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‘como una evolucién necesaria y natural impues| or la vieja or sanizacin social? ;Fueden éxplicaciones de esta clate dar cuenta cabal de la gama de creatividad humana y del cambio social, siquiera describirla? ‘A medida que desarrollemos los argumentos presentados en este libro, trataremos de demostrar que una teor‘a plenamente social de la conducta desviada tiene que constituir una explicacion Tante-mls exigenle-y-araplla-Gue Ta que’ pretend el sivas “Enel capitulo iguicne, a cibarge nor Seupareises be la Tora ‘concreta en que las variedades biolégicas y psicolégicas del posi- tivismo han tratado de explicar (y erradicar) la conducta ‘des- viada. En otras palabras, intentaremos sefialar, a modo de adver- tencia, los sucesivos éxitos y progresos de la erevoluciény pesiti= vista en Ia criminologia contemporénes. Taylor, Werllon 4 ug. Jo wae Cimino logftr - 2. La at 2i6n del positivismo Respecto de cualquier teoria se pueden hacer dos preguntas: ¢cuél fe su eficacia explicativa? y geudl es su atraccién? Queremos apartamos de esa cémoda escuela de pensamiento que cree que las teorias compiten entre sien un limbo académico y que su valor heuristico es lo que determina su supervivencia. Lo que tenemos (que explicar es por qué determinadas teorias, no obstante su ma “ile incapachind Gara saperar Tor problema Que laReS ve bjeto de estudio, sdbreviven y, adem, como sacede en el Esto aparecia ssociado con uoa «maduree emocional y una tole- Fancia‘s Ta fruswacion menor», con ena tendencia al autoct- go> y a lo eretimienton perancicos>- Drscubrimiestom como stor son habiuales en la Hteratura s0- bre teas as formas de concn ded Sin embargo, por de feds del lenguaje neutro, et, segin las popias palabras de Coc. nt, elo que popularmente se considera "inadecuacion” y "éebi Tad de carécter"» (pig, 144). Se trata de una mera traduecén Ge consste en inerpretar que iar suboulturas hedonistas y ex: (redvar no won cultures envabsouto sine simples conjuntos de Pisiduce indecuados, que son exctables, carecen de suficente lerancaa i frag de madres ee, Ademds cop un “ie masia; Io que algunos podrlan denominar represion se Enmverte en una etendenci a los setimientes parancicon, Todo Sie sfanea el mune de clae media del profesional expert; sa Empleo 7 matrimonio estables, su graiicacén postergada y lax Ssceh won ‘ndcion de su personalidad cenérgica> y de su Tadecuaciény socal. AL hacer afirmaciones acerca del dewviado, Srevitablerents propone valoraciones de su propio mundo. ‘Ritual units socal del experto, como ots tants en una Seeded indusal compleja. esa somamente segregado. Por lo tanto, sélo percibe la informacion que sus anteojeras Te permiten, Compatible won su vision del mundo, Uno de los autores del pre: Sones bro esrbié [Young 1971b, pfge 72-73). Los [experts] deben explcar lo que se pecibe como, decor Sibais on funtion de fs ralnes que a0 pblico consider hac Unies Ee’ exe prowso,wileando tx traces terior que hemos cesmtado, cieupseribes Y niegan la realidad de on valores que fo von ios propien No explican simplemente devechan. Son home ier Bien forados pe ol rigor desu formacin fs permite ver SSpundo taicamente desde a perspestiva paral de su prop Sicipoe, Tn Tregmentacton del conosimieto que acompata a in Spelalzacion ha. alentado la eset comparimentaiaci6n Gur Seulie [} Como consecuencia esos experon a duras penas felon, dead: cl Angulo desu chauvinsmo enclautra, apredar Er ottided del mundo socal sguiera en faneion de sus propic alors, para‘no hablar de adoptar una poturaertca al margen Gr clos Estamor produccnd [o-que Lucien Goldmann desc. eono el copecalisn gue Ga la re, on analfabeto yun graduado, Pero las ideas no exiaten en un vacto; si estin{ snes las venden, también estin quienes las compran, y ahora devemos examinar el zexo exintente entre el experto, el burberata y el politico. La apa- Ficién de burocracias en gran escala en todas Tas esferas de la ac fividad social ha producido una demanda de coordinacién y pre- eciilidad en las empresss y la determinacién precisa de las res- ppurstas de los consumidores y del piblice. EI hombre «normaly Bebe ser comprendido en su rol de consumidor y elector. Al mis- ‘mo tiempo, cuando aparecen realidades distintas fuera del con- senso oficial, debe climinarse la posiilidad que encierran de rechazar, consciente 0 inconscientemente las finalidades del ss- tema al que amenazan desintegras.* El dewiado mismo es més po- deroto en un ssterna que se halla estrechamente coordinado. Hans Bysenck lo admits, porque en un articulo en el que insiste en la necesidad vada vex mayor de un condieionamiento social (1968, fg. 688), defiende su argumentacién refisiéndose a una tenden- Ga que es tan importante y seria... que nuestro futuro todo puede depender de nuestra cepacidad de acelerarlay: [1968], sostuvo que la sociologla norteamericana, ya sea tradicionalmente positivista 0 Sin embargo, si bien Ios politicos pueden aprovechar esa filosofia, esto no significa que la acepten sin reservas. En cambio, se la uti liza para fundamentar argumentos y propuestas, y se la elige para citarla en el momento y lugar adecuado y estratégico, En efecto, hay un conflicto fundamental entre los modelos clasicos basados en el libre albedrio, aceptados por los profesionales del derecho, y las nociones deterministas del psiquiatra y el trabajacor social Un determinismo absoluto evidentemente contradice el «sent mientoo de Ia existencia humana. Lo que es més importante atin, desde la perspectiva de quienes detentan el control, contradice la ideologia democritica, en vista de los supuestos implicitos de op- cién moral, libre eleccién del trabajo, eleccién racional de can- idatos politicas.etc., en los que esta se basa. En diltima instancia, 54 cl determinisme +, desde el puinto de vista del control sosial, ura Soctrina peli dee i de Soe SSSEESE por Solaperinrs-ebiens. Como veremos mls adelante, send « ciiar Ia dunner ene To ove ot (ome tamiento) y lo que debe ser (normas prescriptivas). Otras per= porn) To gue debe ones ramp) Oe fl sentido de lo que entienden , pero el individuo no fs responsable de sus actos y