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Otero, Miguel - La Nulidad Procesal Civil, Penal y de Derecho Público
Otero, Miguel - La Nulidad Procesal Civil, Penal y de Derecho Público
Y DE DERECHO PÚBLICO
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LA NULIDAD
PROCESAL CIVIL,
PENAL Y DE DERECHO
PÚBLICO
INCIDENTE DE NULIDAD, NULIDAD DE OFICIO,
CASACIÓN DE FORMA, DE FONDO Y DE OFICIO
EN LO CIVIL
NULIDAD Y RECURSO DE NULIDAD EN LO PENAL
NULIDAD PROCESAL DE DERECHO PÚBLICO
Segunda edición corregida y aumentada
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
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PRIMER PRÓLOGO
sus efectos, los medios para impetrarla por las partes y forma de
declararla de oficio por parte del tribunal.
Luego el autor se refiere a la relación existente entre la nulidad
y el recurso de nulidad, la nulidad de oficio y los efectos de la decla-
ración de nulidad en el nuevo sistema procesal penal, para concluir
con el tratamiento del régimen recursivo, poniendo especial énfasis
en las normas que rigen el recurso de nulidad.
Finalmente, se aborda la nulidad de derecho público en general,
sus características, efectos y forma de impetrarla. A continuación, en
la parte más novedosa de la obra, el autor postula la existencia de la
nulidad procesal de derecho público, la cual señala que tiene como
causas originarias la inobservancia de las normas de procedimiento
y del debido proceso.
La nulidad procesal de derecho público, sostiene el autor, que
durante la tramitación de un proceso puede ser reclamada por la
vía del incidente de nulidad, sin contemplarse plazo para ello, y si
el proceso hubiere terminado por sentencia ejecutoriada y por ello
con eficacia de cosa juzgada, tal nulidad podría ser reclamada por la
vía de acción en juicio ordinario o sumario, si se cumplen respecto
de este último los requisitos de urgencia para su procedencia.
La tesis sustentada por el autor en cuanto a la existencia de una
acción procesal de nulidad de derecho público con la amplitud
señalada, más allá de las causales de nulidad que se pueden hacer
valer por la vía del llamado recurso de revisión en contra de una
sentencia ejecutoriada, a la luz de la historia del Código de Proce-
dimiento Civil, podría parecernos cuestionable dentro de nuestro
ordenamiento jurídico.
Al efecto, debemos recordar que dicho cuerpo legal nos señala
su Mensaje que se determinan con tal objeto los trámites cuya omisión da
lugar al recurso, y se desconoce de un modo expreso la acción ordinaria de
nulidad para invalidar sentencias, no admitiéndose otro camino que el de
casación para lograr ese resultado; en obsequio a la brevedad de los procedi-
mientos y al tranquilo goce de los derechos declarados en juicio.
Sin embargo, debemos tener presente que según los Tratados
de Derechos Humanos, y especialmente también conforme a lo
prescrito en nuestra Carta Fundamental, toda sentencia que se dicte
debe emanar de un debido proceso de ley para que sea eficaz; y que
su respeto al ser la garantía de todas las garantías existentes para el
resguardo de los derechos fundamentales de la persona es siempre
esencial y superior a los mandatos normativos legales. Es por ello
que la sola postulación de la cosa juzgada como la suma preclusión
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PRIMER PRÓLOGO
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SEGUNDO Prólogo
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SEGUNDO PRÓLOGO
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PREÁMBULO DEL AUTOR
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durante el proceso hasta tanto éste quede terminado por una senten-
cia aparentemente firme o ejecutoriada y, terminado éste, se puede
deducir en juicio aparte, ante un tribunal de primera instancia.
Se ha sostenido que esta nulidad afectaría la cosa juzgada y crearía
serias incertidumbres legales, lo que implica desconocer que si el
proceso es nulo la sentencia recaída en éste pasa a ser inexistente.
No hay sentencia sin proceso válido.
Otra conclusión, en materia procesal penal, es que dejó de existir
la jurisprudencia de la Corte Suprema en cuanto al alcance e inter-
pretación de la ley. En efecto, el recurso de nulidad sólo lo conoce
la Corte Suprema cuando la causal invocada es una violación a las
normas del debido proceso. La determinación de la existencia de
esta causal es una materia de hecho y no de derecho. Son los hechos
los que determinarán si se infringió o no el debido proceso.
Hoy son las Cortes de Apelaciones las que resuelven sobre la
aplicación del derecho y, por ello, cada Corte tiene y tendrá su
propia jurisprudencia.
Lo anterior y el hecho de que, entre las salas de la propia Corte
Suprema y aun dentro de una misma sala, exista jurisprudencia
contradictoria me ha llevado a sostener que, en materia de aplica-
ción e interpretación de la ley frente a situaciones de hecho simila-
res, no se cumple con la garantía constitucional de igualdad en la
interpretación y aplicación de la ley. Esto es en extremo grave, en
especial cuando se produce en materia penal. Ello afecta al Estado
de Derecho que se caracteriza, en esencia, por el debido respeto
a la igualdad ante la ley. Esta situación requiere ser debidamente
analizada y rectificada.
Expreso mi especial gratitud a mis distinguidos colegas y amigos,
señores Orlando Poblete Iturrate y Cristián Maturana Miquel, quienes
tuvieron la paciencia y gentileza de leerlo y prologarlo, pese a sus
múltiples e importantes ocupaciones.
Mi reconocimiento a mi nieto Gerardo Otero Vial y a mis alumnos
de la Universidad Católica que tuvieron la gentileza y el esfuerzo
de colaborarme en la búsqueda de la jurisprudencia incorporada
en la obra.
No puedo terminar sin hacer pública la desinteresada y valiosa
ayuda que me prestara el profesor señor Eduardo Soto Kloss en
el análisis de la nulidad procesal de derecho público. Mil gracias,
Eduardo.
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LIBRO PRIMERO
Título Primero
INEXISTENCIA, NULIDAD E INOPONIBILIDAD
1. L a inexistencia
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LIBRO PRIMERO
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LIBRO PRIMERO
3. Inoponibilidad
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Título Segundo
BREVES NOCIONES SOBRE LA NULIDAD CIVIL
Generalidades
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LIBRO PRIMERO
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LIBRO SEGUNDO
Título Primero
NORMAS CONSTITUCIONALES Y CONCEPTOS
PREVIOS APLICABLES A TODAS LAS NULIDADES
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LIBRO SEGUNDO
3. L a jurisdicción
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Jurisprudencia :
Tribunal Constitucional Rol 499
Santiago 5 de septiembre de 2006.
Vigésimo tercero: “Que si la jurisdicción sólo puede ejercerse por
los tribunales establecidos por la ley, sean ordinarios o especiales, toda
persona que pretenda desempeñarse como juez de esos tribunales, sin
haber sido instituida por el legislador, sino por un acto administrativo, se
constituye en una comisión especial expresamente prohibida por la Carta
Fundamental”.
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LIBRO SEGUNDO
566, 569, 574, 595, 604, 605, 606, 613, 614, 627, 628, 629, 630, 635,
636, 639, 640, 641, 642, 647, 657 y 658, todos del año 2006, por adolecer
de los mismos reproches de constitucionalidad constatados en la sentencia
referida en el párrafo anterior.
Sexto: Que después de emitidos los primeros cuatro pronunciamientos
en ese sentido, el mencionado Tribunal Constitucional decidió iniciar de
oficio un proceso destinado a examinar la constitucionalidad de la norma en
comento, en el que por sentencia de término resolvió que “el artículo 116 del
Código Tributario es inconstitucional, considerándose derogado, como efecto
de la aplicación del artículo 94, inciso tercero, de la Constitución, desde la
publicación en el Diario Oficial, dentro de tercero día, de la presente sentencia,
lo que ocurrió en la edición del día 29 de marzo del año 2007.
Séptimo: Que la antedicha decisión fue adoptada en conformidad a lo
previsto en el artículo 93 Nº 7 de la Constitución Política de la República,
con la especial característica de que según el artículo 94 del mismo texto
uno de sus efectos consiste en que la disposición legal impugnada de que
se trata debe entenderse derogada desde la publicación en el Diario Oficial
de la sentencia que acoja el reclamo, la que no producirá efecto retroactivo,
particularidad esta última que ha sido refrendada por el Tribunal Consti-
tucional en su sentencia de 24 de enero de 2008, pronunciada en control de
constitucionalidad solicitado por esta Corte Suprema en causa Rol 3.396
2006, caratulada Packo América S.A. con Servicio de Impuestos Internos.
Octavo: Que nuestro constituyente optó, dentro de las alternativas que
contempla el derecho comparado y la doctrina, por dar carácter derogatorio a
la declaración general de inconstitucionalidad de un precepto legal que realiza
el Tribunal Constitucional, en lugar de asignarle un efecto anulatorio.
Noveno: Que, al respecto, cobran relevancia las condiciones del presente
asunto, en que las actuaciones del juez tributario se produjeron cuando aún
estaba vigente el señalado precepto legal (artículo 116 ya referido).
Décimo: Que en numerosas causas anteriores a la presente, como se ha
venido señalando, se invalidó todo lo obrado en ellas como consecuencia de
la inaplicabilidad por inconstitucionalidad de la norma en referencia al ser
contraria al artículo 76 de la Constitución Política de la República, declarada
tanto por el Pleno de esta Corte como por el Tribunal Constitucional.
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LIBRO SEGUNDO
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Título Segundo
EL PROCESO
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LIBRO SEGUNDO
Esto es, un sujeto activo que deduce la acción que pone en marcha
la actividad jurisdiccional y un sujeto pasivo que es aquel en contra
de quien se dirige la acción, sea para sancionarlo, en el caso de un
proceso penal, sea para colocarlo en la necesidad de dar, hacer o no
hacer una cosa a favor del demandante, en el caso de un proceso
civil.
Es de la esencia de este requisito que las partes estén clara y
precisamente identificadas. Esto es, que no haya duda alguna en
cuanto a quién o quiénes son los actores, quién o quiénes son los
sujetos pasivos de la acción y quién o quiénes están afectos a lo que
resuelva la sentencia.
En materia civil se requiere que una persona o personas deter-
minadas deduzcan la acción que ponga en marcha el accionar
jurisdiccional destinado a satisfacer las pretensiones contenidas en
la acción. Obviamente, individualizar a quién demanda o para quién
demanda, en el caso de una representación, o a quién se demanda,
es un presupuesto procesal esencial sin el cual no puede existir
proceso válido alguno.
Al efecto, el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil,
al señalar los requisitos que debe contener la demanda, en sus
números 2º y 3º establece: “2º. El nombre, domicilio y profesión u oficio del
demandante y de las personas que lo representen, y la naturaleza de la repre-
sentación; 3º. El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandado”.
Si no se individualiza al titular de la acción, no es posible deter-
minar si éste es o no un legítimo contradictor, si tiene o no derecho
a la acción entablada y tampoco será posible determinar, de tener
éxito la acción deducida, quién es el titular de los derechos que la
sentencia declare o estatuya, lo que imposibilita su cumplimiento.
Lo mismo ocurre respecto de la contraparte, la que debe estar
perfectamente individualizada para saber quién tiene el derecho al
debido proceso, materializar una relación procesal válida, no sólo
en cuanto a la forma sino también a su capacidad civil y procesal
para ser parte, y precisar a quién o quiénes va a afectar la sentencia
para los efectos de ejercer la acción de cosa juzgada o interponer la
excepción de cosa juzgada, según sea el caso.
Tanto es así, que el Nº 1º del artículo 170 del C. de P. C., al
establecer los requisitos que deben contener las sentencias definitivas
de primera o de única instancia y las de segunda que modifiquen
o revoquen en su parte dispositiva la de otros tribunales, señala:
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LIBRO SEGUNDO
Jurisprudencia :
Sentencia de la I. Corte de Pedro Aguirre Cerda, de 15 de enero de
1985, R. t. 82, sec. 2ª, p. 33. Repertorio de Legislación y Jurispru-
dencia, Tomo II, pág. 24, que consigna: “No es posible prescindir de las
exigencias de los tres primeros números del art. 254 de dicho cuerpo legal, que
dicen relación con la designación del Tribunal y la individualización de los
litigantes, toda vez que ellos miran a la formación de una relación procesal
válida y la ligazón de éstas con un determinado tribunal”.
Sentencia de la I. Corte de Apelaciones de Santiago, de 24 de mayo
de 2000, publicada en la RDJ, Tomo XCVII, segunda parte, sección
segunda:
“3º. Que son requisitos para que un juicio tenga existencia jurídica,
la existencia de un juez que ejerza jurisdicción, de las partes, y la de un
conflicto o litigio; a ello cabe agregar que haya existido un emplazamiento
válido. La falta de concurrencia de alguno de ellos acarrea necesariamente
la inexistencia del juicio.
En cambio, son requisitos de validez del juicio, el que se litigue ante tribu-
nal competente, que las partes sean capaces y que se cumplan determinadas
formalidades que la ley señala.
4º. Que de lo anterior se infiere que para la existencia de un juicio,
necesariamente debe existir una parte demandante, entendiéndose por tal
aquella que ejerce una acción y formula peticiones al tribunal en consecuen-
cia a ella.
8º. Que si no existe legalmente demandante, no pudo por ende existir
juicio y todo lo obrado en estos antecedentes es sólo aparente, pues no tiene
existencia jurídica. De esta manera, la sentencia dictada en aquellos antece-
dentes tiene la misma característica de aparente y, por lo tanto, no produce
cosa juzgada, puesto que es un requisito para que ésta exista, el que esté en
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presencia de un proceso válido, lo que no sucede en este caso por los motivos
anteriormente expuestos.
10º. Que conforme lo expuesto precedentemente, se está en presencia de un
juicio aparente y, por ende, jurídicamente inexistente, por lo que no es posible
exigir a quien se siente afectado que plantee los incidentes de nulidad que le
parezcan pertinentes dentro del plazo a que se refiere el artículo 83 del Código de
Procedimiento Civil, puesto que tal como se ha razonado en el considerando 9º,
este vicio no es posible de ser convalidado mediante la ratificación ni por el simple
transcurso del tiempo, pues es imposible sanear un vicio de inexistencia”.
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 2.392/99
Tercero: Que el poder con que una persona obra en juicio, constituye un
presupuesto procesal al ser parte integrante de la capacidad, en su aspecto
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Título Tercero
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 6822-2007
Santiago, veinte de enero de dos mil nueve.
EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN LA FORMA:
a) “Que con el certificado que rola a fojas 43, que se tuvo por agregado
a fojas 46, con citación y sin ulterior objeción, está plenamente probado que
el deudor demandado falleció en Concepción el 12 de abril de 1991, es decir,
con anterioridad a la interposición de la demanda ejecutiva especial, al
requerimiento y a la actuación en que la Receptora Judicial certificó haberlo
notificado en forma personal, de modo que no hay duda acerca de la falta de
emplazamiento legal, denunciada en la incidencia, ni hay duda acerca de
la nulidad de lo actuado, puesto que la ejecución forzada de una obligación
supone el emplazamiento del sujeto pasivo legitimado, requisito que no está
cumplido en la especie, por la evidente circunstancia que el deudor premurió
a la ejecución, de manera que la ejecución forzada llevada a cabo carece de
toda eficacia jurídica, puesto que no se ha cumplido, ni ha podido cumplirse,
en virtud de la premuerte, con lo dispuesto en el artículo 40 del Código de
Procedimiento Civil” (Considerando sexto).
Cuarto: Que el recurso de nulidad formal deberá ser desestimado, por
cuanto un presupuesto básico para la alegación de la cosa juzgada lo consti-
tuye la existencia de un juicio. Ahora bien, es pacífico tanto en la doctrina
como en la jurisprudencia, que en este tipo de procedimiento el juicio existe
cuando se ha trabado la relación procesal, que vincula a ejecutante, ejecutado
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B. Existencia de un vicio que cause agravio y que éste sea sólo
reparable declarando la nulidad
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LIBRO SEGUNDO
Título Cuarto
FORMAS PARA IMPETRAR UNA NULIDAD
PROCESAL
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Jurisprudencia :
Corte de Apelaciones de Santiago
“Santiago, veintiséis de agosto de dos mil tres.
