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RAFAEL ZAMARRONI ARROYO
SINOPSIS:
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CELAYA. TRES SIGLOS DE SU HISTORIA
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CELAYA.
TRES SIGLOS DE SU HISTORIA
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CELAYA.
TRES SIGLOS
DE SU HISTORIA
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Capturó:
Juan M. Álvarez
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CAPÍTULO I
ANTECEDENTES RELATIVOS
A LA FUNDACIÓN DE LA VILLA
DE "NTRA. SRA. DE LA CONCELSION
DE SELAIA"
(Textual)
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una villa de españoles a los cuales se les pudiese dar tierras de rriego
y sequedad para en que sembrar trigo, maíz, viñas y olivares y otras
partes de donde redundaría gran bien y que por ser en tierras de
guerra donde andan levantados y revelados al servicio de Su
Majestad los indios chichimecas, guachichiles e guamares y de otras
naciones, fundándose la dicha villa sería mucha causa para
pacificar los dichos indios y asegurar los caminos e que avía más de
quarenta hombres españoles casados de acuerdo para poblar e vivir
y residir en ella y me pidieron mandase fundar la dicha villa y dar
título de ella con las preeminencias justas que suelen tener y se an
dado a las demás villas que en este Reino se han fundado, e que ellos
se irían a poblar e vivir en ella debaxo de las condiciones que para el
asiento y perpetuidad de ella se les pusiese...".
Al día siguiente, 22 de julio, una vez que las aguas del Río de San
Miguel (hoy de la Laja) volvieron a su acostumbrado nivel, y éste fue
vadeado por el Virrey Enríquez y sus tropas, se reanudó el
interrumpido viaje hacia las minas de Guanajuato...
Aquí abrimos un paréntesis para despertar en ustedes, amables
lectores, la primera gran inquietud, por medio de la siguiente
interrogación, cuya respuesta a primera vista parece muy sencilla,
pero que hasta ahora no ha habido quien la proporcione correcta,
debido a que las personas que han escrito algo sobre la Historia de
Celaya, son las más ignorantes de dicha Historia: ¿Aproximadamente
en qué lugar se encontraba instalada el 21 de julio de 1570, la tienda
de campaña del Virrey Enríquez, en la que fue entrevistado por un
grupo de estancieros y labradores del Mezquital de Apaseo, a fin de
solicitarle se fundara una villa de españoles en dicho mezquital?... Los
datos positivos existentes, dicen que el campamento del Virrey se
encontraba instalado a la vera del Camino Real entre la ciudad de
México y las minas de Guanajuato y Zacatecas, en la margen izquierda
del Río de San Miguel (hoy Río de la Laja), precisamente donde
existía el "vado" para cruzar su corriente. Hasta hoy no hemos
encontrado una persona celayense o no, que no esté en la creencia de
que dicho lugar existió aproximadamente donde se encuentra el
puente construido por Tresguerras, a tres cuartos de legua de la Plaza
Mayor de la ciudad de Celaya, lo cual es un error, ya que dicho "vado"
según nuestras particulares observaciones, debió encontrarse en las
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CAPÍTULO II
EL PERMISO DE FUNDACIÓN
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honrados que entre ellos hubiere los cuales conozcan de las casas
civiles y criminales que en la dicha Villa y cuatro leguas a la redonda
de ella se ofrecieren y ocurrieren las cuales cuatro leguas señalo por
jurisdicción a la dicha Villa sin perjuicio de tercero haciendo a las
partes justicia con que en los casos criminales no puedan proceder a
pena de muerte, en efusión de sangre ni mutilación de miembro sino
que en estos casos saquen los procesos y conclusos los remitan
quedando los delincuentes presos y a buen recaudo a los Alcaldes de
esta dicha Corte y Cancillería para que hagan justicia y no han de
tener jurisdicción sobre indios ningunos porque esto ha de ser la
jurisdicción de Alcalde Mayor que se pusiere para la dicha Villa el cual
ha de ser juez de los tales indios y conocer en prevención con los
dichos Alcaldes de los casos criminales y en apelación de ellos de los
civiles y los dichos Alcaldes y Regidores ante el escribano de su
Cabildo señalen a cada vecino dos caballerías de tierra y una suerte
para huerta y otra para viña y un solar para hacer casa obligándose
ante todas las cosas que estará en la dicha Villa de asiento diez años
continuos sopena de perder las dichas tierras, suertes y solar de lo
cual en constando de ausencia por cuatro meses sin tener licencia se
pueda hacer merced de ello a otra persona que allí viva y resida y
señalado con las dichas obligaciones lo envíen ante mi para que en
nombre de Su Majestad les haga merced de lo que ansí se le señale. La
cual dicha elección de Alcaldes y Regidores hagan cada un año el día
de Año Nuevo según dicho es eligiendo los Regidores que salieren a
los Regidores que hubieren de ser el año y esta dicha orden se guarde
en el entretanto que sobre el caso otra cosa se proveyere y mandare y
los tales electos usen desde luego de los oficios con que dentro de
treinta días siguientes lleven confirmación mía y ansimismo puedan
elegir un Alguacil Ejecutor que entienda de la ejecución de la justicia y
los que fueren un año elegidos salgan electos los que tuvieren más
votos y habiendo votos iguales vote el Alcalde Mayor si estuviere en la
dicha Villa y no lo estando el Alcalde que fuere primero electo y
nombrado y conforme a la dicha traza que el dicho Alcalde Mayor
dejó dada se comiencen a sentar y medir las dichas tierras por la
banda que dicen de Chamacuero y de presente a los primeros
pobladores se les señalen las dichas tierras como baja de las
caballerías que dizque tiene un Arteaga hasta dar en el sitio de la Villa
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linde con el río de San Miguel y con los labradores que agora allí están
de manera que las suertes lleguen a todas a descabezar a el río y vayan
hacia el poniente y si faltaren suertes se den desde el sitio de la Villa el
río abajo a la banda del norte y de la dicha banda del río al sur señalen
una legua de tierra linde con el río de un cuarto de legua de ancho
para dehesa y ejido de la dicha Villa y para potrero el cual han de
cercar y para dehesa boyal una isla que se ha de hacer entre los dos
ríos y la acequia que ha de venir del Río de Apaseo al de San Miguel y
las suertes en unas vegas que hay de la Villa para abajo linde con el río
y todo después de fecho y señalada se me envíe para que lo apruebe y
confirme. Y mando que a la dicha Villa tenga y se le guarde todas las
exenciones preeminencias y libertades que a las demás villas de este
Reino y de los demás reinos de Su Majestad por ser villas y les
pertenecer y se les debe guardar de todo bien y cumplidamente sin
que falte cosa alguna y mando a todas las justicias de Su Majestad que
en la población y asiento de la dicha Villa no pongan ni consientan
poner embargo ni contradicción alguna antes den para ello todo el
favor y ayuda que fuere necesario con que ante todas las cosas los
dichos vecinos que en ella hubieren de asentar y poblar la dicha Villa
reservando en mi nombrar tercero no se conformando ellos y lo que
ellos juntos o el uno de ellos no se conformando con el tercero
apreciaren que vale sean obligados los dichos vecinos a lo pagar luego
al dicho Gaspar Salvago dando para ello desde luego y antes de que se
pueblen fianzas y seguridad bastante y mando a los labradores y
personas que tienen labranzas dentro de las dichas cuatro leguas que
se dan de jurisdicción a la dicha Villa que se junten en ella a vivir y
residir y hacer sus casas y asiento dentro de un año primero siguiente
so pena de perdimiento de las tales tierras y labranzas que en el dicho
término tuvieren. Fecho en México a doce días del mes de octubre de
mil quinientos y setenta años.- Don Martín Enríquez.- Por mandado
de Su Excelencia, Joan de Cueva.- Sacado del Libro de la Gobernación
y corregido.- Joan de Cueva".
El original de este "traslado" que debe haberse sacado en el año de
1578, obra en el volumen 678 del Ramo de Tierras en el Archivo
General de la Nación, y ha sido calificado por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia, como documento "Auténtico", por lo que
habrá que darle fé a su contenido.
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CAPÍTULO III
QUIÉNES FUERON
LOS FUNDADORES Y PRIMEROS
POBLADORES DE LA VILLA
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Alcalde dejó fecha, la cual dicha villa se llame e intitule: "La Villa de
Nuestra Señora de la Consepción de Zalaya", y los vecinos que en
ella vivieren y asentaren, llegando a treinta hombres casados, pueden
juntarse y señalar Cabildo y parte donde se junten, y desde el día de
año nuevo primero que viene del año venidero de mil quinientos
setenta y uno en adelante, habiendo oído una Misa de Espíritu Santo,
elegir cuatro Regidores los cuales después de elegidos y nombrados,
elijan dos Alcaldes Ordinarios, de los más viejos y honrados que entre
ellos hubiere..." El interés volvió a decaer, cuando el Escribano
continuó leyendo las instrucciones que se dan a los citados Alcaldes
sobre la forma de impartir justicia, y se despierta nuevamente su
atención, cuando dicho Escribano dice: "...y sin proceder más
adelante, remitir las causas; a tal Alcalde Mayor, el cual con los dichos
Alcaldes y Regidores, entre el Escribano de su Cabildo, señalen a cada
vecino dos caballerías de tierra, una suerte para huerta, otra para viña
y un solar para hacer su casa, obligándose ante todas las cosas, que
estarán de asiento diez años continuos...", siendo en esta parte,
cuando se empiezan a escuchar algunos murmullos de desaprobación,
ya que a una parte de los presentes "vecinos", les ha parecido poca la
cantidad de tierras que se les mercedarán a modo de compensación:
Dos caballerías, que en la actualidad equivalen aproximadamente a
unas ochenta hectáreas, de las cuales, seguramente, una será de riego
y la otra de temporal; pero cuando el descontento llegó a su climax, lo
que se manifestó con ruidosas exclamaciones, fue al leerse la
penúltima cláusula, que a la letra dice: "...y mando a todas las
justicias de Su Majestad, que en la población y asiento de la dicha
villa, no pongan ni consientan poner embarazo ni contradicción
alguna, antes bien den todo favor y ayuda que fuese necesario, con
que ante todas las cosas, los dichos vecinos que hubieren de asentar
y poblar, o quienes el poder de los que lo pretendan hubiere,
nombren una persona y el dicho Gaspar Salvago otra, las cuales
aprecien el valor de dicho sitio de estancia, donde como dicho es, se
ha de asentar y poblar dicha villa, reservando en mi nombrar
tercero no se conformare con lo que el tercero apreciare que vale,
sean obligados los dichos vecinos a lo pagar luego al dicho Gaspar
de Salvago, dando luego y antes de que se pueble, fianzas y
seguridad estantes y mando...etc., etc...", siendo en este momento
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CAPÍTULO IV
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CAPÍTULO V
LA FUNDACIÓN
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Mayor, de una parte a otra e de otra a otra, hollándolo con sus pies, e
cortando o arrancando con sus manos las ramas e yerbas que allí
había; e mandando limpiar a ciertos naturales el asiento de las Casas
de Cabildo, trazado al oriente de la dicha Plaza, todo en señal de
verdadera posesión por parte de la susodicha Villa de Nuestra Señora
de la Concepción de Zalaya, todo pacífica y quietamente, sin haber ni
parecer persona alguna que lo contradijese y perturbase, se procedió a
la elección del primer Ayuntamiento, en la forma que manda su
Excelencia en su mandamiento de fundación, fecho en México a doce
de octubre del Año del Señor de mil quinientos setenta...".