no es probable que, por iniciativa propia, modifique su comportamiento si no se produce un cambio walelo en factores determinantes signficativos. (ambientales 0 Fenétcos). La solucién del conilicto entre libre albedrio y de- e ferminismo se logra aceptando lo que. hemos llamado neoclasicis:. &§ Imo. Este propone usa distincién cualitativa entre la mayoria, qu 2s concebida como capaz de elegir libremente, y la minoria de viados, cuya conducta esté determinada. bi Nos ocuparemos ahora de la evolucién del positivismo y de los motives de la aparicién y permanente atraccién del positivime BO“ Gt biolégico, en espe ries 3 L. Los_primeros intentos_pox_supecar_cient ficamente el problema del delito fu i inigu a i 3 ‘La transicién entre clasiciamo y positivismo fue obra, en gran parte, de los eestadisticas moraless, Quetelet y Guerry, y queda flustrada por la siguiente afirmacién del iltimo de ellos, hecha en 1863 [pag. lv) «Ha pasado el tiempo en que podiamos pretender regular Ia so- Gedad con leyes basadas Gnicamente en teorias metafisicas y en lun cierto tipo ideal que, segiin se pensaba, se ajustaba a una jus- ticia absoluta, Las leyes no estn hechas para hombres abstractos, para la humanidad en general, sino para hombres reales, stuados fen circunstancias precisamente determinadas>. wetelet (un matemstico belga con amplios interesesintelectua- Pe Gakiry (un abogade francés), trabajando en forma inde- penn pet cau ea, clen contin uy Fe Bigas de ly publeacion, a partir de 182%, de las primeras sri de estadisticas crimina’es nacionales (en F ‘A medida ef phetinck < ik Stor ugulson publicinden, ao por afigg Quetelet y Cucrry Al | vitson cada ver con més lasidad que, primer los totals anual: fac ms Ue Tor deltog registrados eran extracrdinaiamént& constants Spinto. Guble paitclpadion de Tor divertor Spor de delto ex ‘el_total anual ‘praciicamente no fluctuaba. Tal descubsimento’implicabaBaTamente: que al dele (oficial tant comignado) er un rasgo ordinario de Is actividad soda PED Tr produto ae las propensiones vi anes) a desarlar ura ACUVTaRaatwoct, Habla, enton- a cig range fundamental Ge los ordenammentos scale exis- Stic Sue provocsta resultados regulares;tedriamente tenfa que scr poste detrminar las caueas ton sits a eliminar el efecto, a Fisien soins Ge Queteety of candi de estadiens mors Tabs de Guenry buseabam, sobre tod, especificar Ia rlacién entre 55 diferentes caractersticas de,los ordenamientor | ales y diferentes resultados (en especial, en niateria delictiva). En este sentido, algunos han sostenido que su obra sirvié de fundamento para la revolucién teérica mucho més profunda que emprendié Emile Durkheim algunes afios después" La labor de Quetelet y Guerry se originé en la publicacién de ‘estadisticas sociales, que, a su vez, eran consecuencia de la pre- ‘ocupacién por la intranguilidad social [ef. Morris, 1957, cap. 3) En os cincuenta aios siguientes, el analisis del delito fue de estilo sociolégico; abarcé desde los trabajos de Mayhew hasta lot de Bonger,!* y quienes Jo utilizaban se preocupaban por Ia reforma. Luego, en 1876, Cesare Lombroso publicé L’uomo delinguente y el andlisis, drésticamente, dejé de concentrarse en lo social y presté atencién # lo individual. Como escribieron Lindesmith y Levin (1937, pg. 661]: «Lo que Lombroso hizo fue invertir el método de explicacién hhabitual desde In época de Guerry y Quetelet, y, en lugar de sos tener que las instituciones y las tradiciones determinaban la natu- raleza del criminal, sostuvo que la naturaleza del criminal deter minaba el cardcter de las instituciones y las tradicioness. Por su parte, Terence Morris {1957, pig. 41] sostuvo: [1911, pay. xiv}: oo cote se i ‘como una vata lantra bajo un celo Hameante, el problema de Tact death eae Spee rice aa ees Se ee ee orca ata ‘aly ‘tis ofan, y la bdoqueda tress del tal por em fica ences eae Sie: tancersien sual vei, tsi cle, Toto] chparé-s eminale con grupos_de control imtegrados por © dados y encontré diferencias significativas en In proporcién del ie ee eee ree otros movimiente plicos extremist, menos del 12 9 tena ge coun pabc a qa ei on 180, wo Nos ya eran ulm minorla y a este tipo ativien se sfadan (\ ‘ SRE ee aro tetaiauente epipticas 6) a1 Sei Rie fe er ‘de _delincuentes ocasio- mene deuene; ¢): in grupo numerceo Sie ee oe ee oa carstieriiear de sivas 7 ra s pitelpitador al Gel por sv aiocacion eee ord ier uni eiucasGn detiserie 6 scluar iapitads por e palrotismo, el amor, el honor o Tos ideales a Faerie oe porter er ftulo 1, la distinci6n neta entre criminal y no criminal (la idea Since oe oe 59 Cee sitivismo criminolégico) 2 menudo queda d shade tados positivistas relativamente “complejo, a oad st eChoice %= un Pree ee et is mirse de la siguiente forma: a “— bDefector téenicos ee Afistigmas fisicos hutrcin defcinte. El tatuaje, quiz el ejemplo més ridielo (es decir, entre la poblacién que corre «mayor ries ie sprehendlda’ por comer delitr) anes Teoria genés La teoria genética moderna ha excluido totalmente la. posibilidad de que se produzea una regres os a resin evolutiva hacia especies mas < o Z ro oni lpn gu prt Bas Cems scare oe coon nee 5 Une cg Scene eta a 5 Tore lamo, es preaente poe que se tat de un protec ts paar nn gues po side tat GB _RGtRINM ge Jos emis nen dee Wotan, 196 exp como lo ha demostrado un estudio reciente en Inglaterra [Wal i868) «¢ més probale que san setendasaqulay per as que, por lo general, tenen estigmat sociales de este tipo. Tasas de detincwencia Ti waracén bioligica no puede por si sola expliar a varacin Ge ju sas de delincvencia (po em dsnias cultura, épocas “eeats) gua pundeofeot park entender cfm (y por gu) 60 Los tipos sor ‘ticos en el positivismo biolégico Una resultante directa de la obra de Lombroso es Ia investigacién de Ia relaci6n entre delinevencia y forma del cuerpo, Los pre: ccursores en esta materia fueron Ernst Kretschmer [1921] y William Sheldon [1940]. arrollando los trabajos de Kretschmer, Sheldon distinguié tre: Ssomaticos: el endomorfo (suave y grueso), el, mesomorf ido y grueso) y el ectomorfo (frégil y delgado). Sostuvo que + qiCCt rida tuno de estos tipos le co ia un temperamento par cular. Los endomorfos son fundamentalmente Ientos, amante. de la comodidad y extravertidos; los mesomorfos, agresivos y acti- Vos; y los. ectomorfos, moderados e introvertides.