4º. Que la incidentista, quien es cónyuge sobreviviente del causante, no
invoca ni menos acredita personería para representar a los hijos de filiación
extramatrimonial de éste, lo que la priva de legitimación activa para impetrar
la nulidad, al tenor de lo establecido en el inciso 1º del artículo 83 del Código
de Procedimiento Civil. Tal precepto exige que el vicio impugnado irrogue a
las partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de nulidad, situación
que sólo podría afectar a los hijos preteridos en el procedimiento, pero en modo
alguno a la actora, que sí ha sido debidamente emplazada”.
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3. Nulidad de oficio
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LIBRO SEGUNDO
Título Quinto
EFECTO EXTENSIVO DE LA NULIDAD PROCESAL
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 4183-99
“Santiago, 26 de septiembre de dos mil.
2º. Que el artículo 83 del Código de Procedimiento Civil establece que, al
declararse la nulidad procesal, se determinarán los actos que quedan sin efecto,
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 8781/2002
“Santiago, 28 de julio de 2008.
Tercero: En lo atinente al rechazo del recurso de casación en la forma
interpuesto en contra del fallo de primera instancia debido a que contra el
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Título Sexto
DEL RECURSO DE CASACIÓN EN GENERAL
A. Generalidades
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forma que la ley contempla de manera expresa para cada uno. Son
absolutamente formales en cuanto a su interposición.
Artículo 770, inciso primero: “El recurso de casación deberá interponerse
dentro de los quince días siguientes a la fecha de notificación de la sentencia
contra la cual se recurre, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 791.
En caso que se deduzca recurso de casación de forma y de fondo en contra de
una misma resolución, ambos recursos deberán interponerse simultáneamente
y en un mismo escrito”.
La norma actual establece un único plazo de quince días para la
interposición del recurso de casación, sea éste de forma o de fondo.
Este plazo es fatal y no permite aumento alguno, al eliminarse la
disposición que establecía que los plazos para anunciar y formalizar
el recurso se aumentaban “en la misma forma que el de emplaza-
miento para contestar la demanda”.
La reforma de la Ley Nº 18.705 puso término a las discusio-
nes acerca del alcance de la disposición derogada, en cuanto a si
comprendía el aumento de los artículos 258 y 259 o solamente el de
este último. Además, habida consideración al adelanto técnico en
materia de comunicaciones y transportes se estimó que el plazo de
quince días era más que suficiente para deducir los recursos.
Asimismo, se suprimió la diferencia de plazo para interponer
uno u otro recurso, de modo que, de interponerse ambos, ello debe
hacerse simultáneamente y en un mismo escrito.
Artículo 771: “El recurso debe interponerse por la parte agraviada ante el
tribunal que haya pronunciado la sentencia que se trata de invalidar y para
ante aquel a quien corresponda conocer de él conforme a la ley”.
La ley usa el concepto de parte agraviada, el cual es independiente
de la calidad de demandante o demandado o tercero. Se requiere
ser parte, esto es, haber intervenido en el juicio y haberse aceptado
su intervención. Además de ser parte, se requiere que quien entable
el recurso haya sufrido un agravio en virtud del vicio que reclama,
o sea, que con motivo o en razón de tal causal de nulidad no ha
logrado cabalmente sus pretensiones procesales.
El tribunal que dictó la resolución que motiva el recurso es el
tribunal a quo y el tribunal que va a resolver el recurso es el tribunal
ad quem.
Artículo 773: “El recurso de casación no suspende la ejecución de la sentencia,
salvo cuando su cumplimiento haga imposible llevar a efecto la que se dicte
si se acoge el recurso, como sería si se tratare de una sentencia que declare la
nulidad de un matrimonio o permita el de un menor”.
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 2727-09
“Santiago, dieciocho de junio de dos mil nueve.
Considerando:
Cuarto: Que, en primer término, cabe precisar que esta Corte para el
análisis del recurso, se atendrá exclusivamente al deducido en autos, sin
hacerse cargo de las pretendidas modificaciones al mismo introducidas en el
alegato por el abogado del recurrente, en atención a lo que dispone el artícu-
lo 774 del Código de Procedimiento Civil.
Sexto: Que al no desarrollar el recurso intentado, la infracción de las
normas sustantivas que son las que decidieron la litis, el recurso en los
términos planteados no puede prosperar.
Séptimo: Que, por lo razonado, el recurso de casación en el fondo de
autos será desestimado”.
Artículo 776: “Presentado el recurso, el tribunal examinará si ha sido
interpuesto en tiempo y si ha sido patrocinado por abogado habilitado. En
el caso que el recurso se interpusiere ante un tribunal colegiado, el referido
examen se efectuará en cuenta.
Si el recurso reúne los requisitos, dará cumplimiento a lo establecido en
el inciso primero del artículo 197 para los efectos del cumplimiento de la
sentencia y ordenará elevar los autos originales al tribunal superior para
que conozca del recurso y devolver las fotocopias o compulsas respectivas al
tribunal que deba conocer del cumplimiento del fallo. Se aplicará al recurrente
lo establecido en el inciso segundo del artículo 197.
Se omitirá lo anterior cuando contra la misma sentencia se hubiese
interpuesto y concedido apelación en ambos efectos”.
La reforma de la Ley Nº 19.374, que estableció el texto actual
de este artículo –que fue redactado por el suscrito–, se refiere exclu-
sivamente al examen de admisibilidad del recurso que debe hacer
el tribunal a quo, limitándolo a si se interpuso en tiempo y si ha
sido patrocinado por abogado habilitado. Los demás requisitos de
admisibilidad se estimaron que eran materia propia del tribunal ad
quem, como lo son determinar si la resolución es o no susceptible
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Título Séptimo
REGLAS ESPECIALES DEL RECURSO
DE CASAcIÓN EN LA FORMA
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 8781/2002
“Santiago, 28 de julio de 2008.
Tercero: En lo atinente al rechazo del recurso de casación en la forma
interpuesto en contra del fallo de primera instancia debido a que contra
el mismo se habría intentado simultáneamente el de apelación, por lo que
el eventual perjuicio que se buscaba remediar con la nulidad podía serlo
por la vía de la apelación, resulta indudable que tal decisión no partici-
pa de los atributos de una sentencia definitiva, de segundo grado en este
caso, no forma parte de ella en ese mismo carácter resultando palmario
que no constituye una resolución de la naturaleza de aquellas que, con
arreglo a lo dispuesto en el artículo 766 del C. de P. C. hagan procedente
el remedio procesal en análisis. Esta determinación ha sido recogida por
la doctrina y la jurisprudencia, en el sentido que no procede el recurso de
casación en la forma en contra de la sentencia que resuelve un recurso de
casación en la forma”.
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LIBRO SEGUNDO
6ª. En haber sido dada contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada,
siempre que ésta se haya alegado oportunamente en el juicio;
7ª. En contener decisiones contradictorias;
8ª. En haber sido dada en apelación legalmente declarada desierta,
prescrita o desistida, y
9ª. En haberse faltado a algún trámite o diligencia declarados esenciales
por la ley o a cualquier otro requisito por cuyo defecto las leyes prevengan
expresamente que hay nulidad.
En los negocios a que se refiere el inciso segundo del artículo 766 sólo
podrá fundarse el recurso de casación en la forma en alguna de las causales
indicadas en los números 1º, 2º, 3º, 4º, 6º, 7º y 8º de este artículo y también
en el número 5º cuando se haya omitido en la sentencia la decisión del asunto
controvertido.
No obstante lo dispuesto en este artículo, el tribunal podrá desesti-
mar el recurso de casación en la forma, si de los antecedentes aparece de
manifiesto que el recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con
la invalidación del fallo o cuando el vicio no ha influido en lo dispositivo
del mismo.
El tribunal podrá limitarse, asimismo, a ordenar al de la causa que
complete la sentencia cuando el vicio en que se funda el recurso sea la falta
de pronunciamiento sobre alguna acción o excepción que se haya hecho valer
oportunamente en el juicio”.
En cuanto a las causales 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 6ª, y 8ª, su texto es claro y
no requiere comentario adicional alguno.
En cuanto a la causal 5ª, es muy importante recordar que esta
causal hace referencia al artículo 170, que está reglamentado por el
auto acordado de la Corte Suprema sobre la forma de las sentencias,
de 30 de septiembre de 1920, que se publica como anexo al Código
de Procedimiento Civil.
La jurisprudencia reiterada y uniforme de la Corte Suprema ha
establecido que la infracción a las normas de este auto acordado
implica incurrir en esta causal.
Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 7.191/2004
“Santiago, nueve de septiembre de dos mil ocho.
Primero: Que en la vista de la causa, se advirtió que la sentencia
recurrida adolece de un vicio de casación de forma, que autoriza su invali-
dación de oficio, como quedará en evidencia del examen que se hará en los
razonamientos que se expondrán a continuación:
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Jurisprudencia C ausal 6ª
Corte Suprema Rol 4048/2008
“Santiago, dieciséis de septiembre del año dos mil ocho.
Considerando:
Primero: Que el primer vicio de nulidad formal atribuido por el
recurrente Jorge Gompertz Pumarino a la sentencia impugnada se refiere
al que se prevé en el artículo 768 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil,
aduciéndose que aquélla fue pronunciada contra otra pasada en autoridad
de cosa juzgada;
Segundo: Que, según se expone por el recurrente, la Corte de Apelaciones
de Santiago declaró admisible el recurso de apelación deducido por su parte
en contra de una medida disciplinaria que le impusiera el Consejo General
del Colegio de Abogados, mediante resolución dictada el 1º de octubre de
2007, la que, además, ordenó traer los autos en relación; no obstante lo
cual, encontrándose dicha sentencia interlocutoria debidamente ejecutoriada
y, de consiguiente, amparada por el atributo de cosa juzgada, conforme el
artículo 175 del Código de Procedimiento Civil, la misma Corte emitió otra
sentencia de la misma índole con fecha 10 de abril de 2008, en la que, contra
lo decidido en la resolución anterior, se pronunció por la inadmisibilidad
del mencionado recurso de apelación; entendiendo el recurrente que de tal
manera se configuró el vicio que tipifica la norma del Código de Procedi-
miento Civil invocada como fundamento de la casación formal que propone
en estos autos;
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Jurisprudencia C ausal 7ª
Corte Suprema Rol 5667/2006
“Santiago, 26 de junio de 2008.
8º) Que, haciéndose cargo de la cuestión controvertida, la sentencia de
segundo grado da por establecido que la muerte de Carlos Ahuile Hadler no
fue causada por el Servicio de Salud demandado ni por sus funcionarios,
sino que fue producto de un homicidio cuyo agresor fue condenado en sede
penal;
9º) Que, acto seguido, en el basamento siguiente, declara que ha sido
legalmente acreditada en esta causa. La responsabilidad de los funcionarios
médicos y paramédicos que atendieron a Carlos Ahuile a su llegada al centro
hospitalario, al actuar en forma incorrecta o tardía ante la emergencia de
salud que lo afectaba, con lo que resultaba procedente la acción de indemni-
zación de perjuicios en contra del Servicio de Salud Valdivia;
10º) Que la vigencia simultánea de ambos razonamientos es clara y
evidentemente contradictoria. Tan flagrante contradicción anula los razona-
mientos en pugna y no cabe otra opción que decidir que la sentencia en
estudio, al permitirlo, no fue extendida en la forma dispuesta por la ley, toda
vez que carece de las consideraciones de hecho que le sirven de fundamento a
la decisión, como lo exige el artículo 170 Nº 4 del Código de Enjuiciamiento
Civil, constituyendo la causal de casación de forma que autoriza el Nº 5 del
artículo 768 del mismo cuerpo normativo;
11º) Que atendido lo resuelto se omite el análisis de las demás causales
de casación argumentadas por el recurso por ser innecesario”.
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 6983/2007
“Santiago, tres de marzo de 2009
CONSIDERANDO:
Primero: Que la primera causal de casación que se invoca en el recurso
es la del Nº 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación
al Nº 4 del artículo 170 del mismo cuerpo legal.
Tercero: Que respecto de la primera causal de nulidad de forma, los recurren-
tes reprochan a los sentenciadores no haber extendido sus consideraciones a la
testimonial rendida durante el juicio, en circunstancias que fue sobre la base
de esta prueba que el tribunal de primera instancia estimó que se encontraba
demostrado que el ejecutado y demandado de tercería carecía de otros bienes sobre
los cuales hacer efectivo el crédito de primera clase invocado por los terceristas,
distintos del bien hipotecado a favor del ejecutante, también demandado.
Ahora bien, es efectivo que el fallo objeto del recurso no efectúa un análisis
explícito de las declaraciones de los dos testigos que depusieron durante el
término probatorio y, por ende, no reflexiona acerca del mérito probatorio de
estos testimonios. Sin perjuicio de lo anterior, de conformidad al inciso 3º del
artículo 768 del Código de Procedimiento Civil –en lo que interesa– el tribunal
llamado a conocer de un recurso de casación en la forma puede desestimarlo
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LIBRO SEGUNDO
Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 8070/08
“Santiago, treinta de enero de dos mil nueve.
Vistos y teniendo presente:
En cuanto al recurso de casación en la forma:
2º. Que la demandada al deducir el recurso de nulidad formal invoca la
causal prevista en el número 5º del artículo 768 en relación con los números 4
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 1596/00
“Santiago, veinticinco de marzo de dos mil cuatro.
Cuarto: Que, tres de las otras infracciones denunciadas por la recurrente
se refieren a la apreciación de la prueba producida en autos. Sin embargo,
ninguna de las vulneraciones que se señalan puede constituir un error de
derecho que afecte la validez de la sentencia impugnada, pues para que ello
suceda tiene que infringirse alguna de las llamadas leyes reguladoras de la
prueba, lo que no ocurre en el caso de autos.
En efecto, en primer lugar se da por vulnerado el art. 346 Nº 1 del
Código de Procedimiento Civil, porque a un documento emanado de un
tercero, y que fue reconocido por éste como suscrito por él, la sentencia de
primera instancia, no modificada por la de segunda, le dio el valor probatorio
de prueba testifical. Los reproches que formula el recurrente no se refieren a
que el tribunal no haya dado por producida esta prueba, sino que objetan el
valor y apreciación que de ella efectuaron los jueces de la instancia, lo que
no habiendo ley reguladora de la prueba de por medio, escapa al control de
esta Corte de Casación;
Quinto: Que, en seguida, se da por infringido el art. 384 Nº 2 del mismo
código, norma que como lo ha declarado reiteradamente este tribunal, no es
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LIBRO SEGUNDO
ley reguladora de la prueba, puesto que otorga una facultad a los jueces del
fondo para ponderar la prueba testimonial, por lo cual mal pueden ellos
cometer infracción de la ley, al hacer uso de semejante facultad privativa
suya, que también escapa, por ende, al control de este tribunal;
Sexto: Que en seguida, se da por vulnerado el art. 1.713 del Código
Civil, pero no se explica en qué consiste la infracción, pues el recurrente se
limita a indicar que la infracción fue señalada “claramente en la apela-
ción”, por lo cual no se cumplen las exigencias del art. 772 del Código de
Procedimiento Civil…
Octavo: Que, como consecuencia de todo lo dicho, el recurso de casación
en el fondo será rechazado”.
Artículo 781: “Elevado un proceso en casación en la forma, el tribunal
examinará en cuenta si la sentencia objeto del recurso es de aquéllas contra
las cuales lo concede la ley y si éste reúne los requisitos que establecen los
artículos 772, inciso segundo, y 776, inciso primero.
Si el tribunal encuentra mérito para considerarlo inadmisible, lo declarará
desde luego, por resolución fundada.
En caso de no declarar inadmisible desde luego el recurso, ordenará traer
los autos en relación, sin más trámite. Asimismo, podrá decretar autos en
relación, no obstante haber declarado la inadmisibilidad del recurso, cuando
estime posible una casación de oficio.
La resolución por la que el tribunal de oficio declare la inadmisibilidad
del recurso, sólo podrá ser objeto del recurso de reposición, el que deberá ser
fundado e interponerse dentro de tercero día de notificada la resolución”.
