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DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN INCLUSIVA – ORIENTACIÓN TÉCNICA – EDUCACIÓN ESPECIAL

EFEMÉRIDES 10 DE SEPTIEMBRE
DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

“Cuando hablamos de urgencia subjetiva lo primero que


debemos pensar es qué condiciones
podemos construir para poder alojarla,
darle un lugar allí donde emerge y se expresa”
Daniel Korinfeld

Considerar ejes que nos permitan abordar la prevención del suicidio en el ámbito
escolar, conlleva a definir en primer lugar, los marcos conceptuales y político-educativos
desde los cuales pensamos dicha problemática.

A diferencia de los “tips” que ofrecen hoy tantos comunicadores a modo de


“consejos”, definir estrategias de prevención en el campo educativo y de la salud, implica
poner en tensión nuestros conocimientos, vincular, conversar, intercambiar experiencias entre
compañeras/os de trabajo. A su vez, nos convoca al encuentro con la lectura de la bibliografía
generada por aquellos profesionales del campo de la educación y la salud, que dan sustento al
enfoque del cuidado en el marco de la problemática del suicidio y que contribuye a la
orientación de las prácticas pedagógicas.
En el proceso de elaborar sentires, percepciones y experiencias desde nuestro oficio
del lazo, formulamos preguntas con el objetivo de problematizar, y con el deseo de encontrar

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horizontes que orienten nuestra práctica.

¿Cómo sostener, resignificar, recrear la función simbólica y metabolizadora de la escuela en


estos tiempos en que las actuaciones parecieran ocupar el centro de la escena?

¿Qué lugar otorgamos como escuela a la escucha y tratamiento de las urgencias subjetivas?

¿De qué forma las desigualdades materiales y de recursos psíquicos impactan en el


sufrimiento subjetivo de cada integrante de nuestras comunidades educativas?

¿Qué acciones, qué prácticas pedagógicas nos permiten construir tramas de cuidado en la
escuela?

¿Cómo ofrecer discursos esperanzadores allí donde lo que insiste es la amenaza de


aniquilamiento?

En el marco del Dispositivo: Te cuido. Nos cuidamos1 y en concordancia con los


lineamientos nacionales actuales, proponemos un “pensar situado” que contemple las
condiciones del contexto y que suponga una intervención pedagógica institucional sostenida
en una ética del cuidado, en una perspectiva integral de derechos y de salud comunitaria.

Como punto de partida, al hablar de prevención, comprendemos la escuela como


espacio de cuidado, y las acciones preventivas como prácticas educativas tendientes al
cuidado. En este sentido, nuestra función en el campo de la educación no se reduce a la
detección o “pesquisa” de indicadores de suicidio, ya que nos compromete especialmente en
la conformación y sostenimiento de aquellas condiciones que habilitan lazos vinculantes y
subjetivantes. El enfoque preventivo que se centra en la detección de factores de riesgos
enfatizando su mirada en lo individual, lo “psicopatológico” o lo “disfuncional”, puede
habilitar procesos de estigmatización cuando excluye las dimensiones socio-comunitarias,
históricas, políticas y culturales de un sujeto. Por tal motivo proponemos pensar la
prevención desde una “perspectiva de la vulnerabilidad” [...], la cual “pretende analizar
escenarios complejos en los que interactúan múltiples dimensiones de manera dinámica y
variable”.2 “Los análisis de vulnerabilidad no prescinden de los abordajes epidemiológicos
de riesgo sino que los amplían y los ponen en contexto. Las situaciones de vulnerabilidad
social constituyen el resultado del debilitamiento o ruptura de la red de relaciones familiares,
comunitarias y sociales [...]” Y es sobre esa red de relaciones sobre la cual la escuela opera.
La tarea preventiva que la escuela puede traccionar tiene que ver con la posibilidad de
potenciar los vínculos y tejer redes de manera de contener la vulnerabilidad.

Enunciada entonces la perspectiva desde la que pensamos la problemática del


suicidio, compartiremos a continuación, algunas consideraciones que surgen del camino
compartido con nuestros equipos de la provincia.

1
Dispositivo: Te cuido. Nos cuidamos. Dirección de Educación Inclusiva-Orientación técnica y Educación
Especial, Dirección General de Educación del Ministerio de Educación y DD. HH de la Provincia de Río Negro
(2020;2021 y 2022). Directora: Sandra Gómez, Equipo Técnico Territorial: Técnicas Psicólogas de ETAP
Educación Secundaria: Guillermina Petit Meurville (Andina), Carolina Serradell (Andina) y Stella Cuccarese
(Villa Regina).
2
“Abordaje integral del suicidio en las adolescencias. Lineamientos para equipos de salud” Cap 2 “Prevención
de la violencia autoinfligida y promoción de la salud”. Ministerio de Salud de la Nación; Sociedad Argentina de
Pediatría; UNICEF, 2021.

