“Todo lo que he vivido me ha llevado a crear

a este personaje que no soy yo”: Leonardo

Marmolejo
El hombre bolsa es un personaje creado por
Marmolejo en su etapa universitaria, fue algo que
comenzó como un proyecto personal pero pronto
decidiría llevarlo al arte y al urbanismo para
expandir la acogida de su mensaje, compartir una
sonrisa en medio de la tediosa rutina.

A sus cortos 20 años, el “Leopardo” se choca

con un panorama que lo lleva a vivir cosas muy
intensas en corto tiempo como lo fue su servicio
militar obligatorio o la repentina fascinación por
las artes urbanas y la puesta en escena que le
surgió luego del choque con la vida universitaria.

El hombre bolsa en la exposición “Nexos
Urbanos” en el 2009 | Fotografía: Diana
González
Marmolejo
busca con este proyecto un refugio que lo aleje de su
realidad y acoja a los demás en ella para escapar por
un momento de la cotidianidad universitaria y laboral.

Desde que salía de su casa se comprometía con el personaje, se ponía la bolsa, un traje y
un paraguas y se convertía en el hombre bolsa desde la mañana hasta la noche, al llegar a su
casa.

Leonardo siempre ha sido un apasionado por el diseño gráfico por lo que se decidió a
estudiarlo en la Universidad Nacional de Colombia y buscó la manera de mezclar su
fascinación por el diseño con el arte del performance, así nació el concepto del hombre
bolsa, un hombre de buen vestir con una actitud relajada y una buena energía que se
contagiaba con la mirada.
 Cabe resaltar que llevar este proyecto a cabo no fue nada sencillo, tuvo que pasar mucho
tiempo para que sus padres lo comprendieran y para que la reciente tragedia del 9/11 se
desvaneciera y la gente dejara de ver la desconfianza de un hombre enmascarado que se
paseaba por el campus de la Nacional con una sonrisa pintada en su rostro.

Luego de años de un proceso de superación de los acontecimientos que azotaban al país,

el proyecto del hombre bolsa se popularizó y empezó a considerarse un movimiento
adentro de la universidad. Para final de su carrera y como trabajo de grado, Leonardo creó
la orden de los hombres de bolsa, un grupo de hombres que hacían el performance de
manera grupal, no solo en el campus sino también en las calles capitalinas. Desde entonces
se quedó grabado el poder de una sonrisa en la mente de los que tuvieron la fortuna de ver
este movimiento frente a sus ojos.