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Ensayo Ley 200 de 1963

Santiago Murillo León


Grado 9-1

Colegio Militar General Santander.


Santander
Área de Ciencias Sociales

Agosto de 2022
Para adentrarse en la ley 200 de 1936 debemos hacer una breve introducción en la razón principal por
la que se creó la misma; todo da inicio desde mediados de 1917 y sobre todo en 1918, en donde
surgen las primeras organizaciones campesina, las cuales nacieron a raíz de disturbios en las zonas
urbanas del país, principalmente las plantaciones bananeras de la United Fruit Company cerca de la
ciudad de Santa Marta, y en las plantaciones de café del Valle bajo el río Bogotá, en donde exploto
una huelga por parte de los campesinos en estas industrias, afectando principalmente los edificios
públicos de Viotá con incendios provocados y en donde se negaron a trabajar sin alza de salarios y una
mejora en las condiciones de vida y vivienda. Se considera que el conflicto agrario en Colombia en
este período se extiende mas allá, puesto que en realidad se prolonga hasta la promulgación de la ley
200 de 1936. Después del conflicto agrícola de 1918 se vinieron presentando aglomeraciones de
conflictos en el país, hasta que se dieron los eventos en la región de Sumapaz los cuales consistieron
en la lucha por la tierra entre los años 1925 y 1936, en donde el eje central del conflicto fue el
derecho a la propiedad de la tierra para cultivarla y comercializar libremente sus productos,
provocando así que la movilización campesina asumiera un papel en el que llevaban a cabo el litigio
judicial, el no pago de renta y la invasión de tierras. Ante los conflictos agrarios, el Congreso Nacional
aprobó la Ley 200 de 1936.

Ya teniendo una leve introducción de las causas y razones por las cuales se creó la ley 200 de 1936
podemos dar pasó a una explicación de esta. La ley buscaba dar un nuevo marco legal a la propiedad,
esta establece que los terrenos poseídos por una persona particular son una propiedad privada,
comprendiendo por posesión el desarrollo económico de la tierra, lo cual incluye a su vez las tierras
baldías aptas para la agricultura y considerando así que los terrenos que no estuvieran poseídos o no
explotados económicamente eran reconocidos como baldíos; esto quiere decir que aquellas personas
poseedoras de terrenos que no fueran explotados económicamente debían ser expropiados de estos
ya que se denominaban como baldíos pasando a ser propiedad del gobierno, a su vez la ley establece
que la propiedad privada se reconoce por títulos originarios y títulos inscritos, cuando el período de
registro de la tradición de propiedad no sea menor de 30 años.
En la ley también dieron paso a que los poseedores de estos términos tenían derecho a hacer suyo el
terreno que ocupaban mediante el pago del precio de este, si el propietario había dejado pasar más
de 90 días contados desde la vigencia de la Ley sin presentar la demanda de juicio reivindicatorio para
el terreno o si el juicio se había iniciado antes y la sentencia estaba ya ejecutoriada, habiendo
transcurrido 30 días desde el inicio de este, sin el pago respectivo, se haría la debida expropiación del
terreno; es decir que aquellas personas que habitaban en estas propiedades tenían derecho a
volverse los dueños de los terrenos solo pagando el precio de estos y estableciendo la demanda
dentro de los próximos 90 días de la entrada en vigor de la ley, o si no se veían expropiados de los
mismos.
A pesar de que los terrenos que no eran explotados económicamente o que no habían sido cultivados
durante 10 años consecutivos eran expropiados pasando a ser propiedad del gobierno debido a que
se denominaban baldíos, existen algunas excepciones dentro de la ley en donde establece que esta
extinción o expropiación no será aplicada para aquellos terrenos menores a 300 hectáreas, o terrenos
que sean la única propiedad rural de una persona, ni que pertenezca a un incapacitado o menor de
edad; a su vez favorece a aquel que haya explotado el terreno privado durante cinco años consecutivo
y que se encontraban baldíos o incultos en el momento de su ocupación. Asimismo, la ley prohibió la
tala de bosques, con el objetivo de preservar las fuentes hidrográficas, estableciendo que solo se
podrán hacer desmontes en estas áreas con previo permiso otorgado por el gobierno, designando a
las autoridades competentes las cuales señalarán las zonas en donde deban crearse reservas
forestales.
Dentro de la ley también podemos apreciar que se establecieron reglas especiales para juicios de
libertad y posesión de bienes, tales como la inspección visual obligatoria al terreno, la suspensión de
la ocupación de hecho en donde se pone fin a la ocupación arbitraria de un terreno es decir que se
desaloja a los que la ocupan y se restituye a su propietario legítimo, penas de arresto a quien
insistiera en la ocupación del terreno y obligación del pago de mejoras de la propiedad ante esto;
adicional a esto la ley afirma que el poseedor de un terreno puede exigir legalmente la suspensión de
la ocupación del terreno presentando una queja a un funcionario respectivo, llevando a cabo el
desalojo a los 120 días contados desde el momento de la ocupación.
Según la ley, quien fuera desalojado y ocupara de nuevo el mismo terreno seria sentenciado con una
pena de arresto de 60 días y en cuanto a la acción propietaria, dispuso que sólo podía hacer uso de
ella quien fuera dueño materialmente del terreno; en cuanto a estas dos actuaciones, serán conocidas
por los jueces de tierras, que no pueden dejar de realizar antes un control visual que les permita
apreciar mejor los hechos, a partir de esto los jueces de tierra emitirán juicios con base en los
resultados del control visual y otros factores que contribuyan al conocimiento de los hechos; en los
resultados de los juicios se decide si se debe o no pagar las mejoras de la propiedad las cuales se
definen como cualquier obra realizada en el terreno y cuya valoración incluye el valor comercial de las
edificaciones, plantaciones, cercas, caminos, zanjas y otras estructuras útiles y frutos pendientes,
además incluye el valor que la tierra obtuvo por el esfuerzo del poseedor.
Quienes deseen comprobar la verdad de la propiedad o explotación económica podrían solicitar,
fuera de los tribunales, la práctica de la inspección ocular a cargo de los jueces de tierras.