Este artículo consagra el examen de admisibilidad que el tribunal
ad quem debe hacer del recurso de casación en la forma interpues-
to. En su inciso primero establece las causales por las cuales puede
declararse la inadmisibilidad desde luego, cuales son: no mencionar
expresamente el vicio o defecto en que se funda y la ley que concede
el recurso por la causal que se invoca, no haber sido interpuesto en
tiempo y no ser patrocinado por abogado habilitado (artículos 772,
inciso 2º y 776, inciso primero).
El inciso segundo exige que la declaración de inadmisibilidad
sea fundada.
El inciso tercero contiene dos disposiciones distintas. La primera
es aquella que obliga al tribunal –en caso de no declarar inadmisible
el recurso por omisión de alguno de los requisitos establecidos en el
inciso primero– ordenar traer los autos en relación, sin más trámites.
Esta es una norma imperativa. Establecida la admisibilidad de forma
del recurso, el tribunal debe proceder a su vista.
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Artículo 788: “En los juicios de mínima cuantía sólo hay lugar al recurso
de casación en la forma, en los casos de los números 1º, 2º, 4º, 6º, 7º y 9º
del artículo 768”.
Artículo 789: “En estos juicios sólo se considerarán diligencias o trámites
esenciales, el emplazamiento del demandado en la forma prescrita por la ley
para que conteste la demanda y el acta en que deben consignarse las peticiones
de las partes y el llamado a conciliación”.
Artículo 790: “El recurso se interpondrá verbalmente o por escrito sin previo
anuncio y sólo se hará mención expresa de la causa en que se funde. Si se
interpone verbalmente, se dejará de ella testimonio en un acta que firmarán
el juez y el recurrente”.
Artículo 791: “El recurso de casación se interpondrá en el plazo fatal de
cinco días”.
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Título Octavo
REGLAS ESPECIALES DEL RECURSO DE CASACIÓN
EN EL FONDO
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LIBRO SEGUNDO
disconformidad con aquella dejada en poder del librador para el cotejo –hecho
que resulta determinante para los sentenciadores al momento de evaluar la
responsabilidad de la institución bancaria, al tenor de lo que prescribe el
artículo 17 de la Ley sobre Cuentas Bancarias y Cheques– no obstante, el
demandante insiste en sostener que en el caso sub júdice no existe antecedente
alguno que establezca que el banco librado demandado en autos empleó la
debida diligencia al pagar los cheques en cuestión, concluyendo con ello el
recurrente la responsabilidad contractual de aquél.
Este planteamiento no puede aceptarse en la medida que se han dejado
fijados como presupuestos fácticos de la causa, aquellos consignados en
el motivo que antecede, los que resultan inamovibles desde que no se ha
denunciado por el demandante infracción a leyes reguladoras de la prueba,
cuya transgresión, de existir efectivamente, harían posible la modificación
pretendida, con lo cual se desprende que en el presente caso no ha existido el
error de derecho que se denuncia, con relación a las normas indicadas en el
considerando primero de esta resolución.
CUARTO: Que de acuerdo con lo señalado, procede concluir que el recurso
de casación en el fondo intentado no puede prosperar”.
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 1075-2009
“Santiago, cuatro de marzo de dos mil nueve.
Tercero: Que del mérito de las argumentaciones relativas a los presuntos
yerros cometidos en la correcta aplicación de las leyes reguladoras de la prueba,
resulta claro que lo que en realidad la recurrente objeta es la omisión de valora-
ción por parte de los sentenciadores del fondo, de la prueba que alude y que
avalaría la tesis en que sustenta su defensa. Sin embargo, dicha infracción
constituye un vicio formal relativo a la correcta formulación y fundamentación
de las sentencias, en cuanto obligación de los sentenciadores de hacerse cargo
de toda la prueba rendida, arbitrio que no ha sido deducido en la especie, por
lo que dicho capítulo de casación en el fondo no podrá ser admitido.
Cuarto: Que sin perjuicio de lo expuesto precedentemente, del tenor del
recurso consta que las argumentaciones efectuadas por el recurrente omiten
el análisis de las normas decisivas para la litis que, precisamente, resuelven
el asunto debatido, falta que priva de sustento a su libelo, puesto que la
decisión de lo controvertido requiere de la consideración y aplicación de reglas
sustantivas que fueron ponderadas por los jueces del fondo para dirimir el
asunto, como lo son, a lo menos, el artículo 160 Nº 3 del Código del Trabajo.
la que, como se advierte, no se consigna en el recurso intentado.
Quinto: Que por lo razonado se concluye que el recurso en examen adolece
de manifiesta falta de fundamento, lo que permite su rechazo en esta etapa
de tramitación, conforme lo preceptúa el artículo 782 ya mencionado.
Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza el recurso
de casación en el fondo deducido por la parte demandada a fojas 99, contra
la sentencia de quince de diciembre del año pasado, escrita a fojas 97”.
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LIBRO SEGUNDO
aportados por los litigantes, en conformidad con las reglas de la sana crítica,
corresponde a una facultad privativa de los jueces de la instancia y no admite
revisión por este medio, salvo que se hayan infringido las leyes reguladoras de
la prueba, lo que no se advierte en el proceso, ni ha sido así denunciado por
el demandado, quien no explica la trasgresión a la lógica o a las máximas
de la experiencia en que se habría incurrido en el fallo atacado al concluir
como se hizo, sino que se refiere a una manera de valorar los instrumentos
que no se aplica en materia laboral y a un raciocinio no contenido en el fallo
de que se trata, pues éste no se sustenta en las respuestas de las autoridades
consultadas, sino en las cartas que a esas autoridades enviaron los apoderados
del establecimiento educacional donde se desempeñaba la demandante.
Octavo: Que, por consiguiente, el presente recurso de casación en el
fondo debe ser desestimado en esta sede, por adolecer de manifiesta falta de
fundamento. Por estas consideraciones y normas legales citadas, se rechaza
el recurso de casación en el fondo interpuesto por la parte demandante a
fojas 140, contra la sentencia de diez de diciembre de dos mil ocho, que
figura a fojas 139.
Se previene que el Ministro señor Juica concurre al rechazo del presente
recurso de casación en el fondo teniendo presente que el pretendido quebran-
tamiento de las leyes reguladoras de la prueba, en este caso no se produce, en
atención a que los jueces están facultados para apreciarla de acuerdo a las
reglas de la sana crítica, cuestión que resulta propia de dichos sentenciadores
e imposible de revisar por la Corte de Casación”.
Artículo 785: “Cuando la Corte Suprema invalide una sentencia por
casación en el fondo, dictará acto continuo y sin nueva vista, pero separa-
damente, sobre la cuestión materia del juicio que haya sido objeto del recurso,
la sentencia que crea conforme a la ley y al mérito de los hechos tales como se
han dado por establecidos en el fallo recurrido, reproduciendo los fundamentos
de derecho de la resolución casada que no se refieran a los puntos que hayan
sido materia del recurso y la parte del fallo no afectado por éste.
En los casos en que desechare el recurso de casación en el fondo por defectos
en su formalización podrá invalidar de oficio la sentencia recurrida, si se
hubiere dictado con infracción de ley y esta infracción haya influido substan-
cialmente en lo dispositivo de la sentencia. La Corte deberá hacer constar en el
fallo de casación esta circunstancia y los motivos que la determinan, y dictará
sentencia de reemplazo con arreglo a lo que dispone el inciso precedente”.
El inciso primero establece que, de aceptarse el recurso de casación
en el fondo, la Corte Suprema debe dictar dos fallos separados pero
simultáneos. El primero es el fallo de casación que concluye con
la declaración de nulidad de la sentencia recurrida. El segundo,
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LIBRO SEGUNDO
Título Noveno
CASACIÓN DE OFICIO
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 4443-99
La Corte Suprema, conociendo de un recurso de hecho absoluta-
mente improcedente, acogió esta tesis y, de oficio, declaró nulo todo
lo obrado por una Corte de Apelaciones.
“Santiago 24 de abril de 2000.
“Tercero: Que en los antecedentes de que se trata, tanto los litigantes como
la Corte de Apelaciones de Valparaíso, no han considerado las disposiciones
contenidas en el Auto Acordado sobre la Tramitación y Fallo del Recurso de
Protección de las Garantías Constitucionales, el cual ha establecido, expre-
samente, las medidas a decretarse en caso de incumplimiento de la decisión
que en la mencionada acción cautelar se adopte por el Tribunal pertinente,
medidas que se encuentran señaladas en el Nº 15, citado por la decisión que
se intenta cumplir en los autos traídos a la vista, ninguna de las cuales ha
sido ordenada, sino que, por el contrario, se ha adoptado un procedimiento
inaplicable en la especie, circunstancia que justifica la intervención de
esta Corte a objeto de corregir los errores de procedimiento en que se ha
incurrido en la tramitación del cumplimiento del fallo dictado en el recurso
de protección en cuestión.
“Por estas consideraciones y normas legales citadas, se anulan, de oficio,
todas las resoluciones y notificaciones realizadas desde…”.
Es del caso señalar que la Corte Suprema no llamó a las partes a
alegar sobre posibles vicios de casación, por cuanto la relatora de la
causa no dio a conocer una petición de nulidad de todo lo obrado
que había presentado la parte recurrente del recurso de hecho,
por estimar que no tenía relación alguna con este recurso. Fue el
abogado de la recurrente, en su alegato, quien planteó ante la Corte
la existencia de la nulidad procesal de derecho público.
Lo anterior demuestra la amplitud de esta facultad.
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LIBRO SEGUNDO
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los artículos 6º, 7º, 83 y 795 Nº 1 del mismo cuerpo legal, y artículos 2º y 4º de
la Ley Nº 18.120, y 63 del Código Orgánico de Tribunales, para afirmar que
la sentencia debe invalidarse por haberse faltado al trámite esencial de exigirse
que el representante del actor demostrara su calidad de abogado habilitado;
2º. Que el artículo 772 del Código de Procedimiento Civil exige que el
recurso de casación en la forma señale determinadamente el vicio o defecto
que lo sustenta, y la ley que lo concede por esa causal; en este caso, el recurso
no satisface dicha exigencia, por cuanto al invocar la causal, se ha referido
a la existencia de decisiones contradictorias, que no corresponde al vicio que
representa, lo que importa un defecto de formalización que impone rechazar
la casación en examen;
En cuanto a la casación en el fondo
3º. Que, a su turno, este recurso se funda en que la sentencia ha infrin-
gido los artículos 1545, 1546, 1569, 1591, 1698 del Código Civil, y 103
de la Ley General de Bancos, expresándose al efecto que el error de derecho
ha consistido en no reconocerse por el fallo que la aplicación práctica dada
por el Banco al contrato importó renunciar al derecho a cobrar la totalidad
del crédito, pues si bien el deudor incurrió en mora de pagar un dividendo,
con posterioridad el acreedor le recibió el pago de los siguientes;
4º. Que de lo dicho se desprende que el recurso no ataca los fundamen-
tos por los cuales la sentencia rechazó su oposición, de lo que se sigue que
adolezca de un defecto de formalización, por cuanto no expresa de qué manera
los errores de derecho que denuncia han podido influir sustancialmente en
la decisión de declarar extemporánea la oposición del deudor; y este defecto
conduce, necesariamente, al rechazo de la casación en examen;
5º. Que, sin perjuicio de lo anterior, este Tribunal de Casación estima
que la sentencia se ha dictado con error de derecho, y éste ha influido en
lo decisorio; en efecto, si bien el artículo 103 de la Ley General de Bancos
autoriza a los deudores hipotecarios para oponerse al remate de la finca o a
su entrega en prenda pretoria, dentro de quinto día del decreto respectivo, no
es menos cierto que debe entenderse que el deudor se opone a la pretensión de
pago del Banco, según se desprende del tenor de las excepciones admisibles en
estos procedimientos, de lo que se sigue que el plazo señalado en la disposición
referida tiene efecto preclusorio, mas no suspensivo, de modo que el deudor
puede deducir su oposición desde el momento en que es requerido hasta que
vence el término que se inicia con el decreto de remate; al declarar lo contra-
rio, la sentencia ha restringido el alcance de la norma legal, interpretándola
erróneamente, con clara influencia en su decisión de rechazar la oposición
por extemporánea, lo que autoriza la anulación del fallo;
6º. Que, en consecuencia, esta Corte hará uso de la facultad que le
confiere el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil.
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la tramitación del proceso, facultad de la que hará uso esta Corte por los
fundamentos antes expresados;
De conformidad con lo razonado y procediendo esta Corte de oficio, se
anula la sentencia de veinticinco de junio de dos mil dos, que se lee a fojas 222
y se retrotrae la causa al estado del decreto de fojas 217, debiendo procederse
a su vista con la concurrencia de jueces no inhabilitados”.
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esta parte acarrea la nulidad de la sentencia, que se hace efectiva por medio
del recurso de casación en la forma.
6. Que conforme a lo referido, no se ha dado cumplimiento a la exigencia
establecida en los números 1, 2 y 3 del artículo 170 del Código de Procedi-
miento Civil, pues la designación de las partes litigantes es incompleta, no
contiene una enunciación breve de las peticiones o acciones deducidas por
el demandante y de sus fundamentos ni tampoco una de las excepciones o
defensas alegadas por el demandado.
7. Que de todo lo dicho resulta evidente que la sentencia en alzada ha
incurrido en el vicio de casación formal señalado en el Nº 5 del artículo 768
del Código de Procedimiento Civil en relación con el artículo 170 del mismo
cuerpo legal. Así tampoco se ha dado cumplimiento al Auto Acordado de la
Corte Suprema sobre la forma de las sentencias, de 30 de septiembre de 1920,
en lo que dice relación con los numerales 1 y 2 de dicho Auto Acordado.
8. Que en relación con la materia en estudio, nuestro Máximo Tribunal
ha dicho que: “Toda sentencia definitiva debe contener una parte expositiva,
otra considerativa y finalmente una resolutiva. La omisión de cualquiera
de ellas hace procedente el recurso de casación en la forma. A la inversa, la
presencia de todas y cada una de ellas hacen improcedente el recurso, indepen-
dientemente de la buena o mala calidad de tales partes, o si los considerandos
expuestos son los adecuados o no para resolver el asunto controvertido, pues
lo que se sanciona con la nulidad es su omisión (Corte Suprema, 8 de abril
de 2001, rol 3912/2001).
9. Que pueden los tribunales, conociendo por vía de apelación, consulta
u otras, invalidar de oficio las sentencias cuando los antecedentes del recurso
manifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la casación en la
forma, debiendo oír sobre este punto a los abogados que concurran a alegar
en la vista de la causa.
En la situación en análisis no comparecieron abogados, por lo que no
pudo darse cumplimiento a lo prevenido en el inciso 1º del artículo 775 del
Código de Procedimiento Civil, en orden a oírlos sobre la eventual invali-
dación del fallo.
Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 170, 768 Nº 5, 775
y 786 del Código de Procedimiento Civil, SE INVALIDA DE OFICIO la sentencia
de seis de junio de dos mil dos, escrita de fojas 31 a 32, y se la reemplaza por
la que se dicta a continuación, separadamente y sin nueva vista”.
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LIBRO TERCERO
Título Primero
LA NULIDAD PROCESAL PENAL
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LIBRO TERCERO
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LIBRO TERCERO
Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 3198-2008
“Santiago, 18 de agosto de 2008.
Decimocuarto: Que el efecto propio de toda nulidad es la invalidación del
acto que ha provocado el perjuicio y de todos aquéllos que sean consecuencia
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LIBRO TERCERO
Título Segundo
EL DERECHO AL DEBIDO PROCESO
Y LOS RECURSOS PROCESALES PENALES
GENERALIDADES
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LIBRO TERCERO
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LIBRO TERCERO
delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada
con anterioridad a la comisión del delito, a menos que la nueva ley
favorezca al afectado, y ninguna ley podrá establecer penas sin que la
conducta que se sanciona esté expresamente descrita en ella.
A su vez, el Código Procesal Penal chileno en su artículo 4º consagra
la presunción de inocencia del imputado; el artículo 7º establece la
calidad de imputado y los derechos que, por el solo hecho de serlo,
le garantiza la ley y que se establecen en el artículo 93; el 8º ratifica el
derecho a la defensa; y el 9º establece el requisito de la autorización
jurisdiccional previa para afectar un derecho constitucionalmente
garantizado.