En seguida, el Escribano de Su Majestad, don Alonso Gutiérrez
García, a cuyo cargo habían venido corriendo todos los trámites y
"autos" de fundación, procedió a pasar lista de presente a los treinta y
un vecinos, que ya tenían firmada escritura de asiento de vecindad,
por la cual se habían obligado a vivir en la villa por el término de diez
años consecutivos, siendo las siguientes personas las que dieron
respuesta a su llamado, con la consabida voz de: ¡¡Presente!!...
Domingo de Silva; Pedro Sánchez de Alcalá, Martín de Ortega,
Francisco Arias, Juan Freire (el Viejo), Cristóbal Benítez, Miguel
Muñoz, Juan Gallego, Miguel Juan de Santillán, Gonzalo Díaz, Pedro
Hernández de los Reyes, Pedro González Peinado, Diego Pérez
Lemus, Domingo Martín, Juan Franco, Francisco de Aguilar, Pedro
del Olmo, Lope García, Francisco Ramírez, Martín Hernández, Miguel
Sánchez, Gonzalo Jorge, Juan Díaz, Frutos Delgado, Basco
Domínguez, Alonso Muñoz, Bartolomé de Orduña, Alonso García
Corona, Bautista Figueroa y Alonso Gutiérrez García, Escribano de Su
Majestad, quien también había firmado asiento de vecindad,
obligándose como los demás vecinos, a vivir en la villa por el término
de diez años consecutivos, en la creencia de que nadie más se
presentaría con dicho carácter, pretendió sacrificarse con el sólo fin
de completar los treinta vecinos, que conforme a lo previsto por la
ley, se requerían como mínimo para fundar una villa; además, en la
votación fue considerado el Alférez Real don Antonio Martínez de
Contreras, a pesar de no ser "vecino" de la villa porque nunca llegó a
vivir en ella, sino que cumplida su comisión, se regresó a la ciudad de
México, junto con el Alcalde de Corte y Cancillería, don Francisco de
Sandi.
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que ha de haber como tal vecino de ella otra banda del río que solía
ser ejido linde con otra caballería que se señaló a Basco Domínguez.
4. A Francisco Arias se le señalaron dos caballerías de tierra de
temporal linde y encabezadas de Domingo de Silva y de Pedro
Sánchez de Alcalá y caballerías de la Estancia de Monroy y otra media
de temporal en ese llano encabezadas de caballerías de Francisco
Arias hacia el poniente.
5. A Cristóbal Benítez se le señalaron dos caballerías y media de
tierra que ha de haber como tal vecino, una de riego a linde de Pedro
Sánchez de Alcalá y caballerías de la Estancia de Monroy y otra media
de temporal en ese llano acabezadas de caballerías de Francisco Arias
hacia el poniente.
6. A Miguel Juan se le señaló una caballería de tierra de riego
linde con caballerías de Gaspar Salvago y dentro de un cercado en las
sobras que se le quitaron a linde del camino que va de Apaseo a
Guanajuato y caballería y media de temporal en el llano encabezadas
de tierras de Juan de Yllanes que compró de Alonso de Aguilar.
7. A Miguel Muñoz se le señaló dos caballerías y media de tierra,
una de riego en lo que solía ser ejido de la otra banda del río, linde
con caballerías de Gonzalo Díaz y Pedro del Olmo herrero y otra y
media en ella no de temporal, linde por la cabezada de Alonso Muñoz
hacia el poniente.
8. A Juan Gallego se le señaló dos caballerías y media de tierra
que ha de haber como tal vecino, las dos caballerías de temporal en el
llano encabezadas de caballerías de Miguel Sánchez y hacia el
poniente, y la media caballería alindando con caballerías de tierra que
se le señaló a Miguel Juan en lo que se le quitó a Gaspar de Salvago y
dentro de la cerca por la parte de arriba.
9. A Diego Pérez de Lemus se le señaló dos caballerías y media de
tierra que ha de haber como tal vecino, una caballería de riego en la
que se le quitó a Juan de Yllanes, linde de la caballería que se le
señaló para propios de la Villa y con el Camino Real dentro de la
cerca, y otra media de temporal encabezadas de ésta por la parte del
poniente y otra caballería de temporal linde con caballerías de
Gonzalo Díaz.
10. A Gonzalo Díaz se le señaló dos caballerías y media de tierra
que ha de haber como tal vecino, la una caballería de riego en lo que
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solía ser ejido de la otra banda del río linde con caballerías de Martín
Ortega y Miguel Muñoz y otra caballería y media de temporal en el
llano, linde con tierras de Miguel Sánchez su suegro y Diego Pérez, y
en la margen de esta partida dice esta caballería que se le señaló de
riego a Gonzalo Díaz, es de Bautista Figueroa y la que señaló a
Figueroa es de Gonzalo Díaz, porque hubo yerro en el asiento de ello y
ansí se ha de entender en las partidas y linderos porque es y pasa así.
11. A Juan Freire el mozo, se le señaló una caballería de tierra en
el llano de temporal encabezada de Martín de Ortega, no se le dio más
por no estar presente.
Ítem se le señaló a dicho Juan Freire otra caballería y media de
tierra a cumplimiento de lo que ha de haber como tal vecino la media
caballería en el llano, linde con caballería que se le señaló a Diego
Pérez Lemus y la otra caballería de la otra banda del río en lo que
solía ser ejido linde con caballería de Alonso Muñoz hacia el medio
día.
12. A Martín Hernández se le señaló dos caballerías y media de
tierra que ha de haber como tal vecino, la una y media en lo que se le
quitó a Juan Yllanes. La una de riego linde con caballería de la mujer
e hijos de Juan Freire que se le quitó al dicho Juan Yllanes y la media
de temporal encabezadas de esta de la banda del camino hacia el
poniente y otra caballería de temporal en el llano acabezadas de
Miguel Sánchez.
13. A Miguel Sánchez se le señaló dos caballerías y media de tierra
que ha de haber como tal vecino, la una caballería de la otra banda del
río en lo que solía ser ejido que es de riego, linde con caballerías de
Gonzalo Díaz por una parte y por otra a Lope García, y otra caballería
y media de temporal en el llano acabezadas de Martín Hernández.
14. A Francisco Ramírez se le señaló dos caballerías de tierra
fronteras de caballerías de Gonzalo Díaz, que está en valle en medio, y
no se le dio más por no estar presente a se obligar como los demás
vecinos.
15. A Gonzalo Jorge se le señaló dos caballerías y media de tierra
que ha de haber como tal vecino, la una de riego en la islilla, linde con
tierras de los herederos de Diego Juárez y de Juan Freire, y la otra y
media de temporal en el llano a la linde de caballerías de Juan Gallego
hacia el medio día.
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CAPÍTULO VII
SE INICIA EL PROGRESO
DE LA VILLA DE "SELAYA"
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PROVINCIA DE ACANBARO
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ansy mesmo norte sur, el qual lo abriga del viento solano de suso
declarado, y un monasterio de la horden del Señor San Francisco en
medio.
11. Este dicho pueblo de Acanbaro cae en la jurisdizión del
corregimyento del pueblo de Yuririapúndaro, y dista la vna cabezera
de la otra siete leguas, y los sujetos queste dicho pueblo de Acanbaro
tiene son los siguientes: Tarandaquao, Tepaqua, Chamáquaro,
Menguaro, Puroagua, Chipícuaro, Piritzeo, Yramoco, Vrireo,
Chochones, Xerécuaro, Tacámbaro, Laborranca (sic), Aguascaliente,
Agustín, Apaseo, San Pedro, San Miguel, Santiago, San Lucas, San
Francisco, San Gerónimo, San Pedro Vecoreo, Labor de Apaseo
elAlto, Acanbaro, Toquaro, Los Pescadores, Nacaztepeque,
Contepeque, Pirhtsio, San Juan Tehpaqua, Vatzaquao, Xanaquao,
Sirandaro, Cachadurio, Paraquaro, Santa María de la Asunción, la
Estancia de Tarimoro, Huripitio, Cusinjo, Catsirehpeo, San Pedro,
Villa de Salaya, Apatsio, Portesuelo, Coroneo.
12. Por la uanda del Sur tiene este dicho pueblo de Acanbaro que
ha partiendo terminos con el al pueblo de Ocareo, que dista del tres
leguas poco más o menos; y por la banda del lebante parte terminos
con vn pueblo llamado Queretaro que de la vna cabesera a la otra abra
doze leguas poco más o menos; y por la vanda del norte terminos con
vna villa de españoles que dicen de San Miguel, que dista desta dicha
cabesera quinze leguas; y por la banda del punyente parte terminos
con el dicho pueblo de Yurirapundero, que la vna cabesera a la otra
abra como dicho es la siete leguas; los caminos de todo lo que dicho es
son llanos y derechos y las leguas grandes.
13. Quiere decir el nombre de Acanbaro "lugar de Maguey" ques
vn arbol de muncho prouecho para los yndios; hablan lengua tarasca,
otomí, chichimeca y mazagua; la lengua tarasca es la general.
14. Que haran al tiempo quel marques del Valle bino a esta tierra
de vn Señor llamado el Cazonzi, que señoreaba toda la prouincia de
Mechoacan, el qual la nasion tarasca deste dicho pueblo, en
reconocimiento de vasallaje, la hacia algunas simenteras de mays y
otras semillas, con las quales le acudían para rregalo y suisio de su
casa; y ansi mesmo den quando, le daban algunas mantas, no en
mucha cantidad, y los otomíes y chichimecas no le seruian de otra
cossa mas de estar en frontera de los enemigos, y ansy en los
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(Al margen): 4.
Si es tierra llana o áspera, rasa o montosa, de muchos o pocos ríos
o fuentes, y abundosa o falta de agua, fértil o falta de pastos,
abundosa o estéril de frutos y de mantenimientos.
