicación deontológica en
orden a determinar si ese suceso converge en los contornos del artículo 184 del Código
del Trabajo, y así fijar la responsabilidad imputada.
En efecto, la profesora María Cristina Gajardo Harboe, en estudio “El Deber de
Seguridad” (Revista Chilena de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, año 2014),
explica que:
“Se reconoce al empleador el derecho a dirigir y organizar el trabajo en sus
aspectos económicos y técnicos, desde que es quien asume los riesgos del
emprendimiento que significa la actividad laborativa (…) el trabajador se verá
expuesto a sufrir los riesgos inherentes a la actividad laboral, de los cuales no
puede por regla general evadirse puesto que tiene el deber de cumplir con el trabajo
contratado. Surge así el deber de protección del empleador, también denominado
deber de cuidado, y que nosotros llamaremos ´deber de seguridad´, que es
inherente al contrato de trabajo en su dimensión no patrimonial y tradicionalmente
regulado dentro del denominado contenido ético jurídico del contrato de trabajo”.
Explicando la acepción más estricta del deber de seguridad arriba definido, la
misma autora razona que:
“En su acepción más estricta, si el empresario puede dar órdenes en cuanto
al tiempo, lugar y modo de la prestación del trabajador, y estas órdenes han de ser
obedecidas, puesto que de su incumplimiento puede derivar una sanción, le es
exigible como deber procurar que no sean nocivas para el trabajador y que éste
resulte indemne tras su cumplimiento. El deber de seguridad que es parte del deber

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más general de protección que emana del contrato de trabajo, no sólo integra la
naturaleza del contrato sino que se trata de un deber esencial y principal del mismo,
cuya regulación no puede quedar entregada a la autonomía de las partes porque
comprende en general una serie de normas de derecho necesario, que derivan de
la esencia de la relación laboral”.
QUINTO: Desarrollo de las investigaciones realizadas que procuran explicar
fenoménicamente el accidente.
Que para poder explicar qué fue lo que ocurrió, los pleitistas a través de sus
defensas letradas incorporaron sendos reportes.
En primer término, el actor se hizo vale del Informe sobre accidente grave de 1
de junio de 2015, suscrito por el director regional zona central del SERNAGEOMIN,
dirigido al representante leal de la cuprífera. Bajo el acápite “descripción del accidente” se
lee lo siguiente:
“En el Área de Transporte de Mineral de la Planta de Chancado Grueso Don
Luis, Correa Transportadora A 7, Sector entre Estocadas 9 y 10 de la faena
CODELCO CHILE DIVISIÓN ANDINA, mientras se realizaba la tarea de cambio de
tramo de cinta transportadora (380 metros) de la Correa A 7, que traslada el mineral
desde el chancado grueso hasta el chancado de finos, por un tramo de 5 kilómetros,
a una distancia de 40 metros aproximados de la posición final en que se ejecutaría
el empalme del tramo de correa, que era jalado por un huinche ubicado en la
Estocada 9, se descentró, lo que provocó un atascamiento de ésta.
Juan Becerra (supervisor accidentado de SIEMENS S.A.) pide por radio
detener el huiche con destensado del cable y detención del carrete porta correa
transportadora, porque el tramo de correa a empalmar se había descentrado 15
metros aproximadamente antes de llegar a la Estocada 10. Juan Becerra
(supervisor accidentado de SIEMENS S.A.) solicita en comunicación directa a Mario
Sánchez (jefe de turno de SIEMENS S.A.) sacar dos pivotes centradores de carga
de la correa transportadora A 7, quien manda a John Villarroel (mecánico SIEMENS
S.A.) que sube a la correa transportadora para cumplir con la orden.
En ese momento, el Supervisor accidentado, Sr. Juan Alejandro Becerra
Zúñiga, se subió por la correa transportadora A 7 para observar por qué se produjo
el atascamiento del tramo de correa.
Después de terminar el trabajo ordenado y bajarse de la correa
transportadora A 7, John Villarroel (mecánico SIEMENS S.A.) siente un ruido de
desprendimiento de un objeto y que algo le roza el casco, momento en que escucha
a Mario Sánchez (jefe de turno de SIEMENS S.A.) quejarse diciendo que algo lo
golpeó y que le revisara la cabeza y John Villarroel le dice que no tiene nada, en
ese instante fue que la placa de tiro que amordazaba la punta del tramo de correa
con tres pernos con hilo y tuercas, se desprende proyectándose el sistema de tiraje
(Cable del Huinche-Gancho-Placa de Tiro) que golpeó al Supervisor accidentado
(Juan Becerra), provocando la amputación del brazo derecho a la altura del hombro.
John Villarroel (mecánico SIEMENS S.A.) se acuerda de Juan Becerra
(supervisor accidentado de SIEMENS S.A.) y sale a buscarlo por el pasillo y no lo
encuentra, por lo que sube a la correa transportadora A 7 donde inicialmente se
encontraba la conexión del cable de huinche con la placa de tiro y se devuelve para

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seguir buscando, después de avanzar aproximadamente 5 metros encuentra a Juan
Becerra (supervisor accidentado de SIEMENS S.A.) tendido sobre la correa
transportadora A 7, apoyado sobre una estructura de polines con la cabeza hacia el
pasillo, luego llegan Carlos Barros (coordinador mecánico de CODELCO) y Antony
Rivera (supervisor CONTINENTAL CONTITECH) para prestar ayuda al
accidentado.
Carlos Barros (coordinador mecánico CODELCO), se dirige a la Estocada
10 donde está la pasarela y llama vía radio a Carlos Díaz (mecánico CODELCO)
para que envíe urgente una ambulancia.
En ambulancia el accidentado es trasladado a la Posta Hilton, Servicio de
Urgencia Clínica Río Blanco y de ésta es transferido al Hospital del Trabajador en
Santiago” (sic).
Resulta también importante la cronología de sucesos ocurridos determinados por
aquella autoridad aquel aciago día, siendo relevantes los siguientes: a las 8.30 horas se
produce la entrega de equipos a mantención mecánica por parte de “operaciones”; a las
8.45 horas, se produce la supervisión de la empresa mandante (CODELCO) y se realiza
coordinaciones con Manuel Parraguez y Juan Becerra (supervisores de SIEMENS S.A.),
los que comienzan sus charlas a su personal. A las 9.30 horas comienza el retiro de
cambio de 380 metros de tramo de correa transportadora A 7 por CONTITECH,
retirándola a eso de las 10.15 horas, momento que personal de SIEMENS S.A. realiza la
amarra del tramo de correa a sacar, para llevarlo a un carrete porta correa, donde se
enrolla la cinta, accionado dicho carrete con control hidráulico manejado por el operador
de esta última empresa, Claudio Guerra. A las 15.21 horas, John Villarroel y Rony
Norambuena (de SIEMENS S.A.) comienzan el montaje del cable de huinche sobre los
polines de carga e la correa A 7, desde la Estocada 10 hacia la 11, conectando el
personal de dicha empresa el gancho del cable del tecle al grillete de la placa de tiro a las
15.30 horas. A las 16.00 horas, Juan Becerra pide por radio detener el huinche con
destensado del cable y detención del carrete porta correa transportadora, porque el tramo
de correa a empalmar se había descentrado, 15 metros aproximadamente antes de llegar
a la Estocada 10. Veinte minutos más tarde, el mismo Sr. Becerra solicita comunicación
directa con Mario Sánchez (jefe de turno de SIEMENS S.A.) a fin de sacar dos pivotes
centradores de carga de la correa transportadora A 7, quien manda al Sr. Villarroel, que
sube a la correa transportadora para cumplir con la orden, percatándose que el Sr.
Becerra también sube a la correa a la altura donde se ubica la placa de tiro. A las 16.45
horas y luego de haber realizado lo encomendado y bajarse la correa transportadora,
siente un ruido de desprendimiento y luego el quejido del Sr. Sánchez; tres minutos
después, se acuerda del Sr. Becerra, quien lo encuentra tendido en la correa A 7
apoyado sobre la estructura de polines con la cabeza hacia el pasillo.
Reporta el SERNAGEOMIN que, sin perjuicio de contar con equipos de primeros
auxilios, sistema de comunicación y ambulancia:
“El lugar donde se realizaba la actividad cambio de tramo de correa
transportadora, corresponde a un túnel de aproximadamente 4x4 metros cuadrados
de sección y de 5 kilómetros de extensión, en que están instaladas dos correas

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transportadoras en forma paralela (correa 5 y correa A 7) separadas entre sí por un
pasillo que solo permite el tránsito de una persona simultáneamente.
El sector donde ocurrió el accidente tenía iluminación deficiente, vía de
tránsito obstaculizada por la presencia de elementos propios de la mantención,
mineral y agua por la falta de orden y aseo.
El área donde ocurrió el accidente tenía presencia de polvo en suspensión
por el transporte de mineral a través de la correa transportadora 5 que funcionaba
en paralelo”
También el SERNAGEOMIN fija como antecedentes adicionales los siguientes:
1.- Que la placa de tiro que amordazaba la punta del tramo de correa
transportadora era hechiza, de una pieza inferior metálica y otra superior, fijadas por tres
pernos con hilos y tuercas;
2.- La no detención de la correa 5 mientras se realizaba el cambio de la A 7;
3.- El brazo del Sr. Becerra nunca fue encontrado;
4.- Que a la fecha de la realización del informe, no se cuenta con la declaración
del afectado;
5.- La comunicación por radio trasmisor era deficiente por saturación de canal de
contacto;
6.- Que tanto el operado de huinche como el del carrete porta correa
transportadora no tenían comunicación directa por radio, recibiendo y emitiendo las
instrucciones a través de un tercero que tenía radio;
7.- El gancho del cable del huinche se salió del grillete de placa de tiro a pesar de
tener seguro;
8.- El cable del huinche se desplaza horizontalmente en relación al eje de tiro,
primero hacia un lado y luego al otro cuando se enrolla o se recoge el cable, y
9.- El procedimiento de trabajo “cambio de correa transportadora” no especifica la
operación de instalación del sistema de tracción en la correa transportadora.
A continuación, el informe del SERNAGEOMIN hace un catastro de causas
directas o inmediatas de accidente:
1.- No asegurar ni advertir el peligro. Omisión de asegurar los equipos, vale decir,
evitar movimiento imprevistos (huinche y carrete porta correa) antes de revisar (subir a la
estructura de la correa A 7);
2.- Omisión de advertir riesgos al ejecutar la tarea. Colocarse en posición o
postura peligrosa. Posición indebida ante el movimiento inesperado del cable del huinche
y la placa de tiro;
3.- Usar equipo inseguro. Usar equipo hechizo defectuoso (placa de tiro y pernos
de apriete);
4.- Uso indebido de equipo (huinche se devuelve, es decir, se desenrolla por
sobre tensión en el tiraje);
5.- Uso de transmisor en un canal de comunicación saturado;
6.- Resguardo o defensa inadecuada. Barreras inadecuadas (personas que
transitaban por el sector mientras se realizaba el tiraje), sistema de advertencia

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inadecuado (falta de señalización con respecto a precaución por correas
transportadoras);
7.- Correa transportadora 5 funcionaba con normalidad en el sector, mientras se
realizaba el cambio de tramo de la correa transportadora A 7;
8.- Riesgos ambientales. Iluminación deficiente. Vías de tránsito obstaculizadas
por elementos de mantención, sector con limpieza deficiente por presencia de agua y
pulpa. Sector con espacio reducido, y
9.- Equipo o materiales peligrosos (placa de tiro no apropiada para amordazar la
correa transportadora y pernos de apriete corroídos).
Como causas básicas del accidente, de índole personal, se apreció la motivación
incorrecta (apuro por terminar luego la tarea); falta de conocimiento (por contar con un
procedimiento incompleto y no percatarse que el tiraje del huinche no es paralelo con
respecto al eje de tiro), y falta de habilidad para identificar riesgos. Dentro de indicadores
labores que incidieron en el cuadro, se hallan un liderazgo y supervisión inadecuados
(entrega de procedimiento incompleto por no referirse a la placa de tiro); falta de
liderazgo por no controlar la comunicación durante la ejecución de la tarea, junto con una
coordinación deficiente; ingeniería deficiente al no tener la placa de tiro un calce perfecto
que permita sostener en forma adecuada el tramo de correa transportadora al apretarla
con pernos; evaluación inadecuada del procedimiento de trabajo no obstante la empresa
mandante conocerlo; liderazgo y supervisión inadecuados, toda vez que la faena se
ejecuta sin supervisión de alto rango en el área, vale decir, un jefe superior al
accidentado, ora de la empresa contratista, ora de la empresa mandante; mala
comunicación a través de la radio transmisión; mantenimiento no apropiado para la placa
de tiro por desgaste; ampliación indebida de vida útil para la placa de tiro porque no era
nueva, y planificación inadecuada para el uso de la placa de tiro.
Con manifiesta convicción, el SERNAGEOMÍN indica que la empresa mandante
(CODELCO) incurrió en las contravenciones del Reglamento de Seguridad Minera (DS
72/1985):
“Falta de control administrativo al contar con un procedimiento de trabajo
que no incluye el uso de placa de tiro en el cambio de tramo de correa
transportadora;
Falta de planificación que no considera riesgos al realizar la tarea;
Se verificó la falta de mantención en el sistema de tracción de la correa
transportadora (mordaza) debido a su geometría, por el estado en que e
encontraba, no permitía el calce perfecto entre una placa y otra, de tal forma que
esta cumpliera efectivamente su función, además no posee un sistema de
protección para evitar la proyección de la mordaza en caso de falta,
contraviniéndose, de este modo, lo dispuesto en el artículo 51 del Reglamento de
Seguridad Minera;
Se constata que el procedimiento de trabajo “cambio de correa
transportadora” no especifica la operación de instalación del sistema de tracción en
la correa transportadora, infringiéndose lo dispuesto en el artículo 25 del
Reglamento de Seguridad Minera. En efecto, se ha verificado que los pernos que
afianzaban la mordaza con la correa no tenían el torque suficiente que permitiera

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apretar efectivamente las placas de esta herramienta a la correa, por lo que la
tracción de la correa solo la estaban ejecutando los pernos y no la mordaza, ya que
no estaba definido en el procedimiento;
Se detectó falta de barreras y señalización que delimitaran la zona de riesgo
de la actividad que se realizaba, específicamente, de la zona de cable de acero del
huinche que tensiona la correa, contraviniéndose lo dispuesto en el artículo 31 del
Reglamento de Seguridad Minera;
Que, asimismo, se constató una iluminación deficiente en el tramo en que
se ejecutaba el cambio de correa transportadora, lo que constituye una vulneración
a lo dispuesto en el artículo 101 del Reglamento de Seguridad Minera;
Se constató falta de aseo en el sector de mantención, lo que contraviene lo
dispuesto en el artículo 39 del Reglamento de Seguridad Minera;
Se detectó que el equipo usado huinche y sistema hidráulico de carrete, sin
sus especificaciones de comando, lo que contraviene el artículo 30 del Reglamento
de Seguridad Minera;
Se detectó falta de conocimiento y aplicación de procedimiento específico
de instalación de correas transportadoras, lo que contraviene lo dispuesto en el
artículo 28 del Reglamento de Seguridad Minera, y
Se detectó falta de barreras duras en el sector, lo que contraviene lo
dispuesto en el artículo 31 del Reglamento de Seguridad Minera”.
El SERNAGEOMIN finaliza requiriendo una serie de medidas correctivas, cuyo
responsable es CODELCO DIVISIÓN ANDINA:
1.- En cuanto a la falta de aseo en el lugar de mantención, se deberá realizar aseo
en todo el sector que involucre el trabajo a realizar;
2.- En cuanto a la iluminación deficiente, debe instalar alumbrado en sectores
donde se realicen trabajos de mantención y donde exista tránsito de personas;
3.- En cuanto a la falta de mantención en la placa de tiro y la falta de protección
para evitar la proyección de la misma, deberá realizar las medidas a fin de evitarlas;
4.- En cuanto a la poca visibilidad del operador del carrete respecto a la correa
que extendía, la empresa debe instalar los equipos de tal forma que se revierta lo
constatado;
5.- En cuanto a que el procedimiento de instalación de correas es poco específico
respecto de la instalación de la mordaza, la empresa debe desarrollar y mantener el
procedimiento en forma específica para eliminar los riesgos propios de la actividad de
instalación de correas transportadoras;
6.- En cuanto a la falta de especificaciones de comando de huinche y sistema
hidráulico de carrete, la empresa debe disponer la especificidad requerida;
7.- En cuanto a la falta de conocimiento y aplicación de procedimiento específico
de instalación de correas transportadoras, se señala que la empresa debe reinstruir con
el nuevo procedimiento a todo el personal que guarde relación con el trabajo de
instalación de correas transportadoras y deberá hacerlo extensivo a todas las correas de
similares características, incluyendo en el procedimiento que los operadores son los
exclusivos dueños del área crítica o línea de fuego;

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8.- En cuanto a la falta de barreras duras de protección, la empresa debe
instalarlas donde limite el área de riesgo de ser golpeado por elementos propios de la
actividad;
9.- En cuanto a que la placa de tiro no tiene la forma apropiada para amordazar la
correa transportadora, la empresa debe diseñar lo pertinente para que quede totalmente
aprisionada;
10.- En cuanto a los trabajos realizados sobre la correa transportadora A 7 con
mínimas condiciones de seguridad, mientras se realiza el tiraje del tramo de correa, se
determina que como huinche se encuentra lejos del punto de tiraje, ante cualquier trabajo
en las correas transportadoras, se debe desconectar el gancho del grillete de la placa de
tiro para evitar el movimiento inesperado por mala interpretación de la comunicación, lo
que debe incluirse en el procedimiento de trabajo;
11.- En cuanto a que el huinche no tenía un dispositivo de seguridad que lo
detenga cuando la tensión de tiraje sobrepase el máximo requerido, se instruye que la
División deberá instalar un dispositivo de seguridad para tensión máxima en el tiraje de
tramo de correa transportadora;
12.- En cuanto al descentrado de la correa transportadora en el tiraje por el
movimiento del cable del huinche al enrollarse, se define que la empresa debe instalar
una guía al cable de huinche detrás del empalme para que el tiraje sea paralelo al eje del
movimiento de la correa, lo que debe incluirse en el procedimiento de trabajo, y
13.- En cuanto a la no claridad en las indicaciones en el comando de huinche, lo
que produce riesgo y posibilidad que el operador se pueda confundir con las botoneras, la
empresa debe cambiar el comando para evitar problemas de accionamiento en el tiraje
de tramo de correa transportadora.
El segundo informe de fiscalización tenido a la vista y que fuera aportado por la
parte demandante, fue lo que indagó la Inspección del Trabajo, mediante
Fiscalización Nº 181 de 24 de abril de 2015, siendo los fiscalizados SIEMENS S.A y
CODELCO DIVISIÓN ANDINA. Así, luego de tres visitas inspectivas (8, 13 y 20 de abril
de 2015), cuatro entrevistas y la revisión de contratos de trabajo, registro de asistencia,
comprobantes de pago de remuneraciones, Reglamento Interno de Orden, Higiene y
Seguridad, comprobante entrega de equipo protección; actas de comité paritario y
derecho a saber, se cursó la siguiente resolución de multa (Nº 1369/15/033):
“No contar la empresa con un procedimiento específico de trabajo seguro
para la operación, mantención y reparación de instalación de correas, ya que el
existente es poco específico respecto de la instalación (artículo 53 inciso 2º del DS
Nº 132 en relación al artículo 184 y 506 del Código del Trabajo);
No informar a los trabajadores de los riesgos que entrañan sus labores, las
medidas preventivas pertinentes y los métodos de trabajo correcto respecto de los
elementos, productos y sustancias que deban utilizar en los procesos productivos o
en su trabajo, sobre la identificación de los mismos, límites de exposición
permisibles y de los peligros para la salud y las medidas de control. Lo anterior se
detectó la falta de conocimiento y aplicación de procedimiento específico de
instalación de correas transportadoras, al ocurrir el accidente el día 07/04/2015

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afectando al trabajador Juan Becerra Zúñiga. Tal hecho es un incumplimiento a las
obligaciones legales sobre prevención de riesgos profesionales y del derecho a
saber e implica no disponer medidas que protejan eficazmente la vida, salud e
higiene de los trabajadores al interior de la empresa (artículo 21 del DS Nº 40 de
1969, en relación al artículo 184 y 506 del Código del Trabajo), y
No exhibir toda la documentación exigida que deriva de las relaciones del
trabajo, necesaria para efectuar las labores de fiscalización, según el siguiente
detalle; informe comité paritario e informe de organismo administrador (ACHS)
respecto a la investigación accidente ocurrido el 07/04/2015 afectando a trabajador
Juan Becerra Zúñiga (artículos 31 y 32 del DFL Nº 2 de 1967)”
Al leerse el informe de exposición, la fiscalizadora detalla como descripción del
accidente, el siguiente cuadro:
“El día 07/04/2015 se realiza mantención cambio tramo correa A-7; se
planifica tres grupos para dicha tarea: primer grupo operación carrete extracción
tramo en mal estado; segundo grupo operación huinche estocada Nº 9 montaje
hacia el empalme tramo nuevo, y grupo Nº 3, ayudando en la operación de
extracción y montaje de la correa por pasillo entre Estocada Nº 9 y sector 3.200.
Una vez realizada la documentación y bloqueos pertinentes, se procede a la
extracción de tramo; luego se comienza el proceso de recoger tramo para dicha
maniobra. Acomodan piola los trabajadores Ronny Norambuena y John Villarroel,
desde antes Estocada Nº 10, se juntan con Mario Sánchez y Pedro Pérez; estos
últimos venían haciendo el mismo trabajo. Luego, y por un tema de seguridad, se
les pide que queden en la Estocada Nº 10; ésta comienza a salir de su eje, hacia el
lado del pasillo. Los trabajadores John y Ronny bajaron hacia la Estocada Nº 9 para
ver lo que ocurría cuando el Sr. Alejandro Becerra, jefe de área, se comunica con
Estocada Nº 9, para que el trabajador John Villarroel volviera a subir al Nº 10, para
ayudar en el centrado de la correa. Con la correa destensada a menos de 20 mts de
llegar al empalme, se centra la correa con “pinochos” y unos ángulos. Luego, una
vez ya centrada la correa, Alejandro Becerra indica a través de señales con la
lámpara al trabajador Ronny Norambuena, que indique el tensado de la piola para
recoger cinta. Esta comienza a tirar y luego de unos segundos cuando procedían a
salir de la línea de fuego, la piola venía sin control golpeando el cerro. El jefe de
área Alejandro Becerra, sufre amputación traumática de su brazo derecho”.
La fiscalizadora laboral constata falta de aseo, mejorar la iluminación, mordaza
con falta de mantención y falta de sistema de protección, falta de visibilidad del operador
de carrete respecto a la correa que extendía, procedimiento poco específico, falta de
señalización de las especificaciones técnicas y funcionamiento del equipo, y no hay
existencia de barreras duras donde se realiza el cambio o mantención de correa.
Las infracciones cursadas lo fueron por 40 UTM, 60 UTM y 20 IMM,
respectivamente, las que mediante Resolución Nº 62, de 2 de junio de 2015 de la
Inspección del Trabajo de Los Andes, fueron rebajadas en 28 UTM, 42 UTM, y 10
IMM.
También fue incorporado el Informe Técnico Nº 201504000974 de 28 de abril de
2015, elaborado por Agencia Aconcagua de la ACHS. En la descripción del accidente
señala que el actor, al estar apoyando el cambio de tramo de la cinta transportadora,

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correa A 7, la cinta se desgarra en el extremo por efecto de tracción de la placa de tiro,
provocando que el conjunto cable-placa o cinta le haya impactado, amputándole el brazo
derecho.
Se precisa como causas inmediatas del suceso, posicionarse o transitar el Sr.
Becerra por zona de riesgo operacional, comprendida entre el huinche y la placa de tiro
para tracción de correa; el área de riesgo operacional no segregada; sistema de
comunicación radial deficiente, y sobretensión de sistema (huinche-placa de tiro-cinta)
por atascamiento de la cinta transportadora al momento de su instalación. También,
acusa que el Sr. Becerra no siguió el procedimiento operacional (código 66151220), al no
segregar el área de riesgo, comprendida entre el huinche y la placa tiro y no asumir éste
un rol operativo no correspondiente a su cargo y funciones. Sin perjuicio de ello, también
el reporte reprocha que no existía un canal de comunicación exclusivo para ser usado
durante la realización de la faena; la ausencia de sistema de bloqueo de energía eléctrica
en el huinche cuando existe sobretensión, mientras se instala la cinta transportadora
nueva al momento de realizar un cambio de tramo, y no se contaba con procedimiento de
trabajo seguro específico para la instalación de placas de tiro durante los cambios de
cinta transportadora.
Finalmente, dispone las siguientes medidas correctivas y preventivas:
1.- Implementar barreras duras de delimitación y restricción de acceso al personal
al área comprendida entre el huinche y placa de tiro metálica al momento de realizar
cambio de tramo de cinta transportadora;
2.- Implementación de un sistema automático de bloqueo de energía eléctrica en
huinche y otras energías residuales en el sistema mientras se está realizando el
posicionamiento del nuevo tramo de cinta;
3.- Efectuar revisión, mejoramiento y actualización de “procedimiento para el
pasado de correas”, que incluya el sistema de centrado de cinta y la prohibición de
exponerse o transitar en el área comprendida entre el huinche y la placa de tiro;
4.- Implementar un canal de comunicación exclusivo cuando se realice la tarea de
cambio de un tramo de cinta transportadora;
5.- Desarrollar, implementar y difundir procedimiento de trabajo seguro, específico
para la instalación de placa metálica de tiro en correas;
6.- Reinstruir a todo el personal asignado al cambio de correas de transporte, en
área de chancado grueso, sobre el “procedimiento para el pasado de correas”
actualizado;
7.- Difundir las causas del accidente y las medidas de control al personal de
SIEMENS S.A. asignado a la División Andina, y
8.- Reinstrucción al personal tanto jefatura, supervisión, y operativo sobre las
funciones y responsabilidades correspondientes a cada cargo, verificando el
entendimiento y comprensión de la instrucción.
Las medidas 1 al 6 están destinados al jefe de planta de chancado grueso; las dos
últimas, al gerente de contrato y jefe EHS de SIEMENS S.A. y CODELCO.

