Agregar a bolilla 2 ademas de los artículos de los modos de adquirir las relaciones de poder, estas

tres formas.

Tradición, Traditio brevi manu y constituto posesorio: cuando lo hace con la conformidad del
sujeto que la poseía

Apoderamiento: si la cosa es abandonada, basta apropiarla si es mueble, u ocuparla si es

inmueble.

Desapoderamiento: cuando otro sujeto la posee y el adquiriente puede adquirirla contra su

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voluntad.

Bolilla 3:
Unidad III: Adquisición de derecho reales sobre cosas muebles por sub adquirentes antecedentes
histórico. El Art. 1895, situación de los semovientes y locomóviles. Dominio Público. Buques o
Aeronaves. Organización del registro de la propiedad automotor. Requisitos y carácter de la

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inscripción. Adquisición ejercicio, conservación, extinción, Actos posesorios.

Adquisición de derecho reales sobre cosas muebles por sub adquirentes. antecedentes
histórico. El Art. 1895
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ARTICULO 1895.-“ Adquisición legal de derechos reales sobre muebles por subadquirente. La
posesión de buena fe del subadquirente de cosas muebles no registrables que no sean hurtadas o
perdidas es suficiente para adquirir los derechos reales principales excepto que el verdadero
propietario pruebe que la adquisición fue gratuita.
Respecto de las cosas muebles registrables no existe buena fe sin inscripción a favor de quien la
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invoca.
Tampoco existe buena fe aunque haya inscripción a favor de quien la invoca, si el respectivo
régimen especial prevé la existencia de elementos identificatorios de la cosa registrable y éstos no
son coincidentes.”
FI

Aquí se trata la situación del subadquiriente de cosas muebles en las transmisiones a non dominio
(del no dueño).

Esta norma se aplica a los subadquierientes de cosas muebles no registrables, aunque sienta
pautas para determinar la buena fe cuando se trate de cosas muebles registrables. Teniendo en


cuenta que si bien el art 392 para los inmuebles o cosas muebles registrables en su ultima parte
dispone “los subadquirientes no pueden ampararse en su buena fe y titulo onerosos si el acto se
ha realizado sin intervención del titular del derecho”, lo que reitera el art 2260.”

Si el titular del derecho real ni siquiera participo, el acto le seria inoponible y quedaría fuera del
sistema. Es que si no participo, se entra en hipótesis de hurto o robo, que el art 1895 deja fuera. Lo
mismo cabe decir si la cosa fue perdida, ya que no hubo desprendimiento voluntario del titular.

Ejemplo: A presta libro a B, B en vez de devolverlo, lo enajena a C, quien ignora que el libro era de
A y esta convencido que le pertenece a B. el código c y c protege a C, para garantizar la seguridad
dinámica. De igual manera quien es verdadero propietario de la cosa podría intentar una acción
de carácter personal ex contratu contra aquel a quien le confió la tenencia de la cosa mueble y que

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abuso de su confianza. Tanto A como C tienen derechos, pero la ley protege en este caso al
tercero subadquiriente de buena fe atribuyéndole la propiedad de la cosa mueble.

Este art también explica que las cosas no deben ser hurtadas ni perdidas. Si son robadas, hurtadas
o perdidas, el subadquiriente de buena fe puede adquirirlas por prescripción breve al cabo de dos
años. Si carece de buena fe, podrá adquirir luego de 20 o 10 años de posesión según sean
inmuebles o muebles.

El art. 1895 se ocupa de la dificultad que en la vida real tiene el dueño para demostrar,
documentación mediante, la adquisición de cosas muebles, de ahí que la posesión de buena fe,

OM
hace adquirir la propiedad.

Lo que en realidad busca el art. 1895 es proteger a los subadquirentes, que obtienen la cosa
mueble de quien no tenía dcho a transmitirla, en tanto no haya habido hurto o pérdida. Este art.
no se limita a facilitar la prueba de la propiedad, sino apunta a la protección de terceros
adquirentes. Es de resaltar que, para rechazar la acción reivindicatoria, es necesario que, el
tercero, además de poseer de buena fe, haya adquirido a título oneroso.

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Antecedentes históricos:
DD
El sistema romanista lo que hacia era conducir a la protección del verdadero propietario en tanto
no se haya operado la usucapión en favor del actual poseedor.

El sistema francés, que es el que sigue nuestro código, para el supuesto de desprendimiento
voluntario, opta por favorecer la situación del tercero adquiriente de buena fe. La adquisición de
LA

propiedad del tercero implica la perdida simultanea del dominio por el anterior dueño, quien
tendrá contra aquel las acciones civiles correspondientes por haberla enajenado indebidamente.

