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ESCANDEL comunica
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MARÍA VICTORIA ESCANDELL VIDAL

LA COMUNICACIÓN

EJERCICIOS PREPARADOS POR


MANUEL MARTÍ SÁNCHEZ
PRÓLOGO

El de la comunicación es el tema que indefectiblemente abre todos


los programas de enseñanza de Lengua; sin embargo, es muy frecuente
que quede totalmente desligado del resto de las reflexiones posteriores
sobre intercambios comunicativos, registros, géneros, textos y discursos.
La razón de esta sorprendente desconexión se encuentra en que la visión
que en él se presenta es inadecuada como modelo de la comunicación
humana, y, en consecuencia, no proporciona las nociones fundamentales
que se requerirán después para caracterizar diversos tipos de muestras
de comunicación.
Las investigaciones recientes dentro del ámbito de la Pragmática nos
proporcionan hoy nuevas perspectivas para el estudio de los fenómenos
.::L1municativos. De la mano de otras disciplinas, como la Psicología cog-
:-imva o la Inteligencia Artificial, la Pragmática ha conseguido desarrollar
::-istrumentos eficaces con los que analizar y explicar las principales face-
'...15 de la comunicación humana de una manera que, además de ser más
~ J.:11.mal, completa y adecuada, permite comprender mejor los diferentes
.i ... pectos de la comunicación y las conexiones que existen entre ellos.

El objetivo de este librito es salvar la distancia entre la investigación


. :..s docencia, y ofrecer un enfoque actualizado de los principales aspee-
. . . que deben configurar hoy la reflexión sobre la comunicación, de ma-
-.::~ J que ésta pueda convertirse en el marco general que dé unidad y
...-:-~:1Jl1 global a la reflexión sobre la lengua. La orientación elegida es
'-.::-icmemente práctica: de lo que se trata es de poner a disposición de
' - :t:'ctores no un resumen de diferentes teorías pragmáticas, o de una

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LA COMUNICACIÓN

teoría en particular, sino de proporcionarles las herramientas imprescin-


dibles para comprender, describir y explicar las propiedades de cualquier
muestra de comunicación.
Dado su carácter instrumental, el libro está pensado para servir de
apoyo en su tarea a todos los profes ores que tienen entre sus cometidos
la enseñanza de la lengua. El enfoque que se propone y las aplicaciones
prácticas y los ejercicios que lo acompañan quieren contribuir a cimentar
la perspectiva desde la que se aborda el bloque de contenidos sobre la
lengua en uso, así como a potenciar el desarrollo de las capacidades co-
municativas de los alumnos: esto lo hace adecuado tanto para quienes
enseñan la lengua materna como para los que se ocupan de enseñar una
segunda lengua o una lengua extranjera. La reflexión general que contie-
ne resulta también de utilidad para los alumnos universitarios que se ini-
cien en el estudio de la comunicación. Cualquiera que prctcc-.J
El texto está organizado de la siguiente manera: los capítulos 1-6 debe abordar primero c1c:.1,
contienen la exposición general de las nociones fundamentales, y en ella mente 'comunicar', que ce'::·."
que las respuestas a tales ¡;:e
se presenta un nuevo modelo para entender la comunicación humana y algo más detallado re\·e!J p: ,·
sus peculiaridades; el capítulo 7 recoge las consecuencias teóricas y al- vienen en la interacción \·crbJ
gunas aplicaciones generales del enfoque propuesto; los ejercicios, espe-
cíficamente diseñados para su utilización en el aula, y a los que acompa-
ñan sus correspondientes soluciones, han sido preparados por Manuel l. l. EN BUSCA DE :\.'.
Martí Sánchez (Instituto "Pío Baroja"/Universidad de Alcalá).
Quiero expresar desde aquí mi agradecimiento a cuantos han con- Cada acto comum..:a
tribuido, de un modo u otro, a la realización de este librito: a los directo- ción de coordenadas c.¡ u
res de la colección, Violeta Demonte y José Manuel Blecua, que pusieron individuos concretos. cr:
en marcha este proyecto; a los responsables de Gredas, que lo supieron nado, y en unas circunst;
llevar a cabo con sensibilidad y eficacia; a Manuel Martí, que ha prepara-
En cuanto variamos u:-:,
do la magnífica colección de ejercicios; y -Iast, not least- a mi familia, por
mismo. Por ejemplo, algu1c ::
su espacio, su tiempo y su cariño. María. Pocos instantes dcsr.:c
si lo hago con exactamente ..1·
tivos son diferentes, porque -...
circunstancias externas. 1._·, :-.
produzca la misma inforr::.i-;.
1 cada uno con las personas J .J
propias expectativas. etc L .:
cia para otro ...

Sin embargo, s1 ne"


......
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11edades de cualquier

nsado para servir de


entre sus cometidos
ne y las aplicaciones
.::ontribuir a cimentar CAPÍTULO 1
contenidos sobre la
e las capacidades co- fuGUNAS REFLEXIONES INICIALES
_) tanto para quienes
upan de enseñar una
n general que contie-
,·ersitarios que se ini-
Cualquiera que pretenda estudiar cómo utilizamos el lenguaje para comunicamos
debe abordar primero ciertas cuestiones básicas: cuestiones tales como qué es exacta-
-ra: los capítulos 1-6
mente 'comunicar', qué comunicamos y de qué modo lo hacemos. A primera vista, parece
damentales, y en ella que las respuestas a tales preguntas son sencillas y evidentes. Sin embargo, un enfoque
rnnicación humana y algo más detallado revela pronto la complejidad de los sistemas y los procesos que inter-
uencias teóricas y al- vienen en la interacción verbal.
): los ejercicios, espe-
. Y a los que acompa-

·parados por Manuel 1.1. EN BUSCA DE REGULARIDADES


e Alcalá).
) a cuantos han con- Cada acto comunicativo concreto está caracterizado por una conjun-
. librito: a los directo- ción de coordenadas que lo hacen único e irrepetible: se produce entre
Blecua, que pusieron individuos concretos, en un espacio concreto, en un momento determi-
:dos, que lo supieron nado, y en unas circunstancias particulares.
lartí, que ha prepara-
En cuanto variamos uno solo de los elementos, varía también el acto comunicativo
:ast- a mi familia, por mismo. Por ejemplo, alguien puede ofrecerme la siguiente información: A Juan le gusta
Maria. Pocos instantes después, yo le transmito esta información a otra persona. Incluso
si lo hago con exactamente las mismas palabras y en el mismo lugar, los actos comunica-
tivos son diferentes, porque son diferentes el emisor y el destinatario, y una parte de las
circunstancias externas. Con toda probabilidad, será diferente también el impacto que
produzca la misma información en individuos distintos: en función de las relaciones de
cada uno con las personas a las que hace referencia la información, de sus deseos, de sus
propias expectativas, etc., lo que es una buena noticia para uno, puede ser una mala noti-
cia para otro ...

Sin embargo, si nos interesa estudiar la comunicación no es por lo


que tienen de individual los actos comunicativos. La explicación lingüís-

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tka 111> put•tk h1111ta"'' a dc,n1h11 hnhn' llllll'l" y atll'cdot1cos; lo intcn·- l a11al el medio 1i,1co pt>t rl qtu· rn nda la "'llal.
sanle es dcscuhnr lo, k110111c110' ,i,tematicos e 1dentdkar los principios l ontexto: el con¡unto de n1T111hta11na~ que rodean el acto de comu-
que subyacen a dichos fcnomenos. Si analizamos muestras concretas de 111c.lcton.

comunicación es para tratar de encontrar en ellas regularidades que re-


mitan a principios comunes.
1 .3. LAS INADECUACIONES DET. ESQUEMA CLÁSICO
El enfoque científico requiere, efectivamente, que realicemos el e3ercicio ele abstracción
necesario para poder captar las invariantes y deiar fuera todo lo que es único e individual: Esta es la representación más común. Sin embargo, como mostrare-
nos interesa clescubnr cuáles son las propiedades generales de los procesos comunicativos.
111t>s en las páginas que siguen, la visión de la comunicación que se des-
Este es un objetivo que no tenemos que perder de vista, de modo que hay que intentar que
la voluntad de examinar con mucho detalle los productos lingüísticos no acabe convirtién-
prende de ella es errónea. El esquema se concibió originalmente como
dose en un impedin1ento para ver lo que tales productos nos ensenan sobre los procesos 111odelo del intercambio de información entre dispositivos mecánicos, y
que los originan. reahza adecuadamente el cometido para el que fue diseñado. Pero cuan-
do se utiliza como modelo de la comunicación humana devuelve una
rrnagen rígida y simplista, en la que la comunicación se reduce a un in-
1.2. EL ESQUEMA CLÁSICO rncambio mecánico de mensajes y de señales; y, además, como veremos,
hace predicciones incorrectas sobre el papel de cada uno de los elemen-
Si pedimos a un grupo de personas que nos digan qué es la comuni- lt>s que lo integran: el papel del código es excesivo, las relaciones entre
cación, o que describan en qué consiste comunicarse, obtendremos se- los hablantes sencillamente no tienen cabida, el lugar del contexto es
guramente una lista de respuestas que, con diversas variantes, incluirá al muy secundario, y la situación comunicativa carece del menor peso, a no
menos las siguientes notas: comunicarse es transmitir información por 'cr cuando produce interferencias en el canal; sin embargo, como ha-
medio del lenguaje (o por medio de un código); y comunicarse es poner- hiantes, todos sabemos que son precisamente esos factores los que de-
se en contacto con otros. En esta caracterización aparecen identificados terminan el uso de la lengua, de modo que ningún enfoque c.¡ue quiera
los componentes centrales: qué es comunicar (comunicar es transmitir); ser plenamente explicativo puede prescindir de ellos.
qué es lo que se comunica (información); y cómo se comunica (por me-
dio de un código).
La conceptualización teórica en la que se recogen habitualmente es- 1.4. ¿CÓMO NOS COMUNICAMOS?
tas intuiciones parte del esquema de la comunicación de la 'teoría de la
información' de Shannon y Weaver (1949), con algunas pequeñas modi- Cuando reflexionamos informalmente sobre cómo nos comunicamos,
ficaciones introducidas por Jakobson ( 1960). Estos esquemas se compo- solemos hacerlo razonando en los siguientes términos: los humanos nos
nen de siete elementos centrales: comunicamos por medio del lenguaje; las lenguas son códigos; por lo tan-
Código: un sistema convencional de señales a las que se asocian cier- Lo, los humanos nos comunicamos codificando y descodificando mensa-
tos mensajes. jes. Un 'código' es un sistema convencional que establece emparejamien-
• Mensaje: el resultado de la codificación, portador de la información o tos constantes entre señales y mensajes: en principio, a cada señal le
conjunto de informaciones que se transmiten. corresponde un mensaje, y a cada mensaje le corresponde una señal.
• Emisor: el que codifica el mensaje.
Los códigos puedr-n set simples o compkjos:
• Referente: la realidad extralingüística a la que alude el mensaje codifi- Los 'cód1gos snnples' son aquellos que asocian un conjunto reducido de señales fijas e
cado por la señal. mvanables con un conjunto lgualmente reducido, fijo e invariable de señales. Por
• Receptor: el que descodifica el mensaje. ejemplo, para comunicarse bajo el agua, lo'.::> submarinistas se valen de una serie hmi-

10 ¡¡
t.td.1 de ... rn.ik:-. 111,mu,dc'.-, que tran~rnilen mrn:-.aJLS reconoudos 111tcrn<H_.h)\l;d111rntl' 111i plidn;\1110 .... u111n·h11 la l".\hll'llL l;I dl· l (l!lllllllCll"IPll t'll :lll'il'lll"t;l de un
un urculo lurmado con el pulgar y el indice sigmfica "estoy bien''; el pulgar extendido l"lld\~1l; )' L'~lll l:llllJ1PlO l"-. Ul!Tl'l'lll
haua arnba md1ca "Lengo que subir a la superficie"; colocar el puño sobre el corazón
md1ca ''me queda poco aire", etc. .. No es posible transmitir otros mensajes diferentes
de los que se han convenido.
Los 'códigos complejos' (que reciben también la denominación de 'sistemas') son con- Comencemos considerando aquellos aspectos de lo que se comunica
JUntos estructurados de seftales formados a partir de unidades discretas y aislables que
se combinan entre sí por medio de un conjunto de reglas estable. Los sistemas presen-
que no pueden recuperarse exclusivamente recurriendo al conocimiento
tan dos propiedades definitorias: la 'recursividad' y la 'composicionalidad'. La ·rec11rs1- del código lingüístico (cf. §¡j 2.5 y 6.1-2). Tomemos la oración de ( 1):
vidad' es la propiedad que se sigue del hecho, matemáticamente analizable, de que en (l) Tendrás que limpiar el casco.
un s1stema de reglas ciertos símbolos pueden dominarse a sí m1srnos, de modo que las
reglas que los contienen se pueden aplicar repelidas veces. La 'composic1onalidad' es
la propiedad por la que es posible de;compuner las senales complejas en unidades
[s fácil advertir que presenta un caso de ambigüedad semántica. La pa-
menores, y, en consecuencia, la que permlle constrmr la interpretación de una scftal labra casco puede significar cosas diferentes: puede referirse, entre otras
compleja como el resullado <le la combinanón de las unidades más s1mp1es que la in~ cosas, al casco de un barco, al de un motorista o un soldado, a una bote-
tegran. De este modo, el número de mensajes que se pueden transmitir es potencial- lla vacía, o a la parte central de una ciudad ... El código de la lengua esta-
mente infinito, y se ve limitado simple-mente por el conjunto de unidades básicas de blece la existencia de diferentes acepciones para una misma palabra, es
que se dbponga. decir, empareja un único significante con más de un significado. Pode-
Cuando decimos que la lt:ngua es un código, lo que queremos decir es que puede carac-
terizarse como un sistema comhmatorio discreto, con las propiedades que acabamos de
mos conocer todos esos significados, pero este conocimiento no basta
señalar. El código lingüístico utiliza 'símholos', es decir, signos en los que se ha estableci- para poder decidir cuál de ellos quiso transmitir el interlocutor en una si-
do una asocianón convencional y arbitraria entre significante y significado. tuación concreta: fuera de contexto, somos incapaces de seleccionar con
fundamento una acepción u otra. Sin embargo, quien emite esta oración
Es cierto que podemos analizar y describir las lenguas humanas co- en una ocasión determinada quiere utilizar sólo una de estas posibles
mo códigos, y, de hecho, son muchas las ventajas que se obtienen de acepciones, no todas a la vez, ni tampoco una u otra indistintamente; es
adoptar esta perspectiva. Pero el razonamiento anterior acerca de la rela- más, resulta incluso muy probable que cuando pronuncia la frase no sea
ción entre comunicación y código no sólo establece, correctamente, que ni siquiera consciente de que la palabra casco tiene más de un significado.
las lenguas son equiparables a códigos; establece también que la existen- Algo semejante cabría decir con respecto a la palabra limpiar, que admite
cia de un código es una condición necesaria y suficiente para que se pro- también más de una interpretación. Ello indica que para tomar decisio-
duzca la comunicación, y esto ya no es adecuado. Efectivamente, si la nes adecuadas acerca de la acepción concreta con que se emplea una pa-
comunicación fuera una simple tarea de codificar y descodificar mensa- labra no basta con el conocimiento del léxico (un conocimiento lingüísti-
jes, el conocimiento del código debería bastar para explicar por completo co): se requiere también tener acceso al conocimiento de la situación (un
el funcionamiento de la comunicación, para recuperar siempre toda la conocimiento extralingüístico).
información transmitida, y para dar cuenta de la interpretación de cual- La necesidad de apelar a factores extralingüísticos para explicar as-
quier intercambio; sin embargo, hay muchos aspectos, tanto de la ma- pectos de la comunicación no se limita, desde luego, a la resolución de
nera en que utilizamos la lengua para comunicarnos como de las in- ambigüedades léxicas. Consideremos ahora la siguiente frase:
terpretaciones a las que llegamos, que no dependen simplemente del (2) Colócala encima de la mesa.
conocimiento del código lingüístico, sino que requieren que tengamos en
cuenta elementos extralingüísticos. Por otro lado, si la comunicación No parece haber en ella ninguna ambigüedad semántica. Y, sin em-
consistiera necesariamente en el intercambio de información codificada, bargo, debemos poner en juego nuevamente conocimientos extralingüís-
ticos para decidir a qué objeto se refiere el pronombre la, o para identifi-

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1
LA COMUNICACIÓN Al <.UNA 1 NI f 1 t XIONI 'i INI< IAl 1 '•

car inequívocamente el referente de la expresión la mesa. Además, la pa- palle de la empresa. 1'11 todos los casos, lo que cada uno de los diferentes
labra encima resulta vaga o poco específica: puede querer decir "en con- 1·111tsores quiere transmitir no es sólo la pieza de información que codifi-
tacto con la parte superior de" o "suspendido a una cierta distancia so- ca: tan importante o más es el objetivo que pretende lograr al hacerlo:
bre". La elección depende en gran medida de cuál sea el objeto que debe 1·11st•rbr, advertir, amenazar... Y en muchas situaciones, resulta incluso
colocarse: si es una cafetera, probablemente elegiremos el primero de los mas importante lo que se insinúa que lo que se expresa. Es seguro, por
sentidos; si es una lámpara de techo, el segundo. Aunque podamos des- 1·1cmplo, que el cliente descontento no pretende informar acerca de una
codificar el mensaje, lo que sabemos de la gramática no puede explicar rl'alidad comercial desconocida para su interlocutor, sino que lo que in-
totalmente la interpretación a la que llegamos. tl'nta es presionar para conseguir unas mejores condiciones, sugiriendo
Además de seleccionar significados y referentes, resulta necesario qul' puede dejar de ser cliente si no recibe un trato más favorable.
completar algunas expresiones. Consideremos la oración de (3):
l'I mismo razonamiento puede extenderse, por supuesto, al resto de los ejemplos ana-
(3) El mío es más rápido. h:ados con anterioridad. Incluso después de haber decidido con absoluta precisión a qué
no~ estarnos refiriendo con cada una de las expresiones utilizadas en los ejemplos (1)-(3),
Notaremos que resulta, en cierto modo, vaga: no especifica con res- 1rnlavia siguen quedando aspectos de lo que el emisor quiere comunicar que escapan de las
po~1bilidadcs explicativas de la gramática: el conocimiento del código no puede decimos,
pecto a qué es más rápido el referente de el mío (sea lo que sea). Tampo-
por ejemplo, si el ejemplo de (1) es un consejo, una amenaza, un castigo, o una predicción;
co establece cuánto más rápido es, o en qué consiste exactamente la ra-
o ~1 (2) pretendía ser una sugerencia o era en realidad una orden; o si el emisor de (3) está
pidez, o en qué tipo de unidades debe medirse. Sin embargo, ninguna de 1k~ahando a su interlocutor o simplemente ofreciéndole una información objetiva, si cree
estas indeterminaciones suele suponer un obstáculo para la compren- rralmcnte lo que dice o está siendo irónico ...
sión: si estamos hablando de un coche, rápido indicará velocidad de des-
plazamiento sobre una superficie y se medirá en kilómetros por hora; si l .os ejemplos anteriores muestran que la comprensión requiere algo
es un ordenador, hará alusión a su capacidad de procesamiento y la ve- más que el dominio del léxico o de las reglas gramaticales de una lengua
locidad se medirá probablemente en milisegundos; si es un pegamento, determinada. La interpretación no consiste sólo en descodificar correc-
la rapidez equivaldrá al tiempo de secado ... En ocasiones, ni siquiera el tamente el contenido del mensaje, sino también en completarlo adecua-
tipo de referente determina inequívocamente el sentido preciso de una damente con nuestro conocimiento del mundo: a la hora de interpretar,
expresión: si estuviéramos hablando de un fontanero, rápido podría refe- tomamos decisiones acerca de cuáles son las entidades a las que se refie-
rirse tanto a la velocidad con que es capaz de reparar una determinada re el mensaje, resolvemos casos de ambigüedad, enriquecemos algunas
avería como al tiempo que tarda en acudir para atender el encargo. formulaciones incompletas, avanzamos hipótesis sobre las intenciones
Por otro lado, lo que expresamos con palabras no agota por comple- comunicativas del interlocutor y también sobre sus actitudes ante el
to lo que queremos transmitir. Una afirmación como la de (4) puede ad- mensaje transmitido. Y en la producción operan mecanismos similares:
quirir interpretaciones diversas de acuerdo con las situaciones en que se en muchas ocasiones no decimos exacta y literalmente lo que queremos
emita. comunicar. Para que todo ello sea posible, ponemos necesariamente en
(4) Cuesta doce veces más hacer un nuevo cliente que conservar a uno antiguo. funcionamiento conocimientos y capacidades que no pueden describirse
en términos gramaticales. Por tanto, reducir toda la comunicación hu-
Puede ser simplemente una nueva información, si la pronuncia un profe- mana al uso de un código es, de entrada, descriptivamente inadecuado.
sor ante sus alumnos de un curso de marketing; puede ser una adverten-
cia o un recordatorio que un colega hace a otro antes de tomar una deci-
sión sobre una nueva estrategia comercial; o puede ser una amenaza, si la
pronuncia un cliente insatisfecho ante el trato que está recihiendo por

14 ¡·,
LA COMUNICACION A 1 (. IJ NA'• JI I 1 t I )( 1 ()NI ', 1 N 1 C 1 A 1 I •,

1.4.2. ¿Es NECESARIO EL CÓDIGO? l'ur un lado, dl'spul'-, dl' las ll'lll'Xllllles hechas hasta ahora, resulta
l'v1dr11tr que el 111a1KJll de un codigo común no es una condición necesa-
Los ejemplos anteriores han puesto de relieve que el conocimiento 11a para que haya comunicaciún, y no debe ser, por tanto, un componen-
lingüístico asociado al código no es suficiente para explicar todo lo que lt' csrncial de las nociones de 'emisor' y 'destinatario': dos personas que
se transmite cuando se comunica. Cabría preguntarse ahora si la utiliza- hahkn lenguas diferentes pueden llegar a entenderse a base de señas no
ción de un código es un requisito necesario para que haya comunicación. nidificadas; y hay algunos juegos, como el de adivinar títulos de películas
Imaginemos la siguiente situación. Acaba usted de salir de su casa n·presentados por mímica, que se basan precisamente en esta misma ca-
cuando ve a cierta distancia (digamos, al otro lado de la calle) a una per- pandad. Por otro lado, incluso cuando comparten un mismo código, no
sona allegada (<ligamos, su cónyuge, su cuñada, etc.). Mientras esperan a
t'" el conocimiento de este código la única de sus capacidades que se po-
que el semáforo se ponga verde para poder cruzar, la otra persona saca 1\t' en juego en la comunicación, ni siquiera cuando de lo que se trata es
unas llaves del bolsillo y las agita de manera visible. Dependiendo de
dl' entender los mensajes codificados lingüísticamente: hace falta com-
otros datos de la situación que no hemos detallado (y que usted podrá
pkmentar estos procesos con otros que añaden datos procedentes del
suplir sin dificultad), usted probablemente entenderá que lo que la otra
rntwcimiento del mundo, del entorno, de la situación ... Y, finalmente, la
persona trata de hacerle entender es, por ejemplo, que ya le han dado las
tdl'ntidad de los interlocutores es, en muchos sentidos, un factor esen-
llaves del coche o del piso nuevo; o que ha encontrado las llaves que us-
t'tal, que determina muchas elecciones lingüísticas, y que tampoco queda
ted había perdido; o intenta recordarle que tiene usted que coger sus lla-
at.kruadamente recogido en la caracterización clásica.
ves ... ¿Ha habido comunicación?
Desde luego, es innegable que la otra persona ha tratado de entrar l.a identidad social de los interlocutores constituye una de las bases sobre las que se
en contacto con usted para transmitirle algo: ello parece indicar, pues, 1111rnta la adecuación de los enunciados: como es bien sabido, no hablamos igual con un
que el suyo ha sido un comportamiento comunicativo; y, muy probable- •n11~0 y con un desconocido, con un adulto y con un niño; no es lo mismo comunicarse
mente además, ha conseguido su objetivo. Sin embargo, estaremos de ton un experto en una materia y con un alumno que acaba de empezar a estudiarla ...
acuerdo en que no ha mediado el uso de un código: no hay ninguna
convención preestablecida, ni pública ni privada, según la cual agitar Pues bien, si concebimos a los que se comunican como meros agentes
unas llaves desde el otro lado de la calle signifique ninguna de las cosas codificadores y descodificadores no damos cabida a ninguna de estas
que hemos señalado más arriba (o ninguna otra cosa imaginable). Esto vrrtientes de la comunicación humana. Hay, por tanto, una serie de pro-
demuestra que podemos comunicarnos eficazmente sin utilizar señales piedades de los participantes, de su relación y de su grado de conoci-
convencionales. miento que no pueden dejarse de lado.

1.5. ¿CON QUIÉN NOS COMUNICAMOS? 1.6. ¿CUÁNDO HAY COMUNICACIÓN?

La pregunta de con quién nos comunicamos no es, desde luego, una Añadamos ahora un nuevo tema a nuestras reflexiones: ¿Cuándo
pregunta que esté sin contestar: en el enfoque más común, los protago- pot.kmos decir genuinamente que hay comunicación? Podemos entender
nistas de la comunicación son el emisor y el destinatario, que se presen- esta pregunta en dos sentidos diferentes. En uno de ellos, orientamos
tan como entidades con la capacidad de manejar correcta y eficientemen- la pregunta hacia la recepción, de modo que equivale más o menos a
te un código de señales que ambos comparten. Lo que quiero mostrar es l'Uándo diríamos que la comunicación se ha producido con éxito; la res-
que si el compartir el uso de un código es el único atributo que se les re- ptu·-.ta obvia es que ha habido comunicacilln cuando la persona a la que
conoce, entonces la caracterización es demasiado simplista. i.r dmge el mensaje lo recibe e interpreta correctamente. No es este, sin
r111hargo, el sc11t1d11 sobre el que quino llamar la ;1tr11c11111 rl que llH' 111-

li
LA eo Mu 1111 e A e 11) 111 A l f, U N A '1 fl 1 f l 1 X 1 O N 1 ', 1 N 1 ( 1 A l 1 ',

teresa es el otro sentido, en el que la pregunta se onenta hacia la produc- p«t'<•na de pwdunr un ~'"t" v1stl1ic para que, a partir de ese gesto, pUL'-
ción. ¿Qué requisitos tienen que cumplirse para que podamos hablar da 11,tcd 111knr lo-, contc111dos yuc dicha persona pretendía transmitirle.
propiamente de 'comunicación'? h1 consecuencia, parece acertado no agrupar bajo la misma deno-
Para dar respuesta a esta pregunta, consideremos la siguiente situa- mmanún los procesos en los que se transmiten contenidos intencional-
ción. A su centro de trabajo ha llegado un nuevo profesor y se lo presen- 1111·11te (sea por medios lingüisticos o de otra naturaleza) y aquellos otros
tan. Charlan un rato y él le explica en qué otros centros ha trabajado an- rll los yuc los contenidos se obtienen como fruto de la deducción a partir
teriormente, qué materias prefiere, dónde ha encontrado casa.. Por su 1k datos nhservados más o menos fortuitamente: sólo hay comunicación
acento, se ve que es andaluz, y por el modo de relacionarse y la manera 1. )~
1ua11do hay 'intención comunicativa'. Es cierto que se puede obtener in-
de vestir parece un hombre campechano y amante de los deportes al aire l11rmarnrn de muchas fuentes (de señales producidas intencionalmente y
libre; en el dedo anular ve la marca blanca que queda al quitarse un ani- di· la ohservación de las cosas), pero sólo cuando aquella se ofrece de
llo: quizá se acaba de divorciar y por eso ha pedido el traslado ... Usted no manna voluntaria es legítimo hablar de comunicación. Al inicio del capí-
conocía al profesor de antes, y no tenía sobre él ninguna información tulo (d. § 1.2) recogíamos la toma de contacto como una propiedad ca-
previa, de modo que toda la que ahora posee la ha obtenido en la con- lll!"tenstica de la comunicación; pues bien, ahora estamos en condiciones
versación que acaban de mantener. 1k retinar algo más aquella idea y de incluir la intencionalidad como un
La pregunta es la siguiente: todos los datos de que ahora dispone, nuc•vo elemento en nuestra caracterización: una información que no se
¿le han sido comunicados? Algunos, desde luego, sí: todos los relativos lransmitc intencionalmente no es una información comunicada.
a su trabajo anterior y a sus preferencias docentes, es decir, todas las in-
formaciones que le ha proporcionado explícitamente su colega durante 1 a rn1cnc1ona1idad confiere, además, una dimensión añadida de cred1b1hdad a la in-
formannn recibida. Efectivamente, cuando un emisor con;iumca mtencwnalmente unos
la conversación. Hay otros, en cambio, que ha obtenido sin que su in-
d110 ... , ..,l~ hace responsable de la verdad de la informanón que proporciona: si lo que dice
terlocutor haya hecho nada para transmitírselos: son las deducciones r• llllso, siempre podrá ser acusado de haber mentido. Los datos que uno obtiene a partir
sobre su procedencia, sus aficiones, o el cambio reciente en su estado dir írnómenos no intencionales, en cambio, no tienen más garantía que la propia de la
civil. Para usted constituyen, obviamente, información nueva. Y, sin deducdón que se ha hecho. Uno puede equivocarse, por ejemplo, al confundir el acento
embargo, no parece que podamos decir que su interlocutor le haya co- 1ndaluz con el acento canario; o atribuir a la ropa que lleva el profesor una significación
qut no le corresponde: por ejemplo, puede ser que al nuevo profesor le perdieran la ma-
municado esta información; es usted el que la ha inferido a partir de cier-
~11 rn el vuelo de llegada y las prendas que viste son las que le ha prestado otro colega, y
tos indicios disponibles. no 11c.-ncn nada que ver con su manera habitual de vestir; y la marca blanca del amllo
Imaginemos de nuevo la situación anterior, pero modificando un de- purdc deberse a un olvido casual... Lo importante es que, si cualquiera de las deduccio-
talle: cuando usted lo conoce, el profesor lleva una alianza. Más tarde, us- 1\r!I quc uno ha hecho por cuenta propia resulta ser falsa, no se puede culpar a nadie de
ted se entera de que las cosas entre el profesor y su pareja no van bien. haber proporcionado una información inexacta. Por supue~to, entra dentro de lo posible
Un día, se cruza de nuevo con su colega, y éste levanta la mano y le ti que alguien manipule conscientemente algunos elementos para provocar deducciones
Falus: el profesor puede imitar un acento andaluz para ocultar su procedencia. Pero tam-
muestra la marca blanca en su dedo anular. ¿Constituye esto una mues- poro rn este caso puede hablarse de comunicación, ya que, aunque la modificación es
tra de comunicación? Los elementos son los mismos que en el caso ante- ronsnentc, su éxito depende precisamente de que esa voluntariedad permanezca oculta.
rior: usted ve una marca blanca en el dedo anular y de ella deduce que el
profesor se ha divorciado. Hay, sin embargo, una diferencia decisiva: en La intención es fundamental porque establece una diferencia decisi-
el primer caso, usted simplemente notó la marca de manera casual; en el va entre los actos voluntarios y los involuntarios: los actos voluntarios
segundo, su colega le ha mostrado la marca de manera patente, sabiendo reprl'sl'ntan formas de comportamiento; los actos involuntarios son actos
que en cuanto la vea, y en función de su conocimiento previo, hará usted rdk1os. S1 tiene algun inten's estudiar la comunicación humana es por-
la deducción adecuada. En este segundo caso sí podemos hablar de co- 4111' constituye una vari!'dad '''lwdlica y cnmplcja di' comportam1cnto. y
municanón, porque ha habido una intención manifiesta por parte de una no '1111plc111entr 1111 ;Klll rdl"I"·

lK
LA COMUNI( AC 10N A 1 L 11 N 11 •, W 1 l 1 t lC 1 n N 1 •, 1 N 1 ( 1 A l 1 '•

\ a cnmu111cación humana contrasta, así, con la comurncauón animal en varlu::. ::.en- dr h cn111t1111cac1<lll. 1"d"' l'lllt'ndt·nms cspontancarncnte que la frase
tidth. Es cterto que se habla Uel lenguajf de las abejas, para referirse a los mecamsmos .1t1ll'11nr l'' un ,aludo, que cnnrnnica la sorpresa (con matices que pue-
pot los que las abejas expluratluras comunican al resto de la colmena la distancia y 1a di
den 11 dt·"lc la alegría al desencanto) ante la llegada de su interlocutor.
rccuón en la que se encuentra una nueva fuente de alimento, utilizantlo para ello una
ci:inza especial. De los monos vervet se dice que cuentan con tres llamadas de alerta cl1fe-
hlo indica. ¡me,, que la transmisión de información nueva es sólo
rentes, para advertir al grupo de la presencia de diversos tipos de depredadores: una, pa- 1111.1 111a' de la, fmalidaLles de la comunicación humana, pero no la úmca
ra los leopardos, que hace que todo el grupo se suba a lo más alto de los árboles; otra, )'. "·guramcnte, tampoco la más importante. Además de la transmisión
para las iguilas, que hace que todos se vayan a las ramas bajas o al suelo; y otra, para las dr 1nlnnnación nueva y objetiva, la comunicación nos permite influir en
serpientes. que hace que todos salten, golpeen el suelo y agiten lo~ brazos. Ahora bien, ¡,,_ demas, manifestar pensamientos, sentimientos, emociones, y realizar
incluso en los caso~ q_ue parecen más complejos, lo que ::.olemos llamar 'comurncaClón
1K11v1dadcs específicas, como saludar, pedir, agradecer, sugerir, insultar..
animal' no pa':ia de ser, en ffalidad, un acto reflejo, en el que un mdividuo reacc10na ante
un estímulo o una situación (la visión de un predador, o de una presa: la visión de un l In modelo adecuado de la comunicación debe dar cabida, por tanto. a
competidor. o de una posible pareja reproductora ... ) de la úmca manera en que puede tndos estos diferentes objetivos comunicativos.
hacerlo; esta reaccu'm consiste en emitir una señal analógica, sm pos1hllidades de eltcción
o tle modificación. 1.7.2. REALmAn Y 'REPRT'SENTAClóN lNffRNA'

Al preguntarnos sobre qué es lo que comunicamos, en el esquema


1.7. ¿QUÉ COMU:-<ICAMOS' hah1tual aparece también el concepto de 'referente·: el referente es la rea-
hJad extralingüística a la que se alude por medio del mensaje. Después
l. 7. J . MAS ALLÁ DE LA INFORMAC!Ó'< dt• lu que acabamos de señalar, es obvio que no todo lo que se comunica
es necesariamente el reflejo de una realidad externa: no hay refereme ex-
Reflexionemos ahora sobre qué es lo que comunicamos. En el enfo- lenor para las emociones, y tampoco lo hay en aquellos casos en que el
que habitual, comunicar se ha identificado muchas veces con transmitir IC'ngua.ie se utiliza para llevar a cabo acciones verbales. como saludar o
información, de modo que lo que comunicamos deberían ser datos nue- Insultar. La noción de referente no resulta, pues, imprescindible para ca-
vos. Es fácil mostrar, sin embargo, que la novedad de la información que racterizar la comunicación.
transmitimos no es un criterio hable para definir la comunicación. Pen- Para que alguna noción semejante resulte útil dentro de un modelo
semos, por ejemplo, en la siguiente situación. Entra usted en su casa y al- general de la comunicación, deberíamos manejar, más bien, el concepto
guien que vive con usted exclama: de 'representación interna'. Una 'representación interna' es una imagen
(~)¡Anda, ya estás aquí! mt'ntal, personal y privada, de una entidad o un estado de cosas, ya sean
de naturaleza externa o de naturaleza interna. Nos formamos representa-
Resulta obvio que la frase anterior es una muestra de comunicación; ciones internas de todo aquello que nos rodea, y también de nuestra
y resulla, asimismo, igualmente obvio que, dada la situación, tal frase no propia realidad interna (deseos, estados de ánimo, pensamientos ... ), e in-
transmite ninguna información nueva, ningún contenido desconocido cluso somos capaces de representarnos los estados internos de los de-
para quien la recibe. Por supuesto, el que la emite tampoco lo hace para más. Ninguna realidad tiene existencia para nosotros si no la hemos per-
informarle a usted de su propia llegada -algo que usted, desde luego, sa- clb1<lo y no la hemos interiorizado: hablamos de las cosas tal y como nos
be perfectamente-; y, sin embargo, esto es lo que se codifica en el mensa- las representamos, y no necesariamente tal y como son en realidad; a
je. Si la transmisión de información nueva fuera efectivamente la única tft•ctns cognitivos lo que cuenta no son las personas, las situaciones o las
finalidad de la comunicación, el enunciado anterior resultaría totalmente rt'ladoncs, sino las representaciones mentales que nos hemos formado
superfluo. Todos sabemos, en cambio, que no lo es. Y no lo es, en este di' rilas.
caso, por una con.iunción de factores que tienen que ver tanto con lama-
m-ra en qul' nos sL·rv1mos de la lengua, como con las linalidadcs mismas

}(\ .'I
LA COMUNICACIÓN Al <.UNA'> RI' 11 XIONI •• rN:r IAl (<,

!'.! modo en que los in<ltviduos son capaces de comportarse en la sociedad depen- \IVo t'll la prod uccron de la sena!, lo es también en la interpretación: en
de del modo en que son capaces de representarse internamente e1 entorno social.
rlrt·to, interpretar adecuadamente una señal pasa necesariamente por ser
(R jackendoff 11992): Languages of the Mind, Cambridge IMass.], MlT Press,
pág. 74).
rnpaz de reconocer la intención comunicativa con que se emitió.

