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TEOLOGIA existe entonces todavia por un largo tiempo con expresiones como doctrina cristiana, sa- cra scriptura, sacra o divina pagina. Santo Tomas de Aquino se sirve de sacra doctrina en la cuestién primera de la Suma de Teo- logia. Habla a veces también de teologia en sentido moderno, es decir, para referirse a una disciplina concreta que se ocupa de ana- lizar racionalmente el dato revelado (In Boe- thii de Trinitate, 2, 3, 7; CG 4, 25; $.Th., LIL, 71, 6, 5). A partir de este momento histérico, teo- logia es la voz que se reserva practicamen- te en el Ambito cristiano para designar el conocimiento sistematico y discursivo acer- ca de Dios y los misterios revelados. 4. Nocién de teologia a) La teologia puede definirse como la cien- cia en la que la razon del creyente, guiada por la fe teologal, se esfuerza en compren- der y percibir mejor los misterios revelados en si mismos y en sus consecuencias para la existencia humana. La actividad teoldgica es «fides quaerens intellectum»: fe que busca entender, im- pulsada no por una actitud de simple curio- sidad, sino de amor y veneracién hacia el misterio. San Anselmo de Cantorbery (1033- 1109), que es el autor de esa expresién que indica la esencia de la teologia, observa que «el creyente no debe discutir la fe, pero manteniéndola siempre firme, amdndola y viviendo conforme a ella, puede humilde- mente, y en la medida de lo posible, bus- car las razones por las que la fe es asi. Si consigue entender, lo agradecera a Dios; si no lo consigue, se sometera y la venerara> (PL 158, 263 c). b) La fe es siempre presupuesto absolu- to de la teologia, no sélo porque es su ma- teria prima, dado que la teologia se hace a partir de la fe, sino porque la buena teologia se debe hacer desde dentro de la fe. Por eso afirma san Agustin: «intellige ut credas, cre- de ut intelligas» (has de entender para creer y has de creer para entender) (Sermén 48, 947 7). ¥ otros autores posteriores, san Anselmo entre ellos, dicen: «si no creéis, no entende- réis». La teologia es desarrollo de la dimensién intelectual del acto de fe. Es fe reflexiva, fe que piensa, comprende, pregunta y busca. Trata de elevar dentro de Io posible el cre- dere al nivel de intelligere, agrupando el conjunto de verdades de fe en un sistema bien clasificado, organico y coherente. In- tenta construir intelectualmente lo revela- do. En el dogma trinitario, por ejemplo, la Teologia procuraré explicar entre otras cosas por qué decimos los creyentes que el Padre es fuente y origen de la Trinidad, y por qué la segunda procesién se puede expresar de tres modos ortodoxos (el Espiritu Santo pro- cede del Padre y del Hijo; procede del Pa- dre a través del Hijo; procede del Padre). La teologia es discursiva y metédica. Arranca de la fe y vive dentro de ella, pero usa el esfuerzo humano y avanza paso a paso, en un saber que necesita del tiempo para perfeccionarse y madurar. c) La teologia es imperfecta y susceptible de progreso, porque contiene aspectos de ciencia humana. Utiliza el pensamiento hu- mano, que sirve también de instrumento a toda ciencia y a la filosofia. Se mueve a ve- ces, por tanto, en el mismo espacio que és- ta y afirma en ocasiones cosas que también la filosofia podria decir con rigor, aunque en un sentido profano y del todo diferente. La teologia es una actividad de cardcter intelectual y no afectivo, aunque presupo- ne amor y tendencia hacia los misterios so- brenaturales. Su término no es directamente la unién con Dios, que es la meta de la via mistica, sino una captacién detallada y bien construida de la Revelacién, es decir, un co- nocimiento desarrollado de la fe, que no pro- duce ni implica por si mismo la contempla- cién. 5. La teologia como trabajo eclesial La actividad teolégica se desarrolla por par- te de individuos concretos, que