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También se introdujo en el contradictorio el expediente Nº 15EXP1584D de la
Seremi de Salud de Valparaíso, llevando a cabo las indagaciones correspondientes en
razón a lo sucedido. Dicha pieza instrumental, de 296 carillas, amalgama diversas
actuaciones, inspecciones, agregaciones de reportes, contratos, correos y entrevistas
(estas últimas manuscritas, mayoritariamente ilegibles) de las cuales no hubo una
pormenorización detallada del letrado quien se vale de estos autos. Sin perjuicio de ello,
este adjudicador encontró, de fojas 153 y siguientes, el procedimiento preparativo y
apoyo a pasada de la correa, cambio de cinta correa línea SAG (correa A 7), en cuyos
anexos se encuentra la instalación de placa de tiro en cinta (fojas 184), definida como el
dispositivo adosable a la cinta que permite la sujeción y tiro de la correa. A su turno, y
solo apuntado con un visto bueno y en el acápite “Conclusión”, se concluye que el evento
es único y a causa del trabajo. Además se lee que hubo incumplimientos reglamentarios
(Reg. 594/1999 MINSAL), siendo las causas inmediatas espacios limitados para
desenvolverse, iluminación deficiente y deficiencia en la comunicación (radio), con
estándares deficientes de trabajo. En las observaciones se lee que el trabajador no se
encontraba en la línea de fuego, ya que no estaba tensado el sistema y era forma como
podía corregir el descentrado que sufrió la correa. Había problemas de comunicación, en
donde aparte de la mala señal, no había un canal único. La instrucción de tensar la dio
una persona de CODELCO, activando la línea de fuego.
Por su parte, la demandada SIEMENS S.A. trajo a estrados el informe preliminar
del accidente, sin fecha, los que precisan momento y lugar del accidente, más la lesión
sufrida por el demandante a consecuencia de la proyección de la cinta en momentos en
que ésta era jalada para lograr la posición final y empalmar sistema de tracción. Se
adjunta set de tres fotografías en blanco y negro y las acciones inmediatas adoptadas.
Importante es que se precisa como hallazgos preliminares la comunicación radial e
iluminación deficiente, más las desviaciones al procedimiento.
Dando cumplimiento con la preceptiva, tenemos el informe de accidente del
Comité Paritario, fechado el 23 de abril de 2015, en que una comisión compuesta por 4
personas (2 trabajadores y 2 miembros de la empresa) y tras la utilización del “Método de
Causalidad Para Lesiones”, cuyo autor (es), fuentes y validación no citan, describen el
accidente como un suceso relacionado con el cambio de tramo de cinta de correa A 7, y
en circunstancias que esta era jalada con miras de ser centrada y tomar posición final, la
maniobra de tiro se desprende de la cinta, saliendo proyectada la placa y la piola con
efecto látigo, la que a la postre golpeó al Sr. Becerra, amputándose su brazo derecho.
Añade que a través de las entrevistas y revisión instrumental, hace un catastro de las
causas del accidente, con un desarrollo lacónico de éstas. En efecto, las directas, según
este informe son:
“Falta de advertencia, señalización. Área no segregada de acuerdo a lo
establecido en el procedimiento.
Posición inadecuada. Ubicación geográfica al momento del accidente.
Uso inapropiado del equipo. Instalación inapropiada de la placa de tiro;
alteración de la placa de tiro; uso de barretillas para centrado de cinta, y centrado
de cinta ejerciendo presión sobre cable de huinche.

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Sistema de advertencia inadecuado. Señal radial insuficiente, canales de
comunicación interna poco definidos.
Iluminación inadecuada. Solo se preparó el sector de empalme con
iluminación. El resto de área no contaba con iluminación y solo se contaba con las
lámparas mineras personales.
Factores personales: capacidad mental (mal juicio, mala coordinación);
tensión física o fisiológica (exposición a riesgo contra la salud); falta de habilidad
(falta de preparación / asesoramiento), y motivación inadecuada (intento
inapropiado de ahorras tiempo y ejemplo inapropiado de supervisión).
Factores de trabajo: liderazgo y/o supervisión inadecuada (delegación
insuficiente o inadecuada; programación o planificación; instrucción/orientación y/o
preparación deficiente, e identificación y evaluación deficiente de exposición a
pérdida); ingeniería inadecuada (estándares especificaciones y/o criterios de uso de
equipo deficientes; evaluación de condiciones operacionales inadecuada, y
controles inadecuados); mantenimiento inadecuado (planeamiento de trabajo); uso
y desgaste excesivo (inspección y/o control deficiente), y abuso o mal uso (conducta
inapropiada permitida/intencional).
Factores organizacionales y/o falla de control de gestión: entrenamiento y
educación (coordinación y orientación de liderazgo); documentación y mantención
de registro (procedimiento de operación), y control de operaciones y administración
del cambio (controles de seguridad y gestión de modificaciones)”.
Finalmente, realiza esta comisión la siguiente conclusión, adjuntando un solo
croquis, cuya secuencia causal no tuvo un mayor desarrollo más que el diseño:
“Hubo personal trabajando directamente en la línea de fuego.
Hubo personal cumpliendo funciones que no le competen a su cargo.
Hubo desviaciones al procedimiento vigente al momento de efectuar cambio
de cinta, tale como: no se delimitó la zona de trabajo (área sin segregación ni
señaleros); el centrado de la cinta debe ser mecánico (según procedimiento) y no
forma manual como se ejecutó, y el no cumplimiento del punto 5 del procedimiento
de trabajo, en lo que dice relación con las responsabilidades del jefe de área
(verificar en terreno la correcta y permanente aplicación del procedimiento de
trabajo; efectuar o incorporar todos los cambios o modificaciones aprobados con
posterioridad a la emisión del documento, y no realizar acciones inseguras que
puedan colocar en riesgo su integridad física y la de sus compañeros de trabajo)”.
Todos estos antecedentes, les permitieron llegar a la convicción que el accidente
es producto de una negligencia inexcusable del trabajador Sr. Becerra.
CODELCO DIVISIÓN ANDINA incorporó el informe de investigación de
accidente grave, fechado en abril de 2015, elaborado por Superintendencia de
Ingeniería de Mantenimiento Gerencia de Plantas de la División. Este reporte fue
elaborado por una comisión de seis personas, de los cuales se visualizan cinco como
dependientes de la División, y uno de la empresa FENNER DUNLOP. Llamativo es que
este informe constituye una copia de presentación en formato power point, que contiene
algunos instrumentos que son absolutamente ilegibles. Lo que constituyó de fácil
aprehensión intelectual fue el señalamiento del personal involucrado y la descripción del
accidente, que según la cuprífera es del siguiente tenor:

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“En circunstancias que se realizaba cambio de tramo de la cinta de correa
A-7, y en momentos en que está posicionando el tramo de la cinta nueva (380 mts)
para lograr unir con la antigua en la zona de empalme. El sistema de tracción
conformado por huinche eléctrico, piola de acero y prensa de tiro falla,
desprendiéndose la prensa de tiro de la cinta nueva, saliendo ésta proyectada y
golpeando a los trabajadores Srs. Juan Becerra y el Sr. Mario Sánchez,
provocándole la amputación traumática de su brazo derecho y lesiones menores no
incapacitante, respectivamente” (sic).
El informe agrega un set fotográfico en blanco y negro, sin indicar el momento en
que fueron captadas. La imagen Nº 17 aparece un flujograma, al parecer, del lugar de
ocurrencia del hecho, sin que la defensa letrada haya hecho una explicación de los
diversos menesteres técnicos que dicho cuadro contempla (al igual que contenida en la
diapositiva Nº 22). Asegura la activación inmediata del protocolo de emergencia,
constitución de la brigada de emergencia, traslado del afectado a los centros
asistenciales, aislamiento del sector y auto suspensión de la faena y la notificación de las
autoridades.
A continuación, hace un señalamiento de cuáles fueron las piezas de
indagaciones tomadas (entrevistas, revisión del área y equipos -huinche, enrollador
hidráulico, prensa de tiro- e instrumentos). Hay un reconocimiento en que la iluminación
era deficiente entre polín 3.200 y la estocada 9; problemas de comunicación por señal
débil o nula en distintos puntos al interior del Haulage I; desorden en postura y
obstrucción en pasillo de tránsito de personas, y que la maniobra se realiza en tres
frentes de manera simultánea, existiendo solo comunicación radial para la coordinación.
Denuncia que existe un procedimiento de trabajo “Preparativo y Apoyo a pasada de la
Correa cambio de cinta correa Línea SAG”, pero que no se especifica instrucción de
instalación prensa de tiro, habiendo una descripción general e incompleta relacionado
con el inventario de labores con identificación de los peligros.
Desde las diapositivas 25 a 27, aparece un desarrollo secuencial de los sucesos
ocurridos el día del accidente, apareciendo bajo cada una de ellas un cuadro gráfico que
tampoco fue explicitado por la defensa letrada de CODELCO DIVISIÓN ANDINA, la que a
su vez contenía menciones indescifrables que hacen nula su comprensión. La cronología
indica lo siguiente:
“9.30: se realiza la solicitud de bloqueo del equipo correa A7.
10.00: se reúne personal de SIEMENS afinando últimos detalles para
cambio de cinta. Paralelamente personal de CONTITECH realiza la instalación de
prensas tensoras de cinta para posterior corte de cinta.
10.30: se comienzan los trabajos del primer corte de cinta y a las 11.30
finalizan los trabajos del segundo corte de cinta, realizado por personal de
CONTITECH.
12.00: personal de SIEMENS liderado por Mario Sánchez procede al retiro
del tramo de cinta en mal estado. Estas obras finalizan a las 14.00 app.
12.15: personal de CONTITECH comienza trabajos de montaje de cama
inferior equipo vulcanizador entre estocadas 10 y 9 Haulage 1.

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12.45: a personal de CONTITECH se les solicita abandonar el área porque
comenzarán los trabajos de paso de piola (1/2”) del huinche eléctrico, desde
estocada 9 hacia polín 3.200.
14.30: se instala de manera inadecuada prensa de tiro en cinta nueva y
posteriormente (15.00) se engancha a piola comenzando el tiro de la cinta sobre
estaciones de polines de carga desde polín 3.200 hacia segunda zona de empalme
entre estocada 10 y 9.
15.00 – 15.30: las labores de tiro de cinta se desenrollaron en condición
normal, sin mayores dificultades.
15.30: se observa que el huinche eléctrico está jalando a mayor velocidad
que lo que entrega la cinta el enrollador.
16.00: se observa que cinta nueva ingresa sobre estaciones de polines en
forma descentrada, hacia lado pasillo, faltando 60 metros para finalizar maniobras
de tiro.
16.10: personal de CONTITECH en terreno recomienda a personal de
SIEMENS destensar cable de acero del huinche y luego mejorar el centrado de
cinta.
16.15: se detiene la maniobra de tiro par centrar cinta y hacerla pasar bajo
la pasarela estocada 10. El Sr. J. Becerra se sube a la cinta existente lado retorno,
desde donde realiza maniobras de centrado de cinta nueva manualmente desde la
placa de tiro, estando destensada.
16.25: correa toma centro y es pasada bajo pasarela, avanzando unos 15
metros más allá hacia estocada 9 manteniendo desalineamiento menor hacia lado
pasillo.
16.50: personal SIEMENS (John Villarroel, Juan Becerra, Mario Sánchez,
Ronny Norambuena) realizan labores de centrado de cinta nueva, actuando sobre
piola de tiro tensionada, mediante el uso de barretillas y ángulos de acero, para lo
cual se suben sobre correa A7 lado retorno (línea de fuego del sistema de tiro).
16.59: una vez centrada la correa Sr. Juan Becerra solicita a Ronny
Norambuena que reinicie jalado de la cinta mediante señales con lámpara minera.
17.00: desgarro de prensa de tiro, que golpea violentamente al Sr. Alejandro
Becerra, provocándole desforramiento de brazo derecho”.
Explicándose fenoménicamente ciertas circunstancias descritas precedentemente,
reprochan el manejo inadecuado del Sr. Becerra y su exposición a la línea de fuego. A su
turno, también explican como una tesis posible relacionado con el descentrado de la
cinta, la falta de experiencia del personal involucrado.
Del análisis EVITA, destaca el informe dentro de los factores organizacionales,
distintos reproches de la empresa SIEMENS por su falta de entrenamiento e inducción a
su personal. Sin embargo, se lee algo interesante:
“La organización Superintendencia Ingeniería Mantenimiento DAND
(División Andina) no asegura la entrega del área a la empresa contratista con los
riesgos identificados y controlados”.
Dentro de las condiciones de entorno, se reconoce la iluminación deficiente del
área de trabajo; que la tarea se ejecuta sin procedimiento específico; que era la primera
vez que se realizaba cambio de tramo de 380 metros; que no existe un análisis detallado

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de las energías presentes y sus respectivos controles aplicables a la maniobra, y que la
comunicación radial entre equipos de apoyo para cambio de cinta es deficiente. Desde
luego, se precisan del análisis EVITA sendos cuestionamientos al obrar que califican de
inadecuado e inexperto, sin sujeción de protocolos de faena y de seguridad.
Particularmente llamativo resultaron las acciones correctivas, en donde se asume
que CODELCO DIVISIÓN ANDINA debe asumir un rol de responsabilidad:
1.- Rediseño y fabricación del sistema de tiro de cinta y empalme, como limitador
de carga, control de velocidad, CCTV, etc.;
2.- Mejorar la iluminación;
3.- Proyectar instalación de cable radiante al interior del túnel de correas;
4.- Instalación de barrera dura y señalética a fin de asegurar aislación efectiva del
área, y
5.- La Superintendencia Ingeniería de Mantenimiento de la División debe
formalizar mediante protocolo, la entrega del área a la empresa contratista en condición
de mantenciones mayores.
Reconoce la comisión como hallazgos que el personal SIEMENS S.A. presentaba
poca experiencia en este tipo de trabajos, de modo que es necesario evaluar el nivel de
competencias en labores de alta complejidad y especificidad; que el área presentaba
deficiente iluminación, comunicación radial poco fluida, falta de orden y aseo; el jefe de
transporte y de turno de SIEMENS intervinieron directamente en la ejecución de la faena;
que los ingenieros de esta empresa no traspasa la información técnica a ejecutores de la
tarea, para la elaboración de procedimiento e instructivo de prensa de tiro; que personal
de Andina facilitó las comunicaciones entre las distintas posturas, y cuestionamientos a la
gestión o coaching del Sr. Becerra.
Finalmente, bajo el acápite de conclusiones, se lee lo siguiente:
“El accidente se produce principalmente por la transgresión a una normativa
de seguridad ECF 1, RC 6, liberación descontrolada de energía (establecer energía
cero para la intervención de un equipo) en la cual el trabajador se ubica en la línea
de fuego del sistema de tiro de cinta (huinche eléctrico, prensa de tiro y correa)
estando tensionada a causa del roce de cinta con estructura de pasarela y tensión
del carro desenrollador.
El actual sistema de pasada de cinta: huinche eléctrico de tiro, prensa de
tiro y enrollador hidráulico no cuenta con barreras, que inhiban sobre tensiones o
esfuerzos, desalineamiento de la cinta, controles de velocidad y sistema eficientes
de comunicación entre las diferentes partes.
La prensa de tiro fue mal instalada lo cual provoca que esta dañe la correa
en el sector de montaje, generando que la cinta ceda y por ende la prensa se
desprenda de ésta violentamente bajo tensión”.
También este justiciable acompaño el reporte investigación de accidente
confeccionado por SIEMENS S.A. constituido por un flujograma en que la mencionada
empresa se explica cómo ocurrió el siniestro, el cual lo describe como en momentos en
que se realizaba el cambio de tramo de la cinta de la correa A 7 y cuando ésta era jalada
para lograr la posición final y empalmar el sistema de tracción, la goma de la cinta

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transportadora se rasgó, desprendiendo con ello la placa de tiro, proyectándose hacia el
Sr. Becerra, causándole la amputación traumática de su brazo derecho. Aparece en dicho
reporte un gráfico en donde se explica la posición de la cinta, la placa y la ubicación del
actor, más imágenes en blanco y negro del mencionado emplazamiento. Luego, mediante
el levantamiento de declaraciones, documentos y evidencias, entre las que se halla el
plano de instalación de la placa de tiro, sitúa la comisión investigadora los siguientes
sucesos:
1.- 11.00 horas: comienza la actividad de cambio de cinta retrasada;
2.- 11.19 horas: se retira la cinta antigua;
3.- 14.52 horas: se concluye el retiro de cinta programada su finalización a las
13.00 horas;
4.- 15.10 horas: comienza pasada de cinta nueva, y
5.- 15.45 horas: se detiene maniobra de tiro, y se suben dos personas
(planificador y jefe de área) a la cinta de retorno para alinear la cinta nueva, que estaba
detenida y destensada. Es allí, donde, a juicio de esta comisión, se producen los
siguientes hechos relevantes:
i.- se vuelven a subir a la cinta en el sector pasarela estocada 10, con cinta en
movimiento;
ii.- se procura alinear, mas sin éxito, por lo que el jefe de área, el Sr. Becerra, se
expone a la línea de fuego para ir alineando el cable;
iii.- se da la instrucción por el Sr. Becerra para continuar la tarea de alineamiento
de cable, y se da (sin precisar quién lo hizo) la instrucción de continuar con maniobras de
tiro por medio de frecuencia 4, y
iv.- ante ello, sale proyectada la placa de tiro y cable, golpeando al trabajador.
Por lo demás, dentro de los análisis de los “por qué”. Para los efectos de nuestro
examen, bajo el fenómeno “instalación de placa de tiro al revés de su posición de
montaje”, la comisión reconoce como cuestiones posibles que el personal no conoce la
forma correcta de instalación de la placa de tiro de acuerdo a su posición de montaje; que
el jefe de área no da la correspondiente instrucción de instalación; que esta labor no fue
considerada como relevante en la planificación. Otra cuestión relevante es la explicación
que se da respecto a la subida de dos personas a la cinta para los efectos de su
alineación, explicándose ese suceso por ser una forma aceptada por la empresa, pero no
estandarizada en un procedimiento, el cual no precisa la forma en que se debe alinear.
Además, achaca al Sr. Becerra asumir roles equivocados, no identificando el riesgo
asociado a la línea de fuego, no aplicando las instrucciones dadas en normativas y
procedimientos.
Dentro del análisis EVITA que hace la comisión de SIEMENS S.A. refiere, entre
los factores organizacionales más importantes, que no se contempla en la pasada de
cinta la utilización de barreras duras limitadoras de la línea de fuego y que en la ejecución
no se aseguró un canal radial exclusivo, sin hacer gestión efectiva para garantizar calidad
de la señal. Luego, dentro de las condiciones de entorno, señala que a pesar que el
procedimiento contempla la prohibición de exponerse a la línea de fuego, aquél es

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incompleto por cuanto no aparece la forma como se debe realizar el alienamiento.
Además, denuncia que había una precepción por hallarse atrasados y que existía una
mala señal de radios. Dentro de las acciones individuales / equipo, describe que el jefe de
área se expone a sí mismo y a su personal a la línea de fuego, asumiendo un rol que no
le corresponde ejecutando directamente la labor, obligando a su personal a bajar sus
roles, sin perjuicio de no asegurar el correcto montaje de la placa de tiro que se había
montado al revés y sin identificar la necesidad de asegurar una comunicación eficiente
entre los puntos de trabajo.
Finalmente, concluye que el Sr. Becerra dejó su rol de jefe de área mostrando un
liderazgo inadecuado, ejecutando temerariamente cuando ejecutaba la labor,
exponiéndose tanto él como a su personalmente a la línea de fuego, y tomando la
iniciativa, dirigió la tarea desde su comienzo hasta el momento del accidente. De esta
suerte, hubo una desviación general por parte del accidentado a las medidas preventivas
y de control tanto en el procedimiento, como en la ponderación de los riesgos que exigía
la faena.
SEXTO: Antecedentes de cargo proporcionados por la parte demandante.
Que fue incorporada la declaración prestada por Ronny Norambuena Lucero,
el 18 de agosto de 2015, en la indagación llevada a cabo por el SERNAGEOMIN.
Relata el cuadro fáctico del accidente, indicando en principio que luego de llegar a la
faena, recibieron charlas de instrucciones y de seguridad, a cargo de Mario Sánchez y
Juan Becerra, respectivamente. Añade que este último delega a cada grupo de
mecánicos a su determinado trabajo, pidiéndole a él que lo acompañara. Que
efectivamente tuvieron que esperar el corte de la cinta y su retiro. Luego, Mario Sánchez
le pide a él y a John Villarroel tirar la piola desde la estocada 9 y 10 hacia el sector 3.200,
para luego pedirle que la piola esté centrada bien en los polines de carga. Que luego de
ello se refugiaron junto con Villarroel, Sánchez y personal de CONTITECH hasta que
pasó la correa por la pasarela de la estocada 10, advirtiendo que venía con problemas,
con velocidad no constante; por ello, Mario Sánchez les da la instrucción para ver lo que
sucedía, ingresando éste, Villarroel y el deponente al pasillo, apreciando que había
personas ese lugar y que la correa estaba descentrada. En esos momentos, Juan
Becerra le pide que vaya a buscar barretillas a la estocada 10, y, al regresar, vio a éste,
Sánchez y Villarroel sobre la estructura de la correa tratando de centrar la correa,
sumándose éste a dicha labor. Asegura que en todo ese proceso estaba personal de
Andina (Carlos Barros y otras dos personas más) quien se comunicaba con Becerra. A
continuación, Carlos Barros se dirige hacia la estocada 9 donde estaba el huinche.
Reconoce el declarante que estaba tratando de empujar la cinta, dándole Juan Becerra la
orden de bajarse y esperar a Carlos Barros; se bajó y caminó hacia una silueta
suponiendo que era este último, momento en que siente un golpe, tirándole al piso donde
había agua. Que al pararse, había mucho polvo en el ambiente, pudiendo ver apenas a
Barros sin casco ni lente acusando un golpe en la cabeza. Tanto él como Villarroel lo
socorren, para luego preguntarle dónde estaba Juan Becerra. Lo empiezan a buscar
yendo hacia la estocada 10, viendo un bulto que estaba entremedio de la estructura del