En la Comisión Técnica del Senado y de la Cámara de Diputa-
dos se discutió latamente si el hecho de eliminar la apelación de la
sentencia definitiva dictada en el juicio oral violaba o no lo estable-
cido en la letra h) del número 2 del artículo 8º: “derecho a recurrir del
fallo ante juez o tribunal superior”.
La conclusión del legislador fue que la Constitución y los trata-
dos internacionales establecen como obligatoria la posibilidad de
interponer recursos ante un tribunal superior, lo que no implica
necesariamente que la apelación sea mandatoria, sino que basta con
que exista la posibilidad de interponer recursos, ante un tribunal
superior, fundados en causales relativamente amplias.
Una interesantísima discusión al respecto consta de las actas de la Comisión de
Constitución del Senado entre los profesores Pereira Anabalón y Tavolari Oliveros
y Riego Ramírez. La discusión se planteó con las siguientes palabras: “…la opinión
del profesor Hugo Pereira Anabalón, quien señaló que la reforma procesal penal patrocinada
por el Supremo Gobierno se percibe como un instrumento fundamental para la existencia de
un sistema judicial moderno y eficaz”.
“No obstante, agrega que la implantación de la única instancia en el proceso oral no es
acorde con las modernas orientaciones doctrinarias y de derecho comparado hoy vigentes. Señala
que la interpretación finalista y armónica de los artículos 10 de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos; 18 inciso 2º de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre; 14 del Pacto Internacional de los Derechos Políticos y Civiles de las Naciones
Unidas, y 8º, Nº 2, letra h) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto
de San José de Costa Rica, permite deducir el derecho de toda persona de recurrir mediante el
recurso de apelación en contra de la sentencia agraviante dictada en un proceso, especialmente
penal, en que es parte”.
“Agregó que la última de las disposiciones citadas dispone, entre las garantías mínimas,
el derecho a recurrir del fallo ante juez o tribunal superior. Al no hacer precisiones de los
recursos que está en situación de deducir, a su juicio, es obvio que no puede referirse sino al
recurso ordinario universal, que es la apelación, y no a un recurso extraordinario de derecho
estricto, como es la casación”.
“Los profesores Riego y Tavolari rebatieron los planteamientos del profesor Pereira y
señalaron que hay dos tesis básicas que son las que están detrás del proyecto, la primera es
que la apelación se entendería como el recurso amplio, como un recurso jerárquico, en que
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Título Tercero
RÉGIMEN RECURSIVO EN EL NUEVO SISTEMA
ACUSATORIO
“En el derecho chileno, el profesor José Bernales dijo que el debido proceso está, entre otras
cosas, suponiendo la existencia de los recursos al tribunal superior, sin embargo, agregó, que
la existencia de tribunales colegiados de primera instancia elimina los recursos, de modo,
que si bien es cierto, en su informe a la Comisión que redactó la Constitución, incorporó el
derecho a recurso, dejó en claro que en su concepto ese tribunal es un tribunal colegiado, lo
que llamó en primera instancia, lo que quiso decir es el que emite el primer pronunciamiento,
eso excluye los recursos”.
“Agregaron que lo importante es lo que señale la Constitución y dado que ésta no toma
partido, una cuestión distinta es que uno pueda inclinarse por afición, por gusto o por conve-
niencia, su conclusión apunta a que en el sistema normativo chileno es perfectamente posible
estimar que un juzgamiento se haga sin recurso de apelación, y no creen que la apelación sea
una garantía constitucional”.
“Citaron la reiterada jurisprudencia de la Corte Suprema Argentina, que ha dicho que
el número de instancias no compromete el derecho de defensa, o al revés que, el derecho de
defensa no depende del número de instancias que se establezcan”.
“Concluyeron que su intervención se limita a establecer que constitucionalmente no es
exigible solo un recurso de apelación y que es perfectamente posible sustituir la apelación por
la casación”.
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público y que los jueces que lo presenciaron sean los únicos habilitados para
dictarla, esto es, en estricta consonancia con los principios de concentración
e inmediación”.
1990, p. 199.
Briseño Sierra, Humberto, Estudios de Derecho Procesal, Ciudad de México,
1980, p. 16.
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EVOLUCIÓN LEGISLATIVA
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Título Cuarto
DISPOSICIONES GENERALES APLICABLES
A TODOS LOS RECURSOS
del Senado: “De esa manera se recoge la inquietud que tuvo la Cámara de Diputados al crear
el recurso extraordinario, pero con mayor propiedad, puesto que la causal que éste contemplaba,
en orden a que los jueces del juicio oral se hubiesen apartado en forma manifiesta y arbitraria
de la prueba rendida o, lo que es lo mismo, que apreciaron mal la prueba, no se compadece
con el hecho de que ellos tienen la facultad de apreciar libremente la prueba, salvo ciertos
límites que tienen que ver con las reglas de lógica formal, las máximas de experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados. Si se apreció bien o se apreció mal la prueba,
por tanto, no es un aspecto que esté sujeto al control de un tribunal superior. Otra cosa es la
revisión que éste puede hacer acerca de la relación lógica entre la valoración de la prueba
que los sentenciadores hacen y las conclusiones a que llegan en su fallo”.
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Título Quinto
DISPOSICIONES PROPIAS DEL RECURSO DE NULIDAD
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Causales genéricas
Artículo 373: “Procederá la declaración de nulidad del juicio oral y de la
sentencia:
a) Cuando, en la tramitación del juicio o en el pronunciamiento de
la sentencia, se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías
asegurados por la Constitución o por los tratados internacionales ratificados
por Chile que se encuentren vigentes”.
Esta es una materia de hecho que queda a criterio del tribunal
que conozca del recurso de nulidad. Se recuerda que la infracción es
un hecho que se determina comparando la norma con la respectiva
actuación del tribunal durante el juicio oral, o con el contenido y
fundamentos de la sentencia o con los requisitos de validez de la
actuación o del juicio, según el caso.
En realidad es una causal de nulidad procesal de derecho público,
por cuanto se trata de una violación a la garantía constitucional del
debido proceso. Esta circunstancia impone las reglas propias de la
nulidad procesal de derecho público, con sus características de impres-
criptibilidad, insaneabilidad e irrenunciabilidad. Además, debiera ser
declarada de oficio por el tribunal en cumplimiento a la norma del
inciso segundo del artículo quinto de la Constitución Política, además
de la razón de la economía procesal y para evitar que se produzca una
cosa juzgada aparente. De igual manera, en cuanto a sus efectos, no
queda sujeta a la norma del inciso tercero del artículo 164.
Jurisprudencia :
“Santiago, trece de agosto de dos mil ocho.*
Vistos:
CONSIDERANDO:
Primero: Que por el recurso se invocó en forma principal, la causal del
artículo 373 letra a) del Código Procesal Penal, consistente en la infracción
sustancial, en cualquier etapa del procedimiento o de la sentencia, de derechos
o garantías asegurados por la Constitución o por los tratados internacionales
ratificados por Chile que se encuentren vigentes.
Por esta causal, se denuncia violación al debido proceso y al derecho
a defensa letrada, por la existencia de infracción a los artículos 5º y 19
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b) “Cuando la audiencia del juicio oral hubiere tenido lugar en ausencia
de alguna de las personas cuya presencia continuada exigen, bajo sanción
de nulidad, los artículos 284 y 286”.
Estas personas son los jueces que conforman el tribunal, el fiscal
y el defensor.
c) “Cuando al defensor se le hubiere impedido ejercer las facultades que
la ley le otorga”.
Tal como se señaló anteriormente, esta es una situación de hecho
que deberá calificar el tribunal que conoce del recurso.
d) “Cuando en el juicio oral hubieren sido violadas las disposiciones
establecidas por la ley sobre publicidad y continuidad del juicio”.
La continuidad está tratada en el artículo 282, en el cual se
establece:“La audiencia del juicio penal se desarrollará en forma continua
y podrá prolongarse en sesiones sucesivas, hasta su conclusión. Constituirán,
para estos efectos, sesiones sucesivas, aquellas que tuvieren lugar en el día
siguiente o subsiguiente de funcionamiento ordinario del tribunal”.
La publicidad está contemplada en el artículo 289, el cual estable-
ce: “La audiencia del juicio oral será pública…”. Sin embargo, establece
situaciones especiales en las cuales el tribunal puede decretar alguna
de las medidas restrictivas que contempla esta misma norma.
e) “Cuando, en la sentencia, se hubiere omitido alguno de los requisitos
previstos en el artículo 342, letras c), d) o e)”.
Esto es, que la sentencia carezca de:
c) “la exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables
al acusado, y de la valoración de los medios de prueba que fundamentaren
dichas conclusiones”;
d) “las razones legales o doctrinales que sirvieren para calificar
jurídicamente cada uno de los hechos y sus circunstancias y para fundar
el fallo”; y
e) “la resolución que condenare o absolviere a cada uno de los acusados
por cada uno de los delitos que la acusación les hubiere atribuido; la que se
pronunciare sobre la responsabilidad civil de los mismos y fijare el monto de
las indemnizaciones a que hubiere lugar”.
f) “Cuando la sentencia se hubiere dictado con infracción de lo prescrito
en el artículo 341”.
El artículo 341, en lo pertinente, establece: “La sentencia conde-
natoria no podrá exceder el contenido de la acusación. En consecuencia, no
se podrá condenar por hechos o circunstancias no contenidos en ella”. En
otras palabras, consagra el mismo principio que contenía el Nº 10
del artículo 541 del antiguo C. de P. P., o sea, la ultrapetita.
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hayan debatido en una audiencia, por lo que su labor penal debería verse
reducida significativamente”.
Sin embargo, esta regla general, según lo establece el inciso tercero
del artículo 376, no se aplica en los siguientes tres casos, en los cuales
será la Corte Suprema la que conozca y resuelva el recurso:
• Cuando el recurso se fundare en la causal prevista en el artícu-
lo 373, letra b) (errónea aplicación del derecho) y cuando respecto
de la materia de derecho objeto del mismo existieren distintas inter-
pretaciones sostenidas en diversos fallos emanados de los tribunales
superiores. Se trata de uniformar la jurisprudencia respecto de
dicha materia, lo que obviamente es de la exclusiva competencia
de la Corte Suprema.
• Si un recurso se fundare en distintas causales y por aplicación
de las reglas de competencia correspondiere el conocimiento de al
menos una de ellas a la Corte Suprema, ésta se pronunciará sobre
todas.
• Si se dedujeren distintos recursos de nulidad contra la senten-
cia y entre las causales que los fundaren hubiere una respecto de la
cual correspondiere pronunciarse a la Corte Suprema.
En estos dos últimos casos, la razón esgrimida por el Senado
para radicar la competencia en la Corte Suprema fue de economía
procesal.
Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 890-2009
“Santiago, veintiséis de febrero de dos mil nueve.
Vistos y teniendo presente:
1º. Que la defensa del sentenciado César Sagredo Vivanco ha recurri-
do de nulidad ante esta Corte Suprema, pidiendo se declare la nulidad
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A. Plazo
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Jurisprudencia :
Corte de Santiago Rol 2229-2008
“Santiago, veintinueve de diciembre de dos mil ocho.
Oídos los intervinientes:
Segundo: Que, al plantear su recurso, los señores defensores señalan que
la sentencia impugnada incurrió en dos causales de nulidad. La primera de
ellas, la que establece la letra b) del artículo 373 del Código Procesal Penal; y,
la segunda, que se invoca en forma subsidiaria, de la prevista por la letra e)
del artículo 374 mismo texto legal.
Tercero: Que, en relación a la primera causal el recurrente afirma que
la sentencia incurrió en error de derecho al condenar a sus representados por
un delito diverso al que podía establecer la prueba rendida.
Agrega a continuación que del mérito de los elementos de convicción
reunidos durante la investigación. Con respecto a la segunda causal de
nulidad los recurrentes sostienen que la sentencia no expone de manera clara,
lógica y completa cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por
probados, fueren ellos favorables o desfavorables al acusado, vulnerando así
los principios de la lógica y las máximas de experiencia.
Cuarto: Que, por su parte, el Ministerio Público solicitó en estrado el
rechazo del recurso de nulidad argumentando que a su parecer en el fallo
recurrido los sentenciadores hicieron una completa descripción de los hechos
investigados, como así también realizaron una acertada subsunción de los
referidos hechos en la norma para dictar la sentencia condenatoria, por
lo cual, en la especie no ha existido error de derecho en la dictación de la
sentencia.
Quinto: Que, de la simple lectura del recurso interpuesto se observa, sin
margen de dudas, que en éste no se da por infringida ninguna disposición
legal precisa, ni mucho menos se indica la forma en que se habría producido
la infracción, manteniendo el razonamiento en un plano eminentemente
teórico que –atendida la naturaleza del recurso de nulidad– resulta del todo
improcedente.
El recurso de nulidad, a diferencia del recurso de apelación, por mandato
expreso del legislador, es de derecho estricto, por lo cual su interposición debe
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cumplir en forma indispensable con todos los requisitos que señala el Código
Procesal Penal en su artículo 378, lo que no ocurre en la especie, lo cual
conduce a su rechazo.
Sexto: Que, sin perjuicio de lo expuesto y, a mayor abundamiento, cabe
señalar que en lo que respecta a la primera causal de nulidad invocada, los
recurrentes sostienen que el error de derecho se explica porque los sentenciado-
res condenaron por homicidio simple a pesar de no haberse probado con qué
parte del automóvil quedó enganchada la occisa; no se tuvo por probado que
Carlos Cuevas Fritz tomó conocimiento de la forma como quedó enganchada
la víctima ni del lugar del vehículo donde quedó enganchada y, finalmente,
se tuvo por probado que Carlos Cuevas Fritz tomó conocimiento de haber
impactado un bulto negro.
De la lectura de las afirmaciones de los defensores se aprecia que el
recurso de nulidad se construye sobre una presunta errónea valoración
de la prueba, materia nuevamente ajena a un recurso de nulidad, pues
la ponderación de los medios probatorios corresponde exclusiva y exclu-
yentemente a los jueces del fondo, por lo cual esta Corte está impedida de
analizar dichas materias.
Séptimo: Que, por otra parte y en lo que dice relación con la presunta
infracción a los principios de la lógica y las máximas de experiencias, cabe
señalar que dicho criterio racional, debe referirse a las reglas de la lógica, y
dentro de ellas especialmente al principio de no contradicción, así como a los
principios generales de la experiencia.
Octavo: Que, en relación a esta materia cabe señalar que el recurrente
no señala en qué forma se habría producido el vicio denunciado, toda vez
que se limita a confrontar el razonamiento del tribunal con el suyo propio,
materia que de acuerdo a la doctrina es insuficiente, ya que se ha establecido
el criterio de que, en principio, se ha de respetar la valoración de la prueba
realizada por los jueces del fondo siempre que ésta no sea manifiestamente
ilógica, irracional, arbitraria o absurda o que conculque principios generales
del derecho, sin que esté permitido sustituir la lógica o la sana crítica del
juzgador por la de la parte.
Noveno: Que, planteado lo anterior, y a mayor abundamiento, se debe
decir, del simple análisis de la prueba reunida en la investigación y a la
cual los falladores se refieren latamente en el considerando OCTAVO, y que
ponderan en el razonamiento DÉCIMO: se observa que el proceso de análisis
efectuado por los sentenciadores se adecuó a un criterio objetivo e imparcial,
no vislumbrándose ningún error claro y evidente en ese juicio valorativo,
motivo por el cual se desestimará el recurso de nulidad en cuanto da por
infringido el artículo 342 letra c) del Código Procesal Penal.
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Jurisprudencia :
Corte de Punta Arenas Rol 80-2008
“Punta Arenas, veinticuatro de octubre de dos mil ocho.
Vistos:
Sostienen, ambos, que los señalados sentenciadores han incurrido en la
causal absoluta de nulidad prevista en el artículo 374 letra e), en relación
con los artículos 342 letra c) y 297, todos del Código Procesal Penal, toda vez
que al valorar la prueba rendida en el juicio oral lo han hecho con infracción
de las normas que regulan la materia, esto es, contradiciendo los principios
de la lógica y las máximas de la experiencia.