(Al margen): 5.
De muchos o pocos indios, y si ha tenido más o menos en otro
tiempo que ahora, y las causas que dello se supieren, y si los que hay
están o no están poblados en pueblos formados y permanentes, y el
talle y suerte de sus entendimientos, inclinaciones y manera de vivir,
y si hay diferentes lenguas en toda la provincia, o tienen alguna
general en que hablen todos.
(Al margen): 6.
El altura o elevación del polo en que están los dichos pueblos de
españoles, si estuviere tomada, y se supiere o hubiere quién la sepa
tomar; o en qué días del año no echa sombra ninguna al punto del
mediodía.
(Al margen): 7.
Las leguas que cada ciudad o pueblo de españoles estuviere de la
ciudad donde residiere la audiencia en cuyo distrito cayere, o del
pueblo donde residiere el gobernador a quien estuviere sujeta, y a qué
parte de las dichas ciudades o pueblos estuviere.
(Al margen): 8.
Asimismo las leguas que distare cada ciudad o pueblo de
españoles de los otros con quien partiere términos, declarando a qué
parte cae dellos, y si las leguas son grandes o pequeñas, y por tierra
llana o doblada, y si por caminos derechos u torcidos, buenos u malos
de caminar.
(Al margen): 9.
El nombre y sobrenombre que tiene o hubiere tenido cada ciudad
o pueblo, y porqué se hubiere llamado así (si se supiere), y quién le
puso el nombre y fue el fundador della, por cuya orden y mandado la
pobló, y el año de su fundación y con cuántos vecinos se comenzó a
poblar y los que al presente tiene.
(Al margen): 10.
El sitio y asiento donde los dichos pueblos estuvieren, si es en alto
o en bajo, o llano, con la traza y de signo en pintura de las calles y
plazas y otros lugares señalados de monesterios como quiera que se
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II, el año de 1680, por la cual señala como linderos de dicho pueblo,
una acequia y un pedazo de monte y prohibe a los Alcaldes de Celaya
que los traspongan, pena de doscientos pesos de multa en virtud de
que la Real Audiencia de México comprobó que dichos Alcaldes,
acompañados por sus esclavos y otras gentes, a las altas horas de la
noche se introducían a dicho pueblo a vejar y humillar a los indios,
sacándoles de paso los diez o doce pesos; obra en poder nuestro un
expediente completo localizado en el "Protocolo" del Escribano D.
Agustín de Carranza Salcedo, fundador de la ciudad de Salvatierra,
quien patrocinó a los naturales de la Provincia de Acámbaro en un
pleito contra el Alcalde Mayor de Celaya, quien se negaba a entregar
las varas de mando a los Alcaldes de las repúblicas de indios, porque
no pudo imponer a un Gobernador que le era parcial, manteniendo a
dichos pueblos durante dos meses sin autoridades, teniendo que
intervenir el Virrey mediante un decreto en que ordenó entregar
dichas varas a reserva de que la Justicia dictaminara sobre la
legalidad de dichas elecciones; en este expediente, obra un
nombramiento que se inicia así: "D. Antonio Sebastián de Toledo
Molina y Salazar, Marqués de Mancera, etc... Por la presente nombro
por Gobernador del Pueblo de San Francisco Acámbaro, para el año
que viene de seiscientos sesenta y cinco a bos Don Miguel Hernández
y por Alcalde del Pueblo de Nuestra Señora de la Asunción
extramuros de la ciudad de Zelaya a don Francisco Damián y por
Alguacil Mayor a Don Pedro Nicolás, etc...". Cuando dicho pueblo fue
destruido, los naturales ya no quisieron reconstruirlo, prefiriendo
diseminarse en los barrios y pueblos comarcanos. Cien años duró el
abandono, no siendo sino hasta el año de 1792 en que aparece
nuevamente el poblado, aunque ya en calidad de barrio, con muy
pocos habitantes, según se ve en un Padrón levantado por el señor
Cura y Juez Eclesiástico D. Joseph de Michelena, sin embargo,
conserva su nombre, figurando como Barrio de la Asunción y aunque
ya lo hemos dicho muchas veces, no será por demás repetirlo, que
habiendo sido sentenciado a muerte el "Señor del Zapote", un Santo
Cristo venerado por los naturales desde tiempo inmemorial, con fama
de "aparecido", en virtud de que el Tribunal de la Inquisición
comprobó (?) que impartía su divina protección a los insurgentes; la
sentencia fue ejecutada cambiándole el nombre por el de "Señor de la
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como tal vecino, la una caballería de la otra banda del río, en lo que
solía ser ejido que es de riego, linde con caballerías de Gonzalo Díaz
por una parte y por otra Lope García, y otra caballería y media de
temporal en el llano, encabezadas de Martín Hernández". Al final del
acta mencionada, se dice para mesón y propios de la villa se señaló
un solar en que se edifiquen y hagan las casas (de dicho Mesón),
linde con las casas de Miguel Sánchez, vecino de la dicha villa hacia
el río abajo... Y como en Celaya no hay persona que ignore que el
histórico costado sur de la "Plaza Mayor", donde hoy existe el "Pasaje
de Guadalupe", no nos va a decir el señor Velasco y Mendoza que
dicho Mesón existió junto a la "Ermita" del poblado de Nattahí,
donde después se construyó el templo que aun subsiste en el barrio
del Zapote, donde tampoco existieron alguna vez "calles derechas y
anchas, trazadas este-oeste y cruzadas norte-sur, con su plaza
grande", como se asienta en la relación hecha a Felipe II, el 15 de
junio de 1580.
Por último, vamos a referirnos al gran error, origen de todos
estos enredos, nos referimos al primero de los datos históricos sobre
la venerada y milagrosísima Imagen de Nuestra Señora La
Purísima Concepción Patrona y Reina de esta Ciudad de Celaya,
Gto., cuyos "datos", se leen en un retablo fijado en el pórtico del
Convento de San Francisco de esta ciudad, e impresos al dorso de la
hermosísima Imagen de Nuestro Señor, que se reparte profusamente
en las grandes festividades religiosas. El primer dato mencionado,
dice así: conviene hacer notar en primer lugar que por
ordenamiento del Virrey D. Martín Enríquez de Almanza, expedido
el 12 de octubre de 1570, se dispuso la fundación de la villa de
Celaya, dándosele por Patrona a la Inmaculada Concepción, por lo
que debería llamarse "Villa de Ntra. Sra. de la Concepcion de
Zalaya.
Tratando de economizar comentarios, veamos lo que sobre el
particular dijo el citado Virrey: Visto todo por mí, por la presente doy
Licencia y Facultad para que en dicha parte y lugar, se haga la
dicha villa y se pueble de españoles conforme a la traza que el dicho
alcalde dejó fecha, la cual dicha villa se llame e intitule la Villa de
Nuestra Señora de la Concepción de Selaia, (textual), y por lo que
hace a los patronímicos, también conviene hacer notar, que todavía
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porque hay que considerar que las Ordenanzas 4 y 8 del Título XII,
que entonces eran las leyes vigentes que reglamentaban cualquier
fundación, además de establecer que para ello se requerían de treinta
a cincuenta hombres casados para fundar una villa y de cincuenta y
uno a cien para una ciudad, prevenían que al primer Ayuntamiento
era a quien correspondía, constituido en Cabildo, declarar la
fundación. Sobre este punto tan importante, en el caso de la ciudad de
León se sentaron precedentes que definen claramente que conforme a
Derecho, la entonces Villa de León de la Nueva España, fue fundada el
20 de enero de 1576, día en que así lo declaró su primer
Ayuntamiento constituido en Cabildo, y no el 12 de diciembre de 1575,
en que el Virrey don Martín Enríquez de Almanza otorgó el permiso
correspondiente. El error que subsiste en el caso de Celaya, tuvo su
origen en que indebidamente en 1908, se involucró la función
meramente cívica del 12 de octubre, aniversario del descubrimiento
de América y de la expedición del permiso para la fundación de Celaya
del 12 de octubre de 1570, con la cuestión religiosa del Juramento del
Patronato Mariano, que se verificó 26 años después de la fundación,
el 12 de octubre de 1597.
En la página 8 de la obra que venimos comentando, se lee lo que
sigue: "Para efectuar el reparto de solares, los fundadores,
acompañados de un religioso franciscano, se reunieron a la sombra de
un mezquite en el Barrio del Zapote. En el sitio que ocupó el
mezquite, se levanta hoy el monumento conmemorativo de la
fundación de Celaya..." En la página 11, como parte de la descripción
del Escudo de Armas de la Ciudad, se dice: "La franja blanca, que es la
de en medio, tiene un árbol frondoso que cobija a varias personas,
entre las que se ve a un religioso franciscano; representación ésta de
la fundación de la Villa y de los primeros pobladores...".
Conforme a los párrafos transcritos, tal parece que fueron tres los
mezquites que prominentemente deben figurar en la Historia de
Celaya, aunque en realidad, sólo se trata de uno, que en lo
subsecuente, habremos de ubicar en el lugar que le corresponde, y
desde luego, atendiendo a que tanto el mezquite bajo el cual se
integró el Cabildo y aquel otro que figura en el campo central del
Escudo, simbolizando el acto de fundación, forzosamente tienen que
ser el mismo, si atendemos a que conforme a Derecho, correspondía
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CAPÍTULO X
LA CONQUISTA DE LA REGIÓN
BAJO SUS DIVERSOS ASPECTOS
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se veía estampada con sangre la mano del Señor!... Este suceso, que
ocurrió por los años 1563-1564, conmovió tan profundamente no sólo
a los habitantes de la región, sino hasta los de otras muchas partes
hasta donde llegó la noticia de un milagroso "Cristo Aparecido", que
constantemente llegaban al lugar caravanas creyentes que procedían
de diversos pueblos de la Nueva España. No más de siete años habían
transcurrido a partir del milagroso hallazgo, cuando el Virrey
Enríquez concedió "licencia y facultad" (textual), para que en el
Mezquital de Apaseo precisamente en la Estancia del Río comprada
para el objeto a D. Gaspar de Salvago, fuera fundada una Villa de
españoles que sería denominada La Villa de Nuestra Señora de la
Concepción de Zalaya. Ya en vísperas de este acontecimiento, que
debería verificarse el primero de enero de 1571 fecha señalada por el
propio Virrey de su "mandamiento de fundación", los futuros
fundadores y primeros pobladores de la villa, sencillos y devotos
estancieros de la región acordaron que la "Misa del Espíritu Santo"
que por órdenes del repetido Virrey debería anteceder a la elección
del Primer Ayuntamiento de la citada villa, fuera celebrada en la
capilla del Señor del Zapote en el cercano pueblo de Nuestra Señora
de la Asunción, atentos a estas importantes razones: Que dicha capilla
era la única que existía en varias leguas a la redonda, y que siendo
muy grande la veneración que profesaban a la citada Imagen, los
primeros pobladores no hubieran podido prescindir que fuera
presidido por ella un acto tan importante, y hasta es probable que una
vez que terminó la ceremonia, allí mismo, en el exterior de la ermita,
se eligieron los miembros de dicho Ayuntamiento, los que ya
designados, en compañía de todos los vecinos, se trasladaron a la
Estancia del Río, para reunirse en el solar destinado para erigir las
casas de cabildo, que es el mismo donde hasta ahora se encuentra el
Palacio Municipal, en cuyo sitio, bajo un mezquite, a falta de Sala
Capitular, se constituyó el primer Cabildo de la Villa de Nuestra
Señora de la Concepción de Zalaya, a fin de declararla legalmente
fundada, en los términos establecidos por las Ordenanzas 4 y 8 del
Título XII de la Nueva Recopilación de Indias.
