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Problemas en Ecología número 11 Primavera 2003

otros hábitats juveniles que utiliza una especie. Esta

distinción es importante para establecer prioridades de
conservación y manejo. Es más importante conservar,
prevenir la destrucción, restaurar o manejar de otro modo
los hábitats que contribuyen de manera desproporcionada
a la producción de adultos. Esta necesidad es aún más
apremiante si los hábitats de vivero son relativamente poco
comunes. Es posible que los tipos de hábitat comunes
puedan hacer contribuciones importantes al reclutamiento
de adultos incluso si la densidad de individuos por área es
baja, simplemente porque los hábitats están muy
extendidos. Sin embargo, predecimos que habrá pocos
casos en los que los hábitats que tienen densidades más
bajas y, a menudo, tasas más bajas de supervivencia y
crecimiento de individuos hagan contribuciones
significativas al reclutamiento de adultos simplemente
porque están muy extendidos.
La mejor medida individual de la contribución de los
Figura 6–Una comparación hipotética del valor de vivero de varios
hábitats juveniles es la biomasa total de individuos agregados a las
hábitats diferentes para una especie de pez en particular. La línea
poblaciones adultas..Los hábitats de crianza de una especie son
discontinua representa el porcentaje promedio de productividad
aquellos que tienen más probabilidades de contribuir a las poblaciones
de adultos por unidad de área de todos los hábitats juveniles. En
futuras. Esta contribución debe ser una función tanto del tamaño como
este ejemplo, las praderas de pastos marinos, los pantanos y los
del número de individuos agregados a las poblaciones de adultos, ya arrecifes de ostras son hábitats de cría para esta especie de pez,
que ambos factores afectan la supervivencia, el crecimiento y el éxito mientras que los otros cinco no lo son. Es probable que diferentes
reproductivo en los hábitats de adultos. La mejor medida integradora especies de peces tengan diferentes hábitats de crianza (de Beck
de esta contribución potencial de los hábitats juveniles a las et al 2001biociencia).
generaciones futuras, entonces, es la biomasa total de individuos que
se agregan a las poblaciones adultas. Análisis recientes sugieren, por ejemplo, que las praderas de pastos marinos
Debe medirse el movimiento de los individuos desde los son más importantes como viveros en el Caribe tropical que en la región del
hábitats de juveniles a los de adultos..Hay muy pocos estudios sobre Indo-Pacífico, e igualmente más importantes como viveros en los Estados
patrones de movimiento, y este es un eslabón perdido vital en nuestra Unidos que en Australia. Incluso dentro de los Estados Unidos, las praderas
comprensión de las guarderías. El movimiento de individuos es una de las de pastos marinos en las regiones templadas cálidas pueden servir como
variables más difíciles de medir en ecología. Afortunadamente, las grandes mejores viveros que las de las regiones templadas frías. Para las marismas,
mejoras en la tecnología (registradores de datos de archivo, isótopos la evidencia sugiere que estos ecosistemas pueden ser más importantes
estables, marcadores genéticos y microquímica de otolitos) ahora permiten a como criaderos en el Golfo de México que en el Atlántico Sur de los Estados
los investigadores rastrear e inferir movimientos. Unidos.
Desafortunadamente, esta aparente variación geográfica
FACTORES QUE CONTRIBUYEN A SITIOS ESPECÍFICOS crea desacuerdos sobre la importancia de las guarderías en general.
VARIACIÓN DEL VALOR DEL VIVERO Gran parte de la variación entre regiones podría entenderse, sin
embargo, al examinar los factores que contribuyen a la variación local
El valor de vivero de praderas de pastos marinos, humedales y otros dentro de un estuario en el valor del hábitat de crianza. Por ejemplo,
ecosistemas puede variar geográficamente, como se indicó anteriormente. incluso diferentes praderas de pastos marinos dentro de un mismo

tabla 1—Factores que crean una variación específica del sitio en el valor de vivero del hábitat (de Beck et al 2001biociencia).
biótico Abiótico Paisaje
Suministro de larvas Profundidad del agua Patrón espacial (tamaño, forma,
Complejidad estructural Físico-químico (oxígeno fragmentación, conectividad)
depredación disuelto, salinidad) Ubicación relativa (al suministro de
Competencia Patrones de perturbación larvas, otros hábitats juveniles,
Disponibilidad de comida Flujos de marea hábitats de adultos)