* Los Glueck {195021956} aplicaron’en forma estadisticamente significative la tipologia de Sheldon y descubrieron que, entre los delincuentes, habia una cantidad de mesomorfos igual al doble de la que podria hhaberse obtenido al azar, y la mitad de ectomorfos. En Alemania, Klaus Conrad [1963] desarrol's posteriormente esta teoria.y estu: {di los cambios porcentuales de la configuracién corporal a me- Gida que el nifio crece. Relacioné la cabeza con a longitud del cuerpo para las distintas edades, y observ6 que, término medio, for nifios eran mds mesomorfos y los adultos mas ectomorfos." Por ello, sostivo que los adultos mesomorfos se parecian a nifios de una edad media de ocho afios, mientras que los ectomorfos se perecian més 2 adultos. Conrad Hleg6 a la conclusién de que lot Picsomorfos.aleanzaban_un nivel inferior de_ «desarrollo ontogé- com. que Tos ectomortos. Esta idea del nivel de desarrollo onto- Geni es semejante al eaavismos de Lombroso, Conrad pensaba Teeiben que leg mesomorfos eran ms inmadures paicolégicamente jren este sentido, su teoria se aproxima a Ia de BysencE, que tam- Ean emplea la nocién de forma corporal y cita, aceptindotos, lor resultados de Conrad.*® [Las criticas formuladas a esia escuela se centran_en los origencs_ plicarse_w ice determiaad, Bien puede ssceder que Egrmios de clase trabajadora baja, alos que es mis probable encontrar en las estaditcas eriminales, tengan también, 2 causa Gevsu dieta, trabajo manual permanente, salud y energia fsica, {nis probabiidades de ser_mesomorfos que ectomorfos. Ademds, puede ruceder que la positiidad de ingresar en subeulturas de- Fncuenter dependa del aspectofisico. Donald Gibbons (1968, pf. 134] dice: sa ti ePodefa sostenerse que Tas subculturas delincuentes reclutan nue- Sor miembros en forma selectiva, asignando mayor valor a les, Tnuchachos giles y atléticos (,..] los jévenes excesivamente gor- Bos o muy delgades y enfermizos no son buenos candidatos para al mundo. violento de la conducta delictiva, por lo cual se los excluye. [.-.] De ser asf, se trataria de un proceso social y no de na pauta de comportamiento bicl6gicamente determinada>. a ‘BI necho de que en muchos de los éstudios de esta tradici6 hhaya utilzado como sujetos a rechusos ( ndo re ava utlizado como sujetos a reclusos (ys wan obtenido re- | fs Kade sigificatvos) puede, evidentemente, selejar solo la tne dencia a encarcelar en. mayor proporcién a” los ence enc yor proporcién a'los mesomorfos que La teorfa de la combinacién cromosémica XYY * eg fei ge sec y muy india del do inet sstablecer un vinculo entre Ie posesién de un conjunto cromoxs, iy pate, y la delincuencia, B at "J normal de cromosomas complementarios es en la mu- jer XXy en el hombre XY. Sin embargo, en unos pocor casos Puede falta un eromosoma o puede haber otros adiclonales, Por eres la combinacién XXY se presenta 1,3 veces en cada 1.000 cbs vars yl XY, 1,0 ves, En muy poss cession, pe Gea coors también as combinacoces XYYY, SAVY" y La primera anormalidad cromosémica sexual invesigada f dad cromoxémica sexual investigada fue la “flats conha,carncn SCY. a "combinacén, lenomirada atindrome de Klinefelter, aparcca asoeada con Ie dlegeneracién de los testiculos durante ia adolescencia y con una ceca intligencis ys halla presente cn propor amy te ade ents las peronas intermadas en iestituciones para dies Como los casos XXYY parecian manifestar caracteristicas simi- Jares a las del sindrome’ de Klinefelter (es decir, XXY) y los casos XVY presntaban defects mentales debi, we pemsobe que €l cromesoma ¥ adctonal ea de muy pocn importarca, Luck, ‘en 1962, Court Brown descubrié que la tasa de delincuencia en tre sus pacientes con anormalidades cromosémicas era significati- vamente elevada (pag. 508], Casey ea. [1966], sobre la base de esta observacién, buscaron anotmalidades en los eromosomas’ se. ale €n pacientes mentalmente anormales internados en Shef- eld en condiciones eapeiales de seguridad y que eran conse rados potencialmente criminales, Encontraron en. esa poblaciin una cantidad de anormalidades de los cromosomas serusle igual al dobe de fas delos adefectuosos normals y dee veces supetior a las dela poblaciin enormals. Sin embargo, io mas impopeante era que una gran proporciin tenia. comsbinacioes XXYY. El exceso dé anormalidader corespondia cas excunvamente les casos, por lo cual se eeyé que eon pacientes tefan una tenders especial a ser delicuentes, También se observ6 que eran extaot. Sloane aor esto que en estos aspectos dichos pacientes tenfan los ras del_mfs habitual sidrome de Klinefelter, podia dedueine qae altura adiconal y Ia mayor delincuencis eran producto fel cromosoma ¥ adicional (que constitu ta diferencia Gute la anor 62 rmalidad de YOY y la sberaciin de XXYY de’ xo! painted arculae BisEndone tn este supuesto, Price eal, 1966, pg. 965] procedie fon establecer fy comotoras de todos los pacientes varones de tin hespital escocés para internacién de enfermos peligrosos, y des. Cubrieron que los varones con la combinacién XYY: a) no eran fisicamente excepcionales, salvo en estatura, b) sus genitales pa- reclan estar perfectamente desarrollados (a diferencia de lo que Sucedia en el sindrome de Klinefelter), y c) habia algunas prue-| bas de que padecian de deficencias mentales leves. Dado que] también se disponia de prucbas de acuerdo con las cuales entre Jas, mujeres que presentaban una combinacién XXY habia al- ‘ganas anormialmente altas, se legé a la conclusign de que el cro- fnosoma Y adicional era el responsable del aumento de estatura del individwo. En una investigacién posterior [1967, pigs. 533-96, el equipo de Price vio que aquellos pacientes que tenfan un cromoroma Y adi- cional tendian, en primer lugar, a ser psic6patas graves; segundo, f recibir condenas 4 una edad m4s temprana que otros psicépatas; tercero, a cometer delites contra la propiedad més que contra las personas; y, por ilkimo, a proceder de medios en los que no habia Evidencias reales de delit. Por lo tanto, el