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Dia de La Memoria
Dia de La Memoria
MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Secretaría de Educación
«Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que
remover el pasado. [...] Están perfectamente equivocados. Las heridas
aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un
cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia.
Sólo así es posible el olvido verdadero»
(Juan Gelman, poeta argentino, en su discurso de recepción del Premio Cervantes de Literatura 2007, el más
prestigioso de las letras castellanas, de manos del rey Juan Carlos I de Borbón, en la Universidad de Alcalá de
Henares, España)
El punto de partida:
reciente. El golpe de Estado de 1976 debe ser trabajado en las aulas para
más se repitan1.
Algunas premisas:
(Gotbeter, 2006).
pasiones. Sin duda, la riqueza del trabajo con los alumnos será posible en la
9 “…uno de los primeros riesgos que tenemos con un tema como este es una
moralista, de decir "ocurrió algo malo que no tiene que volver a pasar" y
pero no les damos los elementos para que ellos puedan pensar sobre lo que
ocurrió, cómo ocurrió, cómo fue posible que ocurriera…” (Siede, 2006).
1
Fuente: Educ. ar, el portal Educativo del Estado Argentino. 24 de marzo. Materiales para trabajar en la escuela,
http://www.educ.ar/educar/site/educar/militar%20de%201976.html?uri=urn:kbee:328ed620-7289-11dc-9dcd-
00163e000038&page-uri=urn:kbee:ff9221c0-13a9-11dc-b8c4-0013d43e5fae
9 “… es importante dejarle un lugar a la opinión de los chicos. Una vez que
de las categorías que los explican, necesitamos también que los chicos
qué posición toman ellos frente a cada uno de estos temas. Y no como una
9 Recorridos literarios
9 Canciones
9 Testimonios
9 Textos de opinión
9 Entrevistas
Referencias bibliográficas
Francisco Urondo2
Vida y obras
Su obra poética comprende Historia antigua (1956), Breves (1959), Lugares (1961),
Nombres (1963), Del otro lado (1967), Adolecer (1968) y Larga distancia (antología
publicada en Madrid en 1971). Ha publicado también los libros de cuentos Todo eso
(1966), Al tacto (1967); Veraneando y Sainete con variaciones (1966, teatro);
Veinte años de poesía argentina (ensayo, 1968); Los pasos previos (novela, 1972), y
en 1973, La patria fusilada, un libro de entrevistas sobre la masacre de Trelew del
'72. Es autor en colaboración de los guiones cinematográficos de las películas
Pajarito Gómez y Noche terrible, y ha adaptado para la televisión Madame Bovary
de Flaubert, Rojo y Negro de Stendhal y Los Maïas de Eça de Queiroz. En 1968
2
Fuente: http://www.literatura.org/Urondo/fupdb.htm
fue nombrado Director General de Cultura de la Provincia de Santa Fe, y en 1973,
Director del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires. Como periodista colaboró en diversos medios del país
y del extranjero, entre ellos, Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión y
Noticias.
Murió en Buenos Aires en junio 1976, en un enfrentamiento.
Palabra
De Poemas póstumos
Parece mentira
que haya llegado a tener
la culpa de todo lo que ocurre
en el mundo; pero es así. Han tratado
de disuadirme psicólogos y sociólogos de mi tiempo,
me han dado razones de peso técnico largamente
formuladas y
parcialmente ciertas. Pero
yo sé que soy culpable de los dolores
que aquí siento y recorren el mundo; de las soledades
que lo van vaciando: quisiera saltar
como Juan L. Ortiz, vociferar
como Oliverio Girondo, pero: primero, ellos me ganaron
de mano; segundo, no me sale bien y aquí
empieza todo nuevamente: otro sufrimiento
igual a diapasones y recursos
que conozco perfectamente y que no vale la pena
repetir: primero, para no emularlos; segundo, porque
tendré que ir
reconociendo que no he sabido
hacerme entender. Y esto es agudo como un ataque
que nos traga la lengua; pido entonces disculpas
por la mala impresión, por las exageraciones.
No puedo quejarme
Muchas gracias
Sirve y me inclino
ante tu palabra, luz de mi pensamiento. Abrirán
las puertas, dejarán entender: los artistas, los
intelectuales, siempre
han sacudido el polvo de la realidad; descubrieron
caminos, emancipaciones
que no siempre lograron recorrer: era
prematuro en algunos casos, en otros fue distinto
– convengamos–, otras palabras son, bajar
la corredera de la mira, buscar con el guión
y dar justamente sobre algo que puede
moverse; un bulto,
un meneo a menos de cien metros
de tu corazón vulnerable, también enemigo.
Vida y obras
Miguel Ángel Bustos Von Joecker nació en Buenos Aires en 1933. Desaparecido
por la dictadura militar el 30 de mayo de 1976. Cursó estudios de Derecho y
Filosofía y Letras. Viajó por el norte de su país, Brasil, Bolivia y Perú en una
búsqueda de la identidad continental que refleja en poemas y dibujos vinculados al
surrealismo y la literatura fantástica.
Entre 1966 y 1967 el dibujo comenzó a ocupar un espacio tan absoluto como el de
su poesía; cuatro de sus libros están ilustrados por él. En 1968 obtuvo el Segundo
Premio Nacional de Poesía por Visión de los hijos del mal. Cuatro años después
nació su único hijo, Emiliano. Era militante del Partido Revolucionario de los
Trabajadores (PRT). Colaboró como crítico literario en las revistas Panorama,
Siete Días y en los diarios La Opinión y El Cronista Comercial. También fue un
asiduo colaborador del equipo periodístico que editaba el quincenario político
Nuevo Hombre que, luego de Silvio Frondizi, dirigía Rodolfo Mattarollo.
