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Trabajo:
Asignatura:
Conducta Anormal I
Msc.:
Alumno:
Tegucigalpa M.D.C
zaje.
(TEAP)
Introducción
En el presente protocolo se darán a conocer los síntomas y signos de alarma del (TEAP)
trastorno especifico del aprendizaje, recordando que este trastorno está dentro del grupo de
trastornos del neurodesarrollo con origen biológico que es la base de las anormalidades a nivel
cognitivo, el origen biológico incluye una interacción de factores genéticos, epigenéticos y
ambientales que afectan a la capacidad del cerebro para percibir o procesar información. El
protocolo estará segmentado según su grado de dificultad, en lectura, en escritura y en
matemáticas, también se brindarán o se especificaran ciertas recomendaciones relacionadas
con el abordaje a nivel de tratamiento, según contextos o áreas donde las personas con TEAP
se desenvuelven, estas recomendaciones están vinculadas y dirigidas a las familias, los
docentes y el centro educativo donde se desenvuelven los niños con el trastorno.
Objetivo
La finalidad del protocolo es facilitar la detección del TEAP, así mismo ayudar a las
personas que tienen el trastorno mediante una intervención, que está relacionada y
vinculada en los ambientes posibles donde se desenvuelven las personas con trastorno
de aprendizaje, en el instituto, en la familia, etc.
Lista de chequeo.
• Errores Viso-espaciales:
Escritura en espejo.
• Errores Viso-auditivos:
• Dificultades para contar hacia atrás, que Dificultad para dominar el sentido
son más evidentes si se hace en numérico.
secuencias impares.
Dificultad con el razonamiento
• Dificultades para realizar cálculos matemático.
aproximados.
Determinar la presencia de
dificultades en el aprendizaje y el
uso de las aptitudes académicas.
No Si
Tratamiento multidisciplinario
*Psicopedagógico
*Conductual
Seguimiento evolutivo.
*Emocional
*Familiar
Recomendaciones
Para el paciente:
Planificación de su horario de trabajo, habida cuenta los tiempos de los que dispone y
sus preferencias.
Uso de una agenda en la que anotar las tareas escolares, los exámenes, los recados, las
notas, etc.
Asegurarse de que cuenta con los materiales necesarios para el trabajo y/ estudio,
colaborando entre los compañeros y compañeras.
Entrenamiento en auto-instrucciones.
La familia juega un papel muy importante en el apoyo emocional y escolar de todo el alumnado;
apoyo que debe ser más persistente en el caso de alumnado con dificultades específicas del
aprendizaje.
El niño o niña con dificultades específicas del aprendizaje buscará en su familia una explicación
a lo que le ocurre, siendo la familia su principal apoyo.
Es muy importante explicarle a su hija o a su hijo que su dificultad en el aprendizaje no está
relacionada con su capacidad intelectual ni con su trabajo y esfuerzo, pero que con el apoyo de
la familia y del profesorado mejorará en su proceso de aprendizaje.
Es preciso evitar que la preocupación de las familias aumente los problemas del niño o de la
niña, incrementando su angustia. Se les debe dejar muy claro que pueden tener éxito. Asimismo,
es importante desarrollar la autoestima a todos los niveles, en especial cuando se sienta decaído
o fracasado, sin caer en la sobreprotección o en el «todo vale», considerando a su hijo o hija con
su propio nivel y rendimiento. Hacerle saber que el éxito puede implicar gran cantidad de
esfuerzo, constancia y compromiso, pero que se comprende su problema y que recibirá una
ayuda específica para eso.
La implicación y la ayuda de las familias con los hijos y con las hijas que tienen dificultades
específicas del aprendizaje correlaciona positivamente con la mejora de sus procesos de
aprendizaje. En consecuencia, se deben potenciar las relaciones familia-escuela, de manera que
se produzca una adecuada colaboración, en la que las familias contribuyan a poner en práctica
las orientaciones procedentes del equipo docente y este escuche y dé respuesta a las demandas
de las familias.
Algunas indicaciones que se les recomienda a las familias, para procurar la mejora
de su hijo o de su hija con dificultades específicas del aprendizaje, son las siguientes:
a. En general:
Ayudarle a que aprenda a organizar el trabajo, a que sepa calcular cuánto tiempo le
supondrá realizar las tareas escolares o preparar un examen, previendo las pausas para
evitar la fatiga excesiva. Recurrir a agendas visuales de las diferentes actividades,
tareas, etc.
Ayudarle a que sea capaz de organizar los materiales necesarios para las clases diarias y
para las actividades extraescolares.
Utilizar códigos de colores para favorecer la localización de las cosas que necesita.
Ayudarle a hacer mapas conceptuales para mejorar sus técnicas de trabajo intelectual.
Utilizar recursos informáticos y técnicos adecuados a sus dificultades.
b. En educación infantil:
Prestar atención a las preguntas de los niños y niñas sobre la lectura, mismo antes de
que empiecen a aprender formalmente a leer y a escribir.
Practicar la lectura en voz alta de cuentos y otro tipo de textos: libros «ilustrados» sobre
animales, adivinanzas, trabalenguas, juegos de palabras, poesías, etc.; acercando su hijo
o hija a los mundos maravillosos creados por la literatura.
c. En educación primaria:
Dejarle claro que la familia comprende sus dificultades, que siempre estará a su lado
para ayudarle, que logrará avances, aunque le cueste mucho y que podrá contar con
ayuda específica para eso.
Ser paciente con el ritmo de lectura de su hijo o hija. Lo mejor que puede hacer este o
esta es leer detenidamente cada palabra. Como padre o madre evitar animarle a
adivinarlas.
Realizar actividades para fomentar la comprensión: que le cuente lo que leyó, prediga lo
que cree que pasará en la historia, haga preguntas aclare términos, etc.
Servir de modelo y leer. Los niños y niñas imitan lo que ven y valoran lo que los
adultos hacen. Ir a la biblioteca con frecuencia, donde hay actividades para toda la
familia (lectura de cuentos, ordenadores, ayuda con las tareas y otros eventos para el
disfrute de toda la familia).
Dar apoyo emocional y social: aumentar su autoestima reforzando sus éxitos y sus
logros, reconociendo su esfuerzo.
En la casa, poner los libros al alcance de sus hijos e hijas, de forma que puedan leer una
y otra vez los que les gusten (no es siempre necesario comprar libros, pueden ser de
préstamo o intercambiados con familiares y amistades).
Hablarles durante las comidas y en otros tiempos en que la familia esté junta. Los niños
y las niñas aprenden mejor las palabras cuando las oyen frecuentemente.
c. En educación secundaria:
Mantener las buenas prácticas de la etapa anterior, adecuándolas a la edad de sus hijos e hijas y
cuidando todo lo que tiene que ver con la organización y con el desarrollo emocional. En todo
caso, en esta etapa hace falta que las familias:
Hablen con su hijo o hija sobre las exigencias de la nueva etapa educativa.
Establecer, de forma clara, las propuestas para la atención al alumnado con dislexia y/u
otras dificultades específicas del aprendizaje.
Emplear las agendas escolares, sobre todo en los primeros cursos de la enseñanza
obligatoria.
Test-Escalas leximétricas
TALE y EMLE-TALE 2000