Está en la página 1de 8

UNIDAD 6

Liberalismo y Democracia
La libertad de los antiguos y de los modernos: en la aceptación mas común de los dos
términos, por liberalismo se entiende una determinada concepción del Estado, según la cual
este mismo tiene poderes y funciones limitadas, y se contrapone al Estado absoluto como hoy
lo llamamos Estado social; por Democracia entendemos, una de las tantas formas de gobierno,
en particular aquella por la cual el poder está en las manos de todos, y se contrapone a las
formas autócratas, como la monarquía y la oligarquía.
El fin de los antiguos era la distribución del poder político entre todos los ciudadanos de una
misma patria: ellos llamaban a esto libertad. El fin de los modernos es la seguridad de los
goces privados: ellos llaman libertad a las garantías acordadas por las instituciones para estos
goces.
La participación directa en las decisiones colectivas termina por someter al individuo a la
autoridad del conjunto y a no hacerlo libre como persona; mientras hoy el ciudadano pide al
poder público la libertad como individuo.
Nosotros ya no podemos gozar de la libertad de los antiguos, que estaba constituida por la
participación activa y constante en el poder colectivo. Nuestra libertad en cambio debe estar
constituida por el gozo pacifico de la independencia privada.

Los derechos del hombre: el presupuesto filosófico de Estado liberal entendido como
Estado limitado en contraposición al Estado absoluto, es la doctrina de los derechos del
hombre elaborada por la escuela de derecho natural, la doctrina de acuerdo con la cual el
hombre, todos los hombres indistintamente tienen por naturaleza. Algunos derechos
fundamentales como el derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad, a la felicidad, que el
Estado, y aquellos que poseen el poder legitimo, deben respetar no invadiéndolos y
garantizarlos frente a cualquier intervención posible por parte de los demás.
Atribuir a alguien un derecho significa reconocer que él tiene la facultad de hacer o no hacer lo
que le plazca, y al mismo tiempo el poder de resistir, recurriendo a la última instancia a la
fuerza propia o de los demás, contra el transgresor eventual, quien en consecuencia tiene el
deber de abstenerse de cualquier acto que pueda afectar con las facultad de hacer o no hacer.
La doctrina de los derechos del hombre puede ser considerada como la esfera individual de
acción y posesión de bienes protegidos ante el poder coactivo del Estado.
Dicha doctrina invierte el recorrido de los hechos históricos. La idea de que el poder se ejerce
legítimamente solo si se basa en el consenso de las personas, y por lo tanto en un acuerdo
entre quienes deciden someterse a un poder superior y con las personas a las que este poder
es confiado, deriva del presupuesto de que los individuos tengan derechos que no dependen
de la institución de un soberano, y que la institución del soberano tenga como principal función
el permitir el desarrollo máximo de estos derechos compatibles con la seguridad social.
El contractual ismo , ya no hace a la sociedad de un hecho natural, si no un cuerpo artificial
creado por los individuos para la satisfacción de sus intereses y necesidades y el mas amplio
ejercicio de sus derechos.

Los límites del poder del Estado: a) los límites de los poderes y b) las funciones del
Estado. El liberalismo es una doctrina de Estado limitado tanto con respecto a sus poderes
como a sus funciones. La noción común que sirve para representar al primero es el Estado de
Derecho, y la segunda la de Estado Mínimo.
Mientras el Estado de Derecho se contrapone al Estado Absoluto, el Estado Minino se
contrapone al Estado Máximo.
Por Estado de Derecho se entiende en general un Estado en que los poderes públicos son
regulados por normas generales, y deben ser ejercidos en el ámbito de las leyes que lo
regulan. Se entiende la constitucionalizacion de los derechos naturales, en verdaderos
derechos positivos. En la doctrina liberal no solo significa subordinación de los poderes
públicos de cualquier grado a las leyes generales del país, si no subordinación de las leyes al
límite material del reconocimiento de algunos derechos fundamentales constitucionales, que
son inviolables.
Es propio de la doctrina liberal, todos los mecanismos constitucionales que impiden el ejercicio
arbitrario e ilegitimo del poder. Los mecanismos más importantes son: 1) el control de poder
ejecutivo por parte del poder legislativo. 2) El control eventual del parlamento en el ejercicio del
poder legislativo ordinario por parte de una corte jurisdiccional a la que pide el establecimiento
de la constitucionalidad de las leyes. 3) Una relativa autonomía del gobierno local frente al
gobierno central. 4) Un poder judicial independiente del poder político.