En su memoria, dijeron…
Porque con Miguel Ángel, con sus ojos claros, grandes, a veces patéticos,
amenazadoramente dilatados, y su eterno rostro de niño, inocente, pícaro, sufrido,
hermoso, con su traje cada vez más gastado y más elegante, y sus bromas y sus
delirios y sus suicidios y sus ataques de asma y su “lesión epiléptica” y sus dibujos
tan bellos como alucinantes y sus terribles y maravillosas locuras, la solemnidad
entre nosotros nunca, nunca fue posible, y mucho menos concebible la de un
prólogo. Por eso, estas líneas sólo son un encuentro más, a la vez casual y buscado,
como cualquiera de los encuentros de entonces, primero en el Macumba o el Coto o
el Florida, bares que ya no están, aunque en los últimos tiempos ya fuesen citas
obligatoriamente fugaces en cafés más inocentes, que quizás aún resisten,
eternamente subversivos, luminosamente secretos, casi sin otros dueños que los
parroquianos, es decir, todos nosotros.
Quizá aquí tendría que volcar datos, la fecha de nacimiento (de muerte,
significativamente, no hay), sus viajes, sus estudios, su pintura, sus penurias
económicas, los días de suicidio, los avatares políticos de la izquierda, pero sería
mentir, porque muchas tardes, en una redacción de tantas, sacudiéndose las sutiles
pero pesadísimas cadenas del periodismo, Miguel Ángel y yo hablamos de nuestras
reencarnaciones pasadas y futuras, aunque la visión del río desde los ventanales de
la Editorial Abril (y los seductores paisajes de esa redactora de la sección
Espectáculos) nos convencía de que este “karma” era y sigue siendo el más
apasionante de todos, pese a la derrota, pese a las ausencias, pese a su ausencia.
...Recuerdo la vez que tropecé con Miguel Ángel, una noche precisamente de mucho
frío. Justo unos minutos después de toparme con Paco Urondo, sonriente, seguro,
rodeado por sus compañeros, eufórico porque acababa de ver al General asomado
por la ventana, me encontré con Miguel Ángel. Ahí estaba él, con su traje de
siempre y avanzando, con una frazada al hombro, por la calle Gaspar Campos, sin la
menor euforia pero preparándose para dormir en el terreno baldío que había ahí
enfrente.
Acá está el pueblo, Alberto, y algo tiene que pasar - me dijo- , yo no me voy.
No hubo forma de convencerlo, y se quedó, y aún sigue, aún sigue, en ese terreno
baldío, en este país baldío, y aquí está.
3
Fuente: La Tecla Eñe - Ideas, cultura y otras Historias - Número 16, 2005.
http://www.icarodigital.com.ar/numero16/zona/poemasbustos.htm
... El domingo 31 de mayo de 1976, que quiso ser un domingo como otros, Miguel
Ángel salió de su casa de la calle Hortiguera, a dos cuadras del Parque Chacabuco,
para pasear con Emiliano, que acababa de cumplir cuatro años. Pero esa noche, a las
diez y media, mas o menos, u once menos cuarto, tocaron el timbre, acaso hubiese
podido huir, pero se negó... Las tarjetas amarillas que mostraron los asesinos
intentaron dar al allanamiento ciertos visos de legalidad. Uno de ellos le dijo
cínicamente: “lleva una frazada, Bustos, que va a hacer frío”.
Palabras
quebrados en el horizonte.
Silencio
sobre el polvo
silencio
(5 de Octubre)
Espumas de luz y sombra: murallón de vida.
acorralando en la noche
Niños heridos
palomas de hambre
VIDA y OBRAS
Su obra narrativa, nutrida en sus tan disímiles experiencias, posee una rara
densidad descriptiva que por momentos se torna casi lírica, y un manejo poco usual
del mundo de los afectos simples, que elude todo sentimentalismo fácil. Fue
secuestrado por 1976 por la dictadura militar y hasta el día de hoy permanece en
la lista de desaparecidos. Algunos testimonios reconocen haberlo visto en la ESMA.
Palabra
4
Fuente: http://www.literatura.org/Conti/Conti.html
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/com_social/audiovideoteca/literatura/co
nti_audio_win_es.php
RODOLFO WALSH5
VIDA y OBRAS
- http://www.nuncamas.org/investig/articulo/walsh_carta.htm
- http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/walsh/carta.html
- http://www.fmmeducacion.com.ar/Bibliotecadigital/Walsh_CartaAbiertaala
JuntaMilitar.pdf
5
Fuente: http://www.literatura.org/Walsh/Walsh.html
Palabra
¾ Recomendamos
Palabra6
6
"Hechos", "Notas" y "Si, dulcemente" fueron publicados en Interrupciones I, Libros de Tierra
Firme/Ediciones Ultimo Reino. © 1988 Juan Gelman
Hechos
de Hechos, 1978
Nota II
Si Dulcemente
¾ Antologías
Editora.
Calle, L. (2004). Una luz desde el río. Vía Crucis 1976-1983. Con Ilustraciones de
Calle L. (2005) Une lumiere venue du fleuve. Trad. de Yves Roulliére. En Revista
A Martín Andrade
1. Condena a muerte
3. Primera caída
¿Dónde tu vientre?
¿Dónde tu vientre, Madre, me prometió amargores?
6. La Verónica
Alguien me amenaza
se acerca un desconocido
y tengo miedo es natural.
7. Segunda caída
9. Tercera caída
11. La cruz
Tengo sed.
Entre mi espalda y el madero
siento una brisa suave.
