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MONOGRAFÍA DE HISTORIA

LA REVOLUCIÓN CUBANA A PARTIR DE 1959: FUNCIÓN DEL

CINE EN LA INAUGURADA DICTADURA DE FIDEL CASTRO

¿En qué medida fue el ICAIC un instrumento de propaganda en los primeros

años de la Revolución Cubana?

Número de palabras: 4.000


ÍNDICE

1. Introducción...............................................................................................1

2. Inicio de la Revolución Cubana.................................................................3

3. Historia del cine ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria

Cinematográficos).....................................................................................5

4. Función e impacto del cine producido entre los años 1960 y 1970 como

instrumento de propaganda de la Revolución...........................................7

5. Conclusión..............................................................................................16

Bibliografía....................................................................................................19
1. Introducción

Esta investigación se encuadra en el contexto histórico de los primeros

años de la Revolución Cubana, cuando Cuba pasa de estar bajo el poder

del gobierno de Fulgencio Batista al de los rebeldes de Fidel Castro

constituyéndose como una dictadura de orden socialista que se centra en

ser independiente a los Estados Unidos.

Por otro lado, el cine ejerce un gran peso desde comienzos de la

dictadura el 1 de enero de 1959. La primera ley cultural que publica el

gobierno castrista establece la creación del ICAIC, organismo que se

encargará de controlar la producción cinematográfica acorde a los valores

revolucionarios. La importancia del cine como método propagandístico

accesible para toda la población, incluso la analfabeta, es la razón principal

por la que he escogido este tema de investigación.

Mi objetivo es averiguar si el cine cubano a partir de 1959 y durante los

años 60 supuso realmente una fuerza propagandística analizando las

películas. Así estableceremos las reales intenciones de los principales y

más influyentes cineastas durante la Revolución.

Por ello se analizarán las películas distinguiéndolas en tres principales

categorías que se desarrollan en el tiempo en función del presupuesto y

otros factores para determinar si funcionaron o no en todo momento como

instrumento de propaganda. Se diferenciará entre películas documental,

que predominan hasta 1962 aproximadamente, películas de ficción con

elementos documentales y coproducciones con cineastas extranjeros,

influyentes durante el resto de la década. Se accederá a las películas como

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fuente primaria para una primera impresión, si esto es posible, pues no

están disponibles en todos los casos por su antigüedad, y después se

estudiarán las distintas fuentes secundarias que examinan su contenido y

nos ayudan a concluir su intención propagandística.

Una vez que se hayan estudiado un número representativo de películas

y analizado toda la información se responderá a la pregunta: ¿En qué

medida fue el ICAIC un instrumento de propaganda en los primeros

años de la Revolución Cubana?

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2. Inicio de la Revolución Cubana

Desde 1952, Cuba se encontraba bajo el gobierno de Fulgencio Batista.

Surgió una fuerte oposición por parte de Fidel Castro, que estableció una

dictadura en el país en 1959 y hasta nuestros días. Una de las principales

etapas clave en la lucha de Castro fue el ataque al cuartel de Moncada que

resultó en el Movimiento del 26 de julio, identificado con el chibaísmo. Tras

despertar este sentimiento revolucionario a partir del 26-M decide preparar la

revolución en México. Tras ser detenido en México vuelve a Cuba el 25 de

noviembre de 1956. Cuando llega, las fuerzas de Batista se enfrentan al

Ejército Rebelde (así eran llamados los que estaban a favor y luchaban por las

ideas de Castro), de los cuales solo sobreviven 16 de 81.

Castro consigue el apoyo de los trabajadores y clase media gracias al

movimiento de resistencia civil que organiza y a partir de ese momento crea un

extenso grupo de rebeldes, incluidos partidos políticos como el comunista PSP,

que respaldaron su golpe final en 1959. Finalmente, el ejército de Batista cae

frente a 50.000 rebeldes y el 1 de enero de 1959 se establece una dictadura

liderada por Fidel Castro en Cuba.

