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La idea de fraccionar al ser humano en múltiples destrezas, habilidades, aptitudes y/o capacidades
no es nueva en la historia de la psicología. Siempre han existido autores que han propuestos varios
indicadores o facultades humanas. Luego la tesis de Gardner de las siete inteligencias es ultra
conservadora, aunque sus defensores piensen al revés.
Es muy innovador resaltar las dos inteligencias personales, base para el Best Seller de Daniel
Goleman, su libro Inteligencia Emocional. Gardner plantea que «entre las inteligencias y los
ámbitos existe una relación» y que posiblemente «una persona con inteligencia musical se
interese, y logre destacar, en el ámbito de la música» . Ahora bien, el hecho de que una persona
muestre aptitudes y/o actitudes para la música, eso no quiere decir que esa persona sea
inteligente. Ejemplos en la historia de la humanidad existen muchos, de personas que mostraron
aptitudes y actitudes para la música, para el arte, para la literatura o para el deporte y sin embargo
no fueron inteligentes, porque destruyeron su vida o la de otras personas con sus
comportamientos negativos.
Nada más lejano de la inteligencia humana. A mi juicio, el principal error de Gardner es,
precisamente, no haber fundamentado una amplia y profunda definición de inteligencia, por
cuanto la reduce a la capacidad de resolver problemas o de crear productos que sean valiosos en
uno o más ambientes culturales. Una persona puede ser capaz de resolver problemas y no mostrar
indicios de inteligencia humana, porque la solución de dicho problema puede conllevar a lacerar la
integridad, las emociones o los sentimientos de otras personas. Lejos de constituir el anterior
planteamiento un argumento fehaciente para argumentar la existencia de múltiples inteligencias,
en realidad esta idea refuerza el criterio de que las destrezas y habilidades humanas se configuran
y que para cada una de las inteligencias definidas por Gardner se necesitan variadas, diversas y
múltiples habilidades y destrezas.
La inteligencia está asociada a la capacidad que tiene el ser humano para ser feliz y hacer felices a
los demás, es por ello que yo no acepto la concepción de que existen varias inteligencias como
afirma Gardner. El ser humano tiene una inteligencia única, general e integradora, holística, que se
va desarrollando en el marco de las diversas experiencias y vivencias humanas, y en dependencia
de la actividad humana en la que se desempeñe el ser humano, se podrían clasificar de diversas
maneras. A veces utiliza el término facultad, otras veces utiliza el término capacidad, en ocasiones
utiliza el término destreza, por momentos utiliza el término habilidad, e incluso competencia.
Otros autores, como De Zubiría y colaboradores, al referirse a la inteligencia, utilizan también
indistintamente los términos «aptitudes», «procesos», «talentos».
El mismo Gardner habla de una cooperación entre las diversas inteligencias, pero yo prefiero
hablar de una configuración holística, sistémica, integradora y creativa de las diversas habilidades
y destrezas particulares que integran esa supuesta inteligencia. Reitero, la inteligencia es una
capacidad humana, pero no todas las capacidades humanas deben ser consideradas inteligencias.