La noción de 'representación interna' es un concepto que evita las


inadecuaciones que derivan del uso de la noción de 'referente', y nos 1 <.) ¿POR QUÉ MEDIO NOS COMUNICAMOS!
permite abarcar tanto los contenidos comunicados que se refieren a as-
pectos exteriores (objetos, situaciones, etc.), como los que tienen por ob- Al hablar del medio por el que nos comunicamos, cabe hacer una re-
JCto estados mentales (opiniones, deseos, creencias). lli·x1ún semejante a la que hicimos con respecto a los participantes (cf. §
1 ) l En el enfoque más común se habla del canal como el medio físico por
rl que circula la señal. De acuerdo con esta caracterización, el habla y la es-
1.8. ¿PARA QUÉ NOS COMUNICAMOS? nuura difieren simplemente en lo relativo al medio empleado. Y, sin em-
hargo, sabemos perfectamente que las diferencias entre lengua hablada y
Las preguntas que se han planLeado hasta ahora han recogido nues- lrngua escrita van mucho más allá de la mera transferencia de medio.
tras reflexiones sobre la necesidad de refinar la caracterización de los Las peculiaridades que separan a las producciones orales y a las es-
elementos básicos que se incluyen en el esquema de la comunicación. nitas dependen de dos realidades diversas: por un lado, las que tienen
Esta pregunta, en cambio, introduce un elemento nuevo, que no suele que ver con las 'propiedades intrínsecas' de cada uno de los medios
aparecer contemplado en las versiones clásicas del esquema: el propósi- y que, en muchos casos, no resultan transferibles;.y, por otro, las relativa~
to, o el objetivo, de la comunicación. Si la comunicación es un tipo de ac- 1 las 'convenciones externas' asociadas con la utilización de la lengua en
tividad voluntaria, parece sensato indagar cuáles son los motivos por los las situaciones c.¡ue se producen de manera oral y las que requieren el
que el emisor decide embarcarse en dicha actividad. uso de la lengua escrita (cf. §§ 2.4.6 y 3.3).
El emisor, al producir su señal, quiere conseguir un determinado ob- Todo ello contribuye a que lengua hablada y lengua escrita constitu-
jetivo. En función de lo dicho en el epígrafe anterior, podemos concluir yan, actualmente, dos grandes familias de registros, regidas por sus pro-
que el objetivo del emisor es originar en la mente del otro un determina- pias convenciones específicas, que dependen sobre todo de dos pará-
do conjunto de representaciones ( cf. § 5.1 ). La finalidad puede concebir- metros básicos: el grado de formalidad y el grado de planificación ( cf. §
se como la relación dinámica entre el emisor y el aspecto de su entorno 3.1-3.2): ambos deben ser adecuados a las características de la situación
sobre el que éste c.¡uiere actuar, bien para introducir cambios, bien para comunicativa.
evitar que éstos se produzcan: los cambios pueden afectar a la situación
externa, o al destinatario, o a ambos. Así, una misma expresión lingüísti-
ca puede utilizarse con tlnalidades comunicativas distintas. Si alguien di- 1.10. ¿EN QUÉ SITUACIÓN NOS COMUNICAMOS?
ce ¡Píntalo de verde!, esto puede contar como una sugerencia, un consejo,
una orden, un reto, una amenaza ... La diferencia entre estas diferentes Otro de los elementos que se han considerado al definir la comu-
posibilidades radica, en gran medida, en cuál sea el propósito que persi- nicación es el que suele recibir el nombre de 'contexto'. Inicialmente
gue el emisor con su enunciado. previsto para designar el entorno físico, el concepto de contexto se fue
l .a finalidad es importante porque funciona como un principio regu- ampliando paulaunamente para dar cabida también a todos aquellos as-
lador de In conducta, que guía al emisor a usar los medios que considera pectos del entorno social o cultural que, de un modo real o metafórico,
111;1' adecuados para alcanzar sus fines. Y el propósito, adcrn;ís de ser dlYi-
rodean el acto nlmunrca1ivo.

22 )l
LA COMUNICACIÓN A¡ 1. 11 NA'• ~ 1 f l 1 )( 1(lN1 '. 1N1 ( 1 Al l '>

1.a s1tuauón es, efectivamente, uno de los elementos más importan- lnqur L'll el que tc11g:rn Lah1da todas bs cspccilkidades de la comunica-
tes y, a la vez, más difíciles de caracterizar, cuando se quiere trascender la ' 1<>11 ln1111a11a. A ello estara dedicado el capítulo siguiente.
mera intmción. Los datos que hemos ido recogiendo a lo largo de las
secciones anteriores ponen de relieve que su papel es central en muchos
aspectos. De hecho, una parte importantísima de lo que entendemos en
b comunicación depende dd aporte contextual. La situación es respon- EJERCICIOS
sable de que seamos capaces de identificar los objetos o los estados de
cosas a los que se refieren las expresiones lingüísticas; que elijamos entre l. 1'.l bostezo de un alumno en medio de la clase. ¿da lugar a una wmunilarión? S1
las diversas acepciones de una palabra; que completemos lo que se co- "'t.l l'XISLC, ¿implica la presencia de algún código?
2. Una persona es acusada de cometer una acción en verdad realizada por su her-
difica por medios lingüísticos con otras informaciones externas; que de-
111.llhl gemelo ¿tl que formuló la acusación incurrió en engallo? Expltque lo sucedido
cidamos cuáles son las intenc10nes comunicativas de nuestro interlo- t 011 l'~la acu~ación infundada a través de la ventaja de manepr el concepto de representa-
cutor... Fuera de contexto, una expresión tiene significado, pero este 111H1 rntcnw rcspecLu al de re.ferentc
significado puede verse sustancialmente modificado cuando la expresión ~ ¿Hasta qué punto la comunicación es una necesidad del hurnbfff
se inserta en una situación determinada. Por ejemplo, muchos personajes 4 ¿Por qué se fracasa en la comunicación?
públicos se quejan a veces de que sus declaraciones han sido sacadas de
contexto y reciben por ello una interpretación que traiciona la intención
con que fueron pronunciadas. Las expresiones lingüísticas son, pues, en
muchos sentidos diferentes, sensibles al contexto.
Tal y como se presenta habitualmente, la situación se dibuja como
una realidad amplia, pero estática: digamos que se presenta como un
marco o un escenano, es decir, algo dado, fijado de antemano. Y, sin em-
bargo, las circunstancias van cambiando mientras avanza la conversa-
ción; es más, en muchas ocasiones la conversación Liene como objetivo
modihcar algunas de las circunstancias. Necesitamos, pues, que esta no-
ción sea lo suficientemente flexible como para dar cabida también a los
cambios.

1. l 1. CONCLUSIÓ'.'J

Las preguntas que acabamos de plantearnos han servido para mos-


trar la complejidad de la comunicación y, a la vez, para dejar al descu-
bierto las numerosas inadecuaciones descriptivas y explicativas que derivan
de la adopción del modelo clásico. Dicho modelo devuelve una visión
mecánica y rígida de la comunicación, que no permiten entender y expli-
car la mayoría de los fenómenos comunicativos en su dinamismo y su
nnnpk¡idad. l:n consecuencia, paren' necesario propo11c1 1111 11ucvo en-
CAPÍTULO 2
UN NUEVO MODELO DE LA COMUNICACIÓN:
EU:MENTOS, REPRt:SENTACIONES Y PROCESOS

En el capítulo anterior hemos repasado algunas preguntas básicas sobre la comuni-


cación. Al hacerlo, hemos visto que el esquema clásico resulta excesivamente rígido y
simplista, por lo que no permite dar cuenta de muchos aspectos centrales. Necesitamos
reemplazarlo por una nueva versión que favorezca un enfoque más dinámico y que dé
cabida a otros elementos y procesos que, pese a ser decisivos, resultan excluidos en la
concepción anterior. La visión que propondremos a continuación quiere evitar las inade-
cuaciones señaladas.

2,1. HACIA UN NUEVO ENFOQUE

Las reflexiones hechas en el capítulo anterior nos llevan de momen-


to a las siguientes conclusiones provisionales:
• la comunicación humana no se produce simplemente por codificación
y descodificación de mensajes; es cierto que puede servirse del código
lingüístico, pero éste no resulta ni necesario ni suficiente para que
haya comunicación;
• la comunicación requiere la integración de contenidos codificados y
conocimientos extralingüísticos;
• comunicarse supone originar un conjunto de representaciones en la
mente de otro individuo; y
o la rnmunicación humana es una actividad intencional: desde la pers-
pl-rl1va del emisor, s1 no hay intención cornunicat1va, no hay comuni-
canon: y dcsdl' la prr,plTliva del dc,l!llatanu, la 111tnpretan'1n rcqu1e-
rl' l'\ JTl'lllHlt'llllll'll\O dl' la lllll'lll'IOll dd \'11\l,lll
LA fOMUNICAr IÓN 11 N N 11 1 V n Mo U1 l n DI l A ! O M l! N 1 ( A< 1 () N

Una trona cxplicJtiva sobre la comunicación humana debe, en pr1mc1 lugar, pro- 1ur,ile2a: algun,1' '"n v1.suales. otras auditivas. otras puedt>n ser incluso
Jllllcionar un modelo en el que tengan cabida estas realidades. Y debe, ademas, propone1 l•ll'llks, algunas pcrtenccc·n a un u1digo, y otras, no. Si nos quedáramos
1e'>puc~ta~ a las nuevas preguntas que han ido surgiendo. Si no toda la comunicación
rxclus1vamcntc en este nivel, no podríamos dar cuenta de todo lo que es
verbal se reduce al uso efluente de un código, ¿qué es lo que hace posible que nos co-
rnumquemos?: ¿cuál es el lugar c¡ue le corresponde al código lingüistico dentro del pro- y s111,nifica comunicarse. Para poder entender bien la comunicación, hay
lT.">n de comumcación?; ¿qué lugar deben ocupar los otros procesos?; ¿qué principios es- 4uc· dar cabida a otras categorías no directamente perceptibles (las repre-
peuhcos los ngen? 51 mtervienen a~pectos ajenos a la lengua, ¿cómo se selecciona la •rnlacioncs y los procesos), que constituyen realidades a las que tene-
111formación extrahngUística que se ullliza en la interpretación?, ¿cómo se integra con mos solo un acceso indirecto a partir de las manifestaciones que se hacen
la 111formación lmguístíca?; ¿qué prmcip10s determman estos procesos? [n las secciones v1,1hles a través del comportamiento comunicativo. Así, incorporaremos
que siguen se explorarán snlunones a estos problnnas.
~I modelo las representaciones que los participantes hacen de su entor-
no, y 4uc configuran un conjunto en parte individual y en parte compar-
2.2. LOS COMPONtNT!_iS Dl_il MODELO Udo con los otros individuos de su cultura. Este nivel de las representa-
l'loncs no es tampoco suficiente: necesitamos posLUlar también dos tipos
La propuesta que defenderemos en estas páginas es que un enfoque J1krcntes de operaciones que se efectúan sobre las representaciones: una
que quiera reflejar las diferencias existentes y otorgar a cada componente Jl• l'Stas operaciones (la de codificación/ descodificación) empareja re-
el lugar que le corresponde debe distinguir tres categorías: prl·scntaciones lingüísticas con representaciones semánticas; la otra (la
• Elementos: Son las entidades físicas básicas, los corn ponentes direc- Jr ostensión/ inferencia) establece vínculos causales entre representa-
tamente observables en un acto de comunicación. rloncs, y liga las representaciones formadas durante el curso de la des-
• Representaciones: Son las entidades mentales que desempenan algún wdificación con otras representaciones del individuo.
tipo de papel en la comunicanón, ya sea como material de entrada o La distinción entre representaciones y procesos está tornada de la dis-
como material contextual. Undtin habitual en Informática y en Inteligencia Artificial entre datos y
• Procesos: Son los diferentes tipos de operaciones que intervienen en el operaciones sobre los datos: representación y computación son, efectiva-
tratamiento de los datos. mente, los dos integrantes de cualquier sistema de procesamiento. No es
extraño, entonces, que la mente, que es un potente sistema cognitivo, pue-
da describirse utilizando distinciones que han dado buenos resultados
Osten~ión/inferencia
PROCESOS precisamente en otros ámbitos tan afines al procesamiento lingüístico co-
{ Codificación/ descodificació n
mo son los que tratan de modelizar el procesamiento de la información.

{
Medio
Situación
REPRESENTACIONES
Distancia social 2. 3. ELEME".JTOS MATERIALES
Objetivo
A pesar de las diferencias entre un acto comunicativo y otro, en to-

{
Se tí.al
ELEMENTOS Destinatario dos podemos identificar y aislar tres elementos básicos, que son identifi-
Emisor cables de manera objellva: emisor, destinatario y sena!.
Para concretar estos conceptos, imaginemos la siguiente situación: dos
!.os elementos constituyen el nivel más básico, el de los fenómenos lllH¡.\OS, l .uis y Ana, rnincidcn en la biblioteca. Ella le pregunta a él: "¿Qué
perceptibles. Si nos moviéramos sólo en el terreno de lo directamente (\lth nrudi<rndo7". Como respuesta, puede recibir diferentes tipos de se-

ohscrvahlc. b comunicacion se presentaría ante nosotrns como una acti- flill1·,_ l'or qemplo. l ui' puede responder d1nendo "(;cot11rrn11" l'n este
\·1dad en la que dos o 111,\s md1v1duos intercambian scnak.., de d1vcr"1 na- rn'"· hahra u1il1=ad•> una f,irma l1ngu1...i1ca. p11r In q11l' el c'<>i1<>n1111e11to

I<)
lA COMUNICACION lJN Nlll IJU MDl>l l O 111 1 ~ ( OMlJNI( fl..1 IÚN

del código resultará decisivo en la interpretación. Podría tambi(·n señalar llllatano los receptores ocasionales yue captan por casualidad una señal
hacia la palabra Geometria que figura como encabezamiento en sus apun- t¡ut· lh> va dirigida a ellos. En consecuencia, la denominación de 'destina-
tes; en este caso, habría una combinación de señales indiciales (el gesto) y t;mo' es preferible a la más clásica de 'receptor'. En las interacciones dia-
simbólicas (la palabra Geometría escrita en el cuaderno). Luis podría, asi- lo~ales, emisor y destinatario van intercambiando sus papeles, por lo que
mismo, mostrarle a Ana el libro de texto de Geometría que ambos usan y !Mlll Je aplicación las consideraciones hechas con respecto al emisor.
conocen, aunque en él no pudiera leerse la palabra Geometria (por ejem-
plo, porque el libro está abierto, o está al revés, o está parcialmente cubier- 2.3.3. LA SEÑAL
to por el cuaderno ... ). O podría, finalmente, imitar la voz o los gestos de su
profesor de Geometría, con objeto de que Ana reconociera a la persona y Fs una modificación perceptible del entorno producida para comunicar.
dedujera de qué materia se trata ... En Lodos estos casos, existe comunica- l.a noción general de 'señal' se aplica a la vertiente física y objetiva del ins-
ción, porque se ha producido intencionalmente una señal: en algunos, el lrumen to empleado para comunicar. Como dijimos, podemos utilizar como
contenido de lo que se quiere comunicar está codificado en una forma lin- "<'ñales cualquier tipo de estímulos externos: podemos emplear expresiones
hn~üísticas (tanto en su versión hablada como escrita), y también gestos, di-
güística; en otros, debe inferirse a partir de los indicios que se proporcionan.
hujos, chasquidos ... En ocasiones, existe una asociación convencional prees-
2.3.1. EL EMISOR
tablecida entre una señal y un contenido; pero la comunicación no se basa
lk)lo en este tipo de señales convencionales. Cuando la señal es de tipo lin-
El 'emisor' es la entidad (individuo o grupo) que produce una señal gUlstico recibe la denominación de 'enunciado', y constituye la unidad
con intención de comunicarse. Se es emisor sólo en tanto en cuanto se mlnima de. comunicación; el enunciado está delimitado por el cambio de
está produciendo la señal. En principio, no es necesario mencionar como rmisor, sin que se tomen en consideración factores estructurales como la
requisito indispensable del emisor el que éste posea el conocimiento de longitud o la complejidad sintáctica. Aunque los enunciados se construyen
un código; sólo cuando la señal es de carácter lingüístico el conocimiento alguiendo las pautas que marca el código lingüístico, la interpretación que
de la lengua desempeña un papel importante -aunque, como hemos vis- ck ellos hacemos enriquece y complementa el significado descodificado con
to (cf. § 1.4), ni siquiera entonces el conocimiento del código es suficien- datos tomados de la situación o de nuestro conocimiento del mundo.
te para explicar el funcionamiento de la comunicación-. Por otro lado, el
emisor se comunica, además, como resultado de un comportamiento vo-
2.4. REPRESENTACIONES
luntario; este comportamiento, a su vez, está inducido por un objetivo
concreto, que puede concebirse en términos generales como un deseo de
Además de los elementos que acabamos de señalar, en la comunica-
originar un determinado conjunto de representaciones en la mente del
ción intervienen también otros factores: la realidad extralingüística, la si-
destinatario, a partir de las cuales se intenta producir ciertos cambios en
tuación, el conocimiento del mundo y del interlocutor, las metas comu-
el entorno. Tanto el objetivo como la situación y el destinatario imponen
nicativas.. Cuando los consideramos con más detalle, hay un aspecto
restricciones sobre la forma y el contenido de su actividad lingüística.
que enseguida llama la atención: son elementos de naturaleza muy diver-
Frente a la concepción habitual, rígida y mecánica, esta caracterización
11. Efectivamente, hay individuos, conjuntos de objetos, relaciones, obje-
enfatiza, por tanto, la naturaleza dinámica, social y agentiva de quienes
tivos ... El problema que debemos resolver ahora es el de cómo integrar
intervienen en el proceso comunicativo.
(entre sí y con los enunciados lingüísticos) elementos tan dispares. La so-
lución la hallaremos en d concepto de 'representación interna'.
2.3.2. fL DESTINATARIO
El considerar yuc lo determinante son las representaciones internas
l's la entidad (individuo o grupo) con el que el emisor yuiere comu- que rada uno hace de los diferentes elementos de la situaCH\n comunica-
mcarse por medio de la señal. Quedan excluidos de la cnndicinn de des- tiva (y no los rll'tllentns m1,111os) perr111te resolver d problema de la

10 11
LA (OMUNICA(IÚN lJ N N IJ 1 11 O M O 0 1 l O [l f l A t O M ll N 1 C A f 1 Ó N

hctnogcnc1dad de los factores que inten~enen en la con1un1cación sin traduc1nws las ideas en palabras, y son éstas las que nos permiten co-
necesidad de ningún tipo de estipulación adicional: todos ellos mlervie- llllHllClrn<ls,
ncn bajo la forma de 'representaciones internas'; varía su contenido, pero S111 embargo, en los eJemplos que hemos comentado anteriormente
no su formato, Asi, lo que determina nuestra actividad no es tanto la si- (cL ~ l .4) ha quedado claro que no hay una correspondencia estricta ni
t uauon tal y como es, o la relación con el interlocutor definida de una t'lllrl' los pensamientos que queremos utilizar y las palabras que emplea-
1nanera obJetiva, sino más bien la situación tal y como la percibimos, o la mns para ello, por un lado, ni entre las palabras que escuchamos y la in-
relación tal y como nos la representarnos, Esto ofrece una explicación na- lnprctación que les damos, por otro, La causa de estas disparidades de-
tural a la subjetividad de nuestras acciones y de nuestros comportamien- ht' buscarse en la diferente naturaleza de los pensamientos y las palabras.
ltis: reaccionamos ante las cosas en función de cómo las percibimos y l ,a noción de representación interna permite explicar de manera más
nos las representamos, Esto explica también una buena parte de los mal- ~t'ncilla la relación entre lo que queremos comunicar y las palabras que
entendidos que se producen: un error en la conceptualización de uno de rmpleamos para hacerlo, Las representaciones internas son personales y
los elementos basta para desencadenar fallos en la comprensión privadas; las expresiones lingüísticas, en cambio, son 'representaciones
rxtcrnas', es decir, representaciones comunes y públicas, Las representa-
Por supuesto, nuestros SlSternas cognitivos están diseñados para conseguir que l'lones internas pueden ser muy detalladas y precisas, y cada individuo es
nuestras representaciones mternas resulten lo más ajustadas a la realidad que sea posible, rapaz de reconocer en ellas toda una gama infinitesimal de matices dife-
pero esto no impide que a veces se produzcan malas conceptualizaciones. Un caso proto- n·ntcs: por ejemplo, la alegria que cada uno siente en una situación de-
11 p1co de mala conceptuahzaoón es aquel en que confundimos a una persona con otra:
lrrrninada, o la sensación que experimentamos cuando nos duele la ca-
toda nuestra actividad comunicativa estará orientada a la persona con la que creemos
hablar, y no a la persona con la que estamos hablando realmente. Tan pronto como se beza, dan lugar a representaciones internas únicas. Las palabras, por su
.1dv1crtl' el error, el conjunto de representaciones internas eq u1vncado se ve inmediata- parte, son de uso común, y en consecuencia, no pueden reflejar todas las
mente sustituiclo por aquel que se considera correcto. particularidades imaginables para cada individuo: cuando queremos co-
municar nuestra alegría o nuestro dolor nos valemos de expresiones que
Podemos concebir las representaciones internas como conjuntos de 1irven para comunicar convenientemente nuestras sensaciones (¡Qué con-
proposiciones que detallan el modo en que conceptualizarnos el mundo ltnta estoy'; Me duele la cabeza), pero que, inevitablemente, difuminan sus
que nos rodea, los otros individuos y la relación que tenemos con ellos, y dttalles; esto implica que las expresiones que empleamos no son copias
nuestras propias intenciones, deseos y creencias", Pero hay que tener en ptrfcctas y milimétricas de nuestros pensamientos, sino simplemente es-
cuenta que las representaciones internas no forman un conjunto estático bozos eficaces y útiles que nos permiten transmitir algo suficientemente
y prdipdo de antemano, sino que van variando constantemente: se ven parecido,
ampliadas, reforzadas, debilitadas o sustituidas por otras, De esta manera
se pueden explicar los cambios que se van produciendo en paralelo al Las representaciones internas admiten, efectivamente, una complejidad y un grado de
avance del discurso mismo, dt1alle altísimo: son, digamos, imágenes de muy alta resolución. En cambio, las representa-
c.1oncs externas (como las expresiones lingüísticas, pero también los dibujos, los esquemas,
k» mapas o las maquetas, entre otros) tienen una resolución mucho menor. Si pensamos,
2.4, L ÜEL PENSAMlEKTO A LA PALAllRA por ejemplo, en cómo llegar desde nues1ro lugar de trabajo habitual a nuestra casa, segura-
mtnll" todos somos capaces de evocar el camino de regreso con mucho detalle y precisión:
Solemos dar por sentado que las palabras sirven de vehículo y hacen
podrmo~ recordar cada calle, cada sernáforo, e incluso el olor de la tienda de flores junto a
pnsiblc que las ideas puedan "salir al exterior" y llegar a otros: uno tiene la qt1t' pasamoi.;. Pero st otra persona quicrr saber cómo hacer ese mismo trayecto, somos
1111a idea en su mente y la ''traduce" a una forma lingüística totalmente tintinen rapan.·i.; dr explicarlo en pocas palabra~ o de d1hll.J<1r un cmqui~ esquemático, s1111-
equivalente; al escucharla, su interlocutor la interpreta y de cstl' modo se pliht·.mdo lo~ dc1a\k.., y 01111lt('11do [;1111!orn1ano11 que rc..,uha mcll'\"alltl'
rcprnducc en su mente la idea transmitida. De ac11l'rd" «111 1·sta visión,
l A l O M \J N 1 ( A 1 1 rl ~
IJN f\1111 V() ~llPI l 11 PI 1 iJll ! nli1111otll iJlll ¡(IN

El paso <le la representación interna a la 1ep1t·,,·111ano11 externa [m- de í.'...,,l nd1111.l. (R \\' J.111nq \ l I 1\1nd1¡1 1 >1 >!1 ·11111.11 ult111al 1<tt! v' l11tl'tl lllt111al
plica siempre una tarea de selección de sus co11tcr11do, (¿<¡uc datos dar 7, J ,1ct", en R J. \\.itl'>, <.., l!k ~· h 1 hlt1 h lt·d-.1, }'ol1trnn' ltl l.im,i,;tiU,L'.e. Bcrlm, l'vlo11

¿cuántos datos dar?) y de adaptación de la informaoon selecrnmada.a las ton-!)c(1ruy1c1, pag ~\))

necesidades del interlocutor (¿cómo dar esos datos?): quienes qmeren


lk este modo, las reprcst:ntaciones se convierten en pautas que guían la
comunicar algo tienen que seleccionar y adaptar la información a las cir-
rnnducta y el comportamiento, y proporcionan nuevos datos a lm demás
cunstancias; de igual modo, quienes interpretan están dispuestos a LT
"'hrc lo que constituye la manera habitual de conducirse dentro del gru-
más allá de lo que las representaciones recibidas indican, a sobrepasar la po social.
esquematicidad de los signos empleados y a complementar la informa-
Así se explican también las raíces de la adecuación: nuestra actividad
ción recibida con su conocimiento del mundo.
rntnunicativa será adecuada en la medida en que las representaciones que
Imaginemos que dibUJO un croquis para explicar a otra persona cómo llegar a mi ca"
nos formamos de los diferentes elementos y sus relaciones sean correctas,
sa. Si al dibujar el camino marco el lugar con una cruz, lo hago con la convicción absoluta y sean, además, las que imperan en la cultura en la que nos movemos.
de que quien interpreta el esquema no entenderá ~ue ,vivo en un milímetr~ cuadr~do s~­
bre una hoja de papel; y quien recibe el papel en nmgun momento pensara que m1 domi- 2. 4. 3. lA REPRESl'NTACIÓN DEL CONTEXTO
cilio se reduce a una minúscula marca de bolígrafo, a pesar de que eso es exactamente lo
que le he indicado. .. En las versiones más clásicas, el contexto es un marco fijo y preesta·
Esto no qmere decir, por supuesto, que no podamos transmltu nunca la riqueza de hlcci<lo que abarca todo aquello que, física y culturalmente, rodea al acto
nuestra experiencia personal con palabras; podemos hacerlo, pero ~ólo de man.era exce~ mismo de enunciación. En la versión que proponemos, es más bien una
oonal, y siempre a costa de la econornía del esfuerzo. Sería impensable ut1hzar conti- etiqueta conveniente para hacer referencia a un conjunto ílexible de re-
nuamente explicaciones compleLas hasta el último detalle de todas y _cada una de _las co- presentaciones, que comprende la idea que cada individuo se ha forma-
sas que queremos comunicar: si lo hiciéramos, nuestras mter~en~ones c~branan un
grado de prolijidad tal que difícilmente servirían para una comunicaoon efectiva.
do con respecto al entorno, sea físico o social, y el conocimiento <le!
mundo que es capaz de manejar.
2.4.2. REPRESE1'"TACIONES INDIVIDUALES Y REPRESENTACIONES COMPARTIDAS
Así definido, el contexto resulta todavía demasiado amplio y hetero-
géneo. Como sabemos, hay muchos factmes de la situación que tienen
Hemos hablado de la subjetividad de las representaciones. Es cierto una incidencia muy directa en la manera en que se usa y se interpreta la
que una parte muy importante de la manera en que concehímos el mun- lengua: no es lo mismo hablar en público o en privado, hacerlo entre
do es individual; pero es igualmente cierto que comparnmos con los de- amigos o en una situación formal o institucionalizada. Dentro de los fac-
más grandes parcelas de conocimiento. Esto quiere decir que un buen tores contextuales, hay cuatro parámetros que merecen un lugar propio:
número de las representaciones que manejemos son representac10nes • el objetivo,
compartidas con otros individuos. Y ese carácter común represe_ntará • la distancia social,
una de las bases más sólidas para la comprensión mutua. Pero no solo se • la situación, y
comparten representaciones: se comparten también los criterios que sir- • el medio.
ven para formarlas. El conocimiento compartido y la utilización de un
mismo conjunto de criterios para conceptualizar la realidad dependen de El 'objetivo' (d. cap. 5) es el propósito que persigue el emisor con su
manera decisiva de la socialización del individuo: al formar parte de un enunciado. Es una relación dinámica, en la que el emisor, a partir de la re-
determinado grupo social, aprendemos a percibir las cosas, a entenderlas presentación que se ha formado de las circunstancias que lo rodean, inten-
y a conceptualizarlas como hacen los demás miembros de nuestro grupo: ta producir algún camhio o evitar que algún cambio tenga lugar: los can1-
hios pueden afectar a la situación externa, u al <lcstmatario, o a amhos.
... convertirse en un miernbrn normal de una n1h111,1 L"'> ~ohrl' todo una cuestión <le
l.a 'distancia sonal' es la relal'it'in l'nlrl' !"' i111crlont1orc, tal y como
,tprcndcr a pnnhlr, pensar y compo11a1 ... c ( ti1110 lo h.1tt'll los demás miembros
~· cnncthl' de acuerdo con Jo, patrones '"nalc, vrgcntc' cu cada cultura

H 1·,
llN N111 VII MllPI Lo) 01 LA r OMU~l( A( ¡()N

1d ,·ap. 4) Ln Li conceptualizacion de L1d1>1.111<1.1'"'1.d nliluycn factores


Ll oh¡el'vu, la d1-.1:u1,·1;1 '"' 1"!, l:i -.1tllarni11 y el rncd10 son, pues, los
ePl11P b edad, el sexo, d poder relativo o el g1 ad" de,., "'"'11nicntn previo. factores has1nh que '°''11d1l'ln11:u1 el 11><> de la lengua, lilnto en la produc-
...;i, desde el punto de vista del emisor, el ubjcrivo rn11111111cativo determina
c1on cnmo en la 111lnpretal'lo11 ( .ada individuo se forma sus propias re-
la clccdlin de los medios en función de los fines, la distancia social hace lo
r.resemacwnes, pero la a<lccuaulln de su comportamiento comunicativo
mismo en !Unción de las propiedades sociales del destinatario: no se habla
viene defm1da por la coincidencia entre estas representaciones persona-
igual a un adulto y a un niño, ni a un amigo o un desconocido ... Existen
les Y las pautas sociales que rigen en su cultura: el pleno dominio de la
unas pautas culturales relativamente generales, que establecen lo que se
lengua implica, de entrada, el conocimiento de las convenciones asocia-
considera socialmente adecuado en función de quién sea el interlocutor. das a cada uno de estos parámetros.
La manera en que se conduce una interacción concreta está determinada
por el modo en que los interlocutores hayan interiorizado y aprendido
estas pautas: si no se dominan los criterios que definen las diferentes ca- 2.5. PROCLSOS
tcgorias, difícilmente se podrá ajustar el comportamiento a los estándares
esperables.
La ter~era catego;ía de coi_nponentes del modelo que estamos pre-
Aunque el término 'situación' resulta seguramente vago y poco espe-
sentando ts la de los procesos. Los procesos son los conjuntos de ope-
cífico, lo utilizaremos en un sentido restringido, para hacer referencia a rac10nes que mtervienen en el tratamienlo de la información. Por lo que
aquellos rasgos que definen el grado de institucionalización de cada tipo
hemos ido viendo .hasta ahora, en el procesamiento que acompaña a la ac-
de intercambio (cf. §§ 3.1-3.2). Efectivamente, los hay altamente institu-
llvidad. comumcanva pueden darse dos tipos de procesos: codificación/
cionalizados, con papeles establecidos para cada uno de los participantes,
descod'.ficacwn (cf. §§ 6.1-6.2) y ostensión/inferencia (cf. § 6.3). A con-
duración limitada y repertorio fijo de intervenciones verbales muy rutini- tmuac10n examinaremos las propiedades generales de cada uno de ellos.
zadas: es el caso, por ejemplo, de las ceremonias de matrimonio, en fas que
apenas hay variación posible. En el extremo opuesto se hallan las situacio- 2.5.1. ConirICACIÓN y DESCOJ)]b!CACIÓN
nes informales, como los encuentros ocasionales, en que no hay nada fija-
do de antemano en cuanto a los papeles de los interlocutores, la duración Los .procesos de codificación y descodificación han sido ampliamen-
del intercambio o el tipo de intervención que se espera de cada uno. Una te estudiados y suelen considerarse como la base de la comunicación
buena parte de las situaciones más habituales se hallan en una zona inter- humana.
media, en las que hay ciertas expectativas previas sobre los comportamien- Estos procesos están basados, como sabemos, en la existencia de una
tos esperables (verbales y no verbales), pero hay también un amplio mar- asociac10n convencional (y, en el caso de la lengua, de naturaleza simbóli-
gen de acción personal: por ejemplo, en las interacciones que tienen lugar ca) entre señales y mensajes. El proceso de codificación es aquel que per-
entre camarero y cliente, o entre profesor y alumno, en que las variaciones mite pasar del contemdo que se pretende comunicar a la señal que lo
están en función de otros factores, como los objetivos o la distancia social. transmite en vutud de.la e~istencia de una convención previa que los liga.
Algo semejante cabria decir con respecto al 'medio' (cf. § 3.3): interesa El proceso de descod1ftcac10n es el inverso: pennite, a partir de la señal, re-
en la medida en que crea expectativas que restringen la actividad comu- cuperar el mensaie que el código le asocia. El carácter convencional y arbi-
nicativa de los participantes. Cada cultura establece un conjunto propio trano_ de los signos lmguísucos explica que el conocimiento compartido
de representaciones sociales acerca de qué es lo adecuado en cada situa- del cod1go sea un reqrnSito imprescindible para su utilización.
ción comunicativa en función de cuál sea el medio (oral o escrito) en que . Las reflexiones hechas en el capítulo anterior han puesto de relieve,
"' desarrolla dicha actividad. Dentro de cada modalidad, hay categorías s111 embargo, que no es posible explicar toda la complejidad de la comuni-
dilercntcs: por ejemplo, aun siendo arnha-. nr:1k-., hay diferencias entre cannn humana súlo sobre fa existencia de un código compartido y de un
una cnnversacil'n1 c::ira a cara y una cn11\·c1--.:1c1111l 1(·\cln111ca u111rn con¡um,, de prun·"" de nid!llC:lc1<m y d,·scn,hficacion: rccPrdcmos,

\¡,
l A < O M 11 N 1 1 A~ •d ... ll N N ti 1 V 11 Mo O1 1 n IJ 1 t A < o M lJ N 1 < A< l ('j N

por un la<lo, 4ue una buena parte de lo qui· 11l111u1111 ;1111n.., pllr mc<lio del ya que existe u11a relacio11 11atmal que pn1111tc relacionar la serül co11
lenguaje no depende sólo del conocimientll h11guhtll o, ... 1110 que requiere a4ucllo a lo 4ue el emisor trata de aludir.
la integración de conocimientos lingüísticos y extrali11gwstirns; y, por otro La 'inferencia' es el proceso por el que se reconstruyen los vinculos
lado, que para que haya comunicación no es imprescindible la existencia <..¡Ul' permiten ligar la señal indicia! y el contenido al que ésta se refiere. Tí-
de un código compartido, como pone de manifiesto la posibilidad de utili- picamente la recuperación de este vinculo está basada en la utilización de
zar intencionalmente otros tipos de señales. De todo ello se deduce, como conocimientos extralingüísticos, que permiten salvar la distancia que me-
vimos, que los procesos de codificación y descodificación no son los úni- dia entre el estímulo utilizado y su contenido. Las operaciones inferencia-
cos que hay que tener en cuenta al explicar la comunicación humana. lcs representan, pues, el correlato interpretativo de la ostensión.