12. Muerte
13. Descenso
7
Fuente: cuaderno de trabajo 30 a os http://www.unter.org.ar/imagenes//6050.pdf
Testimonios
HAROLDO CONTI
Desde que recibió las primeras advertencias tenía una invitación para viajar a
Ecuador, pero prefirió quedarse en su casa. "Uno elige", me decía en su carta. El
pretexto principal para no irse era que Martha estaba encinta de siete meses y no
sería aceptada en avión. Pero la verdad es que no quiso irse. "Me quedaré hasta que
pueda, y después Dios verá", me decía en su carta, "porque, aparte de escribir, y no
muy bien que digamos, no sé hacer otra cosa". En febrero de 1976, Martha dio a
luz un varón, a quien pusieron el nombre de Ernesto. Ya para entonces, Haroldo
Conti había colgado un letrero frente a su escritorio: "Este es mi lugar de
combate, y de aquí no me voy". Pero sus secuestradores no supieron lo que decía
ese letrero, porque estaba escrito en latín.
Cuando volvieron, a las 12.05 horas de la noche, quien les abrió la puerta de su
propia casa fue un civil armado con una ametralladora de guerra. Dentro había
otros cinco hombres, con armas semejantes, que los derribaron a culatazos y los
aturdieron a patadas.
A las cuatro de la madrugada, uno de los asaltantes tuvo un gesto humano, y llevó a
Martha a la habitación donde estaba Haroldo para que se despidiera de él. Estaba
deshecha a golpes, con varios dientes partidos, y el hombre tuvo que llevarla del
brazo porque tenía los ojos vendados. Otro que los vio pasar por la sala, se burló:
"¿Vas a bailar con la señora?". Haroldo se despidió de Martha con un beso. Ella se
dio cuenta entonces de que él no estaba vendado, y esa comprobación la aterrorizó,
pues sabía que sólo a los que Iban a morir les permitían ver la cara de sus
torturadores. Fue la última vez que estuvieron juntos. Seis meses después del
secuestro, habiendo pasado de un escondite a otro con su hijo menor, Martha se
asiló en la Embajada de Cuba. Allí estuvo año y medio esperando el salvoconducto,
hasta que el general Omar Torrijos intercedió ante el almirante Emilio Massera,
que entonces era miembro de la Junta de Gobierno Argentina, y éste le facilitó la
salida del país.
Quince días después del secuestro, cuatro escritores argentinos -y entre ellos los
dos más grandes- aceptaron una invitación para almorzar en la casa presidencial
con el general Jorge Videla. Eran Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Alberto
Ratti, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, y el sacerdote Leonardo
Castellani. Todos habían recibido por distintos conductos la solicitud de plantearle
a Videla el drama de Haroldo Conti. Alberto Ratti lo hizo, y entregó además una
lista de otros once escritores presos. El padre Castellani, entonces tenía casi
ochenta años y había sido maestro de Haroldo Conti, pidió a Videla que le
permitiera verlo en la cárcel. Aunque la noticia no se publicó nunca, se supo que, en
efecto, el padre Castellani lo vio el 8 de julio de 1976 en la cárcel de Villa Devoto,
y que lo encontró en tal estado de postración que no le fue posible conversar con
él.
Otros presos, liberados más tarde, estuvieron con Haroldo Conti. Uno de ellos
rindió un testimonio escrito, según el cual fue su compañero de presidio en el
campo de concentración de la Brigada Gómez, situada en la autopista Richieri, a
doce kilómetros de Buenos Aires por el camino de Ezeiza. "En mayo de 1976", dice
el testimonio, "Haroldo Conti se encontraba en una celda de dos metros por uno,
con piso de cemento y puerta metálica. Llegó el día 20. Dijo haber estado en un
lugar del Ejército, donde lo pasó muy mal. Dijo que se había quedado encerrado en
un baño, donde se desmayó. Apenas sí podía hablar y no podía comer. El día 21 pudo
comer algo. Se ve que andaba muy mal porque le dieron una manta y lo iban a ver
con frecuencia. En la madrugada del día 22 lo sacaron de la celda. Parece que lo
iban a revisar o algo así. Estaba muy mal y no retenía orines". El testigo no lo volvió
a ver en la prisión. No ha habido gestión, ni derecha ni torcida, que la esposa y los
amigos de Haroldo Conti no hayamos hecho en el mundo entero para esclarecer su
suerte.
Hace unos dos años sostuve una entrevista en México con el almirante Emilio
Massera, que ya entonces estaba retirado de las armas y del Gobierno, pero que
mantenía buenos contactos con el poder. Me prometió averiguar todo lo que
pudiera sobre Haroldo Conti, pero nunca me dio una respuesta definitiva. En junio
de 1980, la reina Sofía de España viajó a Argentina al frente de una delegación
cultural que asistió al aniversario de Buenos Aires. Un grupo de exiliados le pidió a
algunos miembros de la comitiva que intercedieran ante el Gobierno argentino para
la liberación de varios presos políticos prominentes. Yo, en nombre de la Fundación
Habeas, y como amigo personal de Haroldo Conti, les pedí una gestión muy modesta:
establecer de una vez y para siempre cuál era su situación real. La gestión se hizo,
pero el Gobierno argentino no dio ninguna respuesta. Sin embargo, en octubre
pasado, cuando ya estaba decidido su retiro de la presidencia, el general Jorge
Videla concedió una entrevista a una delegación de alto nivel de la agencia Efe, y
respondió algunas preguntas sobre los presos políticos. Por primera vez habló
entonces de Haroldo Conti. No hizo ninguna precisión de fecha, ni de lugar ni de
ninguna otra circunstancia, pero reveló sin ninguna duda que estaba muerto. Fue la
primera noticia oficial, y hasta ahora la única. No obstante, el general Videla les
pidió a los periodistas españoles que no la publicaran de inmediato, y ellos
cumplieron. Yo considero, ahora que el general Videla no está en el poder, y sin
haberlo consultado con nadie, que el mundo tiene derecho a conocer esa noticia.
Suna Rocha9
Una noche, iba llegando a mi casa, y en la puerta del edificio donde vivía- Colón y
General Paz- un soldado apostado en la puerta de mi edificio, la calle cortada,
pensé… debe ser un personaje peligroso al que buscan…no…era a mí, les pedí subir
para sacarme mi sacón de piel, y mis botas, y ponerme algo más cómodo…me
esperaron..y allí partí, a una seccional cercana de Alto Alberdi. Corría el mes de
abril del 76, mucho frío, y me dejaron con la consigna “está a disposición del PEN”.