El código de velez, en materia sobre cosas muebles, era de aplicación el art 2412 condensado en la
expresión conocida de “posesión vale título”. De tal modo la adquisición del dominio de una cosa
mueble quedaba demostrada mediante la posesión de buena fe.
FI

A tal efecto, las cosas objeto del derecho real se dividen en: muebles entregados por su dueño y
cosas robadas o perdidas.

El primer supuesto se refiere a la transmisión del dominio por la tradición, donde hay entrega y


recepción voluntaria y el hecho de posesión de buena fe que surge de esto.

El art 2412 no hacia referencia a la entrega de la cosa directamente por su dueño, pero se
entendía que quien tiene la obligación de devolver la cosa a su dueño, y no lo hace, jamás será
poseedor de buena fe.

Semovientes

El régimen, no se rige por el art. 1895 y concordantes, es decir, no se considera propietario del
animal al poseedor de buena fe, en tanto no fuese hurtado o perdido; tienen un régimen especial.
Cuando se trata de ciertos animales, en especial ganado, por el medio en que se hallan y por su

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cantidad es difícil para el propietario controlar si le faltan algunos animales, así como su
identificación.

Desde antiguo las provincias dictaron leyes y códigos rurales que incorporaron el tema de la
“marca” o “señal” para acreditar la propiedad del ganado mayor o menor, a veces, anteriores al
Código Civil. Por marca debe entenderse la impresión que se efectúa sobre el animal de un dibujo
o diseño, por medio de un hierro candente, de marcación en frío, o de cualquier otro
procedimiento que asegure la permanencia en forma clara e indeleble. La “señal” es un corte, o
incisión, o perforación, o grabación, hecha a fuego en la oreja del animal. La primera se emplea
para ganado mayor, y la segunda para el menor. La “caravana” es un dispositivo que se coloca en

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la oreja del animal mediante la perforación en la membrana auricular. El “tatuaje” es la impresión
en la piel del animal de números y/o letras mediante el uso de puntas aguzadas, con o sin tinta. El
“implante” es un dispositivo electrónico de radiofrecuencia que se coloca en el interior del animal.
Estos medios alternativos son para la especie porcina.

Es obligatorio para todo propietario de ganado mayor o menor tener registrado a su nombre el

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diseño que empleare para marcar o señalar, conforme a la ley 22.939 que es la que unifica el
régimen de marcas y señales en todo el país.

La misma ley dice que “se presume, salvo prueba en contrario… que el ganado mayor marcado y el
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menor señalado, o en el caso exclusivamente del ganado porcino, señalado o identificado con
alguno de los medios alternativos…pertenece a quien lo tiene registrado a su nombre el diseño de
la marca y señal, o medio de identificación alternativo aplicado al animal.”

También dice esta ley que “todo acto jurídico mediante el cual se trasfiera la propiedad del
ganado…deberá instrumentarse con un certificado de adquisición que, otorgado por las partes,
LA

será autenticado por la autoridad local competente”.

El ganado que no este marcado, o cuya marca o señal no es suficiente, queda sujeto al régimen del
art 1895.
FI

Buques

El buque es una cosa mueble cuyo régimen es establecido por la Ley de Navegación 20.094,
escapando así, del régimen del art. 1895.


Dispone el art. 155 de la mencionada ley que los buques son bienes registrables, y el art. 156 que
la constitución de derechos reales sobre un buque de diez o más toneladas de arqueo total, debe
ser hecha por acto que conste en escritura pública o por documento privado debidamente
autenticado. (art. 49)

Aeronaves:

El régimen de aeronaves lo determina el código aeronáutico (ley 17.285). debe inscribírselas en el

Registro Nacional de Aeronaves y con ello se les confiere nacionalidad argentina.

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Se impone también la inscripción de los títulos en dicho Registro a efecto de su oponibilidad a
terceros, es decir, es inscripción registral declarativa no constitutiva. Para poder acceder al
registro se requiere formalizar el instrumento público o privado debidamente autenticado.

Dominio público:

El régimen del art 1895 no se refiere a aquellas cosas muebles que pertenezcan al dominio público
del Estado, ya sea nacional o provincial, por ser estas inalienables, inembargables,

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imprescriptibles. Y, sobre todo, no pueden ser poseídas.

En cambio, las que pertenecen al dominio privado del Estado, no caen dentro de dicha excepción,
dado que se rigen por las normas del derecho privado, al igual que si pertenecen a los particulares.

Automotor y organización del registro

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El sistema legal argentino que regula la propiedad del automotor está regulado por normas de
diversa jerarquía. Aquí interesa el decreto ley 6582/58, ratificado por ley 14467 y modificado,
entre otras por la ley 22977.
DD
Dispone el art. 5 que “serán considerados automotores los siguientes vehículos: “automóviles,
camiones, incluso los tractores de semirremolque, camionetas, rurales, jeeps, furgones de reparto,
ómnibus, microomnibus y colectivos, sus respectivos remolques y acoplados, todos ellos, aun
cuando no estuvieran carrozados, las maquinarias agrícolas, incluidos tractores, cosechadoras,
grúas, maquinarias viales y todas aquellas que se autopropulsen. El Poder Ejecutivo podrá
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disponer, a través de reglamentación, la inclusión de otros vehículos automotores en el régimen

establecido.