En su oportunidad, exhibiendo la documentación que gracias a
nuestra buena estrella hemos podido reunir, nos referimos a las tres
épocas en que prácticamente se encuentra dividida la conquista de
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CAPÍTULO XI
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menos que uno de ellos hubiera tenido verificativo "en los inicios de la
segunda mitad del Siglo XVI", es decir, allá por 1550 o 1551, y el otro
el 8 de enero de 1585, con lo cual se presumen treinta y cinco años de
diferencia entre uno y otro suceso. Conocido el relato de cada uno de
los dos acontecimientos, obtuvimos la convicción de que siendo uno
complemento del otro, ambos tuvieron que ocurrir el mismo día y a la
misma hora, apoyándonos para ello en las siguientes razones: En el
Primer relato, sólo se hace mención del sacrificio de dos religiosos, Fr.
Francisco Doncel, Cura franciscano de San Felipe de los Herreros, y
Fr. Pedro de Burgos, conventual de la Villa de Zelaya, olvidándose el
narrador de Fr. Antonio de Ulloa, fundador de la Doctrina en las
Nuevas Minas de Xichú, se encontraban al norte del Puerto de
Chamacuero, donde ocurrieron los hechos, y en consecuencia, allí
debieron ir juntos los tres religiosos. La anterior omisión nos parece
natural si se considera que la persona que recopiló los datos, quizá
sacerdote residente en Valladolid, (hoy Morelia) ignoraba esta
circunstancia, lo que lo hizo pensar que Fr. Antonio de Ulloa,
habiendo llegado a su destino, ya no iba con sus compañeros cuando
éstos encontraron la muerte. Habiendo sido tres los religiosos que
salieron de Pátzcuaro y tres los Crucifijos que éstos portaban, de los
cuales únicamente dos llegaron, uno a San Miguel y el otro a San
Felipe, donde son conocidos ambos con el nombre de Señor de la
Conquista, resulta indudable que el tercer Santo Cristo, fue el que
encontraron unas indias a la margen derecha de un arroyo muy
pedregoso, es de suponer que se trata del mismo sitio que en el
primer relato se describe como "arroyo pedregoso que está al
descolgar el puerto que hasta hoy llaman de Chamacuero", por lo
cual, pasos más o menos, se trata del mismo lugar donde fueron
sacrificados los frailes Doncel y Burgos.
Segunda. Que la sangre que cubría al Santo Cristo encontrado por
las indias otomíes, y la mano que vieron estampada en el tronco del
árbol de zapote, fueron, sin duda alguna, del mártir Fr. Antonio de
Ulloa, sacrificado el mismo día y a la misma hora que sus
compañeros, Fr. Francisco Doncel y Fr. Pedro de Burgos, pudiendo
suceder que Fr. Antonio de Ulloa, no muriera en el momento en que
fue cubierto de flechas por los chichimecas, sino que debido tal vez a
su propia vitalidad, o a que las flechas que recibió en su cuerpo no
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CAPÍTULO XII
EL OCASO DE UN PUEBLO
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Nuestro Señor, castigando a los que exhedieren que para ello les doy
facultad qual de Derecho se requiere, la qual dicha elección confirmo
sin perjuicio de lo que tuviere que decir la justicia de este Partido y los
electores que no se hallaron en ella. México y diez y seis de diziembre
de mill y seiscientos y sesenta y quatro años.- El Marqués de
Mancera.- Por mandado de su Exa. D. Pedro Velázquez de la Cadena.-
Al margen: (Nombramiento de Gobernador y República del Pueblo de
Acámbaro)".
Muy semejantes al nombramiento anterior, figuran otros dos en el
expediente, por los cuales, el Virrey nombra Alcaldes, Regidores,
Alguaciles y oficiales de república para los pueblos de San Francisco
Chamacuero y San Miguel Octopan, ambos de la jurisdicción de
Celaya. Como se observan los citados documentos, tal parece que un
Padre hiciera sabias recomendaciones a sus hijos, a quienes
encargaba el amparo de sus hermanos menores, y les da facultad para
el castigo de sus faltas, pero... D. Diego de Monsalve y Aguilar, Alcalde
Mayor por su Majestad de las ciudades de Celaya, Salvatierra y sus
jurisdicciones, se había empeñado en torcer la buena fe de las
autoridades superiores y no pudiendo varias el resultado de dichas
elecciones, verificadas desde el 30 de noviembre anterior, ya
confirmadas por el Virrey, y ya expedidos por éste los nombramientos
a favor de los individuos que resultaron electos, el Alcalde Mayor de
Celaya sólo con el afán de molestar y humillar a los indios, se negaba
rotundamente a entregarles las varas, no obstante que a partir del
primero de enero de 1665 debían entrar en funciones, propiciando
con esto una situación irregular para todos los pueblos de la
Provincia, debido a la falta de autoridades y un resentimiento general
entre todos los naturales, quienes ya exasperados por las
circunstancias que concurrían, decidieron elevar sus quejas ante el
Virrey, Marqués de Mancera, haciéndolo en el escrito que insertamos
a continuación, respetando su ortografía:
"Excelentísimo Señor: Los Principales, Oficiales de República y
electores de la Provincia de Acámbaro, desimos que nosotros nos
juntamos en nuestro Cabildo, hicimos nuestra elección de
Gobernador, Alcaldes y demás oficiales de república para la dicha
Provincia, en conformidad con las Ordenanzas del Gobierno que
permite a los naturales haser sus elecciones sin la intervención de las
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los acompañan, todo lo qual era en perjuicio de sus pares y del Común
de dicho Pueblo, teniendo Alcalde Mayor esa Ciudad de Selaia que los
gobernase y administrase justicia por ser como eran de su
Jurisdicción y no de la de los Alcaldes Ordinarios y para que cesasen
las molestias referidas, pidió se mandase despachar mi Real Provisión
para que dichos Alcaldes Ordinarios no ronden ni vayan con ese
pretexto a dicho Pueblo ni conociesen de las causas de dichos
naturales si no es a vos dicho mi Alcalde Mayor con penas que se
impusieron para su cumplimiento y notificase persona que supiese
leer y escribir con testigos Mandase llevar al fiscal de la dicha mi
audiencia por quien se dio la respuesta del Tenor siguiente Muy
poderoso Señor: Buestro Oydor Fiscal dice que Vuestra Alteza se ha
de servir de mandar que se despache a estas partes Real Provisión
para que el Alcalde Mayor de Selaia notifique a los Alcaldes
Ordinarios de quien se quejan se contengan en los límites de su
Ciudad y Jurisdicción sin hacerles molestias con ningún pretexto con
apercibimiento de que se proveerá del remedio que convenga, México
y Abril trece de mil seiscientos ochenta y dos años. Licenciado Don
Francisco Fernández Marmolejo Y vista dicha respuesta por los
dichos mi Presidente y Oidores se mandó despacharse como lo desea
el dicho mi oidor fiscal Y para que tenga efecto con su acuerdo mando
dar esta mi carta por la qual os mando que siendo os mostrada por los
dichos Juan Francisco, Juan, Diego Salvador, Miguel Xuárez, Diego
Pérez y demás naturales del dicho Pueblo de la Asumpción que
proveais y deis orden que luego y sin dilación alguna se notifique y
hareis notificar a los dichos Alcaldes Ordinarios de esa Ciudad de
Selaia de quienes se quejan se contengan en los límites de su Ciudad y
Jurisdicción sin exeder en ello en manera alguna, sin hacer a los
naturales molestias y vejaciones con ningún pretexto con
apercibimiento que se proveerá del remedio que convenga= Y a bos
dicho mi Alcalde Mayor pondréis todo cuidado en el cumplimiento de
esta mi carta y que dichos naturales se conserven en toda paz y
quietud y no reciban los agravios que representan de dichos Alcaldes
Ordinarios ni de otra persona alguna amparandolos en dicha razón y
procurando su alivio y dichos mis Alcaldes Ordinarios y bos mi
Alcalde Mayor no hagais cosa en contrario pena de mi real enojo y de
doscientos pesos de oro comun que aplicareis por tercias partes para
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CAPÍTULO XIII
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los Reyes, que poseyó una estancia colindante con la Estancia del Río,
mercedada a Juan de Illanes, aun vivía en el año de 1574, lo que nos
ha hecho suponer que fue en vida cuando repartió su hacienda entre
sus hijos Francisco y Alonso Aguilar, siendo este último quien vendió
su parte a Juan de Illanes.
El asiento número veintitrés, dice: "...A Francisco de Aguilar, se
le señaló dos caballerías y media de tierra que ha de haber como
vecino de esta Villa, la una de riego, linde con caballería de Pedro
Hernández de los Reyes, su padre, y con Gaspar de Salvago hacia la
parte del Norte y la otra y media de temporal a linde del dicho su
padre, y de Pedro Sánchez de Alcalá, cerca del hoyo grande". Este
asiento nos revela claramente la paternidad de Pedro Hernández de
los Reyes para con Alonso y Francisco de Aguilar. La razón por la
cual éstos no llevaban el apellido de su padre, no interesa averiguarla,
ya que tal vez se trataba de hijos naturales, aunque en aquella época
era común y corriente que al llegar a la mayoría de edad, los hijos
podían llevar el apellido de su padre o elegir entre las de sus
antepasados, aquel que mayor lustre y señoría tuviera.