Además, cuando la comunicación se concibe exclusivamente como un proceso regi- En el ejemplo que se ha comentado anteriormente, cuando Luis muestra el libro de
do por un código, el hecho de que nos entendamos es una consecuencia directa de com- ( ieometría a Ana está produciendo una señal ostensiva, es decir, está produciendo un in-
partirlo: la comunicación tiene éxito porque las dos partes comparten el conocimiento de du:io a partir del cual Ana deberá inferir su intención comunicativa. El gesto ostensivo de
un mismo sistema; en cambio, la existencia de malentendidos resulta totalmente inespe- l .uis, junto con la expectativa de que ese gesto voluntario es una manera de responder a
rada desde esta perspectiva, a no ser que sea consecuencia del desconocimiento del códi- su pregunta, permiten a Ana inferir que el señalamiento es una pista decisiva para obte-
go o de fallos de transmisión. Pero sabemos que muchos malentendidos no pueden ner la respuesta que desea.
achacarse a ninguna de estas dos causas, con lo que su existencia queda sin explicar.
Cuando, por el contrario, no atribuimos al código el papel central, podemos encontrar La inferencia es, básicamente, un proceso por el que se integran los
otras fuentes de malentendidos que nos permiten construir explicaciones más adecuadas.
contenidos de diferentes representaciones internas, que pueden proce-
der, a su vez, de diversas fuentes. Cuando procesamos datos lingüísticos,
2.5.2. ÜSTENSIÓN E INFERENCIA
rnmbinamos la información obtenida a partir de la descodificación del
Cuando utilizamos señales no convencionales, estamos haciendo in- mensaje lingüístico con otra información contextual.
tervenir nuestra capacidad de producir e interpretar 'indicios'. Un 'indi-
cio' (o 'síntoma') es la manifestación de una relación natural de causa- Son, por tanto, inferenciales los procesos que nos permiten especificar los contenidos
rndificados lingüísticamente, como, por ejemplo, los que llevamos a cabo para identificar
efecto entre dos fenómenos: decimos, por ejemplo, que el humo es indi-
los referentes a los que aluden las expresiones lingüísticas (¿a qué se refiere la palabra casro
cio de fuego, o que la fiebre es un síntoma de infección. La interpretación en la frase Tendrás que limpiar el casco?; cf. § 1.4.1), o los que especifican contenidos vagos
del indicio se realiza a partir del conocimiento previo, recuperando el (cuando decimos El mío es más rápido queremos decir que es más rápido ¿con respecto a
vinculo existente entre los dos fenómenos relacionados. Pues bien, los qué?; cf. § 1.4.1). Y lo son también los que nos conducen a determinar qué es exactamente
humanos somos capaces de producir indicios de manera voluntaria y lo que el interlocutor quiso comunicamos, o en qué sentido hay que tomar sus palabras (lo
que dijo, ¿era una sugerencia, o un consejo, o una orden, o una amenaza?).
con intención comunicativa. Por ejemplo, el agitar las llaves en la situa-
Sin embargo, no hay que perder de vista que los procesos inferenciales no son ex-
ción descrita en el § 1.4.2 atrae la atención del otro y le induce a inferir clusivos del procesamiento de enunciados lingüísticos: se dan también en la interpreta-
un determinado estado de cosas conectado de manera natural con el in- ción de datos de otras fuentes, tanto si han sido producidos intencionalmente como si no
dicio mismo. (como cuando inferimos datos sobre la procedencia geográfica de alguien a partir de su
Así pues, en paralelo a los procesos de codificación y descodificación, acento). Esto indica, por tanto, que los procesos inferenciales tienen lugar con indepen-
la comunicación humana explota también, como recurso intencional y vo- dencia de que haya comunicación: como vimos, tendemos a deducir información a partir
de rualquier clase de dato disponible; la principal difrrencia entre las señales producidas
luntario, la producción e interpretación de indicios. Denominaremos 'os-
Intencionalmente y la ohsrrvación de datos fortuitos radica rn qur sólo las primeras se
tensión' (del latín OSTENDERE, 'mostrar') a la producción intencional de interpretan desde el supuesto de que qturn la-; produce las respalda.
indicios. Al contrario de lo que ocurre en el proccsll de codificación, para
producir un indicio no es necesario conllccr 11111g1111a ni11vctKiún previa,

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2.ó. l·I NULVU ¡:Nl'CX~UL: Y SU'. ( ( lN"I l l !I \.l I:\'> cisamente las regularidades las que explican 4ue podamos hablar de co-
rrección gramatical y de adccuacion comunicativa: si no existieran, no
La visión de la actividad comunicativa 4uc se desprende de las re- tendríamos una base de comparación con respecto a la cual evaluar las
flexiones anteriores puede resumirse como sigue. El emisor tiene una in- manifestaciones concretas. Por último, al subrayar el objetivo general de
tención comunicativa, que se plasma en el conjunto de representaciones originar representaciones (y no simplemente de transmitirlas) estamos
4ue quiere transmitir. Teniendo en cuenta el resto de representaciones asentando el supuesto de que comunicarse no es una actividad mecánica
4ue le resultan accesibles (en particular, las relativas al destinatario, a la de duplicación de contenidos entre dos dispositivos: aunque el código
situación comunicativa, al medio, al conocimiento lingüístico y a otros tiene un papel importante (pero no exclusivo ni necesario), la comunica-
conocimientos extralingüísticos relacionados), selecciona el tipo de señal ción humana explota siempre la capacidad de relacionar unos fenóme-
4ue, dadas las circunstancias concretas de su intercambio, le parece más nos con otros y de establecer relaciones inferenciales entre ellos.
adecuada para lograr sus objetivos: una señal en la que, típicamente, sólo
una parte de las representaciones que quiere transmitir aparecen codifi-
cadas por medios lingüísticos. El destinatario, a su vez, somete la señal CODIFICACIÓN DESCODIFJCACIÓN
recibida a un doble procesamiento, inferencia! y de descodificación, por
el que combina la información obtenida a través de la descodificación
lingüística con otras representaciones accesibles (entre ellas, las relativas
al emisor, a la situación y el medio, etc.), y forma en su mente un nuevo
conjunto de representaciones, semejante (pero no necesariamente idén-
tico) al que quiso transmitirle el emisor.
Es preciso subrayar que todos estos procesos son voluntarios, pero
REPRESENTACI NES REPRESE TACIONES
no requieren de un control consciente por parte de los individuos que • Destinatario • Emisor
los llevan a cabo (aunque en algunas circunstancias sí que puede haber • Distanc
• Situació • Situació
ese control). El éxito de la comunicación está fundado en dos hechos, • Medio • Medio
que se sitúan en la base de las regularidades comunicativas: que muchas • Conoci iento general
de las representaciones de fondo son compartidas por emisor y destina- • Conoci iento lingüístico
• Expecta ivas comunicativas
tario (desde el conocimiento lingüístico a las representaciones sobre la
situación); y que los procesos ligados al manejo tanto de símbolos ( codi- Representaciones
originadas
ficación/ descodificación) como de indicios (ostensión/inferencia) fun-
cionan de manera semejante en todos los individuos.
A partir de este modelo, podemos proponer una definición algo más
compleja -y también más ajustada- de la comunicación: comunicarse es
tomar parte en una forma de comportamiento determinado por pautas
estables, por el que uno (o varios) individuo(s) trata(n) de originar de- EMISOR SEÑAL DESTINATARIO
terminadas representaciones en la mente de otro(s). Cuando caracteriza-
mos la comunicación como una forma de comportamiento, estamos re-
rnnociendo su carácter intencional (no automático ni rcílcjo ). Cuando
Gracias a este cnfo4ue, se abren las puertas a un tratamiento inte-
decimos que es una actividad gobernada por p;111Lh l' .... tahlcs. estamos grado de todas las formas de co111unicacion, indcpcnclicntcmcnte de que
pllnicndll el rnfasis en las regularidades (y 110 c11 111 111dl\·1d11al l. son pre- en ellas se use o nll un codigll. S1 1111111;111111.., la del1111nll11 de l'lllllllllica-

·lll
l A ( o M ll N 11 A 1 1 1) N

. . a aque 11 as form as que se valen de un cod1gll, t'sta1110-. .depndo


C1on . .· . fuera
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del fenómeno comunicativo muchas varieda<le-. de co111u111Lauon que m
ua con el empleo de otros medios, como ocurre,
tegran e1 uso de la leng . · ·d d · t 1 ·_
. plo en la comunicación audiovisual (pubhci a , eme, e evi
P_~r eJ;~e~os visto que somos capaces de interpretar a_decuadamente
~~:~~-nidos que se nos comunican sin que pa~a ello medie una_ conve:
ción reestablecida: los interpretamos inferencialmente, estableciendo r . CAPÍTULO 3
lacio~es con otras realidades. No es necesario, por tanto, suponb~~ quell si LA SITUACIÓN y EL MEDIO
"l · " es porque tam ien e as
interpretamos estas otras _fo_rmas d e enguaJe
constituyen sus prop10s cod1gos. .
En los capítulos que siguen desarrollaremos con mas detalle las pro-
iedades de los diferentes tipos de representaciones y de procesos, _con
~special atención a las manifestaciones lingüísticas que a ellos se asocian.
En este capítulo comenzaremos el análisis detallado de las rcprcsc11tae1n11c-. qtt<' 111
tervienen en la comunicación. Siempre que se ha querido recoger la rn11tnhurn111 de '""
factores extralingüísticos al uso y a la interpretación se ha apelado a una llll<"lllll 111a-. ,,
menos vaga de contexto. Como hemos visto, dentro de esa nocion podc111"" 1dn11d1ca1
componentes menores. La situación y el medio constituyen la vertiente mas "ndcrna" dr
esos componentes, ya que están, en cierta medida, dados de antemano; srn cmharg". 11<>
es su carácter de algo prefijado lo que nos interesa, sino la manera en que las ullHTptua
EJERCICIOS lizaciones interiorizadas sobre ellos los convierten en prerrequisitos para la adccuacion
comunicativa.
1 Hace un tiempo, salió en la prensa rosa la noticia del conflicto matrim~niai-ettre
. . . r ue el rimero envió por error a esta un mensaje e te e ono
un futbolista y su mujer, po q hp . . . ·den siempre destinatario con receptor? Re-
móvil dirigido en realidad a otra c ica, ¿comc1
3.1. SITUACIONES Y REPRESENTACIÓN SOCIAL
cuerd; e~~~:~~~;01 :~:~~~r:i::~~~~:::·
de ostensión ('manifestación de una cosa') con el
. . . . d 1 . ino cuando se refiere a uno de los procesos comumcativos. Las circunstancias en las que se desenvuelve la comumcac10n de-
sentido tecmco . e term. d 1 tenemos en la cabeza (representaciones) cuan-
3. ¿Por que no decimos to o o que terminan decisivamente muchos de sus rasgos, tanto de forma como de
do nos comunicamos? contenido. Pero las circunstancias constituyen conjuntos muy complejos
de coordenadas siempre diferentes, que forman marcos únicos e irrepe-
tibles. Consideremos la siguiente situación. Dos vecinos que se conocen
sólo de vista coinciden en el ascensor de su casa; después de un escueto
saludo convencional, y durante el pequeño trayecto que comparten, in-
tercambian un par de observaciones sobre el tiempo; se despiden. En es-
ta situación hay muchas cosas que efectivamente son únicas: las coorde-
nadas espacio-temporales, la identidad de los participantes, su grado de
conocimiento previo, la tcrnpnatura exterior e interior, los acontecimien-
tos políticos y sociales .. '-'111 c111ha1gn, hay ntras cosas 4uc se repiten: el
encuentro casual de dll-. pt'h<>lla.., qtw "l' l't>lllll"t'll pllco l'll u11 espacio