Esta misma ley también creo los juzgados de tierras, los cuales se encargan de juzgar los actos de
liberación, posesión y división de la comunidades, establece que los tribunales superiores de distrito
conocerán los mismos asuntos y que los jueces de tierras deberían ser abogados titulados y que
deben contar con las mismas cualidades que los magistrados de la corte suprema de justicia, los
cuales deben desempeñar sus funciones por períodos de un año, y a su vez otorga al presidente de la
república la facultad para decidir cuales juzgados de tierra deben estar en funcionamiento.

De las disposiciones de la Ley 200, las más utilizadas por los campesinos para reivindicar sus derechos
fueron la inspección visual a sus parcelas y las establecidas en los artículos 4 y 12, en donde la
expropiación de los terrenos no perjudica a las personas que, con dos años de anterioridad a la
vigencia de esta ley, hayan establecido sus propios derechos de propiedad sin reconocimiento de
título distinto al del estado en terreno inculto al momento de iniciarse la ocupación, en este caso dice
que la propiedad privada del terreno será dado solo con la acreditación correspondiente.

a su vez en el artículo 12 se establece la regulación de la compra de los terrenos en beneficio de


quien crea de buena fe que se trata de un terreno baldío, es decir terrenos privados no explotados
por su propietario en el momento de su ocupación ni comprendidos dentro de las reservas de
explotación; asimismo se puede afirmar que esta ley solo cubre los terrenos aprovechados o
cultivados con trabajos agrícolas, industriales o apecuarios y aquellos que hayan estado quietos o sin
actividad durante los cinco años continuos; en el mismo sentido, esta ley se ve suspendida para
aquellos absolutamente incapaces, cuyo terreno sea su única propiedad o, para menores de edad.

Por su parte los terratenientes, han reutilizado las normas sobre existencias forestales, en las que
exigen la devolución de sus propiedades demandando el lanzamiento o desalojo de los campesinos
que ocupan las zonas montañosas.