Dormí sentada en una habitación sin puerta, en una vieja y desvencijada silla, creí
que moría de frío. Al otro día ya habían traído a dos compañeros más. Volvieron,
nos vendaron los ojos en el patio. Nos ataron las manos y nos subieron a un viejo
camión verde color desesperanza y salimos con rumbo desconocido. Empecé a llorar
desconsoladamente,y un soldado me dijo: No llores….que no pueden hacerlo, y no
podré salir en la primera baja…..
Todas las noches me llevaban cerca de la estufa a cantar, lo hacía dando vueltas un
jarro de mate cocido, y al compás de las manos cantaba canciones que me hacían
muy bien al espíritu y por supuesto que también a mis compañeras de detención.
Allí había de todo, hasta un hospital entero de Cruz del Eje con médicos,
enfermeras, personal administrativo etc. Allí estuvimos varios días. Se
comportaron demasiado bien, porque quizás, como eran las nuestras de las
primeras detenciones, no se habían cebado aún con el olor y el color de la sangre.
Textos extraídos, con autorización de los editores, del fascículo Un golpe a los
libros (1976-1983). Buenos Aires, Secretaría de Cultura del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires. Dirección General del Libro y Promoción de la Lectura,
2001.
Si bien las prohibiciones se instalaron en todos los frentes, hubo un espacio que el
ojo del censor vigiló con firmeza: el de la literatura infantil. Los militares se
sentían en la obligación moral de preservar a la niñez de aquellos libros que —a su
entender— ponían en cuestión valores sagrados como la familia, la religión o la
patria. Gran parte de ese control era ejercido a través de la escuela, tal como
demuestran las instrucciones de la “Operación Claridad” (firmadas por el jefe del
Estado Mayor del Ejército, Roberto Viola), ideadas para detectar y secuestrar
bibliografía marxista e identificar a los docentes que aconsejaban libros
subversivos. Las indicaciones incluían:
(5) De ser posible se agregará un ejemplar del texto. Caso contrario, fotocopias de
algunas páginas, en las que se evidencie su caracter subversivo.
Los cuentos de la autora cordobesa hablaban de la vida cotidiana —los padres que
trabajan, las familias a las que no les alcanza la plata— en una época en que la
literatura infantil recién comenzaba a consolidarse. Desarrollo que la dictadura
intentó encorsetar. Hasta había palabras desaconsejadas por el poder militar:
calzado en lugar de alpargatas, por citar un ejemplo recordado en un ensayo por
Devetach.
“La Torre de Cubos se prohibió primero en la provincia de Santa Fe, después siguió
la provincia de Buenos Aires, Mendoza y la zona del Sur, hasta que se hizo decreto
nacional. A partir de ahí la pasé bastante mal. Porque no se trataba de una cuestión
de prestigio académico o de que el libro estuviera o no en las librerías. Uno tenía un
Falcon verde en la puerta. Yo vivía en Córdoba y más de una vez tuve que dormir
afuera. Finalmente nos vinimos con mi marido a Buenos Aires en busca de trabajo y
anonimato. Durante todo ese período quise publicar y no pude.”
“A lo largo de seis meses no pude escribir. Superado ese lapso, compuse la nouvelle
titulada Bilembambudín o El último mago —publicada enseguida por Editorial
Fausto— y a partir de ahí continué con la escritura, contra viento y marea. Pero la
prohibición afectó particularmente mi relación con la existencia. En especial,
debido a la gran cantidad de personas que decían apreciarme, quererme y que se
borraron por completo a causa del decreto militar. Por extensión arbitraria del
mismo tuve vedado el acceso a todo establecimiento de educación pública (de
cualquier lugar de la Argentina y de cualquier nivel) hasta que terminó la
dictadura.”
El siguiente libro de la colección fue imposible venderlo y para el cuarto les costó
encontrar un lugar donde imprimirlo. Sólo aceptó una persona, a condición de que su
nombre no figurara en el colofón.
“Un día venía caminando por la calle Matienzo y vi que estaban haciendo un
allanamiento. Yo —de prepotente y de odio que tenía— miré fijo al militar. El tipo
me mandó un soldado con un arma que me abrió el bolso y encontró tres libros. Me
dijo: —Ahá, cuántos libros tenés vos, pibe. —Yo me había olvidado que los llevaba,
de lo contrario no hubiera mirado fijo al militar. El soldadito se detuvo en una foto
de Marx que aparecía en un catálogo y en una del Che Guevara. —Qué cosas jodidas
tenés, pibe —me encaró justo cuando lo llamaron por el handy. —Esta vez zafaste,
pero dejate de embromar con esas cosas jodidas —repitió. Ese era el clima que se
vivía: tener un libro era peligroso.”
SIC
La orden de censura fue transmitida por radio y, poco después, un decreto disponía
el arresto de los editores Daniel Divinsky y Kuki Miler, que estuvieron 127 días
detenidos a disposición del Poder Ejecutivo. Estaban todavía en prisión cuando
también fue prohibido Ganarse la muerte, de Griselda Gambaro, otro de los libros
de su sello.
“Un ejemplar de Cinco dedos fue comprado por la esposa de un coronel de Neuquén,
que cuando vio el libro que tenían sus hijos se horrorizó. Una de las cosas que le
había molestado era que la mano derrotada fuera verde, el color del uniforme de
fajina del Ejército Nacional. De ahí surgió la prohibición.”