.¡ 1
l A e IJ M 11 ~'4 1 • ¡ A '. 1 1 IJ A 1 1 1·1 f"4 ' 1 1 ... 1 11 1 fl

reducido ( 4ue, de alguna manera, L·o111 p;111t·11 l \ d111 ;111tl' u11 tiempo ClllllTtadas entre st lor111a11do 1111;1 tnl r-.tn1cturada de rL·lactLJtlt's. !'ara
que se sabe breve de antemano. Son estas prnp1nLtdl·s l 0111um·s las que hacn rekrencia a estas l'stlllL ttlLts lk cotHJl'llllle11to organizado se uttl1-
hacen 4ue todos tengamos expectativas m:is o menos semc¡antes acerca :a11 dtlerentes conceptos, cot110 los de 'marco' (framc) o 'guión' (snipll.
de la estructura y del desarrollo de la interacción entre ambos, de su pa- <:;-ida una de estas estructuras describe nm¡untos de circunstancias 4uc
pel y del tipo de temas que suelen abordarse. En un encuentro de esta na- suelen ocurrir de forma conectada y consecutiva, e incluye informaciLlll
turaleza, excluiríamos inmediatamente, por ejemplo, preguntas de tras- sobre las condiciones iniciales y finales, los participantes y sus funciones,
fondo filosófico o debates ideológicos, y tampoco admitiríamos preguntas los objetos, el lugar en el que se desarrollan y las secuencias de sucesos.
personales sobre la vida privada. ¿Por qué tenemos estas expectativas tan Drntro de cada guión situacional, somos capaces de interpretar con faci-
concretas? Claramente porque compartimos una misma representación de lidad secuencias de acontecimientos habituales, predecir lo que típica-
la situación: no sólo nos fijamos en las propiedades externas y únicas que mente ocurre en ellas y completar inferencialmente aquello que no se
la configuran, sino que tendemos a conceptualizarla como un ejemplar observa directamente. Cada estructura puede concebirse como un conjun-
particular de un tipo concreto de interacción (en este caso, encuentro bre- to de representaciones jerarquizadas: algunas son generales y obligatorias
ve y casual en el ascensor entre cuasi-desconocidos), y tendemos, por tan- dentro de la situación, y resultan constitutivas; otras son opcionales y admi-
to, a atribuirle las propiedades generales de ese tipo básico de intercambio ten cierto grado de flexibilidad. A su vez, cada una admite conexiones con
y a dejarnos guiar por las expectativas comunes a él asociadas. La noción otras estructuras, con lo que el procesamiento se hace más económico. To-
de 'representación social' proporciona un modo de vencer el problema de <lo nuestro comportamiento (lingüístico o no) y la manera en que inter-
la singularidad y poder agrupar las situaciones en función de sus rasgos pretamos los acontecimientos están ligados al conocimiento previo de las
recurrentes. situaciones y a las secuencias de acontecimientos que en ellas típicamen-
te se producen.
La siguiente tabla recoge los componentes principales del «guión del
3.1.1. MARCOS Y GUIONES
restaurante»:
Consideremos ahora el siguiente fragmento:
(iutóN comer en un restaurante
~~~~~~~--+-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-
(1) juan entró en el restaurante. Pidió el menú del día. Al pedir la cuenta, notó
LllG AR restaurante
que no tenía para pagar, y tuvo que ir inmediatamente al cajero. ~~~~~~~--f-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--

0 BJE TOS local, menú, comida, platos, cubiertos, mesas, sillas, diri¡:_i:o ..
PARTICIPANTES cliente, camarero, cocinero, cajero, dueño ...
Esta pequeña secuencia de frases proporciona varias piezas de in- CoNDICIONES DE ENTRADA cliente hambriento, cliente tiene dinero, restaurante tiene co-
formación. Sin embargo, a partir de esa información fragmentaria, todos mida ...
somos capaces de responder inequívocamente a preguntas como las si- C0Nmc10NES DE SALIDA cliente no hambriento, cliente con menos dinero, dueño de
restaurante con más dinero ...
guientes: ¿Para qué entró juan en el restaurante? ¿Cómo supo juan qué
EscENAS entrar al restaurante, sentarse, ver menú, pedir comida~-~spc­
es lo que componía el menú? ¿Se comió lo que le dieron? ¿Qué es el caje- rar, comer comida, pagar, salir del restaurante ...
ro: el individuo que cobra en el restaurante o un dispensador automático
de billetes? ¿Por qué tuvo que ir? Ninguna de las respuestas a estas pre- Los marcos y los guiones son interesantes, pues, porque explican
guntas está expresamente contenida en las frases anteriores; y, sin em- nuestra capacidad para participar en situaciones comunes de manera
bargo, todos somos capaces de darlas.
eficaz, de predecir eventos y de completarlos inferencialmcntc. Esta no
La razón está en que el fragmento hace referencia a situaciones este-
es, lógicamente, una cualidad exclusivanu·nte individual: la estructura
reotipadas que conocemos muy bien: comer en un restaurante y sacar
de los guiones se supone comparnda pm todo" lo-; miembros de una
dinero de un cajero automático. Esto muestra que el conocimiento no
determinada cultura, lo que explica la 1cla11va hnnwgencidad de nuc-;-
debe entenderse como un conjunto de rep1csc11LHtom·s aisladas, sino

·H .¡·,
1A l ll M 11 N 11 A 1 1 ,¡ ... 1 A •. t t 11A1 1 fi,. ' t t M l 11 1 ti

tro comportamiento y nuestra manera de 1111!·1 ptt·L11 la . . acl'lones aje- 4uc cada uno ddw ocupar. ¡, ,.., tc111a.., q111· p11nk11 tratarse, o el orden y la
nas. duraciún de las intcrve11nn111·.., l 111;1 11·11111011 con amigos íntimos en un
entorno privado, en ca111h10, 110 ttcm· 11111guna agenda estricta 4uc im-
Esta concepción permite dar cuenta también de la diversidad cultural en el conteni- ponga condiciones sobre estos aspectos. El carácter público o privado
do de los guiones: efectivamente, si son conjuntos de representaciones compartidas por del encuentro constituye una nota determinante: los mismos dirigentes,
los miembros de una cultura, entonces será esperable que las culturas puedan diferir en
cuando se encuentran en privado, no tienen su interacción tan pautada
la manera en que conceptualizan a los participantes, sus funciones, los objetos o las se-
cuencias de acciones. Por ejemplo, en los restaurantes estadounidenses es habitual que el por condicionantes externos.
cliente reciba un gran vaso de agua con hielo antes de solicitar su menú; esto no es co- Podemos, en consecuencia, colocar las diferentes clases de situacio-
mún en un restaurante español. De modo semejante, las intervenciones lingüísticas espe- nes en una escala basada en su grado de institucionalización, que admite
rables en una misma situación pueden diferir notablemente de cultura a cultura: por posiciones intermedias, como se recoge en el siguiente esquema:
ejemplo, en muchas culturas orientales no es frecuente dar las gracias a los miembros de
la propia familia, ni tampoco a quienes proporcionan un servicio como parte de su traba- SITUACIONES
jo (camareros, taxistas, bibliotecarios .... ); esta situación contrasta claramente con las exi-
gencias normales en muchas culturas occidentales. Incluso dentro de una misma lengua,
los guiones pueden ser diferentes: en Chile, por ejemplo, parece que no es habitual enta- PÚBLICAS INSTITUCIONALES RlTUAl.ll.AllA~
PRIVADAS
blar ningún tipo de conversación en el ascensor con los vecinos a los que no se conoce
bien. Los ejemplos de este tipo, que pueden multiplicarse extraordinariamente, ponen de
manifiesto la importancia que tiene en la enseñanza de una lengua extranjera el conocer
bien no ya las expresiones lingüísticas mismas, sino los guiones en los que intervienen y
las expectativas a ellos asociadas.
3.2. SITUACIÓN Y REGISTRO LINGÜÍSTICO
3.1.2. SITUACIONES INSTITUCIONALES, PÚBLICAS Y PRIVADAS
Si nos interesan las diferentes clases de situaciones es porque tienen
Las diferentes situaciones, tal y como se conceptualizan en cada cul- repercusiones muy importantes sobre las elecciones lingüísticas. La si-
tura bajo la forma de marcos o guiones, incluyen especificaciones sobre tuación es, efectivamente, uno de los factores que más incidencia tienen
el tipo de conductas verbales esperadas. Podemos agrupar los guiones en en el estilo de lengua utilizado. Además de las diferencias ligadas a la
clases en función de que compartan ciertos rasgos y de que tengan re- procedencia geográfica de los participantes (que dan lugar a la variación
percusiones semejantes en lo que a las elecciones lingüísticas se refiere. dialectal), se ha reconocido siempre la existencia de variedades que se re-
El criterio que se emplea habitualmente para identificar diferentes cate- lacionan con la adecuación a la situación comunicativa, y que permiten
gorías de situaciones es el que tiene que ver con su grado de instituciona- distinguir diferentes 'registros' o 'variedades diafásicas'.
lización: cuantas más restricciones sociales se impongan a una situación, La correlación entre registros y situaciones permite establecer un pa-
mayores tienden a ser también las restricciones que afectan al uso de la ralelismo entre ambos parámetros. Diferenciamos, así, entre un registro
lengua; y cuantas menos restricciones sociales haya, menos restricciones altamente formal, que suele denominarse 'ritualizado' o 'solemne', pro-
lingüísticas habrá. La institucionalización máxima se encuentra en los ac- pio de las situaciones con un grado mayor de fijación protocolaria; y, en
tos ritualizados (tomas de posesión, juicios ... ). Por ejemplo, en las cere- el otro extremo, un registro altamente informal o 'íntimo', con pocas im-
monias de matrimonio están fijadas las palabras que deben pronunciar posiciones lingüísticas. En el espacio intermedio podemos colocar el re-
los contrayentes y quien oficia el acto para que el matrimonio resulte vá- gistro 'elevado', propio de actos públicos y académicos (conferencias,
lido; de modo semejante, en las reuniones públicas entre autoridades del presentaciones de libros ... ); el registro 'casual', para interacciones en ám-
máximo nivel internacional hay un protocolo que apenas deja espacio bitos administrativos o rnmcrcialc.., (en la ventanilla de expedición del
para la improvisación, fijando de antemano as¡wctn.., cn11H l (o.., lugares DNI, en una tienda ... ); o el rcg1 . . 11n '111lorn1al', para . . 11uacio11t·s de tipo
l A ( Cl M lJ N 1 ( A' 1 1\-. l A '. 1 ! ll A 1 1 () ~ ~ 1 1 ~ 1 P 1O

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¡invado (una cena con comicidos). l'odc111"'" i'"l t.1111". proponer una
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nonalizac1ón y registro:
+
SITUACIONES
IN !IMO 11\HJRMAL CASUAL ELEVADO SOLEMNE

l'J.l:IVADAS PUBLICAS lNSTrrtJCIONAl_E.~ R!TUALIZADAS


REGISTROS
+
!NllMO INrORMAL CASUAL ELEVADO ~OLEMNI: Las manifestaciones de estas dos propiedades pueden observarse en
las diferentes vertientes que configuran un enunciado:
• La atención a la estructura del enunciado: Los registros menos forma-
REGISTROS
les admiten la producción de enunciados con una menor estructura-
ción, con vacilaciones, cortes, retrocesos, reformulaciones, construc-
Las diferencias de registro se reflejan en todos los aspectos relacio-
ciones truncadas y elípticas ... ; ninguna de estas posibilidades se admite
nados con la elección de la forma lingüística, y responden básicamente a
en las variantes formales.
un criterio: el del 'grado de control' del enunciado. El grado de control
• La elección del léxico: Constituye uno de los aspectos en los que resul-
puede analizarse, a su vez, en dos parámetros diferentes: ta más evidente la relación entre situación y conjunto de elecciones
• Control previo: Forma una escala en la que se refleja el grado de pre- lingüísticas: la diferencia entre términos como birlar, mangar, robar, o
paración previa del enunciado, tanto en lo referido a su contenido co- sustraer no atañe al contenido descriptivo, sino al tipo de registro que
mo en lo relativo a su forma y su estructura. Sus extremos están repre- relacionamos con cada uno de ellos. Por otro lado, cuanto mayor sea
sentados por la alta planificación y la improvisación. la formalidad de la situación más preciso y específico tenderá a ser el
• Control durante la producción: Da lugar a una escala en la que se re- léxico; las situaciones informales se caracterizan por un léxico más vago.
coge el grado de atención y de monitorización con que se controla la • La atención a la forma: En los registros menos formales, la presenta-
producción del enunciado. Sus extremos son el control estricto y la ción del enunciado tiende a ser más espontánea y menos cuidada. En
atención relajada. la lengua hablada, esto se traduce, por ejemplo, en una pronunciación
Normalmente, tiende a producirse una coincidencia entre los dos relajada (perder la -d- en las terminaciones en -ado: cantao). Cuanto
parámetros: la improvisación suele ir acompañada de un bajo grado de más elevado sea el registro, mayor será la tendencia a controlar los de-
control, y la planificación previa se asocia con gran frecuencia al control talles fonéticos y a cuidar la dicción. En las variantes escritas, la a ten-
en la producción. Efectivamente, los registros informales se caracterizan, dón a la forma atañe a la presentación y a la organización.
sobre todo, por la improvisación y el menor grado de control sobre la
Con respecto a estas manifestaciones, conviene hacer una precisión: el conocimien-
propia producción; en los registros más formales tiende a haber un ma- to de cuál es el tipo de registro al que se asocian los términos del léxico forma parte del
yor grado de planificación previa, y también una mayor atención a los di- conocimiento de la lengua, y, en consecuencia, el dominio del idioma pasa por conocer y
ferentes aspectos que configuran la forma del propio enunciado en el poder manejar adecuadamente estas diferencias; la atención a la forma y a la estructura,
momento mismo de su producción. La oposición entre improvisación y ~n cambio, son reflejos dtrectos de] grado de instilucionalización de las situaciones, y no

planificación, de un lado, y atención relajada frente a control estricto representan, por tanto, pan..:rla~ Lspccilu.:a:-. <lcl conocimiento lmgUistico. Esto no quiere
drcir, por supucsll), que lo~ hablantl'S deban dr:-.nudarla:-.; al contrano, tienen que ser
rnnsLituyen los ejes principales que permiten caracterizar un registro:
ron.,.nl·ntc~ de la~ n·pcl"t"Ll'.-llOtH'.., que l.1 l.1lta de plamhr.1c1on o la ah'IKHlfl rda¡a<la puc-
d<·n tenn n1;11Hln l,1.,,1111.1not11·x1~·,c t'l 1¡.,,¡1 dr 1111 re~~htro ln1111al
l A ! ll M ti N 11 A 1 " ' l<f
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IJ(' ;ti -.e1Vll ln de l.1iq>ll''>("!ll.1~1011 qw· '>t' 11c11r de].¡.., ddr1c11te:-. '.'>tluacwncs y del tipo de
1.1. U. MEDIO 1q.~t.'>ln> rl'que11dn r11 (.ltb u11.1 d(' t"!Ja.., podc1110:-. movcrno~ Líl un registro ímimo tanto
or,1l111cntc como poi t:'.'-tTlto; } podl'mo~. 1gualmcntc, utilizar un lenguaje solemne en las
do . . nwdahdadc:-..
Las diferencias entre lengua hablada y lengua escrita se asocian con
frecuencia a diferencias en el canal (cf R 1.9). Desde esta perspectiva, en
la lengua hablada se transmiten señales acústicas, mientras que la lengua No hay, pues, una correlación estable y necesaria entre grado de im-
escrita se vale de señales visuales; y si el criterio diferenciador es, efecti- provisación y lengua hablada, o entre planificación y lengua escrita. Esto
vamente, el del medio fisico utilizado, deberíamos añadir también la len- no quiere decir, por supuesto, que no se aprovechen las propiedades que
gua braille, que utiliza señales táctiles. Sin embargo, es fácil notar que la nfrece cada uno de los medios al servicio de la situación comunicativa.
diferencia entre oralidad y escritura no está simplemente ligada al canal, En la medida en que favorece la planificación y el control, la lengua escri-
sino también, y muy especialmente, a los diferentes tipos de situación en ta aporta estas ventajas a las situaciones que, por su grado de formalidad,
los que se usan ambas modalidades. requieren precisamente planificación y control: por ello, las manifesta-
ciones orales más formales (conferencias, discursos, ritos ... ) se apoyan
habitualmente en un texto escrito previo. Algo parecido ocurre en el caso
3.3.1. ÜRALIDAD Y ESCRITURA contrario: las manifestaciones escritas más informales buscan muchas
El medio empleado lleva asociadas representaciones sociales preci- veces reflejar cierta improvisación y cierto descuido (en ocasiones, cons-
sas sobre las propiedades y las condiciones de utilización del medio oral cientemente buscados), como ocurre en algunas formas de comunica-
y escrito. Sin embargo, la caracterización de estos rasgos que se ofrece es, ción electrónica ( cf. § 7.10).
con frecuencia, excesivamente esquemática y simplista. Efectivamente, es
3.3.2. LA EXPLOTACIÓ"J INTE:NUOKAL DEI MEDIO
habitual caracterizar las diferencias entre oralidad y escritura en los si-
guientes términos: la lengua oral es la forma natural de la comunicación, Como hemos visto, los humanos tendemos a sacar el máximo parti-
implica Ja ca-presencia de los interlocutores, es improvisada e informal; do a cualquier fueme de información disponible, con independencia de
la lengua escrita, por su parte, es una modalidad aprendida culturalmen- que la información se nos ofrezca intencionalmente o no; sólo en el pri-
te, se da sin ca-presencia, y es planificada y formal. mer caso, sin embargo, hablamos de comunicación. Pues bien, las pro-
Si exceptuamos el primero de los rasgos señalados, no es difícil en- piedades inherentes del tipo de señal empleada proporcionan recursos
contrar muchos ejemplos de situaciones que invalidan esta caracteriza- adicionales que pueden modificar algunos aspectos del conjunto de re-
ción: una conversación telefónica, por ejemplo, implica precisamente la presentaciones comunicado.
falta de ca-presencia de los interlocutores; una conferencia o un discurso Las propiedades intrínsecas del medio oral hacen que los diferentes
público, pese a utilizar el medio acústico, presentan elevados grados de parámetros que configuran las propiedades físicas del sonido tengan re-
planificación y de formalidad; y, al contrario, la improvisación y la infor- levancia en la interpretación final de los enunciados. En el caso de la len-
malidad constituyen notas características de muchas modalidades de es- gua hablada, el sonido permite obtener diferentes tipos de información:
critura, como las cartas familiares, los mensajes de correo electrónico o por ejemplo, a partir de la frecuencia, la intensidad, el timbre y la dura-
los intercambios de mensajes en un chat. ción podemos inferir datos sobre la edad, el sexo o el estado de ánimo
del interlocutor. Igualmente, las modificaciones en la altura la intensi-
Esta discrepancia entre lo que suele darse por sentado en cuanto al uso del medio y
dad, la duración, el timbre o el ritmo pueden matizar el cont~nido de lo
lo que los ejemplos revelan muestra que los rasgos que se emplean para caracterizar las
modalidades oral y escrita no son, en rea lídad, ra.sgo.s ddimtorios y esenciales de la orali- que comunicamos. Son las llamadas 'señales paralingüísticas', que acom-
dad y la escritura, sino características t·~pt·c.:i;1ln. dl' algunas de sus manifestaciones proto- pañan al mcnsa¡c lingüísl!u1 L'll su prrnlllcnnn Por eso podemos comen-
ttpu:a~. Lo que los cJcmplos anll'nnn· ... -.11g1nc·11 r .. t¡llt' d 1rn.·d10, sea oral o escrito, se po- tar: f.o di10 uJ11 vo~ lrisll':" <¡llc¡arn•h· ¡No 111<' lcva11/n la vozl, /.o </U<' 111c

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1A '. 1 T IJ A 1 1 () N y 1 1 M 1 P 1o

1110/csro 1)(1 /w /<11110 lo que diJo, si1111 i'i /1111" c11 1¡11c lo 1/1¡11 1 11 111uchas oca- 1111vrp11·tx[(i11 drl rnc!l'>;\]l' ,ti qnl· dl\ltllpan.m e~. rn 111ud10.., l"<l'.">lb, dcus1va. !'."itas scil.alcs
... 1onL'S, cst:J.s v;,tr1Jcioncs son 1ncnnsciL·111c..., y 11n ... e lia11 produu<lo de 11Hcrt'..,,111 c~pl'C1.d111r11tc n1,rndtl '->Ol"I intcncllrn,ilct.. conw cuando ante una pregunta,
manera inlcncional: en estos casos, aunque sirvan para 11ial1zar lo comu- ... 1111pk111c111c '>C a1qucJn l.1'.'> cqas o ::.e mega con la cabe¿a -:víuchas de ellas responden a
1 n111port.1m1cntoo., irbtivamcntc estandarizados, pero es discutible que formen un código
111c1do, no hay intención comunicativa. l'll ... cntidn cstncto ~d.~ 1.4 ).
Ahora bien, las propiedades físicas del sonido pueden modi!karse a
voluntad con el fin de originar determinadas representaciones: tenemos, l.a escritura, por su parte, también ofrece diversos tipos de informa-
entonces, un manejo intencional (y, por Lanlo, con finalidad comunicati- ción. Por ejemplo, en un texto manuscrito se pueden obtener datos (no
va) de los diferentes parámetros. Consideremos, por ejemplo, las varia- comunicados intencionalmente) acerca de varios rasgos ele la persona
ciones de la frecuencia fundamental. Estas variaciones constituyen lo que que lo escribió (edad, sexo, estado de ánimo, personalidad .... ). Pero lo
normalmente llamamos 'entonación', y están ligadas a diferentes funcio- que nos interesa es que las cualidades formales del texto escrito pueden
nes de tipo lingüístico: en muchos casos, son el único medio de distin- explotarse intencionalmente, es decir, con fines comunicativos. Los dife-
guir entre oraciones enunciativas e inlerrogativas, como Ha llamado rentes recursos gráficos, corno el tipo de letra, su tamaño, su color y su
Pedro y ¿Ha llamado Pedro/ Además ele distinciones gramaticales, los disposición en el papel, puede utilizarse al servicio de objetivos comuni-
cambios en la frecuencia pueden indicar diferentes actitudes hacia el cativos concretos. Esto se hace particularmente visible en la disposición
contenido comunicado: por ejemplo, una frecuencia repentinamente más del texto en apartados y subapartados en un texto didáctico; o en la je-
alta puede transmitir énfasis (Es un perfecto inútil), o distanciamiento iró- rarquización de la información en una noticia periodística; o en la mane-
nico, corno cuando se citan palabras de otra persona (Todavía parece que ra de atraer y presentar la información en un texto publicitario .. Estos
la oigo: "Yo nunca te haría una cosa así". ¡Qué falsa!). En cuanto a la inten- recursos gráficos no Lienen traducción directa en el medio fómco: por
sidad, representa un medio habitual de marcar énfasis sobre un determi- ejemplo, la disposición gráfica de un texto escrito, con la separación de
nado constituyente. La duración y el timbre pueden también modificarse tÍlulos, epígrafes y subepígrafes, no tiene un correlato inmediato en el
buscando efectos comunicativos concretos: insistencia, burla ... Lo impor- habla.
tante es comprender que, en la inmensa mayoría de los casos, estas ma-
nipulaciones intencionales utilizan las modificaciones en la señal como Ciertamente, es posible reflejar la estructura también en una presentación oral. pero
indicios de una intención comunicativa que el destinatario debe interpre- sacmpre se tendrá que hacer a base de añadir formulaciones lingllisticas que ordenen y
tar inferencialmente: ello explica que no haya una correspondencia pre- estructuren el discurso, y que nuevamente convertirán en información comunicada lin-
guísucamenle a través de conceptos lo que en la otra modalidad se presentaba de manera
establecida entre el tipo de modificación producida y el sentido que ad- visual y directa.
quiere en cada muestra ele comunicación particular.
Algunos de estos aspectos están muy convencionalizados, y su utili-
Cuando se usan intencional y abiertmnente, todos estos recursos pasan a engrosar
la lista de señales intencionales no codificadas. Pues bien, este upo de recursos fónicos <li-
zación adecuada forma parte del conocimiento de las pautas habituales
lkilmente pueden trasladarse al medio escrito sin perder el carácter exclusivamente indi- en cada tipo y género de texto. Pero en otros casos, como el de la publi-
cial que tienen en la lengua oral: es cieno que, tras la inteTVenclón de un personaje en cidad, hay pocas pautas establecidas, de modo que la utilización y la in-
una novela. el autor puede apostillar ... dUo con tono irónico; pero entonces ha converti- terpretación de estos recursos no depende del conocimiento de un es-
do en mformación explícitamente codificada lo que en la versión oral es un mdic10 mten- tándar previo, sino del procesamiento inferencia! que hagamos ele ellos
cionalmente producido, con lo que, de alguna manera, se modifica la naturaleza del re- rn cuanto indicios comunicativos.
curso.
Por otro lado, 1a 1engua ura1 se utiliza en muchas situaciones en que se produce una
mtrracnón cara a cara. En estos caso .... a Ja ... pr11p1nl;uk ... paralmgUístICas hay que añadir
ia~ 'k11w~Kas', que lkpemkn dr !n ... gt·-..111•, (la¡ 1alc .... de la . . marn1s ... ). ~u influencia en la

·,1
1 A C IJMllNll Ar 1dk 1 A •, 1 1 LJ A ( 1 (1 N Y 1 1 M 1 [) 1 O

P1·1w{): 1(·...,r l11da...,1 1u ,1 rc111<11 Y achanta que te conviene, colega. No te esca-


~.4. ( llM l.USION qmT~ ... A remar. (~uc de sto sé yo un poco. Cuando el jefe se ha puesto a so-
bar sera por algo. Venga, diñale al ren10 hasta que te tengan que engrasar los
sobacos .. 1Qur tienes mucho morro, tronco!
La situación y el medio determinan decisivamente las elecciones lin- (A Alonso, De pmgti1 por el Tíheríades, transcripción de Carlos G. Santa Cecilia,
güísticas. Cuando adoptamos un enfoque cognitivo, damos especial én- El País 20/11/1988)
fasis a las situaciones estereotipadas, y al conjunto de expectativas y de El ejerc1c10 presenta varias posibilidades: a) Reflexionar sobre los efectos del cambio
pautas de conducta (verbal y no verbal) que de ellas se derivan_ La relati- de registro; hay algún deta11e de humor, p. ej., el comienzo. b) Pensar en las marcas pre-
vidad cultural de los guiones muestra de nuevo, de manera evidente, que ~mes de este registro carcelario (hay distintas procedencias: caló, el habla juvenil..., aun-
que está claro que el habla juvenil siempre se ha alimentado de la Jerga carcelaria). e) Si
no son los rasgos objetivos de las situaciones en sí mismas lo que condi-
se hubiera escrito hoy día, ¿habrían aparecido otras expresiones de argot? P. ej., marrón,
ciona la actuación, sino el modo en que cada cultura las conceptualiza. rayar. d) Teniendo en cuenta el § 3.2, ¿podríamos sostener que el grado de control, de
Consideraciones semejantes son de aplicación al medio (oral y escrito) acuerdo con el registro elegido, del fragmento es bajo'
en que se desenvuelve la interacción.

EJERCICIOS

l. Las hipotecas son documenLos ~olo válidos cuando se redactan por escrito y se
inscriben en el Reg1stro de la PTopiedad. Considerando lo dicho sobre las situaciones insti-
lw ionalizadas y las represernacione,., a,.,ocia<las al medio escogido, ¿le parece esta exigencia
lógica?
2. ¿Por qué muchas personas recurren a un registro deliberadamente ·vulgar en las
discusiones automovilísticas para dlfig1rse a desconocidos a los que ni siquiera tutearían
en el resto de las situaciones?
3. Antonio Alonso, capellán de la antigua cárcel de Carabanchel (1!adrid), decidió
adaplar a la jerga carcelaria el Evangelio. Esta es una muestra:

DE PlNC,ÜI l'CJR El LAGO TIB[RL~DES

NARRADOR: Un día, no de autos, sino de barcas, Jesús, con sus colegas, se subieron
en una de ellas.
JEst.:s: Hoy vamos a hacer turismo acuático ... Nos vamos a enrollar con un pingüi
marinero. Vamos a cruzar hasta la otra orilla. Venga, tíos, a remar todos ... Y tú,
judas Iscariote, coge el remo más gordo, tronco.
JUDAS: Chuchi, colega, que siempre me diñas a mi el curro que menos mola, el de
mas fatigue ... Jo' ... ¿Sabes lo que te digo' Que aljuanito le dinas más cuartel...
/bús: No empecemos, Judas ... Aquí el úmco que va de kie es mi mcnduna. Si no
camelas c1 remo gordo, tírate al agua y aligérale pa tu gachí, tío.
/llllA.'> Vale, jefe, vale ... No me qmero perder este pingüi.
NA1rnAno1c Comenzaron todos a remar y }fsús se puso a sobar.
[11111\...,. ¿\ahl·is lo que os digo, tíos? Que estr tío va de lbto. rtl(lo~ aquí, colegas,
dandolc al remo y é'l a sohar ... ¡No 1c d1gn 1
CAPÍTUL04

LA DISTANCIA SOCIAL

Ko siempre nos expresamos igual, sino que somos capaces de adaptarnos a las cir-
cunstancias. Todos entendemos intuitivamente la idea de "adaptarse a las circunstancias'';
pero si queremos reflexionar de un modo más sistemático al respecto, tendremos que ull-
hzar noc10nes más prensas. En el modelo de la comunicación que hemos propuesto, han
aparecido varios conceptos que nos permiten establecer distinciones algo más niüclas,
que harán posible., a su vez, identificar diferentes factores. Uno de estos lactores es el que
hemos denominado 'distancia social'. En este capítulo trataremos, pues, de otra de las ca-
tegorías de representaciones que determman de manera más decisiva la adecuación del
uso.

4.1. J.A RELACIÓN ENTRE LOS INTERLOCUTORES COMO 'DISTANCIA


SOCIAL'

La 'distancia social' es la relación que existe entre el emisor y el des-


tinatario, tal y como la definen las propiedades de los individuos, tanto
las físicas o intrínsecas (edad, sexo, etc.) como las sociales (poder relati-
vo, autoridad ... ). Es una medida de la relación entre dos interlocutores
que tiene componentes objetivos y subjetivos, individuales y sociales.
Cuando lo que pretendemos es establecer generalizaciones sobre el mo-
do en que determina la adecuación de las elecciones lingüísticas, debe-
remos colocar el énfasis en la vertiente social y común. Como se ha se-
l'lala<lo, la distancia social interviene en la comunicación como parte
llltcgrnnte de un uir1.1unto de representanones ampliamente compartido
por los 1memhros de una cktnminada cultura. Nuestr<h ekcnorn·s L'stan,
1A ( o M ll "4 1 ""' , d ~ LA Pl'>TANrtA 'i.0( IAt

puc'. condinonadas por la manera en que ¡w1, 1'11111<" -("11 que hemos des que establecen diferencias en función de la raza, la casta o el clan
aprendido a percibir- la relación con los duna' de los individuos. Aunque actualmente muchas <le estas asimetrías
tienden a desdibujarse, siguen persistiendo a veces en los usos lingüís-
Ll relatividad cultural de este parámetro se hace especialmente v1s1bk cuando se aprende
ticos. Existen también, por supuesto, relaciones simétricas, como las
una lengua exlranjera: no ::,ólo son diferentes la gramática y el léxico; también lo son, y
111uy cspccialmentf, los cnlerios con los que se dende, por ejemplo, qué forma de trata-
que se dan entre coetáneos, personas del mismo sexo o pertenecientes
rrnento emplear: en dos lenguas y dos culturas tan cercanas a la nuestra como la francesa a la misma clase.
y la 1laliana, el uso de las formas de familiaridad y de respeto está regido por principios
muy tlifcrentes de los que operan entre nosotros. En español, la elección entre las formas de tratamiento de familiaridad o de respeto
constituye el reflejo protoLípico U.e la diferencia jerárquica; pero hay también otras marn-
lrslaciones, que Llenen que ver con la elección del léxico. Por ejemplo, a un niño se le
puede preguntar por sus hermanitos -con ese uso del diminutivo que se suele 11amar
4.2. DIME"-'SIONES DE LA D!STA"-'CIA SOCIAL
afccnvo-; y cuando se le habla de papá o de nwrná, ~e está haciendo referencia a los pro-
genitores del niño. y no a los del hablante: ninguna de estas posibilidades parece dispo-
La distancia social no es una medida simple, sino que ella misma es- nible al dirigirse a un adulto (al menos no en E~paña). De modo semejante, la elección de
tá compuesta por dos dimensiones diferentes: una relativa al grado <le los apelatlvos Señora o Señorita (siendo ambos formas de re::,peto) está motivada funda-
conocimiento previo entre los hablantes, y otra relativa a su posición den- mentalmente (aunque no exclusivamente, como veremot- a continuación) por la edad de
la persona a la que se dirige -lo cual, por cierto, no deja de consl1tmr una seria fuente de
tro de la escala social. Podemos representar estas dos dimensiones en
conflictos-.
dos ejes de coordenadas, que denominaremos 'eje de familiaridad' y 'eje
de jerarquía'.
• 'Roles sociales': Son funciones atribuidas por la sociedad a los indivi-
duos en relación con el papel que desempeña cada uno dentro del
4.2.1. EL EJE DE JERARQUÍA
grupo. En esta dimensión se colocan las relaciones que dependen del
Es el eje vertical, y refleja la posición relativa de los interlocutores poder o <le la autoridad, como el hecho de ser jefe o empleado, médico
dentro de la escala social. La base de esta dimensión está en el poder re- o paciente, camarero o cliente, policía o ciudadano de a pie ... También
lativo <le un participante con respecto al otro. Aunque algunas socieda- hay relaciones simétricas, como las existentes entre compañeros <le es-
des son más flexibles que otras, todas muestran una organización estrati- tudio o de trabajo. No representan, pues, rasgos inherentes de cada
ficada de sus miembros, de acuerdo con conjuntos de valores que varían persona, de modo que la mayor parte de las veces no se corresponden
de cultura a cultura. Con respecto a este eje, las relaciones pueden ser con propiedades perceptibles; su naturaleza explica que varíen con la
simétricas (las que se dan entre participantes que ocupan el mismo lugar situación (cf. §§ 3.1-3.2): por ejemplo, quien en una situación es jefe
en la escala) y asimétricas (las existentes entre individuos que ocupan con respecto a sus empleados, puede ser paciente con respecto a un
posiciones diferentes con respecto al eje vertical). médico, o ciudadano común con respecto a un representante de la ley.
La jerarquía se evalúa, a su vez, con respecto a dos parámetros: las
características inherentes y los roles sociales. Por ejemplo, duranle lat- sesiones parlamentarias, los diputados se dirigen unos a
otros utilizando el apelativo Señoria y la forma de tratamiento de respeto usted, formas
• 'Características inherentes' (o 'físicas'): Son propiedades objetiva y di- que constituyen la man1festac1ón llnguísuca del reconocimiento de t:>U rol social; pero
rectamente perceptibles, como la edad o el sexo. La mayor parte de las cuando se encuentran en los pas1llos, o íuera de la Cámara, uulizan las formas que co-
culturas establecen escalas sociales en las que las personas de mayor rrespondan en vinud de sus can.ll"ll'fbtica~ personales (y del grado de conocimiento pre-
edad ocupan posiciones más altas que las más jóvenes, y, en las cultu- vio~ d.§ 4.2.2). En la clccnn11 cnin· \o.., ;1pdauvn:-. Sdwra y Sn1orila, que comentábamos
t.'11 el punto antcnLH, mtcrvcrn.1 Lrn1hll'll ILHllc1(111alnw111L· d c:-.tado nvtl <le la persona a la
ras más tradicionales, típicamente los homhres ocupan posiciones je-
que ~l· dirige. Alwrn h1l'll, el hcd1t1 dc quc 1·-..1011 ( ;1..,;HL1 '->('il llll drmcnto -..onalnwntc n'k
rarquKas superiores a las de las mujeres; de igual 111ndn. hay socieda- vantc en el c;l">ll dl· ];¡.., 1ntt¡l'l1 ..·., pct11 1111 en c·l dt" l(1•, ho1nh11·.., llll li.1y d1 ... 111H 11111 ..,l'llW
l /l. { CI M 11 N 1 1 11' 1 A Dl'.IAN{ IA ' 1 01 IA!

¡.1111r p.11,11~.:knr~l' ;\ lo:-i hombres en funcion de ..,11r·,t.ldt11 l\·il li.11 l' qitc l''>lil practica ~l' hacen, con mdcpendcncta de otros factores, como el grado de conoci-
hoy umw d1;-,cnirnnatona y tienda a ser rccha...:ada ;1 L1\11t del 11..,n gc11r1alizado de
.... ll'lll.1
miento previo.
\¡·r111ru coi1w lorrna de rc~pcto. Algo semejante ocurre en 111,l!,lc::., um \a.., vcr~1ones escnta'i
l'or su propia naturaleza, la relación suele ser siempre simétrica: tan-
'nncspondicntcs: tra<l1c10nalmente se <listmgula entre Mrs (M1s/1ess, 'señora·), y Miss
( ·..,c(amta')~ actualmente ambas se han fund1do en la forma única Ms.
to si la distancia depende del conocimiento previo como de la empatía, lo
normal es que la relación se perciba de modo análogo por las dos panes,
Los roles sociales suponen, por tanto, un nivel de representación inter- Esta dimensión de la distancia se representa sobre el eje horizontal a par-
medio entre los factores puramente individuales y los situacionales, tal y tir de su centro:
rnmo vimos a propósito de los guiones (cL § J,Ll):

E CO).JOCIMIENTO ESCASO/
t Viejo/ Jefe R BAJAEMPATt~
E RI'.LACIÓN AS1).1ÉTRICA A

l
R R
A t t Coetáneos/ Compaileros
Q
R u Al TA FAMILL.\RIDAD /Al f,\ rMP,\ rtr\
Q
RELACIÓN SIMETRKA l IGLALDAD) í
u A

A
t Joven/ Empleado fAMtLlARlDAll

fAMlLli\RlllAD
Cuanta más familiaridad haya entre dos interlocutores, mas ccrc;11H" es-
tarán los puntos que los representan en la dimensión horizontal, y cuan-
Además de tener repercusiones en las elecciones lingüísticas, los roles to más cercanos estén dos participantes entre sí, mayor será la confianza
sociales crean expectativas con respecto a los derechos y obligaciones de entre ellos,
los participantes dentro de los diferentes guiones en los que se incluyen,
Estas expectativas son también representaciones que determinan la ma- E~Lo se traduce, en prmcip10, en una preferencia por las formas df' tratamiento de