Las promesas de Castro incluían devolver el poder al pueblo

restableciendo la constitución de 1940, la redistribución de tierras y beneficios,

medidas para acabar con la corrupción, reorganizar la educación pública y

nacionalizar los servicios públicos y telefonía. Se establece un estado

autoritario que mezcla una ideología radical y nacionalista. Su objetivo era ser

un país independiente a Estados Unidos. Sus manifiestos eran socialistas. En

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abril de 1959 suspende las elecciones y se tensa la relación entre Cuba y

EEUU. En 1961 Castro anuncia públicamente que Cuba pasa a ser un país

socialista que cooperará con la Unión Soviética.

La propaganda en un estado autoritario es de vital importancia para

ganar la voluntad de la población. Dentro de los métodos propagandísticos la

cultura es un elemento esencial, pues puede definir la voluntad del pueblo. Se

puede observar cómo en los estados autoritarios la cultura, y en concreto el

cine, adquiere un importante papel y desde un comienzo se controla. Ejemplos

de ello son las dictaduras de Hitler en Alemania, que disponía de la UFA, o

Italia con el Cinecittá y la LUCE durante el gobierno de Benito Mussolini. Cuba

también considera el cine como una fuerte arma propagandística. De hecho, la

primera medida que toma en cuanto a la cultura es la creación del ICAIC

(Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos). En el desarrollo de

esta investigación se determinará en qué medida el ICAIC fue un instrumento

de propaganda en la Revolución Cubana.

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3. Historia del cine ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria

Cinematográficos)

La cultura consistía un elemento de vital importancia para ganar la

voluntad de la población a favor de la Revolución. En 1959 Fidel Castro

comienza a crear instituciones revolucionarias y una de ellas fue el ICAIC

(Instituto Cubano de arte e Industria Cinematográficos). El cine se constituye

entonces como un arte al servicio de la Revolución (Kabous M. , 2009). La Ley

nº169, publicada el 2 de marzo de 1959 establece la creación del ICAIC como

un “organismo de carácter autónomo, personalidad jurídica propia y domicilio

legal en la capital de la República” (Urrutia, 1959). Sin embargo, a pesar de su

carácter “autónomo”, se establecía para el ICAIC la finalidad de “organizar,

establecer y desarrollar la Industria Cinematográfica, atendiendo a los criterios

artísticos enmascarados en la tradición cultural cubana, y en los fines de la

Revolución que la hace posible y garantiza el actual clima de libertad creadora”

(Urrutia, 1959). Se demuestra así que el ICAIC realmente no posee “libertad

creadora” como establece dicha ley, sino que depende de la Revolución, el

gobierno y sus principios y por tanto nace ya con un propósito propagandístico

claro.

A su vez afirma que “el cine debe conservar su condición de arte y, liberado

de ataduras mezquinas e inútiles servidumbres, contribuir naturalmente y con

todos sus recursos técnicos y prácticos al desarrollo y enriquecimiento del

nuevo humanismo que inspira nuestra Revolución” (Urrutia, 1959). Con esta

Ley que publica el gobierno acerca del ICAIC quedan fuera de juego todas las

productoras cinematográficas que fueran en contra de la Revolución.

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Fidel Castro le dio tanta importancia al cine porque consideraba que era

un medio de comunicación asequible para todos los ciudadanos cubanos. De

hecho, además de dominar prácticamente todo el cine producido en Cuba, el

ICAIC organizaba eventos e incluso tenía su propia revista en 1960, llamada

Cine Cubano. El cine llegaba a toda la población, incluso a los campesinos más

pobres gracias a medios de difusión como el “cine móvil”, un “camión equipado

como una cabina de proyección” (Kabous M. , 2009). El propio Fidel dijo que

los artistas y la cultura debían volcarse en la Revolución, teniendo que

sacrificarlo todo. Pronunció “dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución

nada” (Cino, 2020).

A continuación vamos a analizar las distintas películas producidas en la

década de 1960, diferenciándolas según su método de producción y

ordenándolas también cronológicamente valorando en qué medida sirvieron

como método de propaganda.

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4. Función e impacto del cine producido entre los años 1960 y 1970

como instrumento de propaganda de la Revolución

Durante los primeros años el cine era principalmente documental.

Posteriormente los directores cinematográficos comenzaron a utilizar la ficción

y creatividad como único elemento de sus películas o para intercalarlas con el

documental y por último nos encontramos multitud de coproducciones,

influenciadas por productores extranjeros que viajaban a Cuba a grabar. Por

tanto, procedemos a analizar si las características en el método de producción

o la popularidad u otros factores en las películas determinan su función como

instrumento de propaganda en mayor o menor medida.