cromosoma Y adicional parecia estar positivamente relacionado con una estatura y una de Ta combinacién de cromesomas sexuales XYY es ‘extraordinaria porgue, sorprendentemente, sostiene estar en con- Giciones de establecer la base genética precisa de una predispos. cién delictiva concreta# En todos los demés aspectos, es una ovis maniedaments muy bury que (& diereacls de ls we sin del positivism biolégico propuesta por Eysen iquiera intenta explicar, o indicar, los mecanismos en virtud de los cuales cas diferencias genéticas se traducen en diferencias de compor- teniento (cr dec, en dinints oienacions rexpecto de a = Gién socal). La teorfa también es muy limitada porque sus ex: plicaciones, tal como se dan, son aplicables a una proporcién mu | reducida de delincuentes** Las limitaciones de la teorfa de Ja anormalidad en los eromoso- ras sexuales son and’ogas a las de las teorias basadas en los tipos somaticos, Hunter seGialé con agudeza en una carta a The Lancet {1966, pg. 984]: cTncluso aunque sm comportaiento no sea més agresivo que el de Varones con combinacones XY, podiia suceder que, «eau de Su gan status) corpulenia, prentiven un sspeclo tan ame: tasidor que lee tibunaesy los pogulatas se viewn motivados a fecluilos'en hospitals especiales para garantiar la seguridad de ia comunidad, Ein motivacién poddia vere aflazada por la anor Taldad intelectual conexa. Exte factor se manifestara en la ma- yor frecuencia de varones con combinacones XYY (7 XY) grupos especies de intemador en howpitale>. 6 es ‘Sarbin y Miller [1970] han destacedo que Ia ter cromosémica Hirecta; In media decisiva, que el peaitivism no, examine, és re pee ctr itr" raat sein 9 mates main ee a ee Se Ta ee iain quem ac dehy Grace bg” Ta causa formal (lor notes Eros ai tn aise comaeale opect de gue tnt de ina SUatea de Tegal i pine ga zen Tapert spe en {Las formalaciones de Hane Bence son mucho mis eleaoes que contexto [1967, cap. S] estos dos tipos de causa estin vincu- las demés interpretaciones biolgicas de Ta sociedad, porque ana: lades solo transitivamente.y los motives por los que una. persona lizan lor mecanismos mediante los cuales las porbiidades gené- comete un acto delictivo pueden ser completamente distintos, en aa oe tcadluces cn ccrapeetanieems ecto et partctii @ ed Gn importance rots porque dene? we soge fadoren en compere Scio, ee determinado infractor. é " 5 fluencia de Jos factores ambientaies. Eysenck ha prestado atencién Sarbin y Miller se refieren a la difusién de la delineuencia en a una amplia garoa de cuestones J, pee ello, nos beinda Ta. opor- toda la poblacién y al hecho de que una de las preocupaciones tunidad de estudiar los atributos fundamentales del. positivismo Genirales Ge Ia criminologia contempordnea sea Ia investigacion bictgico en au fonna mds esborada es dec, mu consepelon de ah Jos procesos de election y clasficacién que dan por resultado la naturaleza humana, el orden social, el comportamiento desviado que solo una pequeiia proporcién de infractores sean aprehendi- alauets ewan dos. Simplemente, es imposible saber si los varones con combina. ciones cromosémicas XYY cometen més actos ilegales que los varones con combinaciones XY (es decir, «normaless), a menos ‘que se pueda especificar si las anormalidades de los cromosomas sxuales son parte de las causas eficientes o de las causas formales En del delito, En realidad, Ia teoria de las diferencias en los cromo- tomas sexuales no examina las causas formales del delito, entre ‘i A a las que se puede contar lo que la policia percibe como «peligro. La cpncepartn.de fo, natwraleaa, jim fidad>,*" que quizds esté vineulado'(como| propuso Hunter) con donigee aay, oe Se es una esata excesiva y con deliciencas mentalas. También pucte ET ET TT ae suceder, dicen Sarbin jy Mille, que Ta cantidad de varoncs con ge 3 evar ol door; en coe senile, Epseece commits. con Tr en la libre voluniad y la sacionalidad de fos hombres, va.que vert muy ato {os por el largo periodo entre el deito y el ¢ go. Ademés, mien. tras gue las consecuencias positivas del delito son bastante segura, tas negativas lo on raucho menos» [Eysenck, 1965, pég. 259)- Después de todo, como dice Eysenck, slo se lucida una pequefia proporcion de cltes ya posblidad de evita ser descubierosuele fer considerable, Aca el hombre ex consderado un hedonista a cor to plaro: hoy vive y dsiuta porque nunca sabrd qué puede pasar Dado que la pena a causa de Ia distancia que la separa del acto Criminal y de'ou naturales probabilstica, ha demostrado ser da- famente inficng,;qué alteroativa razonable puede ofecer el po- Stivsta para conticlar el dete? Rysenck (1965, pégs. 260-61) re- ure aun concept evidentemente to ulitario: la conciencia mo- fala Ta que sn embargo priva de toda connotacién de bésqueda Se valores por s atismot, Sondene en cambio: goto a gia exci en Neos le 9 ze. tse cntieade, | 1 to ie mst 9 oe te mei ea cs et ee 2 oo aie cc 7a rate popes ton Se Tae ee ee LS a eS es aie se ct eae ete ogee aes so in ods ba ly ge eae Se ee eae eee ore ce eres aoe ee ie i es a 2 Petra dase eerie ae Simca hors pe ped otto ee ae ee ie See ele oe ee ne meee ae eee eee ee Seer oder leer fee pee eee ee se lac 1 dent in ee ae spe ern lal bs ae see ees eae corte ie ae gna'o mismo ¢s el estimulo condicionado o —la palmada, eee ae a eden ee is tas ee eanumie comeconi Sobre tae ‘Gal priacipig del condicionamienta,eabe esperar Gue, despus de ards repetciones igual, el ate’ mismo produsta la rerpocsta Toullcoreda; en cule palabra cuando e 80 vas hacer Gon de fas mochas coos que te le han prohibido y por la que ba side Cindguao co el pada, entoncat a reqpact baton conic fade we product de inmediao yo diuadiraenérgicamente por ter degradable en si mma, Aa el nif tended que eg entre 5 que produce dolor o, por lo menos, alguna forma de pemistr en su ducta y obtener el objeto deseado pero, al mismo tiempo (0 guises antes) padecer el castigo desagradable adminis: trado por su sistema auténomo condicionado, o desistir de actuar y asi evitar ese castigo. Si el proceso de condicionamiento ha sido bueno y eficiente, se puede predecir, basdndose en principios psi- colégicos, que optard por