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 Problemas en Ecología
estuario varían en su valor como criaderos de especies específicas de peces
o mariscos. Los factores que pueden crear esta variación específica del sitio
en el valor del vivero se pueden agrupar en tres categorías amplias:
biológicos, físicos o químicos y paisajísticos (Tabla 1).
Factores biológicos
La presencia y las actividades de otros organismos en un hábitat
pueden influir en su valor de vivero para una especie. Por ejemplo, los estudios
han encontrado que la depredación de las especies objetivo es menor en los
lechos de pastos marinos que son estructuralmente más complejos, lo que sugiere
que estos hábitats más complejos pueden aumentar la supervivencia de los
juveniles de muchas especies. La densidad inicial y el tamaño de los juveniles a
menudo están fuertemente determinados por la abundancia y el tamaño de las
larvas que se asientan dentro de los hábitats, pero los factores que controlan el
suministro de larvas rara vez se consideran al evaluar qué tan bien funcionan los
hábitats como viveros. Otros factores biológicos que afectan el valor de vivero de
un sitio específico incluyen la disponibilidad de alimentos y la competencia por los
alimentos.
Factores físicos y químicos
Los factores químicos como la salinidad también parecen influir en la
variación específica del sitio en el valor del vivero. Por ejemplo, las densidades de muchas
especies dentro de las marismas dependen en gran medida de los niveles de salinidad.
Otros factores químicos y físicos que afectan el valor de vivero de un sitio pueden incluir
la profundidad del agua, los niveles de oxígeno, los flujos de las mareas y la
vulnerabilidad a las tormentas, inundaciones y otras perturbaciones.
Factores del paisaje
Los factores a nivel del paisaje también pueden afectar el
valor de vivero de los sitios. Por ejemplo, la ubicación relativa de los
lechos de pastos marinos en un estuario puede afectar la densidad
de las especies de peces; algunos lechos de pastos marinos cerca
del sitio donde las larvas ingresan a los estuarios tienen
densidades de peces más altas que lechos similares más arriba en
el estuario. En Exuma Sound en las Bahamas, la proximidad de los
hábitats de cría a los hábitats de adultos parece influir en la
abundancia de langostas adultas al afectar su éxito al moverse
entre hábitats. La entrega de larvas a un sitio, y por lo tanto la
densidad inicial de juveniles, está fuertemente influenciada por su
ubicación en relación con los grandes movimientos de agua, como
las zonas de afloramiento o retención. Los hábitats cercanos
también influyen en el valor de un sitio como vivero. Por ejemplo,
IMPLICACIONES PARA LA INVESTIGACIÓN
Pruebas mejores y más consistentes de la hipótesis del papel
del vivero nos ayudarán a identificar el vivero más importante.
número 11 Primavera 2003
hábitats. Más importante aún, revelarán los factores que hacen que
algunos sitios tengan más éxito que otros en la producción de juveniles
que sobreviven para reponer las poblaciones adultas. Estas pruebas
también deberían proporcionar una mejor indicación de qué especies
de peces y mariscos dependen de hábitats de vivero particulares.
Varias consideraciones prácticas deben guiar la investigación
futura sobre el concepto del rol de la guardería. Primero, se debe
considerar más de un factor. Idealmente, los cuatro factores (densidad,
crecimiento, supervivencia y movimiento) se examinarían en un estudio
de hábitats putativos de vivero, aunque hacerlo puede ser difícil. No
obstante, los investigadores no pueden seguir satisfechos con estudios
monofactoriales en este campo. Los experimentos multifactoriales
también pueden ser valiosos porque a menudo conducen a información
útil sobre las interacciones entre factores como la densidad y el
crecimiento.
En segundo lugar, los investigadores deben considerar múltiples
hábitats. Aunque la mayoría de las especies se encuentran en más de uno o
dos hábitats, sorprendentemente pocos estudios hacen comparaciones
entre más de dos posibles hábitats de crianza.
En tercer lugar, los investigadores deben intentar cuantificar el
movimiento de individuos entre los hábitats de juveniles y adultos con todas las
herramientas disponibles. Los refinamientos en el etiquetado y la química pueden
ayudar sustancialmente a identificar las fuentes de individuos que aparecen en los
hábitats de adultos. Sin embargo, estas técnicas pueden requerir mucha mano de
obra y ser costosas, e involucran más tiempo de laboratorio que de campo, lo que
requeriría un cambio importante en muchos programas de investigación. No
obstante, debería ser posible diseñar estudios de campo simples para examinar el
movimiento de juveniles. Es sorprendente, por ejemplo, que tan pocos estudios
examinen los movimientos de juveniles de un tamaño particular o en una
temporada específica desde la desembocadura de los estuarios hacia los hábitats
de adultos.
En cuarto lugar, aunque en este informe hemos discutido
principalmente los métodos directos de estudio, los análisis
correlativos y de estudios de casos también pueden arrojar muchas
ideas útiles. Por ejemplo, muchos estudios han buscado
correlaciones entre la pérdida de hábitat costero y la producción
pesquera en alta mar. Actualmente, el vínculo parece débil (ver
Cuadro 2), y estos análisis correlativos no pueden confirmar la
existencia de hábitats de vivero. Sin embargo, proporcionan
observaciones relevantes sobre viveros potenciales a escalas que
son ecológica y económicamente importantes.
Finalmente, examinar los factores que contribuyen a la
las variaciones en el valor del hábitat de crianza dentro de un estuario
pueden ayudar a desarrollar predicciones comprobables sobre las
variaciones entre regiones geográficas.
IMPLICACIONES PARA LA CONSERVACIÓN,
RESTAURACIÓN Y GESTIÓN
La degradación de los ecosistemas costeros del mundo continúa a un
ritmo alarmante. Los estuarios pueden ser algunos de los más degradados
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 Problemas en Ecología número 11 Primavera 2003

