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N o 6 Agosto d e 1990

El Otro Derecho es una revista


coeditada por TEMIS S. .A. y el
Instituto Latinoariiericano de
Seri.icios Legales Derecho insurgente
Alternativos ILSA. El derecho -de los Oprimidos
Director: Daniel Rocha
Fernando Rojas
Consejo Editorial:
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Valdemar de Oliveira Derecho insurgente:
[Brasil) el derecho de los oprimidos
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37
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A.A. 077844
Bogota - Colombia
El camino de la niebla
Legislación y salud mental
Presentación

Derecho insurgente
El derecho de los oprimidos

Daniel Rech
Coordinador del Panel Latinoamericano
Congreso de LASA, Miami, 1989

"Así fué como sucedieron las cosas: él era un pastor


débil, pobre, deforme y tonto. Por tanto como dicen
los predicadores, el señor quería probar, por su ejem-
plo que, todos nosotros, todos los que sufren de te-
mor, son humildes y pobres, podemos realizar grandes
hechos..." (Ovan Olbracht-"El ladrón Nicola Shuhaj").

Cuando a final de 1988 supimos de la realización del


Congreso Internacional de LASA (Latin American Studies
Association), pensamos que tal vez ocurriese una
oportunidad única de presentar, en el ámbito académico
norte-americano, algunas ideas que si bien no son nuevas,
por lo menos producen un esfuerzo de implementación en
el Brasil, que data de época reciente.
La existencia de códigos más o menos formalizados
entre grupos sociales marginados en el mundo, existe desde
que se produjo en los primates, excluidos del sector de
influencia del más fuerte de la tribu, la conciencia de que
era posible sobrevivir y tener derechos en grupo paralelo y
autónomo, al núcleo social existente.
Entre tanto los grupos dominantes, desde que se
volvieron dominantes en la comunidad primitiva,
implementaron normas de su interés que se volvieron
imperativas para todos los que no quisieran ser
excluidos o eliminados.
La sociedad contemporánea continúa cultivando
estas reglas, habiendo innovado poco en este
sentido.

EL OTRO DERECHO, Número 6. Agosto de 1990, ILSA, Bogotá D.C., Colombia


Todavía hoy perduran los códigos y determinaciones,
tanto legales como morales, que son resultado de los
intereses de las capas dominantes y a las cuales los
dominados, los oprimidos, se someten por la fuerza o por
la necesidad.
Nuestro derecho positivo actual, absorbidos los
principios básicos de la revolución burguesa e n Francia
y la codificación napoleónica, se impuso e n nuestras
civilizaciones como el único camino de la legalidad y de
los principios de la convivencia.
Mientras tanto aún siendo presentado e n drops
fantaseados de libertad, igualdad y fraternidad, el, e n la
mayoría de las veces e n verdad consagra la desigualdad, el
dominio y la discriminación.
Así de la misma forma, a lo largo de la historia, los
sectores oprimidos fueron descubriendo, que las
determinaciones de los más fuertes, no son definitivas y que
es posible construir un nuevo derecho que los
favorezca, se vuelve fundamental que e n nuestra historia
contemporánea, comencemos a desenmascarar el carácter
predominante perverso de nuestro derecho codificado y,
al mismo tiempo luchemos por la construcción de un nuevo
derecho que nace de la voluntad liberada de los oprimidos.
La correlación de situaciones con la sociedad primitiva
nos lleva también al debate sobre el desequilibrio, entre el
derecho codificado vigente y el porcentaje de población
efectivamente beneficiada por el mismo.
Mientras tanto se podría pensar e n una aventura de
minorías interesadas e n desequilibrar el fulgurante edificio
de la concordia social vigente, cuando e n verdad lo que nos
agrede, con inusual violencia, es la vergüenza y el escándalo
de inmensas poblaciones marginadas, aplastadas por el peso
de un derecho que solo sirve a un pequeño grupo de
privilegiados.
Es por esta causa que nace la necesidad de discutir y
crear un nuevo derecho que surja de los oprimidos. No solo
un ejercicio del libre derecho de pensamiento y expresión,
sino que principalmente, es una necesidad histórica y una
obligación social urgente que las generaciones futuras nos
cobrarán con su hambre, con su miseria, inevitables e n caso
de continuar la situación actual.
Nuestra propuesta de discusión sobre el derecho de los
oprimidos, siguió dos grandes líneas de pensamiento y de
práctica política:
1- En la convivencia común en la sociedad, los oprimidos
necesitan tener sus derechos e n las leyes vigentes, siendo
normalmente preservado para las élites dominantes.
Si la hipocresía de la élites eligió su derecho como el
derecho único y definitivo para la sociedad como un todo,
este derecho necesita también servir e n un nivel igual y
plenamente a todos los sectores que componen la nación.