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polín, metiéndose entremedio, advirtiendo a Becerra sin un brazo. Aclara su labor era
supervisar los movimientos de la correa, siendo su jefe directo Mario Sánchez y que la
coordinación radial era deficiente desde antes del accidente, desconociendo quien
autorizó los trabajos, pero afirmando que había mucho ruido, señal de radio deficiente y
poca iluminación.
Se incorporó la declaración dentro del contexto del mismo derrotero,
prestada por don Pablo López Contreras, de 18 de agosto de 2015, quien puntualizó
que el Sr. Becerra le dio la instrucción de trasladar a la gente a las posturas y que
después apoyara a Dany Ortega con la radio en la conexión 9 donde estaba el huinche,
junto con Osvaldo Olivares. Que al regreso del almuerzo y a eso de las 15.00 horas
empezaron a ingresar la cinta nueva, avisándole por radio que empiecen a tirar el
huinche; así, Ortega empezó a tirar por un lapso de tiempo prolongado, recibiendo luego
la instrucción por radio que pararan y que éste destensara, haciendo esa maniobra como
tres veces. A continuación, recibió la instrucción por radio que comenzaran a tirar
nuevamente, no sabiendo con claridad quién fue, para luego decirle que parara porque la
correa se estaba yendo hacia el pasillo. Al cabo del rato, estando parados, llegó Carlos
Barros con quien charlaron acerca de la comunicación estaba mala, diciéndole éste que
se cambiara a canal 4. Que se procuraron comunicar con Becerra para que procediera de
esta forma, sin resultados positivos. Ante ello, Barros les dice que no tiraran del huinche
mientras se trasladaba, para luego, por canal 4, Barros les indica que nuevamente tire,
dando esa instrucción a Ortega. Que pasó menos de un minuto, el huinche se remeció y
su piola llegó por debajo de los pies del operador por encima de la correa. Por ello
comenzó a llamar por canal 4 y al no tener respuesta cambió a canal 7, escuchando
“ambulancia”. Al cabo del rato, llega Norambuena por el pasillo de la correa indicando
que se había cortado la piola y que le cortó el brazo a Becerra.
Don Pablo López Contreras también concurrió a estrados como testigo de la
parte demandante:
En el examen directo indica conocer al demandante, quien era
supervisor mientras el deponente trabajaba en Codelco Andina. Sabe que
tuvo un grave accidente. Estaba en ese minuto cuando ocurrió. Comenta
que se desempeñaba como conductor de vehículo. Su labor era transportar
toda la gente en los distintos puntos; le piden que sea apoyo “radial” del
operador del huinche dado que se estaba haciendo un cambio de tramo,
porque había mala comunicación, y la labor era “complicada”. Esto ocurrió el
7 de abril de 2015.
Ingresaron a la mina a las 8 de la mañana, “hartos” trabajadores,
nombrando a Osvaldo Olivares y Danny Ortega, quienes estaban en la
postura donde se ubicaba el huinche. Estaban sacando la correa vieja,
demorándose el trabajo más de lo presupuestado, de modo que el cambio
de tramo de la correa 7 fue después de almuerzo.
Afirma que como había mala comunicación, transmitía la información
al operador del huinche. Precisa que el lugar era un túnel oscuro,

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iluminándose solo con la lámpara, en que si la apagaba, no se veía la mano,
funcionando la correa cinta, “corriendo con mineral” y que aparte de barro y
agua; el túnel tenía unos 4 metros de ancho por 3 de alto. Los trabajadores
se desplazaban por medio de las dos correas, un pasillo de un metro veinte
de ancho. Así, recibió la instrucción para detener el huinche y destensar la
piola porque la correa estaba yéndose a pasillo: esa instrucción la dio el Sr.
Becerra. En esos momentos llegó don Carlos Barros, funcionario de Codelco
Andina, que le comentó acerca de la mala comunicación de radio en canal 7,
habiendo mucha interferencia dado que había otros usuarios. Le sugirió que
cambiara a canal 4, cosa que también le solicitaron a Carlos Díaz, también
funcionario de Andina, que estaba “en la 3.200”. Procuraron dar la misma
idea al Sr. Becerra.
Como no hubo respuesta, va Barros para decirle personalmente que
cambiara a canal 4. A continuación, recibe la instrucción de éste último,
quien le dijo “tira constante”, traspasando la orden al operador de huinche,
Danny Ortega; que pasaron segundos, advirtiendo que pasó la piola llegó
por encima de la correa 7, a los pies del operador. No sabían qué había
pasado, aguardando por canal 4. Afirma que había mucha distancia entre
punto y otro, unos quinientos metros entre estocadas; volvió a canal 7 hasta
que escuchó la palabra “ambulancia”. A los momentos, llegó don Rony
Norambuena, informando del accidente. En cuanto a la visibilidad, señala
que no había, “cero”, de modo que la única forma de comunicarse era por
radio. No hubo instrucción de nadie de SIEMENS para accionar el huinche, y
que la dio fue Carlos Barros.
Comenta que debía estar constantemente moviéndose dadas las
características para encontrar la señal radial. Eso fue lo que le pidieron.
Siendo chofer, trabaja como 12 horas del día con radio y que nunca antes
había hecho esa labor de dar aviso al operador de huinche.
En cuanto a la experiencia de las personas por cambio de cinta,
habían personas que primera vez lo hacían, como Ronny Norambuena y
John Villarroel. La supervisión de todo esto era del Sr. Mario Sánchez,
supervisor del turno, y del Sr. Becerra. Ambos debían vigilar los cinco puntos
de las cuadrillas, estando el primero en el cambio de tramo. Cuando
comenzaron la jornada, no había prevencionista, solo supervisores quienes
hicieron las charlas de seguridad. Sobre Sánchez y Becerra no había
supervisores. Preguntado si el Sr. Ortega había antes trabajado en cambio
de huinche, señala que sí. Por el Sr. Carlos Barros, responde que trabajaba
en todas las mantenciones que se hiciera, dando instrucciones, es decir, lo
que había que hacer, qué cambiar.
Ante el contraexamen del apoderado de SIEMENS S.A., señala que
don Alejandro Becerra le pidió que fuera apoyo radial. Ratifica que en un
principio no vio a ningún prevencionista, apareciendo solo después doña

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Claudia Chavez. Estaba el Sr. Sánchez en el cambio de tramo, en el lugar
del accidente. De ellos dos, de más alto rango era el Sr. Becerra.
En el mismo ejercicio pero respecto del apoderado de CODELCO
DIVISIÓN ANDINA, responde que sabe que el Sr. Becerra es ingeniero. No
sabe de la proyección del procedimiento, indicando que antes del 2015,
aquél ya llevaba tres años en la empresa. Esta mantención de cambio de
tramo, por lo que sabe, se ha hecho unas dos o tres veces. Esta labor debía
realizar SIEMENS S.A., por contrato. Cree que debe haber una planificación
por parte de CODELCO para realizar estas faenas, teniendo una carta
Gantt, donde se fija los horarios.
El accidente ocurrió faltando algo para las cinco de la tarde; la
ejecución llevaba atraso, pero afirma que no hubo apuro para terminar la
tarea. Señala que hay rejas de protección, pero faltaban en algunos tramos,
que son unas mallas que impiden el acceso de una persona, no siendo muy
altas, como a nivel de la cinta. El Sr. Carlos Barros estaba en el pasillo
habido entre las cintas. La ejecución misma del procedimiento de cambio de
cinta fue de personal SIEMENS S.A., cuyo líder era el Sr. Becerra,
ignorando si ejecutó el procedimiento; la charla ese día la dio él junto con la
“RT”, y que éste al momento del accidente estaba en la estocada 10. No se
explica cómo se soltó la placa de tiro. No vio si se subió a una plataforma,
por cuanto no lo podía ver. Desconoce si intervino en el destrabe de la cinta.
Después supo que la pérdida de brazo se debió a que buscaba señal
por radio, levantando el brazo, no teniendo otro implemento en la otra mano.
Entre el lugar del accidente y donde se trabó la cinta había unos trescientos
a cuatrocientos metros. Cada trabajador tenía su lámpara minera en el
casco, entregando luz como una linterna. En ese minuto el túnel no tenía
iluminación por el pasillo, ni luces alógenas. Solo tenía las lámparas. Reitera
que el Sr. Carlos Barros le dijo que tomara el canal 4, a pesar de no ser
supervisor directo. Comenta que si no se acataba a un personero de Andina,
ellos podían influir en el despido. También su instrucción fue de tirar el
huinche, diciendo “Pablo López, Pablo López, tira constante”. Señala que
siendo dependiente de SIEMENS S.A. había que ser polifuncional, y, en su
caso, era chofer, ayudante mecánico; en ese momento eran como 600
trabajadores. Ejecutó las instrucciones sin ver el procedimiento de trabajo.
Preguntado por el Tribunal, informa que del punto donde estaba él
situado y el lugar donde estaba el Sr. Becerra era de unos quinientos metros
aproximadamente. La luz del casco abarcaba unos cinco metros. Recuerda
que a través de la radio le hablaba el Carlos Díaz del 3.200, el que estaba
en el lugar donde la correa se estaba desenrollando. Reitera que Carlos
Barros le dijo “espérame que yo voy a decirle”, eso en atención a que él iba
a comunicarse con el Sr. Becerra para que cambiara a canal 4, y ello porque
éste no contestaba, indicando que en ese momento el huinche estaba

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destensado y toda la maniobra parada, habiendo mucho ruido por la correa
que estaba en funcionamiento. Aclara que precisamente el Sr. Becerra fue
quien ordenó que se detuviera la faena. Asegura que el Sr. Carlos Barros le
dio la instrucción por radio de reanudar las maniobras, diciéndole “tira
constante”, ocurriendo el accidente a los segundos. Arguye que al momento
del hecho, el Sr. Becerra, por estar tratando de buscar señal de radio,
estaba en altura.
Ante el mismo organismo (SERNAGEOMIN) y el 19 de agosto declaró
Osvaldo Olivares González, quien indicó que aquél día Mario Sánchez distribuyó los
trabajos y que Juan Becerra dio la charla de seguridad. Que junto con Pablo López
(conductor de la camioneta) y Dany Ortega se ubicaron en la conexión 9 donde estaba el
huinche al cual debieron proteger mientras que personal de CONTITECH cortaba la
correa; que en ese momento llegó Rony Norambuena y John Villarroel por el pasillo
interior para ayudarles a tirar la piola por encima de la correa. Al regreso del almuerzo,
aun estaban retirando correa, y, al concluir, junto con Villarroel y Norambuena
continuaron tirando la piola hasta el 3.200; que luego se devolvieron hacia donde estaba
el huinche (estocada 9) esperando que conectaran la correa. Afirma que por radio llamó
Mario Sánchez a Pablo López, diciéndole que empiece con el tensado, y éste a su vez le
dice a Dany Ortega, todo por el canal 7; que en ese mismo instante comienza una
comunicación simultánea entre el personal del 3.200, las personas que estaban en la
punta de la correa y ellos. Acota que comenzaron a tirar, estando todo normal en
principio, pero al llegar a la conexión 10 hubo problemas, informando Barros y Sánchez
que pararan la correa pues la punta de ésta se estaba desviando hacia el sector del
pasillo. Paralelo a ello, había problemas de radio. A continuación llegó Barros pidiéndole
que arreglara la piola del huinche, cambiándole de posición al lado contrario, solicitándole
además a Pablo López que cambiara a canal 4, para luego hacer lo mismo al grupo que
estaba en la punta de la correa, sin tener éxito, por lo que fue a informarles
personalmente el cambio de canal, pidiéndoles, por de pronto, que esperaran y que él
avisaría para nuevamente tirar. Luego, se dio la orden por Barros de tirar y
posteriormente se les pidió que pararan, para después éste pedir que tiraran
nuevamente. Al cabo de unos minutos sintieron el golpe del huinche viendo que la piola
se venía hacia ellos, pasando por debajo de las protecciones. En esos instantes, Pablo
López llamó por el canal 4 y, como nadie contestaba, cambió al 7, escuchando que
pedían una ambulancia. En esos momentos vieron a Norambuena, quien les contó que a
Juan Becerra se le cortó el brazo con la piola. Sabe que las obras venían autorizadas por
Andina.
El mismo Sr. Olivares González declaró en la audiencia de juicio como
testigo de la parte demandante:
Examinado, señala conocer al actor, siendo su jefe de turno en
SIEMENS S.A. Señala que trabaja para esta empresa desde el 2012.
Señala que éste tuvo un accidente grave en labores de la empresa. El 7 de
abril de 2015 llegaron en la mañana para hacer la labor de cambio de cinta,

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a eso de 20 para las 7 de la mañana, llegando a la planta norte, estocada
11. Allí se dispusieron cinco grupos de trabajo, de los cuales tres eran para
el cambio de cinta propiamente tal, dando las correspondientes
instrucciones el Sr. Sánchez. A él le tocó trabajar en la estocada 9, en el
huinche, todo para hacer el cambio de cinta, junto con Pablo López y Danny
Ortega; después de bloquear comenzaron a hacer el trabajo.
Precisa que tuvo que realizar las siguientes funciones: Pablo con la
radio, Ortega y él tenían que instalar la protección para el cambio de cinta.
Después tenían que hacer el cambio de cinta propiamente tal, estando el
deponente encargado de verificar la piola que no se enredara. Ortega era el
operador. Pablo le daba la información.
Comenta que en la mañana llegaron el Ronny Normabuena y el John
Villarroel por el pasillo, aguardando que personal de CONTITECH cortara la
cinta, para luego ellos tirar la piola para posteriormente tirar la cinta nueva.
Señala que hubo un problema en el sistema de enrollador de la correa vieja
que estaban sacando, poniéndose lenta la maniobra y por ello le mandaron
a almorzar. Después reanudaron las faenas tirando la piola hasta el sector
del 3.200 y aun la cinta no se había retirado. Así, luego de entregar la piola a
“los muchachos del 3.200”, se regresaron a su puesto. Acota que tuvieron
que esperar mucho rato para que ellos pudieran enganchar la piola en la
placa de tiro, la que estaban justamente instalando en aquel momento, a
cargo del Sr. Díaz con el Sr. Rafael Quiroz, de CODELCO y SIEMENS S.A.,
respectivamente.
Tenían tres puntos de comunicación: la punta de la correa, el 3.200 y
la estocada 9, donde él estaba. Precisa que en la punta estaba el Sr.
Becerra, Norambuena, Villarroel, Sotelo y Sánchez. Tuvieron que esperar
bastante rato hasta que nuevamente le dieron la instrucción de reanudar la
faena, es decir, empezar a tirar. En un principio era todo normal, pero al rato
vio que a la altura de la estocada 10 comenzaron los problemas de
centramiento de la correa, más dificultades de comunicación, escuchando
todo esto por radio. Recibieron la instrucción de parar la faena, dando la
instrucción don Mario Sánchez.
Luego de estar un rato parados, el Sr. Carlos Barros, de Andina, dijo
que se cambiara de canal 7 a 4, por los problemas de comunicación,
comentando que prácticamente otros puntos de la mina estaban ingresando
por canal 7. A continuación, el Sr. Barros le pidió que cambiara la piola del
huinche hacia el lado del cerro, estando las faenas detenidas. Eso antes de
pedirle a Pablo que cambiara de frecuencia. Le informaron a Díaz el cambio
de frecuencia quien acusó recibo; luego al no haber respuesta con la punta
de la correa, fue el Sr. Barros caminando para avisar, instruyendo que
esperaran; al cabo de unos seis minutos, este mismo Sr. Barros les dio la

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instrucción de tirar, diciendo “tensar correa”, y en esos momentos, allí la
piola se cortó.
Pablo López trató de comunicarse por canal 4 y recién al cambiarse
a canal 7, supo que estaban pidiendo ambulancia. Al rato, unos quince
minutos, llegó el Sr. Norambuena, que sobresaltado, señaló que al Sr.
Becerra se le había amputado el brazo.
Preguntado, señala que el lugar es una caverna de 4 metros por 3 de
alto, con dos cintas: la 5, que estaba corriendo, y la 7, siendo esta última la
que se estaba cambiando, quedando un pasillo de un metro diez
aproximadamente, donde se desplazan los trabajadores. La distancia entre
Pablo López y la punta de la correa era de unos 300 a 400 metros. Solo
tenían luz de las lámparas y el foco de luz en cada estocada. El túnel
mismo, nada de luz. Relacionado con la placa de tiro, mencionó que la
dejaron instalada una semana antes a instancias del Sr. Mario Sánchez, con
pernos correspondientes, dándose le torque necesario. Luego, supieron que
la placa fue mal instalada, sobre los enrolladores, de modo que tuvieron de
desinstalarla, armándola de nuevo, cambiándole los pernos. La primera
instalación intervino don Claudio Guerra, Marcos Veas y él, todos ellos de
SIEMENS S.A.; en la nueva fijación fue con pernos más largos. En esa
instalación fue con instrucción del Sr. Sánchez, no interviniendo el Sr.
Becerra. En el arreglo de la placa estaban los señores Díaz y Quiroz, de
Andina y SIEMENS S.A.
En cuanto a las causas de por qué se descentró la cinta, indica que
lo fue, según su parecer, por la ausencia o distancia de polines, cosa que no
ocurría con la correa 5. Los polines sirven para centrar. El huinche solo tenía
las medidas de seguridad que ellos instalaron, sin haber nada que advirtiera
que estaba en funcionamiento, ni sistema para evitar la sobretensión.
Asegura que era normal que el Sr. Barros daba instrucciones en el
cambio de cinta, al igual que el Sr. Díaz, ambos de Andina. Personalmente
escuchó la instrucción de reanudar la labor por parte del Sr. Barros. No lo
escuchó de otras personas.
Contraexaminado por el apoderado de SIEMENS S.A. indica que el
Sr. Sánchez dio las instrucciones de trabajo. La charla la dio él y el Sr.
Becerra. La “RT” la prepararon en el sitio del trabajo estando él con los otros
asignados a la estocada. Cada puesto de trabajo tenía su propia “RT”. Las
protecciones van en el huinche. La correa A 7 tenía protección. Afirma que
no había iluminación en el túnel. En el lugar del accidente, no sabe dónde
fue, pero precisa que si fue en el túnel, en dicho lugar no había luz. Luego
se enteró que fue a distancia a la estocada 10. Aclara que las estocadas
tenían luz. En su puesto, esto es, la estocada 9 había iluminación.
La instrucción de reanudar las faenas fue dada a Pablo López, por
radio, estando el deponente al lado, siendo entregada por el Sr. Barros. No

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revisó la placa de tiro luego del accidente, ni tampoco vio cuando se produjo
el cambio. Solo supo del cambio luego del accidente, por los dichos del Sr.
Guerra, quien supuso que podía ser esa la causa. CONTITECH estaba
encargada de los empalmes de la cinta y realizan el corte. En caso alguno
inciden en la placa de tiro.
Contraexaminado por el apoderado de CODELCO DIVISIÓN
ANDINA, señala que CONTITECH no es contratista de Andina y no tiene
claro si fue subcontratista de SIEMENS S.A. Para los efectos de la placa de
tiro existe un plan de ingeniería que lo hizo esta última, interviniendo un
ingeniero calculista, no siendo una placa hechiza. El hecho que haya sido
mal instalada influye, en su concepto, a que la cinta se puede trabar, y en
ese día del accidente se trabó en varias ocasiones.
Sabe que el accidente estuvo cerca de la conexión 10, donde hay
una pasarela. Insiste que no sabe con exactitud dónde fue. No vio cómo fue
el accidente. Preguntaron y nadie sabía. Nunca supo después cómo había
ocurrido. Se escuchaba comentarios en que estaba en la línea de fuego, que
es el sector donde una persona puede tener un accidente: escuchó que él
estaba centrando la correa, con unos ángulos o barretillas, eso es lo que se
dijo después. También estaba Ronny Norambuena y John Villarroel,
tratando de guiar la correa.
El Sr. Becerra era el jefe de área, y él fue quien elaboró el proceso
de trabajo, siendo el supervisor el Sr. Sánchez. En condiciones normales,
cree que no debería estar trabajando el Sr. Becerra. Reitera que la cuadrilla
estaba a cargo del Sr. Becerra. También tuvo una caída el Sr. Sánchez.
Afirma que la charla de seguridad la dio el Sr. Sánchez y después el Sr.
Becerra: se trató el tema de la no exposición en la línea de fuego, cosa que
aparecía en la “RT” que elaboró el deponente. Por otro lado, sostiene que la
faena en sí sufrió retrasos. Comenta que ha estado en otros cambios de
cinta, unas tres o cuatro veces, por SIEMENS S.A. La traba no fue en la
placa de tiro, sino en la cinta que se iba descentrando en las pasarelas,
yéndose hacia el pasillo; que cuando se trabaja en la cinta, siempre se va
detrás de ella para que ésta no se salga, usando una barretilla. Don Mario
Sánchez estaba en la punta de la correa, donde ocurrió el accidente,
desconociendo si se expuso a la línea de fuego, pero él contó que había
caído al piso.
Sostiene que hay una entrega de lugar de faena para poder trabajar,
en donde personal de Andina le prestó apoyo.
Preguntado por el Tribunal, afirma que habiendo o no problemas en
la placa de tiro, de igual modo se hubiera la cinta descentrado, interviniendo
en esa labor los que estaban en la punta de la correa. Asegura que por
haber intervenido en otros cambios de cinta, siempre las condiciones

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ambientales eran las mismas, habiendo problemas en la comunicación
radial, cosa que depende de Andina por ser los dueños del lugar.
Para dar contexto a todas declaraciones, la parte demandante también se hizo
valer del testimonio de don Mario Alejandro Sánchez Aguilera:
Examinado, señala conoce al demandante por motivos laborales,
siendo su jefe en SIEMENS S.A. nivel 19, Trabajando desde noviembre de
2012, y al Sr. Becerra desde enero de 2013.
En cuanto al accidente, relata que ese día 7 de abril de 2015 llegaron
al turno, bajando a la estocada 11: dieron las pautas en conjunto con el
personal. Quedó el deponente a cargo de los trabajos transversales y
bloqueo para que se hiciera el cambio de correa A 7. Se distribuyeron,
trasladando al personal en los distintos puntos. Se colocaron biombos de
protección antes de la labor en el huinche. Luego de ello, su trabajo era tirar
la piola desde la estocada 9 hasta el 3.200, junto con John Villarroel y Ronny
Norambuena. Después de ello, apoyaron a Alejandro Becerra por el tema
radial y el centrado de la piola, en el 3.200, retirándose del área y se fueron
a refugiar a la estocada 10 con el personal de CONTITECH.
Luego, empezaron a cambiar la correa, teniendo dificultades hasta
que se detuvo. Pidió permiso para ir a ver qué pasaba. Allí estaba el Sr.
Becerra con Javier Sotelo, Carlos Barros y otra persona de CODELCO que
no se acuerda quién es. Le dijo al Sr. Becerra que se iba a retirar para
ejecutar otras labores, mas éste le pide que le preste apoyo por existir
dificultades con la comunicación. Así se colocaron, pero no en la línea de
fuego.
De este modo, tiraron cinta una vez más, y luego otra más. En esos
momentos, el Sr. Becerra pide que destensen el huinche; el deponente
examina la piola y mientras ejecutaba labores para que la faena finalmente
funcionara, a unos doce metros del Sr. Becerra, estando las faenas
detenidas, sintió un golpe que desprendió un ruido y polvareda en que no
podían verse ni las manos, cayendo unos metros hacia adelante sobre la
correa. Fue auxiliando el Sr. Sotelo. La piola le pegó en el antebrazo, y al
sentir que sangraba le pidió a este último que le revisara, todo ello mientras
la correa de al lado seguía su funcionamiento.
Posterior a ello, empezaron a buscar al Sr. Becerra, hallándolo en
medio de la correa. Se dio la instrucción de parar la faena, dándola el Sr.
Becerra, estando el huinche destensado.
Asegura que el actor no dio la instrucción que debía nuevamente
funcionar el huinche. Después escuchó por comentarios que personal de
CODELCO le dio a los muchachos del huinche, Olivares, Ortega y López, la
instrucción. Aclara que estando desenergizado y destensado el huinche, no
hay ningún riesgo, dejando de ser línea de fuego. Aclara que no recibieron
instrucciones de cambio de canal ni él ni el Sr. Becerra.