RECUADRO 2 – La paradoja de la pérdida de humedales y recursos pesqueros

La mayoría de las especies de peces y camarones capturadas frente a la costa sureste de los Estados Unidos pasan parte de su ciclo de vida en los
estuarios, y los humedales costeros parecen estar vinculados de manera vital a la productividad de esta pesquería. La costa sureste alberga vastas extensiones
de marismas, praderas de pastos marinos, bosques de manglares y algunas de las pesquerías más productivas del país. A escala global, los investigadores han
reconocido durante mucho tiempo que la extensión de los humedales costeros está positivamente relacionada con las cosechas pesqueras. A escala local, los
investigadores han documentado altas densidades de peces juveniles, camarones y cangrejos en praderas de pastos marinos y marismas en comparación con
los hábitats cercanos que en gran parte carecen de cobertura vegetal.
Sin embargo, los vínculos entre los humedales y la productividad pesquera pueden ser complejos. La disponibilidad
de las marismas costeras para las especies pesqueras, por ejemplo, está determinada por los patrones de inundación de las
mareas, la cantidad de hábitat de “borde” donde la marisma se encuentra con el agua abierta y la extensión de las
conexiones entre la marisma interior y el mar. Los pantanos de baja elevación en el norte del Golfo de México se inundan
casi continuamente durante algunas temporadas y están muy fragmentados, proporcionando el máximo acceso para los
organismos pesqueros jóvenes. Por el contrario, las marismas a lo largo de la costa del Atlántico Sur tienen un borde de
marisma/agua relativamente pequeño y parecen inundarse con poca frecuencia. La densidad de especies comercialmente
valiosas que usan la superficie de la marisma también varía entre estas dos regiones: las densidades en el Golfo son
generalmente un orden de magnitud mayor que las de la costa atlántica.
Dados los vínculos entre los humedales y la producción pesquera, podríamos esperar una disminución drástica en las pesquerías dependientes de los
estuarios a raíz de la gran pérdida de marismas costeras que está ocurriendo en el norte del Golfo de México. Sin embargo, durante los últimos 20 a 30 años, la
productividad y los desembarques de tres especies pesqueras dominantes: camarón marrón, camarón blanco y menhaden
— en el norte del Golfo de México han aumentado. Por el contrario, la producción de estas especies no aumentó en la costa del Atlántico, donde la pérdida de
humedales fue relativamente baja en comparación con el Golfo. Nos quedamos con una paradoja: el aumento de la producción de especies pesqueras parece
seguir a la degradación de su hábitat. Sin embargo, esta paradoja puede ser un fenómeno temporal y la explicación radica en el proceso de degradación de los
humedales en sí. Las pérdidas de humedales en el norte del Golfo son causadas en gran parte por la inmersión costera, el dragado de canales, la construcción
de diques y la erosión. El resultado de estas actividades es que aumentan las inundaciones de las marismas, aumenta la fragmentación y el borde del hábitat,
se expanden las zonas de humedales salinos y salobres y se acortan las conexiones con el mar. Todo esto aumenta la disponibilidad y el valor de las marismas
restantes y puede estar respaldando aumentos a corto plazo en la producción pesquera. Sin embargo, es probable que la pérdida continua de humedales
supere cualquier beneficio a corto plazo de la degradación del hábitat y provoque futuras disminuciones en la producción de peces y camarones que
dependen de los humedales.