“En la Feria de Frankfurt de 1976 me encontré con Osvaldo Bayer, quien me contó
que un agente de la Side –que le debía un favor- le avisó que dejara el país en 48
horas. Entre otras cosas argumentó que en la Argentina se quería subvertir a los
chicos, y para ejemplificarlo le mostró un ejemplar de Cinco dedos. Bayer me dijo
que tuviera cuidado y yo pensé para mis adentros que, a lo sumo, no dejarían
circular el libro, pero que más de eso no iba a pasar.”
“De los colegas editores nacionales no tuvimos ningún tipo de solidaridad. Entre los
escritores había empezado a circular una carta que nadie se animó a firmar hasta
que lo hizo Silvina Ocampo, insospechable de comunismo. Y entonces algunos otros
firmaron. El apoyo fue del exterior, capitaneado por Rogelio García Lupo, que se
instaló en la editorial y consiguió la respuesta de distintas asociaciones de editores
del extranjero. Salimos del país gracias a una invitación de la Feria de Frankfurt,
que si bien se hacía varios meses después, puso a nuestra disposición pasajes para
que los usáramos cuando lo creyéramos conveniente. Salimos con esos pasajes y
pasamos gran parte del exilio en Venezuela.”
“Más libros para más” era la consigna del Centro Editor de América Latina, Ceal, el
sello fundado por Boris Spivacow que repartió cantidad y calidad a través de
colecciones memorables como Capítulo, Historia del movimiento obrero, Biblioteca
Política Argentina, La historia popular, Cuentos del Chiribitil, Siglomundo, Nueva
Enciclopedia del Mundo Joven y Transformaciones, entre centenares de entregas
en fascículos o volúmenes económicos.
“Boris Spivacow salvó por milagro su vida. Pero el Ceal nunca pudo reponerse de los
golpes del Golpe.”
“Al principio tuvimos mucho miedo; yo, cada vez que me iba para el Ceal, le decía a
mi vecina de arriba que si a determinada hora no volvía se llevara a mis tres hijos a
la casa de mi mamá. Pero, a la vez, nos acostumbramos a trabajar en ese contexto
de terror. El escritorio donde yo me sentaba —por ejemplo— tenía un agujero, que
fue dejado por el impacto de una de las bombas que tiraron a la editorial, y yo
apoyaba los papeles al lado. De repente llamaban de un depósito, nos avisaban que
había habido un allanamiento y que venían para la redacción. Nosotros nos
preparábamos, tirábamos carpetas, escondíamos agendas en el jardín,
incinerábamos papeles. Les decíamos a los vecinos que íbamos a hacer un asado y
quemábamos papeles en la bañera, que quedaba negra del humo.”
“También las bañeras de nuestras casas estaban negras. Yo rompí y quemé muchos
libros, y fue una de las cosas de las que nunca me pude recuperar. Lo hacía y
lloraba porque no quería que mis hijos me vieran, porque no quería que lo contaran
en la escuela, porque no quería que supieran que su madre era capaz de romper
libros... Porque sentía mucha vergüenza.”
“Los libros del depósito de Sarandí ardieron durante tres días, algunos habían
estado apilados y se habían humedecido, así que no prendían bien. La colección que
yo dirigía, Nueva Enciclopedia del Mundo Joven (1), fue quemada íntegra. Me
acuerdo de que en uno de los fascículos, de historia del feudalismo, había un
príncipe que no se terminaba de quemar. El pobrecito era un príncipe medio
afeminado y lleno de flores que se resistía a la hoguera.”
¿Cuáles fueron para usted las causas del golpe del '76?
No se puede analizar el golpe del ’76 fuera de una historia de golpes en la
Argentina que comienza en el año 1930. Todos conocemos la posibilidad de golpe de
estado; la imposibilidad de que los gobiernos civiles se afianzaran. En cierto
momento se habló de la existencia de un partido militar, en tanto era el ejército
quien determinaba el curso de las políticas nacionales. En realidad, no puede haber
un golpe de estado sin contar con apoyo civil. Ese apoyo civil es en general de
empresarios, agropecuarios, según la época, y sectores políticos. Es verdad que los
políticos, los radicales, los comunistas, los demócratas progresistas, los socialistas
golpearon las puertas para que los militares derrocaran a Perón. De alguna manera,
el golpe del ’76 se dio con un consenso social bastante grande, sobre todo en la
pequeña burguesía urbana y en los sectores urbanos. Los pretextos que se usaron
eran, por un lado, económicos: la mala gestión de Isabel. Eso existió, pero
estábamos a nueve meses de elecciones generales, donde se podía elegir otro
gobierno. Otro pretexto que se utilizó fue el de la guerrilla. Pero ocurre que en
países como Italia y Alemania la guerrilla se pudo controlar y deshacer sin golpe de
estado. Éste es el fundamento de la famosa teoría de los dos demonios. Es decir,
de un lado estaba la guerrilla, del otro lado estaban los militares y en el medio
había una población que no tenía nada que ver con nada. Ésta es una forma de
desresponsabilizar a la gente en relación a lo que ocurría.
Respecto a lo que dicen algunos militares como Suárez Mason, acerca de que ellos
se sienten usados por las grandes fuerzas empresariales es, hasta cierto punto, así
y, hasta cierto punto, no es tan así. Sí habla de la existencia de un tejido anterior
al golpe militar, un tejido que se fue conformando a lo largo de los años. Antes del
golpe del ’76, estuvo el golpe del ’55 y estuvo el gobierno de Frondizi. Es decir, ya
habían empezado los intentos de asociar al país a las políticas monetaristas
internacionales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, y había
comenzado la voluntad de iniciar las privatizaciones y todo lo demás. De manera
que no se puede desvincular la acción militar de esta voluntad de sectores
empresariales del país y de fuera de imprimir en el país un rumbo determinado en
este campo.