Ya hemos dicho que el tercer portugués, D. Joan d'a Ponte, se fue
a establecer en el Valle de Señora, siendo tan sólo la codicia quien lo
llevó hasta aquel lugar, donde constantemente acechaba la muerte,
por ser aquellas tierras las más feraces de la comarca. D. Joan d'a
Ponte, lo mismo que sus conterráneos d'a Silva y d'a Ibáñez, pronto
fue dueño de varias estancias, de las cuales, por 1560, la principal y
preferida, era la estancia de Señora, mercedada en 1551 por el Virrey
D. Luis de Velasco, al Capitán Juan de Jasso, uno de los
lugartenientes de Hernán Cortés en la conquista de México, y quien
también lo acompañó a las Higueras. Para 1569, año en que
chichimecas, guachichiles, guamares y tepehuanes se confabularon
contra sus opresores, comenzando por arrasar el pueblo de Comanja,
asesinando con todo género de crueldades a los vecinos españoles, de
cuya masacre únicamente se salvaron el cura Juan de Cuenca y el
seglar Juan de Sayas, quienes se refugiaron en una estancia cercana,
D. Joan d'a Ponte ya había muerto, sucediéndole en el manejo de su
cuantiosa fortuna, su hijo o nieto D. Diego Frausto d'a Ponte,
individuo tan apegado a los bienes terrenales, que en los papeles que
hemos consultado, aparece allá por 1579, acusando a un infeliz, por el
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CAPÍTULO XIV
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CAPÍTULO XV
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porque para entonces ya había anochecido, pudo verse que dicha caja
venía destinada a D. Martín de Ortega; apresuradamente se le fue a
avisar, su casa no estaba lejana ya que vivía en la segunda casa de lo
que ahora es el portal Guerrero, ya que en la esquina con la calle que
se llama de Obregón vivía su suegro Domingo de Silva; cuando Martín
se presentó dispuso que la caja fuera abierta... Al retirarse la tapa,
perfectamente acojinada, apareció dentro la imagen de Nuestra
Señora de la Limpia Concepción, pues era aquella que se había
encargado a los Reinos de Castilla.
Como reguero de pólvora que arde, se extendió la noticia por
todos los ámbitos de la villa; era tan reducido su caserío, que bastaron
unos cuantos minutos para que todo el vecindario estuviera
congregado en el templo; abriéndose paso entre la multitud, llegó el
Alférez Real y el Alguacil Mayor, procediéndose ya con todas las
formalidades de la ley a desempacar completamente la imagen. Se
trajeron suficientes luces, viéndose con grata sorpresa que ésta era
hermosísima, como ninguno de los presentes siquiera la había
soñado; medía exactamente vara y media, de la planta de los pies a la
coronilla de la cabeza; su vestido era de talla; su actitud modesta y
devota, con aire infantil aunque sencillamente majestuoso, su rostro
correspondía a una jovencita de quince años; la mirada hacia abajo,
apacible y encantadora; la boca risueña, con expresión de bondad, las
cejas, la nariz y las mejillas, eran perfectas, como lo era el óvalo de la
cara; toda ella revelaba un tipo no definido, pero ideal; las manos de
buena forma y delicadas y el color de su piel rosado trigueño.
Después de un ligero examen que dejó a todos admirados, la
imagen de la Virgen se colocó provisionalmente en uno de los altares;
retirándose todos los vecinos embargados de la mayor felicidad, para
ir a celebrar jubilosamente con sus familias aquella Nochebuena... Así
fue como el 25 de diciembre de 1579, resultó una Navidad muy
memorable para la Villa de Nuestra Señora de la Concepción de
Zalaya, pues ese mismo día se bendijo la Santa Imagen que quedó
entronizada en la parte superior del Altar Mayor de la primera iglesia
de San Francisco.
Cabe hacer notar que la forma en que llegó a la Villa de Zalaya la
taumaturga imagen de la Purísima no se encuentra comprobada por
ningún documento, creyendo que en gran parte se debe a la fantasía
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CAPÍTULO XVI
SE FUNDA EL CONVENTO
DE CARMELITAS DESCALZOS
POR LOS ÚLTIMOS días del mes de junio de 1597, ante su Excelencia D.
Gaspar de Zúñiga y Acevedo, Conde de Monterrey, Virrey,
Gobernador y Capitán General de la Nueva España, se presentó el
Muy Reverendo Padre Fr. Eliseo de los Mártires, Comisario General
de la Orden de Carmelitas Descalzos, para hacerle entrega de una
Cédula Real expedida por su Majestad Felipe II, el 28 de enero
anterior, y suplicarle se sirviera ordenar el cumplimiento de ello. El
documento de que se trata decía así:
"Don Phelipe, por la gracia de Dios Rey de Castilla, de León, de
Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de
Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mayorca, de Sevilla, de Cerdeña,
de Córdova, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de
Algezira, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Yndias Orientales y
Occidentales y de la tierra firme del Mar Oceano; de Flandes, de Tirol,
y Barzelona: Señor de Vizcaya y de Molina etcétera.- EL REY: Conde
Monterrey, pariente, mi Virrey Gobernador de la Nueva España o otra
persona o personas a cuyo cargo fuere el gobierno de ella Fray Joseph
de Jesús María, de la Orden, y que ansí, para tener donde repararse
en el camino, como por el consuelo de los vecinos que lo desean,
convenía se fundase un Convento en la dicha Villa, suplicándome
mandar dar licencia para ello. Visto por el Consejo de las Yndias, tuve
por bien mandar dar ésta mi Cédula, por lo que a ellos mando, que no
habiendo inconveniente, permitáis a la dicha Orden que funde el
dicho Convento en la dicha Villa, que yo os corremito.- YO EL REY.-
Fecho en Madrid a veintiocho de enero de mil quinientos y noventa y
siete años.- Por mandado del Rey Nuestro Señor, Joan de Ybarra
(rúbrica).- Al virrey de la Nueva España, que no habiendo
inconveniente, permita que la Orden de los Carmelitas Descalzos,
funde un Convento en la Villa de Zalaya.- Grts. (una rúbrica)".
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CAPÍTULO XVII
EL PATRONATO MARIANO
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entonces habían ejercido sobre ellos, los obligaron a que, tal vez sin la
debida preparación, y quizá sin la solemnidad requerida por el acto,
juraran como Patrona de la villa a la Imagen de la Purísima
Concepción, que hacía diez y siete años, era venerada en su templo...
Este acto tuvo verificativo el 12 de octubre de 1597, eligiéndose esa
fecha, como en la ocasión anterior, tomándose en cuenta que el 12 de
octubre de 1570 se había señalado a la villa el nombre de Villa de
Nuestra Señora de la Concepción de Zalaya.
Confirmando esta antigüedad del "Juramento del Patronato", se
encuentran dos hechos muy elocuentes: la nueva institución de la
Cofradía de la Purísima Concepción de la Villa de Zalaya, a que hace
referencia el M.R.P. Fr. Leopoldo Campos y una petición presentada a
fines de 1605 por Dª. Magdalena de la Cruz Silva, ya para entonces
Viuda de Martín de Ortega, en la cual solicitó al M.R.P. Fr. Miguel
López, Comisario General de los Frailes Menores, para sí y sus
descendientes, la confirmación del derecho de entierro cerca del Altar
Mayor del Templo de San Francisco de la Villa de Zalaya; apoyando
dicha petición, dijo que a costa de su hacienda y de la de su esposo
Martín de Ortega, fue traída de España la Imagen de Nuestra Señora
de la Limpia Concepción, jurada como Patrona de la villa, que es la
misma que estaba en el Altar y que, sin los gastos de traída, importó
doscientos cincuenta pesos. Efectivamente, al pie de la Imagen de
Nuestra Señora, existe una inscripción en caracteres muy antiguos
que dice: Se hizo a devoción de Don Martín de Ortega y su esposa,
los que hicieron donación a este Colegio de esta Imagen, y tres
renovaciones que se le han dado han sido acosta de este Colegio y sta
prsente fue a 21 del ms de julio de 1764, siendo Guardián Fr.
Domingo de Ocaranza.
El Regidor D. Agustín Muñiz, nieto de Martín de Ortega, en
escritura pública otorgada en 1666, ratificó la donación hecha por su
abuelo y afirma que en honor de esa Imagen, desde tiempo
inmemorial estaba fundada la Cofradía de la Limpia Concepción.
Originalmente, la Imagen fue de talla, como lo eran las más
antiguas, creyendo que en alguna de las renovaciones que se le
hicieron con anterioridad al año de 1668, fue desbastada, y se le
pusieron brazos y manos nuevas, con objeto de poder ataviarla con
ricas telas, a la usanza del Siglo XVII. Señalamos el año de 1668 en
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esa fecha, contaba con ocho años de edad, por cuya razón reinaba
bajo la tutela de la Reina Gobernadora Mariana de Austria. Por lo que
respecta al Escudo de Armas asignado a la ciudad, lo siguiente en lo
que dice su descripción con referencia al cuartel superior: "...en el
cuartel superior, ocupa el centro la Imagen de la Pura y Limpia
Concepción, cuyo nombre se dio a la población al ser erigida en
villa: Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Zalaya; a la
derecha de la Imagen, se encuentran las siglas FII, con corona de
oro, para recordar que fue fundada durante el reinado de Felipe
Segundo; a la izquierda, hay una cueva, en memoria de Juan de
Cueva, secretario de la gobernación, por quien se dio a la villa el
nombre de Zalaya, por ser el natural de Zalaya en la provincia de
Vizcaya. Cabe hacer notar, que absolutamente toda la descripción del
Escudo, se refiere a la época de la fundación, así, exactamente
después de lo que hemos transcrito, continúa diciendo: "...más abajo
un árbol de mezquite en campo de plata, por haberse hecho a su
sombra el primer cabildo de la fundación en villa, y alrededor los
integrantes de dicho cabildo, que tuvo verificativo el día de año
nuevo, primero de enero de 1571, siendo ellos: Domingo de Silva y
Juan Freire, Alcaldes Ordinarios de Primero y Segundo Voto;
Antonio Martínez de Contreras, Alférez Real; los Regidores Miguel
Juan de Santillán, Diego Pérez Lemus, Domingo Martín y Lope
García; Alguacil Mayor Francisco Ramírez, y el Escribano de su
Majestad Alonso Gutiérrez García..." En fin, que la descripción del
Escudo de Armas de la ciudad de Celaya, es el documento que ha
venido a dar el más rotundo mentís, a todos los que en una forma u
otra, han pretendido deformar la historia de la ciudad.
VI. En 1774 Celaya renovó con gran solemnidad el patronato de
la Purísima y ahora también "Sobre Tierras y Aguas", todo por
acuerdo del cabildo municipal..