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La iluminación era defectuosa, sin apoyo artificial, solo luz en los
cascos; la comunicación en canal 7 era mala, es decir, todo el nivel metido
en esa radio. No escuchó la reanudación de faenas por medio de canal 7
por parte del Sr. Becerra.
Preguntado por la placa de tiro, responde que es como una hebilla
que toma un cinturón: la primera vez fue instalada por él, Olivares y por otro
más que no recuerda quien, no sabe cuándo fue, mandándole unos
respaldos al actor; que al parecer nuevamente fue instalada, ya que había
problemas en el decurso de la correa; no sabe quién hizo esa nueva
instalación. En su parecer, el descentrado de la cinta se debió a varios
factores: “el cinturón venía pelado con las puras piolas”, de modo que al
tirar, se dobla la correa, descentrándose. Afirma que Villarroel y
Norambuena al igual que él no tenían experiencia en esta clase de correas
7, por eso hicieron labores no complicadas, como tirar la piola desde la
estocada 9 hasta la 3.200.
Trabajó directamente el Sr. Becerra en la faena solo por capacidad
de personal, es decir, no se daba dotación suficiente y por eso él tenía que
hacer esa labor.
Comenta que el huiche no tenía un sistema para evitar sobretensión
ni alarma que alertara su funcionamiento, aunque precisa que estaba nueva.
Aclara además, que no había al inicio de la jornada un prevencionista de
riesgos para dar las charlas de seguridad. No vio un procedimiento de
cambio de placa de tiro y de cambio de cinta específico.
Contraexaminado por el apoderado de SIEMENS S.A. señala que no
tenía experiencia en esa cinta. Que en su concepto, es relevante la
experiencia, dada la consistencia que presentan, por el peso, el ancho y las
condiciones, ya que en correa 7 hay menos espacio para trabajar. Solo tenía
experiencia en correa 7 personal de CODELCO, donde el Sr. Becerra
supervisó el cambio.
No recuerda el texto que elaboró el Sr. Becerra, aunque reconoce
que lo leyó.
Nadie apuró las tareas: solo salió del refugio cuando se detuvo la
cinta. Carlos Barros es funcionario de Andina, reiterando que la labor estaba
paralizada. Fue en esos momentos en que el Sr. Becerra le pidió ayuda,
específicamente revisar la piola, encargándose él en revisar dónde se había
trabado la cinta. Comenta que éste estaba justo en una escalera donde pasa
la correa, a un metro y medio de altura, estando sobre la cinta delante de la
escalera, a unos dos metros. Añade el deponente que también estaba sobre
la cinta, a unos cien metros más adelante, estando detenida y destensada la
piola, o sea, no tirante. No sintió cuando la cinta se estaba tensando, y si lo
hubiera sentido, su acción sería haber saltado.

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Pasando a otro tema, durante el día llegó al 3.200 doña Claudia
Chavez que es prevencionista, revisando la documentación; desconoce si
habló con el Sr. Becerra. Las charlas guardan relación fundamentalmente
con el trabajo a realizar, la herramienta y documentación que debe llevar a
cada postura.
Preguntado, precisa que el Sr. Barros no estuvo más de 10 minutos
con ellos al momento de salir el deponente del refugio y preguntar lo que
estaba pasando.
Contraexaminado por el apoderado de CODELCO DIVISIÓN
ANDINA, explica que era supervisor en ese momento. El Sr. Becerra era el
líder, de profesión ingeniero mecánico industrial. Desconoce su experiencia,
pero había cambiado en otros procedimientos de cambio de cinta. Sabe que
el Sr. Becerra validó este procedimiento hecho por otra persona, don René
Arancibia, junto con otras personas, y que la firma del documento lo hacen
diversos funcionarios. La charla de seguridad contempla la no exposición en
la línea de fuego, dándola en conjunto con el Sr. Becerra, como a las 8.15
de la mañana en la estocada 11. Al momento del accidente no estaban en
línea de fuego porque las faenas estaban detenidas. Toda la operación
misma la dirigía el Sr. Becerra. Por otro lado, indica que la empresa
CONTITECH era la entidad que reparaba la cinta, encargados de los
empalmes y vulcanizado de las correas, siendo esta subcontratista de
SIEMENS S.A.
El personal de apoyo iba detrás en las maniobras, en movimiento;
estando delante de ella y detenidas las obras, no es línea de fuego.
En el momento no había prevencionista y sabe que la supervisión de
seguridad recaía en él, de profesión ingeniero mecánico automotriz y en el
Sr. Becerra. La charla de “RT” la hizo el propio Sr. Becerra. No se acuerda
de los cinco pasos de seguridad. No recuerda si el Sr. Becerra estaba con
una barretilla, y que al igual que él, estaba destrabando la piola. Preguntado
si esa labor le correspondía a él o a otra persona, responde que en ese caso
debía haberlo estado, pero no había personal con experiencia.
El personal de Andina participó en el preparativo, incluso esta
mantención debió haberse realizado unos meses antes, pero los carretes
que trajeron con cinta no coincidieron con los ejes que usaban, de modo que
tuvieron que adaptarlos. El programa estaba planificado, por lo que hubo
una entrega de la zona de faenas. La placa de tiro tenía un plano realizado
por SIEMENS S.A. y ellos la instalaron. La primera vez fue en su concepto
bien instalada, aunque reconoce que no vio los planos de instalación. En la
cinta donde van los polines, solo hay rejas de protección en algunos tramos,
habiendo en el lugar del accidente; en algunos tramos tuvieron que
desmontar para arreglar la cinta, no recuerda si el Sr. Becerra lo hizo. El
pasillo está en medio de las correas, de un metro veinte, la parte más ancha.

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Aclara que personal de Andina le inhibió que sacara al Sr. Becerra de las
piernas. La radio que tenía se la voló la piola que había salido proyectada.
La faena estaba atrasada y debía finalizar como a las 5 de la tarde; el
accidente ocurrió a las 4.30; no sabe si estaba la carta Gantt.
Preguntado por el tribunal, no recuerda si el Sr. Becerra portaba algo
en sus manos cuando estaba sobre la cinta, teniendo su radio, con sus
implementos de seguridad. Reconoce que de igual modo, al estar la faena
parada hay riesgo, precisando que ello puede surgir de la correa estaba
corriendo al lado, por ejemplo.
SÉPTIMO: Antecedentes de descargo presentados por SIEMENS S.A.
Que de acuerdo a la estratagema llevada a cabo por este justiciable, las
consecuencias nefastas del suceso arrancan de lo que define como una negligencia
inexcusable del Sr. Becerra.
La empresa demandada advierte haber capacitado al actor por medio de los
certificados de instrucción de 18 de julio, 24 de agosto, y 28 de noviembre de 2012,
en que recibió “inducción en hombre nuevo”, “conducción en alta montaña”, y conducción
en mina subterránea, respectivamente. Tales piezas instrumentales fueron emitidas por
CODELCO DIVISIÓN ANDINA, Dirección de Prevención de Riesgos.
Para ser presentado en CODELCO DIVISIÓN ANDINA, se halla el certificado de
curso general de seguridad de 18 de julio de 2012, cuyos contenidos convergen en la
institucionalidad de la Ley Nº 16.744, Reglamentos de Higiene y Seguridad, EPP, normas
sobre uso de sustancias peligrosas, límites de exposición permisibles y peligrosos para la
salud y nociones básicas de investigación de accidentes. Junto con ello, se acompañó
certificado de programa de inducción para nuevos colaboradores de 17 de julio de
2012, emitido por la empresa SIEMENS S.A. y suscrito por el demandante. Para reforzar
el punto de capacitaciones, la empresa incorpora las citaciones a reuniones de 8 de
septiembre y 17 de diciembre de 2014, sobre “coaching ejecutivo”, como asimismo
la asistencia al mismo programa de 2 de octubre de 2014.
Con miras a comprobar la entrega de los implementos de protección personal,
la empresa SIEMENS S.A. acompaña cuatro reportes, como asimismo el comprobante de
entrega de Reglamento Interno de Orden y Seguridad de la empresa, suscrito por el
Sr. Becerra el 22 de febrero de 2012, el cual fuera despachado a la Inspección del
Trabajo de Providencia mediante carta de 18 de abril de 2013, y su recepción conforme
de la Seremi de Salud de 21 de abril de 2013 según certificado emitido por esta
entidad.
También se acompañó el procedimiento, preparativo y apoyo a pasada de la
correa, cambio de cinta correa línea SAG, del mes de julio de 2013, el cual, bajo el
epígrafe “elaboró” se lee “A. Becerra”, habiendo firma ilegible sobre esta mención. Luego
de abordar diversos conceptos, aparece el desarrollo de la actividad. Llama la atención
en un primer momento, que es menester contar con “personal calificado”, definido como:

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“(…) aquel que posee las competencias para realizar montaje, operación y
mantención del equipo, instalaciones eléctricas, subestaciones y familiarizado con
los posibles riesgos que en ellas pueden presentarse”.
Como se expresó, este protocolo de 23 carillas, contempla la actividad, los
responsables y como técnicamente se ejecuta, más la identificación de los peligros y las
medidas de control. Lo relevante es la mención acerca de la responsabilidad del “jefe de
área/jefe de turno/técnico de nivel superior:
“Será responsabilidad del jefe de área, verificar en terreno la correcta y
permanente aplicación del procedimiento de trabajo seguro cuando se esté
ejecutando la tarea.
Será su responsabilidad la difusión verbal y escrita de este procedimiento.
Asegurar la toma de conocimiento del procedimiento por parte del trabajador.
Verificar que los trabajadores quedaron instruidos y capacitados para realizar el
trabajo asignado, además de controlar la aplicación correcta en terreno de los
puntos altamente críticos de la tarea, descritos y especificados en el siguiente
procedimiento de trabajo seguro.
Efectuar e incorporar todos los cambios o modificaciones aprobados con
posterioridad a la emisión del documento”.
En cuanto a la versión de esta empresa, concurrió a estrados el personero
don Héctor Andrés Uribe, quien sostuvo que el Sr. Becerra trabaja para SIEMENS S.A.
desde el 2013, ingresando como cargo de supervisor, siendo ascendido a jefe de área el
2014. No ha tenido amonestaciones, ni acciones inseguras, salvo el tema del accidente.
En el sector mismo son más de 10 personas las que habían en el día del accidente. Se
dividieron cinco grupos de trabajo. Cada uno tenía un supervisor. Precisa que el Sr.
Norambuena y el Sr. Villarroel estaban trabajando con el Sr. Becerra, y apareció
circunstancialmente el Sr. Sotelo. Había otro supervisor, el Sr. Sánchez, jefe de turno,
debiendo supervisar a varios grupos. Detalles acerca de la capacitación de los Sres.
Villarroel y Norambuena no los tiene y que solo a través de esta audiencia se ha enterado
acerca de la experiencia que estos tenían en estas funciones; había alguien apoyando
con el huinche y además de eso era el conductor, “por lo que se ha dicho en esta
audiencia”, de modo que no lo sabía antes.
Aclara que cuando se hace la instalación de la placa de tiro, sabe que lo hizo en
primera instancia el Sr. Mario Sánchez, sabiendo el problema que se tuvo que desarmar.
El nuevo armado lo hizo personal de SIEMENS S.A. desconociendo quiénes en específico
lo hicieron. No había un registro de capacitación relacionado con la instalación de la placa
de tiro; solo el plano y la difusión. Había prevencionista, una dama en las primeras etapas,
mas las charlas las dio ese día por el Sr. Becerra y su segundo, don Mario Sánchez. No
participó la prevencionista en ellas.
En cuanto a la investigación que realiza SIEMENS S.A. no se tuvo en vista lo que
reportó SERNAGEOMIN. Al final tuvo conocimiento de ello, como las recomendaciones
sobre el control de sobretensión de huinche y la iluminación. Reconoce que en la
conclusión de SIEMENS S.A. está dado por el error “que cometimos” de haber una
persona en la línea de fuego, de modo que no se tenga la iluminación recomendada, no

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cambia el hecho. Así, es del parecer que las recomendaciones del SERNAGEOMIN
apunta a situaciones ambientales o contribuyentes; lo que ellos hicieron como empresa es
determinar la causa raíz, la que consistió en tomarse una decisión errónea al colocarse
delante de la correa con el riesgo de los que le pasó.
El procedimiento dice que no se debe transitar por la zona de tiro, con
independencia de si hay destensamiento o que esté los componentes desenergizados.
Sin embargo, afirma que si se produce un trabamiento, nunca se debe actuar de frente, y
que toda fuerza para solucionar debe ser lateral. Hay un testigo que menciona en la
investigación que estaban haciendo fuerza con la correa tensada, pero no está en
condiciones de afirmar o descartar la instrucción del Sr. Becerra de destensar. No sabe si
se tomó declaración al operador de radio y huinche.
De los testigos ofertados en la audiencia preparatoria por parte de SIEMENS S.A.,
únicamente concurrió a declarar don Javier Sotelo Fierro:
Examinado por el apoderado de SIEMENS S.A. señala que no sabe
mucho de su comparecencia. Sabe que hubo un accidente. Se había
planificado una actividad de cambio de cinta correa A 7, donde desempeña
la actividad de programador. Refiere que su objetivo era plasmar los hitos
para luego hacer un informe.
Se encuentra con el Sr. Becerra con la finalidad de coordinar y así
empezar la mantención.
Específicamente no sabe qué fue lo que sucedió y de acuerdo a los
informes que ha leído, la correa se trabó provocando que la placa de tiro
cediera, rajando los pernos la cinta. Acota que se realizó una charla de
seguridad, los pasos a pasos. Esa charla la hace el supervisor y jefe de
área. No sabe quién lo hizo, porque estaba en otra área.
En cuanto a la forma de cambio de cinta, señala que sabe y que
existe un procedimiento que establece normativas de seguridad: línea de
fuego relacionado con la piola y huiche y la idea es que debe estar alejado
de las mismas. Es la zona en que quedan expuestos a que se corte. Señala
que no existe ninguna barrera para aquellas personas que están expuestas;
solo estaba la delimitación de las zonas, precisando que los que ingresan al
área, van “a la par de la cinta”. Todas las personas estaban con sus
elementos de protección personal, cuestión que le consta por estar ahí;
reconoce que la iluminación es deficiente, especialmente en los tramos
donde pasaba la cinta, especialmente desde el 3.200 hasta la estocada 10.
Se contaba con lámpara dispuestas en los cascos.
Ante las consultas del apoderado de CODELCO DIVISIÓN ANDINA,
señala que estaba cerca de la estocada 10; la iluminación ahí mejora. La
información que tuvo después es que se trabó la cinta y por eso se produjo
el accidente.

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Reconoce que hubo varios momentos en la que la faena se detenía;
paralelo a ello, tuvo que salir para trasladarse a otro lugar, y al regresar se
dio cuenta que habían personas que estaban en la línea de fuego.
Advierte que la cinta nunca estuvo energizada; solo el huinche.
Reconoce que el lugar donde ocurrió el accidente es línea de fuego.
Sostiene que todos debían estar fuera de esa línea, estando en tal
emplazamiento unas 7 a 8 personas.
Al momento del accidente, con la poca visibilidad, no sabía lo que
estaba pasando. Las personas estaban en esa posición por las maniobras
que estaban realizando, con barretillas para levantar la cinta y que se
enrielara. La cinta se trabó en el sector de la pasarela, cosa que lo supo
después. La zona estaba cercana a 10 metros del punto donde ocurrió el
accidente. La pasarela es el acceso de la estocada 10, hacia el pasillo de la
caverna estando las dos correas. Desconoce la instalación de los pernos.
Ignora quien elaboró el procedimiento, pero afirma que está a cargo de cada
jefe de área, en este caso era el Sr. Becerra, el líder.
Contraexaminado por el apoderado del demandante, indica que
habitualmente las charlas de seguridad lo hacían los supervisores y que en
ocasiones lo realizaban los prevencionistas de riesgos. Desconoce si
durante ese día prevencionistas se acercaron para verificar. No vio ningún
prevencionista de SIEMENS S.A. en los grupos de trabajo que se armaron.
No participó en la confección de los informes, sino que simplemente declaró.
Solo leyó el EVITA que fue uno de los primeros que salió. No recuerda quien
instaló la placa de tiro, aunque sí vio fotos. Donde ocurrió el accidente no
hubo ninguna barrera de seguridad.
Cuando se producía el descentrado de la cinta, se hacía una especie
de palanca con la barretilla. Desconoce si previamente estuvo funcionando
la cinta. No tenía radio. Cuando la cinta está detenida, existe riesgo que la
placa se suelte; si está destensado la piola se imagina que no, porque no
hay ninguna fuerza “que aplique”. Bajo esas circunstancias, en su opinión no
sería línea de fuego. Desconoce si hubiera una máquina para trabajar en el
centrado y que solo se usaba las barretillas. Reconoce que ese día había
muy mala señal, al igual que la luminosidad, condiciones que se aplicaron
para futuro. Conocía el huinche, el cual no tiene alarma de funcionamiento ni
elemento que evitara la sobretensión. Después del accidente, cambiaron las
condiciones del lugar, teniendo nuevos ítems que debían ser observados en
lo sucesivo, por ejemplo, mejoró la luminosidad, mejoramiento en la señal de
las radios, la implementación de un disipador de carga en la placa de tiro,
que son seguros que evita que se salga, y un variador de frecuencia del
huinche, que guarda relación con que evite una carga mayor de la que
puede resistir. Eso le consta, porque tuvo que programas esa actividad en
otras ocasiones.

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OCTAVO: Antecedentes de descargo presentados por CODELCO DIVISIÓN
ANDINA.
Que se incorporó por parte de la defensa de la cuprífera un croquis a escala,
relacionado con la maniobra de cambio tramo cinta correa A 7. Explica que en la zona de
tiro de la cinta, hay cuatro personas que suben sobre la cinta de la correa A 7 para
centrar la cinta nueva, identificando al jefe de área, el jefe de turno y a dos trabajadores.
Reproduce además que en la zona de carrete hay tres trabajadores de SIEMENS S.A. y
uno de Andina, habiendo la misma composición en la zona de huinche. Luego, entre la
estocada 10 y polín 3.200, transita un trabajador de Andina que revisa el paso de la cinta.
Finalmente, se describe que el Sr. Becerra le pide a los otros tres que estaban sobre la
correa y él se queda sobre ella para seguir tratando de centrarla y a la vez solicita iniciar
el tiro de la misma.
Se aparejó un dosier de documentos que dan cuenta de las instrucciones
impartidas, llenados de formularios relacionados con charlas de seguridad y entrega de
zona de labores, todo ello relacionado con el cambio de cinta de correa A 7. Llamativo es
que se reconoce algunas circunstancias como no exponerse a la línea de fuego, la poca
iluminación, piso irregular, polvo en suspensión. Ante ello, se sugiere que exista una
buena comunicación y trabajo en equipo, atención a las condiciones del área, uso de
lámpara minera, máscara respiratoria doble vía y tener tres puntos de apoyo. Estos
documentos son firmados, entre otros, por los Sres. Villarroel, Norambuena, Guerra,
Olivares, Díaz, Sánchez y Pérez, todos trabajadores de SIEMENS S.A.
También se acompaña copia simple del plano de instalación de placa de tiro,
que posee diversas nomenclaturas y dimensiones ingenieriles, cuya explicación no fue
dada en estrados por la defensa letrada de CODELCO DIVISIÓN ANDINA. Lo interesante
es que dicho instrumento cuenta con firmas ilegibles y bajo el logo de las dos
demandadas.
Se acompañan las declaraciones prestadas en las indagaciones realizadas
por SIEMENS S.A. de los señores Anthony Rivera, Rafael Quiroz y Claudio Guerra, los
cuales no concurrieron a estrados para ratificarlas y/o desmentirlas. Los dos primeros
solo precisan descripciones post accidente. El tercero describe cuáles eran sus labores
relacionado con la entrada de la cinta, en momentos que por radio escucha la ocurrencia
del accidente. También está la declaración del propio afectado, leyéndose en lo
pertinente que el huinche empieza a operar mientras estaban inspeccionando el
trabamiento de la cinta.
Se incorporan tres reglamentos. El primero es para la implementación del
sistema de seguridad y salud en el trabajo, para empresas contratistas y
subcontratistas, de febrero de 2010; el de seguridad y salud ocupacional; la
directriz sobre accidentes en el trabajo, y el que establece el procedimiento de
seguridad, medio ambiente, calidad y salud ocupacional aplicables a las empresas
contratistas, y de ingreso de personas, vehículos, y equipos a División Andina.
Dichos textos, de 65, 46, 72, 26 y 55 páginas, respectivamente, no fueron desarrollados

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por la defensa de CODELCO DIVISIÓN ANDINA, sin hacer una pormenorización de las
preceptivas que entienden atingentes a la dinámica de la litis.
Mediante la nota interna DCON-014-17 de 3 de abril de 2017, se certifica la
retención de dineros a la empresa SIEMENS S.A. por la suma de 100 millones de pesos
en la relación a la causa que por este laudo se resuelve. Además, se apareja set de
certificados de cumplimiento de obligaciones laborales y previsionales, relacionado
con los trabajadores de la empresa SIEMENS S.A.
Finalmente se acompaña set de 8 fotografías a color, que representan un “túnel
minero” a simple vista. Sin embargo, no hay certificación de ministro de fe alguno que de
cuenta del lugar y la fecha de su captación.
En cuanto a la versión de esta empresa, su representante señaló en estrados
que entre la División y SIEMENS S.A. hay una relación de servicios en el área de
mantenimiento; el accidente se produjo cuando estaba vigente ese vínculo. Aclara que el
apoyo de la División es netamente de coordinación y logístico. Postula que la compañía, a
través de diversos instrumentos, vigila que se cumplan las medidas de seguridad; que con
los administradores de contratos se dan las bases técnicas y administrativas para la
seguridad. El propio personal de SIEMENS S.A. debe supervigilar esas normas.
Desconoce si había prevencionista de riesgo de CODELCO en las faenas, y no sabe si
hubo uno que visó el procedimiento, ni tampoco que revisó la capacitación de la empresa,
de modo que entiende que todo ello es de resorte de la empresa contratista. No hay
injerencia para saber la cantidad de personas que deben operar. No sabe si la autoridad
definió la suspensión, pero afirma que cuando ocurren estos accidentes, autónomamente
se decreta aquello. No sabe si se dispuso multas. Sabe que la Inspección del Trabajo y
SERNAGEOMIN dieron recomendaciones para mejorar, como el sistema radial, con un
canal más específico para determinadas tareas, mejorar la calidad luminosidad y que el
equipo que tensiona tenga un control de corte que tolere hasta un nivel de carga. No sabe
si fue pedido un sistema de alarma. No conoce al Sr. Barros, pero es funcionario de
CODELCO. Estaba el día del accidente.
Por lo demás, concurrió como testigo de esta demandada don Esteban
Molina Díaz, cuyo relato es del siguiente tenor:
Preguntado por el apoderado de CODELCO DIVISIÓN ANDINA,
señala que actualmente es superintendente de mantenimiento en minas en
la gerencia del mismo nombre en Andina, siendo ingeniero civil electricista
de profesión.
Sabe de los hechos: lideró la investigación del accidente pedida por
la compañía. La comisión estaba don Gabriel Pereira, miembro del Comité
Paritario de Concentradora; don Claudio Adasme, presidente del
mencionado Comité y representante de los trabajadores; don Juan Carlos
Vega, experto en Seguridad, asesor de salud ocupacional, y él. Admite que
también les apoyó don Jorge Díaz en representación de la gerencia
corporativa de salud ocupacional desde Santiago. Se dedicaron 4 semanas
completas y luego por un par de semanas para cerrar la indagación. Se