Dentro de las diversas limitaciones de la Ley 200 vale la pena hacer énfasis en cómo ésta no
contempló ninguna disposición acerca de los arrendatarios de predios rurales. Este sector quedó
básicamente por fuera del alcance de la reforma, constituyéndose en una grave deficiencia de la Ley,
por los problemas que enfrentaban estos campesinos y la situación de injusticia en el régimen de los
contratos establecidos por las haciendas. Así mismo, dejó por fuera del ámbito de los Jueces de
Tierras el conocimiento de las demandas sobre denuncio, exceso y deslinde de baldíos, lo mismo que
los conflictos originados en las relaciones de trabajo entre propietarios y arrendatarios. En síntesis, la
Ley 200 le dio una nueva legalidad a la gran propiedad que estaba siendo cuestionada de manera
organizada por el campesinado. Se considera, que después de la expedición de la Ley 200 de 1936
aparecieron nuevos conflictos, protagonizados por pequeños propietarios, colonos y arrendatarios, lo
que no significó que los enfrentamientos tradicionales entre propietarios y campesinos hubiesen
desaparecido; por el contrario, se agudizaron y profundizaron. El eje central del enfrentamiento,
como en los años anteriores, siguió siendo el libre acceso tanto a la tierra como a las servidumbres de
aguas, de tránsito, etc.

En conjunto, se puede llegar a concluir que antes de la Ley 200, la lucha por la tierra había adquirido
un carácter de enfrentamiento de clase; se cuestionaba directamente el régimen de propiedad de la
tierra y el sistema político mediante la impugnación del poder hacendatario y latifundista. El
campesinado se había convertido en un sector de presión social importante para lograr reformas en
lo social y político. Esto había sido posible gracias a la acción conjunta realizada por las diversas
organizaciones campesinas, que se habían convertido en bases sociales fundamentales de las
organizaciones políticas enfrentadas al sistema bipartidista. Luego, al entrar en vigencia la Ley 200,
este panorama cambió notablemente. El Estado se convirtió en el mediador legítimo de los conflictos
y en el interlocutor del campesinado; el gran hacendado dejó de ser el único opositor del campesino,
y éste comenzó a actuar en el terreno de la institucionalidad, lo que significó cambiar la dimensión
política de su lucha. En ese sentido, la Ley de Tierras, antes que responder a las expectativas
generadas frente al desarrollo de la producción agropecuaria y sus efectos en el desarrollo económico
general, cumplió más bien un papel algo político e ideológico.
Preguntas:

1. Compara las condiciones de los obreros y los campesinos y señala las diferencias de sus
reclamaciones.
Los movimientos campesinos y los de los obreros tienen elementos muy significativos y
parecidos como, la lucha, la marginalidad de la sociedad y la explotación; pero, aun así, tienen
sus diferencias en cuanto a las luchas dadas en el país.
El problema del campesino es fundamentalmente el de la tierra, no sentirse un simple
pisatario a merced del dueño. Generalmente su lucha es por la tierra cuando esta pertenece a
patrones y hacendados. En función de ello se dan las reformas agrarias que teóricamente los
beneficiaría o en este caso, la promulgación de la Ley 200 de 1936. Así mismo, ellos son
productores primarios y sus luchas se dan porque el producto de su arduo trabajo salga al
mercado con precios que les beneficien a ellos y no a los intermediarios. Por lo general se
agrupan en Federaciones Campesinas.
El obrero, ciertamente no es el que labora en los campos; los obreros, son personas que
generalmente ofrecen y venden su trabajo o mano de obra a una organización o empresa.
Estos, buscan organizarse en sindicatos, desarrollan luchas y huelgas para obtener justicia y
beneficios. Son las personas que con su trabajo no pueden comprar lo que producen o los que
son tan explotados que su salario no les da para vivir.

2. ¿En la actualidad se presentan las mismas situaciones? Cita dos ejemplos.