ambientes en la tierra porque han sido puntos focales para la colonización
humana durante siglos. Las amenazas a los estuarios y otros ecosistemas costeros
actuales surgen de una amplia gama de actividades humanas, desde el desarrollo
costero y la pesca industrial hasta las represas río arriba y las desviaciones de
agua. Los impactos incluyen la pérdida y degradación del hábitat, la
contaminación, la eutrofización, los cambios en los flujos de entrada de agua dulce
o los patrones de las mareas, la pérdida de poblaciones de peces y mariscos, las
especies invasoras y los cambios en la estructura de la comunidad marina (Tabla
2).
Interés en conservar y gestionar las aguas costeras
es intenso y generalizado, pero los fondos siguen siendo limitados y
deben destinarse juiciosamente. Las organizaciones de conservación y
manejo ahora consideran comúnmente todas las praderas de pastos
marinos y humedales como viveros. Estas amplias declaraciones
pueden ser útiles para generar interés público, pero obstaculizan el
trabajo real que debe realizarse. Una comprensión más clara de los
hábitats que sirven como criaderos para especies específicas, y los
factores que hacen que algunos sitios sean más valiosos que otros
como criaderos, permitirá un uso más eficiente del dinero, el tiempo y
el esfuerzo limitados en la conservación y el manejo. Para
Por ejemplo, si se demostrara que los mejores criaderos de pastos marinos
para una especie valiosa son las grandes áreas cercanas a las fuentes de
entrada de larvas y muy cerca de los hábitats de adultos, entonces los
esfuerzos de conservación o restauración podrían dirigirse preferentemente
a dichos sitios. Aunque se dispone de alguna información de esta naturaleza,
no se ha aplicado específicamente a la identificación de sitios críticos para el
manejo.
Sin embargo, dicho esto, sería imprudente esperar
en busca de evidencia irrefutable de la función de un área determinada
como vivero antes de tomar medidas para conservarlo, manejarlo o
restaurarlo. Más bien, el curso más cauteloso y prudente es actuar sobre el
conocimiento actual del potencial de un área como vivero. La evidencia
sustancial, por ejemplo, ya respalda la creencia de que es probable que
algunos pastos marinos y humedales sean hábitats de alta prioridad para los
viveros. Las praderas de pastos marinos y los humedales, por supuesto, han
sido el foco de la mayor parte del trabajo en viveros y, en la mayoría de los
casos, este énfasis parece estar justificado. Sin embargo, es probable que
futuras investigaciones muestren que áreas previamente ignoradas, como
arrecifes de ostras y lechos de algas marinas, también sirven como viveros y,
por lo tanto, deberían conservarse y administrarse mejor.

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Problemas en Ecología número 11 Primavera 2003

Tabla 2—Principales amenazas a los ecosistemas costeros.

Amenazas clave para los ecosistemas costeros

• Pérdida de hábitat—desarrollo costero, dragado, relleno, drenaje

• Alteración del hábitat: endurecimiento de las costas, fragmentación (aunque la fragmentación no es un problema para muchos
ecosistemas marinos, puede ser un problema crítico para los viveros cercanos a la costa)
• Afluencia de agua dulce alterada

• Flujos de agua salada alterados

• Pérdida de claridad del agua (hierbas, algas marinas y arrecifes de coral amenazantes)

• Eutrofización (que conduce a condiciones de bajo nivel de oxígeno y aumento de la proliferación de algas)

• Especies invasivas
• Sobrepesca y captura incidental (que conducen a la pérdida de población y la alteración de la estructura de la comunidad)

• Impactos de la pesca de arrastre y otras artes de pesca que alteran o destruyen el hábitat