Eran estudiantes, el 30 por ciento; eran obreros, gente que trabajaba, más del 50
por ciento. Había intelectuales, había periodistas, hombres de teatro, de letras,
había curas, sacerdotes, incluso. La Noche de los Lápices es un ejemplo muy claro:
gente que peleaba por cambiar una situación de injusticia en el país, por medios
pacíficos. Sin ninguna duda a esta gente se la mete en la misma bolsa, sigue siendo
uno de los dos demonios, cuando en realidad fue una voluntad de cambio que venía
de la década anterior, de los años '60.
En esa década hubo un factor que influyó mucho, sobre todo en la fuerza de
izquierda en la Argentina: la Revolución Cubana. Hasta entonces mundialmente se
pensaba que era posible la transición pacífica al socialismo. El Partido Comunista
argentino estaba en esa misma posición. Y la Revolución Cubana mostró la
posibilidad de cambiar el sistema por la vía guerrillera. Esto influyó en sectores
muy grandes de la intelectualidad argentina, que siempre se caracterizó por una
participación activa, esto desde el siglo pasado. Hubo grandes estadistas nuestros
que fueron intelectuales. Y esto es una constante en los países de América latina.
En esos años había una discusión muy ardiente acerca de lo que pasaba en el país y
de cómo cambiar lo que estaba pasando en el país. Y existían posiciones de lo más
diversas con respecto a eso. Pero por sobre todo había una voluntad de cambio y de
reflexión acerca de los caminos para producir ese cambio, en la que había
muchísimos intelectuales, escritores, pintores, artistas en general. Eso era un
fenómeno natural en esos años. Hay una teoría de Sartre del escritor
comprometido que no tenía mayor asidero, porque el escritor comprometido implica
que “hay una voluntad de”, mientras que para el movimiento estudiantil y grandes
sectores de artistas e intelectuales de Argentina en esos años no era una “voluntad
de”, era muy natural la actividad política, la reflexión en torno a todos estos
temas, etc., etc.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar
29/10/2009
A pesar de que sólo lleve publicados dos libros de cuentos, Sergio Gaiteri es, hoy
por hoy, una de las prosas más fuertes en Córdoba. Cada cuento, algunos más
largos, otros más cortos, parecieran formar parte de una gran novela que sólo va
cambiando los escenarios y los personajes. Como en esas pinturas donde no hace
falta mirar el nombre ni el título de la obra para saber a quién se refiere, así de
impactante es la literatura de Gaiteri. Donde no es necesario derramar una gota de
sangre ni desvestir a nadie para darse cuenta que, algunas veces, la literatura
puede ser mucho más divertida que la televisión.
Se define a si mismo como un simple docente de escuela secundaria. “Soy lo más
formal que hay”, dice. “Voy de saco y zapatos, uso anteojos, mi única extravagancia
es que soy maratonista”, remata con una sonrisa. Antes de eso anduvo paseando por
varios laburos: fue camionero y sodero. De aquellas experiencias ganó un registro
que supo volcar en sus personajes, arrimándose a la materia prima de la que se
nutre su literatura: la existencia humana.
JQ: ¿Qué cambió desde tu primer libro Los días del padre, a este segundo
libro Certificado de convivencia?
SG: Nada. No cambió nada. Sigo preocupado por los dos o tres temas que me
interesan y me llevan a escribir: por qué la gente quiere o no a alguien; cómo hace
la gente para levantarse a la mañana y no quedarse todo el día en la cama; cómo
hace la gente para pasar la noche. La escritura para mí es como una forma de
entender los actos mínimos de la existencia humana. Sobre las cuestiones políticas
o más “filosóficas”, yo ya tengo algunas explicaciones.
SG: Sí, pero no me lo había planteado. Yo veía amigos míos, en mi familia, gente
desocupada que salían a buscar trabajo y después se desilusionaban y se
entregaban a la desidia. No fue un planteo a priori. Me aparecían esos personajes,
después me di cuenta de que había como una constante, pero eso tiene que ver con
que la literatura plantea situaciones que todavía no están ni en el periodismo, ni en
la sociología, ni en los libros de historia. Eso es lo que me interesa, lo que todavía
no está esquematizado. La literatura, con ciertas intuiciones, puede plantear
ciertos aspectos de la realidad que quizá después se vuelvan corrientes o visibles.
SG: Sí, pero no en la idea común de que Julio Verne inventó el submarino antes de
que existiera, sino en las relaciones entre las personas. Me parece que ahí está la
cuestión política, porque además tiene que ver con cómo un escritor desdibuja en la
práctica de la escritura sus prejuicios. Eso a mi me encanta. Los prejuicios más
queridos se pierden cuando uno escribe.
SG: Claro, porque uno está cargado de prejuicios. La escritura requiere cierta
humildad. La realidad es mucho más importante y avasallante de lo que uno piensa.
Se termina imponiendo y lucha contra lo que uno cree. Balzac, que planteaba entre
otras cosas volver a la nobleza, cada vez que se ponía a escribir la realidad y el
desarrollo del capitalismo se le imponía sobre su propia ideología. Eso me parece
interesante, porque para escribir hay que tener esa humildad y poner a prueba lo
que uno piensa. La literatura permite eso. Cosa que no permite la ciencia.
Herencia y dictadura
JQ: La figura paterna en tus relatos está marcada por cierto abandono,
cierto desencanto y falta de responsabilidad. ¿Qué es un padre para vos?
SG: A mí me molestaba esa relación paternal freudiana que Kafka tenía con su
padre, y que eso fuera como un tema para la futura literatura. Yo no quiero hacer
de un síntoma personal un tema universal. En esta época la relación que yo veo de
los padres con sus hijos está signada por cierta inmadurez. Yo creo que empecé a
escribir cuando en una telefónica vi a una madre con su nenito al lado, seguramente
separada, insultando al padre al otro lado del teléfono. Esa experiencia me marcó.
Yo pienso que esos son los temas que la literatura debe tratar.
SG: ¿Esto va para el título, no? La literatura es una lucha contra el escepticismo.