La libertad contra el poder: los mecanismos constitucionales que caracterizan al Estado


de Derecho tienen el propósito de defender al individuo de los abusos del poder.
En el sentido de que el control de los abusos del poder es más viable en cuanto el ámbito en el
que el Estado puede ampliar su intervención, mas sencillamente, el Estado Mínimo es mas
controlable que el Máximo.
La sociedad es el producto de nuestras necesidades y el gobierno de nuestra maldad. La
primera promueve nuestra felicidad, uniendo al mismo tiempo nuestros afectos, el segundo
negativamente teniendo a raya nuestros vicios.
La sociedad es bajo cualquier condición, una bendición. El gobierno, aun bajo su mejor forma
no es más que una mal necesario.
El Estado liberal, es el fin por un lado de los Estados místicos, naturales, o religiosos, y por otro
la finalización de los privilegios feudales. Que señala el nacimiento de la sociedad burguesa.
La concepción de Estado liberal se contrapone al paternalismo, donde se entiende que el
Estado debe cuidar a sus súbditos, como un padre a sus hijos.
La limitación de las funciones del Estado se basa en la primicia de las libertades del individuo
frente al soberano, en consecuencia la subordinación de los deberes del soberano a los
intereses del individuo.
Para esta concepción el Estado no es un fin en sí mismo, sino un medio de formación del
hombre. Si el Estado tiene un fin es el de elevar a los ciudadanos hasta el punto de que
persigan espontáneamente que la organización estatal les garantiza conseguir sus objetivos
individuales.

El futuro de la Democracia

Una definición mínima de Democracia: la única manera de entenderse cuando se habla


de democracia, en cuanto contrapuesta a todas las formas de gobierno autocrático, es
considerarla caracterizada por un conjunto de reglas que establecen quien está autorizado para
tomar las decisiones colectivas y bajo que procedimientos.
Cuando se dice que en el siglo pasado en algunos países se dio un proceso de
democratización se quiere decir que el número de quienes tienen derecho a votar aumento.
La regla fundamental de la democracia, es la regla de la mayoría, por la cual las desiciones son
colectivas por ende obligatorias para todo el grupo.
El estado Liberal y el Estado Democrático son interdependientes, son necesarias ciertas
libertades para el ejercicio del poder democrático, y a su vez es indispensable el poder
democrático para garantizar la existencia y la pertinencia de las libertades fundamentales. En
otras palabras: es improbable que un Estado no liberal pueda asegurar un correcto
funcionamiento de la democracia.

El nacimiento de la sociedad pluralista: la democracia nació de la concepción


individualista de la sociedad. La sociedad política es un producto artificial de la voluntad de los
individuos. Los tres sucesos que marcan el nacimiento de la filosofía individualista, y la
disolución de la concepción orgánica son: a) el contractual ismo, b) el nacimiento de la
economía política “persiguiendo el interés personal, frecuentemente se promueve el interés
social de manera más eficaz que lo que realmente pretendía promover”, y c) la filosofía utilitaria
según la cual el único criterio para fundamentar una ética objetiva es el de partir de
consideraciones esencialmente individuales, como el placer o el dolor, y de resolver el
problema tradicional del bien común en la suma de los bienes individuales, o la felicidad del
mayor numero.
Lo que ha sucedido en los Estados democráticos es exactamente lo opuesto, las grandes
organizaciones, los sindicatos, los partidos y no los individuos quienes protagonizan la vida
política en la sociedad democrática.
El modelo ideal de sociedad democrática era la de sociedad centrípeta, en cambio en la
realidad tenemos una sociedad centrifuga.
La reivindicación de los intereses: la democracia moderna, debería haber sido
caracterizada por la representación política, es decir, por una forma de representación en la
que el representante, al haber sido llamado a velar por los intereses de la nación, no puede ser
sometido a un mandato obligatorio. El principio en el que se basa la representación política es
exactamente la antítesis de aquel en el que se fundamenta la representación de los intereses,
en la que el representante, al tener que velar por los intereses particulares del representado,
está sometido a un mandato obligatorio. El mandato libre, fue transferido a la soberanía del rey
a la soberanía de la asamblea elegida por el pueblo. Desde entones, la prohibición del mandato
imperativo se transformo en una regla constate de todas las constituciones de democracia
representativa.

