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Las bases biológicas de la conducta aúnan el saber de dos disciplinas. En primer lugar, toman como
base la biología y las actitudes de supervivencia del reino animal. El segundo elemento relevante
es la psicología, más adaptada a la realidad de los seres humanos.
Los objetivos de estas bases son establecer (o no) relaciones de determinación entre nuestra
naturaleza y las formas de actuar en solitario o en sociedad. Lo que sí es importante señalar es
que, en estos casos, el análisis que se busca es global. Por lo tanto, e indudablemente, habrá
numerosas generalizaciones.
Este es un punto importante, y es que lo que se busca es realizar medias estadísticas. No se trata
de analizar caso por caso la psicopatología sino, más bien, de entender por qué actuamos de
determinada manera. Y esto sirve para los contextos que consideramos sanos, pero, también, para
los patológicos.
Lo cierto es que los condicionantes biológicos son varios y, dependiendo de la persona, uno u otro
tendrá más peso. Aunque el organismo humano es una máquina casi perfecta, lo cierto es que no
siempre funciona igual y, por ello, hay variaciones en función de cada individuo. Es ahí donde gana
importancia la generalización como pauta.
Hay que señalar, además, que suele existir una interrelación entre las diferentes vertientes. Los
tres principales ejes biológicos que condicionan nuestras actitudes y comportamiento son el
sistema nervioso, el sistema endocrino y la genética.
El sistema nervioso
La disciplina encargada de estudiar los factores del sistema nervioso con nuestras acciones es la
neurociencia. Es indudable que las alteraciones o problemas que podamos tener influyen en el
comportamiento. Ahora bien, la actuación del sistema nervioso es, fundamentalmente,
adaptativa.
La gran diferencia del homo sapiens, con respecto a otras especies, está en esa capacidad de
decisión racional. Por lo tanto, la arquitectura de nuestro cerebro influye, y lo hace decisivamente,
en nuestras conductas y comportamiento.
El sistema endocrino
En definitiva, el sistema endocrino puede influir de muchas maneras en cómo nos comportamos.
Esta es la razón por la que convendrá conocer su funcionamiento e interrelación con otras zonas
del organismo.
Por ejemplo, hay condicionantes genéticos que, a su vez, influirán en comportamientos del
sistema nervioso y endocrino. Esto hace que un análisis por separado resulte poco útil y nada
realista. Tomar en conjunto todas estas disciplinas permitirá entender mejor las pautas de
conducta. No ha de extrañar, pues, que en los estudios de Psicología se le dé una importancia
creciente a esta cuestión.
Es importante señalar, sin embargo, que, aunque los condicionantes biológicos pesan, el factor
ambiental también lo hace. Esto es, que dónde vivimos influye, y mucho. Otros elementos, como
la procedencia social, también serán determinantes.
Los descubrimientos científicos de las últimas décadas han arrojado luz a cuestiones que, en el
pasado, solo eran especulativas o intuitivas. Entender que, como especie, tenemos unos
condicionantes biológicos al igual que otros mamíferos abre la puerta a una comprensión mejor en
varios ámbitos.
El conocimiento de las bases biológicas de la conducta es vital para diversas ciencias. Es por ello
que, en los estudios de psicología, pasa a ser una materia de estudio central.
Bibliografía:
https://www.universitatcarlemany.com/actualidad/bases-biologicas-de-la-conducta-y-el-
comportamiento-humano#:~:text=Los%20tres%20principales%20ejes%20biológicos,sistema
%20endocrino%20y%20la%20genética.