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utilizó el método de análisis que se llama “EVITA”: hay una reconstitución
completa de la situación y llamado a testificar de las personas involucradas
tanto directa como indirectamente. Además hubo una visita al lugar y todo el
entorno de la actividad que se estaba desarrollando.
El trabajador involucrado pertenecía a la empresa SIEMENS S.A. El
accidente se produce porque se expone en la línea de fuego durante una
maniobra de posicionamiento de una cinta transportadora. Los antecedentes
que obran señalan que la empresa SIEMENS S.A. ganó un contrato de
mantenimiento general en la planta concentradora de la División, de modo
que es la responsable de la ejecución del cambio de alrededor de 380
metros de correa transportadora. La tarea es externalizada totalmente.
La comisión investigadora determina que hay una entrega del área
de trabajo entre dos accesos entre túnel correa y proceder a cortar la correa
existente, retirar el paño y luego volver a poner el paño de recambio, para lo
cual se le entrega el área de trabajo para que ejecute el trabajo de acuerdo
al procedimiento. Se determinó que SIEMENS S.A. tiene un sub contrato
para el corte de la correa con la empresa CONTITECH.
Añade que personal de Andina, una vez que entrega el lugar de la
faena, establece un sistema de vigilancia y apoyo logístico a la maniobra
mediante dos equipos, esto es, el carro enrollador y desenrollador y el
huiche de tiro son de propiedad de la División, teniendo el monitoreo de la
operación en caso en que deba intervenir en los equipos. Esta supervisión
recae, en el momento del accidente, en Carlos Barros y Carlos Díaz, ambos
mantenedores mecánicos en la planta concentradora, y había un tercero,
cuyo nombre no recuerda, que estaba en aprendizaje, y que estaba “bajo
tutoría” de Carlos Barros.
El lugar se emplaza en el “túnel correa”, que tiene dos correas
principales, la 5 y la 7, las que extrae el mineral de la zona de los
chancadores primarios hasta la planta concentradora. Es un túnel minero y
que corre en paralelo al túnel principal. En el lugar de estocada próxima al
accidente, la condición era la que tiene todo túnel minero sin tránsito de
personal permanente, solo de correa, estando iluminado, permitiendo
visualización en lo inmediato, es decir, si estaba o no en movimiento las
correas, viendo que una lo estaba y la otra estaba detenida, pudiendo así
trabajar.
La labor de la comisión fue fundamentalmente llegar a la causa raíz:
trabajador se expuso a la línea de fuego, colocarse en un lugar en que
puede haber una liberación súbita de energía que puede generar un daño o
lesión a una persona. Hay un elemento tensionado, que es una piola de
acero, que a su vez está unida a una correa que estaba tirada. Así, al
exponerse entre la correa y el huinche que estaba tirando la piola, la energía
de impacto potencial.

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De acuerdo a la investigación, se expusieron a la línea de fuego tres
trabajadores, quienes se subieron a la correa, para tratar de destrabar la
correa que estaba siendo arrastrada en momentos que el huinche estaba
tensionado. La correa que no se está moviendo igualmente es línea de
fuego. La comisión determinó que con una barretilla se ejerció presión sobre
el cable de acero, quien precisamente hizo esto fue la persona que se
accidentó, no recuerda su nombre, para luego decir que era el Sr. Becerra.
A la luz de los antecedentes, al hacer el barrido de los diferentes
documentos, el trabajador era además supervisor, de modo que no debió
ejecutar el trabajo, de modo que también hubo un grado de negligencia;
llamó la atención que el procedimiento de trabajo de cambio de cinta fue
firmado por el trabajador en cuestión como supervisor, desconociendo si él
lo elaboró, sosteniendo que tal trabajo lo realiza un equipo multidisciplinario,
como mecánicos, ingenieros, o gente operacional. Fue asimismo el líder del
procedimiento.
De acuerdo a lo que investigaron, las visitas a terreno y las
evidencias fotográficas, la cinta se trabó en una pasarela peatonal que
permitía a cualquier trabajador pasar por sobre la correa, e incluso cuando
está en movimiento, a una distancia del accidente a unos doce metros, por
lo que recuerda. En condiciones normales, al producirse un entrabamiento o
descentrado de la correa, debió darse aviso a la persona que estaba
operando el huinche para que destensara la piola; solo de esa forma se
puede subir para así destrabar o alinear la correa. Precisa que el huinche
estaba energizado, y que la línea de fuego no se produce porque el huinche
estaba energizado, sino que se produce porque la piola está tensada.
En cuanto a la causa del accidente, indica que la comisión llegó a la
convicción que producto de un mal armado de la placa de tiro que tenía
tomada la correa, termina desprendiéndose y producto de la tensión de la
piola, sale ésta expulsada en dirección de la tensión la que terminó en la
lesión. Explica que la placa de tiro es una pieza metálica compuesta de dos
partes, que está destinada a morder una superficie la correa para poder
tirarla mediante una piola, o sea, para que se pueda mover. La placa de tiro
no es un conjunto mecánico de piezas rectas que tienen un cierto radio de
curvatura, en que sus piezas fueron, en el caso concreto, puestas en forma
invertida, por lo que no se generó esta mordaza en forma homogénea, de
modo que no se aseguró que la capacidad de tiro iba a soportar.
La correa fue instalada por personal de SIEMENS S.A. Esa placa es
con un procedimiento de ingeniería asociado, mediante un plano entregado
por esta misma empresa, con su correcto ensamble. Contiene el diseño de
la placa. En cuanto al responsable de la instalación de la placa de tiro es de
SIEMENS S.A. y lo es con don Alejandro Becerra. De acuerdo a la
información de la Comisión, SIEMENS S.A. fue citada con posterioridad al

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informe, presentándose además el comité paritario de esa entidad que
también hizo un informe. Dicha entidad señaló que hubo negligencia
inexcusable de parte del trabajador accidentado. No se le tomó declaración
del Sr. Becerra y no recuerda si SIEMENS S.A. lo hizo. Por otro lado,
precisa que la correa en su normal operación, tiene barandas de seguridad
que evita que las personas se acerquen; durante la maniobra se extrajeron
barandas en el sector donde se iba a colocar una mesa de trabajo para así
proceder con el empalme de la correa. Explica que ésta, en su normal
operación, se yergue sobre polines distanciados. Así, como la correa para
hacer el empalme, colocaron mesa de trabajo y allí fue donde las barandas
fueron retiradas. El líder del grupo, de acuerdo a su experiencia, por ser
supervisor, debió solo haber dirigido la maniobra, ni utilizar sus propias
manos; es él quien hace la palanca, generando físicamente una acción
sobre la piola de acero y claramente esta acción que se realiza con la
barretilla y por ello se generó la fuerza necesaria para que la placa de tiro
cediera. El equipo de trabajo siempre debe ir atrás de donde se está
produciendo la tensión; lo que ocurrió fue, en su opinión, que se pusieron
por delante de la correa, siendo tres de ellos, uno de ellos, el Sr. Becerra.
No se recuerda los nombres de ellos, pero formaban parte de la cuadrilla de
trabajo que tenía SIEMENS S.A. Preguntado por el personal de Andina,
Carlos Díaz es un mantenedor mecánico que está punto fijo en el sector en
que está el carro enrollador / desenrollador de la cinta, a unos doscientos
metros, debiendo asegurar que ese carro operador no falle.
Por su parte, Carlos Barros, junto con el aprendiz, estaba circulando
por el pasillo, observando la maniobra y atender cualquier requerimiento en
función de los equipos de propiedad de la División y que son proporcionados
para realizar la faena. Carlos Barros estuvo en esa condición y observó que
antes de trabarse, la correa se desalineó; que circula por el pasillo y se
dirige donde el sector donde estaba el huinche. De acuerdo a las
declaraciones escritas y en los audios que disponen, el Sr. Barros no dio
instrucciones al personal de SIEMENS S.A. En todo caso, el deponente dice
que sí puede dar instrucciones, pero no debe. Estos mantenimientos se
realizan hasta un cambio al mes; en este caso, unas tres o cuatro veces
antes por tramos, ya que por poseer varios kilómetros, no se puede hacer en
forma completa; de acuerdo a la comisión investigadora se habían hecho
cuatro cambios de tramos antes. La labor de CONTITECH era hacer el
empalme, precisamente en las mesas de trabajo. Esta empresa era
subcontratista vigente de SIEMENS S.A. En cuanto a las observaciones que
hace SERNAGEOMIN, si mal no recuerda, fueron tres: una dice relación con
mejorar la iluminación; la segunda disponer de algún sistema de control en
el huinche. No recuerda la otra. Afirma que la luminosidad no es factor

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contribuyente del accidente, sino que simplemente es por una exposición de
una línea de fuego, esto es, haberse subido a la correa estando tensada.
Preguntado por el apoderado de SIEMENS S.A. refiere que cuando
el trabajador se expone a la línea de fuego, la piola de acero estaba tensada
porque estaba enrollando y estaba energizada. De modo que al estar
enrollado y por otro lado al estar trabado, se genera la tensión. Cuando se
habla energizado, es porque está conectado eléctricamente. Nunca se
monta sobre el huinche el actor; en cuanto a la comunicación radial que
había en el túnel, los testigos comentaron que el canal usado se saturaba,
siendo deficiente, pero no es causa contribuyente que motivó el accidente.
Contraexaminado por la defensa letrada del demandante, postula
que el accidente ocurrió un 7 de abril de 2015, a las 5 de la tarde; no
recuerda cuando la comisión comenzó a sesionar; fue notificado como parte
constituyente casi inmediatamente. Cuando se les notificó, salió de sus
responsabilidades para abocarse a tiempo completo, yendo al lugar del
accidente, dedicando cuatro semanas completas. No recuerda si las faenas
se pararon o no cuando estuvieron trabajando la comisión. Tampoco
recuerda si tuvieron acceso al informe del SERNAGEOMIN, pero sí lo leyó, y
ello después que terminaron con el reporte que elaboró la comisión. Por lo
demás, desconoce lo que informó la Inspección del Trabajo. Reitera que
como acción correctiva pedida por el SERNAGEOMIN se dispusiera un
dispositivo de control en el huinche. Desconoce más detalles, mas si las
correcciones se aplicaron no está dentro de sus funciones, dentro de las que
no se haya el funcionamiento de las correas transportadoras.
Cuando se realizaba el cambio de la cinta, estaba en funcionamiento
la 5, cosa que en su concepto es normal porque están aisladas. No tiene
conocimiento si debe ésta estar detenidas. En cuanto a las deficiencias de
comunicación anteriores al accidente, lo desconoce; además no circula y no
le corresponde hacer mantención. Por otro lado, se entrevistó con
trabajadores de Andina y de SIEMENS S.A. cuyos nombres no recuerda,
salvo Barros y Díaz. No era parte del análisis EVITA verificar la capacitación
de los trabajadores de SIEMENS S.A. ni tener conocimiento que aquellos
trabajaron por primera vez en dichas labores. Reconoce que se entrevistó
con la persona que operaba el huinche, recordando además que la persona
que operaba la radio era chofer. Defiende que todo lo que dice relación con
las instrucciones que se pudieron haber dado, no eran parte de la
evaluación EVITA.
Consultado acerca de la causa que provocó que se trabara la cinta,
fue que ésta fue pasada bajo una pasarela, y al estar desalienada, se trabó
precisamente en la pasarela. Desconoce si esto ha ocurrido antes, como
asimismo si había un prevencionista de riesgo en el área. Vuelve a explicar
que si la piola está sin tensión, no hay línea de fuego porque no hay energía

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residual en la piola; que cuando está trabada la cinta, entiende que el jefe de
área debe dar la instrucción de destensar la piola, lo que deviene, según su
parecer, en no haber energía residual, de modo que no habría línea de
fuego. La comisión no llegó a evaluar si los trabajadores de SIEMENS S.A.
estaban adiestrados en procedimientos; solo se avocaron a los hechos del
accidente: la placa de acuerdo al plano, por sí solo, es un instructivo, y de
acuerdo a los planos estaba mal instalada. Desconoce si existe otro modo
de acomodar la cinta, pero el centrado de la misma, no guarda relación con
haberse expuesto a la línea de fuego. Adquirieron convicción que la piola
estaba tensada cuando hicieron la reconstitución, de modo que así pudieron
explicarse el lugar de donde habría salido la energía que causó el
desplazamiento del objeto que causó el accidente. Finalmente indica que no
recuerda si alguien dio la instrucción de destensar y no tiene entendido que
el brazo no fue encontrado.
También pareció como testigo de este pleitista, don Manuel Rojas Olivas, el
cual fue objeto del siguiente examen en estrados:
Consultado por el apoderado de CODELCO DIVISIÓN ANDINA, se
entera del accidente, estando en el panel de la planta don Luis, el cual
afectó a Juan Becerra de la empresa SIEMENS S.A. Esta empresa estaba
haciendo un cambio de tramo de la correa A 7 de transporte de mineral. El
Sr. Becerra era el jefe de área, líder del trabajo. Es ingeniero mecánico; era
él el responsable de la ejecución del trabajo.
Sostiene que esa actividad de cambio de tramo se había hecho
anteriormente unas tres o cuatro veces. La División encomienda a esta
empresa por ser especialista. Explica que se hace una planificación previa al
trabajo donde se realiza un “inventario crítico”, es decir, un análisis de todos
los peligros que pueden haber en la ejecución del trabajo: se hace el
procedimiento, generándose la charla con sus “RT”, siendo esta última la
barrera para evitar que los trabajadores tengan accidente. Luego, se remite
todo ello al panel de control del área, donde se hace finalmente la entrega
del sector a trabajar, estando en ello inscrito los nombres de los
trabajadores, hora y trabajo a ejecutar. Posteriormente, “operaciones”
entrega el área a trabajar.
El procedimiento lo hizo el propio Sr. Becerra. El trabajo se inició a
las 8.30 de la mañana, en donde la entrega se realiza una media hora antes
porque hay trabajos previos a realizar. Afirma que Andina facilita a la
empresa ejecutante la realización de actividades, como limpieza de mineral,
y que los componentes que van a ocupar estén en condiciones. Que el
personal de Andina tiene el control de los componentes, esto es, el huinche
y enrolladores les pertenece a Andina, para que la empresa ejecutante
realice la actividad sin contratiempos.

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Preguntado por las razones en que se produce el accidente,
responde que mientras se internaba la correa nueva, ésta queda con tensión
y personal de SIEMENS S.A. trabajó sobre la línea de fuego; que esa labor
debe realizarse no exponiéndose a la línea de fuego en la medida que el
huinche comience a tirar, de modo que el personal debe estar fuera del
alcance de esa fuerza, estando siempre detrás de la zona de tiro. Luego, el
deponente explica que la placa de tiro tiene una forma para que se quede
asentada la correa, no quedando aquélla con el ángulo correcto, de modo
que los pernos nunca aprietan la correa. Señala que participó en la
instalación de la placa, personal de SIEMENS S.A. porque es parte de la
ejecución del trabajo. Informa que de acuerdo a los antecedentes, mediante
una palanca se procuró colocar el centrado. Explica que la correa se
desplaza sobre polines, que es el tren de rodaduras. Tiene entendido que el
trabamiento se produjo en una pasarela.
Consultado acerca de la luminosidad en la estocada, responde que
es de normal para esta clase de lugar de mina subterránea; cada trabajador
tiene luz de sus cascos, habiendo también focos que son luminarias con
tubos y focos alógenos en distintos sectores de la caverna.
En su concepto, se puede destrabar, tomando las medidas que
correspondan, que en el caso concreto era detener las maniobras y
destensar la correa. Luego, indica que el lugar donde se trabó en la pasarela
estaba por delante. Para que haya pasado el accidente, la correa no debía
haber estado destensada, ya que de otro modo, se genera la fuerza. A
continuación, explica que tres personas de SIEMENS S.A. se expusieron en
la línea de fuego; el Sr. Becerra era el líder estando con dos más y que por
ningún motivo debió haber hecho correcciones, “no debió bajarse del
balcón”, no puede manipular ni operar.
La placa de tiro estaba mal instalada de acuerdo a la investigación de
se realizó. Dicha faena la desarrolló personal de SIEMENS S.A. ignorando
quiénes en particular. Toda la cinta tiene protecciones, consistentes en
barreras duras; las que se sacan lo es era para unir o hacer el empalme, de
modo que razona que necesariamente debieron haber traspasado esa
barrera para exponerse a la línea de fuego. Con relación a la placa de tiro
fue diseñada por SIEMENS S.A. calculada para la capacidad de tiro,
comentando que es la que une el cable por la correa. Si está mal instalada
tiene menos capacidad de resistencia, porque la que hace presión es la
placa, cumpliendo las bases de una hebilla, de modo que al quedar mal
apernada, no se produce el agarre deseado, quedando afirmado solo por los
pernos y he allí donde se rasga la correa. Ejemplifica con el rompimiento de
una hoja de papel: si se ejerce presión en sus costados, no se va romper,
pero si se ejerce presión al medio, el papel cede y así se rasga.

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Relacionado con la iluminación no tiene incidencia, razonando que
este trabajo se ha hecho antes.
El personal de apoyo de Andina era Carlos Díaz y Carlos Barros. El
primero estaba en el sector de enrollador, a una distancia de 300 metros; el
segundo iba, de acuerdo a lo que él indica, detrás de la correa. Afirma que
este último no da órdenes a SIEMENS S.A. sino que facilita que los
componentes entregados por la compañía estén en condiciones. Esto lo
sabe porque el mismo Sr. Barros conversó con él.
Preguntado por el apoderado de SIEMENS S.A. indica que
efectivamente esta empresa instaló la placa; el que visa la instalación, es el
propio Sr. Becerra; Codelco no tiene injerencia. La externalización es
completa. El conocimiento es porque se hace el procedimiento, se hace el
trabajo previo: se revisa en la planificación y/o sala de reunión, en que es
dirigida por el personal de la empresa, con presencia de funcionarios de
Andina. Recuerda que el planificador de trasporte era Javier Sotelo, y Juan
Becerra, que era el líder del área. También estaba Sánchez, más la
administración de SIEMENS S.A. Se hizo esto días antes. Las protecciones
no son fáciles de traspasar.
Contraexaminado por la parte demandante, señala que como jefe de
mantención se preocupaba de la capacitación de personal de SIEMENS
S.A. Sin embargo, no sabía que Ronny Norambuena y John Villarroel era la
primera vez que trabajaban esta faena de cambio de tramo de cinta. Precisa
que no recuerda quién era la persona encargada del huinche, pero que
trabajaba para SIEMENS S.A., no sabiendo si estaba solo o acompañado.
Tiene entendido que se comunicaba mediante radio; se comunicaban con
canal 7, teniendo conocimiento que por esa vía existían interferencias.
Sabía que el Sr. Becerra no era prevencionista, pero que era el jefe
de área y que el día del accidente se realizó tres a cuatro operaciones en
forma simultánea y que la labor fundamental era el cambio de tramo;
desconoce cuántos había en cada área. En cada cuadrilla había
supervisores SIEMENS S.A., estando toda la plana de ejecución de esta
empresa en este trabajo, quienes supervisan. Con ello, quiere decir que la
División se desliga.
Preguntado si hubo cambios en la operatoria del huinche por algún
organismo público, responde que tiene conocimiento que hubo
recomendaciones después del accidente, pedidas por el SERNAGEOMIN,
como el sistema de control de tensión, consistente en que cuando aumenta
la capacidad de tiro, el huinche se detenga o pare por sobre carga y colocar
barreras duras o escudo de modo que si se produce un corte, no impacte al
operador de huinche; no recuerda si había que colocar una alarma sonora.
No sabe si la placa de tiro se modificó durante la jornada. Nunca vio cómo
se hacía el trabajo, pero que se había hecho anteriormente.