Si tuviera alguna otra certeza me dedicaría a la filosofía. Me parece que el relato
organiza la duda. Como decía Duchamp, hay que reemplazar la palabra sé por la
palabra creo. Sacándole toda la connotación religiosa, claro. Y bueno, la literatura
me permite eso, escribir sin prejuicios. Por eso sería muy difícil para mí escribir
sobre la dictadura. No es que no sea un tema que no me conmueva. Creo que hasta
me paraliza. Pero no me animaría a escribir sobre algo de lo que tengo una opinión
muy formada. Para mí Videla es un genocida, y a mí me interesan las sutilezas. No
tendría matices para hablar de eso.
SG: Para mí el proceso no puede ser un tema. La gente quiere fútbol gratis y mis
personajes son los que quieren fútbol gratis, no son los intelectuales que todavía
están preocupados por el proceso. Y yo no creo que sea una frivolidad escribir
sobre este tipo de gente. Además está comprobado que hoy hablar sobre la
dictadura te da algunos réditos, al menos en los concursos literarios. Es un tema de
moda. Para mi la literatura tiene que tratar la política en las relaciones entre la
gente. Cuando aparece la palabra política se acaba todo, y sobre todo lo político. O
cuando aparece la palabra amor, en mis cuentos no aparece la palabra amor. Y no
quiere decir que no esté. Al revés. Justamente mis personajes están
desamparados, todo el tiempo buscando el amor.
Realidad y ficción
SG: No hay ningún cuento que sea autobiográfico. Sí pude haber observado algunas
situaciones. Yo cuando salgo siempre vuelvo con alguna historia. Todo el tiempo la
realidad me está despertando cosas para contar. A mí me encanta que me cuenten
cosas, me gusta escuchar y no aquellas historias que parecen las más trágicas, sino
los tonos medios. Y respecto de la violencia, no me propongo a escribir pensando en
la violencia, porque me parece que los espacios donde yo trabajo tienen su propio
sistema de violencia. La familia tiene toda una forma de violencia que no es la
violencia política, es otra forma, y que se profundiza en algunas épocas.
SG: Me parece que sí. Cuando Carver escribe en los fines de la década del 60´ y
del 70´ ya existía esta situación de ingravidez. Los ciudadanos estaban medios
perdidos en los trabajos hasta que se adecuaron a ciertas nuevas formas de
relacionarse. En eso habría como una similitud. Para mí la década del 90´ en
Argentina es la década del 70´ en EE.UU. Con las diferencias marcadas, claro. Para
los personajes de Carver es fácil agarrar sus cosas e irse. Hay cierta tendencia al
nomadismo en el americano. En Argentina no. Hay un sedentarismo que tiene que
ver con los espacios.
Estrenos de Marzo
Retrato de un genocidio
Películas
1984
Cuarteles de invierno
Director: Lautaro Murúa.
Género: Drama.
Tema: Una metáfora de la realidad argentinas de los años ‘70.
Argumento: Durante la dictadura militar que rigió en la Argentina entre 1976 y
1983, un boxeador en decadencia y un cantor se encuentran en un pueblo del
interior y establecen una fuerte amistad. Los militares preparan un festival y
necesitan de la ayuda del púgil y del cantante.
Comentario: Film basado en la novela “Cuarteles de invierno”, de Osvaldo Soriano y
última película de Lautaro Murúa.
1985
La historia oficial
Director: Luis Puenzo.
Género: Drama.
Argumento: En la última etapa de la dictadura militar, una
profesora de historia comienza a darse cuenta de lo
acontecido en la Argentina de años anteriores. El retorno
de una amiga exiliada, el descubrimiento de los turbios
manejos de su esposo y la aparición de una Abuela de
Plaza de Mayo que busca a su nieta son motivos más que
suficientes para que la mujer viva una auténtica toma de
conciencia política.
Comentario: La película ganó el Oscar a la mejor película
extranjera.
1986
La República perdida II
Director: Miguel Pérez.
Género: Documental.
Tema: Segunda parte de “La República perdida” que, en este caso, revisa el período
de la dictadura militar en la Argentina de 1976.
Comentario: Aunque no obtuvo el notable éxito de público de la primera parte, ésta
también logró reunir muchos espectadores.
1987
El ausente
Director: Rafael Filipelli.
Género: Documental.
Tema: Si bien el film no alude a nadie con nombres propios conocidos, se trata de
los hechos protagonizados por el dirigente obrero, desaparecido en 1976, René
Salamanca, en el sindicalismo cordobés de los años setenta.
Argumento: La distancia entre el pensamiento y la realidad se vuelve el problema
de cómo filmar a Muñiz (un intelectual) tratando de reconstruir la historia de
Salas (un sindicalista desaparecido).
Comentario: El film asume con valentía el desafío ético y estético de crear
imágenes que intentan conjurar el horror.
1989
La amiga
Directora: Jeanine Meerapfel.
Género: Drama.
Tema: Nueva mirada del cine argentino sobre la dictadura
militar de los años ‘70 y los terribles daños que causó en
la sociedad.
Argumento: El foco está puesto en dos amigas de muchos
años separadas por el exilio, provocado por la dictadura
militar. Ambas se reencuentran durante los primeros años
de la democracia y luchan por la justicia.
Comentario: Coproducción argentino-alemana.
1991
1995
El censor
Director: Eduardo Calcagno.
Género: Drama.
Tema: Acercamiento a la figura de un censor cinematográfico de
la época de la última dictadura militar, levemente inspirado en el
tristemente célebre Miguel Paulino Tato.
1996
Prohibido
Director: Andrés Di Tella.
Género: Documental.
Tema: La censura examinada mediante testimonios y documentos de época.
Argumento: El film alude a la propaganda que el último régimen militar hacía en
cánticos agradecidos, eslóganes publicitarios y exhibiciones televisivas de sus
jerarcas, que bien recuerdan el uso de los medios visuales y de audio en la Alemania
nazi y en otras dictaduras.