Por un lado, la crisis ocasionada por el COVID-19 ha evidenciado lo indispensables que son las
economías y las comunidades campesinas para el país, pero también ha hecho visible su
situación de fragilidad y precariedad social, realidad que se deriva de una larga historia de
abandonos y violencias, así como del despliegue de políticas públicas y proyectos económicos
que contradicen e incluso niegan el bienestar y los derechos del campesinado. Han llegado a
expresar que su anhelo es que el Estado y la sociedad reconozcan las tragedias humanitarias y
los irreparables dolores que la guerra ha ocasionado en sus vidas, pero también han sido
contundentes en la exigencia de que se reconozca y se resuelva la historia de abandono y
precarización que ha permitido la degradación de la guerra y que se evidencia en las
paupérrimas condiciones en las que hoy viven. Muchos habitantes de las zonas rurales que
trabajan con la tierra han contemplado que les están negando todo lo que a otros les sobra.
Entre eso, lo fundamental (como el derecho a la vida) y lo elemental (vías, hospitales, escuelas,
energía eléctrica, agua potable, vivienda, créditos, asistencia técnica, infraestructuras, títulos
de propiedad de las tierras y mercados para comerciar los productos). A pesar de todo, las
comunidades campesinas resisten y se organizan para vivir y trabajar el campo en paz y en
dignidad; básicamente, valiéndose por ellos mismos. En dicho sentido, las situaciones actuales
por la crisis que abarcó el COVID-19, no sólo afectó y dio a conocer la cara importante de las
comunidades rurales, sino que en sintonía, se ha visto la poca consideración con la clase
obrera del país; haciendo que se les aporte poco a las extenuantes horas en las que ellos
sueles ser envueltos diariamente.

3. ¿Consideras que las reformas agrarias resuelven el conflicto alrededor de la tierra? Justifica
tu respuesta.
Considero que las reformas agrarias suponen teóricamente que son hechas para ayudar en
parte a dar una leve mejor vida a los habitantes de la zona rural o “trabajadores de la tierra”;
si estas reformas no son integrales no benefician a los campesinos. ¿Qué hace que estas sean
integrales? Simplemente, entregando sus respectivas tierras a los campesinos, mejorando su
condición de vida, dándoles subsidios, mejorando la educación de las zonas rurales,
brindándoles la posibilidad de sacar préstamos o créditos con intereses bajos y tiempos de
pago, proyectos de riego, y mejora en las vías para que puedan sacar sus productos.
Sin embargo, fuera de la teoría, pongo a consideración que se necesita mucho más que una
reforma agraria para distribuir de la mejor forma las tierras, evitando el conflicto entre
comunidades. Esto así, ya que no se ha contemplado a lo largo de la historia de Colombia que
se aplique fielmente la integración de esas reformas agrarias y el campo, en general, se ha
terminado de ver como un sector olvidado por el Estado.

4. Compara las reclamaciones de los obreros de la década del 20 y 30 con las de los
trabajadores de la actualidad. Presenta tus conclusiones en un escrito.
Las luchas y protestas obreras durante la primera mitad del siglo XX en Colombia no fueron un
fenómeno aislado del contexto internacional, lo cual no significa que obedecieran
exclusivamente a influencias foráneas, sino que fueron consecuencia de un capitalismo voraz
que, en aras de modernizar, no tuvo reparo en explotar al máximo a la joven clase trabajadora,
aprovechando la inexistencia de normas laborales avanzadas que velaran por ella. Dicha clase
obrera, eventualmente se aglomeró a tal punto de llegar a protestas en donde sólo pedían una
mejor remuneración y asistencia médica, dadas sus precarias condiciones, las extenuantes
jornadas laborales y las difíciles condiciones de vivienda en las que se encontraban en la
época. Asimismo, utilizando la represión y la estigmatización de la protesta, fue posible que el
Estado, en asocio con la Iglesia, intentara neutralizar el auge de los sindicatos y el
fortalecimiento del movimiento social urbano. El país fue laxo con el gran capital que llegó a
modernizar y a imponer un orden que no respetó los derechos de los obreros.
Por otro lado, las actuales protestas sociales relacionadas con las clases obreras abarcan de
temas centrales y a su vez, como banderas, las altas tasas de impuestos propuestas en
reformas agrarias y tributarias que se ha querido imponer en canastas familiares y productos
básicos para subsistir, así mismo, como la falta de oportunidades laborales a profesionales
recién egresados o con niveles técnicos o tecnológicos; se llega a considerar que los salarios
mínimos son insuficientes en comparación con los gastos mensuales que generalmente se dan
en una familia de mínimo 3 o 4 personas, en donde se les suma servicios, gastos de transporte,
educación, arriendo, etc. Al momento de que los sindicatos toman sus banderas y salen a
protestar, son con mayor “respeto” en comparación con las situaciones presentada de los
obreros en la década de los años 20 y 30, pero no son escuchadas con tanta fuerza y con el
paso del tiempo los reclamos suelen ser olvidados y tapados bajo cortinas de humo por parte
del Estado.

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