Con lo que respecta a este punto en que fue verificada la
renovación del "Juramento", se realizó el 24 de junio de 1774, los
celayenses, están y estuvieron en la creencia de que esa renovación
era la primera que se hacía, sin embargo, se comprueba con
documento original que la primera renovación se llevó a cabo el 4 de
diciembre de 1705. Ese documento lo daremos a conocer más
adelante.
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CAPÍTULO XVIII
LA REAL Y PONTIFICIA
UNIVERSIDAD DE CELAYA
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defrauden los que le son debidos; para que en este medio se alienten
los estudiantes, que por falta de esta providencia desmayaban en el
aprovechamiento de las letras.- México y Diciembre diez y siete de mil
setecientos veinticinco años".
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CAPÍTULO XIX
LA VILLA DE ZELAYA
SE COMPONE CON EL REY
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defectos algunos; Trate de que se sirva a su Majestad por via del mar
si la puede haber en lo que justamente posee, lo que viene, del servicio
o lo que mejor le pareciere o por las tierras que se le comprendiesen
desde el Puerto de la Villa de San Miguel hasta la cerca que lo divide
del Pueblo de Querétaro, hasta la raya del límite divisor que une esta
Villa con la de Salamanca, así mismo desde Apaseo el Alto hasta la
Estancia de Tarimoro, Cerro de Culiacán, y Cerro de Zopilillo
inclusivamente, que es lo que principalmente poseen los vecinos de
esta Villa, quedando fuera el resto de su jurisdicción, que por partes
corre veinte leguas a lo más pero que de estancias y sembradíos como
son los Valles de Huasindeo y Chochones y Pueblos de
Yuririapúndaro y Acámbaro y por las tierras incluidas en los dichos
linderos y su composición por los defectos de títulos de tierras y aguas
conforme a sus instrucciones para los plazos y los tiempos que
consintiere, la fuerza y gravámenes, circunstancias y requisitos que
fueren pedidos, sacando el primer Título general para todo lo
comprendido en dicho distrito en que le sean empleados todos y
cualesquiera efectos que tuviere facultad para que el Cabildo reparta
entre los vecinos de que se trata la cantidad que le hubiere a lo que
conforme pase y rinda para la paga de la cantidad que así apresare y
los costos que se causen en la prosecución de la causa. Y así mismo
para que pueda reservarse alguna cantidad de valdíos para propios y
rentas de la Villa, por tener solo trescientos pesos de renta y muchas
obligaciones y necesidades considerables, como son la conducción de
agua para que beban sus moradores, puentes para dos ríos caudalosos
y otras necesidades urgentes, y así mismo pueda vender los valdíos
que quedasen para ayuda de la paga y servicios que se deben hacer a
Su Majestad por obra de composición. Y este artículo contradicho por
el Regidor Pedro de Arizmendi, según consta por el auto acordado,
cuya contradicción se mando a mi, el presente Escribano, ponga a la
letra y su exclamación que es como sigue: Y asimismo puede vender
todo y cuales quiera valdío que se incluyere en dicho Distrito para el
efecto de dicha paga y habiéndose morado este artículo en la forma de
arriba, lo fue de contrario parecer el Regidor Pedro de Arizmendi, que
dijo que en tres juntas que se han hecho ante el Cavildo para
comunicar este mismo negocio, habiéndose tratado que los valdíos de
dicha jurisdicción se habían de vender, no le pareció ser conveniente,
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MANIFESTACIÓN:
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RAZÓN:
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"El dicho Juez la hubo por presentada y mandó se ponga por los
Autos y lo firmó. Gonzalo Tello de Sandoval.- Diego de la Cruz y
Sarabia, Escribano Público:
AUTO:
LA VILLA DE ZELAYA.
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CONSTANCIA DE PAGA.
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CAPÍTULO XX
UN DOCUMENTO
DE EXTRAORDINARIO INTERÉS
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CAPÍTULO XXI
ERECCIÓN EN CIUDAD
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cubrieron enteramente las primeras gradas), sobre las que allí nace y
se forma otra vara con seis dedos, con que tenemos ya catorce varas.
Sobre el capitel hay una peana o recipiente de la estatua, que con el
plinto de ésta, casi completa otra vara, y nos resultan quince por todo.
La estatua, es colosal, y tiene de altura tres varas escasas. Ah, Seor
Filandro, ajuste su cuenta y de 18 varas que es el todo del
monumento, cuál será la quinta parte? Esto sí que es criticar con
salero, para decir a un celayense que su arma es un garrote, y que se
infiere que cada uno de mis paisanos traé consigo la insignia de un
General de las armas, pues para el Seor Filandro todo es todo. Lector,
qué vulgaridad, qué estupidez no se conoce en este majadero? Luego
la estatua ecuestre del Señor Felipe IV que está en el sitio del Retiro —
como se puede ver en D. Antonio Pons y en otras infinitas, pues es la
práctica regular de los estatuarios de más nombre. ¿Todos estarán
con garrote?, y cuántos Emperadores vieres, en especial romanos,
serán garroteros? Y aun el General de las Milicias Celestes, Señor San
Miguel, pues nunca lo verás con cetro, como dana ante, sino con un
garrote, será lo mismo? Qué vergüenza.
Vamos por partes, Seor Filandro, porque lo pide su vulgar
mordacidad. Las roturas que murmura, fueron hechas de intento,
pues como está la estatua a tanta altura, expuesta a los vientos, se le
hicieron en las partes cóncavas de la clámide por burlar sus esfuerzos,
evitando una ruina, sirviéndome de ejemplo lo sucedido en
Guanajuato, pues un viento recio le tiró la cabeza a la estatua del Rey,
que asimismo, está sobre una columna.
"En que quiso demostrar su pobreza, etc... Vaya, Seor Filando, que
ésta es sátira de Querétaro hacia Celaya, y nada más. Pues bien, en
cuanto yo he escrito hasta ahora, no se me había notado semejante
porquería, porque la gente de crianza no tira de esa suerte, infamando
a un lugar entero, fundado por gente noble, Villa desde sus principios,
que competía otro tiempo con Querétaro, con fundamento, y otras
partidas que no diré porque toda comparación es odiosa, pero sí haré
con paralelo y ahora sobre las dos pirámides... Pregunto, criticones
ridículos, arquitectos porque tienen un Viñola u otro autor, que
cuando se ofrece, no sabéis más que poner columnas y fronteras,
vengan o no al caso, porque sois copiantes de lo que tiene el libro,
teniendo sus ejemplares por ideas universales y uniformes. ¿Por qué
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dos mil pesos que satisfizo junto con cincuenta de Media Annata
etc...".
En la segunda cita, se dice: "...Al mismo tiempo conformándome
también con el expresado mi Consejo de Cámara, y atendiendo a la
antigüedad y posesión en que se halla el pueblo de Celaya del Título
de Ciudad que le concedió el Marqués de Mancera, de que no consta
hubiese obtenido Real Confirmación, según en él se prevenía, he
venido a suplirla ese defecto y mandar que se le expida ahora, etc...".
En la tercera cita, se dice: "...Por tanto, por el presente confirmo y
apruebo el Título que en siete de diciembre de mil seiscientos sesenta
y ocho concedió el Virrey Marqués de Mancera a la Villa entonces de
Celaya, erigiéndola en Ciudad, baxo la denominación de Nuestra
Señora de la Concepción de Celaya, para que así se titulase y
nombrase, y como tal fuese venerada y respetada y sus capitulares y
vecinos, gobernándose y gozando de todas las preeminencias,
excempciones y prerrogativas de que gozaban y debían gozar las
demás ciudades de la Nueva España, en todos los actos y
concurrencias, dentro y fuera del Cabildo, y en las Ciudades, Villas y
Lugares de estos y aquellos Reynos en los Tribunales Superiores e
Inferiores, y demás partes, como en especial los tenía y gozaba la
ciudad de la Puebla de los Ángeles, cuyo exemplar se había de seguir
y guardar en la de Nuestra Señora de la Concepción de Celaya, en lo
presente y en lo futuro, en todo y por todo y con las demás facultades
que en el mencionado Título se contienen: las quales y demás gracias,
excempciones y prerrogativas que en él se expresan es mi merced y
voluntad continúe gozando y disfrutando como las ha gozado y
disfrutado hasta el presente, sin limitación, embarazo ni impedimento
alguno, pues Yo por este mi Real Título las confirmo y apruebo...".
Ya para finalizar el citado Título de Confirmación, se encuentra
asentado el siguiente párrafo: "...Y mando al referido Ayuntamiento
de la Ciudad de Celaya, que en el caso de que no tuviere aun
formadas y aprobadas por el superior gobierno de México sus
ordenanzas y estatutos para el gobierno político y económico de
ellas, las forme inmediatamente y las remita al eferido mi Consejo
para su examen y aprobación...", como se recordará, en el "Auto"
proveído por el señor Lic. D. Antonio de Lara y Mogrovejo, el 20 de
octubre de 1655, era lo único que se le concedía a la Villa de Zelaya, a
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CAPÍTULO XXII
EL ESCUDO DE ARMAS
DE LA MUY NOBLE Y LEAL
CIUDAD DE LA PURÍSIMA
CONCEPCIÓN DE CELAYA
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NOTAS
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CAPÍTULO XXIII
SE FUNDA
EL CONVENTO DE SAN AGUSTÍN
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los dos cruceros, fueron adornados con sendos retablos del estilo
churrigueresco, y la torre es de un arte muy original que recuerda el
mozárabe, como si el arquitecto que la edificó, se hubiera inspirado al
ser delineada, en la famosa Giralda de la ciudad de Sevilla... y, a
propósito, ¿quién fue el arquitecto que planeó y dirigió la
construcción del templo y del monumental edificio para el
Convento?... Lo fue D. Antonio Elexalde, el viejo, padre de Fr. Felipe
de Vergara, según se informa en el libro Nº. Uno de Gastos del
Convento, Foja 63, lo cual viene a rectificar lo asentado por el
historiador celayense D. Luis de Velasco y Mendoza, quien asegura
que también el insigne arquitecto D. Francisco Eduardo Tresguerras,
echó su cuarto a espadas en la construcción de la torre, que ejecutó en
1795, cuando a solicitud del Padre Prior Fr. Bernabé Calderón, se
encargó de edificarla... Dos cosas se oponen a que sea cierta la citada
aseveración: Primera.- Que en los Anales del Convento, figura como
Padre Prior de 1782 a 1793, Fr. Miguel Frías; de 1794 a 1801, Fr. Juan
Agustín Alfonsín, sin que antes ni después de los citados Priores,
aparezca Fr. Bernabé Calderón, quien sencillamente no existió, por lo
menos en el Convento de Celaya. Segunda: En el libro manuscrito
Ocios de Tresguerras, iniciado por D. Francisco en el año de 1796,
libro que constituye para el biógrafo del ilustre hombre, un filón
fecundísimo de noticias, no encontramos nada que se refiera a la
construcción de dicha torre, que por su propia importancia de la obra,
como se hizo con otra de mucho menos envergadura, ejecutada por
esas fechas: La Pirámide.