nera en que se producen y se interpretan los enunciados lingüísticos, y familiaridad, por la posibilidad de ahordar asuntos y tema'i persona1es, por e1 mayor gra-
configuran, por tanto, otros aspectos de la situación que hay que tener en do de emotividad que puede usarse en la interacción ... Por ejemplo, el uso de "tacos·' e::.
más frecuente en las situaciones de mayor famihan<la<l; también los chistes aparecen con
cuenta a la hora de caracterizar la adecuación comunicativa.
mucha más libertad entre interlocutores con un alto grado de conocimiento previo.
Cuanto inás alejados están dos interlocutores. en cambio, más distancia lingUística hay
4.2.2. EL EJE DE FA'AIUARIDAD
entre ellos: se prefieren las formas de tratamiento de deferencw y la mleracciún no ~uele
Es el eje horizontal y permite representar la posición relativa de los tocar temas privados.
interlocutores en lo que respecta a dos dimensiones independientes de la
4,2.J, LA COMBIKACIÓN DE LAS DOS DIMENSIONI:S
_Jerarquía:
• El grado de conocimiento previo: Dos personas que se conocen mu- La combinación de los dos ejes permite, pues, situar a los participan-
cho o desde hace mucho tiempo tienen una relación más familiar que tes como diferentes puntos en un plano, según los lugares relativos que
dtls dcsctlnocidos, ocupen con arreglo a las dos dimcns!<lncs que hemos comentado, Dos
FI grado de empalia: Dos personas que, por dífcrcntes nrntivos, sim- puntos muy alc¡;:td<" tant" «11 el qe de JCrarc¡ui::t cnnw en el qc de fami-
p;lli::;rn tienen tamhkn una relación más cnc:111;1 qt1<' .J," que no lo
. ··.·11

(,[
l A C O M 11N!1 A 1 1 1) •t IA !ll~lANCIA ~OCIAI

liari<lad indican una interacción con mud1a d1..,L11H·1a: do" puntos muy El siguiente esquema muestra dos casos extremos -pero no por ello
próximos, en cambio, sugieren una interaccion cercana. poco frecuentes-: aquel en el que tanto la distancia vertical como la hori-
zontal son máximas (interlocutores con asimetrías en el eje de la jerar-
quía y con nula familiaridad); y aquel en que hay una distancia mínima
4.3. DISTANCIA SOCIAL Y DISTANCIA LINGÜÍSTICA (simetría en el eje vertical y cercanía en el horizontal).

Si la distancia social interesa a los lingüistas es precisamente porque


condiciona muchos aspectos del uso de la lengua. Efectivamente, la dis-
E
tancia social determina la distancia lingüística que se establece entre los
R
interlocutores: cuanto mayor es la distancia social, mayor es también la A
distancia lingüística que se espera ver reflejada, y que se manifiesta, fun- R
damentalmente, en la elección de fórmulas de tratamiento, en la elección Q IGUALDAD JERÁRQUICA
de un léxico más formal, y también, en menor medida, en la pronuncia- u ALTA FAMILIARIDAD
ción y en la construcción sintáctica. A

El aspecto más llamativo, sin duda, es el relativo a las formas de tratamiento. En es- FAMILIARIDAD
pañol contamos con una forma de tratamiento de familiaridad (tú o vos en algunos dialec-
tos) y otra de respeto (usted); esta situación se reproduce, por ejemplo, en francés y en
italiano. El hecho de que la concordancia de la forma de respeto sea de 3ª persona consti- El hecho de que la distancia sea análoga en las dos dimensiones hace que
tuye una manifestación evidente de la expresión de distancia. De los idiomas que, como estos casos sean los menos problemáticos: cuando hay mucha separación,
el inglés, no disponen más que de una forma pronominal de 2ª persona se ha dicho en se recurre a las formas lingüísticas que reflejan más distancia; cuando
ocasiones que resultan más igualitarios y democráticos; hay que tener en cuenta, sin em- hay poca, se usan formas familiares.
bargo, que estas lenguas recurren a otros procedimientos -típicamente, la forma de los
apelativos, con el contraste entre usar el nombre de pila Uohn) o el apellido (Mr Camp- Las cosas se vuelven más complejas cuando la distancia en los dos ejes no es equi-
bell)- para reflejar la distancia social. En otras lenguas, como el japonés, con sistemas so- parable, es decir, cuando hay mucha distancia en el eje vertical pero muy poca en el hori-
ciales fuertemente estructurados, las distinciones lingüísticas ligadas a la distancia social zontal; o viceversa, cuando hay poca diferencia jerárquica pero escaso conocimiento pre-
son mucho más complejas y afectan más ampliamente al léxico. vio. En estos casos se produce un conflicto entre las tendencias asociadas a cada uno de
los ejes. Como ejemplo de la primera situación podemos considerar el caso de un jefe y
En buena parte de las culturas se produce una traslación más o me- un empleado que llevan muchos años trabajando juntos: quizá mantienen la diferencia
nos metafórica entre los dos ejes, de tal manera que el eje de jerarquía se jerárquica en el tratamiento (el jefe llama por el nombre de pila al empleado, y puede uti-
lizar tanto la forma de familiaridad como la de respeto; el empleado trata al jefe con for-
utiliza como modelo para el eje de familiaridad, como si plegáramos el
mas de respeto), pero los temas que pueden abordar son personales (interesarse por la
esquema por su diagonal y proyectáramos el eje vertical sobre el horizon- familia, por sus actividades .... ); o quizá el conocimiento de años ha pesado más que la je-
tal. Esto quiere decir que las formas de tratamiento que se utilizan para rarquía, y su relación sigue las pautas que marca la familiaridad (ambos se tutean). En la
marcar distancia entre desconocidos son las mismas que se emplean pa- segunda situación están, por ejemplo, dos nuevos compañeros de trabajo de igual rango:
ra marcar que el interlocutor es jerárquicamente superior. en este caso, puede predominar la cercanía jerárquica o la falta de familiaridad.
La asimetría se manifiesta también en la necesidad de reflejar la dis-
tancia lingüística: la deferencia se expresa necesariamente por parte del
jerárquicamente inferior, que debe usar siempre formas de respeto; el
superior, en cambio, utilizará las formas de respeto o las de familiaridad
l'll función de otros parámetros situacionales.

(1\
LA ( (l MU N 1' A.• "' '1 l A [) 1 ', 1 A N ( 111 •,O ( 1 A¡

t 4.4. CllNU_U~ION
IMf,lRIAJFRARQU!CA
E
l A f'AMILlARIDAD
R Las rdaciones entre la distancia social y su expresión lingüística son,
A
R como acabamos de ver, algo más complejas de lo que cabría pensar a
Q
t primera vista. No puede hablarse de una concordancia mecánica entre
lG LALDAD JERÁRQUICA
u las propiedades físicas y objetivas de los hablantes, de un lado, y la dis-
i \
t MlJY ESCAIAFAMILIARIDAD
tancia que se expresa lingüísticamente, del otro: entre ellas media siem-
A
pre un conjunto de representaciones culturalmente dete.rminado y am-
fAMILIARlDAD pliamente distribuido entre los miembros de una comunidad, que modela
la forma en que se concibe al otro y el lugar que ocupa dentro de la esca-
Ante el conflicto de tendencias, los hablantes recurren a diferentes estrategias: mu- la social. Sólo a partir de esta idea es posible explicar toda la variedad de
chos se esfuerzan conscientemente por nitar el uso directo de fórmulas de tratamiento usos y situaciones que hemos comentado.
(que harían inmediatamente manifiesta una elección concreta sobre la distancia social) y
recurren a expresiones impersonales, que resultan menos comprometedoras; otros adop-
tan soluciones de compromiso, en las que se integran formas híbridas.

Conviene destacar el carácter cultural, y no lingüístico, de las repre- EJERCICIOS


sentaciones sobre la distancia social. No es difícil comprobar que diferen-
tes variedades geográficas de una misma lengua manifiestan tendencias l. Explique la rdacion entff un almirante y un mannero '>11v1cndo~c de lo'.-. dn-... ('/1'\
dl' la distancia ..:;ocia!. ¿De que modo la lengua refleja esta distancia? Puede aprovcch;.U" c:-,[L'
distintas: por ejemplo, en la situación de igualdad jerárquica y poca fami-
ejercicio para repasar las formas de tratamiento en el ejército.
liaridad, es muy probable que los hablantes peninsulares prefirieran la 2. En 4.3 se trata la relación existente entre la distancia social y lingüística, ¿se <lan
forma de tratamiento de familiaridad, mientras que los de muchos países otros reflejos indiciales de la primera? Pista: piense en el valor comunica ovo del espacio
de América del Sur se decantarían por la de respeto. Se dan también entre los interlm:utores (proxémica) y en las cartas (los márgenes).
cambios históricos en la manera de concebir las relaciones: hasta hace no 3. Para el éxito de una comunicación, es !unclamental acertar en el tratamiento del
demasiado tiempo, en muchas zonas los hijos utilizaban la forma de tra- mterloculor (ver§§ 4.1y4.3). En este pasaje de Don Quijute, tal acierto no sucede y surge
el conflicto. De lo que se trata es de explicar las causas de tal fracaso:
tamiento de respeto para dirigirse a sus padres; el cambio que se ha pro-
ducido no afecta a las formas lingüísticas, sino a la manera de asociarlas a Llegó el cuadtillero, y como los halló hablando en tan sosegada conversauón,
quedó suspenso. Bien es verdad que aún don Quijote se estaba boca arriba, sin
las correspondientes relaciones sociales. poderse menear, de puro molido y emplastado. Llcgóse a él el cuadnllero y dijole:
-Pues, ¿cómo va, buen hombre?
La relación entre las posiciones sociales y sus manifestaciones lingüísticas es tan es- -Hablara yo más criado -respondió don Quijote-, si fuera vos. ¿Úsase en esta
trecha que la historia nos ofrece varios ejemplos de intentos de borrar a1gunas diferencias nerra hablar desa suene a los caballeros andantes, majadero?
sociales a base de ehminar sus expresiones lingüisticas. Pero no hace falta remontarse a -El cuadrillero que se vio tratar tan mal de un hombre de tan mal parecer, no
uempos lejanos para encontrar estos casos: lo que hoy se conoce como "lenguaje políti- lo pudo sufrir, y, alzando el candil con todo su aceite, cho a don Quijote con él en
camente correcto" representa un movimiento por acabar con diferencias sociales injustas la cahrza, de ~unte que le dejó muy bien descalabrado.
o abusivas. El intento es interesante: pero no debe hacernos olvidar que son las represen-
( /lon Qui.¡ote de la Mancha, Parte l ª, capítulo XVII)
tannncs sociales subyacentes las que deben cambiar, y no sólo las manifestaciones super- 4. ¿Pnr qlh.' a alg11t1<1" prr-.011,1" .1 ven·s ks molesta que les llamen por el apellido, y
fu·ialrs. les gusta m<is ser lL1111~1cL1.., p(ir ("l 111nnlH1'~

,, ,
CAPÍTULO 5

Los OBJETIVOS COMUNICATIVOS

El objetivo comunicalivo constituye, lógicamente, uno ele los factores que con más
fuerza determina el uso. Convinimos en conceptuar el propósno como un tipo de repre-
sentación interna, que guía la actividad comunicativa e influye decisivamente en las elec-
ciones lingüísticas, especialmente en la elección de los medio.:; que puedan adecuarse me-
JOT a los fines perseguidos.

5.1. REPRESENTACIONES Y OBJETIVOS

Comunicarse es participar en una forma de comportamiento deter-


minado por pautas estables y sistemáticas, por el que un individuo trata
de originar determinadas representaciones en la mente de otro. Este en-
foque se aparta, como vimos, <le la idea más habitual, según la cual la
comunicación se concibe como el proceso por el que se transmite un
mismo contenido de un individuo a otro. Desde el punto de vista del
emisor, el objetivo general de cualquier muestra de comunicación es el
conseguir que, a partir del procesamiento de la señal que produce, se
formen en la mente de uno o varios destinatarios ciertas representacio-
nes no necesariamente idénticas a las suyas -aunque sí semejantes- y no
enteramente codificadas en la señal que transmite. Para el destinatario,
este proceso puede tener tres tipos básicos <le efectos: la adición de nue-
vas representaciones que antes no poseía (es decir, la incorporación <le
infmmación nueva), la modificación <le algunas de sus rcprcscntauones
(por c¡cmplu, rdnrzandu " dch1litandu ideas qu,· ya terna antes), y la
t•l11111nacion d" alg1111;1' rq1n''l'llt:tn<>lll's ( L1' qu" tl'slllt:m "'' bisas o
t•4u1vucad:1')
t O\ Oíl JE T 1 V O<, < n M ti N 1 < A 1 1 V O\

'."lcguramcn!c t~Jdo:-. mt.nprctamos automJticarncn1c el cnunuado no c0111ll un;\ prrd1t.


c1un !>Obre el futuro, "111º corno un intento de evitar que el hecho que :,e 111cnuoi1.1 '.'>('
1 MISllR /......... .......... ·.... ·; !lF~TINATARJO haga rc~lidad. Des~e lurgo, no.hay nada en la formulación lingw~tica n11~ma que tmpun
KLl'RE.',LNJACIO"-'ES x~---_-_-_-_-_-_- --- ---- ____ _11-· -R-E-.P-R-E-·S_E_N_T_A_C_IO_N_E_S~ ga una mterpretac10n de r-stf Upo; y tampoco es posible apelar a una convcncion Pfl'Vl<I
... __ ... ----- ,/' qw_· e~tab_lez_ca, de modo general, que afirmar un hecho futuro equivale a prevenir contr,1

~Ad
su cumplumento, P?rque esto conduciría a errores en la mayoría de lo~ casos. el destina
• lClUil
tario debe utilizar, de nuevo, su conocimiento del mundo (en particular, la i<lca de que
no e~ deseable sentarse sobre los aparato~ eléctricos) para entender que el errn~or cst~ 1
• Modificación
tratando ele advertirle de que quite primero el mando a distancia del sofa.
• Eliminación
En otras ocasiones, lo que está fn juego no es introducir modificaciones en el r 11
torno f1sico, smo en el conjunto de represfntaciones mentales del interlnc11wr-. l·-,¡ 11 t''> 1()
que acune, por ejemplo, cuando se enseña una materia o cuando se da 1111.1 11n11n, 1 <'ll
FI anterior constituye un esquema muy general sobre las relaciones entre am~os casos, lo que se persigue es proporcionar la~ 1nformac1oncs nt'Ct"·,,111;1-, 1u 1 ,\ c¡ih· , ·I
las representaciones del emisor y del destinatario, y las de ambas con la conjunto de representaciones de un individuo se vea ampliado (o ct1111plc1;1du. ti inndtli
señal utilizada: se trata de una relación de semejanza, y no de identidad cado) con otras representacwncs nuevas.
absoluta; quedan también recogidas las tres clases de efectos básicos.
Pero este enfoque es todavía muy abstracto. Obviamente, ni el pro-
pósito con el que se intenta originar dichas representaciones es el mismo 5.2. FUERZA ILOCUTIVA Y TIPUS DE: AU ( 1-, 1ll ! J;\111 ,\
en todos los casos, ni el impacto que las representaciones producidas
tienen <>n el destinatario es idéntico. Podemos, entonces, intentar precisar Una buena parte de la investigación pragmat1ca ha g1rad<1 ,·11 1nr 11 " a
algo más los objetivos comunicativos: ¿con qué propósito concreto seco- dos nociones diferentes, aunque muy relacionadas: la nouon de ·1u,·i ~a
munica el emisor7, ¿cuál es el efecto que produce en el destinatario? ilocutiva' y la noción de 'acto de habla'. La idea común que subyacc a
Analicemos algunos ejemplos simples. ambos conceptos es la de que comunicarse es una forma de actividad de
modo que, al producir un enunciado, el emisor lleva a cabo también' un
( 1) Aquí no hay quien resplre. El ambiente está cargadbimo.
cierto tipo de acto lingi.lÍstico, es decir, un 'acto de habla'; la 'fuerza ilocu-
tiva' es la hnalidacl con la que se lleva a cabo dicho acto: puede informar,
Un hablante puede emplear este enunciado con el propósito de que su advertir, pedir, ofrecer, perdonar, insultar... Un 'acto de habla' es, por
interlocutor abra una ventana o deje de fumar. En este caso, los cambios tanto, una unidad intencional, con un objetivo único. !\o es una unidad
perseguidos afectan fundamentalmente a la situación exterior; pero es gramatical, ya que puede no tener estatuto oracional, o puede ser lingüís-
necesaria la mediación del otro participante, cuyas representaciones in- ticamente complejo, con constituyentes menores, como muestran los
ternas tienen que modificarse previamente como paso necesario para que ejemplos de (1):
se obtenga el resultado esperado: si el interlocutor no entiende la indirec-
l IJ a. ¡Adelante!
ta, si no entiende que para el otro la situación descrita es incómoda, el
b. Las mu1eres y los niños, primero.
emisor no habrá logrado su objetivo. e ¿Me prestas 100 €7
/\ vece~ dr lo que se trata es de evitar que se produzcan camb10s. Imaginemos la si- d. Oye, ahora que vas a 1a cocina, ¿me traes un vaso de agua? Es que me ten-
guwntr ~1tuac1on. Alguien se chspone a tornar asiento en un ~ufá, cuando otra persona go que tomar 1a pastilla ...
prc~cntr rn la misma habitauón pronuncia la oración de (2)·

t 2) 1e \',ha sentar :-.libre el mando a distancia


Cuando se entiende la comunicación como una forma de actividad, se le
pueden aplicar dis1i11c1tlllL'S pwpias de las acciones. Así, a partir de la no-
l'lon de acto d,· h:thla "' p11cdc11 :1g1 upar \;1' i11tc11c1<llll"· co111u111c:lli\'as
l A C O M ll N 1 e A e 1 l'1 Jf
10\ OBJETIVOS rOMUNtrATllJOS

en clases relativamente homogéneas. ! lay vana.., cLt..,1lic1nom·s posibles; consecuencia, realizar un acto asertivo o representativo; o puede ser un
la 4ue se recoge a continuación es una de las mas conocidas (Searle, acto directivo, si es una orden o una recomendación; podria concebirse
1975): también como la expresión del compromiso de un hablante, que se hace
• Asertivos (o representativos): El emisor pretende reflejar el estado de responsable de que en el futuro el estado de cosas sea efectivamente el
cosas del mundo: afirmar, referir, explicar... descrito ...
• Directivos: El emisor pretende que el destinatario lleve a cabo una de- Puesto que cualquier muestra de comunicación está encaminada a
terminada acción: ordenar, pedir, rogar, aconsejar, recomendar ... obtener un determinado objetivo, lo esperable es que el emisor ponga
• Compromisivos: El emisor manifiesta su compromiso de realizar una todos los medios a su alcance para conseguir su meta. Un emisor puede
determinada acción: prometer, asegurar, garantizar, ofrecer... hacer un comentario como ¡Anda, te has cortado el pelo! con la intencion
• Expresivos: El emisor manifiesta su estado de ánimo con respecto a al- de mostrar al destinatario que se ha fijado en su nuevo corte de pelo y,
go: felicitar, agradecer, complacerse, perdonar, insultar... quizá, dar a entender que le gusta, y puede conseguir su objetivo. l'no
• Declarativos: El emisor produce cambios en el mundo en virtud de la también pueden obtenerse efectos inesperados. Por ejemplo, alg1111·11
autoridad que le ha sido otorgada: bautizar, casar, inaugurar, dictar sen- puede emitir el enunciado Mi perro está ahí fuera con la 1tllt'IH 1011 ""''
tencia, contratar... plemente de informar y obtener, en cambio, el efecto ( 110 pn·v10.,t11 111 de
seado) de asustar al interlocutor.
La clasificación anterior puede recordar a la de las funciones del lenguaje: podría Los ejemplos anteriores han puesto de relieve qul' 1H1 punk 1"'>1.tlik
pensarse que los actos asertivos no son más que un nuevo modo de denominar a la fun- cerse una correspondencia constante entre tipos de t'Xflll'..,10111·.., lt11r.111"
ción referencial; los directivos corresponderían a la función apelativa; y los expresivos, a
ticas y fuerzas ilocutivas. Ello confirma que la fw·r;::a tl11111t1v;1 111, c.., 1111.1
la expresiva. Aparte de que el marco en el que se inscriben los dos tipos de nociones es
diferente, basta con un repaso rápido a los ejemplos prototípicos de las diferentes catego- propiedad ligada exclusivamente a la forma l111gu10.,tica 11ttl1:.1d.1. "'"" c·I
rías para notar que son diferentes los criterios utilizados en cada caso: cuando hablamos producto de la combinación de varios factores: l'" la 111tt·r;11111111 c11t1c c·I
de funciones del lenguaje, el criterio tiene que ver con el elemento de la comunicación conocimiento lingüístico y el conocimiento extralingu1st1n> lo q111· (H'11111
que predomina; cuando nos referimos a actos de habla, utilizamos como elementos dis- te caracterizar la contribución como perteneciente a un tipo u otro de ;11
tintivos las intenciones comunicativas. Por ello, aunque existen semejanzas, hay categorias to de habla.
que no tienen paralelo en ambas clasificaciones, como los actos compromisivos y los de-
clarativos.
Es cierto que, en ocasiones, la asociación entre forma lingüística y fuerza ilorut1va ~e
ha vuelto tan estrecha que casi es imposible desligarlas. Es lo que ocurre, por CJcmplo,
La clasificación de los enunciados como actos de habla no utiliza cri- con fórmulas como ¡Buenos días!, ¡Que aproveche!, o Le acompaño en el sentimiento: cfcrti
terios de naturaleza gramatical, ni debe equipararse a distinciones de tipo vamente, es difícil encontrarles otro uso que no sea el de saludo matinal, el saludo duran-
te la comida o la expresión de condolencia. Este tipo de enunciados en los que existe una
gramatical. La fuerza ilocutiva surge como consecuencia del uso volunta-
asociación casi del todo convencionalizada entre formulación lingüística y acto de habla
rio de una señal, pero no es una propiedad de la señal misma, sino el re- reciben el nombre de 'rutinas conversacionales', y representan, en cierto modo, una ex-
sultado de su utilización en unas circunstancias concretas. Así, un enun- cepción.
ciado puede emitirse con diferentes objetivos comunicativos y producir
diferentes tipos de efectos. Consideremos el ejemplo de (2):
(2) Los alumnos llevarán uniforme. 5.3. INTERACCIONES ENTRE ACTOS DE HABLA Y DISTANCIA SOCIAL

Fn función de las circunstancias en las que Sl' utilin'. p111·tk contar como Los objetivos comunicativos contraen diferentes tipos de relaciones
con los otros parametros que configuran la comunicaci(m, es decir, con
la simple descripción informativa acerca de 1111 1·..,tad11 di' co..;as, y, en
la distancia o.,ocial, la situaciún o el medio. Como henHh visto, la manna

/(l /1
l () •, () 11 J r 1 1 V o\ ( () M IJ N le A 1 1 V o\
l A 1 o M 11 N ti 1\ 1 1 •1 ._.

actos rnmpromisivos, ya que en ambos se expresa la intención firme del


r11 que se conceptualice un determinadP l'llllllt 1.1dti dc¡H'11dc del propó-
emisor de realizar una determinada acción para el destinatario. Y, sin
-.110 que se persiga, pero está también ligada ;1 la -.1tu;tc1on y al medio.
embargo, todos vemos que son muy diferentes en un sentido: el primero
Pues bien, una de las interacciones más interesantes es seguramente la
es un ofrecimiento, y el segundo, una amenaza. No parece necesario in-
que se establece entre los objetivos y la distancia social. Por un lado, la
sistir en las repercusiones de uno y otro enunciado en la relación entre
distancia social existente entre los interlocutores determina la manera en
los interlocutores. El criterio que utilizamos para establecer esta distin-
que entendemos los diferentes tipos de actos. De hecho, en muchas oca-
ción no es otro que el del beneficio para el destinatario.
siones, las diferencias entre los actos integrantes de una misma categoría
En. igualdad de condiciones, cuanto más beneficio represente una
se establecen en función de la distancia social. Consideremos el siguiente
determmada acción para el destinatario, más se favorecen las buenas re-
ejemplo: laci~nes: la relación_ se mantiene o se hace más cercana; esto supone,
(3) ¡Venga, sigue tirando! habitualmente, un cierto coste para el emisor. Paralelamente, cuanto me-
nor sea el beneficio para el destinatario, más se propicia el distanciamien-
Parece que se trata, en principio, de un acto directivo. Ahora bien, dentro to-_ De acuerdo con esta idea, siguiendo a Leech (1983), suelen distin-
Je esta categoría, no es difícil imaginar situaciones en las que esta misma gmrse cuatro categorías de acciones:
frase se pueda emplear con fines comunicativos muy diversos: puede ser • Acciones que apo~a~ (o mejoran) la relación social, esto es, las que
una orden, o un grito de ánimo, o un reto, o una amenaza encubierta ... Pa- suponen un beneficio para el destinatario y un coste para el emisor:
ra que lo consideremos una orden, es necesario que haya una relación agradecer, felicitar, saludar, ofrecer, invitar ...
asimétrica entre los interlocutores: el emisor ha de ser jerárquicamente su- • Acciones indiferentes, es decir, aquellas en las que no hay un desequi-
perior al destinatario. En la situación contraria (aquella en la que el emisor hbno claro entre coste y beneficio para los interlocutores: afirnwr, in-
es jerárquicamente inferior), ya no conceptualizaríamos el enunciado co- formar, anunciar...
mo una orden, sino más bien como una súplica o un ruego. Si la relación • Acci~nes qu: e~tran en conflicto con la relación social, esto es, que
fuera de igualdad jerárquica, lo interpretaríamos, seguramente, como un implican algun tipo de coste para el destinatario: pedir, ordenar...
consejo o una sugerencia ... Y las distinciones podrían ser más sutiles si tu- • Acciones dirigidas frontalmente contra la relación entre los interlocu-
viéramos en cuenta otros factores. Esto indica que las denominaciones tores y que pretenden acrecentar la distancia o destruir las relaciones
como 'orden', 'ruego' o 'sugerencia' no son nociones simples, sino deriva- existentes: amenazar, acusar, maldecir...
das de la interacción entre objetivo comunicativo y distancia social.
. En consecuencia, la interacción entre objetivos comunicativos y distan-
Pero las relaciones entre objetivos y distancia social no se limitan a
cia sooal suele medirse de acuerdo con dos escalas contrapuestas en las que
reflejar las relaciones preexistentes: también pueden modificarlas. Está
se coloca cada acto con respecto a la relación entre coste y beneficio, tanto
claro que no todos los actos tienen las mismas repercusiones sobre el
desde el punto de vista del emisor como desde el del destinatario.
destinatario, por lo que no resulta sorprendente que algunas de esas re-
percusiones puedan tener incidencia (positiva o negativa) sobre la rela-
Acciones Wavorabld [ndi[erente~ \Conflictiva~ !Contraria~
ción entre los participantes. Consideremos la siguiente pareja de enun-
DESTINATARIO
ciados:
BENEFICIO +
( 4) a. Te voy a dar un café.
b. Te voy a dar un puñetazo. EMISOR

COSTE +
!)esde el punto de vista de su estructura, son idénticos. Fn lo que respec-
ta al 11po hasico de acción que realizan, podna1110-. caractni:::arlos como

/ 1
l A C O M lJ N 1 1 A 1 1 i) ... 10', OllJl!IVO~ COMIJNICA!IVO\

I.a clasificación anterior se cruza, por tanto, con la de los tipos de actos Ohservcnsc las expresiones de (5):
de habla básicos: por ejemplo, entre los actos directivos, los hay que in- (5) a. Un boli.
tentan favorecer la relación, como los consejos; que resultan indiferentes, b. Te cojo el boli.
como las instrucciones; que resultan conflictivos, como las peticiones o c. Préstame un bolígrafo.
las órdenes; o que van contra la relación, como las imposiciones. Lo d. ¿Me prestas un bolígrafo?
mismo cabría decir con respecto a las demás categorías. e. ¿Hay por ahí un bolígrafo?
¿Podría prestarme un bolígrafo, por favor?
g. ¿Seria tan amable de prestarme un bolígrafo un momentito, por favor?

5.4. ACCIONES CONFLICTIVAS, FORMA LINGÜÍSTICA Y RELACIONES


Todas ellas están al servicio de una misma meta comunicativa: la de
SOCIALES
pedir prestado un bolígrafo; difieren, sin embargo, en dos aspectos cru-
ciales: por un lado, en el tipo de distancia lingüística que reflejan; por
Los tipos de acciones que ocupan los dos extremos de la escala (es
otro, en el diferente grado en que se usan los recursos lingüísticos para
decir, las favorables y las contrarias) no plantean, en principio, proble-
mitigar el impacto de la petición. Con respecto a la distancia lingui-.t1c;1
mas intrínsecos en lo que se refiere a su formulación lingüística, ya que la
que reflejan, las formulaciones (5)a-d ejemplifican diferentes vn-,1< llH . ..,
propia naturaleza del acto va en la misma dirección que el objetivo; tam-
dentro de las formas de tratamiento de familiaridad; ('))e utili;:a u11a fill
poco los actos indiferentes suponen dificultades especiales. Las acciones
mulación neutra; y (5)f-g se mueven en la dimcnsi(m de las !orilla.., d1· de
que entran en conflicto con la relación social, en cambio, pueden produ-
ferencia. Lo que nos interesa ahora es el segundo aspecto c11 cada 11tt;1 1k
cir desajustes no deseados entre el tipo de acción que se quiere llevar a
ellas la petición se ha efectuado considerando dilcrcntcs gr;1d,h d1· 1111p()
cabo (y que implica algún tipo de coste para el destinatario), y la volun-
sición, y tratando de mitigarlos. En el caso de ('))a no ·"l' pn1 dw 11111¡:1111;1
tad de seguir manteniendo una buena relación.
imposición ni se echa mano de recursos lingüísticos cspcnak.., par a 1 !ltt
Cada individuo posee una 'imagen pública' (jace), es decir, una vi-
trarrestarla, lo que sugiere una situación en la que la pcticion se ha con
sión de sí mismo que quiere proyectar hacia los demás y que está confi-
ceptualizado como una acción poco conflictiva; algo semejante ocurn· en
gurada tanto por su posición en la sociedad como por sus rasgos indi-
(5)b-c. Pero, a medida que avanzamos en los ejemplos, vamos viendo di-
viduales. En la imagen pueden diferenciarse dos vertientes básicas: el
ferentes muestras de los recursos lingüísticos que se emplean en español
deseo de independencia, de libertad de acción, de no verse supeditado a
para atenuar el potencial impositivo de las peticiones: el recurso a la for-
otros; y el deseo de afiliación, de ser apreciado por los otros y de ser con-
ma interrogativa supone un paso habitual para marcar un cierto distan-
siderado como un miembro del grupo. Estas dos tendencias contrapues-
ciamiento de la petición. A este recurso se suman otros como la adición
tas (independencia y afiliación) reciben la denominación de facetas 'ne-
de fórmulas fijas, como por favor, el uso metafórico de la distancia verbal
gativa' y 'positiva' de la imagen. Pues bien, en las acciones que, como la_s
(con el empleo de formas de posibilidad), el uso de verbos modales, el
peticiones, entran en conflicto con la relación social se ven comprometi-
empleo de minimizadores, como un momentito ...
das a la vez la faceta negativa de la imagen del destinatario (ya que su
demanda de libertad de acción se ve limitada por el emisor, que le pide Si en el ejemplo anterior sustituyéramos el objeto que se pide prestado (por ejem-
algo), y la faceta positiva de la imagen del emisor (que quiere seguir go- plo, el bolígrafo por el coche), veríamos enseguida cómo las formas lingüísticas empica-
zando del aprecio del destinatario, a pesar de que, al pedirle algo, está das para hacer la petición se volverían seguramente más complejas para minimizar el
contrariando su libertad de acción). En estos casos, la elección adecuada mayor grado de imposición: la forma más simple El coche se sentiría, sin duda, como pre-
de los medios que se empleen para llevar a cabo el acto de habla resulta potente y dcsconcs, incluso en la situación de máxima familiaridad (y siempre se vería
como una orden o una exigencia, más que como una pcliuon ); scgura111ente aúadinamo~
decisiva, ya que pueden contribuir de manera muy notable a reducir o
alguna 1u~td1ca¡ 1011 ( h 1¡111· d 111io '" lw t'\lro¡waclo ... ), q1111a ,,fincna1110~ alg<> a ia111h1<> ( ">1
mitigar el impacto negativo en el destinatario

¡ ·I 7'>
l u'• n 11 J 1 1 1 V n •, ( o Mu N 1 { A 1 1 V (1"

n1!' /(1 ptn/11..,, 01111 d1a le 111v1to el <nuH.), o rClllrtin.111111.., ,1 .qlt'l.ttLYO.., qur c11Lt11Laran la la La '1gu1cnlL" tabla muestra algunos de los elementos que suelen apare-
111d1.111d,1d. '.\lo podcnw:-. dl'Lallar aqw tocios los ddcrcn!e:-. I\'( ut:-.\l'> y lo., valrnc.'> que tí cer en las peticiones:
p1l ,111irntc ;-;e .1souan con cada uno de ellos: lo que mtcrcsa destacar es que cuanto más
1111pn:-.itivJ :-.e pcrciha una petIC"ión, más probabilidades hay de que se use un mayor mí-
ELEMENTOS DE UNA Pl'TICIÓ!\
111no de recursos para mitigarla.
Título o función: Profesor
Apellido, l\ombre, Apodo: González. Pepe
Podemos generalizar las observaciones anteriores recurriendo al es- APcu1.T1vo:, Término tierno, férmmo oiensivo: Caritio, idiota
quema propuesto por Brown y Levinson (1987), en el que se recoge la Pronombre: Tú
relación entre el riesgo <le deterioro en la relación social desde el punto Elemenlo para llamar la atención: ¡"Oiim!, ¡Perdone.'
de vrsta <le! emisor y el tipo de recurso empleado: l lacia el oyente: JJucdes hacer..
Perspectiva Hacia el hablante: Puedo hacer ..
Menor Impersonal: Se nuede harer...
DlTectamente Préstame 100 € Modalidad imperativa: Quílese
Abiertamente Reahzativo explícilo: Lt' estuy pidiendo qut' se q1wc
{ Indirectamente ¿Me preslas 100 é? Reahzativo modificado: Debo ptdirlc qur <;r 4u1tc
¿Puedes prestamie 100 €' Eslrategia Deseo: Me gustaría que .;;e quitara
,; Realice la acción Sugerencia: ¿Qué tal si se quitcirn?
M { Condición preparatoria: ¿I'..sla lihrc t'/ '>il!o 1k .,¡~ 1~·i¡1J1od11 •
Encubiertamente El raJetO no juncwnaba y indirecta: No veo
Mmgadores
Interrogativo: ¿Me /leva.,,1
1\ o reahce la acción NOCLEO '.\legación: ~l\Jo podrn.\ /lcvarnit"
Aspecto: Me t:stoy pre¿;;url(wido '>! flPd11m llnr11 n11·
Mayor Tiempo: Qurría saber si puedf'.~ llrvannr
Marcas de cortesía: Por favor, ¿puedes l!evannt:'?
Modificadores Utotes: ¿Tienes un .~itHo para mi?
5. 5. LA ESTRUCTURA INTERNA DE LOS ACTOS DE HABLA Atenuantes: A lo mejor puedes ace-rcarme un poco con el coche
Acuerdo: Me llevas y otro día te acerco yo ¿vale'
Intensificado res
Como hemos señalado antes, los actos de habla son unidades comu- Amplificadores: Arregla ese maldito follón (ahora mismo)
nicativas, y no unidades gramaticales. Un acto de habla puede ser comple- Repeticiones: ¡'Vete! iEsfumate! ¡Desaparece de mi vista!
Jº y presentar una estructura interna que contenga diferentes elementos, Énfasis prosódico: Vete de MI cusa
entre los que se establece una relación jerárquica. Las peticiones constitu- Indicadores de cierre: ;v vuntvl / ¡v basta!
yen, seguramente, la categoría <le acto de habla mejor estudiada, en parte Preparatorios: Me gustarla pedirte una cosa
Búsqueda de compromiso previo: ¿Me haces un javor?
debido a los problemas que pueden acarrear a la relación social. Dentro de
Desarme: Ya sé que no te gusta prestar las apuntes, pero..
las peticiones pueden identificarse tres tipos de componentes básicos: Mitigadores
Justificación: Es que ayer no pude venir a clase..
APOYOS
Apelativos (Alerters): Son elementos de apertura que sirven para atraer Promesa de recompensa: Si me llevas, yo te pago la gasolina
la atención <le! destinatario. Minimizador de imnosición: ... sólo :;i vas en la misma dirección
• Núcleo: Es la unidad mínima que puede realizar el tipo de acto deseado. Intens1hca<lores Insulto: Limpia, cerdo asqueroso
A.menaza: ... si no auieres aue.
• Apoyos (Supportive moves): Son secuencias cxtcrnns nl núcleo quemo-
dificnn el impacto (positivo o negativo) del avln de habla.
1 A < O M 11 N 1 t A 1 1 1) ~

1:1 rsqur111a a11tcrior muestra la estructura dt' 1111.1 'l.1'" d1· .11 ' " ' d1rrl'11vos. Según
nial sea el tipo de acto realizado, podremos encontrar dilnl'llll'' ttJ111po11entes: los actos
rnmpromisivos muestran una distribución de componentes semepnte a la de los directi-
vos, aunque su signo sea diferente; en los expresivos se observa típicamente una acumu-
lación reiterada de elementos nucleares, acompañada de una proliferación de elementos
de apoyo; en los actos representativos, la información suele organizarse en ideas principa-
les y secundarias; los actos declarativos, por último, por su propia naturaleza de expre-
siones más o menos ritualizadas, tienen una estructura y unos componentes fijos, que CAPÍTULO 6
deben reproducirse siempre en los mismos términos. En todo caso, cuanto más extenso
sea un acto de habla, más compleja será su estructura interna, y más diversificadas po- CODIFICACIÓN E INFERENCIA
drán ser sus partes.

5.6. CONCLUSIÓN

En los capítulos anteriores hemos tratado con cierto drtaill' la 111;11w1.1 1·11 qw l.1-. dtl1
A partir de algunas nociones sencillas acerca de la finalidad comuni- rentes clases de representaciones que hemos propuesto co1110 • tJ1t1pt11w111 .... d.- 1111 '"'' 1 • •
cativa hemos podido obtener distinciones que permiten caracterizar y enfoque intervienen en la comunicación (y, en particular, rn el 11"' dl' l.1 k11~'."·' 1 • 11 1.1·
explicar las diferencias principales entre tipos de actos comunicativos y elecciones que hacemos al utilizarla cuando nos n1mu111ca111"' wrli.tl11w111.-' 1 11 • .,,, • ·'I''
las repercusiones lingüísticas y sociales que de ellos se derivan. tulo volveremos la vista hacia los procesos, que consl!tuyr11 lltr;1 '.ttq',< 111.1 ·'I '·'"' dni11. • •¡, 1
modelo.

6.1. MÁS ALLÁ DEL CÓDIGO


EJERCICIOS
Todos tenemos conciencia de que lo que comunicamos va a vn-c..,
l. ¿Cuáles son los factores más influyentes a la hora de ser más cortés verbalmente?
más allá de lo que decimos explícitamente. Imaginemos que un grupo de
2. Piense en una acción potencialmente conflictiva: llamar la atención a un compañe-