Solicitan se anule la sentencia recurrida y el juicio oral a fin de que un
Tribunal no inhabilitado conozca de la causa, determinando el estado en
que debe quedar el procedimiento, conforme lo previene el artículo 386 del
Código Procesal Penal.
Con lo relacionado y considerando:
1º. Que se ha invocado, por las defensas de los imputados, la causal de
nulidad contemplada en el artículo 374 letra e), en relación al artículo 342
letra c), y 297 del Código Procesal Penal, esto es, según los recurrentes,
en la sentencia se omitió la exposición clara, lógica y completa de cada
uno de los hechos y circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos
favorables o desfavorables al acusado, y de la valoración de los medios de
prueba que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 297, disposición esta última que permite a los tribunales
apreciar la prueba con libertad, expresando que no podrán contradecir los
principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados, exigiéndole al tribunal hacerse cargo en su
fundamentación de toda la prueba producida, incluso de aquella que
hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones que hubiere tenido
en cuenta para hacerlo, disponiendo que la valoración de la prueba en la
sentencia requerirá el señalamiento del o de los medios de prueba mediante
los cuales se dieren por probados y que esta fundamentación deberá permitir
la reproducción del razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones
a que llegare la sentencia;
2º. Que el defensor del sentenciado Cristián Navarro Oyarzún sostiene en
su recurso que los sentenciadores han incurrido en su sentencia en la causal
invocada al omitir los razonamientos exigidos por el artículo 297 incisos 2º
y 3º del Código Procesal Penal, respecto de la preexistencia y dominio de las
especies muebles presuntamente sustraídas que hipotéticamente portaba el
ofendido, ya que la única prueba apta para ello resultan las declaraciones del
propio supuestamente perjudicado, las que son poco creíbles, atendido el mérito
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Consideraciones finales
Cuadragésimo quinto: Que de lo expuesto se desprende que, en la especie, el
proceso sub lite cumplió con las garantías constitucionales de legalidad del
Tribunal; del juzgamiento y racionalidad, puesto que fue previo y legalmente
tramitado, fallado por Tribunal competente y se realizó un segundo juicio oral
por causa del recurso de nulidad acogido respecto del primer juicio.
Cuadragésimo sexto: Que debe reiterarse que las necesidades de certeza
y seguridad jurídica son inherentes a la resolución de conflictos por medio
del proceso, en lo que se basa la preclusión de la impugnabilidad de las
sentencias, frente a lo cual se está en la especie.
En este sentido cabe señalar que, desde la perspectiva ya analizada,
toda sentencia, en algún momento, es agraviante para una de las partes,
específicamente para la parte vencida, y si el agravio implicara que siempre
debe haber un recurso que lo remedie, el proceso nunca podría tener fin.
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de la Reforma Procesal Penal del Ministerio de Justicia, quien expone que “si
el recurso extraordinario se va a mantener, durante la discusión particular
debería restringirse la posibilidad de que se presente indefinidamente. Ello,
porque se trata de un recurso de nulidad y el Tribunal de alzada determinará
que el juicio se siguió adelante apartándose totalmente de la prueba rendida,
por lo cual será necesario realizar un nuevo juicio ante otro Tribunal oral, y
¿qué evitará la interposición del mismo recurso nuevamente?”.
Con todo, resulta claro que la argumentación no se refiere al recurso de
nulidad, sino al extraordinario que le antecedió en la tramitación del proyecto,
y tampoco se reviste de mayor fundamento ni es objeto de debate;
16º. Que sobre la materia no se invocó, entonces, razón alguna de justi-
ficación del precepto durante su tramitación legislativa, y posteriormente se
han supuesto, tanto por detractores como defensores de la validez de la norma,
motivaciones vinculadas a economía procesal o de sostenimiento financiero
del sistema jurisdiccional penal. En particular, el Ministerio Público ha
aseverado en estrados que “el sistema recursivo alguna vez debe tener fin”.
Sin perjuicio de la endeblez intrínseca de un razonamiento que no se desarro-
lla conceptualmente y tampoco se ha explicitado oficialmente, es conveniente
determinar en la verificación de su razonabilidad si la limitación al ejercicio
del derecho que importa es proporcional a la finalidad de la norma.
Si se coloca de un lado el derecho de un imputado criminal a recurrir en
contra de la sentencia que lo condena, se comprueba el carácter esencial de la
norma que protege el derecho fundamental, garantizado por la Constitución
y los tratados internacionales, de resguardar su libertad. La simple consi-
deración de elementos económicos o de eficacia de la potestad sancionatoria
no constituye una finalidad equivalente a la protección de derechos funda-
mentales. El medio escogido no es congruente con su supuesta finalidad y
representa la exclusión de derechos subjetivos trascendentales;
17º. Que, en la perspectiva de confrontar la finalidad del precepto objetado
con la consecución de su objeto, es necesario convenir que ello se traduce en
atribuirle significación a un proceso fenecido, lo que no se ajusta fielmente
al principio de autonomía de la jurisdicción consagrado en el artículo 76
de la Constitución Política.
En efecto, el fallo que acoge el recurso de nulidad anula la sentencia y el
juicio oral, provocando la realización de un nuevo juicio. Si es nulo aquello
que no produce efecto y la nulidad procesal “es la sanción de ineficacia que
afecta a los actos procesales realizados con falta de alguno de los requisitos
previstos por la ley para su validez” (Colombo Campbell, Juan, Los
Actos Procesales, tomo II, página 390), la sentencia de nulidad del fallo
y juicio oral primitivos acarrea su ineficacia, la ausencia de efecto alguno
y, por ende, su fenecimiento.
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Jurisprudencia :
Corte Suprema Rol 2377-2007
“Santiago, treinta de enero de dos mil ocho.
Primero: Que el arbitrio intentado descansa única y exclusivamente
en la contravención sustancial de derechos o garantías aseguradas por la
Constitución o por los tratados internacionales ratificados por Chile y en
actual vigor, consagrada en la letra a) del artículo 373 del Código Proce-
sal Penal, concretando el defecto en la inobservancia de los artículos 19
Nº 3 inciso quinto de la Constitución Política de la República y 282, 283,
296, 393 inciso tercero, 395 inciso segundo y 400 del Código Adjetivo del
ramo.
Tercero: Que, como el recurrente se asila en la causal de nulidad conte-
nida en la letra a) del artículo 373 del Código Procesal Penal, afirmando
que se infringieron sustancialmente sus derechos o garantías como imputado,
en particular, su derecho al debido proceso legal, corresponde determinar si
ha existido o no la vulneración denunciada, en relación al mérito de los
antecedentes.
Cuarto: Que cabe recordar, conforme a la discusión habida en el Senado
respecto de la norma del artículo 373 letra a), el objetivo al que apunta esta
causal sería “la cautela del racional y justo procedimiento, lo que se lograría
“mediante el pronunciamiento de un tribunal superior sobre si ha habido o
no respeto por las garantías básicas en el juicio oral y en la sentencia recaída
en él, de forma que, si no hubiese sido así, los anule” (Emilio Pfeffer U.,
Código Procesal Penal Anotado y Concordado, Editorial Jurídica, 2001,
pág. 369). La misma identificación entre el concepto de infracción sustancial
de derechos o garantías ocurrido en la tramitación del juicio o en el pronun-
ciamiento de la sentencia, por una parte, y garantía del debido proceso,
por la otra, ha manifestado buena parte de la doctrina nacional (María
Inés Horvitz, Julián López Masle, Derecho Procesal Penal Chileno, t. II,
Editorial Jurídica de Chile, 2004, pág. 412).
Quinto: Que, del debate producido en la Comisión de Estudios de la Nueva
Constitución, y especialmente en la Sesión 101, de 9 de enero de 1975, en
que se oyó al profesor don José Bernales, y en la Sesión 103, de 16 de enero
del mismo año, se desprende que los elementos que constituyen “un racional
y justo procedimiento, de manera sucinta, son los siguientes:
a) Notificación y audiencia del afectado, pudiendo procederse en su
rebeldía si no comparece una vez notificado;
b) Presentación de las pruebas, recepción de ellas y su examen;
c) Sentencia dictada en un plazo razonable;
d) Sentencia dictada por un tribunal u órgano imparcial y objetivo, y
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El artículo 159 del Código del ramo declara que existe perjuicio cuando
la inobservancia de las formas procesales atenta contra las posibilidades de
actuación de cualquiera de los intervinientes en el procedimiento.
El precepto siguiente presume de derecho la existencia de perjuicio si la
infracción hubiere impedido el pleno ejercicio de las garantías y de los derechos
reconocidos en la Constitución, o en las demás leyes de la República.
El agravio a la garantía del debido proceso debe ser real, en cuanto
perjudique efectivamente los derechos procesales de la parte. Esto es, entrabe,
limite o elimine su derecho constitucional al debido proceso (Miguel Otero,
Código Procesal Penal, LexisNexis, Conosur, 2002, pág. 109). Son las
posibilidades de actuación de cualquiera de los intervinientes en el juicio las
que deben verse efectivamente menoscabadas o entrabadas para que pueda
configurarse el perjuicio sin el cual no puede haber nulidad. Además, la
infracción producida a los intereses del interviniente debe ser sustancial,
esto es, “trascendente, de mucha importancia o gravedad, de tal modo que el
defecto sea, en definitiva, insalvablemente ineficaz frente al derecho consti-
tucional del debido proceso” (SCS, Rol 3.319/02, Revista Procesal Penal
Nº 4, pág. 41).
Noveno: Que, en la especie, la prueba documental cuestionada, consis-
tente en las copias autorizadas de la gestión preparatoria verificada en sede
civil, se encontraba en poder del tribunal al momento de llevarse a cabo la
audiencia del procedimiento simplificado y solicitarse por el apoderado de la
querellante la búsqueda de ese documento; si bien esa parte pudo, sin gran
esfuerzo, haberse procurado otra copia para introducirla en esa audiencia
o recabarla con anterioridad al mismo tribunal, lo cierto es que la Juez de
Garantía no produjo de propia iniciativa esa probanza ni tampoco autorizó
o cooperó a su incorporación en alguna forma tachable de ilegal o ilegítima,
con perjuicio o daño sustancial a los derechos del recurrente. En efecto, el
derecho del querellado de probar, de conocer y controlar en el contradictorio
la prueba del adversario, no se vio menoscabado de manera grave, habien-
do estado a salvo sus posibilidades de actuación como interviniente en el
proceso. En otras palabras, su derecho constitucional al debido proceso no
fue entrabado, limitado o eliminado como consecuencia de un defecto insal-
vablemente ineficaz.
Décimo: Que, aun cuando pudiera haberse producido alguna alteración
momentánea en la continuidad de la audiencia, ello no importa un perjuicio
de gran entidad o relevancia para las garantías esenciales de la defensa en
juicio, que sólo pueda subsanarse mediante una declaración de nulidad,
como lo requiere el ya citado principio de trascendencia.
Undécimo: Que, por ende, la garantía del debido proceso legal no se ha
visto entrabada o agraviada, ya que la parte recurrente de nulidad estuvo
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pondía en los dos delitos de robo con intimidación señalados como: Hecho
1: Cometido en contra de Cristián Pinto Vega. Hecho 2: Cometido en contra
de José Espinoza Díaz.
Tercero: Se sostiene por el recurrente que el día 20 de mayo de 2005 se
celebró la audiencia de preparación del juicio oral, quedando fehacientemente
establecido en el auto de apertura dictado por la Juez de Garantía, que Sebastián
Edmundo Inostroza Barrera debía ser enjuiciado por la responsabilidad que
le atribuía el Ministerio Público en los dos delitos de robo con intimidación
en que tuvo participación, haciendo referencia indubitada al hecho Nº 1,
en la pista 16 minuto 0:35 del registro de audio que acompaña en parte
de prueba y que al comienzo de la audiencia del juicio oral se observó que
el acta escrita que da cuenta del auto de apertura contenía dos errores de
transcripción: el primero de ellos consistía en que se omitió en la narración
del hecho 1º el nombre del acusado y el otro en cuanto a la pena solicitada de
10 años y un día de presidio mayor en su grado medio, que venía expresada
sólo en 10 años.
Cuarto: Afirma el recurrente que en la audiencia del juicio oral hizo
presente estos defectos y que ellos se debían únicamente a un error de copia,
por cuanto el auto de apertura del juicio oral había sido dictado oralmente
en audiencia y en ella se había hecho una clara mención del nombre del
acusado, generando un incidente de parte de la defensa que fue acogido por
el Tribunal Oral y resolver que no había una acusación conforme a derecho
respecto del Sr. Sebastián Inostroza Barrera en cuanto al delito Nº 1, por lo que
éste quedaba fuera de las posibilidades de juzgamiento del Tribunal Oral.
Quinto: Hace presente el recurrente que tanto en el juicio impugnado
como en la sentencia no se han respetado normas procesales fundamentales,
por cuanto ante la existencia de un evidente error de copia o transcripción
del acta que da cuenta del auto de apertura del proceso oral, el tribunal tiene
por no acusado al imputado respecto de uno de los dos delitos de robo con
intimidación, infringiendo la norma constitucional en la forma que se indica
en el fundamento primero de esta sentencia como, asimismo, el principio de
igualdad según el cual todo interviniente pueda exponer al órgano juzgador
los hechos que han sometido a su conocimiento.
Sexto: Que antes de analizar la nulidad presentada, esta Corte estima
necesario pronunciarse sobre la alegación expuesta por la defensa del imputado
durante el curso de la vista del recurso, en orden a la carencia de la legitima-
ción activa del Ministerio Público para entablar el recurso fundándose en la
causa del artículo 373 letra a) del Código Procesal Penal.
Séptimo: Que sobre esta materia esta Corte ha dicho que:
1º) Que el Ministerio Público es un organismo autónomo de la mayor
relevancia dentro de la etapa de investigación del proceso penal, pues deten-
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las 13:00 horas, lo que se notificó por correo electrónico al defensor, a las
10:37 horas.
Indica el recurrente que a esa hora se encontraba en una audiencia en
Curacautín, de la que salió a las 12:35 horas, momento en que se le avisó que
debía presentarse a una audiencia en Lautaro a 53 kilómetros de distancia, a
la que alcanzó a llegar, pero enterándose en ese minuto que no se trataba de la
audiencia de amparo y cautela de garantías que él había pedido el día anterior,
sino que se realizaría, además, la audiencia de preparación de juicio oral.
Asevera haber perdido la posibilidad –que estaba discutiendo con el Fiscal
a cargo– de someter el asunto a juicio abreviado y que, además, el imputa-
do Flores Muñoz tenía contratado defensor privado, al que no se notificó,
obligándose a ese letrado a asumir la defensa del referido imputado.
No disponía siquiera de la carpeta del caso, de modo que pidió a la Sra.
Juez la suspensión de la audiencia en virtud de lo dispuesto en el artículo 278
del Código Procesal Penal, lo que requirió por sólo 3 días, teniendo el tribunal
facultad para hacerlo hasta por 10 días, pero ello tampoco le fue aceptado, a
pesar de lo cual la Magistrado pretendió suspender la actuación para el día
siguiente para dictar el auto de apertura de juicio oral, a lo que él se opuso
por resultar inaceptable a la luz de su decisión anterior.
Tercero: Que por tratarse de una vulneración de procedimiento, el
recurrente alega haber preparado debidamente su recurso, toda vez que inter-
puso reposición de la resolución de 8 de enero por la cual se fijó la audiencia
de preparación de juicio para el mismo día.
Tal arbitrio fue desechado por la Juez de Garantía, por estimarse ella
incompetente dado que ya había remitido los antecedentes al Tribunal Oral
en lo Penal.
Luego, promovió incidente de nulidad de todo lo obrado, el que también
fue desechado por similar argumento.
Finalmente, apeló de la decisión de la referida Juez en cuanto mantuvo
en prisión preventiva a sus defendidos.
Por último, agrega que en la audiencia del juicio oral propiamente tal,
tanto en su alegato de apertura como en el de clausura, sostuvo la existen-
cia de infracción al debido proceso antes de la preparación del juicio oral,
durante la audiencia destinada a ese efecto y después de ella y que promovió,
asimismo, un incidente para incorporar prueba nueva al juicio, lo que le
fue impedido.