Desde 1609 hasta 1972, sesenta y ocho Priores han regido el
Convento de San Agustín de la ciudad de Celaya, pero como no sería
posible proporcionar aquí el "Curriculum Vitae" de todos y cada uno
de ellos, sólo vamos a referirnos a aquellos religiosos que en pro o en
contra del arte y del buen gusto, ejecutaron algunas obras en el
templo del citado Monasterio, hermoseándolo en algunas ocasiones,
pero en otras, cometiendo verdaderos atentados contra la cultura,
pues como dice la voz popular: ¡Líbranos Señor de un cura tonto con
iniciativa! ...aunque debemos recordar que los errores cometidos,
estuvieron animados de la mejor intención.
1609. Una vez iniciadas las obras de construcción del Convento
por el reverendo Padre Provincial Fr. Diego del Águila, cuando apenas
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CAPÍTULO XXIV
EL REMATE
DE LA PLAZA DE TOROS
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enta en cada uno dos mil pesos aceptando las propuestas extipuladas
por el Ayuntamiento con la reforma a la segunda de que las
Lumbreras de sus Individuos las daría no en el sitio de su elección
sino en seguida del Tablado Real para el poniente Y en orden a lo que
se trata en la quinta sobre gastos de Tropa daría veinte y cinco pesos
diarios con tal destino, y el de las Patruyas de que habla modificando
semejante pención. Que tres Toros se Lidiarían en las mañanas, seis
por las Tardes; y sólo dos de los matados esarían a disposición del
Presidente Justicia Mayor. Y que no verificándose el Remate a su
favor en este acto se le debolviese su papel de Habono, y se tuviere
por desistido de la misma postura.= Y dava así el pregón de orden de
este Cavildo resultó Dn. Francisco Eduardo Tresguerras de esta
vecindad presentando igualmente un papel de Havono firmado por
Don Joaquín Natera, vecino de aquí (el que por estar presente lo
confesó, reconoció y ratificó para su cumplimiento) significando que
inclusas todas las condiciones ya dichas adelantaba la postura de D.
Francisco Galván en doscientos pesos más por el tiempo de tres años.
El nominado por el que tienen asignado se la pujó con otros
cinquenta; Tresguerras se la subio en otros tantos, llegando a ponerse
en dos mil trescientos pesos y Galván en dos mil y cuatrocientos sobre
el pie de condiciones expecificadas. Mas no haviendo quien mejorase
las ya hechas, aun después con mucho a la ora señalada, oydo el
Procurador General a quien no apreció combeniente se efectuase el
remate por la cantidad así ofrecida pues apenas excede de la mitad en
que susedió con motivo de la proclamación de Ntro. Soberano el año
de noventa y uno, considerando que pueden acaso en estos días
siguientes resultar otros mejores Postores de que redunde mayor
interés o beneficio de la recomendable obra del Puente, se resolvió
por el Ayuntamiento deferirse el remate para el savado tres del
inmediato septiembre. Lo que se anunciará al Público por medio de
rotulones, que se fixarán desde luego en esta Ciudad, Y porque ambos
postores se retrajeron y pidieron su papel de havono se les mandaron
debolber desprenhendiendose de la actuación. Con lo que se concluyó
el acto que se firmó con testigos de asistencia por ausencia del
Escribano de Cavildo, y falta de otros en el lugar siendo testigos Don
Luis Malagón, Don Vicente Camarena, Don Luis González, y otras
muchas personas que concurrieron de esta vecindad.- Ldo.- Andrés
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CAPÍTULO XXV
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Real; los frentes de las casas más humildes, a falta de algo mejor, se
encontraban perfectamente barridos y regados y sus fachadas
adornadas con festones y coronadas de ramajes y flores naturales,
mientras que las puertas y balcones de las moradas de gente principal
ostentaban hermosos cortinajes y ricas colgaduras entre los que
destacaban los blasones nobiliarios alternando con el Escudo Real.
Para medio día, los preparativos estaban terminados y ya sólo se
esperaba el paso de la comitiva virreinal... Desde la entrada de la
ciudad se encontraban apostadas formando valla, las fuerzas del
Regimiento de la Reina, traídas desde la Villa de San Miguel el
Grande, las del Regimiento de Celaya y las de la Infantería Provincial,
tras de las cuales el populacho se agolpaba para presenciar el paso de
su Excelencia y de los altos personajes que le acompañaban. Entre las
dos y las tres de la tarde una salva de morterillos y cámaras anunció
que la carroza del virrey había cruzado el Río de la Laja, distante una
media legua de la ciudad, siendo esto la señal para que con los
esquilones y campanas de todas las iglesias echadas a vuelo se iniciara
un repique general... A los pocos minutos, una nube de polvo que se
mecía sobre el Camino Real, indicaba que la comitiva se acercaba, no
tardando en aparecer la descubierta formada por las músicas de los
Regimientos; veinte niños a caballo, con sus respectivos palafreneros,
todos vestidos con ricos trajes a la usanza de los pajes y escuderos
reales antecedían a la carroza del virrey que era seguida por diez o
doce carruajes en que viajaban los personajes de la comitiva,
escoltados por la oficialidad y los dragones del Regimiento de
Querétaro, cerrando la cabalgata un grupo como de doscientos jinetes
ricamente ataviados a la usanza del país, formado por los más
prominentes vecinos de Celaya. Al llegar la carroza al puente sobre el
"Riyito", denominado actualmente de "Las Monas", fue recibida por el
pueblo con vítores y aplausos; un grupo de individuos de la plebe,
encabezados por algunos de los señores regidores, desengancharon
las mulas que tiraban el carruaje del virrey, que en prueba de
sumisión y servilismo continuó conducido por ellos mismos hasta la
puerta de las casas consistoriales.
Después de recibir los parabienes y felicitaciones del Iltre.
Cabildo, de los Prelados de las Religiones y de la nobleza y vecinos
principales de la ciudad, el virrey fue alojado en la Hospedería del
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Una vez que D. Nicolás de Calera tuvo en su poder los planos del
puente, la opinión del señor Fiscal y los acuerdos y decretos dicados
por el señor virrey, inmediatamente salió del Palacio del Gobierno
para dirigirse al edificio ocupado por la Real Academia, que sólo
distaba unos cuantos pasos, con el objeto de entrevsitarse con el señor
Presidente de la misma, Marqués de San Román; sin embarog, la
audiencia privada que solicitara de éste, no fue posible que se le
concediera de inmediato, por encontrarse en "junta2 el señor
Marqués, pero en cambio, por conducto del Oficial mayor D. Pedro
Galindo, le hizo saber que tendría mucho gusto en recibirlo al día
siguiente; a las once d ela mañana, con lo cual ya quedaba concertada
la entrevista. Al celebrarse ésta, Calera expuso al señor Presidente de
la Real Academia la representación que llevaba por parte del Ilustre
Ayuntamiento de Celaya; le mostró la documentación de que era
portador y, como era natural, encarecidamente le suplicó que se
sirviera dar sus órdenes, a fin de que se practicara el estudio y se
rindiera el dictamen a la mayor brevedad. Por su parte, el Marqués
indicó a Calera que, para poder ordenar que se hiciera el estudio
solicitado, debería entregar en la Secretaría toda la documentación,
previo recibo que por ella se le expidiera, y ofreció que en cuanto ésta
se le turnara de "oficio", serían dictadas las órdenes del caso. En la
propia documentación vemos que el señor Marqués cumplió su
ofrecimiento, ya que al día siguiente, los papeles de referencia fueron
turnados a la Dirección de la Academia con el siguiente acuerdo,
escrito de su puño y letra: "México trece de septiembre de mil y
ochocientos tres". "Ynforme el Director de Arquitectura Don Antonio
Velázquez", cuyo acuerdo sólo está signado con su rúbrica.
El informe rendido por D. Antonio Velázquez, que insertaremos a
continuación, una vez más nos confirma que los planos y cálculos del
Puente sobre el Río de la Laja, aunque dibujados y hechos por D.
Francisco Eduardo Tresguerras, no fueron firmados por él... ¿Cuál fue
la razón que tuvo para eximirse de ello?... ¿La que expuso al Ilustre
Cabildo de Celaya, es decir, para no dar pábulo a nuevos y enconados
ataques de sus enemigos y deturpadores?... Tomando en cuenta el
espíritu combativo de D. Francisco, que la mayor parte de su vida se
la había pasado enfrascado en cuentas y hasta escandalosas
polémicas, sinceramente suponemos que ése no fue el verdadero
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CAPÍTULO XXVI
LA LICENCIATURA
DE TRESGUERRAS
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final, tal vez para no sentar un precedente, que más tarde podría ser
aprovechado por otro Payo Colás. Además, por deducción lógica se
establece que la resolución negativa no afectó tanto a Tresguerras,
como el calificativo de "Payo Colás" que indirectamente se le aplicó,
cuando lo vemos en 1808, terminada la construcción del templo que
le abriera las puertas de la fama y de la gloria y que acababa de
obtener la ansiada licenciatura, después de la visita que practicaron a
su obra los siete ilustres académicos:
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CAPÍTULO XXVII
VELADA CONMEMORATIVA
A D. FRANCISCO EDUARDO
TRESGUERRAS
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CAPÍTULO XXVIII
EL ILUSTRE AYUNTAMIENTO
DE CELAYA IMPETRA
EL FAVOR DE CARLOS IV
"S E Ñ O R :
El Ayuntamiento de la Muy Noble y Leal Ciudad de Celaya, de la
Intendencia de Guanaxuato, Diócesis de Valladolid de Michoacán,
conducido de la paternal clemencia con que Vuestra Magestad se
presta benigno a admitir pretensiones de sus Pueblos y Basallos
quando lleban el Sello de fundadas, ocurre a los pies del Trono de
Vuestra Magestad con la firme confianza de ver atendida la reverente
súplica que se ve precisado a hacer, por conducto de Vuestro Virrey de
ésta N. E. sobre la preferencia, que estima justa, de su suelo para el
establecimiento de una de las Sillas Episcopales que se han
proyectado aumentar, con la mira de mejor servicio de Dios, el de
Vuestra Magestad y felicidad de los Habitadores de estas distancias.