ro que llega sistemáticamente tarde a clase cuando uno está de guardia. Es amigo, pero personas está viendo un programa de televisión, y uno de los presentes
soporta mal los reproches. Con estos datos, formule un acto directivo, analizando el apela- afirma No sé quién le habrá dicho a esta chica que se meta a cantante. Es
tivo y la estrategia empleados. prácticamente seguro que no interpretaremos ese enunciado como una
3. Los españoles tenemos fama de excusarnos mucho, con excusas en las que lo declaración del emisor sobre su propia ignorancia; y tampoco lo interpre-
fundamental no es la petición directa del perdón, sino un relato excusatorio tendente a tamos como una forma indirecta de solicitar el nombre de la persona que
eliminar la responsabilidad. El ejercicio que se propone es presentar posibles excusas an-
animó a la chica en cuestión a emprender una carrera en el mundo de la
te un hecho tan habitual como llegar tarde a una cita, y examinar sus estructuras siguien-
do el esquema del§ 5.5. música. Lo más probable es que entendamos que la chica canta verdade-
ramente mal. Sin embargo, todos estaremos de acuerdo en que esto no es
lo que la expresión empleada significa según nuestro conocimiento del
sistema lingüístico. La distancia entre lo que decimos y lo que queremos
comunicar puede ser todavía mayor que en este caso. Somos capaces, in-
cluso, de comunicar algo a pesar ele lo que decimos explícitamente. Una
frase como Tú sí que ert's u11 />111'11 111111,l(c> puede rccihir, en la situación ade-
cuada, una intrrprctacion optll'"la a la litnal

lH
1lllllf1( A< ION 1 INI 1 ~IN< tA

S111 embargo, no concebimos est<l-. ltl'lli11-., 11>lll<l 1·111plcos inade- otras cosas, no puede tener ningún tipo de impacto cognitivo sobre nues-
cuados, abusivos o fraudulentos de la lengua; talllpoco representan ha- tras representaciones internas mientras no sepamos quién lo dice, en qué
bitualmente un peligro para la comprensión mutua: de hecho, la in- lugar y en qué día se halla, y con respecto a qué otra situación resulta
mensa mayoría de las veces la comunicación tiene éxito. En páginas contrastante la que aquí describe. De hecho, la mayoría de los hablantes
anteriores ( cf. § 2.5) hemos explicado estos fenómenos como resultado no es consciente de que la descodificación lingüística ofrezca exclusiva-
del hecho de que en la comunicación no interviene un único tipo de mente un contenido tan esquemático. Esto sucede porque la expresión
proceso simple de codificación y descodificación, sino que éste se ve que estamos considerando contiene unidades sensibles al contexto, co-
complementado por un proceso de producción intencional de indicios, mo los deícticos hoy y aquí.
y su correspondiente proceso inverso de interpretación inferencia!. De- Esto indica, por un lado, que una expresión lingüística codifica só-
bemos ahora abordar con más detalle la cuestión de cuáles son las pro- lo una representación parcial del significado (de modo que cualquier
piedades de cada uno de estos procesos, cómo caracterizar los niveles expresión puede ser utilizada por una infinitud de hablantes diferentes,
de interpretación a los que cada uno da lugar y cómo establecer la co- en circunstancias espacio-temporales infinitamente diversas, y con in
nexión entre ambos. tenciones comunicativas también diferentes); e indica, igualmente, q11t·
sólo cuando logramos concretar esa representación esquc111at1c1 y a11;1
dirle indicaciones precisas (por ejemplo, sobre el hablante y -.,,¡-., 111
6.2. PROCESOS SEMÁNTICOS
cunstancias) es posible contar con una representacion lo -.uf1tw11tc111t·11
te detallada y concreta como para que pueda tener co11sccue11c1;¡-., -.,olir 1·
Comencemos con el proceso que mejor se conoce: el de codificación/ nuestro conocimiento previo.
descodificación. Está sustentado en las operaciones que ligan las expre-
siones con sus significados teniendo sólo en cuenta el conocimiento es- Podemos pensar en el resultado de la descodihcacion lmgu1s11c1 co11to 1111a pla111ilL1
trictamente lingüístico. Tomemos un enunciado como el de (1): básica de significado muy abstracto que se debe rellenar con contenidos concrct1>~. htc
enfoque nos devuelve una vísión del nivel semántico de la lengua como un nivel que da
(l) En cambio, hoy aquí hace calor. lugar a representaciones parciales, no especificadas en todos sus detalles. Decimos, en-
tonces, que los procesos semánticos infradeterminan (es decir, determinan sólo parcial-
Nuestro conocimiento de la lengua nos permite entender que el hablante mente) la interpretación final de cualquier enunciado.
(quienquiera que sea) afirma que hace calor en el momento y en el lugar
en el que se encuentra (cualesquiera que sean), y presenta además estos A partir de las consideraciones anteriores podemos identificar las
datos en contraposición con otros datos (que no se expresan). Para llegar principales características de los procesos semánticos:
a esta conclusión tenemos que conocer el significado léxico de las pala- Son algorítmicos: El significado se construye de acuerdo con pautas fi-
bras y el significado gramatical asociado a la manera en que se relacionan jas de composición, que combinan los significados léxicos de acuerdo
los diferentes constituyentes de una frase: éstas son, efectivamente, las con las instrucciones contenidas en la estructura sintáctica. Para des-
dos vertientes que integran el significado lingüístico. El proceso de des- codificar correctamente el significado de una oración, basta con ajus-
codificación es, por lo tanto, un proceso semántico. Si el mismo enuncia- tarse estrictamente a los pasos dictados por su propia estructura. Los
do estuviera en una lengua que no conocemos, sencillamente habríamos procesos semánticos están determinados, pues, por principios exclusi-
sido incapaces de descodificarlo correctamente. vamente de tipo lingüístico.
Sin embargo, todos notamos que lo que se quiere comunicar des- Son independientes del contexto: La construcción del significado se
borda la descodificación mecánica de las palabras y sus conexiones. Lo hace teniendo en cuenta sólo la información directamente contenida
que obtenemos como resultado del proceso de dc-;rndilkaciún es toda- en la formulación lingüística misma, sin tomar en cuenta otros tipos
v1a una representación muy esquemática: tan c-.,q111·111;1t1l·a que, entre de informaci<lll extralingüística: son, por tanto, procesos muy locales.

HO Hl
e OOlf-lrAflÓN t INFHHNC IA
LA (OMUNl< 11.t 1!°1N

hto implica, aJemás, c.¡ue el significado lingü1sllrn r~ una propiedad En el ejemplo que estamos comentanJo, son inferenciales las opera-
Je las expresiones como unidades abstractas (tipos) y no Je cada una ciones que nos permiten conectar la expresión aquí con una localización
concreta, compatible con el contenido codificado lingüísticamente y con
Je sus manifestaciones concretas (ejemplares).
lo que sabemos de la situación: pueJe referirse a una ciudad (Buenos Ai-
res, Moscü), pero en la expresión lingüística misma no hay nada que in-
dique cuál es el tipo de lugar que satisface la especificación local codih-
6.3. PROCESOS PRAGMATICOS
cado en la palabra aquí: puede ser una ciuJad, o un país, o un continente
Para que un enunciado resulte plenamente significativo, es impr.es- entero; o puede ser un edificio o una habitación, o una cabina telefóni-
cindible complementar la representación semántica abstrncta obtemda ca ... Tendrán que ser, por tanto, también inferenciales las consideracio-
como resultaJo del proceso de descoJificación con un conjunto de espe- nes que nos conduzcan a determinar cuál es el ámbito exacto al que se
cificaciones c.¡ue no están codificadas lingüísticamente. quiere hacer referencia; estas consideraciones dependerán, en todo caso,
de los datos particulares c.¡ue configuren la situación de emisión.
Por ejemplo, quien emite la frase de ( 1) puede ser alguien que se en~uenlra en Bue~os Anes Hemos dicho que hace calor, pero ésa es todavía una expresión algo
el 17 de enero de 2004, en cuyo caso entenderíamos que: su enunoado qmere decrr que el vaga: ¿cuántos graJos se requieren para consiJerar que hace calor?, ¿hace
17 de enero de 2004 hace calor en Buenos Aires, en contraste, digamos, con el frio que hace falta que haya realmente una temperatura muy elevada, o hasta simple-
ese mismo día en Madrid. A partir de ahí, podemos empezar a sacar conclusiones: por mente con c.¡ue haya una sensación térmica de agobio r~1vorccida por 1111
?
ejemplo, la de recordar que en e1 hemisferio austral en enero es verano; la de alegramos
alto índice de humedad', ¿hace calor en sentido absoluto, o 111'1' hwn
secretamente de no estar soportando el calor; o la de envidiar a quienes disfrutan d~ sus v~­
caciones en la playa ... En cambio, si qmen emitiera esa misma frase se hallara ese mism~ d1a hace calor en relación con las temperaturas habituales para b epoca dd
en Moscú, \a información constituiría seguramente toda una sorpresa, _Yª _que entrana en año?, ¿es agradable que haga calor/
contradicción con nuestro conocimiento previo acerca del clima ruso en mv1erno.
Hay muchos elatos que no se comunican por med10s linguísucos y que, sm embar-
Hemos visto que para llegar a la interpretación completa del enun- go, pueden resultar den':iivos para calibrar el impacto del enunciado en el enLorno cogni-
tivo del destinatario: seguramente exigiríamos que el termómetro superase los 25º o 30')
ciado necesitamos añadir contenidos que no están codificados, sino que para considerar que un día del verano honaerense es caluroso, pero quizá wleraríamos
provienen de fuentes extralingüísticas. La 'inferencia' es, como hemos di- 1
que simplemente rozase los 15' para hablar de un día caluroso en medio del mvierno
cho, el proceso por el que se integra información procedente de d1versas moscovita. Esto indica que en el proceso de interpretación entran de manera decisiva los
fuentes ( cf. § 2.5): en el caso de la comunicación humana es el proceso estereotipos que tenemos acerca de las situac10nes y las localizaciones (d.§§ 3.1-3.2).
que nos permite combinar la información obtenida a partir de la descodt- Por eso, si desde Argentma nos dijeran que hace calor, no admiliríamos que el término de
comparadón para decidir s1 hace calor o fria fuera el invierno ruso.
ficación del mensaje lingüistico con otra información contextual. Pode-
mos denominar 'pragmáticos' a los procesos inferenciales que mtervie-
En la manera en que completamos la información codificada lingüís-
nen en la interpretación de los enunciados lingüísticos.
ticamente intervienen los marcos y los guiones, es decir, los conjuntos
estructurados de representaciones, que nos permiten, mientras no se di-
ga lo contrario, completar las escenas con sus componentes prototípicos.
6.3.l. PROCESOS PRAGMÁT!COS PRIMARIOS Denominamos 'primarios' a los procesos pragmáticos c.¡ue permiten
La inferencia toma en cuenta la información contextual disponible cubrir la Jistancia entre la representación conceptual esquemática obte-
(es decir, el conjunto de representaciones interiorizadas de cada i~divi­ nida por descodificación y una representación completa, en la que se han
duo) y la utiliza para rellenar las casillas de la reprcsentaoon lmgmsnca concretaJo todos los aspectos que requerían una especificación ulterior.
Fsla nueva rcprcsentae1(111 L'nr1yuce1Ja (y no la n·prcscntación semántica
c.¡ue requieren especificaciones ultcnotT~

H1
Hl
l·~quc111at1ca) con.~lltuyc el contcn1do qul· (·l 1·111h1i1 qt11 ... 11 u1111un1cn cx- c111hargn, lodo, ,a!Jc1110' que la respuesta de Ana rmphca que no tcndrwn
plintamcrllc por rnedro de su enunuado. y etlll>lrluy<' 1111 rnvel de repre- que invitar a Juan. ¿C,,1110 pasamos de lo que se codifica explíotamente a
'<'lltacion al 4ue podemos llamar 'lo exphcrto'. !.a wrnbmauón <le lo-, lo que se comunica de manera implícita'
procesos de cod1ficauón y de inferencia queda recogida, a modo de re- Un código complejo utiliza 'símbolos', es decir, signos en los que se
_,tuncn parcial, en el siguiente esquema: ha establecido una asociación convencional y arbitraria entre signilkante
y significado. Sin embargo, los humanos no nos conformamos con com-
(2) Enunciado=> t01'MA LINGÜÍSllCA putar el contenido explícito de los enunciados, sino que lo integramos

i
DESCODIFICACJÓN 1 PROCESO
con otras representaciones procedentes de nuestro conocimiento del mun-
do y ele las expectativas creadas por la situación. Utilizamos el enunciado
1
codiflcado lingüisticamente como un 'indicio' de nuestro objetivo comu-
SEMÁNTICO
nicativo (esto es, como una señal que se conecta de manera natural con

l
RFPRFSFNrCIÓN ESQUFMATICA
otro fenómeno o estado de cosas), para que el interlocutor infiera cuál es
la relación entre el indicio producido y lo que queremos comunicar. L1
conexión entre un indicio y su causa no es una conexión simbólica (arbi-
traria y convencional), sino una conexión natural, que <krrva de Ja, pro-
PROCESO piedades mismas de los acontecimientos y sus mamfcstaciuncs vrsrl1Je,
TNFFRFNClA PRAGMÁTICO La recuperación <le esta conexión no se realiza, por tanto, de acuerdo
PRIMARIO con ningün código de equivalencias, sino simplemente estabkncmln d
vínculo natural a partir del conocimiento previo.
REPRESENTACIÓN ENRIQUECIDA =>Lo i:xplícilo Lo característico de la comumcación humana es, pues. que hace u11
'uso indicia\ de los símbolos'. Los enunciados que codificamos lingúisn-
camente reciben, en primera instancia, la interpretación que les asigna el
6.3.2. PROCESOS PRAGMÁTICOS SECUNDARIOS código de la lengua; pero el contenido así descodificado no agota, sin em-
bargo, lo que se intenta comunicar: los enunciados se procesan también
Los procesos pragmáticos conectan lo descodificado con lo explícito. inferencialmente, como indicios de la intención comunicativa del emisor.
Pero sabemos también que lo que se transmite explícitamente no agota Regresemos al ejemplo que nos ocupa. En él, la primera expectativa
lo que se quiere comunicar por medio de un enunciado. Además de los que se suscita en la situación es que, ante una sugerencia de Luis, Ana ma-
contenidos explícitos, nuestros enunciados llevan habitualmente una nifieste su opinión (favorable o desfavorable). A partir de esta expectativa,
cierta carga de contenidos implícitos. Consideremos el siguiente inter- el enunciado de Ana se toma como un indicio <le su intención comunicati-
cambio, producido entre dos personas que preparan una fiesta: va que, una vez procesado inferencialmente, permitirá recuperar un conte-
(3) Luis: -Podríamos invitar a juan... nido implícito que servirá como respuesta a la sugerencia de Luis. Para
Ana: -Con Pedro ya tenemos cubierto el cupo de pesados. ello, el que interpreta debe reconstruir un razonamiento de tipo informal
que le permita conectar el contenido explícito del enunciado de su interlo-
Luis enuncia la posibilidad de incluir en la lista de invitados a una de- cutor con una respuesta de la forma que espera. La forma de conectar am-
terminada persona. La reacción de Ana consiste en una afirmación sobre bos supuestos es, aproximadamente, la que se reproduce en (4):
otra persona diferente. Si atendiéramos sólo al contenido explícito, esta-
ríamos ohligados a concluir que no hay ninguna rnncxión entre las dos
intervenciones. que no tienen ninguna da"' de dc111cnt1" comunes. Sin

K·I
l A ¡ O M IJ N 1 i f't' 1 ,¡ "I 1 ODIJ.ICA(IÓN E INH::IHNC IA

(~\ l.111:-. Podnamo:-, mvita1 a Juan. ( '"-.11gncllll,t.\ compartidas (la de 4ue hay un "cupo de pesados" con una tinica plaza, y
Ana: -Con Pedro ya tenernos cubtl'I to l"i L llJlO de JlL".,ado'.->. la de que Juan es un pesado), que el destinatario se ha visto obligado a
introducir en el razonamiento. En consecuencia, aunque todas las premi-
Para que una fiesta tenga éxito, los as1stfnles
deben ser simpáticos, no pesados
sas son técnicamente contenidos implícitos, los hablantes tendemos a
St se invita a muchos pesados, la fiesta puede identificar como tales sólo a las que resultan nuevas, y decimos, por tan-
fracasar to, que Ana ha comunicado implícitamente que Juan es un pesado y que
No debemos invitar a muchos pesados por eso no quiere invitarlo.
El "cupo de pesados" para esta fiesta tiene PREMISAS
una sola plaza IMPLICADAS
Pedro es un pesado
6.3.3. LA ESPECIPICIDAD DE LOS PROCESOS PRAGMÁTICOS

No tenemos sitio para otro pesado Los procesos inferenciales actúan, pues, a diferentes niveles, ni1110
Juan es un pesado
queda reflejado en el siguiente esquema:
No tenemos sitio para Juan
(8) PROCESOS PRAGMÁTICOS
CONCLUSIÓC\


->>:"o debemos invitar a Juan REPRESEN1ACffÍN t:SQUEMÁTICA
IMPLICADA

INFERE:.JCIA l'l~í )( 1 ..,, ,..., l'l~l\l:\l~I< 1"


La inferencia adquiere aquí una forma semejante a un razonamiento lógico, que el desti-
natano reconstruye a base de introducir determinadas representaciones (las premisas imph-
cadas), para poder llegar a 1a conclusión deseada. Las premisas que el destinatario utiliza pro
VKnen de diversas fuentes: algunas pueden formar parte del conocimiento general (por
ejemplo, las relativas a la idea de que si hay muchos pesados puede arruinarse la fiesta); otras INFERENCIA l'IH H 1 ...,{ )'-> "I t l 1:-..il 11\l~ll l<.,
pueden formai parte de las representaciones que los interlocutores comparten (por ejemplo,
que Pedro es un pesado), y, finalmente, otras pueden venir exigidas por el propio razonamien-
to (como la de que hay un "cupo de pesados" con una plaza, o la de que juan es un pesado), C:ONCLUSIOl\ES y PREMISAS =>Lo implícita
IMPLICADAS
de tal manera que aunque el destinatario no tuviera anteriormente esta idea, se ve obligado a
construirla y a introducirla en el razonamiento para poder llegar a la conclusión.
Los procesos pragmáticos, sean primarios o secundarios, exhiben, pues,
Pues bien, denominamos 'contenidos implícitos' a la conclusión al- las siguientes características:
canzada y a todo el conjunto de premisas que hay que suplir para obte- • Son interpretativos: Son operaciones heurísticas que tienen como obje-
nerla, y llamaremos 'procesos pragmáticos secundarios' a los que permi- tivo construir una interpretación y para ello forman hipótesis razona-
ten conectar lo comunicado explícitamente con lo implícito. bles a base de combinar la información lingüística con representacio-
La ruta inferencia! de ( 4) permite conectar lo comunicado explícita- nes extralingüísticas que produzcan un resultado coherente con lo que
mente con la conclusión obtenida. La inferencia es, pues, el mecanismo se sabe. No hay pautas fijas de combinación, lo que implica que nin-
que permite establecer las conexiones existentes entre los contenidos guna interpretación es totalmente infalible: los resultados obtenidos
codificados lingtiísticamente y el conocimiento del mundo. son simplemente plausibles, pero no seguros; la adición de nuevos da-
Oc entre los contenidos implícitos hay dos clases que resultan espe- tos puede invalidar la interpretación a la que se ha llegado.
cialmente interesantes, y son los que representan, de algtin modo, una Son dependientes del contexto: La construcción del significado se
novedad para el destinatario. fn este Cbll, '<>ll b cllndusión obtenida hace teniendo en cuenta tanto la información directamente contenida
(4llC además satisface la expectativa de una "''l""''ta) y la' premisas no en la for111ulae1nn lingüística como otros ltf1<" de informaciún no lin-

Hi
1 (J 1111 1 ¡ 11. 1 1 i"• "- 1 ! ~ 1 1 lf t N ! 1 11.

gu1.,Lil"a: ""1. en consecuencia, prmL'"" gl"h,i[,., \ liol1,t1n"), 4uc· no


conocen limILcs al tipo y a la cantidad de rcpn·"·1ILanom·s 4uc pueden REPRESENT AC"l<lNI:.~
mancpr. Los procesos pragmáticos proporcionan la interpretación de • E1msor
• lntenc1on cornumrntiva
los enunciados en cuanto muestras concretas. • Distancia social
• '-;ituan(m
PRAGMÁTICA • Conocimiento Jd mundo

6.4. LA l:\TEGRACJÓN DE LOS PROCESOS SLMÁNTICOS Y LOS PROCE-


SOS PRAGMÁTICOS

Tal y como los hemos presentado, los procesos semánticos y los EnunciaJ.o
procesos pragmáticos son autónomos, y tienen características propias que
permiten distinguirlos con nitidez. Ahora bien, el hecho de que sean au-
t<momos no quiere decir 4ue no estén conectados entre sí o que sean ne- SEYIÁNTICA
ccsariamente sucesivos. Si volvemos de nuevo la vista a los ejemplos que
hemos comentado, notaremos que en la interpretación los procesos de DESCOD1FlCAOÓN
descodificación no preceden necesariamente a los de inferencia, sino 4ue
se dan en paralelo.
6.5. PROCESOS, CONCEPTO~ E INSTkUCU0'-11:~

En el diálogo anterior_ antes de que Ana haya emitido su enunciado, la snuanón


misma erra en Luis la expectativa de que va a reCibir una respuesta a su sugerencia, por l:n aspecto que requiere atención especial es el dL' Li l L'Lll 1t111 1·1111 ,.
lo que, en principio, estará predispuesto a interpretar como tal cualquier cosa que dlga su los procesos semánticos y pragmáncos que acahamo' de cu;1ctc11~;11, 1k
interlocutor. Esta expectativa previa es, en realidad, una elaboración mferencial a partir un lado, y los contenidos transmitidos lingü1sticarncntc. 1knH1' d1cll! •
de lo que los participantes esperan el uno del otro de acuerdo con e1 tipo de intercambio que los procesos de descodificación permiten obtener una repre,cnla-
en el que ambos están involucrados. Y será, por tanto, con arreglo a esta expectativa co-
ción conceptual esquemática, 4ue precisa de procesos inferenualcs antes
rno se procesará la información 1mgüística.
de resultar completa. De lo anterior podría sacarse la conclusión e4uivo-
cada de que las expresiones lingüísticas sólo aportan contemdo a ese ni-
En consecuencia, a pesar ele que es frecuente concebirlos como dos pro-
vel formado por la representación abstracta y es4uemática. En realidad,
cesos seriales (la descodificación lingüística precede completamente a las
los contenidos codificados lingüísticamente pueden tener repercusiones
tareas inferenciales) seria más adecuado entender que se trata de dos
en los tres niveles que hemos identificado; dicho en otras palabras, tie-
procesos que tienen lugar en paralelo, y que se van ajustando mutua-
nen repercusiones también sobre los procesos inferenciales.
mente.
Al hablar de los procesos lo hemos hecho como si fueran completa-
mente libres y discrecionales, como si estuvieran constrefíidos sólo por el
intento del destinatario de encontrar una interpretación coherente. Sin
embargo, tanto los procesos de tipo semántico como los de naturaleza
pragmática están también limitados por la forma de la expresión lingüís-
tica: entre las unidades lingüísticas las hay que transmiten contenidos de
tipo rcprcscntanonal o conceptual, y las hay 4 uc transmiten indtc:Kiom·s
sobre cnnw nimhinar los conceptos entre sí y con la inl"onnauon cxtr;1-

KK
l A r O M IJ N 1 t A ! 1 1) ~ COOl~l(A(IÓN ~ INffl?fNC IA

lmgúística: decimos, por tanto, que unas cmld1c:1n 'l'<>nn-ptos' y las otras los conectores y los marcadores discursivos, que, como ocurría con rn
codífican 'instrucciones'. Entre las del primer grupo se hallan las pala- cambio en el ejemplo ( 1 ), limitan la manera en que hay que conectar lo
hras con contenido léxico (típicamente nombres, verbos, adjetivos, ad- dicho con otros contenidos extralingüísticos que deben tomarse de la
verbios en -mente ... ); entre las del segundo, por ejemplo, las unidades con situación y del contexto.
contenido gramatical (artículos, tiempos verbales, conjunciones, marca-
dores discursivos ... ). Pues bien, las expresiones que codifican instruccio-
nes son las que alimentan y dirigen las diferentes operaciones que hemos 6.6. CONCLUS!Ól\
caracterizado en este capítulo. Esto permite predecir inmediatamente que
habrá tres tipos de unidades que codifican instrucciones, en función pre- Con las reflexiones que acabamos de hacer sobre los dos tipos h;i"-
cisamente de cuál sea el tipo de proceso sobre el que actúan: cos de operaciones y de procesos que se ponen en marcha ccrramos el
recorrido por los diferentes componentes de la comunicaci«rn hu111a11; 1
Instrucciones para los procesos semánticos: Las transmiten todas
aquellas unidades que indican relaciones de dependencia estructural
(básicamente, los indicadores de función sintáctica y de concordan-
cia): restringen el modo de combinar entre sí las unidades que expre-
san conceptos y permiten construir, como hemos dicho, representa- EJERCICIOS
ciones conceptuales esquemáticas.
l. Que la comunicación no es solo coddwar v dc...,L·nddic~11 e--, 1nd11d.dilc 1 ,·c 1 ~.~,
1.4.l. 2.5.1). Corno ejemplo, léanse estas líneas que ~e ocupa11 de c..,a ¡){'¡..,(111,1 qnc •,¡· ,,~ 1 ~
Por ejemplo, son los correspondientes indicadores de función los que nos permi-
cuentra intentando abrirse un hueco en la vida. llamando a 111w h,1.., p11r11.h
ten construir dos representaciones semánticas diferentes para secuencias formadas
por las mismas unidades, como A María le gusta Juan y A juan le gusta María; y nos Quien haya sido algo de eso construyendo con los munbrc:-, de l,1 rH"t( . ..,HLltl 1111
permite saber también que juan le gusta a María es una variante de la primera, y no de exqrnsllo arte de pedir, debe comprender que el arte de no dar llene 1amh1cn fml-
la segunda. simos modos de prometer el género negando la e~pecie. "Ven a verme cualquier
día'', "llámame un día de estos", "dime qué te gustaría hacer", '·es mal momento,
pero voy a ocuparme", "ya sabes dónde me tienes'', "envíale un currículo a mi se-
• Instrucciones para los procesos pragmáticos primarios: Las transmiten cretaria''. "veremo5 lo que se puede hacer'', "no faltaba más, lo tendré en cuenta",
las unidades que, como los deícticos, poseen un contenido semántico "¿qué sabes hacer?", "tranquilo, en la pritnera oportumdad" ... (Cándido, '·Entre el
abstracto que debe ser completado inferencialmente para poder llegar pedir y el dar'', El Semanal ABC, 10 de no,iembre de 2002).
al nivel de lo que se comunica explícitamente. Los deícticos aquí y Los enunciados entrecomillados son falsas promesas, ¿por quC no son promesas
ahora representan ejemplos centrales de este tipo de unidades. For- verdaderas? ¿A que estos enunciados entrecomillados podrían comunicar cosas muy dife-
man también parte de esta clase los determinantes (que imponen con- rentes si variaran las circunstancias? El interés del ejercicio aumenta cuanto mayor sea la
diciones sobre la localización de los referentes a los que alude el sin- capacidad de imaginar circunstancias distintas que expliquen nuevas conclusiones impli-
cadas a las que puede llega"e.
tagma en el que se integran) y los morfemas verbales (que realizan el
2. Continuando con lo que puede variar la interpretación de una~ mismas palabra 5 ,
mismo tipo de cometido con relación a los acontecimientos). Este tipo fijese en este ejemplo:
de unidades imponen, pues, limitaciones generales sobre el modo en
que debe construirse el contenido explícito. RtLEVO EN EL FONDO

• l nstrucciones para los procesos pragmáticos secundarios: Son aquellas Evidentemente, puede comunicar diversas repre~entaciones (ver § 6. 1.1 ). Si decm10s que
unidades que restringen la operación de los procesos pragmáticos se- está tomado del l1tular de una noticia aparecida en el suplemento semanal económico de
cundarios, esto es, los que conducc>n desde lo comunicado expresa- un periód1cn nanorwl, ¿sería suficiente? Nn lo parece; no obstJntc. para probJr 'ill suerte,
mente a la recuperación de los cont<'lltdo' 1n1plinto' hllrc ellas están su capal1dad de 1111111(1nn, 'i.Ll cultura ... (o todo JlUllo), podna pmu:r...,c ,\ pen:-i;tr L'n -.,u <.:on
trnidn cxpl1t llP t 1cp11·...,1·111.1n1111 c:-.q11cm;l\1ca + r1111q11n ida l .111((·-., de '>;1lwr 1c.dn1t·111t· , 1

<JI
l A ! Cl M 11N1 < A' ,

qttc "e 1l'IH'IL' !',ira rc•tll7•U el CJcrucio rccomc11d;u1uJ-. 1cp.t' .. t1 t'l t 11n11·p10 dl' n>ntexto (S
1 10).
~. ¿(juc se entiende por 'indino' en el e'.:>Lud10 de la comurn'allon?
+Cansado de un empleado que falta regularmente alegando siempre el fallecimien-
!ti de un lamili~u. su jefe comenta: Fste ya ha matada va1ias ·veces a toda .m familia. ¿Que

¡nm no (!rd,í!,Hlátiui secundaria ha de seguirse para la comprensión del mensay·?


5 En relactón con las instrucciones para dingir los procesos pragmátir.os srcundarios,
a11,1licc la íunción U.el nwnador que aparece subrayado en el siguiente enunciado: l.urio-
\(lnll'n/r, ~iflnprr lo llaman al movil cuando llega la hota de pugar.
CAPÍTULO 7

CONSECUENCIAS Y APLICACIONES GENERALES

La adopción de una perspectiva pragmática tiene rcpc1"t..:Ll:-.ltlll\''> gctll·i.dt·', \'ll l.1 11L111t
raen que se aborda 1a reflexión sobre la lengua. Algun,1:-- de l'IL1" -.t111t¡111·,,l111 " ' u .. ' ,q1 1111
cierto calado teórico; otras son implicaciones que se s1g11c11 rlt·l puntii di \1·,1.1 .1il•'111.11L· ·
que tienen un reflejo práctlCo inmediato en la mancr.1 de ,n11l·1·h11 d1·.111u·, i1·l.1. 11111. · ,\,
afrontar el esludio de algunos fenómeno:::., o Je plantr.u ac t1\·11L1dc·, 1· ·Jh'1 d11 .h

7.1. LA COMUl\!C:AClON C:CJ\10 Ml\RU' 111 1 ,\ 1(1 111\I•1', .,, 1111~1 1 .\


LFNCUA

La primera cuestión que deberíamos formularnos es la de por que


estudiar la comunicación en la clase de lengua. Una forrnzi razonable de
abordar esta pregunta consiste en considerar primero cuáles son los ob-
jetivos de la enseñanza de la lengua (¿qué rt>sultados esperarnos obtener
en la clase de lengua /), para poder replantearnos la pregunta inicial en
términos algo más precisos: ¿en qué medida el estudio de la comunica-
ción contribuye a obtener o a facilitar estos resultados?
Hay, seguramente, un acuerdo general en que los objetivos básicos
de la enseñanza de la lengua son dos:
conseguir que los alumnos tengan un dominio cada vez mayor del idio-
ma, y
• proporcionarles un conocimiento explícilo de cómo funciona el len-
guaje en general y su lengua en particular.
Entender como funciona la comunicanón, y saber cuáles son los
mecanismo' que ,uhyaccn a la estructura de la lengua y al uso lJlll'
lwcellH" ,k l'ih. '"11 !'ª"" 1mprcscindihlcs para a¡nox1111ar'c :1 la nin1-


"'
pn·11'io11 de tml<ls los aspectos que tic1H·11 qt1<' \'l'I ""1 ¡., qu,· implica el nados l 011 la .Hknt;11.:1011 rn.-cc~Jta mvocar factorrs, elcmenlos y relaciones de naturaleza
externa al lcnguaJl' mismo, por lo que no admite un Lratam1ento en términos exdusiva-
lcnomeno de la comunicación. En este sentido. 1111,·.strns dos objetivos se mcnte gramaucalc:s. Sin embargo, no se dispone tradic10nalmente de un conjunto de he-
entrecruzan: el conocimiento es necesano como base de la práctica y de rramientas de análisis equiparable al que tenemos para el análisis gramatical, c.¡ue hagan
las actuaciones para afianzar el dominio del idioma, y también lo es para posible la reflexión fundada. Mientras que en el estudio de la gramática es posible ~rans­
la comprensión global de los procesos comunicativos en los que inter- mitir un conocimiento orgánico, cuando se trata de otros aspectos de la competencia co-
viene la lengua. Logramos, así, una respuesta global a la pregunta que municatrva parece que sólo cahe el recurso al buen hacer de c.:atla uno: los profesores se
ven obllgados a valerse de su propia intuición como hablantes, sin poder apoyarse en el
nos planteábamos al principio: el estudio de la comunicación sólo tiene
respaldo que proporciona el manejo de un utillaje teórico coherente.
senlido si se plantea como el medio de adquirir conocimientos irnpres-
cmdibles para alcanzar los dos objetivos que nos hemos fijado. Necesi- A partir de una concepción ajustada de los elementos, las representa-
tamos estudiar la comunicación ciones y los procesos que intervienen en los actos comunicativos las posi-
• para contar con las bases teóricas y los instrumentos de descripción y bilidades explicativas se multiplican extraordinariamente: todos los tema,.,
explicación necesarios para desarrollar la adecuación comunicativa, que habitualmente se incluyen en el bloque de comunicación en los planes
tanto en su vertiente activa (en la producción), como en su vertiente de estudio se iluminan con una nueva luz. Los conceptos que carac1er1.::111
receptiva (en la interpretación); y el intercambio comunicativo tendrán que reaparecer sis1e111<it1c:1mc111e l'll
• para contar con los conocimientos necesarios para entender cómo fun- todos los temas: en el establecimiento de los criterios para dd11111 11p11
ciona nuestra actividad lingüística. logías textuales, en la comprensión cabal <le los kmmu·111is de' "!1<·11·11< 1.1
El estudio de la comunicación interesa, sobre todo, como marco ge- y cohesión, en la contextualización adecuada de los d1vnsi is tt)',lsl l •is'> ti.-
neral de referencia en el que situar fenómenos, organizar el análisis de los lenguajes sectoriales, en la comprens1(m de la.s I><'< tth:111d.1d1» •k l.1
los datos y comprender globalmente los procesos. Sólo así obtendremos comunicación audiovisual o de la creación hterana. NP hay lllll)',llll lt-1111
un conjunto estructurado y bien establecido <le conceptos y <le herra- meno relacionado con la comunicación que no pucd:1 que ll<l dd1a
mientas con los que los alumnos podrán analizar cualquier fenómeno abordarse desde un único marco integrado y rnherentc, que a1111111· l.1 11·
comunicativo, reflexionar sobre sus propiedades, y decidir acerca <le sus flexión sobre el lenguaje como fenómeno, que explique adecuadamrnll' el
propias elecciones comunicativas con arreglo a criterios sólidos. papel del código lingüístico en la comunicación, y que, a la vez, propor-
cione las pautas para comprender cómo funciona la lengua, mqorar la
Sin embargo, tal y como se presentan habitualmente, los contenidos de los temas de producción propia y saber analizar e interpretar la ajena.
comunicación no satisfacen los requisitos mínimos que hemos establecido. El estudio de
la comurncación no puede entenderse como la simple adición de contenidos a un pro-
grama, si esos contenidos quedan desligados del resto de la reflexión sobre la lengua y no
7.2. LAS RELACIONES ENTRE GRAMATICA Y PRAGMATICA
llenen luego una repercusión y una utilidad concreta dentro de los objetivos generales
que hemos asignado a la enseñanza. El esquema de la comunicación como transmisión
de información no es m conceptualmente correcto como modelo de la comunicación Uno de los temas que resultan más controvertidos en la ensenanza
humana, ni resulta apropiado como instrumento de reflexión para unos alumnos cuyas es el de las relaciones entre Gramática y Pragmática. Algunos han queri-
habilidades comunicativas queremos potenciar y cuya comprensión del uso de la lengua do ver en la Pragmática a la disciplina capaz de superar, finalmente, los
queremos favorecer. En la enseñanza, el resultado <le seguir este enfoque es que cuando límites oracionales, y de ocuparse de lo que realmente producimos, es
hay que hablar sobre adecuación comunicaliva no es posible acudir al citado esquema, y
decir, de los textos y de los discursos. Este enfoque, sin embargo, no es
no queda otra opción que la de apelar a otras nociones, que ya no encajan en el mode-
lo y que íomrntan una visión inorgánica de los fenómenos comunicat1vos. Palta un cono- correcto.
ntntl'nlo s1stcmátKo de los elementos y de lo-., facture.., que dctnn1111.1t1 lé.l adecuación El cometido de la Gramática es dar cuenta de las regularidades gra-
co1m1rlic1t1va, de las relaciones que entre ello~ "l' l"'t.diln 1·11, \ dr J11.., ¡n11¡ l''-ill~ que inter maticales: su tarea termina donde terminan los mecanismos sintácticos.
\'IL·m·n L'll la producción y en la mtcrprct;1n1111 l ,1 ,·,1dl! .1111111 d1 111·. kttnllll'llL)S relac10
La Grama!lca dl'hl' caracterizar los aspectos estrucl uralcs <le la lengua: Y

iH
t A < o M 11 N 1 1 11' ' o~" 1 ( ll 1 f'll I 1 !\ '• l "1· 1 " "l """ 1 ' ,, ' '"' .. " ' ' •

,.,;¡ ,., u11a


tarl'a l'll la 4ue es, scnc1lLtn1t·111<". 111,11'11\111lik" 111,·mplazahil', yu1cre <Jht,·11<T una imagen a l::i vez nítida y gluhal tic la lengua y su lun-
y que, adema-., realiza a la perfección, 111dqll·11d\l·111t-111t·111l' de cuál sea el nonan11cntl).
llpu de muestra a11alizada: no hay una sola estructura sintactica de la
lengua hablada o de los textos reales que no pueda ser coherentemente
descrita y explicada por medio de los instrumentos que proporciona la 7,J. lA MANERA DE ENFOCAR EL ES rumo DEL TEXTO
smtaxis. La c;ramática cuenta con unas herramientas que cumplen per-
kctamente con los cometidos para los que fueron diseñadas. Es cierto Una de las diferencias más notables entre los programas actuales y
que hay muchos aspectos de la comunicación en general y de las pro- los que estaban vigentes hace apenas veinte años es la que se refiere al
ducciones concretas en particular que no pueden abordarse con las he- lugar protagonista que ocupan ahora los textos en la reflexión linguistica.