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Algunas propuestas para abordar la prevención del suicidio en las escuelas

La principal referencia en clave de prevención, es aquella que apuntala estrategias que


promueven lazos de confianza, condiciones de amparo, y que, por ende, causan el deseo de
involucrarse en la construcción de un futuro más amable, esperanzador, que convoque a
plasmar proyectos.

Las prácticas de cuidado permiten desplegar acciones que tienen que ver con lo que se suele
denominar como “prevención inespecífica”. A continuación, desarrollaremos algunas
propuestas que invitan a abordar preventivamente estas problemáticas dentro de la institución
escolar.

Los estudiantes que hoy se encuentran cursando su último año del ciclo secundario,
han transitado en confinamiento los dos años anteriores. Es decir, reingresan a la escuela
(añorado ello en el mejor de los casos) y en pocos meses “egresan” en este contexto que aún
sostiene, como premisa para cualquier proyección posible, la incertidumbre. Impulsar
proyectos que permitan un tiempo grupal de “pensar el devenir” y el porvenir, encontrarse
con las angustias y los temores inherentes a ello, así como también con las expectativas,
fantasías y potencias que un proyecto genera es una forma de acompañar la transición a un
“afuera de la escuela” que para muchas/os de nuestras/os adolescentes no se presenta amable.

Apuntalar, promover y reforzar los ritos, ceremonias, viajes de egresados/as es una


manera de contribuir a la elaboración colectiva del duelo por la partida, por el fin de ciclo.
Cada vez escuchamos con mayor frecuencia la “dilución” de dichos viajes, encuentros, actos,
esgrimido por argumento la desigualdad económica o los conflictos entre pares para la
organización. En relación a ello, la escuela puede ocupar un rol protagónico en su promoción
y organización, espacio que hoy ha sido ganado por las empresas de turismo en algunas de
nuestras comunidades educativas, y en otras tantas, librado a la resquebrajada capacidad de
organización de los grupos post pandemia.

A su vez, los primeros años, ingresaron a la escuela secundaria luego de su tránsito


por la educación primaria trastocado en el tramo final a causa del confinamiento. Muchas
veces nos resuenan los comentarios del tipo “están atrasados en las materias porque no vieron
los contenidos de los años anteriores”. Sin embargo, nos resulta significativo en términos de
prevención, cuando escuchamos “están complicados” en sus posibilidades de generar
pertenencia, confianza en el par, capacidad de conformar grupo porque fueron privados de un
tiempo muy valioso en la construcción de dichos lazos.
Promover encuentros con sus familias, bienvenirles a la escuela como espacio democrático,
hospitalario y de proyección es una manera de fortalecer lazos de pertenencia, construcción
necesaria para proyectarse en contextos de incertidumbre.

Revisar los modos de las exigencias académicas cuando devienen en presión, no solo
por el sufrimiento psíquico que pueden generar para una/un adolescente, sino también porque
la “carrera académica”, fortalece lógicas competitivas entre pares y ello va en desmedro de
los lazos cooperativos y de construcción colectiva. Ofrecer propuestas que demanden
grupalidad, trabajo en equipo dentro y fuera de la escuela, y contribuir al armado de esos
procesos entre pares, es un modo de promover lógicas de inclusión y pertenencia.

Por otra parte, contamos con lineamientos curriculares que han sido pensados en clave
de “cuidado” y que nos ofrecen referencias significativas para abordar esta problemática,

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tales como la Educación Sexual Integral y los Acuerdos Escolares de Convivencia.

También se constituyen como espacios privilegiados para la prevención, aquellos que


ubican la centralidad en la palabra de los y las estudiantes, como las “asambleas de aula” y
los espacios democráticos de decisiones conjuntas respecto de los asuntos comunes, como los
Centros de Estudiantes. Causar el deseo por esta participación es transmitir que hay un futuro
posible en términos de transformación y a su vez implica depositar la confianza en sus
capacidades de hacer huella. Esto implica la necesidad de la escuela de involucrarse en la
construcción de sentidos que permitan una proyección de futuro para las/os estudiantes.