Persistencia de las oligarquías: si el buen ciudadano debería ser llamado a manifestar


su voto por lo menos una vez al día. El exceso de participación que del ciudadano total, puede
tener como efecto la saturación política y el aumento de la apatía electoral. El principio que se
debe pagar por el comportamiento de pocos es frecuentemente la indiferencia de muchos.
Nada más peligroso para la democracia que el exceso de democracia.

El espacio limitado: si la democracia no ha logrado derrotar totalmente al poder oligárquico,


mucho menos ha conseguido ocupar todos los espacios en los que se ejerce un poder que
toma decisiones obligatorias para un completo grupo social.
Cuando se desea conocer si se ha dado un desarrollo en la democracia en un país, se debería
investigar si aumento o disminuyo el número de quienes tienen derecho a participar en las
decisiones que les atañen, y los espacios en los que pueden ejercer sus derechos.
Hasta que las empresas y el aparto administrativo no se encuentren democratizados no podrá
considerarse realizado dicho proceso plenamente.

El poder indivisible: el control del poder público hoy en día es más necesario, ya que
estamos en una época en la que los instrumentos técnicos de los que puede disponer detenta
el poder, para conocer lo que los ciudadanos hacen, de hecho ha aumentado casi
ilimitadamente dicho poder. El ideal del poderoso siempre ha sido saber cualquier gesto y de
escuchar las palabras de sus sujetos, hoy en día este ideal está al alcance de sus manos.
Ningún déspota, ni rey del medio evo logro tener tanta información de sus súbditos.
¿Quién controla a los controladores? Se ha invertido la tendencia, ya no hacia el máximo
control del poder por parte de los ciudadanos, sino por el contrario hacia el máximo control de
los súbditos por parte del poder.

El ciudadano no educado: se distinguen los ciudadanos en activos y pasivos, y en general


los gobernantes prefieren a los segundos, porque es más fácil tenerlos controlados, pero la
democracia necesita de los primeros. Si prevalecen los otros los gobernantes convertirían a sus
súbditos en un rebaño de ovejas. Esto conlleva a la ampliación del sufragio a las clases
populares, ya que es una respuesta contra la tiranía, precisamente en hacer participes a la
mayoría en las elecciones.
De esta manera se ha acrecentado el número de personas que votan en base a sus intereses
personales.

El gobierno de los técnicos: el proyecto de democracia fue pensado para una sociedad
mucho menos compleja como la que tenemos hoy. Las promesas no pudieron ser cumplidas
por las siguientes transformaciones:
Las sociedades pasaron de una economía familiar, a una economía de mercado, y de una
economía de mercado a una protegida, regulada, y planificada. Los problemas técnicos
necesitan ayuda de expertos, de un conjunto cada vez más grande de personal especializado.
La tecnocracia y la democracia son antitecas: si el protagonista de la sociedad industrial es el
experto, entonces quien lleva el papel de dicha sociedad no puede ser ciudadano corriente. La
democracia se basa en la hipótesis de que todos pueden tomar decisiones sobre todo; por el
contrario la tecnocracia pretende que los que tomen las decisiones sean unos pocos
entendidos del asunto.
El aumento del aparato: el segundo obstáculo es el crecimiento continuo del aparato
burocrático, de un aparato de poder jerárquico, desde el vértice de la base y en consecuencia
opuesto al sistema burócrata del poder democrático.
El poder en la sociedad democrática fluye desde la base al vértice; en una sociedad burocrática
por el contrario.
La prueba está en que hoy el desmantelamiento del Estado benefactor que ha necesitado un
aparato burocrático que nunca antes se había conocido, esconde el propósito no digo de
desmantelar, si no de reducir bajo los limites bien precisos el poder democrático.
Cuando los que tenían derecho a votar eran solo los propietarios, nació la doctrina del estado
mínimo, y la configuración del estado de asociación de los propietarios para la defensa de
aquel supremo derecho natural que era para Lock el derecho de la propiedad. Desde el
momento que el voto fue ampliado a los analfabetos era inevitable que estos pidieran al Estado
la creación de escuelas públicas, y por lo tanto asumir un gasto antes desconocido. Cuando el
derecho a votar fue ampliado a los no propietarios, a los despedidos, a aquellos que no tenían
otra propiedad que no fuera su trabajo, ella trajo como consecuencia la protección del Estado
frente a la desocupación, y progresivamente a la seguridad social contra las enfermedades, etc.

