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Universidad Católica de Honduras (UNICAH)

Nuestra Señora Reina de la Paz

Asignatura: Filosofía FI101


Periodo: Tercero 2022
Sección: 0800
Catedrático: MDE. Nahún González Quintanilla
Alumno: Medardo Rosa
Trabajo: Tarea #2 Parcial II I
Fecha de entrega:1/11/2022

¿Es Jesús Motivo De Conversión?


La conversión entraña un cambio de comportamiento, pero va más allá de esto; se trata de un
cambio en nuestra misma naturaleza. Es un cambio tan significativo que el Señor y
Sus profetas se refieren a él como un nuevo nacimiento, un cambio de corazón y un bautismo de
fuego. El Señor dijo:
No te maravilles de que todo el género humano, sí, hombres y mujeres, toda nación, tribu, lengua
y pueblo, deban nacer otra vez; sí, nacer de Dios, ser cambiados de su estado carnal y caído, a un
estado de rectitud, siendo redimidos por Dios, convirtiéndose en sus hijos e hijas;

y así llegan a ser nuevas criaturas; y a menos que hagan esto, de ningún modo pueden heredar el
reino de Dios

La conversión es un proceso, no un acontecimiento. Viene como resultado de nuestros esfuerzos


justos por seguir al Salvador. Dichos esfuerzos entrañan ejercer la fe en Jesucristo, arrepentirnos
del pecado, bautizarnos, recibir el don del Espíritu Santo y perseverar hasta el fin en la fe.
San Agustín de Hipona “Tarde te ame”

Con palabras poéticas, en su libro Las Confesiones, describe San Agustín su propia conversión a
Dios Es un texto bello, conciso y entrañable. Es una plegaria de admiración y adoración. Dice
así:
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Tú estabas dentro de mí y yo
fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú
creaste. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo me retenían lejos de ti cosas que no
existirían si no existieran en ti. Pero tú me llamaste y clamaste hasta romper finalmente mi
sordera. Con tu fulgor espléndido pusiste en fuga mi ceguera. Tu fragancia penetró en mi
respiración y ahora suspiro por ti. Gusté tu sabor y por eso ahora tengo más hambre y más sed de
ese gusto. Me tocaste y con tu tacto me encendiste en tu paz
Cuando nos encontramos lejos de Dios, podemos afirmar como Agustín: Tú estabas dentro de mí
y yo fuera La conversión es un don, una gracia, no una iniciativa nuestra voluntarista El que
acaba con nuestra sordera y nuestra ceguera es Dios mismo.

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