EL OTRO DERECHO, Número 6. Agosto de 1990, ILSA, Bogotá D.C., Colombia


El esfuerzo en esta línea, es el' de revelar y exigir el
derecho existente como un derecho de todos.
Aquí el derecho de los pobres se levanta contra los
privilegios y/o el exclusivismo de determinados derechos
para unos pocos. El abogado del movimiento popular revela y
está presente al frente de esta insurgencia de los pobres, en
la conquista de la igualdad y la justicia.
2- El nuevo derecho creado por los oprimidos, de
acuerdo a sus intereses y necesidades, inserto o nó, en las
leyes vigentes, necesita ser rescatado, y que a través de la
formalización le sea dada la dignidad de derecho vigente.
No se trata apenas, de reconocer el derecho consolidado
en la costumbre, pero si principalmente, que la práctica
política de los oprimidos, se revista de una autoridad
suficiente, que sea reconocida por ellos y por todos, como
posible y legítima en la vida concreta.
El respaldo a este tipo de abordaje y comportamiento,
relacionado con las posibilidades jurídicas de los oprimidos,
será dado por la intervención del abogado del movimiento
popular, que no solo abre el camino para el acceso a la ley y a
la organización de justicia vigentes, sino que tambikn al
revelar el lenguaje y la sirnbología de las leyes, a los
oprimidos, transfiere a sus creaciones legales la posibilidad de
presentarse con la vestimenta formal y que el proceso histórico
les permita ser reconocidas con vigencia "erga omnes".
Aquí el abogado presta su mano y sus conocimientos a la
creación y contribuye decisivamente la la presencia y brillo
de este nuevo ente jurídico, que los oprimidos anhelan una
vez construida la liberación.
Estas son básicamente las perspectivas con que asumimos
la responsabilidad de organizar un panel en el congreso de
LASA en Miami E.U.A. en el mes de diciembre de 1989, con
el título de "DERECHO INSURGENTE: El derecho de los
Oprimidos".
En el participan abogados de diversos paises de América
Latina, que actúan directamente junto al medio popular. De
sus intervenciones extrajimos estos textos que aquí van
publicados.
Esperamos que su publicación sirva, especialmente en el
sentido de incentivar nuevos abogados, a dedicar sus
esfuerzos en beneficio de la transformación de la sociedad
latinoamericana en una patria de todos sus hijos,
autodeterminada y libre.
Rio de Jaineiro, 14 de julio 1990
Daniel Rech - Coordinador del panel LASA/Miami/89.

NOTA DEL EDITOR: ILSA agradece a los colegas brasileños su colabo-


ración en el material para este número de la Revista. Nos parece de
gran importancia la temática tratada y el evento realizado por LASA.
En la Sección Reflexiones incluimos el estudio de caso de la ne-
gociación de los trabajadores bananeros realizado por el abogado co-
lombiano Julio Soler.

EL OTRO DERECHO, Número 6. Agosto de 1990, ILSA, Bogotá D.C., Colombia

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