Escuela Rural

Una de las primeras películas que produjo el ICAIC fue Escuela Rural de

Néstor Almendros en 1960. Escuela Rural pertenece a una serie de películas

que cumplieron una función comunicativa a favor de la reforma agraria

(Bobadilla, 2016). Esta película pertenece a la primera categoría que

señalamos anteriormente: el documental.

Néstor Almendros huyó de España por la dictadura de Franco y se

dirigió a Cuba atraído por los ideales de la Revolución. Se integró en el ICAIC

como director de fotografía. En esos años pudo producir documentales como

Escuela Rural, pero pronto abandonó el país porque prohibieron la publicación

de su película Gente en playa porque “no correspondía la imagen que el

régimen quería publicitar”, lo cual lo decepcionó (Giral, 2011).

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La película no funcionó. Juan Antonio García nos facilita el fragmento de

una crítica a este documental por Manuel Octavio. Octavio señala la falta de un

buen guión para el documental, que trata sobre “la nueva orientación

educacional que la Revolución ha impartido a la escuela campesina” (García,

2018). Señala a su vez que “los temas tratan demasiados hechos, lo que no

permite un desarrollo total de cada uno, exponiéndolos muy superficialmente”

(García, 2018).

Aunque la película te introduce muy bien en el ambiente, la trama es

demasiado débil, pues los problemas se solucionan rápido y no permiten el

desarrollo de la intriga en el espectador. Es el ejemplo de la primera secuencia,

en la que a un niño no le dejan ir a la escuela, tratando el tema con

superficialidad y rapidez. Sin embargo Octavio sí reconoce el buen trabajo en

cuanto a la fotografía, los planos y la banda sonora (en ocasiones las historias

eran narradas por niños). No obstante concluye: “Escuelas rurales, pese al

guión, logra ofrecernos una visión general de la nueva escuela rural e

interesarnos en el tema a través de la realización” (García, 2018).

El documental era casi la única manera de producir películas, ya que el

ICAIC disponía de poco presupuesto en los primeros años. Concluimos que

esta categoría de películas documental funcionaron como instrumento de

propaganda de la Revolución para las primeras reformas que tomó el régimen.

Aunque no conseguían llegar tanto al espectador porque se centraba en su

función comunicativa y no lúdica al centrarse casi exclusivamente en la imagen,

que era de gran calidad, ofrecía el contenido necesario y correcto para informar

a sus espectadores.

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PM

Una de las películas más polémicas del ICAIC fue PM, producida en

1961 por Orlando Jiménez Leal y Sabá Cabrera. Corresponde a la categoría de

cine documental. Se representa a la población cubana preparándose para la

invasión de “Bahía de Cochinos”, sin embargo, a “una población portuitaria más

ociosa que trabajadora” en palabras de Magali Kabous. Se consideró que sus

autores no respetaron la política de la Revolución y por ello fueron censurados.

Se demuestra con esta producción la escasa libertad que tenían los autores de

las películas en el ICAIC (Kabous M. , 2009). Por tanto, PM falla como vehículo

de propaganda ya que por no respetar los valores de la Revolución ni siquiera

fue publicada e incluso provocó la oposición de sus directores hacia esta.

Un factor que hizo que no funcionara fue que entre los días 17 y 19 de

1961 se produjo la victoria de Castro en la Bahía de Cochinos y la Revolución

adquirió su carácter socialista, rompiendo con sus relaciones con Estados

Unidos. Desde eso momento comienza la caza de contrarrevolucionarios, fruto

de la radicalización en contra de la agresión extranjera. Por ello fue el propio

gobierno quien censuró la película PM, criticada también por la Comisión de

estudio y Clasificación de Películas (Vincenot, 2012, págs. 45-48).

Esto representa sólo el comienzo de la producción cinematográfica de la

Revolución, y ya podemos comprobar la dualidad de la función del cine (la

diferencia entre películas como la Escuela Rural y PM) y la clara posición del

gobierno cubano ante películas que no cumplieran los estándares establecidos

por la Revolución.

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Historias de la Revolución

Añadimos el caso de otra de las primeras películas de carácter

documental de la época, Historias de la Revolución de 1960, por ser de

carácter diferente a las demás películas documentales de los mismos años.