La mayoría de los fondos limitados
disponibles para gestionar los ecosistemas costeros
se gastan actualmente en restauración. Si bien
algunos esfuerzos de restauración tienen éxito,
muchos proyectos no han sido suficientemente
monitoreados para evaluar el éxito o el fracaso. Aun
así, está claro que nuestra capacidad para restaurar
ecosistemas como las marismas y las praderas de
pastos marinos es bastante limitada. El objetivo de la
restauración no debe ser solo replantar algunas
especies y crear, por ejemplo, jardines pantanosos,
sino documentar el retorno de las especies, las
comunidades y las funciones ecológicas, como los
servicios de vivero. La restauración de estas
funciones, de hecho, debe alentarse como un
objetivo central de los esfuerzos de restauración.
También debemos cuestionar el valor de la
mitigación, dada nuestra capacidad limitada para
restaurar los ecosistemas. Se debe dedicar más
esfuerzo a la conservación para que no se requiera
restauración.
Varias agencias estadounidenses están obligadas por ley
a planificar la identificación y restauración de importantes hábitats
costeros, y el papel de estos hábitats como criaderos de peces y
En los estados, estas agencias incluyen la NOAA, la Agencia de
Protección Ambiental y el Departamento del Interior a nivel federal, así
como las agencias estatales de recursos naturales y los organismos
locales de planificación del uso de la tierra. El establecimiento de un
programa de manejo de ecosistemas de viveros financiado
conjuntamente entre agencias clave podría mejorar en gran medida el
manejo y la protección de activos costeros vitales.
Dada nuestra capacidad cada vez mayor para
amenazar a las especies marinas y alterar drásticamente los
ecosistemas, y nuestra capacidad limitada para corregir
nuestros errores, debemos planificar la conservación y gestión
del medio ambiente marino con mucha más previsión que en el
pasado. La conservación y el manejo de los viveros es uno de
los pocos temas que une a la mayoría de los científicos,
conservacionistas y pescadores recreativos y comerciales, y esta
unidad debe capitalizarse para fortalecer nuestros esfuerzos
para proteger las zonas costeras vitales. Una mejor
comprensión de los hábitats de los viveros debería permitir a
los científicos y las agencias de financiación llenar los vacíos en
nuestro conocimiento, ayudar a las agencias y organizaciones a
orientar mejor sus esfuerzos de conservación para proteger la
diversidad marina,
EXPRESIONES DE GRATITUD

camarones ha dado un gran impulso a dicha legislación. Por

ejemplo, la Ley de Manejo y Conservación de la Pesca Magnuson-
Stevens requiere que la Administración Nacional Oceánica y
Atmosférica (NOAA) y otras agencias federales identifiquen y
protejan el "hábitat esencial de los peces". Además, la Ley de
Estuarios y Aguas Costeras Limpias de 2000 asigna fondos para la
restauración de estuarios, y la Ley de Asistencia de Impacto
Costero asigna fondos para la conservación y restauración en las
aguas costeras de EE. UU.
Desafortunadamente, la conservación y el manejo de los hábitats
de los viveros están atrapados entre muchas agencias que compiten y que
tienen responsabilidades en la zona costera. en los unidos
Este informe fue preparado por miembros del Grupo
de trabajo de roles de viveros, con el apoyo del Centro Nacional
de Análisis y Síntesis Ecológicos, un centro financiado por la
Fundación Nacional de Ciencias, la Universidad de California y la
Universidad de California-Santa Bárbara.
Esta publicación fue apoyada por el
Programa Universitario Nacional Sea Grant de la
Administración Nacional Oceánica y Atmosférica
del Departamento de Comercio de los EE.
Consorcio de Graduados en Ciencias Marinas,
Mar de Virginia