El escaso rendimiento: el tercer obstáculo está íntimamente relacionado con el sistema


democrático que en estos años ha dado vida al debate sobre la llamada “ingobernabilidad” de
la democracia. En síntesis, primero el estado liberal, luego su ampliación, el estado
democrático ha contribuido a emancipar la sociedad civil del sistema político. Este proceso de
emancipación ha hecho que la sociedad civil se haya vuelto cada vez más una fuente
inagotable de demandas frente al gobierno.
De aquí deriva el sobre cargo y la necesidad en la se encuentra al sistema político de tomar
decisiones drásticas. Además la rapidez con la que le presentan demandas al gobierno por
parte de los ciudadanos esta en contraste con la lentitud de los complejos procedimientos del
sistema político democrático.
En conclusión, en la democracia la demanda es fácil y la respuesta difícil; por el contrario, la
autocracia tiene la capacidad de dificultar la demanda y dispone de una gran facilidad de dar
respuestas.

Y sin embargo: existen democracias más solidas y menos solidas, más vulnerables y menos
vulnerables, hay diversos grados de aproximación al modelo ideal, pero aun la más alejada del
modele no puede ser confundida de ninguna manera con un estado autocrático y mucho menos
uno totalitario.
Hasta ahora no ha estallado ninguna guerra entre estados democráticos, no significa que los
estados democráticos no hayan hecho la guerra con otros no democráticos

Apelo a los valores: lo que esencialmente distingue a un gobierno democrático de uno no


democrático es que solamente en el primero, los ciudadanos pueden deshacerse de sus
gobernantes sin derramamiento de sangre.
El adversario ya no es un enemigo, si no un opositor que el día de mañana podrá tomar nuestro
puesto.
Únicamente la democracia permite la formación y expansión de las revoluciones silenciosas.

La democracia una guía para los ciudadanos

¿Qué es la democracia?
Participación efectiva: todos los miembros deben tener oportunidades iguales y efectivas para
hacer que sus puntos de vista sobre como haya de ser la política sean conocidos por otros
miembros.
Igualdad de voto: todo miembro debe tener una igualdad y efectiva oportunidad de votar, y
todos los votos deben contarse iguales.
Compresión ilustrada: todo miembro debe tener oportunidades iguales y efectivas para
instruirse sobre las políticas alternativas y sus consecuencias posibles.
Control de agenda: los miembros deben tener oportunidad exclusiva como y si así lo eligen que
asuntos deben ser incorporados a la agenda.
Inclusión de adultos.
Cada uno de estos criterios son necesarios para que los miembros de una comunidad sean
políticamente iguales, desde el momento que una de estas no se cumple, miembros dejan de
ser iguales.

¿Por qué la democracia?: los líderes de regímenes no democráticos han sido capaces de
justificar su dominación invocando la antigua y persistente idea de que la mayoría de las
personas, simplemente no son competentes para participar en el Estado.
Cuando no bastaron estas justificaciones se recurrió a la coerción. La mayoría de la gente fue
gobernada forzadamente.

