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P ergentino J osé R uiz

La ironía y la
brevedad de la vida:
Natsume Soseki
[literatura]

Es mi mirada de adiós al mundo / de pie junto a la puerta Occidente. Renunció a su cátedra de Literatura
y bajo la luna llena. Inglesa para trabajar en 1907 en el periódico
O zamu Dazai Asahi Shimbun, gesto que sus contemporáneos
intelectuales consideraron como antisocial.

N
atsume Soseki —seudónimo de En la obra de Soseki se asoma la esencia de
Natsume Kinnosuke (Tokio, 1867- la cultura japonesa, aquella que se practicaba en
1916)— mostró en su narrativa un la corte en el periodo Heian (794-1185) o en los
desapego creciente por la influencia directa de periodos de cierta prosperidad en el siglo xvi del
la literatura europea. Estudió Literatura Inglesa shogunato gobernado por la familia Tokugawa.
en la Universidad Imperial de Tokio. A partir En esa época se practicaba el “arte del mundo
de 1900, vivió en Inglaterra por tres años beca- flotante” (Ukiyo-e), aunque originalmente se le
do por el gobierno japonés. Su actitud hacia conoció con el nombre de “escuela del mundo
Occidente se movió entre la desconfianza y el triste”; los samuráis gobernantes vieron en la
rechazo. Soseki vivió en una época en la que se caída de la flor de cerezo (que se considera-
alababa cierto individualismo pero como una ba un evento triste) una señal de cambio que
forma de sujección a la autoridad, en el reinado anunciaba la transición de una época a otra. Es
del emperador Meiji (1868-1912), reformador de frecuente en las obras de Soseki encontrar la
las políticas sociales con las que Japón se abrió a alusión a la tradición japonesa del zuihitsu, una
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Soy alguien que aspira a tirarse al abismo,


pero al final no se decide.

serie de ensayos en los que cada autor describe representan tradiciones distintas, acaso antagó-
por episodios sus reflexiones. Este apego que nicas: el estudiante y Sensei. Conforme avanza
sentía Soseki por la tradición literaria japonesa y el relato —para los lectores que se acerquen a la
china iba a ser fundamental para comprender la obra— notarán que algo de la novela psicológica
literatura oriental y sus diferencias con la novela de Occidente ha escogido Soseki para establecer
psicológica europea de finales del siglo xix. En esta especie de conversacion prolongada. Pero en
1906 publicó una obra titulada Bungakuron el desenlace de la novela se muestran aspectos
o Teoría literaria, basada en la “resolución de propios de la tradición literaria japonesa: la
pensar primeramente por sí mismo y no apo- alusión a los rakugos, “narradores tradicionales
yarse en las opiniones literarias de especialistas de los teatros yose”, los rasgos de historicidad
extranjeros”, en la que expresó: “Fue de los en la obra y los suicidios por honor. Sensei se
clásicos chinos de donde aprendí, aunque de muestra indiferente para contar a su discípu-
forma algo vaga y oscura, lo que era la literatura. lo qué es lo que lo atormenta en la vida. De
Pero lo que lamento es que pese a mis estudios, hecho, ni siquiera da muestra de ello, parece una
nunca llegué a dominarlos. Cuando me gradué, persona común, un intelectual con suficientes
fui invadido del temor de que en alguna manera recursos para no depender de nadie y vivir de
yo había sido engañado por la literatura inglesa”. espaldas a la sociedad. La esencia de la narrativa
En este dilema entre lo nuevo y lo antiguo es de Soseki radica en las últimas páginas, don-
de donde emerge la obra de Soseki. En Kokoro, de establece una especie de dinamismo, una
una de las novelas publicadas en plena madurez prosa cuya mirada se enfoca hacia la tradición
literaria en 1914, se van narrando pocos hechos literaria japonesa en donde la ironía sirve para
externos y las acciones toman al corazón como mostrar mensajes profundos. Entre un estilo
eje, de ahí la alusión a la palabra kokoro, que de juego sarcástico en la narrativa y una con-
se traduce al español como “corazón”, “mente”, fesión pausada de Sensei de los motivos que
“espíritu” “alma”, incluso “intención”, “concep- lo obligan a quitarse la vida, se construye un
ción”, “voluntad” y “sentimientos”. Son dos los desenlace típicamente japonés: el suicidio por
personajes principales de esta novela; ambos honor. Para explicarle a su discípulo su estado

