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Doctrina del

fruto del árbol


envenenado

Lic. Alfredo Rosas


La doctrina del fruto del árbol envenenado o fruto del árbol
venenoso hace referencia a una metáfora legal empleada en
algunos países (al menos en Argentina, Colombia, España,​
Estados Unidos, México​ y Venezuela) relacionado con la
valoración de la prueba en un proceso penal, que consiste en
desestimar cualquier medio probatorio obtenido por vías
ilegítimas. ​
La lógica de la frase es que si la fuente de la prueba (el «árbol»)
se corrompe, entonces cualquier cosa que se gana de él (el
«fruto») también lo está, es decir, si a través de medios ilegales
se obtiene una prueba y, a su vez, esta conduce a obtener
otras, todas ellas resultan contaminadas por la ilegalidad de la
primera. Por ejemplo, si un oficial de policía realiza una
allanamiento sin atenerse a la normativa legal que regula los
allanamientos y obtuviera la llave de un armario de estación
de tren que lo conduce a un crimen de homicidio; en ese caso
la prueba obtenida de manera ilegal (llave del armario) no
podría agregarse al proceso ni tenerse en cuenta para la
decisión del Tribunal respecto de su culpabilidad o inocencia.
Policía limpiaba
El arma cae y se
el arma que
dispara
tenia a su cargo

Mata a un
hombre No tenían orden
trabajador de la de aprehensión
gasolinera
Historia
La doctrina del fruto del árbol envenenado es una derivación de la
doctrina de las reglas de exclusión que consiste en desestimar cualquier
medio probatorio obtenido por vías ilegítimas. La razón de ser de dicha
doctrina consiste en administrar de la mejor manera posible el sistema de
justicia, ya que de hacer lugar a dichas pruebas y fundar en ellas una
decisión judicial se "compromete la buena administración de justicia al
pretender constituirla en beneficiaria del hecho ilícito“.

La doctrina de las reglas de exclusión comenzó a aplicarse en Estados


Unidos a partir del caso Weeks c/E.E. U.U. del año 1914, siendo receptado
en nuestro país por primera vez en el caso Charles Hermanos, en el cual
por medio de un allanamiento sin orden judicial se incautaron
documentos que luego se pretendieron utilizar contra los imputados.

A partir de la doctrina de las reglas de exclusión surge lo que se conoce


como la doctrina del fruto del árbol envenenado o fruto del árbol
venenoso, la cual también tiene sus orígenes en Estados Unidos a partir del
caso Silverthorne Lumber Company c/ EE. UU. del año 1920,​ donde los
agentes del gobierno ingresaron mediante allanamiento sin orden judicial
a las oficinas de Silverthorne quien fue detenido por los libros contables
hallados. La Corte estadounidense declaró ilegales todas las pruebas
obtenidas en dicho allanamiento dando origen a la doctrina del fruto del
árbol envenenado.
Alcance
La doctrina del fruto del árbol envenenado no se
refiere únicamente a las pruebas obtenidas de
manera ilícita sino que extiende sus efectos a
cualquier prueba que directa o indirectamente y por
cualquier nexo esté viciada, es decir, arrastra sus
efectos a todas aquellas pruebas relacionadas y
derivadas. Es decir, mientras que las reglas de
exclusión desestiman cualquier medio probatorio
obtenido por vías ilegítimas, con la doctrina del fruto
del árbol envenenado se extienden sus efectos a
todos aquellos medios que por alguna razón o nexo
estén relacionados de manera directa o indirecta
con la primera prueba viciada.
Excepciones
Como en todo ámbito del derecho existen reglas y excepciones a dichas reglas,
como si se tratase de un juego de ajedrez en el que se intenta prever todo lo que va
a acontecer y de esa manera anticiparse a las posibles jugadas de nuestro
oponente, teniendo una respuesta para cada caso en concreto. En el ámbito
jurídico, en realidad, el legislador trata de abarcar la mayor cantidad de situaciones
posibles, siendo receptado por los jueces a través de técnicas de interpretación
dinámicas para adecuar a los tiempos que corren la situación jurídica definida en
la norma.

Como se dijo, el principio que deriva de la doctrina del fruto del árbol envenenado
tiende a eliminar toda prueba obtenida de manera ilícita, arrastrando sus efectos a
todas aquellas otras pruebas que de alguna manera estén conectadas con la
primera. Sin embargo, existen tres excepciones a la regla principal, ellas son: (1) la
fuente independiente, esto es, que exista un cauce de investigación diferente que
permita obtener pruebas por una vía distinta de la empleada; (2) el descubrimiento
inevitable, es decir, cuando las circunstancias habrían llevado al mismo resultado,
no siendo posible vincular casualmente la segunda prueba a la anterior; y (3) la
cadena de causalidad entre la acción ilegal y la prueba corrompida es tenue.​
También se han mencionado otras limitaciones a la aplicación de las exclusiones
probatorias, como la excepción de la buena fe; el balancing test o principio de
proporcionalidad y la teoría del riesgo. Al desarrollar y analizar las excepciones,
Hairabedian expone la correlación que ha habido entre las distintas tendencias de
la jurisprudencia en la materia y factores multidimensionales, tales como el contexto
político, la procedencia, personalidad e ideología de jueces, etc

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