Si bien consideramos que todas las áreas del conocimiento cuentan con la posibilidad
de transversalizar la mirada en torno a esta problemática, destacamos el lugar significativo
que ocupan los lenguajes estéticos no sólo por su capacidad privilegiada de habilitar espacios
de expresión y creación para adolescentes sino especialmente por su oportunidad de ofrecer
discursos que abonan la sensibilidad, amplían los recursos simbólicos y enriquecen los
contenidos culturales de una comunidad.

En relación al concepto de co-rresponsabilidad interinstitucional, las experiencias


“extramuro” son las que permiten construir, consolidar, sostener y ampliar las redes
interinstitucionales como trabajo preventivo. Es condición previa contar con ellas para
cuando sea necesario tensarlas. ¿Cómo podemos orientar, motivar y promover la inclusión y
participación en estos espacios de miembros de la comunidad educativa (equipo directivo,
ETAP, tutores, preceptores, entre otros)?

Así mismo, promover experiencias de intercambio entre pares de distintas escuelas de


cada comunidad, ya sea con propósitos académicos, culturales o recreativos es un modo de
enlazar adolescencias desde una perspectiva pedagógica sostenida en el reconocimiento del
otro como semejante.

¿Cómo introducir con las/os estudiantes la problemática del suicidio en clave de prevención
específica?

Tomando como base los marcos conceptuales expuestos, conversar con estudiantes
sobre esta problemática implica en primer lugar, “escuchar”. Tomamos este significante,
como gesto provocador de confianza, acto de presencia del/a adulta/o que, sin anteponer
prejuicios, poniendo en pausa opiniones, dejando en “suspensión” sus propias ideas, se ofrece
en un acto genuino de acercamiento a recibir aquello que un/a adolescente tiene por decirnos.
Poner en “suspensión” el saber, no implica desconocer nuestra capacidad pensante, por el
contrario, es reconocer que será esta capacidad y la sensibilidad de nuestra propia
vulnerabilidad y la del otra/o lo que nos permite operar vincularmente.

Aquellas instituciones educativas que han realizado acompañamientos pedagógicos de


postvención por situaciones de muerte por suicidio en su comunidad, cuentan con un camino
recorrido que se transforma a su vez, en instancia de prevención.

Para aquellas comunidades educativas que no han transitado estas experiencias, tomar
la fecha del 10 de septiembre como efeméride puede ser una forma de abordar la temática,
alojando y acompañando en dicha oportunidad, en cada comunidad educativa, las resonancias
de esta problemática.

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Sugerimos que la primera conversación al respecto sea con el cuerpo docente en su
totalidad. A modo de orientación, compartimos, un powerpoint que resume la perspectiva
referida anteriormente, así como también bibliografía específica para profundizar dicha
problemática. Conversar con el cuerpo docente, compartir los lineamientos desde una mirada
situada para cada escuela puede ser una ocasión de pasaje “de la demanda de protocolo” a la
“construcción de miradas y prácticas pedagógicas que cuiden a nuestras/os estudiantes en
torno a la problemática del suicidio”.

Como puerta de acceso para introducir la temática con nuestras/os estudiantes, el


material de “mitos” que ofrecen las O.M.S. y O.P.S, puede ser un recurso interesante para
generar el intercambio entre adolescentes. Compartimos aquí los que consideramos más
significativos:

a- Las personas que hablan de suicidio, no cometen suicidio. La mayoría de las


personas que se suicidan o lo intentan, lo han comunicado con antelación. (Las estadísticas
demuestran que nueve de cada diez manifestaron claramente esos propósitos, y la restante lo
dejó entrever).
b- Las personas que intentan suicidarse sólo desean morir y nadie puede sacarles
esa idea. Es muy frecuente que se presenten sentimientos ambivalentes al respecto (deseos
simultáneos de vivir y morir). Ninguno de nosotros cuenta con la representación de su propia
muerte, en toco caso podemos pensar que se le está haciendo intolerable mantener su vida de
la forma en que lo está haciendo.
c- Un intento de suicidio implica que siempre tendrá ideas suicidas. Cuando se
han podido elaborar los conflictos que llevaron a un intento, no necesariamente se repite.
d- La mejoría inmediata después de una crisis suicida significa que salió del
riesgo. Casi la mitad de las personas que atravesaron una crisis suicida o cometen suicidio, lo
llevaron a cabo dentro de los tres primeros meses donde se creía que la crisis había pasado.
e- Si se le habla del deseo de morir a una persona con ideas suicidas se lo empuja
a que lo haga. Preguntarle lo retira del aislamiento y le ofrece la oportunidad de comentar
cuestiones que pueden estar atormentándola/o. Hablar actúa como freno del impulso, no
como potenciador del mismo.
f- Las personas con conductas autodestructivas lo hacen para llamar la atención.
Todo comportamiento autodestructivo es grave y puede ser letal, por lo que debe tomárselo
muy seriamente y brindarle ayuda profesional. Nunca debe desestimarse.
g- El suicidio se comete sin previo aviso. Suele haber muchas señales verbales y
extra-verbales previas al acto.
h- Todo el que se suicida está deprimido. Si bien las afecciones psíquicas pueden
constituir factores de vulnerabilidad, no todo el que realiza un acto suicida padece una
afección psíquica.
i- El suicidio se hereda. En el suicidio intervienen factores de complejidad
multidimensional, no es hereditario.