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Preguntado expone que si se ordena destensar la correa, no hay
peligro; la piola se vuelve a tensar cuando opera el huinche. No sabe dónde
quedó la radio. Que tiene conocimiento que el Sr. Becerra tomó la barretilla
con las dos manos, pero no estaba el deponente en ese sector. La correa
paralela estaba trabajando, siendo normal eso, habiendo protecciones. No
provocaba polución, no genera peligro porque estaban las rejas. En el medio
del túnel hay iluminación, lo normal para la minería. Finalmente dijo que no
se encontró el brazo.
Finalmente, depuso por CODELCO DIVISIÓN ANDINA en estrados don
Claudio Adasme Criado:
Examinado por el apoderado de la parte que lo presenta, sostiene
que es operador especialista en Andina, siendo técnico superior eléctrico.
Participó en la Comisión Investigadora del accidente del 7 de abril: había
personal de la división y un experto de la empresa Dunlop, Sr. Carmona, con
experticia en cinta transportadora.
El deponente era el representante del Comité Paritario. Indica su
composición: Esteban Molina, Juan Vega y Gabriel Carmona. En cuanto a la
conclusión final, responde que fue que de acuerdo a los hechos
acontecidos, fue una exposición del trabajador a la línea de fuego, el Sr.
Becerra, de la empresa SIEMENS S.A., por lo que recuerda, el jefe de área.
Entrevistaron a diez personas, tanto personal como escrita.
Recuerda que por Andina se interrogó a Barros, Díaz, Salazar;
Villarroel y López por SIEMENS S.A. Explica que exponerse a la línea de
fuego significa cuando una persona se ubica en un sector donde puede
ocurrir un riesgo. En este caso, la exposición al riesgo consistió en que el
equipo nunca estuvo desenergizado. El reglamento interno dice que
cualquier persona que trabaje no debe tener energía. El procedimiento de
trabajo fue desarrollado por SIEMENS S.A., y la masifican al resto de la
gente; sabe que el Sr. Becerra intervino, firmado por él. Vio esa
documentación. Tiene conocimiento que ellos suben a la cinta transportada
para poder posicionarla nuevamente porque se estaba desalineando: uno
con pinocho o chuzo de fierro de un metro y otro con perfil y hacer palanca y
lograr el objetivo; por las declaraciones, uno de ellos fue precisamente el Sr.
Becerra. Comenta que en condiciones normales, un supervisor no debiera
hacer eso.
Explica que la labor que estaba haciendo era el cambio de cinta en
correa 7 en 380 metros: el trabajador debe ir siempre hacia atrás de la cinta,
nunca adelante, por el riesgo precisamente de lo que pasó. En el extremo de
la cinta está una placa de tiro, lo que permite el desplazamiento de la correa
Añade que después de la revisión de la placa de tiro, según el manual que
tenía, estaba mal instalada: las piezas estaban puestas al revés, por lo que
no iban hacer la presión necesaria. Los pernos eran los que estaban

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haciendo la fuerza lo que terminó rasgándose. Lo correcto que debía
haberse realizado en vez de exponerse a la línea de fuego, era detener y
destensar e ir donde se producía la traba, que a la postre fue en el sector de
la pasarela. Calcula que entre la pasada y el accidente hay unos 20 metros,
de modo que era posible poder destrabar, siempre que se hubiera dado
cuenta. En la estocada 10 la iluminación es normal, fluorescente.
Aclara que la placa de tiro no era hechiza, con memoria de cálculo.
La “RT” se hizo antes de iniciarse el trabajo, firmado por las personas que
participaron en el trabajo. El Sr. Becerra es el encargado de revisar el paso
a paso. Afirma que se realizó la charla de seguridad, estando dos
supervisores, entre ellos el Sr. Becerra.
Preguntado por el apoderado de SIEMENS S.A. precisa que la placa
de tiro fue puesta por trabajadores de esta última, no recuerda si hubo una
visación de la instalación, no viendo la comisión esa parte. Eso no lo
indagaron ya que vieron solo lo relacionado con el accidente. La causa base
es la exposición en la línea de fuego. Que las barreras que están al borde de
la cinta son de un metro veinte, pero cuando se hizo el trabajo, no estaban
presentes en ese tramo. Reitera que el rol del Sr. Becerra era el jefe de
área, de modo que no podía ejecutar.
Contraexaminado por la parte demandante, señala que no tuvieron a
la vista el informe del SERNAGEOMIN y el mismo no lo ha visto. Supo
después del reporte de la Inspección del Trabajo, en donde se pedía de
sectores en que debía mejorar la luminosidad. Afirma que mejoró este
aspecto, la limpieza del área, por lo que recuerda.
El huinche es de propiedad de Codelco, no se le hizo modificación,
pero sí el sistema de comando, para evitar la sobretensión; desconoce si
hubo una instalación de una alarma sonora. Había tres cuadrillas el día del
accidente; no sabe los nombres. El supervisor en general es uno,
desconociendo si había uno en cada cuadrilla. Por otro lado, indica que si
está destensada la piola no hay riesgo, aclarando que la cinta estaba
desenergizada desde un principio. La línea de fuego siempre existe, pero se
elimina el riesgo. No sabe el momento en que se instaló la placa de tiro.
Consultado por el Sr. Carlos Barros, responde que es mantenedor
mecánico, y según su declaración, estaba en el accidente, trabajando en
Codelco hasta la actualidad. Dentro de la investigación, no se halló el brazo.
La correa paralela estaba funcionando.
NOVENO: Versión dada por el demandante, don Juan Becerra Zúñiga.
Que fue aportación instrumental de la parte demandante la declaración de 19 de
agosto de 2015 el propio afectado Juan Becerra Zúñiga ante el SERNAGEOMIN,
quien luego de entrevista por videoconferencia con personeros de Andina, va hacia la
estocada 11 a apoyar la gestión del jefe de turno Mario Sánchez, y luego de conversar
con él se dirige hacia el cabezal de la correa A 7, esperando que detuvieran la línea SAG

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para realizar el bloqueo de caja móvil, realizando también bloqueos el personal de 3.200
y en estocada 9. Que al regresar de almuerzo, Sánchez, Villarroel y Norambuena se
preocuparon de dejar la piola centrada para el ingreso de la correa entre la estocada 9
hacia el sector 3.200; que estando la piola arriba enganchan la placa de tiro, siguiendo el
desarrollo del trabajo, apreciando que se detiene las maniobras tres veces consecutivas
para ir viendo el centrado de la cinta con la piola destensada. Al detenerse por tercera
vez, le pidió apoyó a Sánchez, Villarroel y Norambuena para centrar la cinta una vez que
comenzara a ingresar. Acota que se detiene por cuarta vez, pidiéndole a Villarroel que
cambie dos pivotes; en el intertanto, Norambuena se sube a verificar la piola que quedó
enredada en los polines. Así, decide subirse para verificar el centramiento de la cinta la
cual se encontraba detenida con su piola destensada, pidiéndole a Norambuena que se
baje para avisar al operador de huinche que no pusiera el equipo en funcionamiento.
Finaliza diciendo que mientras se encontraba llamando a Pablo López por el canal 7, por
algún motivo, el huinche entra en funcionamiento.
Llamado a la presencia judicial, el actor se posicionó en estrados, cuyo
desarrollo es del siguiente tenor:
Preguntado por el apoderado de SIEMENS S.A. señala que el 7 de abril concurrió
como de costumbre, a sus faenas, llegando a las instalaciones de SIEMENS S.A. diez
para las siete, y luego de revisar los correos, sostuvo una reunión, a eso de las 8 de la
mañana con la empresa mandante CODELCO DIVISIÓN ANDINA, donde se define en
última instancia las actividades de ese día, advirtiendo que estaba retrasada la entrega de
equipos por no cumplimiento de producción. Ellos iban a laborar sobre la línea SAG, que
constituye un transporte de mineral de mayor capacidad, en que confluyen diversas
correas, incluida la que tuvieron que intervenir, haciendo el cambio de tramo de 380
metros en la correa A 7. Realizadas las charlas de seguridad y actividades, el conductor
los traslada a las diversas posturas, habiendo ese día 5 actividades relacionadas con la
línea SAG.
Mientras los operadores de la empresa CONTITECH estaban realizando las tareas
vinculadas, ellos también ejecutaron labores pendientes, ubicándose en tres puntos: el “A”
donde se entrega y retira cinta; el “B”, el huinche, donde se produce el ingreso de la cinta,
y el “C”, que corresponde el ingreso de la cinta nueva y el personal que labora en ello, es
decir, los que hacen avanzar.
Precisa que para poder intervenir la correa A 7, debe haber un bloqueo master,
que es de energía eléctrica, el cual es ejecutado por el jefe de área, quien este caso es él.
Postula que cada trabajador ubicado en los puntos citados, debe contar con la
documentación respectiva en relación a la actividad asignada y análisis de riesgo de
trabajo, realizando a su turno, el bloqueo de “la caja móvil”.
Aclara que durante la mañana, se realizaron los trabajos transversales, junto con
el Sr. Sánchez en orden a verificar que cada postura estuviera en condiciones de laborar,
para que en la tarde realizar el cambio de tramo propiamente tal, y ello de acuerdo a la
carta Gantt, considerando eso sí, las tres horas de retraso que había. Señala que de
regreso de almuerzo, la prevencionista doña Claudia Chávez realizó la revisión de la

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documentación en las posturas, yéndose por pasillo junto con don Ronny Norambuena,
don John Villarroel, y a una persona que requirió al jefe de la actividad don Claudio
Guerra, para que pudieran echar la piola los polines una vez que se produce el retiro de la
cinta vieja, cosa que únicamente se puede hacer de manera manual.
Explica que advirtió que había problemas con la placa de tiro porque la cinta no
podía pasar. Se hallaban ahí tres personas, dos de SIEMENS S.A. y uno de la
CODELCO, precisamente el Sr. Carlos Díaz. Asegura que en ese momento desconocían
que la placa de tiro había sido desinstalada en el sector superior del 3.200, la cual había
sido en principio puesta el día 31 de marzo de 2015, teniendo la documentación que da
cuenta de ello, por personal de SIEMENS S.A. indicando que ésta no calzó según los
planos. Explica que en la refacción de la placa de tiro, el Sr. Díaz le pide al Sr. Quiroz,
este último de SIEMENS S.A. utilice ciertos implementos.
Preguntado por la documentación que dispone de la actividad del 31 de marzo,
indica que le fue enviada por su jefe de turno, don Mario Sánchez, con copia a personeros
de CODELCO, como el Sr. Díaz y Sr. Barros, detectando que presentaba un defecto, ya
que el plano no coincidía con el trabajo ejecutado en terreno. Entiende que estaba bien
instalada, pero sin la funcionalidad que se requería. Aclara que tanto el Sr. Villarroel como
el Sr. Nrambuena no habían participado en otros cambios de correa A 7.
Explica que cuando iban a realizar el cambio de tramo, le acompañan el Sr. Barros
y un señor de CODELCO nuevo, con quienes ve el ingreso de la correa, detrás de la
placa de tiro: que durante todo el ingreso, la correa tuvo tres detenciones, para ver el
estado de la cinta hacia atrás, todo ello para los efectos de tener una buena instalación, o
bien centrado. Aclara que el procedimiento dice que si una correa se va descentrando,
deben revertir esa situación con listones de 2 por 2, y por detrás de la placa de tiro; luego,
la actividad se detuvo una cuarta vez a la altura de la pasarela de la estocada 10. Allí, le
solicita a Pablo López que detenga la maniobra en razón a que la correa venía
descentrada más atrás, yéndose hacia el cerro. Así al destensarse el huinche, le pide al
Sr. John Villarroel que cambie dos rodillos centradores de carga que estaban trabados
mucho más atrás del lugar donde estaba la pasarela.
De este modo, al estar destensado, se sube a la correa para ver cómo estaba el
estado cuando ésta pasa bajo la pasarela. En esos momentos, estaba el Sr. Sánchez a
quien le solicita la revisión de la piola, pidiéndole además al Sr. Norambuena que baje de
la correa ya que estaba con él haciendo la inspección. Luego procedió a extender su
mano para poder obtener señal radial para poder llamar a Pablo López y, de súbito,
despierta en Santiago, en la Mutual, sin su brazo derecho.
Reitera que la orden que dio a López, era para que se la diera al operador de
huinche con la finalidad de detener el equipo. Preguntado por “la desenergización” señala
que el equipo debe ser desconectado y eso ese hace por personal SIEMENS S.A.
supervisado por CODELCO. Luego, al haber paralizado el huinche y con la piola
destensada, el equipo no queda en operaciones, aunque siga energizado. Preguntado por
el Sr. Carlos Barros estuvo en ciertos tramos del cambio de la correa transportadora,
perdiendo contacto con él cuando se paralizó la faena por segunda vez. Asegura tener

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capacitación en cambio de correas, como asimismo experiencia en ello. Sabe que en su
caso, para poder conducir, necesita vehículo automático con dirección hidráulica. En
cuanto a la escritura, debe hacerlo ahora con la izquierda, no obstante ser diestro, de
modo que se está trabajando en ello en la mutual, teniendo dificultades de apoyo, por lo
que debe contar con una platina para sujetar la hoja. Antes de este suceso, nunca tuvo un
accidente.
Consultado por el apoderado de CODELCO DIVISIÓN ANDINA, sostiene ser
ingeniero mecánico en mantenimiento industrial, trabajando antes en las fuerzas armadas
(marina). Atendida la dinámica de los servicios, ocupó dos funciones: jefe de área para los
efectos de tratar asuntos directamente con el cliente y jefe de turno y mantención,
respecto de los trabajadores de SIEMENS S.A. habida consideración que esta última no
había hecho la contratación de esta función.
Para la actividad en cuestión, se necesitaban dos, siendo uno de ellos él y el otro
el Sr. Sánchez. Asegura que los trabajos relacionados con la nueva instalación de la placa
de tiro no era él quien debía supervisar, sino que el Sr. Claudio Guerra, el cual era el líder
de la actividad. Luego, por medio del Sr. Díaz y el Sr. Quiroz se enteró que la placa
estaba lista, de modo que estaban ya las condiciones de seguir con la maniobra, cosa que
cuestiona respecto del primero, ya que este señor solo debía estar haciendo funciones
relacionado con el mantenimiento de los carretes, asegurando que según declaración que
este último dio en CODELCO intervino directamente en el cambio de la placa de tiro, y
que el personal SIEMENS S.A. ayudó sujetando las placas.
Precisa que no tiene participación directa de la confección del plano de instalación
de placas; y en cuanto al procedimiento, asegura que lo firmó para tomar conocimiento,
mas no lo confeccionó. Preguntado por el momento en que se efectuó la entrega del lugar
de faena, señala que fue a eso de las 10 de la mañana, no pudiendo ingresar personal no
autorizado. No recuerda si él personalmente habló de los riesgos, pero que antes que
llegara a esa instancia, estaba el Sr. Sánchez, y él precisamente había comenzado con
las indicaciones, ya que, como dijo, estuvo en principio en reunión con el cliente.
Consultado derechamente si en su opinión se expuso a la línea de fuego por
subirse a la correa, responde que tal línea es cuando existe una “energía potencial”, sea
mecánica, eléctrica, etc.; que con el hecho de haberle solicitado a Pablo López la
detención del equipo en tres maniobras anteriores, el equipo no estaba en funcionamiento
mecánicamente, de modo que no existe una energía potencial, de modo que por eso se
subió y vio las condiciones en que estaba la correa. En conclusión, afirma que no se
expuso a la línea de fuego, por cuanto no había una energía potencial, y si se subió a la
correa a verificar y ejecutar la correcta posición fue porque tenía dos trabajadores nuevos
y como líder debía observar que no existiera riesgos para ninguno de sus operadores,
aunque reconoce que no manipuló la barretilla. Consultado por las razones del accidente,
indica que cuando se realizó la cuarta paralización, el Sr. Barros le dice al Sr. López que
se cambie a canal 4, y en momentos que estaban inspeccionando la correa por esta
cuarta vez y justo cuando se estaban bajando Sánchez y Norambuena, le dice que ponga
el huinche en funcionamiento, estando al absolvente en frecuencia radial 7.

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Reafirma que cuando se sube estando la maniobra detenida, lo hace de frente,
estando la pasarela de la placa de tiro a unos seis a ocho metros, cerca de la estocada
10. Finalmente, su descriptor de cargos señala que debe estar realizando actividades más
las coordinaciones que debe hacer con el cliente.
Preguntado por el Tribunal, reitera que no pasó por él la decisión de hacer
correcciones y de reinstalar la placa de tiro el día 7 de abril, reconociendo que había luz
en el lugar donde los arreglos se hacían. Que la decisión de ellos fue el Sr. Guerra con
personal de Andina y el trabajo propiamente tal lo hicieron el Sr. Díaz de CODELCO,
apoyado por el Sr. Quiroz de SIEMENS S.A. y otra persona más. Reconoce que los
señores Norambuena y Villarroel por primera vez realizaban este cambio de tramo en esta
clase de cinta, aunque explica que antes él había participado en cambio de unos 500
metros de longitud, pero de correa 5, que tiene mejores condiciones para trabajar, más luz
y menos agua. Defiende la idea de que al estar funcionando la correa 5 en esos
momentos, igual se genera riesgo de atrapamiento si se cae sobre ésta, cosa que advirtió
y solicitó que se paralizara tanto a CODELCO como a SIEMENS S.A. en reuniones de
planificación. Nunca el Sr. Barros le pidió que cambiara de canal.
Explica finalmente que el accidente en términos mecánicos se provocó por el
atrapamiento de la correa en la pasarela y al entrar el equipo en funcionamiento, que
dimanó necesariamente del lugar donde estaba el huinche.
DÉCIMO: Determinación del hecho y responsabilidad de la demandada
CODELCO DIVISIÓN ANDINA.
Que cabe tener presente que no obstante lo anchuroso del debate, las piezas
probatorias permiten arribar a la conclusión que estando el actor a cargo del
procedimiento laboral de cambio de tramo de cinta de correa transportadora A 7, de una
longitud de unos 380 metros, realizó maniobras tendientes a procurar el centramiento de
dicho artilugio, y en momentos que la faena estaba detenida a instancias de él, éstas
fueron nuevamente reanudadas por instrucción de personal de CODELCO DIVISIÓN
ANDINA, lo que gatilló finalmente en el desprendimiento de un elemento que siguiendo su
trayectoria impactó el cuerpo del Sr. Becerra, causándole la amputación traumática de su
brazo derecho.
Se desarrolló como línea argumental, el concurso culpable del actor, cosa que el
tribunal comparte. Sin embargo, en el devenir del aciago acontecimiento también estuvo
involucrada la responsabilidad de la demandada CODELCO DIVISIÓN ANDINA, la que es
menester sancionar.
Solo para efectos prácticos, este juzgador quiere valerse de un cuadro doméstico
que de continuo ocurre en las familias chilenas: si se produce un desperfecto eléctrico,
incluso para algunos, el cambio de una ampolleta, lo normal o usual es que se tome el
resguardo de cortar el suministro desde su caja, para así trabajar con tranquilidad y sin
sobresaltos. Lógicamente que dicho obrar, que en términos apriorísticos puede resultar
riesgoso, éste se ve disipado si se toma la prevención antes apuntada. Sin embargo, el
cuadro de riesgo se levanta si por razones exógenas e independientes de la voluntad del
“reparador” alguien decide “subir el switch”, con las consabidas consecuencias.

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El anterior ejemplo surge de la mente de este adjudicador, a partir de las palabras
dadas por el testigo de SIEMENS S.A. don Javier Sotelo Fierro, el cual precisó que
cuando la cinta está detenida, existe riesgo que la placa se suelte; si está destensada la
piola, se imagina que no hay riesgo, porque no hay ninguna fuerza “que aplique”. Bajo
esas circunstancias, en su opinión no sería línea de fuego.
¿Qué se quiere decir con todo esto?
Veamos.
El testigo Pablo López Contreras indicó tanto en la indagación llevada a cabo por
el SERNAGEOMIN como en estrados (ratificando lo dicho en la investigación llevada a
cabo por SIEMENS S.A., de la cual NO se hizo cargo en su reporte) como preludio del
accidente que llegó don Carlos Barros, funcionario de Codelco Andina, que le comentó
acerca de la mala comunicación de radio en canal 7, habiendo mucha interferencia dado
que había otros usuarios. Le sugirió que cambiara a canal 4, cosa que también le
solicitaron a Carlos Díaz, también funcionario de Andina, que estaba en la 3.200.
Procuraron dar la misma idea al Sr. Becerra, y como no hubo respuesta, va Barros para
decirle personalmente que cambiara a canal 4. A continuación, recibe la instrucción de
éste último, o sea, de don Carlos Barros, quien le dijo “tira constante”, traspasando la
orden al operador de huinche, Danny Ortega. Luego, y preguntado por el tribunal, ratifica
su aserto diciendo que el Sr. Carlos Barros le dijo que tomara el canal 4, a pesar de no
ser supervisor directo. Comenta que si no se acataba a un personero de Andina, ellos
podían influir en el despido. También su instrucción fue de tirar el huinche, diciendo
“Pablo López, Pablo López, tira constante”.
En su declaración escrita se lee que llegó Carlos Barros con quien charlaron que la
comunicación era mala, el cual le habría dicho al declarante que se cambiara a canal 4.
Que se procuraron comunicar con Becerra para que procediera de esta forma, sin
resultados positivos. Ante ello, Barros les dice que no tiraran del huinche mientras se
trasladaba, para luego, por canal 4, Barros les indica que nuevamente tire, dando esa
instrucción a Ortega. Que pasó menos de un minuto, el huinche se remeció y su piola
llegó por debajo de los pies del operador por encima de la correa.
Por su parte, el también testigo don Osvaldo Olivares González declaró tanto en la
investigación del SERNAGEOMIN como en este contradictorio, que luego de estar un rato
parados, el Sr. Carlos Barros, de Andina, de dijo que cambiara de canal 7 a 4, por los
problemas de comunicación, comentando que prácticamente otros puntos de la mina
estaban ingresando por canal 7. A continuación, el Sr. Barros le pidió que cambiara la
piola del huinche hacia el lado del cerro, estando las faenas detenidas. Eso antes de
pedirle a Pablo que cambiara de frecuencia. Le informaron a Díaz el cambio de frecuencia
quien acusó recibo; luego al no haber respuesta con la punta de la correa, fue el Sr.
Barros caminando para avisar y que esperaran; al cabo de unos seis minutos, este mismo
Sr. Barros les dio la instrucción de tirar, diciendo “tensar correa”, y en esos momentos, allí
la piola se cortó. Que personalmente escuchó la instrucción de reanudar la labor por parte
del Sr. Barros. No lo escuchó de otras personas, comentando que dicha instrucción de

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reanudar las faenas fue dada a Pablo López, por radio, estando él al lado, siendo
entregada por el Sr. Barros.
Sin invertir una extremada agudeza dialéctica, se aprecia que ambos testigos son
contestes en el hecho y que su versión ha sido sostenida invariablemente en el tiempo, de
modo que al ser deponentes presenciales de la instrucción impartida por don Carlos
Barros, lleva inexorablemente a concluir que la recibieron de parte de un funcionario de
CODELCO DIVISIÓN ANDINA.
Se podrá levantar como contrapunto a dicha conclusión, que el testigo Molina Díaz
y Rojas Olivas afirmaron que el Sr. Barros no dio la mentada instrucción. Sin embargo,
esas aseveraciones resultan insuficientes, por cuanto estos deponentes dan cuenta de
ello precisamente no por vía directa, sino que derivada. En efecto, Molina Díaz indicó que
personal de Andina, una vez que entrega el lugar de la faena, establece un sistema de
vigilancia y apoyo logístico a la maniobra mediante dos equipos, esto es, el carro
enrollador y desenrollador y el huiche de tiro son de propiedad de la División, teniendo el
monitoreo de la operación en caso en que deba intervenir en los equipos. Esta
supervisión recae, en el momento del accidente, en Carlos Barros y Carlos Díaz, ambos
mantenedores mecánicos en la planta concentradora, y había un tercero, cuyo nombre no
recuerda, que estaba en aprendizaje, y que estaba “bajo tutoría” de Carlos Barros, y que
de acuerdo a las declaraciones escritas y en los audios que disponen, el Sr. Barros no dio
instrucciones al personal de SIEMENS S.A. Revelador además resulta que preguntado
sobre el particular, el testigo afirmó en juicio que el Sr. Barros puede dar instrucciones,
pero no debe.
Por lo demás, considerando que según los dichos del absolvente de CODELCO
DIVISIÓN ANDINA y del testigo presentado por esta parte, don Claudio Adasme, el Sr.
Barros sigue siendo funcionario de la compañía. Dimana, entonces, naturalmente la
siguiente pregunta: considerando que la defensa de esta demandada llega en ocasiones a
ser generosa en exceso (ora en alegaciones, ora en pruebas) ¿por qué no lo ofreció como
testigo para los efectos de desacreditar los dichos de los deponentes Pablo López y
Osvaldo Olivares? Por lo demás, ¿por qué no se acompañó la declaración escrita (o de
audio) del Sr. Barros ante la comisión de investigación dispuesta por la División?
Sumado a lo anterior, el informe de SIEMENS S.A. indica que, dentro de los
sucesos ocurridos a las 15.45 horas, que se da la instrucción por el Sr. Becerra para
continuar la tarea de alineamiento de cable, y se da (sin precisar quién lo hizo) la
instrucción de “continuar con maniobras de tiro por medio de frecuencia 4”. De este modo,
considerando la mala comunicación reinante en el lugar (cuestión ya pacífica a esta
altura) y que los testigos de cargos son contestes en decir que fue a instancias del Sr.
Barros que se cambiaran de canal 7 al 4, y que éste asumió la conducta de ir avisarle al
Sr. Becerra de esta circunstancia, es dable concluir que la reanudación de faenas SE DIO
POR CANAL 4 y en ello no pudo intervenir el actor, como quiera que nunca fue avisado
de la mutación de la frecuencia, quedando de esta forma establecido que la explicación
de los deponentes López y Olivares tienen consistencia y verosimilitud.