expresan en 948 ella su propio estilo y su personalidad, pero no es un trabajo puramente individual. La teologia es una actividad corporativa de la Iglesia, y nunca la reflexién privada de un tedlogo. Sirve a la Iglesia y ai bien de los hombres, y contribuye desde su sitio a la implantacidn social del Reino de Dios. a) La labor de los tedlogos se halla, por tanto, profundamente vinculada a la vida eclesial, de modo que puede ser considera- da en cierto sentido un érgano de la Igle- sia. La teologia no es un oficio eclesiastico, segiin el sentido preciso que estos términos reciben en eclesiologia y en derecho cand- nico. Pero puede ser considerada una fun- cién o ministerio, en sentido eclesiolégico amplio, es decir, en el sentido empleado por el Concilio Vaticano II cuando habla del tri- ple ministerio, doctrinal, sacerdotal y pas- toral, de la Iglesia (LG 18. La Enciclica Ut unum sint (25.V.1995) habla de «la contri- bucidn que los tedlogos y las facultades de la teologia estan llamados a ofrecer en el ejer- cicio de su carisma dentro de la Iglesia», UUS 81). La teologia es asi un aspecto determina- do de la funcién doctrinal de la Iglesia, que engloba a su vez distintos niveles de acti- vidad (Magisterio, teologia, catequesis). Pue- de ser considerada una tarea especifica y publica de la Palabra de la fe. b) El tedlogo es miembro de una comu- nidad viva. De esta comunidad recibe la fe, y con ella la comparte. Es éste el hecho que avala, sostiene, e interroga a la teologia. Los tedlogos estan llamados, por tanto, a servir a la comunisn, y tienen que dar gra- tuitamente lo que gratuitamente se les ha dado. El tedlogo no intenta, por tanto, ejer- citar su propio genio sino servir e ilustrar la fe comtn. Pone al servicio del pueblo cris- tiano su inteligencia y su corazén, y sabe que es juzgado por el mundo, pero sobre todo por la Iglesia. ¢) La teologia no es en la Iglesia una fun- cidn delegada del Magisterio eclesidstico, ni una simple derivacion de éste. Ejerce un TEOLOGIA trabajo propio, que le es necesario al Ma- gisterio mismo en su tarea de declarar y explicar la doctrina catélica (Juan Pablo I, Discurso a los miembros de Ia Comisién Tealégica Internacional (2.XI1.94) n. 1, Ine segnamenti XVII, 2, 973). Por eso el Ma- gisterio ha de velar para que las elabot ciones teolégicas no contradigan ni perju- diquen la fe de la Iglesia, y se mantengan en su papel de servicio al conjunto dela comunidad. d) El ptiblico de Ia teologia no es tinica- mente la comunidad cristiana. El tedlogo se dirige también, aunque no lo haga siempre — de modo explicito, al mundo de la culturay | a la sociedad en general. 2 Si bien el tedlogo cristiano habla en nom: | bre de una denominacién confesional de. terminada, su palabra es relevante para to- : i dos los hombres y mujeres del planeta. La : teologia de la Iglesia no olvida la existencia — de otros testimonios y factores de Verdad | (Semina Verbi: AG 11), pero reclama sin ; arrogancia para su mensaje un contenido , de verdades que considera cualificado por) la novedad evangélica que posee. Se con- ) sidera receptora, pero también se ve en con- diciones de dar al mundo luces de las que? el mundo carece. 1 6. Ciencia de Dios y de la salvacién humana La teologia es la ciencia de Dios. Su interés. se centra en Dios y en su actividad salva: dora en Jesucristo a favor de los hombres, Es una ciencia teocéntrica. Sus afirmacio-, nes arrancan de Dios para volver finalmen- tea El. La teologia considera a Dios bajo la ra-, z6n de deidad. Es decir, trata de Dios en cuanto Dios, el Dios vivo de la Revelacién, e Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios Trino que se revela en la historia dela salvacién. No se ocupa de Dios como la fi- losofia, que le alcanza sdio en cuanto causa de los seres creados y habla de El segiin lo que se refleja de su Ser en la