La democracia:
a) Evita la tiranía
b) Otorga los derechos esenciales
c) Libertades generales
d) Autodeterminación
e) Autonomía moral
f) Desarrollo humano
g) Protección de los intereses personales
h) Igualdad política
i) Busca la paz
j) Prosperidad

La democracia evita el gobierno de los autócratas: la cuestión no es si un gobierno puede


diseñar todas las leyes de forma que ninguna de ellas lesione los intereses del algún
ciudadano. Ningún gobierno, ni si quiera uno democrático, puede estar a la altura de esta
pretensión. La cuestión es si a largo plazo, un proceso democrático tendrá a producir menos
daños a los intereses de sus ciudadanos, que cualquier alternativa no democrática.
Precisamente las democracias son mucho menos tiránicas que los gobiernos no democráticos.

La democracia garantiza a sus ciudadanos una cantidad de derechos fundamentales que los
gobiernos no democráticos no garantizan, ni pueden garantizar: dado que los derechos son
elementos necesarios de las instituciones políticas democráticas, la democracia es también un
sistema de derechos.
Por definición ningún sistema no democrático otorga a sus ciudadanos este amplio elenco de
derechos políticos.
Las instituciones que otorgan y protegen los derechos y oportunidades son necesarias para la
democracia.

La democracia asegura a sus ciudadanos un mayor ámbito de libertad personal que cualquier
otra alternativa: la libertad de expresión posee su propio valor, porque es instrumental para la
autonomía moral, el juicio moral y la buena vida.
Si rechazamos el anarquismo y suponemos la necesidad del Estado, es Estado con un
gobierno democrático asegurara entonces un mayor grado de libertad que cualquier otro.

La democracia ayuda a las personas a proteger sus propios intereses: podrán proteger sus
derechos frente a los abusos del gobierno, y de aquellos que influyen y controlan el gobierno,
únicamente si pueden participar plenamente en la determinación de la conducta del gobierno.

Solo un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para que las
personas ejercite la libertad de autodeterminarse, es decir que vivan bajo las leyes de su propia
elección: no siempre se puede hacer lo que se desea. Consecuentemente, si uno simplemente
no puede imponer sus deseos por fuerza, debería encontrar una manera de resolverlos
pacíficamente.
El proceso aseguraría que, antes de la ley fuera promulgada, yo y todos los demás ciudadanos
tuviéramos una oportunidad de que nuestros puntos de vista fueran conocidos.
Se nos garantice oportunidades de discusión, que en las mejores condiciones pudieran
conducir a una ley que para todos sea satisfactoria.
Ante el supuesto más probable de que la unanimidad no pudiera ser alcanzada, se promulgara
aquella ley que cuente con el mayor apoyo.
Solamente un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para ejercitar
la responsabilidad moral: se adoptan principios morales y solo se toman decisiones en función
de esos principios después de haber entrado en un profundo proceso reflexivo con
considerando las consecuencias.

La democracia promueve el desarrollo humano: todos los demás regímenes reducen, a


menudo, el margen dentro del cual los adultos pueden proteger sus intereses.

Las democracias no hacen la guerra entre si: de treinta y cuatro guerras internacionales,
ninguna tuvo lugar entre países democráticos. Los gobiernos democráticos hicieron las guerra
con lo que no lo eran.
Impusieron también el dominio colonial mediante la fuerza militar a pueblos conquistados.
Algunas veces han interferido en la vida política de otros países contribuyendo a la caída de
gobiernos débiles.
A pesar de todo, el hecho destacable es que los países democráticos no hacen la guerra entre
si. Los altos niveles de comercio internacional entre las democracias modernas las predisponen
a la cordialidad más que a la guerra.

Los países con gobiernos democráticos tienden a ser más prósperos: las democracias eran
prosperas, y en comparación los países no democráticos, eran pobres.
La explicación puede encontrarse en parte en la afinidad entre la democracia y una economía
de mercado en la que los mercados no están por general altamente regulados, los trabajadores
son libres de moverse de un lugar a otro, o de un trabajo a otro, las empresas de propiedad
privada compiten por ventas y recursos, y los consumidores pueden elegir bienes y servicios
por proveedores en competencia.
Los países democráticos promueven la educación de sus pueblos; y una fuerza de trabajo
instruida contribuye a la innovación y el crecimiento económico. Además, respecto a las leyes
se implantan con mayor fuerza que no los países no democráticos; los tribunales son más
independientes; los derechos de propiedad gozan de mayor protección; los contratos se hacen
respetar mas, y es menos probable la intervención arbitraria por parte del Estado.
Buscar información es más fácil y mucho menos peligroso que en la mayoría de los otros
regímenes no democráticos.