El art. 6 de la ley 22977 establece: “Será obligatoria la inscripción del dominio en el Registro
Nacional de la Propiedad del Automotor, de todos los automotores comprendidos en el art.
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anterior, de acuerdo con las normas que al efecto se dicten.

“La primera inscripción del dominio de un automotor, se practicará en la forma que lo determine
la reglamentación.

“A todo automotor se le asignará al inscribirse en el Registro por primera vez, un documento



individualizante, que será expedido por el Registro respectivo y se denominará ‘Título del
Automotor’. Este tendrá carácter de instrumento publico respecto de la individualización del
automotor y de la existencia en el Registro de las inscripciones que en él se consignen, pero sólo
acreditará las condiciones del dominio y de los gravámenes que afecten al automotor, hasta la
anotación de dichas constancias en el mismo”.

La inscripción inicial del vehículo requiere la apertura de un “legajo del automotor” (sistema del
folio real), con su pertinente matriculación, en el registro seccional de su patentamiento. En este
legajo deben figurar todos los datos vinculados al dominio del rodado (propiedad, transmisiones,
gravámenes, embargos, etc.). La inscripción inicial importa la emisión de dos documentos: el

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título, que sirve para probar las condiciones de dominio, y la cédula de identificación, que autoriza
el uso.

Carácter de la inscripción: Efecto constitutivo de la inscripción del automotor

Según el art. 1: “la transmisión de automotores deberá formalizarse por instrumento público o
privado, y sólo producirá efectos entre las partes y con relación a terceros desde la fecha de su
inscripción en el Registro Nacional de la Propiedad del Automotor”. Se establece así un sistema
registral constitutivo, dado que antes de la inscripción no se constituye o transmite el derecho
real. La inscripción no resulta un mero formalismo, sino que atiende al orden social, es una

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exigencia del orden público que intenta dar seguridad a las transacciones sobre automóviles, es
imperativa y la voluntad de los particulares resulta indiferente.

Por aplicación del art. 14 del decreto-ley 6582/58, para la transferencia de automotores no
solamente es necesario presentar los formularios respectivos, sino también el título de propiedad.
El encargado debe verificar que las constancias del título de propiedad coincidan con las
anotaciones que obren en el registro (art. 15).

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Adquisición ejercicio, conservación, extinción, Actos posesorios.
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El art 2 del decreto ley 6582/58 establece que “la inscripción de buena fe de un automotor en el
registro confiere al titular de la misma propiedad del vehículo y el poder de repeler cualquier
acción de reivindicación, si el automotor no hubiese sido hurtado o robado”.

Resulta que aquí el titulo seria ese contrato consensual, ese acuerdo de voluntades que se puede
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formalizar por instrumento publico o privado, mientras que el modo lo constituye la inscripción
registral.

Esta norma funciona también en protección de subadquirientes de buena fe y a titulo oneroso,

cuando el automotor fue enajenado por quien el dueño lo había confiado. Si el propietario entrega
la cosa voluntariamente o mediante una negociación de compraventa, y quien la recibe, la vende a
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un tercero de buena fe, ya no tiene lugar la acción reivindicatoria. Debe mediar desprendimiento
voluntario para que funcione la protección prevista.

Deben darse ciertos requisitos: 1) inscripción registral a favor del subadquiriente; 2) buena fe; 3)


titulo oneroso; 4) que el rodado no sea hurtado ni robado.

En cuanto a la exigencia de buena fe, cabe advertir que la falta de inscripción registral a nombre
del poseedor importa su mala fe, pues es exigible del adquiriente una investigación de la situación
jurídica del objeto, como accionar de buena diligencia a la hora de adquirir un automotor, y por lo
tanto ahí esta dada su buena fe.

Es decir, que se supone que se debe exigir al enajenante la exhibición del titulo y de la cedula de
identificación. Pero esto solo no basta, de modo que se debe solicitar al Registro un certificado del
cual surgirán las condiciones del dominio, la existencia de gravámenes, así como todos los datos
del rodado. La solicitud de este certificado es obligatoria.

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Además, antes de la inscripción registral, el adquiriente debe constatar la verificación física con el
objeto de constatar que coincidan el vehículo con las constancias de los documentos.

Si el adquiriente es de mala fe, podrá adquirir el derecho real al cabo de diez o veinte años de
posesión, según las circunstancias. Art 1899.

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