desistir y no efeetuar el acto, De este mo do, el nifio adquiere, por asf decirlo, un “policfa interior” que lo ayuda a controlar sus impulsos ativieos y que complementa a la policfa ordinaria que, con toda probabilidad, sera menos eficiente yy mucho menos oranipresente>. Esta concepcién de la conciencia moral permite concebir castigos inteinsecos del sistema nervioso auténomo: Ia ansiedad y la alar- sma, desconocidas para los cldsicos y los erimindlogos. Se entiende que el comportamiento se adquiere de dos maneras: 4. Por _aprendizaje, basado en el simp'e hedonismo y en el que iniervgne el stema nerviouo central: Los problemas 3 resale) racionalmente por refuerzos: lo que produce placer recibe un re fuerzo positivo y las actividades que provocan dolor uno negativo. (Esto corresponde al condicionamiento instrumental u operante,) (Como hemos visto, la proximidad del placer es un factor importan- teen 'a-determinacién del refuerzo positive, b. Por condicionamiento, El condicionamiento clésico funciona no por refuerzo directo sino por contigilidad, y en él interviene el a= {Ema perviow autBomo, Como se puede aprecar en la @lGme— ita, Tas actividades placenteras en si mismas estin asociadas en for~ ‘ma refleja con la experiencia sutGnoma desagradable.® Por 'o tanto, se entiende que la actividad voluntaria y racional del hombre tiene por tinica finalidad satisfacer sus deseos indi Guales y presociales. La satsfaccién de esos impulsos se aprende por ensayo y error: el éxito produce un refuerso positivo y el fra- caso uno negativo (la lamada eley del efectos). El modelo del ‘prendizaje es darwinista en su prescindencia de ia mente; la ra- z6n es e' motor de Ia biisqueda del placer; un ardid, por asi decir, tendiente @ aumentar al méximo Ia satisfaecién y reducir al mi. nimo el dotor. La conciencia moral es un reflejo pasivo que, sin ensar, controla esos impulsos hedonistas mediante Ja. anguatia auténoma, ;Extrafio modelo del hombre, en el que la razén aloja tas pasion, en tanto que Ta conciencia moral queda relegada a La naturaleza idcol6gica de este modelo es bien evidente. Lo pla- centero (lo bueno) no plantea problemas: es un elemento biolé- sico dado que el organismo tratara de maximizar, Las rstricciones que se imponen no son ereadas por los actores mismos sino que se derivan misteriosamente del orden normative, tal como existe, El hombre no genera sus propias reglas ni se opone a las reglas aje- nas; slo ¢s un ser activo en tanto y en cuanto trata de reducir las tensiones del dolor y sus deseos de satisfaccién, 67 Por consiguiente, el individuo no formula sus dese i controla la posibiidad de ponerles freno. Su concentracin catéctica en deter- ‘minados objetos es funcién del caprendizaje racionals, y su inea- pacidad para evitar actividades cantisocialess, resultado de Ia fal- ‘a de condicionamiento. El grado en que una persona ha sido con- dicionada para evitar el comportamiento eantitocial> es funda- mental en la explicacién que da Eysenck de la delincuencia. La medida de ese condicionamiento depende de dos variables: a) la fensibilidad del sistema nervioso aut6nomo que ha heredado; 6) la calidad del condicionamiento que ha recibido en su familia, que ‘a su vez depende de Ia eficiencia con que la familia utiliza téenicas de condicionamiento adecuadas. Asi, a las posibilidades genéticas que tiene Ia persona para Hegar ser plenamente social se afade la variable ambiental de la familia de origen. Corresponde destacar que estos dos factores se sitian ‘en los primeros momentos de la vida del individuo, La importan- Cia ideolbgica que eto encirra consste en que tase Taser nes en la capacidad que el individuo tiene de ser condicionado. Esto quiere decir que las personas oscilan entre aquellas en quienes es fécil excitar reflejos condicionados y cuyos reflejos son difciles de inhibir, y aquellas cuyos reflejos son dificiles de condicionar y {aciles de extinguir. A esto corresponde la principal dimensién de Ta personalidad segiin Eysenck, la que va de la introversion a la 8 Una vez formada, al término de la primera infan- Cia, « constituye un potencial blolégico, medible como punto en Jun ‘continuo introversién-extraversién, que determinara la propen- sién del individuo al delito, En contraposicién a todo esto, pensamos que la conducta del hom- bre no es un simple intento de reducir la tensién entre los deseos socializados y las prohibiciones condicionadas y que una caracte- ristica esencial del hombre consiste en que es, a la vez, el producto yy el productor de la sociedad. En ciertos momentos acepta los va- lores existentes, y en otros los reinterpreta, los trasciende 0 se opo- ne a ellos, En realidad, gran parte desu conducta puede aumentar la tensién en lugar de reducirla, porque quizA sea necesario que, para satisfacer sus ideales, la persona tenga que hacer frente a a desaprobacién social y el condicionamiento temprano (refuerzo negative). E] sistema nervioso central y el auténomo sin duda intervienen en el proceso de aprendizaje; negar esto equivaldria a negar que el hhombre tiene un cuerpo. Pero la razén no es meramente un con- junto de reflejos deterministas, sino una coneiencia del mundo, Ja capacidad del individuo de dar sentido a su univerto y de inter. pretar y modificar creativamente el orden moral vigente. La razé del hombre no es una amoralidad condicionada sino un medio consciente para optar en la forma més efieaz posible, Del mismo ‘modo, existen sin duda respuestas auténomas de cardcter condicio- nado pero sign!’ do depende de la conse, Un hombre ie puede lent anueded setenoma cuando ot tenia la po- sad ey Jonas pe re tocalaciin temprana, pero mu cout poded pir cunes di ‘ertoy, los que no necetatiamentetienden ala reduc de la ten- Non hs puedes a) sent anda y aeeplarconenemente que {al acto e amoral y, por fo tanto, nega a ob, #) sen tae. dad y decidir conicentemente que, & pest defo, e060 t juin rotary, por lo tanto, hacerlo ‘no obviate esn tuiSnomay e) sents"ansedad y consentemente (alo igo del tempo) rsoialzare para dedacene dela era df 30- tials inka Gordon Allport [1955, pigs. $1.35] dice: ‘eLa verdad [...] es que el sentido moral y los estilos