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panal [ 23 ]

de ánimo, Sensei recurre a esta metáfora: “Soy la sátira social es la línea argumental de una
alguien que aspira a tirarse al abismo, pero al sociedad japonesa en pleno cambio, donde el
final no se decide”. pragmatismo y la imitación de Occidente son
La narrativa de Soseki en Kokoro logra los valores a los que se aspira. Si en Kokoro la
conjuntar distintos grados de ironía —pro- salida que vislumbra Sensei es llevar a cabo el
pios de la tradición japonesa de los rakugos, y junshi para saldar cuentas con su conciencia que
de la literatura del Ukiyo-e— para señalar la lo tortura por el suicidio de su amigo, en Botchan,
profundidad de las hechos a los que se quie- Soseki muestra otra salida: el protagonista de
re llegar. Sensei, quien está confesando sus la novela, un profesor de ciencias, espera que
secretos a partir de una larga carta dirigida los profesores con los que trabaja, quienes se
a su discípulo, menciona la primera vez que vanaglorian de una intachable moral, salgan de
escuchó la palabra junshi (inmolarse, vaciarse la casa de geishas donde han pasado la noche
el estómago para seguir al señor en la muerte), para confrotarlos y arrojarles huevos, y de esa
después de oír los cañonazos en el funeral del forma saciar su ira y alcanzar cierta purificación.
emperador Meiji en el verano de 1912. Relata: La obra de Soseki va en dirección a un apa-
“Mi mujer se rió y se negó a tomar mi idea en gamiento del yo, siguiendo la tradición budista
serio. Pero de improviso y todavía medio en zen. José Pazó Espinoza, traductor de la novela
broma, añadió: ‘Bien, si piensas así, ¿por qué Botchan al español, señala: “En la tradición
no seguir a tu señor haciendo junshi?’” Más filosófica, religiosa y estética japonesa, encon-
adelante se narra: “Sosteniendo en la mano la tramos que esta tendencia del abandono del yo
edición extra del periódico, le dije a mi mujer
sin pensar: ‘¡Junshi, junshi!’”
Lo que muestra Soseki en este pasaje es el
tono irónico en el que se dirige a su mujer y la
profundidad que conlleva el acto de suicidarse,
aun así le advierte en la carta a su discípulo: “Me
moriré evitando que mi mujer vea el color de mi
sangre, me iré de este mundo silenciosamente
cuando ella no esté en casa”.
Me moriré evitando
Como sucede con otras novelas de Soseki
publicadas en el periodo de 1905 a 1908 —Yo, que mi mujer vea el
el gato, Botchan y La almohada de hierba— los color de mi sangre,
grados de ironía y comicidad se mantienen. me iré de este mundo
Yo, el gato hace recordar el estilo y el humor de
los narradores tradicionales de Japón del siglo
silenciosamente cuando
x viii . Y en Botchan y La almohada de hierba ella no esté en casa.

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aparece por doquier. El budismo zen, mediante flores del cerezo o la espuma en el agua, hay
los koan, la meditación sentada, la repetición que prorrumpir en exclamaciones sobre la
de fórmulas, el humor, y en último extremo brevedad de la vida.
la violencia física aspira a vaciar la mente, a
abandonar el yo”.
En ocasiones, como en Yo, el gato, Soseki
opta por mostrar este abandono del yo a partir
de la ironía y la comicidad; pero en otros casos,
como Sensei de Kokoro, este vaciamiento del
P ergentino José R uiz (Loxicha, 1981). Es narrador
yo sólo se alcanza con la muerte. En la tradi- y vive en Oaxaca. Su más reciente libro es Lenguaje
ción japonesa, cuando se mira la caída de las de pájaros (Editorial Avispero, 2013).

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