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Titanoboa

género de reptiles

Titanoboa cerrejonensis es una especie extinta de serpiente de la familia de los boidos, que vivió
en el Paleoceno en Sudamérica entre hace 60 y 58 millones de años.[1] ​Es la serpiente más
grande encontrada hasta la actualidad, superando a la anterior poseedora del título,
Gigantophis.[1] ​
Titanoboa

Rango temporal: 60 Ma - 58 Ma


PreЄ Є O S D C P T J K P N
Paleoceno (Selandiense - Thanetiense)
g

Recreación artística de Titanoboa

Taxonomía

Reino: Animalia

Filo: Chordata

Clase: Sauropsida

Orden: Squamata

Suborden: Serpentes

Familia: Boidae

Subfamilia: Boinae

Género: Titanoboa

Head et al., 2009

Especie: T. cerrejonensis

Head et al., 2009

Descripción del reptil y su hábitat


Réplica de una vértebra de Titanoboa, expuesta en el Museo Geológico José Royo y Gómez del Servicio Geológico
Colombiano.

Titanoboa vivió entre hace 60 y 58 millones de años donde se sitúa la actual Colombia, según un
estudio de la Universidad de Toronto en Mississauga (Canadá).[1] [2]
​ ​

Se le ha dado el nombre de Titanoboa cerrejonensis por su tamaño y por la mina de carbón del
Cerrejón, una de las minas a cielo abierto más grande del mundo, en el Departamento de La
Guajira, Colombia, situada en la formación geológica homónima. A través de un estudio
comparado de sus vértebras, se estima que la serpiente medía 12.8 metros de longitud y tenía
un peso aproximado de 1135 kg.[3] ​Otros hallazgos sugieren un tamaño algo mayor, de hasta
14.3 metros de largo.[4] ​En Cerrejón también fueron hallados esqueletos de tortugas gigantes
(Cerrejonemys) y de cocodrilos (Cerrejonisuchus) que pudieron ser devorados por el enorme
ofidio. De acuerdo con Jonathan Bloch, "Actualmente, las grandes serpientes devoran cocodrilos
y no es irracional decir que Cerrejonisuchus era una comida común para Titanoboa", teniendo en
cuenta que los fósiles de las dos especies fueron hallados cerca uno del otro.[5] ​Aunque
inicialmente se ha considerado que era el superdepredador del ecosistema del Paleoceno en
que vivió, hay evidencia que apunta a que este animal habría sido principalmente piscívoro; una
característica que haría única a Titanoboa entre todos los boidos.[4] ​
Importancia del hallazgo para estudios sobre el clima

Otros datos relevantes

Nunca se habían encontrado en la zona ecuatorial de Suramérica fósiles de vertebrados tan


antiguos, por la densidad de la selva y por el deterioro provocado por las altas temperaturas y la
humedad. Esta nueva especie ha permitido conocer mejor la historia de las serpientes y el clima
en los trópicos americanos en un periodo en que estaban empezando a evolucionar nuevos
seres vivos.[9] ​

El equipo científico

Modelo a tamaño natural de Titanoboa devorando a un dirosáurido, de la exposición del Instituto Smithsoniano.

Al frente del equipo que hizo el descubrimiento estaban Carlos Jaramillo, científico del
Smithsonian Tropical Research Institute en Panamá y Jonathan Bloch, conservador del Museo
de Historia Natural de Florida de la Universidad de Florida, (EE.UU).[10] ​

Científicos e Instituciones que participaron:

Jason J. Head, Universidad de Toronto.

Jonathan I. Bloch, Universidad de Florida, Gainesville.

Alexander K. Hastings, Universidad de Florida, Gainesville.

Jason R. Bourke, Universidad de Florida, Gainesville.


Edwin A. Cadena, Smithsonian Tropical Research Institute; Universidad de Florida, Gainesville.

Fabiany A. Herrera, Smithsonian Tropical Research Institute; Universidad de Florida,


Gainesville

David Polly, Universidad de Indiana, Bloomington.

Carlos A. Jaramillo, Smithsonian Tropical Research Institute.[10] ​

En la cultura popular

Referencias

Enlaces externos

Obtenido de
«https://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=Titanoboa&oldid=144689433»


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