de vida de Ia imayora de ls personas trasclenden on confines Ge acres doméricas y comunitaray que Ins condiconnron en pina ink Pee ee eee que ecupa un lugar peieico respecto de nests integr Gnd pestonal, Es cierto que Cumplimos con lan convenciones de la modestia, el decoro y el autocontrol, y que tenemos muchos hibitos que hacen de nosotros el reflejo de nuestro hogar y clase y de las {Erma de vide impuesta ealurelmente, pere tnbién mbemoe Que hemos clegdo, eformado 9 tracendido eas formas de ida Or grado votes, El mismo autor afiade [pég. 71]: Aunque esta teoria es aplicable a las primeras etapa del dearro- lio de la conciencia moral, no es convincente para etapas psterio- res. Para dar un solo ejemplo: no suele ser la viclacién de los ta- Dies tribales o de las prohibiciones patermas lo que nos hace sentir mds culpables a los adultos. Tenemos e6digos personset de virtud y de pecado, y lo que para nosotros es motivo de culpa puede tener poco que ver con los hébitor de obediencia que adquiimos algu- na ver. Si se acepta que la conciencia moral es solo un medio para castigarnos a nosotros mismos por violar un hibito adqurido Impuesto con autoridad, no se puede explicar el hecho de que a menudo rechacemos las normas impuestas por nuestros padres y 1a cultura y elaboremos otras. propias. ‘Sin duda es un defecto de Ia teoria sociolégica no haber exami- nnado casi nunca conceptos como el de culpa y conciencia moral Por esta razén, expone un flanco débil a las criticas conductstas y_ freudianas. Lo que se necesita urgentemente es cistinguir entre Ta culpa reflexiva de cardcter auténomo y Ia culpa que surge del conflicto entre 'os valores coiscientemente aceptados y un compor- | tamiento eficaz. — Por iiltimo, el fenémeno de la eficacia debe interpretarse an luz, no del fracaso de las prohibiciones internas aprendidas en él pasa 69 do, sino de la posibilidad de evitar sancio’ de earfcter presente y externa, es decir, de evitar la reaccién cial de los poderosos empefiades en protéger sus intereses manipulando recempensas ma- teriales y sociales. Los erefuerzos positives y negativos> no son la respuesta auténoma, ante la conformidad o la desviacién, de un tuniverso de cuya existencia no se duda, sino intentes plenos de sen- tido de los poderosos por mantener y justificar el statu quo de la riqueza y los interess. El orden social Eysenck tiene que hacer frente al problema de oul eel origen de Int normas roles y de eSmo Ia sociedad logra no degenerar en sina «guerra de todos contra todos». Para sar tu propia tenmino- logiat zquién decide lo que ha descr positive o negaivamentece- tee" Bate evel lalée de Aquila fe toda leone inavidul uttaria, Eyenck no sostene que lo agradable y lo doloroso de van de impulaosbioligios innatos porque tiene perecta conien- Gis dela taturaeza relatva de los Gestosy gusts humanoa™ Es. tos on diferentes en dstntassocedades [1099, pag 179] La tendencia a considerar que determinadas formas de conducta, son naturales y biolégicamente innatas no es absurda desde un punto de vista légico. Sin embargo, al parecer se basa, en muchos fasos, en una identificacién errénea de lo que es natural con lo ‘que es habitual en nuestra sociedad. Esta tendencia a estimar ma- tural (instintivamente innate) aquello a lo que estamos acottum- brados queda perfectamente clara en algunos estudios sobre ani- rales. Consideramos instintivo y natural, por ejemplo, el compor- tamiento de gatos que cazan y matan ratones y se alimentan de ellos. Quizd pensemos que este no es un comportamiento ideal y, en muchos casos, nos parece mal que un gato bien alimentado ma- te péjaros y otros animales sin ningiin motivo visible, pero creemos que ese comportamiento es innato y, por To tanto, natural y nor- mal, Sin embargo, hay pruebas concluyentes de que no es asis. Entonces, si Jos vatores varian, presumiblemente deben estar vin- tuladoe ton la naturalea de fa sociedad en la que han surgido, in doterminiamo bielgic estricto buscara las cousas en carats. Fotis racints 0 en ideas darwinianas acerca de las posbilidades de ls supervivencia humana, Eysenck, in embargo, noe tan sim plista, porque en atneral tt Ie sociedad una élite que es eapaz de entender Ia natualera ctal de la moo tivacién mar yenck critica e lanes fare del orden social y In bisqueda de stisfacciones jnmediatas en lugar de la solucén cientifeamente Blaniicada, Pareceria que las propas caracerstcas de la natu- faleza humana que ha descubierto empiricamente le ocasionan dic fcultades. Pero 6 un pesimita constant, porque cree que se han cometido errors majaculos en trabajos Ge panificaion que no se ajustaban a los ehechos» bisicor de la naturaleea humana, Bl hombre sempre buscard el placer inmediato a menos que este con- dicionado para hacer otra com. Quiénes,entonce, stn los hom bes prevsores y que podrin tastender su, natu: ‘ale estechamente ilar y planar raconalmente para la teciedad en su conjunto? Presuiblemente los piclogos, per tsto es verdad, impide que el paradigm del comportamiento de Eysenck se apique a tos lor hombres. Alguncy, gracias 4 su Previsin, pueden crcar nuevas normas mis aplicabes a una nue "a circunstancia, pero el conductamo silo puede explcar la cea ‘vidad mrdiane el refuerzo postive. Kowsler [1964) en una re- futaciin ovllante de la metatkica conductista cita el siguiente intento del padre de esa escutla, John Broadus Watson 11925, Pig. 198 y slga), por explicar Ia creativdad 1 «Una pregunta que surge a menuds naturalment( de qué mma neta se producen creaciones verbales nuevas, como una poesta 0 ‘un ensayo brillantes. La respuesta ¢s que se obtienen manipulando palabras, cambidndolas de lugar hasta que se llega por eatualidad ina mueva composicién. [...] zCémo suponen ustedes que Patou disefia un nuevo vestido? ;Tiene alguna “imagen en su mente” del aspecto que tendra? Nada de eso. [-..] Llama a su modelo, clige un nuevo corte de sed:. se lo pone encima, lo levanta acé, lo baja allé. [...] Manipula el material hasta que llega a tener el aspecto de un vestido. [..] Mientras la nueva creacién no des- pierta admiracién y elogios, tanto de él mismo como de los demés, la manipulacién es incompleta; de