rramientas gramaticales porque, como hemos señalado, se hace necesa- Anteriormente, la reflexión teórica se detenía en el nivel de la oración -e'>
rio acudir a nociones que exceden los límites de la Gramática. Pero esto decir, precisamente allí donde llegan los límites explicativos de la Crama-
no es una carencia de la Gramática ni un inconveniente de su enfoque. tica-. Cualquier tipo de acercamiento a los textos se hacia mas hirn l'll la
Si se buscan explicaciones sobre los aspectos de la comunicación clase de literatura y siempre con muestras literarias como rckrc111c'
4uc trascienden los límites de la Gramática, entonces hay que acudir, La situación ha cambiado extraordinariamente en l"s ul111111" ;111"'
efectivamente, a una disciplina que tome en consideración los factores Un vistazo rápido a los programas de enseñanza mucs1ra c11"·~',111d.1 q11c
extralingüísticos, que quedan fuera, necesariamente, del enfoque grama- una parte muy significativa está dedicada a dile rentes ª"'!'"' 11" q111' 11c'
tical: los que tienen que ver con lo situacional y lo contextual, incluidos nen a los textos como tema común: se hahla ex1e1ha\11t'llt1· 1k 11p"l")',l.1'
el destinatario y la intención comunicativa. El cometido de la Pragmática textuales y de las diferentes clases de textos (tl·xto-. d,·"·1 q111v<>·,. 11.111-111
es analizar los factores extralingüísticos que condicionan el uso de la len- vos, argumentativos ... ); se habla de las propiedad1's de ¡,,, 11·\11" (< ,,
gua, y explicar los principios a los que está sometido su funcionamiento. herencia y cohesión, estructuras básicas); se h<1hla de l"' ll'XI<" q11c "'
Las reflexiones de tipo pragmático implican siempre el adoptar una pers- producen en ámbitos concretos (textos cientthcos, ensayhll< "'· ¡H1hl11 1
pectiva amplia: una perspectiva en la que, además de los condicionantes tarios, periodísticos ... ) y en situaciones comunicativas C<HHT<'tª' ( dchai<',
de tipo gramatical, tengan cabida todos aquellos elementos y representa- coloquio, entrevista ... ).
ciLmes que, siendo externos al sistema mismo de la lengua, determinan el El acercamiento a toda esta amplia gama de variedades tcxtrnile-. no
modo en que nos valernos de la lengua para comunicarnos. puede hacerse, obviamente, utilizando las mismas herramientas que se
El punto de vista que adopta la Pragmática es, pues, complementario empleaban en el análisis gramatical. Hemos ampliado el dominio y, en
del de la Gramática. Ambas disciplinas estudian el mismo objeto, pero lo consecuencia, debe ser también más amplio el enfoque que adoptemos.
hacen desde enfoques diferentes, y con intereses también diferentes. En- Pero no hay que perder de vista que el paso de la oración al discurso no
tre los objetivos de la Pragmática no se cuenta, por supuesto, el de susti- es simplemente un paso cuantitativo (de cantidad de material lingüístico
tuir a la Gramática en las funciones básicas de descripción y análisis de analizado), sino cualitativo: abordarnos las estructuras desde un punto
las formas lingüísticas, sino el de complementar las reflexiones gramati- de vista diferente, y debe ser diferente también el encuadre que elijamos.
cales con otras que se refieren a los factores extralingüísticos. La Gramá- Si no tenemos en cu en ta los elementos, las relaciones y los procesos que
tica trata de explicar cómo es la lengua; la Pragmática, cómo funciona. La configuran el fenómeno comunicativo, difícilmente seremos capaces de
Gramática intenta descubrir las regularidades que tienen que ver con los trascender el comentario de lo anecdótico.
aspectos mtemos y constitutivos del sistema; la Pragmática, las que ata- Desde la Pragmática pueden explicarse con acierto muchos aspectos
11cn a la integración de las formas lingüísticas con d entorno en que se de los textos, pero el estudio de los textos no representa el objetivo cen-
u"rn. Las dos disciplmas no representan, puc', p1111t1" de v1,1a opuestos tral de la Pra~n1ática como disciplina, sino que es, en todo caso, una con-
o antagonicos. Al contrano, amhos e11f<J<¡lll'' '"11 1111p1'·" llld1hks si se sceuc1K1a 11a1111al del enfoque adoptado. Más que los pn1ductos, lo que

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le interesa a la Pragmática es caracterizar que lacllnl·-. y que sistemas en- trumentos que permiten sistematizar una lfeflexión que, a pesar de que se
tran en juego en el uso del lenguaje y hacen posible 4ue nos entenda- hace con frecuencia, no siempre se hace de manera consciente y orgánica.
mos: hay que evitar el peligro de concebir los textos simplemente como
muestras concretas y limitarse a describir, analizar y comentar sus pro-
piedades, como si se tratara de entidades individuales. No interesa lo que 7.4. OBJETIVOS COMUNICATIVOS Y COHERENCIA
tengan de específico, sino lo que los convierte en buenos ejemplos del ti-
po de fenómeno que queremos estudiar, es decir, lo que hace de ellos Todo enunciado tiene, como hemos dicho (cf. cap. 5), una finalidad
miembros representativos y prototípicos de su categoría. Es necesario concreta: para ilustrar este punto, hemos iutilizado como ejemplos enun-
trascender lo individual para llegar, por abstracción, a descubrir las gene- ciados muy cortos. Pero no debemos olvidar que un enunciado es una
ralizaciones que subyacen a cada caso concreto. Si no lo hacemos así, es- unidad comunicativa, por lo que no tiene límites gramaticales ni de gra-
taremos limitando el alcance y las repercusiones de toda nuestra re- do de complejidad ni de extensión; por lo tanto, también son enunciados
flexión. Y para poder generalizar hace falta tener en cuenta el conjunto los textos y los discursos. Los textos no scon unidades gramaticales, aun-
de factores que se entrecruzan en la producción y la interpretación de los que están hechos con unidades gramatirnles; tampoco su estructura in-
textos. terna es de naturaleza gramatical, aunque para organizarse se valen de
Las propiedades de los diferentes tipos de textos a veces se presen- elementos gramaticales: los textos son unidades de comunicación.
tan simplemente como una lista de características propias de cada una de Si un texto es un tipo particular de enunciado, entonces son de apli
las diferentes clases textuales: se dice que los textos científicos tienen ta- cación las reflexiones que hemos hecho aicerca del objetivo comunicati-
les características, o que los textos expositivos poseen una determinada vo: un texto es una unidad porque, como cualquier enunciado, tiene un
estructura. Así concebidas, estas propiedades parecen simplemente ras- propósito comunicativo general, que se traduce en la realización de un
gos externos y arbitrarios, que el alumno tiene que aprender como si se determinado acto de habla. Como ocurre 1m los enunciados más breves,
tratase de normas caprichosas. Sin embargo, cuando la perspectiva que un texto puede tratar de informar, o de expresar un sentimiento, o de
se adopta es más amplia, se hace enseguida visible que tales propiedades formalizar un compromiso, o de inducir a Ea acción ...
no son más que la consecuencia lógica (el reflejo formal) de las caracte- Este enfoque tiene implicaciones muy significativas: la coherencia, es
rísticas concretas del tipo de acto comunicativo en el que se origina cada decir, la propiedad que nos permite percilbir una sucesión de elementos
tipo de texto; dicho de otro modo, dados los valores que adoptan los di- como una unidad, es simplemente una consecuencia natural del hecho de
ferentes parámetros que entran en juego, lo esperable precisamente es que un texto es un enunciado, una unidad intencional y de objetivo. Por lo
que las propiedades sean esas, y no otras. Más que hacer aprender la lista tanto, aunque se manifiesta en rasgos formales, la raíz de la coherencia no
de propiedades, lo interesante sería que los alumnos las dedujeran a par- es formal: no debe buscarse en la estructura del texto, sino en el objetivo
tir de lo que saben sobre el acto comunicativo en cuestión. De lo que se que lo anima, esto es, en el propósito que induce al emisor a comunicarse.
trata es de que aprecien que hay una motivación racional tras las eleccio- Por supuesto, la coherencia puede percibirs,e también en la estructura y en
nes lingüísticas que definen cada tipo de texto. la organización del texto, y manifestarse superficialmente por medio de
Desde un punto de vista general, la Pragmática proporciona el marco mecanismos de cohesión, como los marcad.ores discursivos o las anáforas.
dentro del que tratar de alcanzar una serie de objetivos: descubrir qué Pero la coherencia no es una propiedad, sima un efecto: el efecto de que
principios (lingüísticos y extralingüísticos) actúan en la producción y la haya una intención comunicativa única. Desde la perspectiva del emisor, la
comprensión de enunciados; estudiar cómo se adquieren y cómo se de- coherencia puede verse como el resultado de que haya una idea central
sarrollan estos principios; reflexionar sobre cúmo se enseñan; y decidir que organiza y unifica toda su intervención; y, desde la perspectiva del
cómo se evalúan. El marco de la Pragmatwa 11frcct', a-.1. 1111 co111unto de ins- destinatario, el supuesto de que el enunciado tiene un objetivo comunica-
tivo dctt'llllllladn l..., lo que le lleva a suponer que el texto es una unidad y,

l)ll
( o N •, 1 < 11 1 N r 1A 1
, Y A P t 1e A e ! O N 1 '• c, 1 N f ~ A 1 1 ',

pnr lo tanto, que dl'lw resultar coherente: l'll la 11n1·1 p11·Lll lllll, el destinata- • Textos 'informativos': los que tienen como ob_Jetivo af1adir nuevas re-
rio tiene que descubrir cuál es ese nexo comun c.¡uc da scnt1d1i a la inter- presentaciones internas. En esta categoría se incluyen, por e.iemplo, los
vcnrnm y u111dad a sus partes. Entender cualquier muestra de comunica- textos de tipo didáctico o las noticias de la prensa escrita o audiovisual.
non, 111dcprndienternente de su longitud y su complejidad, consiste, pues, • Textos 'persuasivos': los que tienen como meta modificar las represen-
en esencia, en srr capaces de construir una representación de su contenido taciones internas. Los discursos políticos o los artículos de opinion
l'll la que las partes encajen adecuadamente, a partir del supuesto de que constituyen muestras características de esta categoría.
existe un objetivo común a todas ellas. • Textos 'directivos' (o 'prescriptivos'): los que persiguen que las repre-
sentaciones originadas induzcan la realización de determinadas acrn l-
nes. Están, pues, orientados hacia la obtención de respuestas llpica
7. 5. OBJETIVOS COMUNICATIVOS Y TIPOLOGÍA TEXTUAL mente no verbales, como ocurre con las leyes, las instrucciones de
funcionamiento de los aparatos eléctricos o las recetas de cocina.
Cuando se maneja el modelo clásico de la comunicación, la adscrip-
El objetivo se convierte, así, en el criterio básico que pc11111t1· l• llll'•
ci1m de los textos a diferentes categorías (textos descriptivos, narrativos,
tar la noción de tipo de texto con las reflexiones n1as gl'IH'Ltks snllll' l.1
argumentativos, prescriptivos ... ) es una cuestión totalmente desconectada
comunicación. A partir de esta primera clasificacion, pucd1·11 1·s1;1liln "' "'
de la comunicación, como si se tratara de dos realidades independientes.
otras más detalladas. Por ejemplo, en las tipolog1as liah1t1uks s1· 111.1111·
Sin embargo, una reflexión más pausada pone enseguida de manifiesto
jan denominaciones como las de textos narrativns, dcsn1pt1\·11s ,. npl11 .1
c.¡ue esta desconexión no se justifica: si los textos son muestras de comuni-
tivos, que no han aparecido en la clasificación antninr , l 11·111·11 '.1li1d.1 1·11
cación, una teoría general de la comunicación debe tener algo que decir
el esquema que estamos proponiendo? Parece que si l·st11s 111'" 11p11·, d1
también acerca de las propiedades de los textos que nos hacen adscribirlos
textos son, en realidad, subclases de los textos i11lo1111;\l1\'1h 1·ll'l 1n.1111<"11
a diferentes categorías. Como hemos visto, el propósito comunicativo de-
te, todos ellos tienen en común añadir nuevas rcprcst·111;111l llll's 1 .1s d1k
termina la coherencia y la estructura interna de los enunciados; sería espe-
rencias entre ellos no están, pues, en su objetivo gennal, slllll 111as h11·11
rable que ese mismo propósito determinara en gran medida también la ca- en el tipo de asunto del que tratan:
tegoría a la que adscribimos un texto en su totalidad.
Recordemos que cualquier enunciado tiene como meta básica la de • Los textos 'narrativos' informan sobre acciones y secuencias de acrn )-
originar un determinado conjunto de representaciones en la mente del nes protagonizadas por humanos o entidades personificadas, sean rea-
destinatario; estas representaciones pueden suponer la adición de nuevas les o ficticias.
representaciones, o la modificación o la supresión de las ya existentes; a • Los textos 'descriptivos' informan sobre las características de entida-
partir de las representaciones originadas, se puede inducir al destinatario des (que pueden ser personas, objetos, lugares ... ), estados (es decir,
a actuar. Pues bien, esto es todo lo que necesitamos para establecer el situaciones estáticas, como el decorado de un teatro) y procesos ( ac-
vínculo que faltaba entre objetivo comunicativo y tipología textual. Efec- ciones y secuencias de acciones no protagonizadas por humanos o en-
tivamente, podemos establecer una primera distinción entre los textos tidades personificadas, como la combustión de un motor).
cuyo objetivo es originar representaciones internas y aquellos que, ade- • Los textos 'explicativos' informan sobre conceptos o relaciones abs-
más, demandan una acción del destinatario. Dentro de los primeros po- tractas, como hacen, por ejemplo, las definiciones de un diccionario.
demos, a su vez, identificar dos categorías: la de los que quieren añadir En las tipologías textuales es habitual también encontrar la denomi-
representaciones, y la de los que quieren modificar (o eliminar) las re- nación de textos 'argumentativos'. En la clasificación que estarnos pro-
presentaciones existentes. Logramos, así, un primer esquema que con- poniendo, los textos argumentativos son una subclase particular de tex-
tll'lle tres categorías. A cada una de ellas le rnrrcsponde un tipo de texto: tos persuasivos, en la c.¡ue los motivos para producir la nwdilicacion en
las ITPll's\'llLl\'llllH's del destinatario se presentan aniculados de lorn1a

11'1'
1 A ( O M ll N 11 A f 1 1) ~
1 n ~ ., 1 1 tJ ~ N ( t AS V A P l 1 < A ( 1 O N t '• (, 1 N 1 ~ A 1 1 '>

lo~ica y rauon;1!, por mecho de dato" y iil'cii<" ""Jl"llV<l,.,. U criterio utili- que este o uo de acuerdo con ellas. Las leyes representan el ejemplar cen-
zado para caracterizarlos alude, por tanto, al Ltpo dl' JL1"llftcación em- tral dentro de la clase <le los textos directivos: aunque en sus preámbulos
pleada. Si este es el criterio, entonces hay que considerar que, junto a la las leyes suelen explicar los motivos por los que se dictan, el estar en des-
persuasión de tipo racional existe también la persuasión de tipo emocio- acuerdo con dichos motivos no exime del cumplimiento de la ley. De mo-
nal, es decir, la que apela no a las razones objetivas, sino a motivos subje- do semejante, las recetas de cocina y las instrucciones de funcionamiento
tivos, que conducen a la identificación con (o al rechazo de) determina- raramente exponen las razones por las que hay que actuar como se pres-
das representaciones: es el caso, por ejemplo, de la persuasión que se cribe. En general, la capacidad de prescribir conductas ajenas está limitada
vale <le halagos o cumplidos, y también de la que emplea amenazas para a aquellos individuos a quienes la sociedad les reconoce el derecho de
lograr sus objetivos. Este tipo de enunciados configura una variedad que hacerlo. Podernos emplear corno criterio para establecer diferentes subcla-
habitualmente no se tiene en cuenta en las tipologías clásicas, y para la ses de textos directivos el del tipo de autoridad del emisor que los produ-
que no tenemos una denominación estándar, pero a la que habría que ce: las leyes emanan de individuos o grupos con roles institucionales pre-
dar cabida en un esquema completo, ya que incluye, por ejemplo, los cisos; a quienes producen recetas de cocina o instrucciones se les supone
textos publicitarios. la autoridad (privada) que les confiere el conocimiento de la materia.
Efectivamente, la publicidad más actual utiliza como recurso predo- El objetivo comunicativo permite, pues, establecer el vinculo ncn·.,.,a
minante el de la persuasión emocional, basada en la identificación del río entre la visión general de la comunicación y la npología de textos k
consumidor potencial con un estereotipo que se considera prestigioso o jos de ser dos temas independientes, las reflexiones hechas sobre el oh1c·
deseable dentro de un determinado grupo, y con la recompensa psicoló- tivo comunicativo nos proporcionan las herramientas necesarias par,1
gica que se deriva de verse incluido en él. Tanto el enfoque como las es- diferenciar y caracterizar las clases principales; y su combinación con
trategias utilizadas son claramente de tipo subjetivo. Conviene recalcar otros factores hace posible identificar subclases menores. ! .o dicho hasta
que la naturaleza subjetiva de este tipo <le persuasión está anclada en es- aquí puede quedar resumido en el siguiente esquema:
tereotipos sociales, es decir, en conjuntos de representaciones amplia-
OBJETIVO Tiros DE StmCLASES CRITERIO
mente compartidas y valoradas positivamente por los miembros de una
TEXTOS
determinada cultura. Los estudios de mercado se dirigen, precisamente,
Narrativos Acciones
a conocer cuáles son estas representaciones y cuáles son los comporta- Procesos
mientos que se asocian con ellas. Añadir Textos Descnptivos Estados Tipo de tema
representaciones informativos
Entidades
Las cosas, sin embargo, no siempre han sido así en el mundo de la publicidad. La his- Exnhcativos Caneemos
tona hace evidente un cambio muy notable en las estrategias de venta. Desde sus inicios
hasta hace aproximadamente 30 o 40 años, la publicidad trataha de destacar las propieda- Modificar Argumentativos Racional Tipo de
Textos
des positivas de1 producto que se anunciaba: apostaba, en cierto sentido, por la persuasión representaCiones persuasivos estrategia
(Publicidad) Emocional
racional, ofreciendo razones objetivas para comprar el producto o utilizar el seIVic10 anun-
ciado. En las últimas décadas, se ha vivido un desplazamiento hacia las estrategias de per- (Leyes) Institucional
Prescnbir Textos Tipo de
suasión emocionaL en las que lo que pesa son los factores de identificación psicológica (y
conductas directivos autoridad
no las cualidades de los productos). (Instrucciones) Conocimiento

Los textos directivos, por su parte, pretenden actuar sobre los com- 7.6. EL MANEJO DE 1.0 IMPLÍCITO
portamientos. Lo que los distingue de los textos persuasivos es que en los
directivos no se busca el convcnci1111cnto prrv1n drl destinatario, sino que l.a comunicación de contenidos implícitos depende dcctsivamentc
s11nplc1ncnte se le scñabn pauta" "" :1n1"t1. 111tklH'Illiil'ntcmente de de la capacidad de quien mtcrprcta <le aportar las premisas necesarias

ltll
IA COMlJNl<A<1c>~ t 11 N •. 1 < lJ 1 N e 1 A•, Y A P l 11 A 1 1n N 1 •, (,j N 1 J.' A 1 1 •,

para pasar <le lo explicito a lo implícito. Corno l1t·1111i-, v1-.10, las premisas nar el reparto <le las representaciones 4uc se 4uicrc comunicar entre con-
pueden proceder <lel conocimiento previo o pue<lc11 tc11cr 4ue construir- tenidos explícitos y contenidos implícitos.
se específicamente para el procesamiento de un enunciado concreto. Es-
to quiere decir que si un destinatario no posee el conocimiento de fondo
necesario para poder recuperar las premisas, o no es capaz de construir 7.7. DISTANCIA SOCIAL, COMUNICACIÓN A DISTANCIA Y PARTICIPAN-
las representaciones que faltan, el proceso inferencial no logrará comple- TES COLECTIVOS
tar todos los pasos necesarios para llegar a lo implícito y la comunicación
fracasará. Cuando se habla de distancia social suele pensarse en la manera en
que la percepción de la distancia social determina las elecciones lingü1s-
Tomemos como ejemplo los juegos de ingenio formados a partir del esquema de ticas en las interacciones cara a cara. Sin embargo, hay que recor<lar que
cómo respondería una serie de personajes famosos a la pregunta ¿Qué tal? A esta pregun-
ni todas las interacciones se dan con la copresencia de los intcrlocuton·-.
ta, Madame Curie responde Radiante; Copérnico contesta Bien, gracias al cielo; Darwin,
Hay que adaptarse 1. Para entender el juego, es necesario conocer al personaje y poder re- en una misma situación espacio-temporal, ni en todas ellas los partrn
cuperar la relación entre su respuesta y algún rasgo característico de su vida o de su obra. pantes son unipersonales. Cualquier enfoque de la comu111cH"ll >11 d1·lw
Si uno no conoce estos detalles, las frases simplemente no se entenderán. dar cuenta también de cómo se calcula la distancia social ta111hll'11 1·11 1·..,
tas otras situaciones.
La comprobación de que el conocimiento previo es importantísimo La posibilidad de comunicación a distancia y entre partil 1p.111tc·,
para la interpretación tiene repercusiones muy claras no sólo en la inter- colectivos puede suponer un problema para aquellos csqu1·111;1-. dc l.1 1••
pretación, sino también en las propias producciones. Una de las raíces de municación que manejan sólo elementos visibles; no lo 1·-., dc-.d1· luq•,11.
la adecuación comunicativa está precisamente en la capacidad de valorar cuando la relación entre los interlocutores se concibe s11·111p11· 1·11 tc11111
correctamente cuál es el conocimiento previo del destinatario, de modo nos de representaciones internas. En el modelo que L'stalllo-. utd1:a11do.
que se exprese explícitamente lo necesario, ni más ni menos. Por ejem- las interacciones que se apartan del patrón prototípico de la coll1u111ca
plo, explicarle por teléfono cómo rotar una imagen en un programa in- ción cara a cara no representan más que casos adicionales de un u111co 1·
formático a alguien familiarizado con él requiere mucha menos comuni- idéntico modo de entender las relaciones entre participantes y de expli-
cación explícita que indicárselo a alguien que apenas sabe manejar un car su incidencia sobre las elecciones lingüísticas.
ordenador. Consideremos, en primer lugar, el caso de la comunicación a distan-
Tener esto en cuenta es de primordial importancia en los textos di- cia. Las diferentes formas de comunicación escrita, telefónica o electróni-
dácticos y en las explicaciones: no se puede dar por supuesto más que ca que hoy conocemos pueden poner en contacto a individuos que no
aquello de lo que se tenga una certeza casi absoluta de que es recupera- tienen acceso perceptible a algunos de los rasgos que permiten establecer
ble para los destinatarios. Y este mismo razonamiento es, en realidad, de la distancia social. Cuando los interlocutores se conocen previamente,
aplicación para cualquier enunciado que uno produzca: muchas veces, utilizan los datos que poseen sobre la otra persona; pero, en ocasiones, la
los textos que redactan los alumnos presentan dificultades de compren- comunicación se produce como primer -y, a veces, único-contacto, por
sión porque dejan implícitas algunas informaciones que ellos conocen, lo que no es posible echar mano de información previa. A falta de esos
pero sus destinatarios no. De hecho, muchas producciones se tachan a datos, los interlocutores deben manejar los parámetros de que disponen,
veces de incoherentes, cuando, en realidad, sus carencias no tienen que a veces sólo según la información facilitada por la otra persona. Cobran,
ver con el objetivo comunicativo, sino más bien con la manera de gestio- entonces, especial protagonismo las representacíones estereotípicas y los
roles sociales, de modo que la interacción se conduce siguiendo pautas
estandarizadas de aplicación muy general: esto es lo que ocurre, por
' 1omado' cid \t.~w1di> d1w w min1mo el'" l l1nli .. 11" 1 , " ejemplo, en muchas conversaciones telefónicas en las que se olrecen ser-

ltl·I 10'1
(QNSECUENílAS Y APLlfACIONES GENE:RALl':>
LA COM(IN!I At 11)1'.¡

vinos o se realizan encuestas. En algunas fomia' dl' comunicación elec- rios, a los que considera integrantes de un grupo más o menos homo-
tro111ca, como los foros de discusión y los chats, es muy frecuente, inclu- géneo.
'"· ocultar datos de la propia personalidad e inventar identidades ficticias, La publicidad, por su parte, constituye una forma de comunicación
que pueden colocar a los participantes en posiciones sociales diferentes entre una entidad que ofrece un determinado servicio o producto y los
de las que ocupan en la realidad. Lo interesante es que, en todos estos posibles clientes que podrían estar interesados, casi siempre con la me-
casos, la comunicación se desarrolla siempre siguiendo las representa- diación de una agencia que prepara la campaña publicitaria. Como en
ciones comunes que se asocian a la identidad declarada. cualquier otro caso de comunicación con un colectivo, el mensaje se
Algo semejante cabe decir sobre las formas de comunicación en las construye a partir de los rasgos estereotípicos que se atribuyen al grupo
que intervienen colectivos, como ocurre, por ejemplo, en muchas varie- social al que se dinge la campaña. Pero la publicidad -al contrario de lo
dades de discurso periodístico, científico o publicitario. En el periodis- que es esperable en el discurso científico- basa buena parte de su efica-
mo, por ejemplo, un grupo de emisores se dirige a un grupo de lectores cia no en las cualidades objetivas de aquello que anuncia, sino en la iden-
potenciales: obviamente, no pueden ser tenidas en cuenta las caracterís- tificación afectiva de los posibles clientes con las cualidades positivas y
ticas individuales de cada uno de ellos, pero sí deben considerarse las ca- deseables del grupo al que se liga el producto. Los mecanismos empica
racterísticas del grupo social al que la publicación, a través de su línea dos en la publicidad ponen, en consecuencia, mucho énfasis en evocar y
editorial, pretende dirigirse prioritariamente. Lo que está presente, por transmitir representaciones sociales de dicho grupo, incluidas Ja, qu<·
tanto, es la representación general que se tiene del grupo de destinata- tienen que ver con su caracterización linguistica. Fst:rnrns, pues. ck 11 uc
rios, y no sus propiedades observables. Aunque en la prensa diaria el vo, ante un caso de uso de formas que no sólo quiere rellc¡ar 1111a ,1111;1
sesgo afecta fundamentalmente al contenido, en otro tipo de publicacio- ción preexistente, sino que también quiere crearla.
nes (como las revistas dedicadas a públicos infantiles y juveniles) la elec-
ción de las formas lingüísticas refleja mucho más claramente los signos
7.8. LA MANIPULACIÓN DE LA DISTANCIA SOCIAL. IJH l ll'> 1 Xl'RI·
de identidad lingüistica del grupo.
SIVOS
En cuanto a los discursos científicos, conviene distinguir entre los
especializados y los divulgativos. La diferencia entre ambas variedades
En el cap. 4 se habló ele la distancia social como parámetro que de-
arranca de una diferencia social: el discurso especializado se dirige a co-
termina la adecuación comunicativa: en virtud de las circunstancias que
legas, es decir, a iguales (con todo lo que ello implica en relación con el
concurren en una determinada persona, su interlocutor se ajustará utili-
manejo de la terminología propia del ámbito científico de que se trate);
zando unas formas u otras. Ahora bien, JUnlo a los casos en los que los
el discurso divulgativo, en cambio, se dirige a un público más amplio
hablantes simplemente se adaptan a las condiciones más o menos objeti-
con respecto al cual el científico está situado en una posición superior
vas ele un intercambio, tenernos que considerar también aquellos en los
en lo relativo a sus conocimientos de la materia, por lo que debe adap-
que el uso intencional de unas formas que en principio no se correspon-
tar su lenguaje al nivel de conocimientos más básico que presume en su
den con lo esperable produce efectos comunicativos añadidos.
audiencia. En estos casos, pues, las elecciones lingüísticas afectan fun-
Consideremos el siguiente enunciado: ¿Va el señor a venir al comedor,
damentalmente a los conocimientos de fondo, a los contenidos que se
o le sirvo la cena en sus aposentos? En esta intervención, la elección del tra-
quieren transmitir y al léxico empleado para hacerlo. La propia natura-
tamiento y del léxico refleja claramente una relación asimétrica, en la que
leza del discurso científico -un tipo de discurso en el que idealmente
el emisor se presenta como inferior: fuera de contexto, nos hace evocar
sólo tienen cabida los aspectos objetivos y la ar~umcntación a base de
inmediatamente una situación en la que un sirviente se dirige a su sciior.
pruebas racionales- hace que apenas aparc~can ra,~os qUl' aludan a lo
y, aunque tal vez algo arcaica, resulta pcrfectamcntl' adecuada.
personal. 1.as elecciones se realizan '"'"IJ"'' .1 pa1111 d" la 1ma).\cn este-
rcot1p1ca que el emisor se ha lunnad" ·'' .. , , .1 .¡,. '"' l" "'¡,¡,., destinata-

lllfl ltli
1 O N '• 1 e lJ ~ N C 1 A •, Y A P l 1 ( A C 1 O N 1 ', e, 1 N 1 ~ A l 1 ',

l111ag111e111os ahora que este enunuado lo l'llllt1· ttll:t 111:1drc que se di- lat1vu formal no debe verse, pues, como un mdicat1vo de bita de la1111liandad, sllll>, tal
vez, como un reflejo metafórico (y un tanto humonstico) de la d1stanna en el t1rn1po que
ngc a su hi.Jo adolescente. La situación es 111uy d1st1111;1, ya que, según los
ha separado los encuentros entre ambos. No es posible, por lo tanto, atribuir un s1g11d1
parámetros imperantes en la mayor parte de las culturas, no se dan las cado de manera mecánica a estos desajustes, sino que la interpretación a que den luga1
rnndiciones que justificarían este tipo de tratamiento. Se produce, pues, en cada caso deberá elaborarse inferencialmente teniendo en cuenta otros factores silua
un conflicto entre la forma lingüística utilizada y el estatuto de los inter- cionales.
locutores. Y, sin embargo, todos percibimos que no se trata de un uso
equivocado producido por una hablante incompetente: al contrario, ten- Si existe la posibilidad de mostrar más distancia de la realmente
demos a pensar que se trata de una elección intencional, que pretende existente, sería esperable que se diera también la situación contraria, es
transmitir la queja irónica de la madre ante el comportamiento de su decir, aquella en la que la distancia expresada es menor de lo que cabna
hijo, que no actúa en casa como un miembro de la familia que asume sus suponer. Y, efectivamente, esto es lo que sucede, por ejemplo, en muchas
derechos y obligaciones, sino que se conduce como alguien a quien hay discusiones de tráfico: en ellas, los participantes, que no se han visto
que dárselo todo hecho. nunca con anterioridad, recurren con frecuencia al tuteo y a expresiones
El mecanismo por el que se recuperan tales efectos no es otro que el de la inferencia
muy informales, no para indicar familiaridad, sino para intentar rebajar al
(cf. §§ 1.4, 2.5.2 y 6.3). El contenido codificado lingüísticamente y las expectativas crea- contrario, tratándolo como si fuera inferior. Aquí, de nuevo, la utilizacio11
das por la situación -en particular, en lo que a la expresión de la distancia social se refie- de un conjunto de formas inadecuado se coloca al servicio de los fines
re- dan lugar, como hemos visto, a un desajuste evidente, que no puede ser fruto del polémicos de los interlocutores, y sólo pretende aumentar el antago111-,
desconocimiento o del error; en consecuencia, ese desajuste mismo debe entenderse co- mo y la distancia.
mo un indicio intencional, que invita a explorar las causas por las que ha sido producido.
La elección de formas de familiaridad o de distancia no solo rdk¡a
A partir de la representación, necesariamente compartida por los participantes, de que la
fórmula evoca una situación de jerarquía, no resulta difícil inferir que esto es precisamen- las relaciones existentes; también se utiliza para crearlas. Un caso para-
te lo que ha querido comunicarse: que el hijo se comporta como si fuera un superior al digmático es el de las interacciones entre el personal sanitario y los pa-
que hay que servir. Lo que conviene resaltar es que el desajuste debe ser intencional y re- cientes: en los últimos años se ha extendido el empleo de formas de fa-
sultar perceptible para ambos: sólo cuando se produce de manera voluntaria, podemos miliaridad por parte de médicos y enfermeros para dirigirse a pacientes
buscar ese nuevo significado añadido. Para obtener esta interpretación y para explicar desconocidos y, en ocasiones, de edad avanzada. Este uso no tiene otro
cómo se ha producido no hemos necesitado recurrir a ningún instrumento nuevo: ha si-
propósito que el de derribar las barreras propias de la asimetría de roles
do suficiente con manejar conceptos que ya habíamos introducido anteriormente, y que
tienen todos ellos una justificación independiente. sociales entre médico y paciente, y crear, así, un clima de confianza mu-
tua que favorezca la interacción. La solidez con que se asientan las repre-
Esta situación pone de relieve que las manifestaciones lingüísticas de sentaciones sociales hace, sin embargo, que muchos de los pacientes no
la distancia social -como las de cualquier otro parámetro- pueden ma- reciban de buen grado ser tratados con una familiaridad que consideran
nipularse intencionalmente con el propósito de producir determinados inadecuada a su edad o su situación.
efectos de sentido. La posibilidad de manejar intencionalmente la expresión lingüística
de la distancia social despliega una dimensión más de la competencia
La utilización de formas que reflejan mayor distancia que la que en teoría existe se asocia
comunicativa: a partir de lo que en una cultura se considera un uso ade-
típicamente a situaciones en las que el emisor quiere manifestar su desagrado ante la acti-
tud o el comportamiento de otro, alejándose metafórica y lingüísticamente de él. Sin em-
cuado, existe la posibilidad de explotar, intencionalmente y con fines
bargo, pueden utilizarse también persiguiendo el efecto contrario: si dos amigos que hace comunicativos concretos, aparentes desajustes e inadecuaciones. Al de-
mucho tiempo que no se ven se encuentran casualmente por la rnlk. no resultaría del to- tectar el desajuste, el interlocutor deberá resolver inferencialmente el pro-
do extraño que uno se dirigiera al otro diciéndole / lnn1/11c. """ h111/1c1 Cc11¡z¡l/ez de la Mo- blema de cuáles son las intenciones comunicativas que lo justifican. Un
1n1e1. ¡Cuá11tc1 tiempo' ¡Qué alegría' Como el re~to del e1111111 1.11111 ·,11g11·1l', la 11Heracción se hablante competente no es, pues, sólo aquel que sabe adecuarse de ma-
mueve dentro de las pautas esperahlrs de l.1 la1111li.111d.1d 1 l.1•111111.111:.1 cl 11~0 dl' 1111 ape-

ltlH l(ll)
l A C OM 11N11 A 1 1 i\,... <ON~lClJENflAS Y APLICACIONI~ C.ININAll~

nna mecanica a las situaciones, sino el que, ;Hk111a..,, 1·.., capa~ de valerse
eficazmente <le las formulaciones que rompen la expectativa con un obje- 7.10. LA COMUNICACIÓN ELECTRÓNICA
tivo comunicativo bien definido.
Además de los géneros tradicionales, las nuevas posibilidades que
abre la informática han hecho que se desarrollasen modos de comunica-
7.9. COMUNICACIÓN INFERENCIAL Y PUBLICIDAD ción ligados al empleo de las nuevas tecnologías, que han supuesto, en
cierta medida, la redefinición de algunos conceptos ligados al medio de
Los mensajes publicitarios constituyen una de las muestras de co- transmisión. Los mensajes de correo electrónico, los mensajes a móviles
municación más complejas. Además de la diversidad de medios que y los mensajes instantáneos (chat) se han configurado, en poco tiempo,
puede utilizar la publicidad (anuncios en la prensa escrita, vallas publici- como subgéneros con sus propias características estereotípicas. Una teo-
tarias, anuncios en televisión, cuñas radiofónicas, ventanas emergentes ría general sobre la comunicación debe darles, como es lógico, cabida.
en Internet...), lo característico de muchos de los diferentes subgéneros Uno de los aspectos más llamativos de estas nuevas formas de rn-
es el empleo simultáneo de una amplia gama de recursos, que conjugan municación es que, por sus propias características, tienden a dcsdihtqa1
lo lingüístico con lo extralingüístico, y lo visual con lo auditivo. La publi- la frontera entre oralidad y escritura: probablemente en ninguna otra
