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Sin embargo, a partir de la sexta casta, las diversas clasificaciones revelan la falta de consenso en el
lenguaje. Las diferencias se reflejan no solo de región en región sino según el momento histórico.
Una de las clasificaciones más extendidas del sistema de castas en México deriva de una pintura anónima
elaborada en el siglo XVIII, en la cual se establecen un total de dieciséis castas novohispanas. Veamos.
1. Mestizo: español con india
2. Castizo: mestizo con española
3. Español: castizo con española
4. Mulato: español con mora (negra)
5. Morisco: mulato con española
6. Chino: morisco con española
7. Sata atrás: chino con india
8. Lobo: salta atrás con mulata
9. Gíbaro o jíbaro: lobo con china
10. Albarazado: gíbaro (jíbaro) con mulata
11. Cambujo: albarazado con negra
12. Sambaigo (zambaigo): cambujo con india
13. Calpamulato: sambaigo con loba
14. Tente en el aire: calpamulato con cambuja
15. No te entiendo: tente en el aire con mulata
16. Torna atrás: no te entiendo con india
El pintor Miguel Cabrera también representó el sistema de castas en sus obras. La clasificación que
recoge en su serie de 1763 es la siguiente (nótense las diferencias respecto de la clasificación anterior):
André de Islas: De español y negra nace mulata. 1774. Óleo sobre lienzo.
Otra de las clasificaciones del sistema de castas colonial, vigente eventualmente tanto en Nueva España
como en Sudamérica, es la siguiente:
Junto a esta clasificación, también se usaban expresiones como tercerones, cuarterones o quinterones (y
sucesivos) para nombrar a aquellas personas de aparente aspecto blanco, pero que portaban una tercera,
cuarta o quinta parte de sangre negra o indígena.
En su sentido más amplio, los grupos sociales de Nueva España e Hispanoamérica estaban conformados
por los blancos españoles que, en tanto élite dominante, ocupaban el vértice de la pirámide social. Detrás
de ellos estaban los blancos criollos (hijos de españoles nacidos en América); los indígenas (pobladores
originarios del continente) y los negros (esclavos traídos del África). De la interrelación entre todos
resultaría un nuevo grupo amplio particularmente complejo: los mestizos.
En una sociedad interracial dominada por españoles pero con escasa presencia de mujeres españolas, el
mestizaje se vio favorecido y muy pronto se justificó bajo el principio ideológico de limpieza y
blanqueamiento de la sangre.
Se creía que la mezcla de los blancos con los indígenas podía resultar, eventualmente, en la formación de
una descendencia "blanca". De esta creencia estaban excluidos los negros, a quienes se responsabilizaba de
"manchar" la raza.
Por ende, la jerarquía de las castas en Nueva España e Hispanoamérica se definía en virtud del grado
de sangre española, es decir, en virtud de la "pureza" de los descendientes de uniones interraciales. A
mayor grado de pureza (sangre española), más derechos; a menor grado, derechos reducidos. Así se generó
el sistema de castas colonial.
Pintura de castas
Ignacio María Barreda: Las castas mexicanas. 1777. Óleo sobre lienzo.
En el siglo XVIII surgió un género pictórico en Hispanoamérica, especialmente en Nueva España, llamado
pintura de castas, en el que se representaban las castas de la sociedad colonial.
En estas pinturas se podían ver padre, madre e hijo, así como vestimenta, alimentos y oficios característicos
de cada casta. Incluso, también se le atribuían rasgos de temperamento o carácter a los personajes
representados, lo que acentuaba muchas veces los prejuicios sociales basados en raza y género.