la misma forma, una rata en- ‘cuentra comida [...] el pintor trabaja de la misma manera y el poeta no puede decir que emplee ningén otro métodos. Pero zde donde vendrn los efuerzos positives si Ia innovacién vio- In los va'ores existentes? El propio Eysenck se refere una y otra vveza la resistencia y el desprecio con que se recibieron sus propiat conclusiones. Es dificil imaginar emo la pricologia pudo desarro- arse en medio de la apatia polite y piblica. La creacién de nuevas normnas, la innovacién de teorias cientifeas y proyectos ar- tisticos, Ia dindmica del cambio social... nada de elo puede ser ‘explicado por la teorla positivita. Bn realidad, lo que sirve de tefuerzo para los hombres deriva de su respuesta deliberada ante Ta situacién que lo rodea, y Ia preponderancia de un refuerzo para tin hombre debe explicarse en funcién de opciones hechas lbre- mente pero en condiciones de limitaciSn material social. La eva- Tuacién de lo que debe ser no puede derivarce ni de los imperatives de Ia tecnologia ni de la configuracién actual de valores, El afin de Eysenck en respetar Jos chechos» de Ia existencia hu- mana —la necesidad tecnol6gica, los valores dominantes 0 el ca- ricter esencialmente_psicoldgico del hombre— lo coloca ea una Posicién contradictoria, porque con frecuencia tiene que reconocer que esos chechos» pueden no ser compatibles entre si. Sin embar- go, se empecina en negar la creatividad y la intencionalidad del hhombre deduciendo «lo que debe ser» de lo eque ess. Siempre se ve a si mismo en un &mbito distinto de aquel en el que te encuen- tran los sujetos que estudia, y él es el nico que puede criticar el orden exisiente. Es precisamente esta clare de autoengaiio la que Marx describié, en 1845, de la siguiente forma [Marx y Enge's, 1968, pag. 25]: ‘«La doctrina materialista de que los hombres son productos de las ircunstancias y del cambio en su educacién olvida que son los hhombres los que cambian las circunstancias y que el mismo edu- cador tiene que ser educado. Por Io tanto, esta doctrina desemboca por fuerza en una divisién de la sociedad en dos partes, una de las | cuales es superior a la sociedad misma». La conducta desu’ “1 Para Eysenck, la caracterizacién de un acto como desviado no plantea problemas; el contengn define qué es conducta normal 0 Gesviada, y la tarea del pscélogo conse Gnieamente en propor “Gonar edly elieaas-de-traiasiento™™ No cae on ls wampa de for deterninisas Boldpiasr que To-pretedieron de sostener que el comportamiento desviado sea intrinseco a la naturaleza bioldgica de un individuo, Afirma [1970, pags. 74-75] Nad de lo dicho hast ahora dab evar al etor pentru el ambiente no desempefia ningin papel entre las causas del delito. (1 La nelsp mista de delnedecia oe delio eascrla de ido fuera de un contexto de_aprendizaje o de experiencia 20- cial y, en general, de interaccién humana, Lo que las estadisticas ‘han demostrado es que Ta herencia es un Tactor de predisposiién muy fuerte en To Telerente a la comision de delites, Sin embargo, tn fora feta en que ae comets un delito yo hecho de gue el, tudes de Ja vida diaria, No tendrfa sentido hablar iad o falta de eriminalidad de un Robinson = criado y siempre confinado en su soledad en una isla desierta. nocién de delincuencia y de predisposicién al delito solo tiene significado en relacién con la sociedad, Por consiguiente, aunque admitimos la tremenda influencia de lo hereditario, de ninguna manera podemos sostener que las influencias ambientales no pue~ dan ser también igualmente poderosas e importantes». La sociedad define qué es delictivo y no delictivo, y el ambiente social desempeia un papel importante en la determinacién del grado de socializacién que ha experimentado una persona. Con esto se supera la critica de los ambientalistas, que sostienen que las varlaciones biolégicas por si solas no bastan para explicar los cam- bios de las tasas de delineuencia.% Entendemos que el andlisis de Eysenck es erréneo, no porque omita los factores sociales, sino porque tiene una nocién falsa de la interrelacién entre biologia y sociedad, Para Eysenck, la interaccién entre la sociedad y las po- sibilidades individua'es de actuar en forma desviada es aditiva, (Tiene una nocién estdtica del potencial biol6gico, que es algo fijo }y medible que el hombre conserva durante toda su vida, En cam- bio, pensamos que Ia conciencia del hombre no es un producto de lo que la sociedad hace con sus atributos biolégicos. Una caracte- ristica distintivamente humana la constituye el hecho de poder replegarse ¢ interpretar tanto la constitucién corporal como las circunstancias sociales Los impulses bio'égicos netos y Ia aceptacién pasiva de las rotula- ciones impuestas por la soriedad solo se dan verdaderamente en el momento del nacimiento, pero disminujen Tuego. Las definiciones que el hombre se da de sf mismo evolucionan, no como resultado eterminado de la superposicién de factores sociales a un sustrato % biolégico, sino como praxis, como deseo nleno de significado del actor de construir y desarrollar su propia cepcién de sf. Eysenck, por el contrario, piensa que el comportamiento desviado carece de significado: e¢ un comportamiento ajeno al consenso monolitico. Se lo percibe, independientemente de cualquier con- texto social, como la manifestacién patolégica de un individuo aislado, Ronald Laing (1967, pag, 17], refiriéndose a la enferme- dad mental, ha sefialado cémo un procedimiento asi puede hacer que toda conducta parezca ininteligible: : Mostrado que existen demasiadas analogias de condicionamiento y ‘aprendizaje, por lo que es imposible negar que hay una base bio- Idgica considerablemente parecida en estos distintos tipos de orga- © nismos; si postulamos, como creo-que debemos hacerlo, que Conducta social es aprendida y esti condicionada igual que otros tipor de comportamiento, es fAcil sostener que el conocimiento de czas leyes, derivado de la investigaci6n de animales o de seres hu- manos, es un requisito esencial para comprender tal conductas. Eysenck parte del supuesto de que el significado de una conducts dada no plantea problemas y que explicar su base fisica equivale a