1998
H. G. O.
Directores: Víctor Bailo y Daniel Stefanello.
Género: Documental.
Tema: Intento por reconstruir una historia de vida, la del
prestigioso guionista de historietas y escritor argentino Héctor
Germán Oesterheld.
Argumento: Biografía de Héctor Germán Oesterheld, autor de la
célebre historieta “El Eternauta”, secuestrado y desaparecido
bajo la última dictadura argentina.
Comentario: Es un film de producción y realización independientes que trabaja
sobre la fragilidad de la memoria humana, sobre lo oculto, sobre la alegría y el
dolor.
1999
Botín de Guerra
Director: David Blaustein.
Género: Documental.
Tema: Relata la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo para
identificar a los niños secuestrados por las fuerzas armadas
y de seguridad durante la última dictadura militar.
Comentario: Segundo trabajo del realizador, está
estructurado en base a entrevistas que se filmaron en
Argentina, Suiza y España.
2000
Historias cotidianas
Director: Andrés Habegger.
Género: Documental.
Argumento: El film está estructurado en cuatro
segmentos que siguen a una breve y vertiginosa
presentación de los protagonistas, cámara en mano.
Además de las múltiples fotografías que guardan estos
hijos, hay mucho material de archivo.
Tema: Se centra en los relatos de otros seis hijos de
padres desaparecidos durante la última dictadura militar.
Comentario: Primer largometraje realizado por un hijo de
desaparecidos.
Operación Walsh
Director: Gustavo E. Gordillo.
Género: Documental.
Argumento: Un puñado de entrevistados e imágenes de archivo van dando forma a
las múltiples facetas de un Walsh siempre polémico.
Tema: La película devuelve con generosidad la vida de uno de los grandes
escritores de la Argentina: Rodolfo Jorge Walsh.
Comentario: Película realizada por alumnos, docentes y graduados de la Universidad
Nacional de Lomas de Zamora.
2001
Ni vivo, ni muerto
Director: Víctor Jorge Ruiz.
Género: Thriller.
Tema: El film cuenta una extraña historia en tiempos de la última dictadura militar
en el país.
Argumento: Buenos Aires, 1980. Alcides ha perdido a su esposa, quien fue
secuestrada por un grupo armado. Dos años después, es contactado por los mismos
secuestradores, que le hacen un trato imposible de rechazar: si quiere recuperar a
su esposa con vida deberá realizar un trabajo muy especial para ellos.
Comentario: La película -debut en la dirección de Víctor Jorge Ruiz- marca el
regreso protagónico de Edgardo Nieva.
2002
Kamchatka
Director: Marcelo Piñeiro.
Género: Drama
Tema: Aborda el tema de la última dictadura militar,
visto desde los ojos de un niño.
Argumento: En el otoño de 1976, en plena dictadura
militar argentina, a Harry le cambia la vida. Tiene 10 años y no logra entender por
qué debe abandonar su casa y a sus compañeros de escuela para mudarse a una
quinta con sus padres y su hermano. Adaptarse a esa nueva vida -en la que existen
reglas rigurosas- ayudará al protagonista a comprender por qué su padre le pidió
que recordara siempre Kamchatka, uno de los países de un conocido juego de
estrategia.
Comentario: Una historia sin sentimentalismos pero con mucha emoción sobre la
última dictadura militar. Lejos de buscar la reconstrucción histórica o la denuncia,
el film plantea una situación inexplorada por otras películas: el sufrimiento de los
hijos de los perseguidos políticos, otras víctimas de la época.
VIDEOS
AUDIO
24 de marzo
Proceso
Rodolfo Walsh
ESPECIALES
30 años del golpe militar de 1976 Contenidos en formato digital realizados por
educ.ar cuando se cumplieron los 30 años del golpe. Incluye varios materiales y
enlaces estructurados en cuatro ejes: histórico, teórico, centrado en el derecho a
la identidad, y testimonial. 24 de Marzo 1976-2006. Del horror a la esperanza
La Secretaría de Medios de Comunicación de la Presidencia de la Nación presentó
un sitio web con videos, audios, documentos, fotografías y textos que abordan el
golpe militar de 1976 y su relación con los acontecimientos que se fueron
sucediendo hasta nuestros días. Este sitio es rico en materiales para trabajar en
las aulas.
9 www.apdhargentina.org.ar/comisiones/educacion/dictadura%20y%20memor
iadef.pdf. En este link puede encontrarse un proyecto presentado en forma
de cuadernillo diseñado por la Comisión de Educación de la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos. El material se titula Memoria y
Dictadura, un espacio para la reflexión desde los Derechos Humanos, y
contiene tres partes: a) La era militar, b) La etapa democrática y c)
Sugerencias didácticas.
9 www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/cepa/ensayo_galeria_textos.php.
En la página web de la Escuela de Capacitación Docente de la Ciudad de
Buenos Aires están disponibles una serie de textos que buscan reflexionar
sobre las memorias y los olvidos 30 añosdespués del comienzo del último
período dictatorial en la historia del país. Entre los escritos se destacan
“De batallas y olvidos” de Ricardo Foster,“La memoria de los historiadores”
de Federico Lorenz,“Enseñar lo inenseñable” de Inés Dussel,“Actos de
lectura de escritos exitosos sobre lossetenta” de María Pía
López,“Memoria, pasado y futuro” de Hilda Sábato, entre otros.
EQUIPO DE TRABAJO
MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Secretaría de Educación
Subsecretaría de Promoción de Igualdad y Calidad Educativa
Dirección de Planeamiento e Información Educativa
Plan Provincial de Lectura
Área de Gestión Curricular: Lengua y Literatura
Leandro Calle
Catalina Giménez
Silvia Vidales
Colaboración:
Andrea Arbez
Luciana Trocello
Corrección de estilo:
Luciana Trocello