criaturas, TEOLOGIA «El Dios de los filésofos no es el Dios vi- vo y personal que nos testimonia la Biblia, si- no un fundamento del mundo, un Incondi- cionado y un Absoluto que no puede ser de- nominado con un nombre personal, sino mediante conceptos abstractos. Al Dios de los fildsofos no se puede orar. »Corresponde sin embargo al pensa- miento filoséfico sobre Dios como funda- mento Ultimo de la realidad una importante funcién. Proporciona accesos para la com- prensién de la fe, y muestra que la feen Dios, que sobrepasa en mucho el puro pen- sar, no es irracional> (Catecismo alemén pa- ra adultos, Madrid 1989, 25). La ciencia teolégica estudia el Ser de Dios en la medida en que puede alcanzarlo. No olvida que Dios es un profundo misterio, que no es un objeto del que se pueda dar infor- macién como de otros seres. La Sagrada Escritura se refiere a El como el Dios Es- condido, que habita una Luz inaccesible. Que la teologia es ciencia de Dios signifi- ca que todo se trata en ella desde el punto de vista divino y que «la afirmacién cristia- na no parte de! hombre, ni siquiera del mun- do, para hablar de Dios como demiurgo 0 axioma eterno, sino que parte de Dios, del Dios Vivo, absolutamente trascendente y li- bre» (Y. Congar, La fe y la teologia, Barce- lona 1970, 184). La teologja trata de Dios y le considera ya en S{ mismo -es decir, en su esencia, atributos y personas divinas del Padre, el Hijo y el Espiritu Santo-, ya como principio y fin de todas las cosas, y estudia entonces las criaturas, los actos humanos, las nor- mas que rigen la conducta humana, la gra- cia divina y las virtudes. La entera realidad del hombre y del mun- do puede y debe ser objeto de considera- cién teoldgica, en cuanto referida a Dios y a sus designios. La teologia no busca sola- mente una formulacién de la Verdad divina en si misma, sino también su desarrollo y exposicién para los hombres. Le importa el misterio por si mismo y también porque es 949 el tinico que ilumina el misterio humano. De hecho comprobamos en la Biblia que las afir- maciones sobre Dios son también frecuen- temente afirmaciones sobre el hombre y pa- ra el hombre. La teologfa puede por lo tanto ocuparse de cualquier realidad terrenal, siempre que lo haga para explicar su sentido ultimo se- gun el Evangelio y para determinar su al- cance espiritual y moral en el hombre. La teologia sigue siendo teocéntrica cuan- do se ocupa de modo especial del ser hu- mano, porque «la antropologia es de modo indisociable teologia y cristologia, dado que el modelo auténtico de hombre vivo es Je- sucristo prefigurado en Adan» (Pablo VI, Discurso al Congreso mundial tomista, In- segnamenti VII, 1970, 866). Juan Pablo II ha recogido y desarrollado estas ideas en la Enciclica Redemptor hominis (4.111.1979), principalmente cuando habla de que «Cris- to se ha unido a todo hombre» (RH 13) y explica por qué «todos los caminos de la Iglesia conducen al hombre» (RH 14). Bibliografia Coniston TEOLOGICA INTERNACIONAL, La teofogia hoy: perspectivas, principios y criterios, Madrid 2012. C. Izquteano, «La Teologia, intellectus et affectus fidei», Ciencia tomista 122, 1995, 307-328. J-L. Lorpa, «Avanzar en teologia», Scripta theologica 18, 1986, 595-608. J. MorALes, Introduccién a la teologia, Pamplona 2004. A. PaTFoorT, «Teolo- gia», Sacra Doctrina 34, 1989, 74-92. J. RATZINGER, Natura e Compito della Teologia, Milano 1993. J. Morales IL. MéToD0 TEOLOGICO Las conclusiones del trabajo teoldgico son resultado de un singular trayecto (método), mediante el cual la fe entra en un decisivo e ininterrumpido didlogo con la razon. Santo Tomas de Aquino subray6é que la teologia encuentra su origen en un acontecimiento comunicativo, que viene a consistir en la re- flexion sobre aquello «que sélo Dios puede saber acerca de s{ mismo y lo comunica a

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