Había una vez que una mamá cerdita no tenía dinero para
mantener a sus tres hijitos Tumbi, Car y Val, es por ello que los reunió y les dijo que debían salir al mundo a buscar su sustento.
Tumbi era el mas pequeño y el mas perezoso así que salió a
pedir a todos los que se encontraba; Car era el mediano y le gustaba mucho la fiesta, así que se dedicó a organizar fiestas; Val era el mayor muy responsable y muy trabajador era todo un señor, se dedicó a trabajar. Pasaron los años y los hermanos se encontraron, se contaron que había sido de sus vidas todos esos años y entre tantas cosas que hablaron llegaron a la conclusión de construir una casa para vivir los tres, Tumbi dijo que la hicieran con paja pues terminarían muy rápido y así tendrían mucho tiempo libre para divertirse, Car propuso hacerla de madera no tomaría mucho tiempo, pero seria resistente y finalmente Val dijo que la hicieran de ladrillos porque mas que una casa seria un castillo. Comenzaron el debate y no lograron ponerse de acuerdo, entonces tomaron la decisión de construir cada uno su casa con el material que a cada uno les gustara. Al poco tiempo Tumbi retumbaba de alegría pues había terminado su casa que parecía más bien una choza, pero tenia demasiado tiempo libre para comer y tomar el sol; no paso mucho tiempo cuando Car comenzó a saltar a gritar que también había terminado y que tendría mucho tiempo para bailar y organizar una gran fiesta, la casita de Car se veía muy bonita parecía una cabaña. Ambos hermanos miraron hacia donde estaba Val y como este aun no terminaba lo comenzaron a molestar y le decían: “no tiene tiempo de jugar, de saltar solo sabe trabajar”, sin embargo, Val no les hizo caso y siguió en su labor; cuando ya casi caí la noche Val finalmente había terminado su casa, esta era enorme con ventanas y hasta chimenea. De pronto el cielo se oscureció, avisando que vendría una gran tormenta así que cada cerdito se refugio en su casa. Pero lo que los cerditos no sabían era que habían construido sus casitas en el terreno del lobo, este estaba recogiendo manzanas mientras ellos construían, pero al llegar a casa observo 3 casitas en su predio, pero no le molesto pues si algún día necesitaba ayuda ya sabía a donde acudir. Esa noche se asoma una gran tormenta y el lobo preocupado salió rápidamente a advertirle a Tumbi que su casita no resistiría, pero no alcanzo a llegar pues el viento ya la había derribado y el cerdito corrió rápidamente a refugiarse con su hermano en la casita de madera, el lobo corrió con todas sus fuerzas para advertirles del peligro pero nuevamente el viento le gano y a los cerditos no pudo proteger, ahora los dos hermanitos corrían velozmente para refugiarse en la casa de Val que era de ladrillos y muy seguramente el viento no la podría derribar. Ahora el lobo estaba en problemas la tormenta era muy fuerte y no tenía donde refugiarse pues su casa estaba muy lejos; así que toco y toco, pero nadie le abrió, y pensó: “seguramente no me han escuchado” entonces vio la chimenea y se dijo a si mismo por ahí podre entrar y protegerme de esta tormenta, pero al lograr ingresar cayó sobre una olla de agua hirviendo. Y el lobo pensó “seguramente la dejaron olvidada” y se desmayó. Cuando se despertó no sabía dónde estaba, preocupado por los cerditos pregunto: ¿dónde están los tres cerditos? A lo que un policía le respondió: “ellos están muy bien lejos de tus enormes colmillos y feas garras”. El lobo estaba confundido, no sabía porque un policía lo custodiaba si él lo que buscaba era salvar a los cerditos de la tormenta; Pero minutos después su incertidumbre se acabaría pues lo llevarían a juicio y lo acusaban de intento de homicidio a tres inocentes cerditos, pues estos lo habían denunciado y lo acusaban de haber derribado 2 de sus casitas y de querérselos comer. El lobo se quiso defender contado la historia como había pasado; pero los cerditos contaron que de un soplo el lobo sus casitas había derribado y que en casa de su hermano por la chimenea había intentando atraparlos. Finalmente, el lobo fue culpado, a la cárcel fue llevado y los cerditos felices quedaron.