texplicarla como fenémeno social, Sin embargo, Alasdair MacIntyre [1962] sefial6 con precisién: «Los mismos movimientos fisicos constituyen, en diferentes contex- tos, acciones muy distintas. Un hombre guizés haga los mismos movimientos fisicos que supone el acto de firmar pero puede estar Celebrando un tratado o pagando'una factura, dos acciones bastan~ te distintas. Sin embargo, zno est{ acaso ese hombre haciendo la tmisma cosa, es decir, firmar? La respuesta es que escribir el propio n nombre nunca es en s{ mismo una accién;'uno puede estar firman- do un documento, dando una informacién o gr ateando. Estas Sson acciones, pro exeribir el propio nombre nu.» es. Del mismo modo, la misma accién puede ertar comstituida por movimientos fisicoe bastante diferentes, Escribir algo en un papel, entregar una moneda o inclwso desir unas palabras puede constituir la misma accion de pagar una factura, Cuando hablamos de “explicar la onducta humana”, a veces nos olvidamos de esta dstincion. Dado {que no hay accidn humana que no implique un movimiento fisco, Podemos suponer que explicar el movimiento es lo mismo que ex: pliear Ia actin. Tncluso aunque sea cierto que Ia base fisica del comportamiento radica en lot reflejog del sistema nervioso aut6nomo, ello n0 ex- Plicaria la naturaleza de la conducta desviada. La explicacién de {endmenos sociales exige un andliss social en el que se tenga en ‘cuenta el significado que el comportamiento encierra para el actor. EL hombre que rompe una ventana de la embajada britinica en Dublin bien puede tener una mala respuesta auténoma, pero tanto su falta de reflejo como su:conducta violenta solo pueden com- prenderse a Ia Tuz del significado que la situacién tiene para él y Eel contexto social del movimiento en pro de una Trlanda unida, En efecto, como dive MacIntyre, la causalidad de las ciencias so- cites x iferente dela caused de as clencas naturales en la medida en que el-nexo entre el mero comporiamiente y la acciin tial ha de encontrane ea a plano de las cresncias, Por ello, la Dac eave cemndasy 200i es claterns y conceptual, 5, co- tno hace Eysenck, se piensa que es posible reducir la explcacién Ge los actor a explicaciones basadas en la adguiscién de reflejos condicionados que, a su vez, pueden ser explicados genétcamente, entonces Ia situacién en la que se produce un acto y el significado gue el actor daa su comportamiento fisico careeerian de-impor- fancia. Sin embargo, hay una brecha epistemolgica crucial entre la explicacin biologica y la explicacion social (y no un continuo je reducciones). En las explicaciones sociales, las causas son «in- ternas y conceptuales», es decir que Ja vinculacién entre el m¢ miento sco y el mundo exterior xe basa en lo que los hombres lcreen (Ios fines que persiguen). Asi, la gente roba bancos porque tree que se puede hacer riea y no porque algo la incite biolégica- mente a asaltar un banco, El hecho de que las personas tengan Configuraciones cromosémicas distintas o tipos biofisioldgicos dife- rentes puede ser interesante para explicar las diferencias constitu- Cionales de los hombres, pero nada aporta a la explicacién de la Conducta desviada como accin social. La epistemologia dela cien. tia social es de un orden diferente a la dela cencia natural y toda Jeoria social debe tener a Ja teleologia del ser humano, fines, sus creencias y lot contextoy en los que acta en funcién de coos fines scenes ‘Esa epistemologia no se escuentra en los andlisis conductistas y po- sitivistas, En realidad, su atraccién misma depende de que ven al 78 hombre como alon maleable y condicionable. Lor postvstat se fehisan a cues las creencas, porque esto supondria ocuparie Gr va'ores, esera gue, au juiclo, nada Gene que ver con la cien- cia. Se apela al cientificismo de la explicacién isco: neat SR to imis Bico-natural es la enplicaion, mis Centfica ex La. con- cepin pov ea Giencla tal como se manifesta ea Ta obra ‘de Eysenck, considera carente de significado a toda action efet- tuada_al_margen del _consenso_y, por ende, al _margen del ‘orden social esiablecido, Trasler Gordon Trasler es uno de Jos tebricos que recibié la influencia de Eysenck pero que, al mismo tiempo, parece gozar de més respeto tentce los sociblogos, psicélogos y trabajadores sociales ingleses por- que su punto de vista es supuestamente més equilibrado con res- ecto a la relacién entre lo ambiental y lo genético y la eticlogia, del delito, Su teorla, siendo derivada de la de Eysenck, es por ello menos abareadora que esta; a aporte radica en un cambio de énfasis mis Que en una innovacién radical. En especial, al hacer hincapié en. TE iportancia de las préctcas de_cranen basta en pritipios ‘morales bien articulados, parece corregir, el menos a primera vita, i pes inde asiznada por Eysence Ios factors penttcon Sit Gaba, tataremos de demestar que To tino que Hace ef afi dir, a los defectos del positiviemo bio'égico, los de los estudios po- Sitivistas sobre la crianza de nifos. La mejor manera de hacer un resumen til y conciso de la teorfa del aprendizaje social de Trasler es citar sus propias nueve propo- siciones [1962, pags. 63, 7L y 74]: 1. La adquisicién de valores y actitudes de respeto hacia los bienes y la persona de ‘os cemas se lleva a cabo en grado considera. ble, por medio de reacciones condicionantes de cardcter auténomo (ansiedad) IL La reaccién de ansiedad, asi cohdicionada, acta como impulso aprendide y tiene el efecto’ de inhibir 0 motivar ciertos tipos de conducta. Gorolario de la proposicién II: La inhibicién aprendida, de determinados tipos de conducta (robe, violencia), al. deberse una reaccién de ansiedad condicionada, seré de muy dificil ex. nein porque es eeforaua costantemente por la reduci6n de Is antiedad TIL, Los extravertidos son resitentes al condicionamiento mien- tras que 'es introvertides se condicionan fécilmente. Conclusién dr [7 IIT: En una configuracién dada de circunstancias sociales, los introvertidos tenderdn a adquirir valores y acttudes mis firmet de respeto hacia los bienes y la persona de los demés (es deci, se ssocializarins més) que los extravertidos. 7

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