Existe además, agrega, una investigación disciplinaria contra la Sra.
Juez de Garantía Subrogante que intervino en la audiencia de preparación
del juicio.
Quinto: Que durante la audiencia realizada para la vista del recurso
de nulidad, el representante del Ministerio Público formuló un incidente
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el mismo tejado y a los otros dos, en las inmediaciones, luego que bajaran y
trataran de ocultarse en los jardines vecinos.
Dejaron especies abandonadas sobre el techo y también en el patio colin-
dante.
Pero lo relevante es que fueron interceptados cuando procuraban salir
del lugar donde habían tomado aquello que no les pertenecía, de modo que
no lograron cumplir con el cometido de mover las especies fuera de la esfera
de resguardo de su propietario.
La circunstancia de arribar dos de ellos hasta un patio, con una parte
bastante menor de las especies robadas, no permite concluir que lograron su
objetivo, porque ya eran perseguidos por la Policía, iban en huida, no estaban
sacando la especie de la protección del ofendido.
Menos aún constituye ese logro la circunstancia de haberse encontrado
entre los glúteos a uno, y entre los calcetines al otro, parte del dinero tomado,
varias horas más tarde, cuando ya estaban detenidos, puesto que ello sólo
es reflejo de un mal registro policial, pero ese dinero estaba –al igual que los
detenidos– dentro de un recinto policial, al que fueron conducidos los autores
del hecho justo después de ser interceptados cuando procuraban salir de un
lugar al que habían entrado a robar.
Vigésimo tercero: Que, en la forma antes señalada, estos sentenciadores
consideran que el delito quedó en la etapa de frustración, de modo que no se trata
de un robo en lugar no habitado consumado, como se concluyó en la sentencia
impugnada, habiéndose incurrido, en consecuencia, en una errónea aplicación
del derecho, que ha tenido influencia sustancial en lo dispositivo del fallo, toda
vez que la pena que debió aplicarse en definitiva debió ser menor, al tenor de lo
previsto en el artículo 51 que se ha denunciado también como infringido.
Vigésimo cuarto: Que como se viene señalando, por haberse incurrido en
error de derecho en la calificación del grado de desarrollo del delito, se acogerá
el recurso de nulidad impetrado en autos, pero por la causal de la letra b)
del artículo 373, anulándose emper, sólo la sentencia y no el juicio oral, de
conformidad a la facultad establecida en el artículo 385 del Código Procesal
Penal, que permite actuar de esta manera y dictar la sentencia de reemplazo
pertinente, cuando la causal de invalidación no se refiere a formalidades del
juicio ni a los hechos y circunstancias que se han tenido por probados, sino
sólo cuando –como en el presente caso– se ha aplicado una pena superior a
la que legalmente corresponde.
Por estas consideraciones y de acuerdo, además, a lo previsto en los artícu-
los 260, 278, 360, 373, 384, 385 del Código Procesal Penal, 19 Nº 3 de la
Constitución Política de la República, 7º y 51 del Código Penal, se acoge el
recurso de nulidad interpuesto por la defensa de los condenados Michael Patricio
Flores Muñoz, Claudio Andrés Espinoza Espinoza y Cristián Andrés Gómez
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Quinto: Que, concordante, los Jueces del Tribunal Oral, en los motivos
octavo y noveno, exhiben fundamentos razonables en relación a la ubicación y
conformación del inmueble sobre la base de lo declarado por el testigo Anthony
Fernando González Díaz, en términos de haber cerrado la puerta cuando ingresó
a la casa, contexto éste que se conforma con lo expresado por la testigo María
Dalia Díaz Aros y con el atestado de Alfonso Luis Miranda Díaz, cuando señala
que le pareció extraño que al llegar a su casa, la puerta estaba entreabierta.
Lo que se trata en la causal invocada –nulidad de juicio por omisión de
la letra c del artículo 247 del Código Procesal Penal– es precisar ausencia de
una exposición clara, lógica y completa de los hechos que se dieren por probados
y de la valoración de los medios de prueba que fundan las conclusiones.
Sexto: Que, como refiere el Profesor Cristián Riego (libro Derecho Proce-
sal Penal, página 495), todo juicio oral trabajará sobre prueba incompleta
y controvertida, significando con ello que al no existir una evidencia con
carácter inequívoco que no ha sucedido en el juicio actual o no hay juicio
oral o éste será muy sencillo.
Así, entonces, la labor de los jueces del tribunal oral se centra en la
formulación de fundamentos sobre la base de las evidencias, las que no sólo
encuadran en la lógica de inmediación, sino que conllevan a la convicción y
conclusión en los términos y parámetros que el sistema exige: la plausibilidad
consecuencial. Los jueces del Tribunal Oral actúan dentro de dicho estándar,
pues justifican y valoran su conclusión.
Séptimo: Que, la lógica de los motivos absolutos de nulidad, y así debe
entenderse, responde a un actuar por el recurrente en términos de pruebas de
la hipótesis del artículo 374 del Código Procesal Penal, traducida en vulne-
raciones a garantías básicas de todo debido proceso, resultando una suerte
de complementariedad a la causal genérica del artículo 373 de igual cuerpo
legal, pero que el legislador ha pretendido regular en especial.
Ahora, en el caso de la letra c), del artículo 374 citado, efectivamente,
como lo precisa el profesor Riego (ob. cit., página 522) se abre un espacio
para que el Recurso de Nulidad permita la revisión de hechos a través de la
fundamentación del fallo. Lo anterior, en ningún caso conlleva revisar los
hechos para valorarlos por el Tribunal del recurso.
Concordante, el recurso actual sobre la base del artículo 374 letra e)
aparece como una cuestión de fondo más que con la omisión de las exigencias
de fundamentación y en ese contexto de planteo, necesariamente, implica una
discusión de estándares y no una verificación de hechos. En la sentencia que
nos ocupa, como se ha razonado, se constata una fundamentación sobre la
base de la prueba rendida, es decir, existen análisis de la evidencia de la que
fluye una condición de convicción.
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3º. Que, tal como se indicó, los argumentos esgrimidos para invocar la
causal de la letra a) del artículo 373 del Código Procesal Penal como funda-
mento del recurso y de la competencia de esta Corte Suprema para conocerlo,
dicen relación con la valoración hecha por el tribunal de la prueba rendida y
la forma en que, con cada uno de los hechos que se dio por establecido, pudo
arribar más allá de toda duda razonable a la conclusión de que se había
tipificado el delito por el cual se le condenó.
Aun cuando tales situaciones han sido invocadas como constitutivas de
infracciones de derechos asegurados por la Constitución y por tratados inter-
nacionales, estima este tribunal que ellas se adecuan más bien a la causal de
nulidad absoluta prevista en la letra e) del artículo 374 del Código Procesal
Penal, en relación con el artículo 342 letra c) del mismo Código. Por tal
motivo, se procederá respecto de este recurso, en conformidad con lo dispuesto
en el artículo 383 inciso tercero letra a) del ya citado cuerpo legal.
Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 376 y 383 del Código Procesal
Penal, pasen los antecedentes a la Corte de Apelaciones de Santiago a fin de
que, si lo estima admisible, conozca y falle el recurso de nulidad interpuesto
por la defensa del sentenciado.
Regístrese y remítanse los antecedentes a la Corte de Apelaciones referida,
conjuntamente con su agregado, oficiando al efecto”.
Esta jurisprudencia fue ratificada, en igual fecha, por la sala de
Verano de la E. Corte, en las causas rol 1033/09 y 741/09.
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los artículos 297 y 340 del mismo cuerpo legal, esto es, haber hecho, en el
pronunciamiento de la sentencia, una errónea aplicación del derecho que
hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
2º) Que para establecer la concurrencia de la causal invocada por la
recurrente, consignada en el motivo que antecede, es presupuesto básico analizar
si el sentenciador en su resolución determinó el o los hechos que configuran
el delito y, una vez efectuado lo anterior, si se estableció la participación del
acusado, la calificación jurídica de los hechos y la aplicación de la pena que
corresponda, en su caso.
3º) Que la sentencia impugnada resolvió absolver al imputado Víctor
Manuel Herrera Parada de la acusación que le atribuía participación de autor
en dos delitos de desacato y dos delitos de amenazas no condicionadas.
4º) Que para fundar su decisión, el tribunal a quo consignó, en la parte
primera del motivo undécimo del fallo en revisión, que la prueba de cargo
rendida por el Ministerio Público careció del mérito suficiente para formar
en el Tribunal convicción que los cuatro hechos materia de la acusación
hubieren acontecido en la forma que en ella se indica y que, por consiguien-
te, en ellos hubiere correspondido al acusado una participación culpable y
penada por la ley.
5º) Que lo anterior deja en evidencia que la sentencia recurrida no da
por establecido ningún hecho respecto al cual se hubiere realizado una errónea
calificación jurídica susceptible de ser impugnada mediante la causal de
nulidad invocada por la recurrente.
6º) Que aun cuando de la lectura de los párrafos segundo y tercero del
motivo undécimo del fallo que se revisa, se pudiera estimar que el sentenciador
sí dio por acreditado un hecho que luego no se estimó constitutivo de delito,
lo que se contradice con lo señalado en el mismo fundamento, dicha contra-
dicción no es susceptible de ser invalidada mediante la causal alegada por el
Ministerio Público, teniendo presente el carácter extraordinario y de derecho
estricto del recurso de nulidad, no siendo procedente en la especie que esta
Corte, de oficio, pueda considerar la configuración de otra causal, atendido
lo dispuesto en el artículo 379 del Código Procesal Penal.
Por estas consideraciones y atendido, además, lo establecido en los artícu-
los 297, 342 letra c), 352, 360, 372, 373 letra b) y 380 del Código Procesal Penal,
se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por la Fiscal Adjunta de Chillán,
declarándose que no es nulo el juicio oral ni la sentencia que en él recayó”.
Revisión
No obstante que este recurso no es materia de esta obra, el autor
considera importante reproducir la siguiente sentencia que se
pronuncia sobre la materia.
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Título Primero
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EN GENERAL
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES
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misma reconoce y asegura, se advertirá que de los tres que prevé (hábeas
corpus, amparo general/protección, y nacionalidad) sólo el que protege la
nacionalidad contempla plazo de interposición, pero ninguno de los otros
contiene tiempo alguno para su ejercicio. Y las tres acciones de nulidad que
contempla (nulidad general de los actos estatales/art. 7º, nulidad del acto
expropiatorio/art. 19 Nº 24 inc. 3º, y nulidad de algún precepto de ley
(llamada vulgarmente “inaplicabilidad”, para el caso concreto)/art. 80)
carecen de indicación alguna de plazo para su deducción.
Si la nulidad de derecho público es imprescriptible, resulta obvio que
la acción para impetrarla también lo es, y ello no requiere que se lo diga,
o ¿acaso el llamado “recurso de inaplicabilidad” (art. 80 CP), que es una
acción específica de nulidad de determinados “preceptos de ley”, si bien de
efectos restringidos al caso concreto litigioso, contiene una expresión formal
en el sentido de ser imprescriptible?
Por eso no es posible admitir que pueda sostenerse que habría un vacío
en tal aspecto, porque, como lo han dicho muy bien nuestros Tribunales,
y esto desde más de un siglo, “la nulidad de derecho público se configura
como infracción de la norma constitucional contenida en el artículo 7º de
la Constitución, por lo que es suficiente el análisis del contenido o natura-
leza del acto… en relación directa… con el imperativo constitucional”;
y se reafirma la imprescriptibilidad de la acción de nulidad de derecho
público en razón de la “naturaleza jurídica de los bienes e intereses que,
como sanción, dicha nulidad está llamada a proteger”, que no es sino la
supremacía constitucional, “siendo tales bienes e intereses de orden perma-
nente”, por lo cual “no es posible concebir que los actos que los conculquen
puedan validarse y, por ende, transformarse en plenamente válidos por el
simple transcurso del tiempo”.
Es más, al pretenderse aplicar las normas del Código Civil sobre la
prescripción se invoca su artículo 2.497, según el cual “las reglas relativas
a la prescripción se aplican igualmente a favor y en contra del Estado”.
Aparentemente esta disposición contiene “un precepto claro y vigente”, y sin
embargo es necesario situarlo en el contexto del propio Código Civil, y luego
del ordenamiento constitucional.
En efecto, tal precepto no puede aplicárselo como si fuera una isla
aparte y no tuviera relación alguna con otros preceptos, como v. gr. aquel
que expresamente dispone que la nación (entiéndase el Estado), el fisco y
las municipalidades se rigen por sus propias leyes (art. 547 inc. 2º) y la
primera ley que los rige es la Constitución, que es “su estatuto”, que rige
su ser, su existencia y su obrar, condicionándolo íntegra y totalmente.
Y no se olvide que la Constitución vincula directamente al Estado y a
cualquiera de sus organismos y entidades que lo componen o integran, y
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1. La nulidad ipso iure: un mito jurídico
La afirmación de la existencia de nulidades de pleno derecho constituye un
punto de partida equivocado para la construcción adecuada del fenómeno
de la invalidez y de la ineficacia en el Derecho Público.
Así lo reconoce ampliamente la reciente doctrina comparada. Los autores
ponen de manifiesto cómo la categoría de la nulidad ipso iure configura un
típico mito jurídico: un fenómeno que presenta como incuestionables ideas
que carecen de apoyo en la realidad, pero que a pesar de ello, son aceptadas
pacíficamente por la comunidad jurídica.
En sus orígenes, nos señala SANTAMARÍA PASTOR, esta nulidad nace como
una categoría estrictamente vinculada al procedimiento romano. Operaba
en caso que un título invocado en juicio por un actor se hallare gravemente
viciado, situación en que el pretor se encontraba habilitado para privarle
de eficacia tempranamente, esto es, en la fase in iure del proceso formulario
romano, sin necesidad de dar lugar a la segunda fase de éste en que propiamente
intervenía el iudice o juez privado (fase apud iudicem). Se excluía para este
tipo de nulidad la declaración del juez privado. Sin embargo, como advierte
el autor citado, ello no suponía en caso alguno un supuesto “efecto automá-
tico” de la misma, sin necesidad de pronunciamiento; por el contrario, era el
pretor, un oficial público al fin, quien formalmente debía privar de eficacia
al título en una fase anterior, denegando al demandante (denegatio actionis)
la posibilidad de acceder a la etapa posterior del juicio. De aquí nace una
“confusión bimilenaria”, que a través de las fuentes medioevales se transmite
hasta la codificación europea del siglo XIX y de ahí al derecho público: que
las nulidades de pleno derecho no requieren declaración del juez.
Pág. 51
Se constata así, de acuerdo a la más actualizada y correcta interpretación
doctrinal de las fuentes históricas, que ni aun en el Derecho Romano existió
consagrada una genuina nulidad con eficacia “ipso iure”. Esta evidencia
nos lleva a cuestionar aquella “adoración absolutista” de los viejos aforismos
romanos que usualmente se citan como sustento de dicha categoría anulatoria
tanto en Derecho civil como en Derecho público.
1.2. El Código Civil Chileno y el rechazo de las nulidades ipso iure
El Código Civil Chileno no acepta las nulidades de pleno derecho. Por
el contrario, nuestra codificación privada consagró de modo expreso la regla
precisamente contraria: en su sistema sólo existen nulidades judicialmente
pronunciadas o, lo que es lo mismo, la nulidad sólo opera por expresa decla-
ración, por ministerio del juez; pero jamás por el solo ministerio de la ley o
de modo automático, per se.
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Págs. 58 y 59
El hecho que este enjuiciamiento aplicativo previo de las reglas adminis-
trativas por el juez opere por vía de excepción o motivo ex officio para la
absolución de la instancia, pudiera conducir a un equívoco adicional.
Pudiera pensarse que esa inaplicación judicial, al ser virtualmente alegable
en cualquier tiempo, evidencia y adopta una naturaleza imprescriptible,
característica hoy doctrinalmente asumida. Pero tal opinión sólo tiene el
mérito de continuar la simplificación pedagógica y la ausencia de distincio-
nes de la tesis de HUNNEUS. Lo cierto es que la acertada explicación de este
fenómeno de “alegación ilimitada de ilegalidad” se encuentra más bien en
la antigua regla jurídica que establece que “las acciones son temporales; las
excepciones perpetuas”.
