Está en la página 1de 2

UNA MIRADA INGLESA A LA TEORÍA DEL DERECHO NORTEAMERICANA: LA PESADILLA Y EL

NOBLE SUEÑO

Para comenzar cabe destacar que H. L. A. Hart en su texto retrata la teoría del Derecho en
Norteamérica con dos extremos bastante distintos, que son nombrados como “La Pesadilla” y
“El Noble Sueño”, tratando de explicar de manera breve y concisa cada uno de ellos, y
comparándolos para resaltar las grandes diferencias entre los mismos. Este ensayo tiene como
mero propósito plasmar cuál de los dos extremos resulta tener una preferencia mayor ante el
otro.

Es importante describir la teoría norteamericana del derecho desde la concepción de Hart, quien
considera que se caracteriza principalmente por tener un enfoque demasiado insistente sobre
el proceso judicial y las acciones que deberían realizar los tribunales, cómo razonan y cómo
deberían llevar a cabo su razonamiento los jueces al momento de emitir una decisión sobre
casos concretos. Para sustentar esta afirmación, puede hacerse referencia al juez Oliver Wendell
Holmes, quien dijo en 1894 que “las predicciones acerca de lo que de hecho harán los tribunales
es lo que entiendo por Derecho, y nada más pretencioso”; asimismo Karl Llewellyn dijo en 1930,
“lo que los funcionarios hacen respecto de las disputas es, en mi opinión, el derecho mismo”.

Tomando en cuenta la importancia y el gran papel de los tribunales en Estados Unidos,


especialmente del Tribunal Supremo en el sistema político norteamericano, cabe destacar que
ello garantiza un estatus distinto al de cualquier otro tribunal; debido a la competencia del
Tribunal para revisar y declarar inconstitucionales leyes del Congreso o estatales y a un par de
enmiendas constitucionales que permiten declarar inválida cualquier disposición legal, ha sido
considerada una doctrina llamada “debido proceso sustantivo”. Para poder explicar este suceso
tan particular es que se han estimado los extremos mencionados con anterioridad, la pesadilla
y el noble sueño.

Ahora bien, ha llegado el momento de entrar a detalle con cada uno de los extremos, el primero
del que se hablará es la pesadilla. En ella los litigantes consideran que tiene pleno derecho a que
les sea aplicado el derecho existente a todas y cada una de sus disputas, no leyes creadas por el
juzgador en cuestión. Se dice también que las cuestiones políticas suscitadas en los Estados
Unidos tarde o temprano llegan a ser cuestiones judiciales, sin descartar que pudieran llegar a
resolverse de manera política aun estando dentro de los tribunales.

Bastos juristas han acusado a la justicia de ser una tercera cámara legislativa, desde que el
Tribunal Supremo declaró inconstitucional bajo la cláusula de debido proceso muchas leyes, uno
de los ejemplos más destacables respecto a esto es una decisión tomada por ese Tribunal en
1973, cuando una decisión judicial provocó la eliminación de una legislación de más de un siglo
contra el aborto en bastos estados, siendo un tema en el que imperaba y sigue imperando la
opinión moral. Dicha decisión fue motivada por el derecho de la madre a la intimidad, cosa que
la Constitución no menciona, pero considerando la cláusula de debido proceso, fue tomado
como una libertad fundamental.

Uno de los puntos principales de la pesadilla considera que los jueces crean el derecho que
aplican a los litigantes, privándolos de imparcialidad y objetivos promulgadores del derecho que
existe con anterioridad a los casos concretos. No es una simple aplicación del derecho para casos
difíciles, sino una manera de crear el derecho, viéndose el proceso judicial como un acto de
creación de derecho fuera de control en su totalidad.
El realismo jurídico al considerar que todo lo que importa para comprender el Derecho es lo que
los tribunales resuelven y no la positivización del Derecho; que los hábitos, el carácter e incluso
la salud de un juez son tan importantes como la doctrina; y que los únicos estudios jurídicos
útiles son las investigaciones, claramente lleva a una visión totalmente extremista.

Los grandes efectos de la pesadilla conllevan, en primer lugar, que debe siempre tenerse en
cuenta, aunque no todo el tiempo fuera rechazado, que las normas jurídicas positivas existentes
o los precedentes debieran ser suficientes para determinar la decisión judicial; en segundo lugar,
que los jueces no deben tener la intención de introducir sus propias concepciones de la norma
o de cualquier cosa, sino que es su deber debatirlos en lugar de buscar que su interpretación
domine.

Ahora, el noble sueño, el extremo opuesto a la pesadilla representa la firme creencia en que es
posible justificar los argumentos de los juristas, que cuando comparten puntos de vista que se
entrelazan entre sí, se dirigen a los jueces a través del tribunal para buscar, no crear el derecho.

Lo anterior permite que, cuando cualquier tribunal norteamericano deja de lado una decisión
pasada, la más reciente es considerada como si así siempre hubiera sido el derecho, permitiendo
el permanente avance del derecho y un cuestionamiento a fondo de lo que era hasta el
momento de la nueva resolución.

El noble sueño brinda la posibilidad de que, a pesar de que el derecho positivo sea inexacto y no
determine la existencia de un derecho existente que pueda ser aplicado al caso concreto, pueda
resolverse considerando otros principios generales que pudieran encontrarse dentro del
derecho natural universal. Cuando la norma jurídica no ofrece una solución ni guía inequívoca
para resolver el caso, los principios, explícitos o no, aplicados de la manera correcta pueden
llevar al juzgador a la correcta resolución.

De esta manera, los tribunales y los jueces deben siempre buscar el principio o principios
necesarios y existentes dentro del sistema jurídico que permitan explicar, justificar y obtener un
mejor resultado, existiendo la posibilidad de que valores e ideales sean también considerados,
no importando si deben ponderarse entre ellos para determinar cuál prevalece.

Concluyendo, desde mi punto de vista y considerando que la pesadilla consiste en que los jueces
crean el derecho en lugar de buscarlo hasta encontrarlo y que imponen sus ideales personales
en el proceso; y que en el noble sueño el objetivo es exactamente lo contrario, es decir, buscar
el derecho y nunca crearlo, el extremo más conveniente es el noble sueño.

Esto porque al buscar el derecho, entra a discusión más que la visión personal del juez y su
concepción del derecho, se reflexiona además el bien mayor, el progreso del Derecho y la
evolución del entorno histórico-social, beneficiando así al sistema judicial para que su
funcionamiento sea más eficaz y a cada individuo que requiera de la aplicación del derecho.

También podría gustarte