La película está compuesta por tres pasajes: El herido (un herido es

escondido por una pareja que tiene opiniones distintas sobre el hecho tras

haber ejercido el herido una operación contra la dictadura), Rebeldes (se

ambienta en una guerrilla en Sierra Maestra en la que se debate si salvar o no

a un herido) y La batalla de Santa Clara (habla acerca de la caída final de

Batista por la toma de Santa Clara por el Ejército Rebelde), que trata la

insurrección contra el régimen de Batista.

Historias de la Revolución fue el primer largometraje de Tomás Gutiérrez

Alea dentro del ICAIC. Se deja influir por el neorrealismo italiano, por lo que se

diferencia de los documentales como Escuela Rural por tratar los problemas de

la sociedad y el individuo en vez de centrarse en la labor comunicativa acerca

de las reformas, aunque coinciden en estar realizadas con poco presupuesto

(Pérez, 2017, págs. 616-617).

Historias de la Revolución constituye un instrumento de propaganda a

favor de la Revolución que rompe con la forma de producir que se sigue en

Escuela Rural o en PM. Presenta un debate al espectador sobre qué hacer

ante distintas situaciones que además narran y ennoblecen la caída de

Fulgencio Batista. Podemos comprobar por tanto que su objetivo principal es

propagandístico para la dictadura de Fidel en la que, aunque se utilice el

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documental, se emplea más el carácter narrativo, muy coartado por la

exigencias de la Revolución.

Estas películas pertenecen a los primeros años de establecimiento de la

dictadura de Castro en Cuba. Debemos cuestionarnos si la función de las

películas no documentales de la década de los 60 funcionaron como

instrumento de propaganda. Como representación de todas las producidas tras

estos primeros años de película documental escogemos una coproducción de

los primeros 5 años (producida por un cineasta extranjero) y una perteneciente

a la categoría que incluye la ficción de los 5 siguientes. Para la selección de las

películas nos basamos en la popularidad de las mismas, pues mayor será la

función propagandística de una película en cuanto a mayor proporción de

población alcance.

El otro Cristóbal

En primer lugar tenemos la coproducción entre Armand Gatti y el ICAIC

El otro Crsitóbal, en 1963. Participó en el Festival de Cannes. Este festival

facilitó que la película pudiera verse por toda Europa. Es importante destacar

que Armand Gatti es francés. Numerosos cineastas de otros países acudían a

Cuba para realizar sus producciones. Este proceso es denominado por

Hernández como “estrategia de la política cultural cubana basada en agilizar el

trueque entre la Revolución y el intelectual de afuera” (Hernández H. E., 2011,

pág. 4). Además, López asegura que es la propia institución de la Revolución la

que se encarga de confirmar que estos extranjeros estuvieran a favor de las


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causas de la Revolución: acudían a “los intelectuales franceses quienes

estaban plenamente con Cuba” (López, 1985).

Esta película, por lo tanto, pertenece claramente a la categoría de

películas extranjeras sobre la Revolución que tenían fines propagandísticos ya

no solo para la población cubana, sino con extensión, en este caso, por toda

Europa. Y esta era la intención de Castro, que invitó a Gatti y le propuso la

coproducción en la película (Sylvain, 2009).

Siguiendo al mismo autor realizamos una síntesis de la película para

comprender mejor su influencia. Se divide en cuatro partes fundamentalmente:

la primera es El paso donde aparecen Gabriel, la Virgen, Cristóbal y Anastasio,

que usando esferas celestes conquista el paraíso; la segunda es El

bombardeo, donde los orishas (dioses cubanos) luchan contra los deseos de

revolución de los personajes señalados anteriormente con cataclismos; la

tercera parte sería El asalto, donde los rebeldes (Gabriel, la Virgen, Cristóbal y

Anastasio) se enfrentan a los orishas y ganan, y por último tenemos El

torbellino, cuando Cristóbal vuelve con su hijo del paraíso, que han conquistado

derrotando a los orishas, a la Tierra y se crea el paraíso terrenal formado por

los rebeldes (Sylvain, 2009).

En la película reina la ironía que lo abarca todo. Realiza así una crítica

en la que “la ironía no golpea exclusivamente el universo de los dioses.