Pág. 68
Así, mientras la inexistencia puede teóricamente ser invocada por todos,
la nulidad admite universalmente casos en que se priva a ciertas personas del
derecho de hacerla valer. Por otra parte, mientras el acto inexistente ningún
efecto podría derivar en todo momento por su condición de ineficacia “natural”
o “extrapositiva”, el acto nulo por el contrario admite ordinariamente eficacia
en ciertos casos: aplicación íntegra o parcial, inmediata o lejana, espontánea
o aun sometida a ciertas condiciones, según las circunstancias del caso.
Pág. 71
La realidad afirma lo contrario. Los actos nulos existen y pueden produ-
cir efectos. Como puso de manifiesto SANTAMARÍA PASTOR “(…) todo acto
físicamente posible avalado por una voluntad de ejecución posee eficacia en
tanto no es privado de ella por un pronunciamiento judicial”.
Pág. 73
El segundo argumento tradicional para justificar el carácter “imprescripti-
ble” de la nulidad de derecho público se hallará en el principio de supremacía
constitucional. Para los sostenedores de la imprescriptibilidad, el principio de
supremacía constitucional, al situarse en un orden de intereses de carácter
superior, amparando bienes que por su naturaleza son de índole “perma-
nente”, no puede tolerar que los actos que lo conculcan puedan purgarse y
transformarse en válidos por el solo transcurso del tiempo. Esta justificación,
apoyada en una sentencia de la Corte Suprema, afirma adicionalmente que la
prescripción no es una institución mencionada en la Constitución ni aceptada
por vía general en el derecho público. Por otra parte la propia Carta Política
al consagrar diversas acciones y recursos para impugnar actos del poder
estatal, no ha establecido plazos para su interposición (recursos de amparo,
protección e inaplicabilidad), por lo que estas acciones, particularmente la
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las normas de derecho público que no han previsto ningún precepto que las
haga aplicables a la materia, y porque la sanción de nulidad prevista en el
artículo 4º de la Constitución Política del Estado del año 1925, concurre aún
en caso de circunstancias extraordinarias, lo que debe interpretarse que los
actos desarrollados en contravención a la norma tampoco pueden sanearse
por el transcurso del tiempo.
9º. Que el mismo artículo 4º, a objeto de prever que se la transgrediera
y restar toda eficacia al acto eventual, estableció la sanción de nulidad, la
que por haber sido establecida aun para “circunstancias extraordinarias”
opera de pleno derecho, motivo por el cual haciéndose lugar a la petición de
nulidad será declarada en lo resolutivo de la sentencia”.
Esta sentencia fue confirmada por la Corte Suprema en fallo de
17 de mayo de 2000.
“3º …esta nulidad, por las características que presenta y el modo como está
concebida en el ordenamiento básico de la institucionalidad, opera de pleno
derecho, de modo que solicitada al tribunal, éste, al asentar los elementos de
hecho que representan una invasión de potestades, no tiene otra función que
reafirmarla, constatando su existencia, y siendo así no puede aplicársele las
normas generales de derecho privado sobre prescripción de las acciones. Por
consiguiente, cabe llegar a la conclusión que esta nulidad es imprescriptible”.
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Jurisprudencia :
Corte de Apelaciones de Santiago Rol 4427-2009
“Santiago, cuatro de diciembre de dos mil nueve.
9º) Que, en cuanto a la facultad de la Superintendencia de Servicios
Sanitarios para dictar normas que tengan incidencia en el patrimonio de
los prestadores del servicio, como es el caso de autos, en que se ordena devol-
ver una parte de las tarifas cobradas, cuando se ha efectuado un corte de
suministro, resulta pertinente examinar las normas que informan el marco
jurídico que regulan los servicios sanitarios;
11º) Que, del examen de la normativa que rige el sector sanitario,
referido en los considerandos anteriores, no aparece que la Superintendencia
se encuentra facultada para dictar reglamentos, sino que dicha facultad está
expresamente entregada al Ministerio de Obras Públicas;
12º) Que, el documento denominado “Manual de Facturación” que
contiene las instrucciones, criterios y metodologías que corresponde aplicar
para al proceso de facturación de los servicios sanitarios, no se encuentra
revestido de imperio, sino que constituye, como en el mismo se expresa, “un
medio de apoyo fundamental para velar por la correcta relación que debe
existir entre prestadores y usuarios, en cumplimiento del marco regulatorio
del sector”;
13º) Que, toda materia relacionada con la contraprestación económica
por los servicios de agua potable, son materia de reglamento que deben dictarse
a través del Ministerio de Obras Públicas, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 2º, inciso segundo del D.F.L. 382/1988, Ley General de Servicios
Sanitarios; su Reglamento contenido en el Decreto 1199/2004, y el D.F.L.
70/1988, que establece el procedimiento para la fijación de tarifas de los
servicios de agua potable y de alcantarillado;
14º) Que, en consecuencia, la Superintendencia de Servicios Sanitarios,
carece de facultades para dictar normas de carácter general cuyos destinata-
rios son las prestadores de servicios sanitarios, sino que por ley esta facultad
corresponde la Ministerio de Obras Públicas; y, consecuencialmente, ordenar la
devolución de parte de la tarifa pagada por los consumidores, pues existe norma
legal expresa que se refiere a esa materia (artículo 1199/2004 MOP);
15º) Que, estas condiciones, en mérito de lo razonado, no cabe sino
acoger el reclamo de ilegalidad presentado por ESVAL en contra de la referida
Superintendencia.
291
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Corte de Apelaciones
“Santiago, 18 de julio de 2000.
9º. Que, como lo señala la doctrina, ciertos actos jurídicos emanados de la
Administración del Estado pueden ser nulos de pleno derecho. Esta es la regla
general cuando se exceden los límites de la potestad reglamentaria, que es el caso
de autos”. Y agrega: “Esta nulidad de derecho público, como lo afirma también
la doctrina, no puede ser saneada, ni siquiera por el transcurso del tiempo”.
292
LIBRO CUARTO
Título Segundo
NULIDAD PROCESAL DE DERECHO PÚBLICO
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
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LIBRO CUARTO
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
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LIBRO CUARTO
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Jurisprudencia :
Brian de Diego c/Fisco
Corte Suprema
“Santiago, 21 de julio de 1998.
4º. …se requeriría de una expresa remisión a las normas del derecho
común…. lo que, por otra parte, exigiría aceptar que los actos que contra-
vienen el artículo 4º de la Constitución de 1925 [vigente al momento de
la dictación de los decretos impugnados de nulidad], pueden purgarse del
vicio que los aqueja al cabo de cierto tiempo, lo que pugna con el propio
298
LIBRO CUARTO
tenor del precepto citado en cuanto señala que tales actos son nulos y no
pueden sanearse “ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias”.
…habiéndose sentado en la sentencia que dicha actora era dueña del bien
de cuyo dominio fue privada en virtud de los decretos impugnados en autos,
y si dichos actos administrativos son nulos, resulta inconcuso concluir que
la pertinente privación de efectos no ha podido menos que mantener en su
patrimonio aquel derecho real del que ilegalmente se pretendió privarla, lo
que importa admitir también que ha conservado su derecho a reivindicar
el que acoge la demanda, bien que le pertenece o el valor del mismo, y a ser
indemnizada de todo perjuicio, pues de lo contrario la nulidad de derecho
público carecería de su especial significación y trascendencia y de toda
eficacia para los particulares y, además, se mantendrían indefinidamente
inalterados los efectos de un acto a pesar de su nulidad, lo que pugna
con el carácter insanablemente inválido del mismo; por consiguiente, no
habiéndolo declarado así, la sentencia impugnada ha incurrido también
en un error de derecho que ha influido substancialmente en lo dispositivo
del fallo y que resulta bastante para anularla”.
299
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
300
LIBRO CUARTO
301
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Jurisprudencia :
29º Juzgado Civil de Santiago
Borkowsky Bogdan/Platina And. Causa Rol C-973-2002
“Santiago, ocho de septiembre de dos mil nueve.
Vistos:
Que, la facultad concedida por el artículo 84 inciso 4º al Tribunal sólo
lo habilita para anular actos o actuaciones procesales que miren al interés
público, es decir, que se refieran a la relación procesal o que tengan por finali-
dad el orden público. Aquellos no esenciales que sólo resguardan el interés
privado escapan a estas funciones correccionales del Tribunal;
Que, además, el ejercicio de la acción correctora que la ley en forma excep-
cional entrega a iniciativa oficiosa del juez, debe entenderse limitado por la
aplicación de una serie de principios de orden procesal rectores en materia de
nulidades de esta índole, tales como la convalidación o subsanación, preclu-
sión, trascendencia y protección, principios que, respectivamente, obstan a la
declaración de nulidades en aquellas situaciones que la parte pueda estimarse
perjudicada por las actuaciones supuestamente irregulares, las convalida
por medio de su consentimiento, expreso o tácito, o si esta misma parte no
impugna el acto procesal viciado en tiempo y forma no obstante haber tenido
conocimiento de su realización; o si la violación de formas procesales de que se
trate no han provocado indefensión o causado perjuicios ciertos y efectivos;
Que, según se advierte de fojas 197, la resolución que ordena una nueva
liquidación, en su fundamento séptimo se basa lo resolutivo en la existencia
de un error que debe ser subsanado por el Tribunal;
Que, sin embargo, a la fecha de la resolución referida, el proceso se encon-
traba terminado, con sentencia definitiva ejecutoriada y con la ejecución
completa del apremio;
302
LIBRO CUARTO
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
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LIBRO CUARTO
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Rol 7333-09
“Santiago, veintisiete de enero de dos mil diez
Vistos y teniendo presente:
II. En cuanto a las facultades de oficio.
Cuarto: Que sin perjuicio de lo resuelto, como cuestión previa a toda
otra consideración es menester que esta Corte Suprema, revise la regularidad
formal del procedimiento, puesto que si se advierte alguna anomalía en lo
tocante a dicho aspecto, debe necesariamente emitir pronunciamiento.
Undécimo: Que, por otra parte, es un derecho asegurado por la Constitución
Política de la República, el que toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdic-
ción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado y la misma Carta
Fundamental en el inciso quinto del numeral 3º de su artículo 19, confiere al
legislador, la misión de establecer siempre las garantías de un procedimiento
racional y justo; en cuanto a los aspectos que comprende el derecho del debido
proceso, no hay discrepancias en que, a lo menos lo conforman, el derecho de
ser oído, de presentar pruebas para demostrar las pretensiones de las partes,
de que la decisión sea razonada y la posibilidad de recurrir en su contra,
siempre que la estime agraviante, de acuerdo a su contenido.
Duodécimo: Que, por consiguiente, en resguardo del interés social
comprometido y por existir un vicio que afecta la garantía asegurada por
el inciso quinto del numeral tercero del artículo 19 de la Carta Funda-
mental, relativa a un justo y racional procedimiento, atendido que en la
especie, como ha quedado dicho, se ha denegado a la parte afectada el
derecho de recurrir de dicha resolución ante el Tribunal Superior a fin de
que este revise lo allí actuado, no obstante que dicho recurso, es del todo
procedente, defecto que no es posible de subsanar por otra vía que no sea
mediante la declaración de nulidad de los actos viciados y de aquellos
que de éstos deriven, esta Corte debe, en uso de las facultades correctoras
de procedimiento contempladas en el artículo 437 del Código del Trabajo,
invalidar de oficio, la sentencia de segundo grado, así como las actuaciones,
resoluciones y notificaciones que se señalarán, retrotrayendo la causa al estado
que se dirá en lo resolutivo de este fallo”.
306
LIBRO CUARTO
Rol 2283-10
“Santiago, diecisiete de junio de dos mil diez.
Sin perjuicio de lo resuelto y, actuando de oficio esta Corte, de acuerdo
a lo prevenido en el inciso 2º del artículo 429 del Código del Trabajo, se tiene
presente lo siguiente:
Quinto: Que, en esta misma línea de deducciones, es posible asentar
que la regla general acerca de la procedencia del recurso de apelación, está
contenida en el artículo 187 del Código de Procedimiento Civil, que dispone
que son apelables, entre otras resoluciones, todas las sentencias definitivas
de primera instancia, salvo que la ley deniegue expresamente el recurso. En
este caso no ha sido materia del debate el que la resolución que decide el
reclamo contra una multa administrativa reviste la naturaleza jurídica
de sentencia definitiva, pues pone fin a la instancia decidiendo la cuestión
que ha sido objeto del juicio, de modo que como tal, es apelable y de este
recurso corresponde conocer a la Corte de Apelaciones respectiva, en
conformidad a lo establecido en el artículo 63 Nº 3, letra a) del Código
Orgánico de Tribunales”.
Rol 4074-10
“Santiago, dieciocho de agosto de dos mil diez
Noveno: Que, por otra parte, es un derecho asegurado por la Constitución
Política de la República, el que toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdic-
ción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado y la misma Carta
Fundamental en el inciso quinto del numeral 3º de su artículo 19, confiere al
legislador, la misión de establecer siempre las garantías de un procedimiento
racional y justo; en cuanto a los aspectos que comprende el derecho del debido
proceso, no hay discrepancias en que, a lo menos lo conforman, el derecho de
ser oído, de presentar pruebas para demostrar las pretensiones de las partes,
de que la decisión sea razonada y la posibilidad de recurrir en su contra,
siempre que la estime agraviante, de acuerdo a su contenido.
Décimo: Que, por consiguiente, en resguardo del interés social compro-
metido y por existir un vicio que afecta la garantía asegurada por el inciso
quinto del numeral tercero del artículo 19 de la Carta Fundamental, relativa
a un justo y racional procedimiento, esta Corte debe, en uso de las facultades
correctoras de procedimiento contempladas en el artículo 429 inciso 2º del
Código del Trabajo, invalidar de oficio, la sentencia de segundo grado,
así como las actuaciones, resoluciones y notificaciones que se señalarán,
retrotrayendo la causa al estado que se dirá en lo resolutivo de éste fallo.
2. Se anulan, de oficio, las resoluciones dictadas en este procedimiento
desde la expedida con fecha treinta y uno de mayo del año en curso, con su
307
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Rol 4166-10
“Santiago, veintiséis de agosto de dos mil diez.
Sin perjuicio de lo resuelto y, actuando de oficio esta Corte, de acuerdo a
lo prevenido en el inciso 2º del artículo 429 del Código del Trabajo, se tiene
presente lo siguiente:
Primero: Que Cecinas San Pablo S.A., interpuso reclamación contra las
Resoluciones Nº 1357/09/86 y 1359/09/87, ambas de fecha 1 de junio de
2009, por las que fue sancionado con el pago de una multa de 40 UTM por
cada una de ellas, por infringir el artículo 12 del Código del Trabajo, reclama-
ción en la que se dictó sentencia definitiva de primera instancia, decisión ésta
contra la que se alzó, siendo declarado inadmisible su recurso de apelación.
Segundo: Que, para decidir la inadmisibilidad señalada, los jueces del
grado consideraron que en relación a las resoluciones administrativas que
imponen multas, emanadas de la Dirección del Trabajo, sólo corresponde el
recurso de reclamación del que conoce el Juez Laboral, sin que se contemple el
recurso de apelación contra la decisión de término, no resultando aplicables
las normas del Párrafo 5º del Título I del mismo Libro, relativas al procedi-
miento ordinario del que se trata.
Quinto: Que, en esta misma línea de deducciones, es posible asentar que
la regla general acerca de la procedencia del recurso de apelación, está conte-
nida en el artículo 187 del Código de Procedimiento Civil, en cuanto dispone
que son apelables, entre otras resoluciones, todas las sentencias definitivas de
primera instancia, salvo que la ley deniegue expresamente el recurso; y, no ha
sido materia del debate el que la resolución que decide el reclamo contra una
multa administrativa reviste la naturaleza jurídica de sentencia definitiva,
pues pone fin a la sentencia resolviendo la cuestión que ha sido objeto del
juicio, de modo que como tal, es apelable y de esta apelación corresponde
conocer a la Corte de Apelaciones respectiva, en conformidad a lo establecido
en el artículo 63 Nº 3, letra a) del Código Orgánico de Tribunales.
