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Justificación
Como fin de este proyecto es que todo seminarista pueda integrar se a la
comunidad en general seminario, para poder llevar de una manera la
formación sacerdotal
89. De acuerdo con lo indicado en la Exhortación apostólica post-sinodal
Pastores dabo vobis131, son cuatro las dimensiones que interactúan
simultáneamente en el iter formativo y en la vida de los ministros
ordenados: la dimensión humana, que representa la “base necesaria y
dinámica” de toda la vida presbiteral.
Es por eso que no preocupa la integración en los grupos de vida y
comunidad seminario en general
Hipótesis
Como uno de los resultados que esperamos es un buen acompañamiento
de a los seminaristas y que puedan entender la importancia del trabajo en
equipo, el respeto al libre pensamiento y el acompañamiento grupal,
haciendo resaltar los valores tales como respeto, solidaridad, confianza y
lealtad, ya que mediante eso los seminaristas en sus apostolados no
tendrán problemas al introducirse a una comunidad.
Objetivo
Marco teórico
La dimensión humana en la formación del sacerdote futuro ALONSO
MORATA MOYA Sacerdote Operario Diocesano*
humano que es llamado. Lo que supone que hay que situarlo en nuestro
tiempo, con las características de nuestra sociedad y las peculiaridades del
ambiente en el que se desarrolla. Si nunca se debió hacer abstracción de la
realidad, mucho menos en este momento de la historia. Las metáforas
para la poesía: La llamada divina interpela y compromete al ser humano
“concreto”. Es necesario que la formación al sacerdocio ofrezca los medios
adecuados para facilitar su maduración, con vistas a un auténtico ejercicio
del ministerio presbiteral. Para este fin, el seminarista está llamado a
desarrollar la propia personalidad, teniendo como modelo y fuente a
Cristo, el hombre perfecto1. Por esta razón no nos viene mal bajar hasta la
arena donde nuestros posibles candidatos juegan a vivir y se juegan la
vida.