También implica una burla absurda de los revolucionarios, que aparece como

un rechazo al "héroe positivo" de la estética realista-socialista” (Sylvain, 2009).

Es especialmente significativa la asociación que se hace entre el protagonista,

Cristóbal, y Castro, puesto que Cristóbal es quien forma el paraíso terrenal

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basado en la Revolución: “la llegada de Cristóbal (que alegoriza el desembarco

de Castro)…” (Sylvain, 2009).

Esta película encajaría a la perfección con el modelo del nuevo cine de

emoción que tuviera principalmente la intención de realzar la figura de la

Revolución, tal y como lo afirma Porter (Porter, 1975). De hecho, por sus

originales características Virgilio la denomina como “una película extraordinaria,

de una imaginación e inventiva fabulosas” (López, 1985). Sin embargo los

resultados no fueron los esperados y constituyó un fracaso en términos de

popularidad entre su público. Dreyer afirma que la causa principal es el

“optimismo ideológico” de realizar una coproducción entre Cuba y Francia. Este

afirma: “La película quiere dirigirse a todos los revolucionarios del planeta, pero

no afecta en última instancia a los habitantes de la vieja Europa ni a los de

América Latina” (Sylvain, 2009). De esta manera se justifica su fracaso.

Además, la película parecía ir más dirigida hacia el público europeo por su

participación en el Festival de Cannes y al respetar el idioma original cubano

(castellano) y sus principios revolucionarios no triunfó como propaganda para

un público extranjero (Sylvain, 2009).

En conclusión, El otro Cristóbal puede clasificarse como una película con

función propagandística con un intento de externalizar los valores de la

Revolución cubana a Europa mediante la participación en el Festival de

Cannes. Sin embargo esta película fracasó por no ajustarse a los ideales de los

europeos del momento siendo en Cuba casi desconocida. Demuestra que a

pesar de los intentos por parte de Castro de utilizar el cine como propaganda

esto no funcionó si se intentaba trasladar la Revolución a otras culturas.

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Memorias del subdesarrollo

La segunda película que hemos escogido es Memorias del

subdesarrollo. Esta película constituye un ejemplo de “nuevo cine” de ficción

que provoca que se despierte el sentido crítico de la población (Hernández S.

L., 2007, pág. 59). Fue dirigida y producida por Tomás Gutiérrez Alea en 1968.

Fue publicada por el ICAIC y es una adaptación de una novela de Edmundo

Desnoes fechada en el año 1962. Constituyó un gran éxito cuando se estrenó

en los cines y por ello he escogido esta película, porque pudo llegar a gran

parte de la población cubana.

Describe la situación de Cuba, sin ser una película documental, a través

de la historia de Sergio, al que las cámaras siguen durante un año, desde 1961

hasta el comienzo de la Crisis de los misiles en 1962. Entre pensamientos y

acciones de Sergio aparecen imágenes documentales de lo sucedido en Cuba

en esas fechas. Este protagonista se hunde en sus propias reflexiones críticas

orientadas a la sociedad, guiadas por historias que ha vivido con mujeres a lo

largo de su vida. Tal y como se expresa en el título de la película, Alea hace

hincapié utilizando a este personaje en las causas del subdesarrollo cubano,

por lo que por primera vez se señalan las debilidades de la revolución como

método de propaganda. Kabous dice: “el subdesarrollo (…) es citado a menudo

por Castro. La toma de conciencia de sus causas y la búsqueda de los medios

para salir de él están en el centro del programa político nacional” (Kabous M. ,

2013).

Nancy Berthier Explica que Memorias del subdesarrollo no tiene un fin

solo propagandístico a favor de la Revolución, sino que “ofrece una imagen

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contrastada y dialéctica de lo que puede significar la ruptura revolucionaria”

(Berthier, 2006). También se debe observar la visión del propio autor, Alea.

José Antonio Évora dedica un estudio completo a este autor, en él cita las

palabras de Alea: “Si no tomamos conciencia de nuestros problemas, no

podemos resolverlos. Para el desarrollo de la revolución (sic) es fundamental la

crítica de la revolución (sic), y esto no puede confundirse con darles armas al

enemigo” (Évora, 1999).