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Problemas en Ecología
Programa Grant College, Consorcio de Ciencias Marinas de
Nueva Jersey y Programa Sea Grant de Nueva Jersey. También
se recibió apoyo del Laboratorio de Pesca de la NOAA en
Galveston y The Nature Conservancy.
Las opiniones expresadas en este documento no reflejan necesariamente
las opiniones de cualquiera de esas organizaciones. El gobierno de los EE.
UU. está autorizado a producir y distribuir reimpresiones para fines
gubernamentales, independientemente de cualquier anotación de derechos
de autor que pueda aparecer aquí.
SUGERENCIAS PARA LECTURAS ADICIONALES
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314enMP Weinstein y DA Kreeger, editores. Conceptos y
controversias en ecología de marismas intermareales. Editorial
académica Kluwer, Dordrecht, Países Bajos.
SOBRE EL PANEL DE CIENTÍFICOS
Michael W. Beck, Copresidente del Panel, Iniciativa Marina, The
Nature Conservancy e Instituto de Ciencias Marinas,
Universidad de California, Santa Cruz, CA, 95060 Kenneth
L. Heck, Jr., copresidente del panel, Dauphin Island Sea Lab
y Universidad del Sur de Alabama, Dauphin Island, AL,
36528
Kenneth W. Able, Estación Marina de Campo de la Universidad de Rutgers,
Tuckerton, Nueva Jersey, 08087
Daniel L. Childers, Departamento de Ciencias Biológicas, Florida
Universidad Internacional, Miami, FL, 33199
David B. Eggleston, Departamento de Marina, Tierra y
Ciencias Atmosféricas, Universidad Estatal de Carolina del
Norte, Raleigh, NC, 27695
Bronwyn M. Gillanders, Departamento de Medio Ambiente
Biología, Universidad de Adelaide, SA, 5005, Australia
Benjamin S. Halpern, Departamento de Ecología, Evolución y
Biología Marina, Universidad de California, Santa Bárbara,
CA 93106
Cynthia G. Hays, Departamento de Biología, Universidad de
California, Santa Cruz, CA 95064
Kaho Hoshino, Escuela Bren para el Medio Ambiente, Universidad
de California, Santa Bárbara, CA 93106
Thomas J. Minello, Rama de Ecología Pesquera, Marina Nacional
Servicio de Pesca, Laboratorio del Centro de Ciencias
Pesqueras del Sudeste, Galveston, TX, 77551
Robert J. Orth, Instituto de Ciencias Marinas de Virginia, Universidad
of William and Mary, Gloucester Point, VA, 23062 Peter F.
Sheridan, NOAA Fisheries, Ciencias Pesqueras del Sudeste
Centro, 3500 Delwood Beach Road, Ciudad de Panamá, FL
32408
Michael P. Weinstein, Ciencias Marinas de Nueva Jersey
Consorcio, Fort Hancock, NJ, 07732
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Sobre el escritor científico
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el panel de científicos para permitirle comunicar sus hallazgos de
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Asuntos Internacionales, Universidad de Princeton, Princeton,
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Informes anteriores
AnteriorProblemas en EcologíaLos informes disponibles de la
Sociedad Ecológica de América incluyen:
Vitousek, PM, J. Aber, RW Howarth, GE Likens, PA Matson,
DW Schindler, WH Schlesinger y GD Tilman. 1997.
Alteración humana del ciclo global del nitrógeno: y Causas
consecuencias,Problemas en Ecologían° 1
Diario, GC, S. Alexander, PR Ehrlich, L. Goulder, J.
Lubchenco, PA Matson, HA Mooney, S. Postel, SH
Schneider, D. Tilman y GM Woodwell. 1997.
número 11 Primavera 2003
Servicios ecosistémicos: beneficios proporcionados a las sociedades
humanas por los ecosistemas naturales,Problemas en EcologíaNo.
2. Carpenter, S., N. Caraco, DL Correll, RW Howarth, A.
N. Sharpley y VH Smith. 1998. Contaminación difusa de
aguas superficiales con fósforo y nitrógeno,Problemas en
EcologíaNumero 3.
Naeem, S., FS Chapin III, R. Costanza, PR Ehrlich, FB
Golley, DU Hooper, JH Lawton, RV O'Neill, HA Mooney, OE Sala,
AJ Symstad y D. Tilman. 1999. Biodiversidad y funcionamiento
de los ecosistemas: mantenimiento de los procesos naturales
de soporte de la vida,Problemas en EcologíaNo. 4. Mack, R., D.
Simberloff, WM Lonsdale, H. Evans, M. Clout,
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5. Aber, J., N. Christensen, I. Fernández, J. Franklin, L.
Hidinger, M. Hunter, J. MacMahon, D. Mladenoff, J. Pastor, D.
Perry, R. Slangen, H. van Miegroet. 2000. Aplicación de
principios ecológicos a la gestión de los bosques nacionales
de EE. UU.,Problemas en EcologíaNº 6.
Howarth, R., D. Anderson, J. Cloern, C. Elfring, C. Hopkinson,
B. LaPointe, T. Malone, N. Marcus, K. McGlathery, A. Sharpley y
D. Walker. Contaminación por nutrientes de ríos costeros,
bahías y mares,Problemas en EcologíaNº 7.
Naylor, R., R. Goldburg, J. Primavera, N. Kautsky, M.
Beveridge, J. Clay, C. Folke, J. Lubchenco, H. Mooney y M. Troell.
2001. Efectos de la acuicultura en el suministro mundial de
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Jackson, R., S. Carpenter, C. Dahm, D. McKnight, R.
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Richter y AD Steinman. 2003. Sustaining Healthy
Freshwater Ecosystems,Problemas en EcologíaNº 10.
Copias adicionales
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