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Frente a tal grado de convicción, en caso alguno se satisfizo probatoriamente la
afirmación expuesta por CODELCO DIVISIÓN ANDINA consiste en que el demandante le
habría solicitado a Ronny Norambuena que reiniciara el jalado de la cinta mediante
señales de lámpara minera. Y ello es así por cuanto el propio Sr. Norambuena no vino
(estando ofrecido como testigo) a declarar en el contradictorio para los fines de ratificar
su declaración prestada en la indagatoria llevada a cabo por SIEMENS S.A., en donde
habría dado esa información. Por lo demás, tampoco es comprobable tal aserto, como
quiera que el diagrama de sucesos establecidos en la investigación de SIEMENS S.A. (tal
como se dijo) se concluyó que “que se da la instrucción de comenzar la maniobra de tiro
a través de la frecuencia 4”, descartándose de esa forma cualquier reanudación de faena
a instancias de movimientos con señales de lámparas mineras.
Lo interesante también es precisar que en la investigación del SERNAGEOMIN
nada se dijo sobre el particular, y ello tiene importancia ya que de ser cierto lo que señaló
el Sr. Norambuena (que como se dijo no concurrió al juicio oral estando ofrecido) sería
una causa contribuyente del siniestro. Bajo esta misma argumentación, ha de descartarse
la precisión fáctica de la fiscalizadora de la Inspección del Trabajo, por cuanto, apoyado
por la misma declaración del Sr. Norambuena, estableció que las maniobras fueron
reanudadas en la forma que éste indico, cosa que resulta, por una parte, desconocida por
el tribunal, y por la otra, por el hecho que esa conclusión ontológica la establece la
fiscalizadora sin tener otro correlato probatorio que la ratifique, ya que ni Villarroel ni
Sánchez, que eran los otros operarios que estaban en el lugar, dieron cuenta de estas
“señales”.
Si lo anterior no fuere suficiente, si se compara la declaración que el Sr.
Norambuena dio en la investigación de SIEMENES S.A. con la vertida en la indagación
de la SEREMI de Salud, en ningún momento se refiere a las señales de luz que habría
dado el Sr. Becerra, indicando, lacónicamente, que el actor le dio la orden de bajarse y
esperar a Carlos Barros; que se bajó y caminó hacia una silueta suponiendo que era este
último, momento en que siente un golpe, tirándole al piso donde había agua. Que al
pararse, había mucho polvo en el ambiente, pudiendo ver apenas a Barros sin casco ni
lente acusando un golpe en la cabeza.
Este cúmulo de antecedentes, hace precipitar estrepitosamente la secuencia de
los hechos expuestos por el informe de CODELCO DIVISIÓN ANDINA, el cual detalló,
que siendo las 16.59 horas “una vez centrada la correa Sr. Juan Becerra solicita a Ronny
Norambuena que reinicie jalado de la cinta mediante señales con lámpara minera”.
Ciertamente se podría compartir con el apoderado de la estatal que los factores
denunciados por el SERNAGEOMIN podrían estimarse como no determinantes en el
acaecimiento de los hechos que lastimosamente causaron el agravio al Sr. Becerra.
Empero, este letrado no puede olvidar la regla básica definida por el codificador
decimonono en orden a que si alguien pretende defender una afirmación, que en materia
de responsabilidad contractual implica una verdadera causal de exención de
responsabilidad (o si se quiere decir, de inimputabilidad), DEBE PROBARLO, lo que en

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este caso se traduce en que la reactivación de faenas fue necesariamente causada por el
actor.
Así las cosas, tomando en consideración la gradualidad alta de la culpa en el caso
del artículo 184 del Código del Trabajo, la compañía minera no puede soslayar el obrar
de uno de sus dependientes, lo que a postre se alza como causal necesaria del accidente
de marras.
UNDÉCIMO: Determinación del hecho y responsabilidad de la demandada
SIEMENES S.A.
Que sobre esta exégesis, es oportuno consignar que, siguiendo la doctrina
sentada por el máximo tribunal del país (Sentencia Excma. Corte Suprema de fecha 20
de enero de 2003):
“(…) el artículo 184 del Código del Trabajo establece como deber general
de todo empleador el de proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores,
obligación legal que hace exigible de aquél el emplear la debida diligencia y cuidado
en la dirección de la empresa, obra o faena, previniendo adecuadamente los riesgos
consiguientes a la ejecución del trabajo. Introduce esta norma como obligación
esencial del contrato de trabajo, en lo que atañe a las cargas del empleador, el
deber de dar seguridad efectiva a sus trabajadores, en términos de impedir que se
dañe su vida o salud. Con estas medidas de seguridad no se está protegiendo
valores de índole patrimonial, sino ulteriores, por lo que la ocurrencia de un
accidente del trabajo o enfermedad profesional, pone de manifiesto un fracaso de
las medidas que ha debido adoptar el empleador para proteger ambos bienes: o no
se han adoptado las medidas necesarias, o las que se han puesto en ejecución no
han sido eficaces”
Por otro lado, siendo de fuente contractual la obligación esgrimida, su infracción
decanta en una presunción de culpa por parte del infractor. Luego, interpretando
sistémicamente las disposiciones contenidas en los artículos 2º, 5º, 7º y 184 del Código
del Trabajo y 44 y 1547 del Código de Bello, se concluye que no habiendo un plano de
igualdad entre las partes de un contrato de trabajo, el ordenamiento jurídico ha provisto
de todo un sistema de protección para la parte más débil, esto es, el trabajador. Así, en el
caso de marras, el legislador (a través del artículo 184 del instituto ya citado) exige al
empleador una suma diligencia en el deber de cuidado, lo que en la especie deviene en
lo que se conoce como culpa levísima, justificando además tal aserto en la expresión
“eficazmente” que ocupa la ley en la aludida disposición, por cuanto, según Sentencia
Excma. Corte Suprema de 29 de junio de 2005:
“(…) no solo está apuntando a las medidas que el empleador debe adoptar,
sino que fundamentalmente debe entendérsela referida a la magnitud de la
responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar cumplimiento a su
deber de prevención”.
La estimación de la culpa es alta, como quiera que en palabras del fundador de
esta propia empresa (expuestas en su informe):
“la prevención de accidentes no debe ser considerada como una cuestión
de legislación, sino como un deber ante los seres humanos, y como una razón de
sentido económico”

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De la misma forma como se inició el motivo anterior, demos otro ejemplo: desde la
perspectiva de la imputación objetiva, cualquier riesgo que resulte tolerado por el
legislador, como lo es, por ejemplo, la conducción de un vehículo motorizado que
atendida su complejidad puede causar resultados lesivos, implica que la persecución de
responsabilidad solo se dará en la medida que ese margen de tolerancia sea traspasado,
como lo sería, si ese conductor infringe disposiciones reglamentarias del tránsito, o, en
clave penal, si en su desempeño lo ejecuta en estado de ebriedad.
Llevando esto a lo que se quiere analizar en este basamento, resultó llamativo
que esta entidad hace converger todos los sucesos en lo que califica “obrar
inexcusablemente negligente” del Sr. Becerra.
Sin embargo, conspiran en contra de esta aseveración ciertas cuestiones en las
que no pudo hacerse cargo la defensa letrada de este justiciable.
De este modo, tomando en consideración el aciago devenir, ha de precisarse que
la responsabilidad de SIEMENS S.A. arranca fundamentalmente de la incompleta
prolijidad en la revisión de sus procesos internos de trabajo (tanto en la instalación de la
placa de tiro, como del procedimiento de cambio de tramo de cinta de correa), como
asimismo no dotar necesariamente con el personal requerido e idóneo para hacer
ejecutar las labores que por su envergadura lo requerían.
Vamos por parte.
Resultó fundamental el hecho que en jornadas previas al accidente, hubo una
instalación de una placa de tiro, artilugio de relevancia esencial para la ejecución del
cambio de cinta, aspecto en que lamentablemente los apoderados hicieron profusas y
difusas preguntas técnicas, sin visualizar que el tema pasaba por un aspecto más simple
y de fácil aprehensión. Si bien este artefacto fue objeto de diseño por parte de la empresa
SIEMENS S.A. (según plano que fue incorporado en la audiencia de juicio, mas no
explicado por la parte que lo presentó) se denunció que su instalación fue defectuosa.
Así las cosas, don Osvaldo Olivares (testigo de la parte demandante) dijo que
supo que la placa fue mal instalada, sobre los enrolladores, de modo que tuvieron de
desinstalarla, armándola de nuevo, cambiándole los pernos. La primera instalación
intervino don Claudio Guerra, Marcos Veas y él, todos ellos de SIEMENS S.A.; en la
nueva fijación fue con pernos más largos. En esa instalación fue con instrucción del Sr.
Sánchez, no interviniendo el Sr. Becerra. En el arreglo de la placa estaban los señores
Díaz y Quiroz, de Andina y SIEMENS S.A.; que relacionado a la placa de tiro, existe un
plan de ingeniería que lo hizo esta última empresa, interviniendo un ingeniero calculista,
no siendo una placa hechiza. El hecho que haya sido mal instalada influye, en su
concepto, a que la cinta se puede trabar, y en ese día del accidente se trabó en varias
ocasiones.
Don Mario Sánchez (también testigo de la parte demandante) explica que la placa
de tiro, es como una hebilla que toma un cinturón: la primera vez fue instalada por él,
Olivares y por otro más que no recuerda quien, no sabe cuándo fue, mandándole unos
respaldos al actor; que al parecer fue nuevamente instalada, ya que había problemas en

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el decurso de la correa. Opinó que la primera vez que fue instalada, fue bien realizada,
aunque reconoce que no vio los planos de instalación.
Por su parte, don Esteban Molina (deponente de CODELCO DIVISIÓN ANDINA)
sostuvo que la comisión llegó a la convicción que producto de un mal armado de la placa
de tiro que tenía tomada la correa, termina desprendiéndose y producto de la tensión de
la piola, sale ésta expulsada en dirección de la tensión la que terminó en la lesión. Explica
que la placa de tiro es una pieza metálica compuesta de dos partes, que está destinada a
morder una superficie la correa para poder tirarla mediante una piola, o sea, para que se
pueda mover. La placa de tiro no es un conjunto mecánico de piezas rectas que tienen un
cierto radio de curvatura, en que sus piezas fueron, en el caso concreto, puestas en
forma invertida, por lo que no se generó esta mordaza en forma homogénea, de modo
que no se aseguró que la capacidad de tiro iba a soportar; que esa placa es con un
procedimiento de ingeniería asociado, mediante un plano entregado por esta misma
empresa, con su correcto ensamble. Contiene el diseño de la placa. En cuanto al
responsable de la instalación de la placa de tiro es de SIEMENS S.A., la que de acuerdo
al plano, por sí solo, es un instructivo, y en razón de él estaba mal instalada.
El testigo de la División, don Manuel Rojas, explica que la placa de tiro tiene una
forma para que se quede asentada la correa, no quedando aquélla con el ángulo
correcto, de modo que los pernos nunca aprietan la correa. Señala que participó en la
instalación de la placa, personal de SIEMENS S.A. porque es parte de la ejecución del
trabajo; que fue diseñada por esta empresa calculada para la capacidad de tiro,
comentando que es la que une el cable por la correa. Si está mal instalada tiene menos
capacidad de resistencia, porque la que hace la presión es la placa, cumpliendo las
bases de una hebilla, de modo que al quedar mal apernada, no se produce el agarre
deseado, quedando afirmado solo por los pernos y he allí donde se rasga la correa.
Ejemplifica con el rompimiento de una hoja de papel: si se ejerce presión en sus
costados, no se va romper, pero si se ejerce presión al medio, el papel cede y así se
rasga.
El también testigo de la minera don Claudio Adasme dijo que después de la
revisión de la placa de tiro, según el manual que tenía, estaba mal instalada: las piezas
estaban puestas al revés, por lo que no iban hacer la presión necesaria. Los pernos eran
los que estaban haciendo la fuerza lo que terminó rasgándose.
Por su parte, el personero de SIEMENS S.A. don Héctor Andrade, declaró a la
sazón, que cuando se hace la instalación de la placa de tiro, sabe que lo hizo en primera
instancia el Sr. Mario Sánchez, sabiendo el problema que se tuvo que desarmar. El
nuevo armado lo hizo personal de SIEMENS S.A. desconociendo quiénes en específico
lo hicieron. No había un registro de capacitación relacionado con la instalación de la placa
de tiro; solo el plano y la difusión.
Finalmente el actor Sr. Becerra advirtió que había problemas con la placa de tiro
porque la cinta no podía pasar. Se hallaban ahí tres personas, dos de SIEMENS S.A. y
uno de la CODELCO, precisamente el Sr. Carlos Díaz. Asegura que en ese momento
desconocían que la placa de tiro había sido desinstalada en el sector superior del 3.200,

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la cual había sido en principio puesta el día 31 de marzo de 2015, teniendo la
documentación que da cuenta de ello, por personal de SIEMENS S.A. indicando que ésta
no calzó según los planos. Explica que en la refacción de la placa de tiro, el Sr. Díaz le
pide al Sr. Quiroz, este último de SIEMENS S.A. utilice ciertos implementos. Preguntado
por la documentación que dispone de la actividad del 31 de marzo, indica que le fue
enviada por su jefe de turno, don Mario Sánchez, con copia a personeros de CODELCO,
como el Sr. Díaz y Sr. Barros, detectando que presentaba un defecto, ya que el plano no
coincidía con el trabajo ejecutado en terreno. Entiende que estaba bien instalada, pero
sin la funcionalidad que se requería.
El SERNAGEOMIN, aunque afirmó que la placa de tiro era hechiza, fustigó el
hecho de su mala mantención, máxime que no tenía la forma apropiada para amordazar
la correa transportadora.
La ACHS a través de su informe técnico, refiere que no se contaba con
procedimiento de trabajo seguro específico para la instalación de placas de tiro durante
los cambios de cinta transportadora.
La propia codemandada COLDECO DIVISIÓN ANDINA, reconoce en su informe
del accidente, y dentro de las conclusiones, que “La prensa de tiro fue mal instalada lo
cual provoca que esta dañe la correa en el sector de montaje, generando que la cinta
ceda y por ende la prensa se desprenda de ésta violentamente bajo tensión”
Finalmente, en su informe, SIEMENS S.A. reconoce en el análisis de “los ¿por
qué? y bajo el epígrafe “instalación de placa de tiro al revés de su posición de montaje”,
que la comisión reconoce como cuestiones posibles que “el personal no conoce la forma
correcta de instalación de la placa de tiro de acuerdo a su posición de montaje”.
Así miradas las cosas, sin necesidad de hacer un ingente esfuerzo intelectual, ha
de concluirse que la placa de tiro, implemento de suma relevancia para el trabajo de
cambio de tramo de cinta mandatado, presentaba deficiencias, cuyo responsable final,
tanto en la elaboración, planificación y ejecución, era precisamente SIEMENS S.A. como
quiera que de acuerdo al contrato Nº 4600011505 de 2 de mayo de 2015 que le unía
con la cuprífera, es aquella responsable del “Servicio Mantención Integral Plantas,
División Andina”. De este modo, la empresa, a través de los dependientes y supervisores,
debió haber evaluado, ya al 31 de marzo de 2015, que la placa de tiro tenía un
desperfecto importante que tornaba inviable su funcionalidad. Luego, tomando en
consideración de la dinámica de los hechos ocurridos el 7 de abril de 2015, teniendo
presente la envergadura de la gestión de cambio de tramo de cinta de 380 metros que
afectaría el traslado de una empresa que forma parte de la GRAN MINERÍA DEL
COBRE, obliga, de acuerdo a la ponderación “levísima” del deber de diligencia, que el
actuar de sus agentes fuera acorde con lo requerido, sobre todo verificar a través de los
profesionales pertinentes, comprobar la correcta posición y operatividad, ora en la
primera vez que se instaló, ora en la corrección que se hizo el día del accidente.
De este modo, la generación del riesgo por negligencia, hace traspasar el umbral
tolerado por el legislador, de suerte tal que es menester que se le acometa el reproche
formulado.

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Sin embargo, esto no queda aquí. Se precisó además la falta de experiencia e
idoneidad del personal que ejecutó las labores en la jornada catastrófica para el actor.
Dentro del análisis de “los ¿por qué?” llevado a cabo por el informe de CODELCO
DIVISIÓN ANDINA, la comisión explica como razones probables de lo acontecido las
16.00 horas es que ingresa la nueva cinta sobre las estaciones de polines en forma
descentrada, las siguientes: por falta de preparativos que ayudarán al centrado de la cinta
nueva; no se visualiza la envergadura del cambio de tramo (380 metros); es la primera
vez que se realiza cambio de tramo de 380 metros, y por la falta de experiencia del
personal involucrado “en labores de alta complejidad y especificidad”. Luego, dentro del
cuadro EVITA, la División contempla entre las defensas ausentes / fallidas, la falta de
experiencia y entrenamiento del personal involucrado. Reconoce la comisión como
hallazgos que el personal SIEMENS S.A. presentaba poca experiencia en este tipo de
trabajos, de modo que es necesario evaluar el nivel de competencias en labores de alta
complejidad y especificidad.
Curioso es la que la investigación llevada por SIEMENS S.A. no contemple
mención alguna sobre el particular, y que la empresa principal SÍ lo haya advertido.
Don Pablo López (testigo de la parte demandante) comenta que se desempeñaba
como conductor de vehículo. Su labor era transportar toda la gente en los distintos puntos
y que le piden que sea apoyo “radial” del operador del huinche dado que se estaba
haciendo un cambio de tramo. Sin perjuicio de reconocer este deponente la
polifuncionalidad, ¿cómo es posible que quien cumple labor de conductor sea el enlace
entre el encargado de la maniobra y el operador de huinche? Por lo demás, este
deponente denuncia que cuando comenzaron la jornada, no había prevencionista, siendo
los supervisores quienes hicieron las charlas de seguridad, cosa también mencionó don
Osvaldo Olivares.
Por su parte, don Mario Sánchez (también deponente del actor) afirma Villarroel y
Norambuena al igual que él no tenían experiencia en esta clase de correas 7, por eso
hicieron labores no complicadas, justificando que trabajó directamente el Sr. Becerra en
la faena solo por capacidad de personal, es decir, no se daba dotación suficiente y por
eso él tenía que hacer esa labor. Reiteró que no tenía experiencia en esa cinta. Que en
su concepto, es relevante la experiencia, dada la consistencia que presentan, por el peso,
el ancho y las condiciones, ya que en correa 7 hay menos espacio para trabajar.
Llama la atención la respuesta dada por el testigo don Esteban Molina en cuanto a
que el motivo de la indagación fue la ocurrencia del accidente, dando su parecer respecto
de la mala instalación original de la placa de tiro, pero abstrayéndose totalmente acerca
de la cualificación del personal de SIEMENS S.A. cosa que sí aparece reflejado en el
reporte dado por la comisión que precisamente éste integró.
Curiosas fueron las respuestas dadas por el absolvente de SIEMENS S.A. sobre
el particular: detalles acerca de la capacitación de los Sres. Villarroel y Norambuena no
los tenía y que solo a través de la audiencia de juicio se ha enterado acerca de la
experiencia que estos tenían en estas funciones; que había alguien apoyando con el
huinche y además de eso era el conductor, “por lo que se ha dicho en esta audiencia”, de

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modo que no lo sabía antes; que había prevencionista, una dama en las primeras etapas,
mas las charlas las dio ese día por el Sr. Becerra y su segundo, don Mario Sánchez, no
participando esa profesional en ellas.
Como corolario de todo esto, el actor en la confesional provocada aseguró que
tanto el Sr. Villarroel como el Sr. Norambuena no habían participado en otros cambios de
correa A 7. Por otro lado, explicando sus funcionalidades, indicó ser jefe de área para los
efectos de tratar asuntos directamente con el cliente y jefe de turno y mantención,
respecto de los trabajadores de SIEMENS S.A. habida consideración que esta última no
había hecho la contratación de esta función, y si se subió a la correa a verificar y ejecutar
la correcta posición, fue porque tenía dos trabajadores nuevos y como líder debía
observar que no existiera riesgos para ninguno de sus operadores.
Con todo, habiéndose arribado a la conclusión unívoca de las fallas en la
instalación de la placa de tiro, cuyo resorte era del personal de SIEMENS S.A. con cuánta
razón se puede esperar (y explicar) que constituye un aspecto que necesariamente debe
corregir esta empresa, en tanto debe contar con personal idóneo para la realización de
faenas.
¿No estamos en faenas complejas de la “gran minería del cobre”, de cual
depende la mayor parte del PIB nacional? La respuesta a esta pregunta retórica lleva a
reflexionar que la no provisión de personal experto redundó o gatilló (como la bola blanca
de pool sobre la bola numerada) en que el Sr. Becerra tomara las decisiones que
precisamente la empresa cataloga de “negligencia inexcusable”. Con todo, no solo se
debió nutrir de personal experto, sino que además debió suministrarse de un superior
jerárquico al Sr. Becerra, el cual si bien lideraba la faena, necesitaba de una jefatura que
sirviera de garante de la correcta ejecución del procedimiento y que a la vez cumpliera
funciones efectivamente preventivas de riesgos, tal como lo desarrolló el
SERNAGEOMIN en su reporte, al decir “que hubo liderazgo y supervisión inadecuados,
toda vez que la faena se ejecuta sin supervisión de alto rango en el área, vale decir, un
jefe superior al accidentado, ora de la empresa contratista, ora de la empresa mandante”.
Finalmente, hay un tercer aspecto no menor. Si bien es cierto ambas demandadas
defendieron la tesis que por ser un procedimiento de cambio de cinta de correa era de
elaboración del demandante, ha de recaer sobre él en forma completa la causa directa
del siniestro. Sin embargo, por mucho que haya sido éste su autor (cosa que incluso se
discutió) la empresa SIEMENS S.A. no puede deslindar su responsabilidad y hacer
recaer en el Sr. Becerra una faena que por entidad requiere de una revisión superior. Por
lo demás, dentro de los análisis de “los ¿por qué?” llevado a cabo por la comisión
investigadora de esta empresa, se determinó como dos razones probables de la subida
de dos trabajadores (incluyendo al actor) a la cinta para alinearla, las siguientes: “porque
la forma aceptada por la organización, pero no estandarizada por un procedimiento”, y
“porque el procedimiento no indica cómo se debe alinear la cinta”. Luego, como acciones
correctivas cita y sugiere esta misma comisión el deber de “actualizar INVEC sobre
preparativos y apoyo a pasada de la correa, cambio de cinta”, e “incluir maniobras de
alineamiento de cinta e instalación de placa de tiro”. A mayor extensión, el reporte del

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SERNAGEOMIN indicó como antecedente que el procedimiento de trabajo “cambio de
correa transportadora” no especifica la operación de instalación del sistema de tracción
en la correa transportadora, instruyendo dicho ente, como medida correctiva, que “la
empresa debe desarrollar y mantener el procedimiento en forma específica para eliminar
los riesgos propios de la actividad de instalación de correas transportadoras”.
O sea, si el procedimiento necesitaba de medidas correctivas, evidentemente
resulta comprometida la responsabilidad, como quiera que sobre ella se ciñe la alta
gradualidad de culpa que a estas alturas ya resulta pacífica ante la doctrina y
jurisprudencia nacional.
En colofón, tal como el ejemplo dado al inicio de este motivo, si el conductor de
vehículo motorizado (riesgo tolerado) se le sanciona cuando infringe reglamentos (riesgo
no tolerado), ha de concluirse que SIEMENS S.A. debe responder por los sucesos
acaecidos en la persona del Sr. Becerra, por cuanto la actividad riesgosa – tolerada
llevada por ésta (a través de sus dependientes) traspasó el umbral de permisibilidad al no
estructurar un sistema de trabajo y personal idóneo acorde a la alta exigibilidad que
requería la faena encomendada.
DUODÉCIMO: Conducta del demandante en el accidente.
¿Qué podemos decir acerca del obrar del actor en estos sucesos? Lo sostenido
por sus contradictores apunta fundamentalmente a la exposición al riesgo, precedida por
acciones negligentes.
El imperativo previsto por el legislador no es menor: en concepto de este
adjudicador, el nivel del deber es tan alto, que no solo debe cubrir al trabajador diligente,
sino que también al que torpemente está actuando, aplicando respecto de este último, las
medidas correctivas que incluso pueden precipitar el término de la relación laboral.
Es cierto que, como dice la profesora María Cristina Gajardo Harboe (en el texto
ya citado), el deber de seguridad también atañe a los trabajadores, pero en una
dimensión distinta a la del empleador: ellos son los que deben observar las conductas
que están a su alcance para evitar los infortunios labores que pueden ocurrir en el
desempeño de sus tareas, sea por el conocimiento que estos tengan de los riesgos
asociados que atañen a la actividad en específico, o por la simple dialéctica que emana
de las máximas de la experiencia.
Otro ejemplo: supongamos que quien redacta estas líneas es un retirado artista
circense de acrobacias y es contratado para la limpieza de vidrios en altura. Resultaría
demencial que el empleador aceptara mi negativa a usar los implementos de protección
para trabajos en altura, fundado en mi experiencia artística anterior.
Efectivamente el SERNAGEOMIN estableció como una causa directa la “omisión
de advertir riesgos al ejecutar la tarea. Colocarse en posición o postura peligrosa.
Posición indebida ante el movimiento inesperado del cable del huinche y la placa de tiro”.
También se precisó la “falta de conocimiento (por contar con un procedimiento
incompleto y no percatarse que el tiraje del huinche no es paralelo con respecto al eje de
tiro), y falta de habilidad para identificar riesgos. Dentro de indicadores labores que
incidieron en el cuadro, se hallan un liderazgo y supervisión inadecuados (…)”.