Octavo: Que, es un derecho asegurado por la Constitución Política de
la República, el que toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe
fundarse en un proceso previo legalmente tramitado, y es así como la misma
Carta Fundamental, en el inciso quinto del numeral 3º de su artículo 19
confiere al legislador la misión de establecer siempre las garantías de un proce-
dimiento racional y justo. En cuanto a los aspectos que comprende el derecho
308
LIBRO CUARTO
Rol 4127-10
“Santiago, diez de septiembre de dos mil diez.
Sexto: Que de acuerdo a lo expuesto precedentemente, es necesario remitirse
a las disposiciones legales contenidas en el Código de Procedimiento Civil,
aplicables supletoriamente al procedimiento laboral, por expresa disposición
de los artículos 426 y 465 del Código del ramo. Al efecto, cabe tener presente
que en el Libro I del Código de Procedimiento Civil en su Título XVIII, se
reglamenta el recurso de apelación, indicándose expresamente en su artícu-
lo 187 que: “son apelables todas las sentencias definitivas y las interlocutorias
de primera instancia, salvo en los casos en que la ley deniegue expresamente
este recurso”.
Octavo: Que, por otra parte, es un derecho asegurado por la Constitu-
ción Política de la República, el que toda sentencia de un órgano que ejerza
jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado, siendo
la misma Carta Fundamental en el inciso quinto del numeral 3º de su
artículo 19, la que confiere al legislador la misión de establecer siempre las
garantías de un procedimiento racional y justo.
En cuanto a los aspectos que comprende el derecho del debido proceso, no
hay discrepancias en que, a lo menos lo conforman, el derecho de ser oído,
309
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Rol 4659
“Santiago, catorce de septiembre de dos mil diez.
4º) Que, por otra parte, es un derecho asegurado por la Constitución
Política de la República, el que toda sentencia de un órgano que ejerza juris-
dicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado y la misma
Carta Fundamental en el inciso quinto del numeral 3º de su artículo 19,
confiere al legislador, la misión de establecer siempre las garantías de un proce-
dimiento racional y justo; en cuanto a los aspectos que corresponde el derecho
del debido proceso, no hay discrepancias en que, a lo menos lo conforman, el
derecho de ser oído, de presentar pruebas para demostrar las pretensiones de
las partes, de que la decisión sea razonada y la posibilidad de recurrir en su
contra, siempre que la estime agraviante, de acuerdo a su contenido.
5º) Que, por consiguiente, en resguardo del interés social comprometido
y por existir un vicio que afecta la garantía asegurada por el inciso quinto
del numeral tercero del artículo 19 de la Carta Fundamental, relativa a un
justo y racional procedimiento, atendido que en la especie, como ha quedado
dicho, se ha denegado a la parte afectada el derecho de recurrir de dicha
resolución ante el Tribunal Superior a fin de que este revise lo allí actuado,
no obstante que dicho recurso, es del todo procedente, defecto que no es posible
de subsanar por otra vía que no sea mediante la declaración de nulidad de
los actos viciados y de aquellos que de éstos deriven.
6º) Que, por lo tanto, esta Corte debe, en uso de las facultades correctoras
de procedimiento contempladas en el artículo 437 del Código del Trabajo,
310
LIBRO CUARTO
Título III
LA NULIDAD PROCESAL DE DERECHO PÚBLICO
Y EL PROCEDIMIENTO SANCIONADOR
ADMINISTRATIVO
311
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Jurisprudencia :
Sentencias de la Corte Suprema
Sentencia de 31 de marzo de 1966: “…existe en verdad jurisprudencia
ya establecida por esta Corte en el sentido de que el vocablo “condenado” de que
se sirve el artículo 11 de la Constitución Política (se está refiriendo a la de
1925) no significa por sí solo una condena de tipo penal porque de diversos
artículos del Código Civil y del Procedimiento Civil aparece que las expresiones
“condenar”, “condenarse” y otras análogas, se emplean en el sentido amplio
comprensivo del hecho de imponerse a una persona una pena o sanción, sea
de carácter penal cualquiera que sea la causa que la haga procedente…”.
Sentencia de inaplicabilidad de 12 de julio de 1966: “Como se ha
dicho el mencionado precepto (se refiere el artículo 11 de la Constitución
312
LIBRO CUARTO
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Rol 376, de 2003
“Santiago, 17 de junio de 2003.
Vigésimo noveno. Que, el artículo 19, Nº 3, inciso primero, de la
Constitución asegura a todas las personas: “La igual protección de la ley en
el ejercicio de sus derechos”;
Trigésimo. Que, dicho precepto consagra el principio general en la
materia, al imponer al legislador el deber de dictar las normas que permi-
tan a todos quienes sean, o puedan ser, afectados en el legítimo ejercicio
de sus derechos fundamentales, ser emplazados y tener la oportunidad
de defenderse de los cargos que le formule la autoridad administrativa.
Fluye de lo anterior, lógicamente, que la voluntad del Poder Constituyente
es que la ley contemple los preceptos que resguarden el goce efectivo y seguro
de esos derechos;
Trigésimo primero. Que, a su vez, el mismo numeral tercero del artícu-
lo 19, de la Carta Fundamental, en su inciso segundo, expresa que “Toda
persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale…”;
Trigésimo segundo. Que, el derecho que esta última norma reconoce,
se encuentra en relación directa y sustancial con aquel contemplado en el
inciso primero del mismo precepto, en términos tales, que viene a precisar el
sentido y alcance de la protección que el legislador debe otorgar al ejercicio de
los derechos de la persona, refiriéndola específicamente a la defensa jurídica
de ellos ante la autoridad que corresponda”.
Rol 437 de 2005
“Santiago 21 de abril de 2005.
Decimosexto. “Que la regla de hermenéutica constitucional descrita en el
razonamiento antecedente lleva a este Tribunal a sostener que, sustantiva y
procesalmente, el artículo 19 Nº 3 de la Constitución tiene que ser entendido
y aplicado con significado amplio y no estricto ni restrictivo, porque sólo así
es posible cumplir, cabalmente, cuanto exige la serie de principios fundamen-
tales analizados en los considerandos precedentes. Consecuentemente, cabe
concluir que dentro de los parámetros de razonabilidad y legitimidad a que
se hizo referencia, lo cierto e indudable es que la igual protección de la ley
en el ejercicio de los derechos fundamentales, como asimismo, las concreciones
de ese principio que aparecen en los incisos siguientes del mismo numeral,
deben ser entendidas en su acepción amplia, sin reducirlas por efecto de
interpretaciones exegéticas, o sobre la base de distinciones ajenas al espíritu
314
LIBRO CUARTO
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LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
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Jurisprudencia :
Tribunal Constitucional Rol 499
“Santiago 5 de septiembre de 2006.
Vigésimo tercero: Que si la jurisdicción sólo puede ejercerse por los
tribunales establecidos por la ley, sean ordinarios o especiales, toda persona
que pretenda desempeñarse como juez de esos tribunales, sin haber sido insti-
tuida por el legislador, sino por un acto administrativo, se constituye en una
comisión especial expresamente prohibida por la Carta Fundamental”.
320
LIBRO CUARTO
321
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
322
BIBLIOGRAFÍA
323
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324
ÍNDICE
LIBRO PRIMERO
Título Primero
INEXISTENCIA, NULIDAD E INOPONIBILIDAD
1. La inexistencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2. Concepto de nulidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
3. La inoponibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Título Segundo
BREVES NOCIONES SOBRE LA NULIDAD CIVIL
Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
LIBRO SEGUNDO
Título Primero
NORMAS CONSTITUCIONALES Y CONCEPTOS
PREVIOS APLICABLES A TODAS LAS NULIDADES
1. Antecedentes constitucionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2. Naturaleza de las normas de procedimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3. La jurisdicción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
4. Conflicto de relevancia jurídica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
325
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Título Segundo
EL PROCESO
1. Concepto y razón de ser . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
2. Requisitos de existencia del proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
A. Existencia de un conflicto de relevancia jurídica . . . . . . . . . . . . . . 44
B. Existencia e individualización de las partes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
C. Existencia de un tribunal absolutamente competente . . . . . . . . . . 48
3. Inexistencia provisional y subsanable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
• Existencia de debido patrocinio de abogado . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
• Constitución de mandato judicial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
4. El Debido Proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
5. Materialidad del proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Título Tercero
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL
Diferencia entre Proceso, Juicio y Litis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
A. Nulidad sin vicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
B. Existencia de un vicio que cause agravio y que éste sea sólo reparable
declarando la nulidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
C. Causales de invalidez del acto jurídico procesal . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
D. La nulidad de los actos procesales en el proyecto del nuevo Código
Procesal Civil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Título Cuarto
FORMAS PARA IMPETRAR UNA NULIDAD PROCESAL
A. Incidente de nulidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
1. Requisitos para impetrar una nulidad procesal por la vía inciden-
tal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
• Existencia de un vicio que invalide el acto jurídico-procesal . . . 69
• Ser parte en el proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
• Impetrar la nulidad dentro de plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
• Quien reclama de la nulidad no debe haber originado el vicio o
concurrido a su materialización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
• No haber convalidado tácita o expresamente el acto nulo . . . . 72
• Haber hecho previamente la consignación que establece el
artículo 88, en su caso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
326
ÍNDICE
Título Quinto
EFECTO EXTENSIVO DE LA NULIDAD PROCESAL
Contenido adicional de la resolución que declara la nulidad . . . . . . . . . 80
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
Naturaleza jurídica de la resolución que declara la nulidad . . . . . . . . . . 81
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Título Sexto
DEL RECURSO DE CASACIÓN EN GENERAL
A. Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
B. Reglas comunes a ambos recursos de casación . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Artículo 764 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Artículo 770, inciso primero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Artículo 771 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Artículo 773 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Artículo 774 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Artículo 776 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Artículo 777 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Artículo 778 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Artículo 779 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Artículo 783 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Artículo 803 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Artículo 808 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Título Séptimo
REGLAS ESPECIALES DEL RECURSO DE CASACIÓN
EN LA FORMA
Artículo 766, inciso primero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Artículo 768 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
a) Existencia de un perjuicio reparable sólo con la invalidación del
fallo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
b) El vicio debe haber influido substancialmente en lo dispositivo del
fallo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
327
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Artículo 769 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
Artículo 772, inciso segundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Artículo 781 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Artículo 786 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Disposiciones especiales de los recursos de casación en la forma contra
sentencias pronunciadas en primera o en única instancia en juicios de
mayor o de menor cuantía y en juicios especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Artículo 795 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Artículo 796 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Artículo 797 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Artículo 798 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Artículo 799 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Disposiciones especiales de los recursos de casación en la forma contra
sentencias pronunciadas en segunda instancia en juicios de mayor o de
menor cuantía y en juicios especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Artículo 800 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Disposiciones especiales del recurso de casación en la forma contra
sentencias pronunciadas en juicios de mínima cuantía . . . . . . . . . . . . . . 122
Artículo 788 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Artículo 789 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Artículo 790 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Artículo 791 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Artículo 793 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Artículo 794 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Título Octavo
REGLAS ESPECIALES DEL RECURSO DE CASACIÓN
EN EL FONDO
Artículo 767 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Artículo 772, incisos primero y tercero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Artículo 780 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
Artículo 782 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Artículo 785 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Artículo 805 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
Artículo 808 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
328
ÍNDICE
Título Noveno
CASACIÓN DE OFICIO
Artículo 775 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
LIBRO TERCERO
Título Primero
LA NULIDAD PROCESAL PENAL
1. Relación entre nulidad y recurso de nulidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
2. Requisitos para que proceda la nulidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
• El perjuicio sólo puede ser reparable en virtud de la declaración de
nulidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Artículo 159, inciso 1º . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
• El titular de la causal de nulidad no debe haber concurrido a causar
el vicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Artículo 162 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
• El titular no debe haber saneado expresa o tácitamente el vicio de
nulidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Artículo 164 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
• La nulidad debe ser impetrada oportunamente . . . . . . . . . . . . . . . 150
Artículo 161 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
a) El vicio se produjo en una actuación realizada durante una
audiencia oral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
b) El vicio se produjo fuera de una audiencia oral, durante la etapa
de investigación y hasta el término de la audiencia preparatoria
del juicio oral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
3. La nulidad de oficio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
Artículo 163 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
Artículo 379 inciso final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
4. Efectos de la declaración de nulidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
Artículo 165 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
Título Segundo
EL DERECHO AL DEBIDO PROCESO Y LOS RECURSOS
PROCESALES PENALES
Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
Artículo 8º. Pacto San José de Costa Rica. Garantías judiciales . . . . . . . . 159
Artículo 9º. Pacto San José de Costa Rica. Principio de legalidad y de
retroactividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
329
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Título Tercero
RÉGIMEN RECURSIVO EN EL NUEVO SISTEMA
ACUSATORIO
a) Establecimiento de un sentenciador colegiado . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
b) Limitaciones a la facultad de recurrir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
Artículo 352 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
c) Eliminación de la doble instancia como regla general . . . . . . . . . . . . 165
d) Establecimiento de los principios de oralidad y mediación . . . . . . . . 166
Artículo 266 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
Artículo 339 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
Artículo 340, inciso 2º . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
Evolución legislativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Título Cuarto
DISPOSICIONES GENERALES APLICABLES A TODOS
LOS RECURSOS
Artículo 352 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Artículo 353 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
Artículo 354 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
Artículo 355 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
Artículo 356 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Artículo 357 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Artículo 358 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172
Artículo 360 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172
Artículo 361 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
Título Quinto
DISPOSICIONES PROPIAS DEL RECURSO
DE NULIDAD
Artículo 372 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
1. Objeto del recurso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
Artículo 372, inciso 1º . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
• En el procedimiento simplificado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
• En los procedimientos por delitos de acción privada . . . . . . . . . . . 174
2. Causales de interposición del recurso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
Causales genéricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
Artículo 373 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
Jurisprudencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
• Interpretación etimológica de la palabra “derecho” . . . . . . . . . . . . 180
• “Errónea aplicación del derecho” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
Motivos absolutos de casación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
Artículo 374 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
330
ÍNDICE
LIBRO CUARTO
Título Primero
LA NULIDAD PROCESAL DE DERECHO PÚBLICO
EN GENERAL
Fundamentos constitucionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
De la nulidad de derecho público en general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274
• Opinión del profesor Eduardo Soto Kloss . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274
• Opinión del profesor Jaime Jara Schnettler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
331
LA NULIDAD PROCESAL CIVIL, PENAL Y DE DERECHO PÚBLICO
Título Segundo
NULIDAD PROCESAL DE DERECHO PÚBLICO
1. Causales adicionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293
a) Inobservancia de las normas de procedimiento . . . . . . . . . . . . . . . 293
b) Inobservancia del “Debido Proceso” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295
2. Nulidad procesal de derecho público y cosa juzgada . . . . . . . . . . . . . 296
3. Ejercicio de la acción de nulidad procesal de derecho público . . . . . 297
4. Declaración de oficio de la nulidad procesal penal . . . . . . . . . . . . . . 300
5. Derogación tácita de las normas legales en vigencia con anterioridad
al 5 de enero de 1991, que establecen fallos dictados en única instancia
o respecto de los cuales no procede recurso alguno . . . . . . . . . . . . . . 304
Título Tercero
LA NULIDAD PROCESAL DE DERECHO PÚBLICO
Y EL PROCEDIMIENTO SANCIONADOR ADMINISTRATIVO
a) El procedimiento sancionador administrativo, los principios penales y el
debido proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
b) El procedimiento sancionatorio administrativo implica el ejercicio de
la jurisdicción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315
c) Causales específicas de nulidad procesal de derecho público en un
procedimiento sancionatorio administrativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 318
1. Falta de imparcialidad de quien ejerce la jurisdicción . . . . . . . . . . 318
2. Delegación de la jurisdicción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 320
3. La infracción administrativa y su respectiva sanción deben estar
debidamente especificadas en la ley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
332