cidad se caracteriza, además, por la gran condensación de representacio- manifestación escrita se observa con tanta claridad el deseo de reprodu-
nes que intenta transmitir simultáneamente, explotando al máximo las cir por medios gráficos muchas de las propiedades de la lengua oral. 1-1
diferentes posibilidades que ofrece cada uno de los recursos que emplea. grado en que se produce la oralización de la escritura es menm en lo..,
Pues bien, cuando el modelo de la comunicación humana que se maneja mensajes de correo electrónico y máximo en el chat, pero esta . . w111 pre
es uno basado en la existencia de un código, el análisis de los mensajes presente en todos los textos.
publicitarios obliga a postular la existencia de códigos especificas para Aunque es imposible generalizar, los mensajes de correo ckctromco
todo el resto de los componentes no lingüísticos de un anuncio. de tipo personal suelen caracterizarse por su falta de planificacion y por
En un modelo de la comunicación humana en el que se da cabida su informalidad. Estos rasgos se hacen patentes en todos los niveles:
por igual a procesos de codificación/ descodificación y de producción/ léxico, sintáctico, de organización textual... Es cierto que la improvisación
interpretación de indicios, en cambio, no es necesario recurrir a códigos y la informalidad no son propiedades exclusivas de la lengua hablada, sino
ocultos para dar cuenta de la eficacia del mensaje publicitario. La publi- de los registros informales; sin embargo, en el caso de la comunicación
cidad juega con alusiones, con contenidos implícitos y con representa- electrónica parece que hay un intento consciente de aproximarse a las
ciones que se infieren a partir de indicios, sin que para entenderlos sea formas orales, y no sólo de adoptar un registro altamente informal.
necesario postular ningún tipo de convención preestablecida. Por su- El intento de reproducir pautas orales y características típicas de la
puesto, los expertos en publicidad estudian la manera de hacer más efec- copresencia ha propiciado incluso la invención de elementos gráficos es-
tivos sus mensajes, analizando, por ejemplo, el modo en que la disposi- peciales, los 'emoticones' (como por ejemplo, ©, ;-), entre otros), que
ción de la información favorece sus objetivos, pero, desde luego, la pretenden suplir informaciones asociadas al estado de ánimo, la expre-
comunicación se produce eficazmente sin que los destinatarios tengan sión facial y el tono de voz. La improvisación que se acepta (y, a veces, se
la menor idea acerca de las pautas que han guiado a los creativos. persigue conscientemente) en los mensajes de correo electrónico ha da-
El mismo razonamiento puede aplicarse a otros tipos de comunica- do nuevas alas a un género, el epistolar, que se encontraba en franca de-
ción audiovisual y multimedia: una parte muy significativa de lo que in- cadencia. El menor nivel de exigencia (unido a otros aspectos como la
terpretamos depende de la correcta interpretación infcrencial de los indi- facilidad, la economía y la rapidez) ha supuesto el rclanzamicnlo <le las
cios proporcionados. relaciones interpersonales a distancia.

1111 111
l A ( O M IJ N 1 r A 1 1 o N 'l l C lJ l N C 1 A 'l Y A P l 1 C A ( ! O N 1 'J <• 1 N 1 !-? A 1 1 ',

1ns mcnsa¡cs a mllviles y los mcnsaic-.. t'll\'Lld( ,., ;1 1( ,.., t ltah represen- s1simas como yo y decidieron llevarme al hospital en taxi. ( .ua11do llcga11w~ al
tan un paso más en la misma dirección. l'.n lo-.. 111c1ha¡c-.. a 1110viles, la li- hospital, estaba llena de gente en las urgencias. Al ver esta situación, 110 lllc ¡H1"1·
enfadada, más bien triste porque casi me desmayé de dolor. De todos modo", rn
mitación de espacio y las dificultades de escritura inherentes al uso del mo no aguanté el dolor y no pudimos esperar más, ir andando a otra cl1111c1 de
teclado telefónico para escribir texto propiciaron enseguida el desarrollo medicina china. En el camino a la clínica, yo lloraba mucho pero mis compa!lna"
<le un elevado número de abreviaturas (k por que, + por más ... ). Muy se reían mucho. Un rato después yo también empecé a reírme ¿El porque? lolllo
pronto, esta manera de escribir dejó de tener una finalidad exclusiva- no podía cerrarme la boca, salivaba un montón, además no la podía limpiar Jllll
mente práctica, para convertirse en el signo de identidad de los grupos que no llevé pañuelos. Así que ya podéis imaginaros cómo era yo en ese molllc11l1>
salivando como un bebé. Por cierto, si no es por este trabajo, no os voy a n1111a1
juveniles, que representan el porcentaje mayor de usuarios de esta nueva
esto. Por fin llegamos a la clínica. Al entrar, todos los pacientes que estaban all1 "('
forma de comunicación. Efectivamente, a pesar de que los avances tecno- pusieron a reír pero me dejaron ver al médico primero, porque sah1a11 q11t· l.1 dh
lógicos han hecho más fácil la escritura (por ejemplo, con la inclusión del locación de barbilla era muy dolorosa. Al final, el médico me salvo y 111t· di¡" q111·
sistema T9, que, al incorporar un diccionario, permite escribir con una no podría reírme mucho ni comer con boca demasiado ah1e1 t.1 111·"!1· 1·n1t1111 1"
sola pulsación de la tecla que contenga la letra relevante), la mayoría de no me atreví a hacer muecas y empecé a aprende cnlllo co1npt111.111n1· 1"">" 1111.1
los jóvenes sigue prefiriendo utilizar las grafías abreviadas. "dama". Aunque el hecho de este aprendizaJC' es totallllrllt<· 1111 li.11 .1·.11 p.11.1 1111
ffrlin .I 1k f .11\\.111
El estilo de escritura que predomina en el chat apoya con claridad la
Los lectores extranjeros podrían pensar en reescribir este tcxl" 1k 1111n •1
idea de que esta práctica responde a un deseo de mostrar afiliación al
2. ¿Ayuda a explicar las principales propiedades dr l"" fl'\11" /11,.,,""" 111···' .-"I"" 1.11
grupo, y no simplemente a una cuestión de economía del esfuerzo o del de la lengua, ficcionalidad) la contemplación de ~ll" f111t·" 1d1\'l'1t11. 11.111·.1111111 • 'I" 11• 11
dinero. En el chat no hay limitaciones especiales y, sin embargo, la utili- cías personales)?
zación de una forma de escritura fuertemente oralizada y la adopción de 3. A la vista del siguiente artículo del C:cidigo l'rnal. ¡tht d1qn1· i¡ 111· lw /(\ 1." /.-1:,i/n
formas gráficas no convencionales no puede responder más que a un in- representan prototípicamente los textos directivos
tento de crear un lenguaje de grupo en el que reconocer a otros y reco- Art. 394. l. La autoridad o funcionario publico nHa1gad" 1k !t1•, ·,1·1\ 11 111·. d ..
nocerse a uno mismo. Las violaciones de la ortografía convencional no telecomunicación que supusiere o falsificare un despacho tdcgr.tl1, o y 1111"
reflejan necesariamente un desconocimiento de las reglas del idioma, si- propio de dichos servicios, incurrirá en la pena de pris1011 de "e1~ 111<''''" .1 11 .. ,
años e inhabilitación especial por tiempo de dos a seis años.
no una marca de pertenencia a un determinado grupo que comparte 4. ¿Por qué a los profesores les molesta que se hable en clase?
unas pautas y se identifica con ellas. 5. ¿Por qué las relaciones a través de Internet son vistas con desconfianza 7
6. ¿Por qué son tan inaccesibles el conocimiento de la lengua y el que hace posible
el acto de hablar?

EJERCICIOS

l. El texto que se propone para trabajar es de una estudiante taiwanesa de español.


De lo que se trata es de observar los errores que en él aparecen y de agruparlos de acuer-
do con los conocimientos que abarca la competencia comunicativa (vid.§ 7.1.1).
Os voy a contar un accidente que me pasó a mí hace muchos años. De hecho
no sólo fue un accidente, sino también una historia graciosa.
Tenía 17 años en ese momento estudiaba en un colegio profesional y vivia
con unas chicas en la residencia del colegio. Una noche después de ducharme, me
miraba al espejo sacando los granos mientras hacwndn 11111rcas. Dr repente, ika-
lal, me dislocó la barbilla. Entonces rompt a llor;11 y la llo1n.1 a~u~tn a mis com-
pañeras. Después de entender que me p;tc·"· 1n1·. • 1111qi.111 .. 1.1-. ··•· p11~wro11 nervio-

11.' 111
RESPUESTAS A LOS EJERCICIOS

CA.PITULü 1

l. Como ha quedado claro en 1.6, la comunicación requiere una intención. Si el


bostezo es involuntario, no hay comunicación; si se bosteza deliberadamente para mos-
trar por ejemplo aburrimiento, entonces, sL Esta segunda opción (desde luego, lácl1 de
imaginar) i1u~tra la po~ibilidad de comunicarse sin código (ver§ 1.4.2), puesto que en un
marco (ver 3. l. 1), digamos estándar, el bostezo no forma parte de un conjunto con-
vencional de señales (ver§ 1.4).
L Para contestar a esta pregunta es imprescindible partir de un concepto daro de
'engaño' Se induce al destmatano a error, pero de modo involuntario, pnr lo que al
emisor no puede responsabilizársele de esa mala intención (1.6), aunque sí de fonnular
acusaciones sm la suficiente seguridad. Estamos ante un ejemplo en que las realidades a
las que remiten los enunciados residen en nuestra cabeza (son representaciones inter-
nas), y solo de modo indirecto en el mundo externo, interpersonal y objetivo (sede de los
referentes). En el ejemplo, la mente del emisor representó erróneamente el culpable
como el gemelo inocente. Su error fue no comprobar si representación interna y referente
coincidían.
3. Que es una necesidad es evidente, sobre la que se ha escrito mucho. La necesidad
que siente el hombre de comunicarse se comprueba cuando se acude a eso~ casos
extremos en los que es imposible la comunicación. He aquí un ejemplo, la práctica del
lavado de cerebro con los prisioneros políticos. utilizada en la Guerra Fría. Tal tortura
consistía simplemente:
en separar poco a poco a1 "sospechoso" de sus amistades y afectos. Al igual que el
indígena al que el hechicero de Nueva Zelanda anatematiza, el "proscrito" ve cómo
paubtmamcnte se le van cortando los lazos afectivos que le unen con la comunidad
Llega el momento en que se encuentra ;ti"'bdo, es encerrado en una celda y tras un
prriod11 de ,u..,l;urnentn tot;.1\ rn1r:1 en t"tin\a\"tl) l°(l!l -.,11 1rltt.-rrogad1lr l l F1 111
!l'l"lt))',,1d111 l·imntT tn11 -.,111guLu d..-1.dk 1nd11 el p.1-.,,1dn 1!.-l -.,1qc!n. h:hl.l ..-11 "\l',
p.11111 11l.1111l.1d1·., .1ln ll\",h !ll:l'> 11111111.l'• C.,11 .H 11111d e, .1Ld1lt- ¡ 111d1.1l .11111.,111· .• 1 11
J..11 •, P lJ 1 <.,TA'• A l (} '• f J 1 J..I < ! 1 ! <l ',

1111,11111c1" 11· llcg;11 la ltlli;t del llll<'ll")'.·11<>11<• 11111." '"111.1. I<> q111· 11t·11t· co11 lth [l:l mex1cano] atraviesa la vida como desollado; todo punir henrle, palal11a' 1
dc111as co11 ;tiegna, y pon1 a poni, 111;t! a '11 l"".,11 .,,. '' ,,1ilJ.1',.Hl11 .1 1c;111wlar co11 sospecha de palabras. Su lenguaje está lleno de reticencias, de figuras y ;t!11s1t >1w·,,
L'ste, de !llanera 1mpenosa e inevitable, Ulll1' la:"' .dl'l t11"' q1ll' ,llllL's hab1an sido de puntos suspensivos; en su silencio hay repliegues, matices, nubarrones. a1'"
rotos. La trama ele afectos sm la cual ningún humano punir s11hs1stir ha sido que- iris, súbitos, indescifrables. Aun en la disputa prefiere la expresion velada a la
brada y ahora se le ofrece al pobre ser aislado que es el prisionero una oportunidad injuria: "al buen entendedor pocas palabras". En suma, entre la realidad y su pt·1
de zurcirla de nuevo con este su único mundo afectivo que es su interrogador. O. sana establece una muralla, no por invisible menos infranqueable, ele 1mpas1hil1
Rof Carballo [1990]: Entre el silencio y la palabra, Madrid, Espasa, págs. 312-313 ). dad y lejanía. El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de loo., drma~
Esto debe ser así hasta el punto de que el disidente chino Wei Jingsheng, tras Lejos, también, de sí mismo.
dieciocho años de cárcel, declaró que "lo más duro es el sentimiento de soledad total. El lenguaje popular refleja hasta qué punto nos defendemos drl ,·x1cn"1. el
! .legas incluso a desear que te muelan a palos" (El Mundo, 27 de noviembre de 1997). ideal de la "hombría" consiste en no "rajarse" nunca. Los que sr "ahrc11" ""1 '"
4. Siempre fracasamos en cierta medida al hablar. Así es porque, como señala Laín bardes. Para nosotros, contrariamente a lo que ocurre con otros puchl"'· al1111 .. ,·
Entralgo, el hombre "dice a veces más de lo que quiere decir". porque la expresión (lo es una debilidad o una traición (O. Paz [1997 (1950)[: /,/ lu/1n111/J1 ,¡,. /11 "'l.-1/<11/
que de hecho se dice) rebasa en alguna medida la intención, y "casi siempre dice menos [ed. de E.M. Santí], Madrid, Cátedra).
de lo que quiere decir".
CAPÍTULO 3
Esto puede suceder por diversas circunstancias. Porque uno se percata -por propia
autocrítica, por las reacciones del interlocutor- de que sus palabras están produciendo l. Sí. Para entenderlo hay que recordar la cond1l1ll11 clr l<'¡>lt".1111.111 .. 111· ,¡, l.1
unos efectos indeseados; porque es innecesario, por redundante, seguir; porque las pa- situación comunicativa, el registro y el mccl10 sclCLTll111acl1" 111·1 ~, .'·l. 1 1<111" • .. 1.
labras de los otros tapan las suyas, a pesar de infructuosas intentonas por ser escuchados. capítulo), entre los que se establece una clara rnuo.,alidad l .1,11"1qH 1.. 11 .!1 1111.1 ltq .. •11 • .1
Para concluir, fracasa la comunicación, porque los interlocutores no cooperan para que la es una situación institucional (ver§ 3.1.2), cargada de 111qH111.11H1.1. <¡lll IJ.1.1 11.11111.d
comunicación tenga éxito, dejan su turno vacante, convencidos de que lo que están mente asociada la elección de un registro solemne ( vc1 ~ l .' 1 1 l.1 , .. ,, 111111.1 • "111" 1111 'li. ·
oyendo no resulta relevante, no merece la pena el esfuerzo de su procesamiento. Y ya se (ver§ 3.3)
sabe, cuando la palabra fracasa, surge el silencio. 2. La elección de un determinado registro v1r11(· d1,1ad.1 i'"I l.1·.r111.111 .. 11 1 11.1 .1i ..
cusión de tráfico es un ejemplo de situacion sc1111pnvad;1; ~,·1111p11hlll.1 q111 .,, '"111 ·
CAPÍTULO 2 pande con un registro informal (ver§ 3.2). Además dr esta r;vo11 gnw1.il. 1n 111111 .il
1. Evidentemente, en este caso la destinataria del mensaje (la chica del devaneo registro informal (y más aún, al vulgar) ante un desconocido para n·;t!1:a1 1111.1 ,¡,, 1t 111
amoroso) no coincidió con la receptora (su mujer) (ver§ 2.3.2). conflictiva o contraria a él (ver§ 5.3) es también un modo de atacar la !aceta poo.,1t1va ele
2. Los términos técnicos se forman a menudo refinando una palabra general, y esto su imagen (ver§ 5.4 ), al rebajarlo tratándolo como a un igual o a un inlenor (ver tití 4.2. 1
sucede con ostensión. Para que haya comunicación, el emisor ha de manifestar una in- y4.2.2).
tención comunicativa (lo que hago merece el esfuerzo de interpretarse) e informativa (el 3. Respuesta abierta.
mensaje va a mejorar informativamente tu mente) (ver §§ 2.5.2 y 5.1). Solo si al des-
CAPÍTUL04
tinatario se le hace ostensible esta intencionalidad, realizará su tarea.
3. Esta pregunta presenta complejas derivaciones personales (grado de asertividad l. En la marina de guerra española, almirante y marinero representan los dos
de una persona) y socioculturales (hábitos de una comunidad). Considérense los §§ extremos del escalafón; por tanto, la relación es ejemplo de la máxima distancia social de
1.7.2 y 2.4.1. Sin embargo, la razón fundamental por la que no decimos todo lo que está acuerdo con el eje de jerarquía y, es de imaginar, que de familiaridad también (ver§ 4.2).
en nuestra cabeza es simplemente esta: porque no es necesario, porque suponemos que El reflejo lingüístico de tal distancia se muestra en la selección por parte del marinero,
el otro sabe ciertas cosas que pueden darse por supuestas, por lo que no hay necesidad como señal de respeto, de un registro formal, con el tratamiento de Vuecencia cada vez
de expresarlas. El paso de representaciones internas (mentales) a representaciones que se dirija al almirante (abreviación castrense de Su Excelencia). Que el almirante no
externas (por ejemplo, lingüísticas) implica siempre una selección de los contenidos que corresponda con el mismo respeto es una muestra de la asimetría de la relación, y de la
van a exteriorizarse, en función del estado cognitivo que se le supone al interlocutor. compleja interacción entre distancia social y lingüística (ver§ 4.3).
Entrando ya en las derivaciones socioculturales a las que se aludía al principio, las 2. La distancia social percibida por los interlocutores se refleja en el espacio entre
siguientes palabras de O. Paz son claras respecto a la fuerza que tienen las normas de la ellos cuando hablan, y en el espacio en blanco que se deja antes de empezar a escribir.
comunidad a la hora de callar lo que se tiene en la cahe:a en una sociedad como la Cuanto mayor sea la distancia social, mayores tenderán a ser estos espacios, teniendo en
mexicana: cuenta que en la percepción de la distancia no es necesaria la rninndenna entn· loo.,
COlllllllll'<llltt'S

11 /
t A ( C> M IJ N 1 t A. 1 1 ,·. ••
RES P UESTAS A 1O ~ 1 J 1 H l 1 l 1 <> ·,

\. Respuesta abierta. aparece como casualidad, no lo es tanto. Se trata más bien de una conducta premeditada
4. Lsta pregunta exige considerar lo dicho soh1l' '"'· \·111< 11!"" ""' 1a!cs y afectivos que e interesada (ver§ 6.5)
st' dan al comunicarnos, las representaciones sociales y 111;11' "" ( s \. 1 ) y la relación entre
los mterlocutores (§ 4.1). Simplificando y generalizando, a la gente no le gusta (o le gusta CAPITULO 7
menos) ser llamada por el apellido: a) porque el nombre propio se asocia a un grado
l. Respuesta abierta.
mayor de empatía y conocimiento(§ 4.2.2); y b) porque ser llamado por el apellido se
2. La determinación de los rasgos distintivos de los textos literarios es un asunto
percibe fácilmente como discriminación negativa, cuando a los demás se les conoce por
muy complejo, que, sin duda, como han sentido algunos, puede aclararse a la luz del acto
el nombre.
comunicativo que los hace posible (ver§ 7.1). Que en la literatura se haga un uso muy
reflexivo de la lengua, y al mismo tiempo poco práctico al estar liberada de las exigencias
C:Al'fTULO 5
ineludibles de las situaciones comunicativas habituales, parece una consecuencia del
l. Hay dos factores decisivos: la naturaleza de la acción y la situación en los ejes de carácter tan personal del conocimiento que transmiten. Que los textos literarios cons-
jerarquía y familiaridad de emisor y destinatario. La cortesía aumenta en proporción al truyan un mundo propio, ficticio, es, además de un modo lógico de divertir, un buen
carácter conflictivo y contrario de la acción, y a la posición de inferioridad del hablante en medio también para la transmisión de ese conocimiento personal, que requiere una rein-
los dos ejes mencionados (ver§ 5.4). terpretación y una alteración del mundo cotidiano.
2. Con estos datos está claro que la acción entraña bastante coste para el desti- 3. El objetivo de las normas legales es el control social, ya que se crean con el pro-
natario (ver§ 5.3), por lo que se impone la cortesía estratégica. Consiguientemente, será pósito de influir sobre el comportamiento humano; de este modo son textos directivos
útil dmgirse a él con el tratamiento que pueda agraciarle más (p. ej., su nombre familiar; (ver§ 7.5). Lo que ocurre es que con frecuencia no ordenan de manera directa, lo hacen
el término tierno quizá sea excesivo, aunque nunca se sabe) y, como estrategia, un suscitando, como aquí, sentimientos de miedo a través del anuncio de la sanción que
realizativo modificado o una sugerencia, apoyado en una justificación o una minimi- supone el incumplimiento de la norma. Entre los juristas es habitual la distinción entre
zación (ver § 5.5). Este podría ser el resultado: Paco, {debo pedirte que llegues un poquitín nonna y proposición nonnativa (la que explicitamente manda).
antes a clase/ ¿podrías llegar un poquitín antes?), {es que los chicos si no se alborotan/si es 4. Hablar en clase interrumpe al profesor, lo distrae, es un factor de ruido; pero es
posible). también un indicio de desinterés: hablar con el compañero produce más recompensa (y
3. Respuesta abierta. exige menos esfuerzo) que atender. Por vía de la implicación, hablar en clase es una
acción dirigida frontalmente contra la relación entre los interlocutores, pues es interpre-
CAPITULO 6 table como una acusación y una crítica (me aburres y esto es un rollo). Esto nos lleva a la
l. Respuesta abierta. pregunta de por qué a los alumnos les interesan tan poco, generalmente, las clases, lo que
2. Respuesta abierta. es tan paradójico en principio como que un sediento en el desierto rechace el agua que se le
3. En el libro se alude a los indicios en el § 1.1.6 y en los §§ 2.5.2 y 6.3.2 (aquí con ofrece. Muchos estudiantes no muestran ningún interés por la llave que les puede permitir
motivo de los procesos pragmáticos secundarios), en dos sentidos diferenciados. En el el ascenso social, además de otros beneficios más intangibles. Bastantes claves de ello se
primero, aparecen los indicios con motivo de la interacción involuntaria, inintencional, encuentran en la mente humana. Destacan una y otra vez la Psicolingüística y la Pragmática
aquella que no es comunicación. En el segundo, las palabras (símbolos) son indicios la necesidad para la comprensión de un mensaje de un amplio espacio de representaciones
voluntarios, ostensivos (ver § 2.5.2), en los que se basa el destinatario para recuperar la compartidas (§§ 2.4.1 y 7.6) entre emisor y destinatario. Para que se dé una comunicación
intención comunicativa del hablante. En los dos casos, el concepto de indicio se aplica a feliz, ambos deben compartir unos ciertos conocimientos, unos ciertos contextos de
una realidad que no debe tomarse en sí misma sino como camino hacia otra, en una re- referencia; si no, los mensajes no producen los efectos esperados. Y esto es lo que sucede
lación de causa y efecto. cuando las diferencias culturales entre profesor y alumnos son muy grandes.
4. Para reconocer la intención de este enunciado irónico, en el que el jefe ridiculiza 5. Cuando nos comunicamos electrónicamente con alguien, la persona no está
críticamente la conducta de su subordinado haciéndose eco de su justificación habitual nunca presente. Eso permite numerosos falseamientos. Además, en la comunicación elec-
para faltar, el destinatario realiza su tarea inferencia! apoyándose en una serie de pre- trónica, como variante ahora de cualquier modalidad escrita, no aparece la entonación ni
misas implicadas: a) los jefes reprueban el absentismo; b) un motivo tópico para faltar es esas señales extraverbales (paralingüísticas y kinésicas) que tan indicativas son de la
el fallecimiento de un familiar; c) este empleado falta mucho y siempre por este motivo: persona con la que nos comunicamos(§ 3.3.2). Esta ausencia la suple la imaginación que
-+el jefe sospecha-+ el jefe está criticándolo irornc1mrntt' ( vn s C1 1.2) cree detectar actitudes e intenciones en su destinatario de dudosa realidad.
'í. l'l adverbio curiosamente no actua en ,·l q<'111pl" 'lllllll 1111 <ompll'mcnto modal, 6. En el§ 7.1.2 se afirma esto. A ello se refiere el lingüista americano R. jackendoff:
smo como un marcador discursivo. ')11 1111s11111 "" ¡',111,11 l.1 1111c1jll<'Ll<1011 dl'I mensaje ... se debe subrayar que, sea cual sea el término empleado, el sistema lingüístico del
<1dv1rt1r11do q11<· el e1111sor t'lll'Ul'tltr;1 <'11 l'I "111 ,.... , 'i"' ''ti.'' l.1 """!'"' h.1 dl' que lo que l'l'trhro/mt·nte de un hablante es profundamente inconsciente y de dtlkil introspel'l'lllll,

l lll
1~~1tal qt1t· pni c¡l·111pl!1, el¡Hocr:-ia1111c11ltl dt· l.t'. • t·11.1k·. \ 1·.1i.d~ . n1 111" ln1111,11111'-i. Por lo
t.ullo, l'I kn~tla)l" e'-. 111\apropiedad de la tnCllll"itl"rd1111 (lt- dil11il .10..,0¡1:HHlll nm el tf't
1111110 "'nllltll"lll""lll'lltn" que implica por lu general at:u·:-i1h1Jid.1d .1 l.1 111110..,¡)l·ccllm. hwnda-
llcltt\ nf 1.tmgwi¿:;c [un;:i n.·cientr obra del autor] se aviene a la 1r;1dinu11 con el empleo
-..1stematico de los térrnmos conocimiento func10nal para dcscnbir lo que se halla en la
cabeza del hablante y que le pennite hablar y entender su(s) lcngua(s). (R Jackendoff
120031: "Una nueva armazón para 1a gramática generativa'', en R. Mairal y J. Gil [cds.], En
torno a los universales linguí5;tú:o5;, Madrid, Cambridge Umversity Press, págs. 200-201).

LECTURAS RECOMENDADAS

L REFERENCIAS GENERALES

El enfoque de la comunicación que se avanza en estas páginas está ampliamente


inspirado en las ideas de J. L. Austm, H. P. Grice y toda la Pragmática post-griceana, espe-
cialmente en la versión que D. Sperber y D. Wilson han desarrollado bajo el nombre
de 'teoria de la relevancia'. Puede verse un resumen sencillo de estos autores en Escan-
dell Vida! (1996), caps. 3, 5 y 7, donde el lector interesado encontrará más referen-
oas bibliográficas. Sobre la teoria de la relevanna pueden verse Vicente (1999) y Yus
( 1997). Por la reflexión general que presenta y por las conexiones que establece resul-
ta especialmente recomendable la lectura de Teso (1998). La primera formulación gene-
ral de la teoria aparece en Sperber y Wilson ( 1994 ). La bibliografía más completa que
existe sobre teoría de la relevancia es la que permanentemente actualiza el prof. Yus en
http://www.ua.es/dfing/rt.htm. Muchos de los artículos están disponibles a travé> de In-
ternet y pueden descargarse direclamente.
Valdés V11lanueva (2000) es la mejor compilación en español de los textos fonda-
mentales sobre muchos aspectos de los aquí tratados. El panorama de la investigación en
Pragmática más reciente se recoge en Horn y Ward (eds.) (2003). En cuanto a las intro-
ducciones generales, pueden destacarse Reyes (1994) y Gutiérrcz Ordóñez (2000: caps. 1
y 3).
Son igualmente de interés, por su carácter general y aplicado, las reílex10nes de Ma-
rina (1998) y Serrano (2004).

JI. RFFEREl\CIAS POR CAPÍTULOS

• Cap. l. Los modelos clásicos de la comunicación y sus inadecuaciones pueden verse


en Maldonado Alemán (2003: parte 1). Marti Sánchez (2000) presenta un compendio
de- diferentes enfoques sobre la comunicación.

1 }(\ l.' 1
• t_.1p 2. ll11,'. vi-1...,1011 ma..., dct;dbJa tic! modelo aqu1 prnpuc->to purdr rllClllllnr:-,c en
hlanddl Vtdal (2004).
• t.;1p. 1. Snhn:-_Ia:-:. c~11uc1111as de conocimiento puede vc.rse Shank y Abcbon (ll)87),
que es un clasICO c:n r-stas cuestiones. Las diferencias entre discur~o oral v discur~o t'~­
cr1lo se lratan con detalle en Calsamiglia y Tusón (1999), especialmente, los capítulos
2 y 3.
• ( ·ªP·. 4. Las i~entid~des de los participantes y su repercusión en el uso lmgú.1stico se
analizan en Calsam1gha y Tusón ( 1999: cap. 4 ).
• ( ·ap. ~· Los objetiv~s comunicativos en su relación con los actos de habla y la fuerza
tlonlLLva han constituido uno de los centros de interés de la Pragmática. Pueden ver">e REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
los trabaiosdásícos recogidos en Valdés Villanueva (comp) (2000). Sobre las relacio-
n.cs ent~e Lhs1anc1a soci~l y objetivos, las referencias fundamentales son Brown y Le-
v1mon ( 1987) y Leech (1998). La cortesía se trata con detalle en Haverkate (1994) y
Escande.HV1dal (1995) y (l996b). Para lo relacionado con la Pragmática intercultu;al
Y la adqmsinón de segundas lenguas puede verse Escandell VL<lal (1996c), Duranti
(2000), y Hernández Sacnstán ( 1999 ). BosQUE, l. et al. (2002): Lengua castellana y T.i!eraturu, 1" RachilleralO, Madnil, San ti llana.
• Cap. 6. Además d~, las lecturas generales, podríamos ari.adir algunas referencias que - (2003 ): Lengua castellana y Literatura, 2º Bachillaato, Madnd, Santillana.
recoge~ la ap_onacrnn de la Inteligencia Artificial a la manera en que hoy enlendemos BROWN, P., y S. LFv!Nso" ( 1987): Politeness. Some Universals in Language Usa ge, <.ambridge,
el func10na~n1ento de la mente. Una presentación accesible de estas cuest10nes pue<le CUP.
ve~se en Mmsky ( 1986). Los estudlos sobre la visión representan uno de los ámbitos CALSAMLGL!A BTANCAFORT, H. (1994): "El estudio del discurso oral", en Signos. Te01ia y prác-
mas desarrollados y también el que permite entender de manera más sencilla cómo se Uca de la educación, 12, págs. 18-28.
produce la integración entre la información retinal y el conocim1ento del mundo: el CAL'.:iAMIGUA BLANCAFOKr, H., y A Tuc;óN VALL'.:i (1999): Las cosas dd decir, Barcelona, Ariel.
papel de _la inferencia en la integración visual queda bien puesto de relieve en K.mlsza G\'.,SANY, D. (1990): "Enfoques didácticos para la enseñanza de la expresión escrita", en
(1986). Sobre la contribución de las categorías lingüísticas a Jos procesos de descodt- Comunú:actón, lenf.TUajey educación, 6, págs. 63-80.
hcaaón y de inferencia puede verse Escandell y Leonetti (2000). Sobre los marcadores CcREZO ARR!AZA, M. (1994 ): Texto, contexto y situación, Barcelona, Octaedro.
del discurso es recomendable Portolés (1998). DURANH A (2000): Antropolngía lingufalica, MadTid, Cambridge University Press.
EsCANDEJ L VmAL, M.ª V. (1995): "Cortesía, fórmulas convencionales y estrategias mdirec-

tas", en Revista Española de Linguíslica, 25, págs. 31-66.


IlL APUCACIONES - ( 1996): Introducción a la Pragmática, Barcelona, Ar1el.
- (1996b): "Towards a Cognitive Approach to Politeness", en K. Jaszczolt y K. Turner
. ~-¡enfoque pro~uesto en estas páginas es.el que subyace a la presentación, la orga- (eds.), Contrastiw Semantics ond Pragmatics (Vol. 11: Disrourse Strategies), Oxford,
mzac1on y los contenidos de la parte de comunicación de los libros Lengua castellana y Li- Pergarnon Press, 1996, págs. 621-650. También publicado en Language Snenres, 18
teratura (1 ºy 2º de Bachillerato) de Santillana (vid. Bosque et al. [2002] y [2003]). Hay
(1996). págs. 621-650.
vanas obras que proponen aplicaciones prácticas de los enfoques pragmáticos. Entre los - (1996c), ''Los fenómenos de interferencia pragmática", en Didáctica del español comu
que pueden resultar más útiles se hallan Cerezo Arriaza ( 1994 ); Gutiérrez Ordóñez lengua extranjera, Expolingua "l, Madrid, págs. 95-109.
(1997), (1997b), (2000), (2000b); Hernández Paricio (1996); Nüñez y del Teso (1996); - (2004): "Nonns and Principies. Putting Social and Cognitive Pragmaucs Together", en
y Reyes et al. (2000). Son interesantes las reflexiones sobre la enseñanza del discurso oral R Márquez-Reiter y M. E. Placencia (eds.), Curren! Trends in the Pragmalics of Spcm-
de Calsarniglia (1994 ); sobre la enseñanza de la lengua escrita puede verse Cassany ish, Amste.rdam, John Benpmins, págs. 347-371.
( 1990). La comumcac10n en Inte111et se trata desde un punto de vista pragmático en Yus EsCA.NDELL VmAL, :yf_ª V., y M. LFOKETTI (2000): "Categorías funcionales y semántica pro-
(2001). cedimental", en M. Martinez Hernández et al. (eds.), Cien años de investigación Sf-
mántica: de Michel Bréal a la actualidad, Madrid, Ediciones Clásicas, págs. 363-378
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l . tll)1lJ < 1111101tt1111J /H11,-.i,n1u1111i clt' ro./11~ 1fr dn1·1 i,·1•. \l.t1h 111 .\1111 l 1hr11..,
( 2-\H)(l)i) ( 1J/Hr'lili/lllJ p1t1,l',llW/1to de /i'\"/11\ //lc'ld//11·" :-..Litlr1d, \1, 11 l 1hl(l'>
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ÍNDICE
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MARINA,]. A (1998): La selva del lenguaje. Introdurnón a lm d1cdommo de los ~entínw:ntos,
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MAR11 SÁNCHEZ, M. (2000): Losfmes del hablar (renexwnrs amca de las funciones del lengua-
PRóLOGO 7
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nos de Trabajo, 29).
(2004): '·En los límites del lenguaje: los silencios positivos", en M. Villayandre (ed.), A(- CAP. 1: Algunas reflexiones iniciales .. 9
las del V Congreso de Unguístiw General (León, 5-8 de marzo de 2002), ll, Maclnd, Ar 1.1. En busca de regularidades .. 9
ca/Libros, 18871897.
1.2. El esquema clásico. 10
tvhKSKY, M. (1986): La soLiedad de la mente: 1ci mlelige-nna hwnana a la luz de la ínteltgencia
artificial, Buenos Ain::~, Ga1ápaµ,o.
1.3. Las inadecuaciones del esquema clásico. 11
NlrÑFZ, R.,)' E DEL TFSO (1996): Snncíntúa y Prngrnática del texto común: z1rodurnón )' (/)-
! .4. ¿Córno nos cornunica111os? .. 11
mentano de textos, \fadnd, Cátedra l. 4. l . ¿I:s suficiellle el código 7 u
PoRTOT ÉS, J. (1998): Marcadore-s del disnffsO. Barcelona, ArieL 1.4.2. ¿Es necesario el código? l6
REYES, G. (1994 ): Fi Ahrcé df la pmgmilliw, :>1adricL Arco/Libros. 1.5. ¿Con quién nos comunicamos'. 16
REYES, G. et al. (2000): FJrrcirios de pragniátirn 1y11, Madrid, /\reo/Libros. 1.6. ¿Cuándo hay comunicación'. 17
RussELL, S., y P. N0Rv1c (l 995): Inteligencia Arti/iciaL Un enfoque moderno, :Vkxico. Prcn- 1.7. ¿Qué comunicamos'. 20
ticc-Ha1l Hispanoamericana. l. 7.1. Más allá de la información .. 20
Sr:RRAKO, ::.. (2004 ): El regalo de la romunicaruin, Barcelona, Anagrama.
1.7.2. Realidad y 'represemación interna'. 21
SHA:-JK, R., y R. ABELSON ( 1987): Guiones, planes, metas y rntendimienw, Barcelona, Pai<lós.
1.8. ¿Para qué nos comunicamos? 22
SPERBER, lJ., y lJ. WILSüK (1994 ): La relevanna, Madnd, Visor.
1.9. ¿Por qué medio nos comunicarnos?. 23
TESO, E Da (1998): Contt:xlu, situanón e indetenninación, Oviedo, publicaciones del De-
parLamento de Filología Española. 1.10. ¿En qué situación nos comunicamos?. 23
VA1 nl's VILLANUEVA, L. M. (comp.) (2000): La búsqueda del s1gnif1rado: fwuras 1frjilosojia 1.11. Conclusión. 24
del lenguaje, Madrid, I cenos. Ejercicios. . ............. . 25
V1CFNTF, B. (1999): "La teoria de la penincncia", en :vi. Dascal (ed.), Filosofia del lengua)'' l'
Pragmálirn, Madrid, Trona, págs. 115-136. CAP. 2: Un rwevo modelo de la comunicación: elementos, n:presentacioncs y
Yu..-;, F. (1997): Cooperación y relevanria: dos apruxirnadonr.'.i pragmáticas a la interprdanfm, procesos.
Alicante, Urnvers1dad <le Alicante.
2.1. Hacia un nuevo enfoque 27
- l200l ): CifJerpragrnátira. FJ U'>n del ln1,~Wl/1' 01 /11/ctitl'I, ffarcclona, Aricl.
2.2. Los componentes del modelo. 2fl
2. 'l. Elementos materiales 2lJ
2. 'l. l. El emisor \()

l.'·I l.''
2. '.2. J·I tlt-.. t111:.ltano. Hl 5 .6. Conclusión 7H
2. l. l. 1 a "'1iaL ll Ejercicios 7H
1.4. Representaciones. 31
2.4.1 Del pensamiento a la palabra. 32 CAr. 6: Codificación e inferencia 7r.:¡
2.4.2. Representaciones individuales y representauones com- 6.1. Más allá del código . 79
partidas . 34 6.2. Procesos semánticos . 80
2.4.3. La representación del contexto 35 6.3. Procesos pragmáticos . 82
2. 5. Proce.'ios. 37 6.3.1. Procesos pragmáticos primarios . 82
2.5.1. Codificación y descodificación. 37 6.3.2. Procesos pragmáticos secundarios.. . .......... . 84
2.5.2. Ostensión e inferencia... 38 6.3.3. La especificidad de los procesos pragmáticos .. 87
2.6. El nuevo enfoque y sus consecuencias ... 40 6.4. La integración de los procesos semánticos y los procesos prag-
Ejercicios .... 42 máticos ... 88
6. 5. Procesos, conceptos e instrucciones . 89
C:AP. 3: La situación y el medio 43 6.6. Conclusión. 91
3.1. Situaciones y representación social ... 43 f:'.jercicíos .. 91
3.1.1. Marcos y guiones .. 44
3.1.2. Situaciones institucionales, públicas y p1ivadas .. 46 CAP. 7: Consecuencias y aplicaciones generales 93
3.2. Situación y registro lingüístico 47 7.1.La comunicación como marco de la reflexión sobre la lengua . 93
3.3. El medio .. 50 7.2.Las relaciones entre Gramática y Pragmática. 95
3.3.1. Oralidad y escritura. 50 7.3.La manera de enfocar el estudio del texto ... 97
3.3.2. La explotación mtencional del medio . 51 7.4.Objetivos comunicativos y coherencia ... 99
3.4. Con el usión. 54 7.5.Objetivos comunicativos y tipología textual 100
Ejercicios. 54 7.6.El manejo de lo implícito ............................... . 103
7.7.Distancia social, comunicación a distancia y participantes co-
CAP. 4: La distancia social. 57 lectivos .. 105
4.1. La relación entre los interlocutores como 'distancia social' 57 7.8. La manipulación de la distancia social: efectos expresivos. 107
4.2. Dimensiones de la distancia social.. 58 7.9. C:omunicación inferencia! y publicidad. 110
4.2.1. El eje de jerarquía 58 7.10. La comunicación electrónica .. 111
4.2.2. El eje de familiaridad . . . ......... . 60 Ejercicios. 112
4.2.3. La combinación de las dos dimensiones 61
4.3. Distancia social y distancia lingüística . 62 RESPUESTAS A LOS EJERC1C10S . 115
4. 4. Conclusión 65 LECTURAS RECOMENDADAS . 121
Ejercicios. 65 REFERENClA.S BIBLIOGRÁPIC.:AS .. 123

CAP. 5. Los objetivos comunicativos. 67


5. l. Representaciones y objetivos . 67
5.2. fuerza ilocutiva y tipos de actos de habla. 69
5. 3. Interacciones entre actos de habla y distancia social. 7l
5.4 Acciones conflictivas, fonna linguí..,tica y 1clacium·.., ..,nnalc-. 74
'>.'1. l.<l estructura mtc-rna Je In;-. ;1ct1l.., d~- h;1hl.1 76

l.'<• 1 27

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