¿Por qué la igualdad política?

El contra argumento de la tutela: la pretensión de que el gobierno debe remitirse a


expertos comprometidos con el bien estar general y que son superiores a otros en su
conocimiento de los medios necesarios para alcanzarlos, ha sido siempre el principal rival de
las ideas democráticas. Los defensores del gobierno de tutela atacan a la democracia en un
punto vulnerable de esta: se limitan a negar que las personas corrientes sean competentes
para gobernarse a si mismas.
La cuestión fundamental entre ambas posturas, es quien debe tener la última palabra en las
decisiones hechas por el gobierno de un Estado.

Para gobernar se debe tener mucho más que conocimiento científico: la acción de gobierno no
es una ciencia, exige juicios éticos. Los juicios éticos no son científicos.
Es decir cuando hemos de buscar un fin sacrificando otro, nos ubica necesariamente mucho
más allá que el conocimiento científico.

Para gobernar un Estado hace falta algo más que conocimiento: hace falta también ser no
corrompible, una firme resistencia a las tentaciones del poder, una continua e inflexible
dedicación al bien público más que al beneficio propio o del grupo.
Por muy sabios que sean los miembros de una elite gobernante que acceden al Estado por
primera vez, es probable que un poco tiempo abusen de él.

La competencia de los ciudadanos para gobernar: al rechazar la tutela concluimos en: entre
adultos, ninguna persona es mejor cualificada que otra para gobernar como para dotar a
cualquiera de ellas de autoridad completa y final sobre el gobierno del Estado. Ahora bien la
cuestión es si la mayoría de los adultos son competentes como para participar en el gobierno
del Estado.
Si ninguna persona esta tan definitivamente mejor cualificada para gobernar como para serle
encomendada la autoridad completa y final sobre el gobierno del Estado.
Excepto bajo una conveniente demostración en contrario, todo adulto protegido por el derecho,
que este sometido a las leyes del estado, debe ser considerado lo suficiente bien cualificado
como para participar en proceso democrático del gobierno del Estado.

Inclusión plena: el cuerpo de la ciudadanía de un estado gobernado democráticamente debe


incluir a todas las personas sujetas a las leyes de dicho estado, excepto a aquellas que han
demostrado ser incapaces de cuidarse por sí mismas.

¿Qué instituciones son necesarias la democracia?

Las democracias requieren:

a) Cargos públicos electos


b) Elecciones libres, imparciales y frecuentes
c) Liberad de expresión
d) Fuentes alternativas de información
e) Autonomía de las asociaciones
f) Ciudadanía inclusiva

Cargos públicos electos: los cargos son elegidos por los ciudadanos, y son cargos
representativos

Elecciones libres, imparciales y frecuentes: los cargos públicos son elegidos en elecciones
frecuentes conducidas con imparcialidad en las que, en términos comparativos hay poca
coerción.

Libertad de expresión: los ciudadanos tienen derecho a expresarse, sin peligro a un castigo
severo, sobre asuntos políticos.

Acceso a fuentes alternativas de información: los ciudadanos tienen derecho a solicitar,


periódicos, libros, revistas, y demás fuentes que no estén bajo el control del Estado, ni de
cualquier otro grupo político que intente influir sobre los valores y las actitudes políticas
públicas, estas fuentes están protegidas por la ley.

Autonomía de las asociaciones: los ciudadanos tienen también el derecho de construir


asociaciones relativamente independientes del Estado y de partidos políticos.

Ciudadanía inclusiva: a ningún adulto le puede ser negado los derechos de que disfruten otros
y que sean necesarios para estas cinco instituciones políticas que acabamos de presentar.

También podría gustarte