Aunque en una primera impresión la película pudiera hacernos creer

que es contra-revolucionaria por mostrarse su protagonista, Sergio, indiferente

a la Revolución, no lo es. Su principal intención es hacer pensar al espectador

acerca de los problemas que afronta la Revolución, reflejados en los

pensamientos de Sergio (Kabous M. , 2013). La película fue seleccionada

como uno de los 10 mejores films del año (1968) por la Asociación Cubana de

Prensa cinematográfica y se sigue considerando una de las mejores películas

del cine latinoamericano.

Por lo tanto nos encontramos ante una película “propagandística”

diferente, puesto que no se limita simplemente a documentar los puntos fuertes

de la Revolución, sino que también apunta a los puntos débiles y hace pensar a

sus espectadores a través de sus críticas. Esta sirvió como propaganda porque

la población pudo cuestionarse el porqué de la Revolución desde un punto

crítico, no como en las películas anteriores, y despertó el instinto de una lucha

que debía ser colectiva a favor de la Revolución.

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5. Conclusión

Tras haber analizado las distintas películas producidas por el ICAIC y su

propósito como instrumento de propaganda de la Revolución Cubana,

podemos concluir y responder a la pregunta planteada: ¿en qué medida fue el

ICAIC un instrumento de propaganda durante los primeros años de la

Revolución Cubana?

En primer lugar tenemos las películas documentales de los primeros años.

Estas películas tienen un carácter principalmente propagandístico, con la

intención de comunicar a la población las medidas que se estaban tomando,

como en el caso de la reforma agraria, tema principal de Escuela Rural. Sin

embargo también aparecen documentales como PM, que fue polémico y no

contaba con la intención de comunicar reformas del gobierno. De hecho fue el

propio gobierno quien la prohibió por no cumplir con los ideales de la

Revolución. Observamos por tanto cómo el ICAIC controlaba completamente el

contenido de las películas para que tuvieran un carácter propagandístico a

favor de la Revolución.

Aun así existen excepciones como Historias de la Revolución, que

empleaba personajes colectivos tratando los problemas de la sociedad y el

individuo en vez de centrarse en las reformas. No obstante la libertad de

expresión en la película seguía estando muy coartada por el gobierno.

Posteriormente el cine se transformará e incluirá la ficción como elemento

en las películas. Aunque los documentales fueran completamente un

instrumento de propaganda no conseguían llegar a la población puesto que la

trama era muy poco elaborada y no apelaba a los sentimientos del público. El

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cine de ficción (que también incluía en sus películas parte de documental) sí

consigue este efecto y por tanto su influencia fue mayor y funcionó mejor como

instrumento de propaganda. Dos ejemplos de películas de ficción son El otro

Cristóbal o Memorias del Subdesarrollo.

El otro Cristóbal pretendía externalizar los valores de la Revolución a

Europa pero los ideales europeos no encajaron con los cubanos y en Cuba la

película fue prácticamente desconocida. No funcionó como instrumento de

propaganda para trasladar la Revolución a otras culturas. Esto demuestra que

las coproducciones alcanzaban difícilmente el éxito propagandístico.

Por otro lado, Memorias del Subdesarrollo señala los puntos débiles de la

Revolución y despierta un sentido crítico en el espectador y despertó un instinto

de lucha a favor de la Revolución. Funcionó de manera satisfactoria como

instrumento de propaganda.

Por consiguiente, podemos afirmar que no siempre el ICAIC funcionó como

instrumento de propaganda durante los primeros años de la Revolución

Cubana. Las películas documentales constituyeron en su totalidad un

instrumento de propaganda que pretendía informar a la población de las

principales reformas. Sin embargo su éxito fue limitado porque no interesaban

ni implicaban suficiente al espectador. Durante esta etapa se coartó mucho a

los creadores (documental PM). Hubo excepciones como Historias de una

Revolución, pero aun así el control por parte del ICAIC de su contenido limitó

su difusión. Las coproducciones no funcionaron como instrumento de

propaganda ya que eran un intento de externalizar los valores de la Revolución

al resto del mundo, lo cual no se consiguió. Por último, las películas de ficción

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consiguieron conectar más con el espectador y cumplieron su función como

instrumento de propaganda a favor de la Revolución Cubana de una manera

distinta a la anterior.

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Bibliografía

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