Está en la página 1de 18

EUCARISTIA ENCUENTRO Y ENVIO

N
Iglesia y Eucaristía

Eucaristía y misión

María y la Eucaristía
Quien encuentra a Cristo en la Eucaristía,
No puede no proclamar el amor
Misericordioso del Redentor
Para vivir la Eucaristía
es necesario
Demorarse largo
tiempo en
La adoración al
Santísimo Sacramento
∙ Para Evangelizar el
mundo son necesarios
apóstoles expertos en
la celebración,
adoración y
contemplación de la
Eucaristía
Frutos de la adoración Eucarística
Nos alcanza la unidad con Dios Uno y Trino (Jn 4,23-24)
Nos alcanza la gracia de crecer en nuestra vida espiritual y a dar frutos propios de la vida en el espíritu
(Ga 5,22)
Fortalece en nosotros las virtudes teologales (Ritual 80)
La piedad que impulsa a los fieles a adorar la santa Eucaristía los lleva a participar más plenamente en el
misterio pascual (Ritual 80)
Responden con agradecimiento al don de aquel que por medio de su humanidad infunde continuamente la
vida divina en los miembros de su Cuerpo. (Ritual 80)
Disfrutan del trato íntimo con el Señor, le abren su corazón por ellos y por todos los suyos y ruegan por la
paz y la salvación del mundo,
Fomentan las disposiciones debidas que les permiten celebrar con la devoción conveniente el memorial
del Señor y recibir frecuentemente el pan que nos ha dado el Padre (Ritual 80)
Nos ayuda a vencer la tentación (Mt 26,41)
Acrecienta en nosotros las gracias recibidas en el Bautismo
Alcanzamos misericordia y gracia para ser socorridos en el momento oportuno
(Hb 4,16)
Dios derrama sobre nosotros su espíritu de gracia y oración (Za 12,9-10)
Nos alcanza el don del discernimiento
Se aprende a amar a los hermanos con el amor que brota de la Eucaristía. (M.
Teresa de Calcuta)
El reconocimiento de Jesús bajo las especies del pan y el vino ayuda a reconocer
mejor a Cristo en los más pobres entre los pobres. (M. Teresa de Calcuta)
∙ Permite dar a la gente que sirve, no sólo el sí mismo o lo que ella
posee, sino más bien, a Jesús, que vive en ella. (Teresa de Calcuta)

∙ Jesús en la Eucaristía cura e ilumina no sólo a individuos, sino también


a grupos, movimientos que se unen para crecer en celo y ardor en el
anuncio del Evangelio.

∙ Renueva las disposiciones interiores para acercarse dignamente a los


sacramentos.

∙ “Por la adoración, el cristiano contribuye misteriosamente a la


transformación radical del mundo”. (San Juan Pablo II)

También podría gustarte