Entre los quatro, o cinco que se representaron como precisos al
efecto, se cuenta de seguro el que debe eririgirse en estos terrenos,
desmembrando de las Mitras de Valladolid y de México las
poblaciones y diezmatorios correspondientes a la subsistencia; y
como el de Celaya ocupa, sin questión el centro en que puede
verificarse con beneficio conocido suyo, y de las Ciudades, Villas y
Pueblos de que ha de componerse, no pudo menos que llenarse de
complacencia y júvilo al instruirse de la novedad, porque preferido su
Suelo, como parece de razón y justicia, vé próximos los días de su
felicidad, y su riqueza en el aumento de la población, ampliación de su
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Señor:
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CAPÍTULO XXIX
LA VERDADERA RELACIÓN
QUE EXISTIÓ
ENTRE CELAYA Y NATTHAHÍ
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pacificación de los dichos indios rebeldes; lo qual todo visto por mi,
por la presente doy licencia y facultad para que en la dicha parte y
lugar se haga la fundación de dicha villa y se pueble de españoles,
conforme a la traza que el dicho Alcalde dejó fecha, la qual dicha villa
se llame e intitule la Villa de Nuestra Señora de la Concepción de
Zalaya, y los vecinos que en ella asentaren y vivieren, llegando a
treinta hombres casados, pueden juntarse y señalar Cabildo, y parte
donde se junten, y desde el Día de año nuevo primero que viene del
año primero venidero de mil quinientos setenta y uno en adelante,
habiendo oído una Misa del Espíritu Santo, elegiro y nombrar cuatro
Regidores, los quales después de nombrados y elegidos, nombren y
elijan dos Alcaldes Ordinarios de los más viejos y honrados que entre
ellos hubiere...".
Como claramente se vé, el documento transcrito, en parte no deja
lugar a dudas y prueba hasta la evidencia, que la Villa de Nuestra
Señora de la Concepción de Zalaya, fue fundada en la Estancia del
Río, el Día de Año Nuevo, primero de enero de 1571; no
mencionándose en absoluto el antiguo poblado de Nattahí, que hacía
ocho años, con apoyo en la Real Cédula de Reducción de Indios,
expedida por Felipe II, el 15 de febrero de 1560, había servido de
asiento para fundar el Pueblo de Nuestra Señora de la Asunción,
lugar donde deberían juntarse a vivir todos los indios del Mezquital
de Apaseo.
3. El señor Profr. D. Fulgencio Vargas, consigna en su Monografía
de la Ciudad de Celaya, que la voz Zalaya, que al fin prevaleció, es de
origen vascuense y vale por tierra llana, que está perfectamente de
acuerdo con la topografía del lugar, y que este nombre se aplicó a la
villa, porque así lo habían solicitado los individuos de origen vasco,
que mucho se habían interesado por su fundación, por convenir a sus
intereses. Sobre el particular, y a fin de que se vea claramente que el
señor Profr. D. Fulgencio Vargas no hizo otra cosa que bordar en el
vacío, cuando escribió su Monografía de la Ciudad de Celaya, a
continuación insertamos un fragmento de la información rendida a
Felipe II, el 15 de junio de 1580, por Cristóbal de Vargas Valadez,
Alcalde Mayor de la Villa, (véase: "Papeles de la Nueva España",
Suplemento al Tomo VII, Francisco del Paso y Troncoso): "...En la
Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Zalaya a quince días del
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CAPÍTULO XXX
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CAPÍTULO XXXI
EL MONUMENTO A LA FUNDACIÓN
ERIGIDO EN EL BARRIO DEL ZAPOTE
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CAPÍTULO XXXII
CELAYA,
CUNA DE LA INDEPENDENCIA
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que aun podrían contar con algunos días para madurar algún plan,
pues no deseaban festinar el movimiento insurrecto, cuya f echa de
iniciación ya estaba señalada para el siguiente primero de octubre.
Ese mismo día 15, llegó a San Miguel el Grande el Alcaide de la Cárcel
de Querétaro, D. Ignacio Pérez que, como ustedes no lo ignoran, era
portador del aviso que la señora Corregidora, Dª. Josefa Ortiz de
Domínguez enviaba al Capitán Allende, pero no encontrando a éste,
dio el informe a Aldama, a quien conocía y sabía que también estaba
en la conspiración, acordando entre ambos que esa misma noche
saldrían para Dolores.
Mientras el Capitán Aldama y el Alcaide Pérez, envueltos por las
sombras de la noche, recorrían el camino entre San Miguel y el pueblo
de Dolores, el señor Cura de este último lugar, se encontraba en la
casa del Subdelegado, D. Nicolás Fernández del Rincón, jugando su
acostumbrada partida de "Malilla" con la esposa de éste y con la del
español D. Ignacio Cortina, que se encontraba de visita alojado
temporalmente en la casa del Subdelegado; Hidalgo permaneció en
esa diversión hasta las once de la ncohe, hora en que se retiró de la
tertulia para ir a recogerse en la Casa Cural, al llegar a ésta, preguntó
al sirviente que acudió a abrir el zaguán si no había ocurrido novedad,
y como se le informara que no, se dirigió por los corredores en
penumbra hacia su recámara para acostarse a dormir tranquilamente.
Aldama y el Alcaide de Querétaro llegaron a Dolores como a las
dos de la mañana del diez y seis de septiembre; inmediatamente se
dirigieron a la casa del Cura Hidalgo, en donde, como era costumbre,
se encontraba alojado el Capitán Allende y, despertándolo luego, le
comunicó Aldama el aviso que la Corregidora de Querétaro le
mandaba con el Alcaide Pérez; Allende se levantó inmediatamente y
tanto éste como Aldama, entraron a la recámara del señor Cura
Hidalgo para informarle lo que acontecía; el señor Cura se incorporó
y, considerando por los informes que se le habían dado de Guanajuato
y los que en ese momento se le proporcionaban de lo que acontecía en
Querétaro, que todo estaba descubierto, creyó que las más prudentes
providencias que podría tomar, eran las de obrar desde luego: "Y
oyendo mientras se vestía —dice el historiador D. Lucas Alamán— la
relación que Aldama le hizo, al calzarse las medias, le interrumpió
diciendo: Caballeros, somos perdidos, aquí no hay más recurso que ir
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Celaya fue testigo de estos gloriosos sucesos que con el trágico fin del
Primer Imperio, las vicisitudes por las que atravesó el país durante un
largo lapso, la ominosa paz d euna dictadura y el olvido o la
ignorancia de las actuales generaciones sobre los hechos
trascendentales que hemos relatado, hicieron que hasta ahora no se
reconozca en forma oficial a la ciudad de Celaya, algú título honorífico
posterior a la Consumación de la Independencia, que nos habló de los
esfuerzos de los hijos de Celaya por conquistar su Libertad.
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CAPÍTULO XXXIII
LA GRAN ODISEA
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México, una asonada más, y junto con los más destacados liberales,
fue aprehendido y encarcelado el señor Licenciado D. Benito Juárez,
Presidente de la Suprema Corte de Justicia; el día 14, sus amigos
lograron que fuera puesto en libertad, y al día siguiente, en un
carruaje particular, se ausentó de la capital de la República, para
dirigirse a la ciudad de Guanajuato, donde es sabido contaba con
amigos; esa noche, la pasó en el pueblo de Tepeji, prosiguiendo su
viaje al amanecer; el día 16, pernoctó en la ciudad de Querétaro, y ya
pasaba el medio día del 17 cuando llegó a Celaya, donde era esperado
por D. Manuel Doblado, ex Gobernador del Estado, quien dos días
antes renunció a ese puesto para obtener su libertad guanajuatense;
después de su llegada, la comitiva se dirigió a la Casa Municipal,
donde fue recibida por el Ilustre Ayuntamiento, quien la condujo a la
Sala Capitular, dándole allí la bienvenida y... para no hacer muy
extensa esta información, sólo diremos que en esa histórica reunión
después de un cambio de impresiones, se resolvió que para volver al
país al orden constitucional, interrumpido en la ciudad de México, el
señor Lic. D. Benito Juárez, como Presidente de la Suprema Corte de
Justicia, iba a asumir el Poder Ejecutivo de la Nación por Ministerio
de Ley, para lo cual, todos los asistentes, por sí y a nombre de sus
representados, le ofrecieron el más completo respaldo y apoyo;
habiéndose acordado que la toma de posesión sería en la capital del
Estado, ciudad de Guanajuato, el día 10 a la llegada del señor Lic.
Juárez a dicho lugar, y se comisionó a los señores D. Manuel Ruiz y D.
Manuel Doblado para que redactaran la Circular que el día 19 se
enviaría a todos los Gobernadores de los Estados Confederados y el
Manifiesto a la Nación, que con tal motivo habría de lanzarse.
Al darse cuenta los conservadores de que el Gobierno
Constitucional se había instalado en la ciudad de Guanajuato, para
combatirlo enviaron una División al mando del General Luis G.
Osollo, quien tenía como subalternos a Miramón, Mejía, Márquez y
otros; después de algunas escaramuzas que se libraron desde su
entrada a territorio guanajuatense, la batalla formal tuvo verificativo
en el Puente de Arroyo Feo, a escasa media legua de la Villa de
Salamanca, el 10 de marzo de 1858, en cuya acción, lamentablemente
fue derrotado el General liberal Anastasio Parrodi, quien tenía como
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ÍNDICE
Pág.
PALABRAS DEL AUTOR 7
¿QUIÉN FUE EL AUTOR? 9
Capítulo I 11
Antecedentes relativos a la fundación de la Villa de "Ntra. Sra. De la
Concelsión de Selaía" (Textual)
Capítulo II 24
El permiso de fundación
Capítulo III 32
Quiénes fueron los fundadores y primeros pobladores de la villa
Capítulo IV 39
Reacciones producidas por el permiso de fundación
Capítulo V 44
La fundación
Capítulo VI 55
El reparto de las tierras mercedadas
Capítulo VII 69
Se inicia el progreso de la Villa de "Selaya"
Capítulo VIII 93
Una aclaración pertinente
Capítulo IX 101
Mil y un errores en torno a la fundación de Celaya
Capítulo X 116
La conquista de la región bajo sus diversos aspectos
Capítulo XU 129
El Señor del Zapote
Capítulo XII 139
El ocaso de un pueblo
Capítulo XIII 156
La Estancia del Río
Capítulo XIV 168
¿Quién celebró la misa del Espíritu Santo el 1º de enero de 1571?
Capítulo XV 175
La primera década de la villa
Capítulo XVI 188
Se funda el Convento de Carmelitas Descalzos
Capítulo XVII 196
El Patronato Mariano
Capítulo XVIII 234
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