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El informe técnico de la ACHS indicó, entre las causas inmediatas del evento, el
hecho que el actor se posicionó o transitó por zona de riesgo operacional, comprendida
entre el huinche y la placa de tiro para tracción de correa, acusándolo de no seguir el
procedimiento operacional ni segregar el área de riesgo, comprendida entre el huinche y
la placa tiro y no asumir éste un rol operativo no correspondiente a su cargo y funciones.
Resulta redundante reproducir los reproches dados por SIEMENS S.A. en sus
reportes, como quiera que apuntan directamente al actor el nefasto acontecimiento, sobre
todo si se considera que la estrategia de esta empresa también sindicó la responsabilidad
directa al ser el Sr. Becerra la persona que elaboró el procedimiento de pasada de
correa, cambio de cinta correa línea SAG. Por su parte, el informe realizado por
CODELCO DIVISIÓN ANDINA, inquirió el manejo inadecuado del Sr. Becerra y su
exposición a la línea de fuego. A su turno, también explican como una tesis posible
relacionado con el descentrado de la cinta, la falta de experiencia del personal
involucrado.
El deponente del actor, don Osvaldo Olivares, manifestó, que según los
comentarios, escuchó que el Sr. Becerra estaba en la línea de fuego. Por su parte, el
testigo don Mario Sánchez fue enfático en decir que estando paralizadas las faenas, no
hay línea de fuego.
El único testigo de SIEMENS S.A. don Javier Sotelo indicó que si bien se dio
cuenta que habían personas en la línea de fuego, advirtió que la cinta nunca estuvo
energizada, estándolo solo el huinche y sin perjuicio que en la operación la placa de tiro
de puede soltar, en la medida que la piola esté destensada no hay riesgo que ello ocurra,
porque no hay ninguna fuerza “que aplique”, de modo que, en su opinión, no sería línea
de fuego.
Interesante.
Sigamos.
Don Esteban Molina, testigo de CODELCO DIVISIÓN ANDINA arguye que de
acuerdo a la investigación, se expusieron a la línea de fuego tres trabajadores, quienes
se subieron a la correa, para tratar de destrabar la correa que estaba siendo arrastrada
en momentos que el huinche estaba tensionado, y que la correa que no se está moviendo
igualmente es línea de fuego. Precisa que el huinche estaba energizado. La línea de
fuego no se produce porque el huinche estaba energizado, sino que se produce porque la
piola está tensada. Agrega el testigo Adasme Criado que la exposición al riesgo consistió
en que el equipo nunca estuvo desenergizado, cosa que es diametralmente opuesta a lo
asentado por el Sr. Molina … y eso que pertenecieron a la misma comisión investigadora
(¡¿?!), aunque sí reconoce que si está destensada la piola no hay riesgo, aclarando que
la cinta estaba desenergizada desde un principio.
Las menciones anteriores son relevantes, por cuanto el Sr. Sotelo y el Sr. Molina,
son cónsonos en decir que el huinche estaba energizado y que la línea de fuego se
produce por el hecho que la piola esté tensada, cosa que ratifica el deponente Sr.
Adasme. A contrario sensu, no estando la piola tensada, no hay riesgo. Afirma este
aserto, el primer ejemplo dado en este laudo: si se realizan trabajos eléctricos en el

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domicilio, será riesgoso en la medida que corra electricidad; no lo será si se corta el paso
de corriente.
No obstante esa aseveración, llama la atención que el testigo don Manuel Rojas
postula que se trabajó en la línea de fuego, y que el Sr. Becerra era el líder estando con
dos más y que por ningún motivo debió haber hecho correcciones, “no debió bajarse del
balcón”, no puede manipular ni operar. Finalmente Adasme Criado era del parecer que lo
correcto que debía haberse realizado en vez de exponerse a la línea de fuego, era
detener y destensar e ir donde se producía la traba, que a la postre fue en el sector de la
pasarela.
Desglosado lo anterior, cabe concluir que efectivamente hubo un obrar temerario
del actor, pero no bajo la argumentación dada por las demandadas, sino que, en su rol de
encargado de la faena, no debió haberla ejecutado en tanto no se asegurara que la placa
de tiro que él previó sus irregularidades fueran subsanadas y en tanto no se le proveyera
del personal idóneo para la realización de la misma, ya que de acuerdo a su misma
explicación, debió operar directamente precisamente de la poca preparación que los
operarios de SIEMENS S.A. presentaban.
Luego, aquí el accidente no se produce por una exposición a una línea de fuego,
como quiera que el riesgo fuera inhibido por el destensamiento de la piola, cosa que los
testigos concurrentes de la demandada son contestes en decir, sino que, de acuerdo a la
línea argumental llevada a cabo, fue a partir de una causa originaria consistente en la
mala instalación de placa de tiro (precedido de un incompleto procedimiento) y dotación
de personal inexperto, ambas relevantes para la operación, más una causa directa,
consistente en la orden que dio el Sr. Barros (dependiente de la División) de reanudación
de faenas, tensamiento de piola, activación de huinche y ulterior desprendimiento de la
placa de tiro en dirección hacia el lugar donde se hallaba el trabajador afectado.
DÉCIMO TERCERO: Determinación del régimen de responsabilidad.
Que fijado el cuadro ontológico de responsabilidad de las demandadas SIEMENS
S.A. y CODELCO DIVISIÓN ANDINA, toca ahora hacerla converger en una fórmula
normativa.
Se ha determinado la responsabilidad de la División a través de la conducta del Sr.
Barros, el cual dio la instrucción, por medio de la radio, a reanudar maniobras a los
operadores del huinche.
Por lo demás, teniendo presente todas las falencias detectadas respecto de la
empresa SIEMENS S.A. en orden a la correcta instalación de la placa de tiro y la provisión
del personal inidóneo, máxime que el procedimiento de cambio de tramo era incompleto,
el desprendimiento de ese artilugio, el cual fue causado por la reanudación de maniobra a
instancias del funcionario de CODELCO DIVISIÓN ANDINA, lleva inexorablemente
pensar en una relación de causalidad inmediata entre las demandadas y por ende
gatillante del infortunio de autos.
La parte demandante, a través de su defensa letrada, requiere que la condena de
sus contradictores lo sea en forma “solidaria, subsidiara o simplemente conjunta”, cosa
que los mandatarios judiciales de la cuprífera estatal controvierten, aduciendo una falta de

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legitimidad y una inviabilidad en la aplicación de la regla prevista en el artículo 183 E del
Código del Trabajo, desarrollado una exégesis sobre el particular, definida en el motivo
tercero ut supra, el que por economía procesal se tiene por reproducido en este
considerando.
Disiente este juzgador de aquello, en razón a que la interpretación antes dicha
soslaya el verdadero sentido y alcance del precepto. En efecto, tomando en consideración
la concurrencia directa de las responsabilidades desarrolladas en estas líneas, en fallo de
unificación de jurisprudencia de fecha 27 de enero de 2013, el máximo tribunal del país
indicó que (Rol Nº 5620-2012):
“Cuarto: Que como se aprecia del texto transcrito (esto es, el artículo 183 E
del Código del Trabajo), se establece en él una obligación particular y especial para
el dueño de la obra en materia de higiene y seguridad, imponiéndole el deber de
protección eficaz de la vida y salud de todos los trabajadores que se desempeñen
en su empresa o faena, con arreglo a las normas que en la misma disposición se
expresan, esto es, el artículo 66 bis de la ley N° 16.744 y artículo 3 del D.S. N° 594
de 1999 del Ministerio de Salud, disposición esta última que con anterioridad a la ley
N° 20.123 ya contenía la obligación de cuidado de cargo de la empresa principal.
La disposición en análisis contiene o da cuenta de la responsabilidad
DIRECTA que recae sobre la empresa principal para el evento que incumpla el
deber de cuidado que el mismo texto le impone, de modo tal que perseguir su
responsabilidad por un accidente del trabajo supone determinar claramente la
conducta que por acción u omisión de su parte configuró un incumplimiento
de ese deber personal y directo, así como la relación entre esa conducta y los
daños reclamados.
Quinto: Que lo expuesto en los considerandos que anteceden conduce a
concluir que la sentencia impugnada por el recurso de nulidad, no ha incurrido en
error de derecho al considerar que en la situación del demandante, no es aplicable
la norma del artículo 183-B del Código del ramo sino que el artículo 183-E del
mismo cuerpo legal, que dispone que la responsabilidad de la empresa principal en
un accidente del trabajo sólo puede ser declarada a virtud de un incumplimiento
de las obligaciones propias y particulares que la ley le ha impuesto sobre la
materia, y no como garante de las obligaciones que ha debido cumplir el
empleador.
Sexto: Que, en consecuencia, se unifica la jurisprudencia en el sentido
anotado en los motivos anteriores en relación con la normativa laboral que rige a la
empresa principal o dueña de la obra ante la ocurrencia de un accidente del trabajo
en sus dependencias, y que afecte a un trabajador dependiente de uno de sus
contratistas”.
Desde esta perspectiva, se concluye que la responsabilidad de CODELCO
DIVISIÓN ANDINA no es consecuencial (o garante) de la que se determine de la
empresa contratista (SIEMENS S.A.) sino que surge natural y directamente de la
negligencia o culpa propia por infracción a la regla del artículo 184 del Código del
Trabajo, la que, por designio legislativo, debe asumir en forma inmediata en relación a los
trabajadores subcontratados. Y ello, sin perjuicio de lo que dispone el inciso final del
artículo 183 E del Código Laboral, el cual nos dice que sin perjuicio de los derechos que

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se reconocen en las normas del régimen de subcontratación, sus trabajadores (cuyo es el
caso) respecto del dueño de la obra, empresa o faena, gozarán de todos los derechos
que las leyes del trabajo le reconocen en relación con su empleador.
Fijado ello, ¿cómo ha de asumirse aquella obligación? Decantadas así las cosas
en torno a que confluye una responsabilidad directa, dimana como lógica consecuencia,
la prescindencia de la responsabilidad “solidaria” prevista en el artículo 183 B del Código
del Trabajo (la que, entre otros aspectos, previene una “obligación de dar”), y por tanto,
también se descartaría la fórmula “subsidiaria” que prevé el artículo 183 D del citado
instituto, el cual opera en aquellos casos en que se pretende eludir la solidaridad que
habla la primera disposición.
Siendo de este modo un único objeto de la obligación (prestación de carácter
divisible) consistente en “la reparación del daño”, que cuenta con “pluralidad de
deudores”, y quedando descartada la “solidaridad” en virtud de lo argumentado
precedentemente, se concluye que la obligación que le asiste a las demandas CODELCO
DIVISÓN ANDINA y SIEMENS S.A. es simplemente conjunta, en que cada una de ellas
estará obligado a enterar su parte o cuota en relación a suma que se dirá en lo resolutivo
de esta sentencia.
DÉCIMO CUARTO: Determinación de los rubros reclamados.
Que en primer término, se ha reclamado por el actor, a través de su defensa, bajo
el “daño emergente o material” un gran daño físico y biológico, que afecta su integridad
psicosomática, es decir, ha sufrido un perjuicio real, visible, material, en su salud, que
compromete su bienestar integral como persona; que quedó para siempre con la pérdida
de su extremidad superior o brazo derecho, resultando su cuerpo mutilado, sin que se
pueda recuperar el miembro perdido, avaluándolo en la suma de $300.000.000.- Sin
embargo, reconoce este contendiente que este daño puede ser reconducido al moral, si
es que así la judicatura lo estima.
Cuando se estudia el “daño emergente” ha de precisarse que éste obedece a la
pérdida efectiva que ha experimentado el acreedor por efecto de la inejecución
contractual o del cumplimiento imperfecto o tardío de una obligación, mermándose
efectivamente su patrimonio.
Sin perjuicio de ser una cuestión que el letrado del actor opina ser reconducible al
daño moral, lo cierto es que no hubo antecedentes probatorios ni argumentación alguna
que permitiera a este juzgador entender concurrente este rubro. Por lo demás, a la
minusvalía física apuntada no se le ha dado un valor patrimonial en específico, por lo que
tanto su procedencia como extensión será desestimado.
También será desoída la petición en cuanto al lucro cesante. Sin perjuicio de
aparejarse las liquidaciones de sueldo por los meses de diciembre de 2016 hasta
marzo de 2017, por un monto superior a un millón ochocientos mil pesos y exhibirse las
de los meses de julio de 2012 a junio de 2015, y que de acuerdo a la información
dada por la Asociación Chilena de Seguridad, en que se establece padecer un 70% de
incapacidad (según resolución N° 080008017, de 18 de abril de 2017), los datos
aportados no son suficientes como para estimar su existencia. En efecto, de acuerdo a lo

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aseverado por la defensa del actor, el cual reconoció en el discurso de cierre que la
incapacidad es aun temporal, por cuanto su mandante se mantiene con licencia médica,
de manera tal que hace razonar a esta magistratura que no contando con ese dato inhibe
construir una estimación de pérdida de ganancia efectiva, más aún si el demandante
sigue siendo dependiente de la demandada SIEMENS S.A. cuestiones que son de
naturaleza objetivable. Así las cosas, teniendo presente que al momento de la audiencia
de juicio, el grado de invalidez en términos porcentuales es incierto y no haberse
demostrado la falta de ingreso, por cuanto el Sr. Becerra sigue siendo trabajador de la
demandada, no puede estimarse, so pretexto del hecho dañoso, la concurrencia del lucro
cesante en base al cuadro probabilístico que desarrolló el apoderado de este último en la
demanda, el cual ni siquiera la defendió en el alegato de término.
Empero, el escenario cambia con ocasión al daño moral. Sobre el particular,
pareció a estrados la perito doña Pamela Álvarez Campaña, la que inició su exposición
indicando que su evaluación duró tres horas aproximadamente, en dos sesiones
diferentes. Se entrevistó en forma semiestructurada y luego una más abierta, test de
Rorschach, una mini entrevista que se basa en desórdenes mentales neurosiquiatra o
psicopatologías que puede presentar el paciente y luego se revisa toda la información
que se extrajo, todo ello en razón a la existencia de un daño relacionado con el accidente
del peritado. Se concluye como aspecto preocupante un trastorno adaptativo que se ha
prolongado en el tiempo y una depresión mayor con ocasión ambas del accidente que
ocurrió, incluso con ideación suicida, siendo ésta persistente, subiéndosele la dosis de
fármacos desde diciembre último.
Preguntado por la parte demandante, señala que no hay antecedentes pre
mórbidos. No se determinó otra causa que provocó las conclusiones expuestas. En
cuanto al grado de certeza de los test, señala que cuando se realiza la entrevista
semiestructurada es habitual que se haga, ello con miras para establecer si existe algo
patológico; señala que se desempeña en el hospital psiquiátrico de Valparaíso y que de
ordinario lo hace, unas siete veces a la semana. El estudio de manchas es el que tiene
más confiabilidad y validez. Consultada si es normal la ideación suicida, responde que
dependerá del desarrollo del cuadro depresivo, máxime que ya tuvo un intento, de modo
que es de alto riesgo. El cuadro descrito afecta su diario vivir. Explica que cada persona
tiene tres grandes áreas: pensamiento, emocional y conductual, y todas ellas están
integradas; en el caso de don Juan esto no se da. De esta manera, al haber
desesperanza y no hay futuro, la parte conductual o inhibición de ejecuciones propios de
la incapacidad física que presenta, cosa que fue observada por ella al pedirle por ejemplo
que se saque la chaqueta, es altamente afectada. De este modo, estas áreas están
afectadas.
Preguntada por el apoderado de SIEMENS S.A. indica que está con psicólogo y
psiquiatra, y que revisó los medicamentos: está con antidepresivo (sertradina) y otro para
conciliar el sueño, ya que tendría pesadillas y sin poder dormir adecuadamente. Tiene
entrevista con psicólogo una vez a la semana. Efectivamente no aparece en el reporte el
intento suicida, pero igual el dato dado en la audiencia le resultó relevante para

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determinar el trastorno y la depresión. De este modo al señalar la ideación, lógicamente
es porque se le consultó si ha habido o no intentos, formando ello parte del protocolo.
Preguntado por el apoderado de CODELCO DIVISIÓN ANDINA sostiene que
estudió Psicología en la Universidad del Mar de Valparaíso y Educación Diferencial en la
Universidad Católica de esa ciudad. Refiere que por protocolo, para determinar la
depresión severa, debe consultarse si hay ideación suicida. También contribuyen las
preguntas relacionadas con el sueño, actividades placenteras, baja de peso, o sea,
preguntas estructuradas. Afirma que el mini test (que duró de 20 a 30 minutos) está
inserto en toda la evaluación, la que duró un poco más de tres horas. La lectura de la
demanda es posterior a la elaboración del informe por el sistema del Poder Judicial. Solo
tuvo a la vista la receta dada por el psiquiatra. Comenta que dentro del informe el peritado
indica que no ha sido capaz de modificar su concepto corporal: sensaciones, límites y
finalmente esquemas. Así no ha podido integrar la imagen que presenta actualmente
dentro de su cuerpo, de modo que rechaza cualquier prótesis, vale decir, él quiere “de
vuelta” su brazo, lo que es gravísimo. Se le consulta acerca de su trastorno adaptativo
que justifica el no querer usar una prótesis, surge necesariamente por el “shock” violento
vivenciado.
Luego de este antecedente, se dieron datos de la ficha clínica contenida en la
respuesta al oficio por la ACHS, en donde se mencionó el tratamiento medicamentoso y
el seguimiento médico consecuente de orden físico y emocional, con lo que ratifica el
parecer de la profesional perito.
De este modo, ha de decirse que en materia de accidentes del trabajo, el artículo
69 letra b) de la Ley N° 16.744 establece la procedencia del daño moral, prescribiendo
que cuando, el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora
o de un tercero, la víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad
cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también
las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del
derecho común, incluso el daño moral. Así, siendo notorio y advertible por este juzgador,
gracias al principio de inmediación, que el solo semblante del Sr. Becerra es revelador de
su alto pesar, se concluye que el daño moral arranca precisamente del accidente sufrido
por éste, el cual un alto componente de aflicción física y mental, constituye un significativo
dolor y sufrimiento, y una esperable pérdida de vigor de esta persona que
lamentablemente tiene una desfiguración física relevante, en donde aún no se quiere
asumir una conciencia propia de incapacidad, ya que se representa que el miembro
mutilado aún lo tiene.
En colofón, ha quedado demostrado el efecto de pérdida de aquellas cosas que
son prácticamente consustanciales al hombre moderno, como escribir o vestirse, y, sin
hacer mayor esfuerzo dialéctico, hay una prognosis de frustración de planes futuros que
toda persona joven y los agrados ordinarios de que fue privado, sin perjuicio del daño
estético que lastimosamente presenta, el cual, sin el debido acompañamiento, podrá
mermar aun más su espíritu y su capacidad para volver a relacionarse con su entorno, ora

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familiar, ora social. De este modo, la cifra que se dirá en lo resolutivo, apunta
necesariamente a estos factores.
DÉCIMO QUINTO: En cuanto a la restante prueba y las costas.
Que la argumentación dada por el apoderado de SIEMENS S.A. consistente en el
pago recibido por la aseguradora (que de acuerdo al informe de liquidación y
liquidación de siniestro emitido por la Compañía de Seguros BICE VIDA, por
concepto de cobertura de siniestro, el Sr. Becerra recibió la suma de $26.091.316.-) debe
ser considerado para los efectos de mitigar la indemnización, será descartada como
quiera que ello se circunscribe a una fuente contractual diversa a la que se revisa en
estrados, aunque provenga de un mismo cuadro fáctico.
Aunque pudiera parecer que el Reglamento Interno de Orden, Higiene y
Seguridad correspondiente al año 2013, y el Reglamento Especial de Seguridad y
Salud Ocupacional, exhibidos a expresa petición de la parte demandante, sean
denotativos del cumplimiento del deber reprochado hacia CODELCO DIVISIÓN ANDINA,
lo cierto es que ninguna de sus disposiciones que pudieran resultar atingentes a la teoría
del caso, fueron mencionadas por el letrado del actor.
Por otro lado, las inducciones de trabajos diarios correspondientes a los días
27, 28, 29, y 31 de marzo de 2015 guardan relación con los preparativos del cambio de
tramo de correa A7 y la orden de trabajo manual, que inciden en la misma maniobra,
constituyen probanzas que en nada alteran lo latamente definido.
Finalmente, considerando que de los rubros demandados solo fue acogido uno,
no serán condenadas al pago de las costas las demandadas, cosa que sí lo sería si solo
se hubiera pretendido el daño moral.
Por estas consideraciones, y de acuerdo lo previenen los artículos 183 B, 183 D,
183 E, 184, 425 y siguientes del Código del Trabajo; Ley N° 16.744, y demás
disposiciones pertinentes, se resuelve:
I.- Que se acoge la demanda presentada por don JUAN ALEJANDRO BECERRA
ZÚÑIGA en contra de las demandadas SIEMENS S.A. en su calidad de empleador
directo y CODELCO DIVISIÓN ANDINA, en calidad de empresa principal o mandante,
todos suficientemente individualizados, a pagar en forma simplemente conjunta o
mancomunada la suma total de $440.000.000.- (cuatrocientos cuarenta millones de
pesos en moneda nacional) solo por concepto de daño moral, debiendo concurrir
cada demandada al pago por la suma de $220.000.000.- (doscientos veinte millones
de pesos en moneda nacional), rechazándose las pretensiones por daño emergente y
lucro cesante
II.- Que las referidas sumas por concepto de daño moral se reajustarán de
acuerdo a la variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor que lleva el
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, o el organismo que haga sus veces, entre el
mes anterior a la fecha que esta sentencia quede ejecutoriada y el mes anterior al de su
pago efectivo, con los intereses corrientes para operaciones de crédito de dinero
reajustables, que se devengarán desde que las demandadas se constituyan en mora.

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III.- Que no se condena en costas a las demandadas por no haber resultado
totalmente vencidas
Adviértase a las partes que en caso de no pedir la devolución de los documentos
dentro de décimo quinto día de ejecutoriada la sentencia, se procederá a su destrucción.
Regístrese y en su oportunidad, archívese.
RIT O 83-2016

Pronunciada por don Daniel Alfredo Chaucón Ojeda, Juez Titular.

Durante el período del 14 de mayo de 2017 al 13 de agosto de 2017, la


Daniel Alfredo Chaucon Ojeda hora visualizada corresponde al horario de invierno establecido en Chile
Continental. Para la Región de Magallanes y Antártica Chilena sumar 1
Fecha: 14/07/2017 13:13:52 hora. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez
FBCXBVWJXQ restar 2 horas.

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