Cada uno de estos mitos, invita a poner en cuestión prejuicios, contenidos encriptados
que ameritan revisión. Existen una serie de criterios equivocados sobre el suicidio que no
revisten veracidad científica y constituyen un obstáculo para la prevención de dichas
conductas por lo fuertemente arraigados que se encuentran en la población general. Es
importante conocerlas para que puedan ponerse en cuestión.

Promover espacios que permitan a cada adolescente ubicar las situaciones que le
generan dolor, angustia y también encontrar o resignificar presencias protectoras a quienes

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acudir dentro de sus núcleos sociales de pertenencia, es una forma de promover su lazo con
las/os otras/os.

Reconocer y hablar acerca de aquellos gestos, palabras que, aún como intento de
ayudar pueden desconocer o, peor aún, amplificar el dolor, es una forma de promover
experiencias de cuidado entre pares. En tal sentido, compartimos como recurso un video
que puede orientarnos acerca de las maneras de expresar ayuda y a su vez, puede motivar
elaboraciones propias en cada grupo al modo de “spots de campaña”:
https://www.youtube.com/watch?v=gYxwN8IjsEo

Contar con un “recursero” de los espacios de atención de la salud para adolescentes y


fomentar el acercamiento a dichos efectores tanto de manera individual, como
acompañados/as por algún familiar, adulto referente o un/a par, habilita a la búsqueda de
alternativas que permitan encauzar el dolor. En tal sentido, sostener “derivaciones
acompañadas” es un modo de involucrarse como escuela en el proceso de acompañamiento.

Por último, y a modo de apertura, convocamos a cada equipo a compartir aquellas


experiencias del tratamiento de la temática de prevención del suicidio que hayan acompañado
en instituciones escolares, como forma de intercambio para la elaboración conjunta de
prácticas pedagógicas de cuidado de las adolescencias.

Bibliografía:

● “Abordaje integral del suicidio en las adolescencias. Lineamientos para equipos de


salud” Cap 2 “Prevención de la violencia autoinfligida y promoción de la salud”.
Ministerio de Salud de la Nación; Sociedad Argentina de Pediatría; UNICEF, 202.
● “Acerca de la problemática del suicidiode adolescentes y jóvenes. Un enfoque para su
abordaje desde el campo de la educación”. Ministerio de Educación. Presidencia de la
Nación
● “Cuidados”. Derechos Humanos, Género y E.S.I. Ministerio de Educación de la
Nación, 2021.
● “Guía federal de orientaciones para la intervención educativa en situaciones
complejas relacionadas con la vida escolar”. Ministerio de Educación. Presidencia de
la Nación.
● Korinfeld, Daniel. “En las instituciones educativas: intervenir en situaciones
complejas. Convivencia, acompañamiento y cuidado”. Ministerio de Educación de la
Nación, 2020. Biblioteca Devenir Docente.
● Korinfeld, Daniel. “Situaciones de suicidio en la escuela. Acompañamiento y
corresponsabilidad”. Voces de la Educación, 2018.
● Korinfeld, Daniel. “Urgencias subjetivas de niños y adolescentes; ¿estamos
preparados? Un enfoque desde la salud mental comunitaria” en “Niños dispersos,
aburridos, solos. Nuevos contextos. El rol del adulto hoy” Andrea Kaplan y Mariana
Sanmartín (comps.) Noveduc, 2017
● “Pensar los vínculos en tiempos de pandemia: la escuela como un lugar de cuidado”.
Ministerio de Educación de Nación, 2022.
● Zeljmanovich, Perla. “Contra el desamparo”. Artículo publicado en “Enseñar hoy.
Una introducción a la ecuación en tiempos de crisis”. Dussel, I. y Finocchio, S.
(comp.) Fondo de la cultura económica, Buenos Aires, Argentina.
● Video https://www.youtube.com/watch?v=gYxwN8IjsEo

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