Está en la página 1de 1

No las metas en lavadora:

cómo cuidar unas


deportivas para que duren
muchos años
A cada material, su fórmula.
Recopilamos trucos y productos para
alargar la vida útil y mejorar la limpieza
de esas zapatillas que no te quieres
quitar nunca.
María López Villodres | 02 Nov 2019 08:10

Las zapatillas están viviendo su momento.


Convertidas en el calzado predilecto
intergeneracional, la barrera que impedía
llevarlas a la oficina o a un evento ha
desaparecido. Ahora protagonizan estilismos
en alfombras rojas o incluso bodas. Su éxito
no solo se lo deben a un cambio de
mentalidad que aboga por la comodidad para
pasar el tirón de esas jornadas interminables;
el calzado deportivo es el niño mimado del
streetwear y, este, el nuevo lujo. En ese
contexto que se puede etiquetar como
sneaker culture no sorprende la obsesión por
conseguir a toda costa y a cualquier precio
determinados modelos que, cada vez más, se
venden bajo el manto de la exclusividad -las
nueva fórmula de éxito de las casas
deportivas de toda la vida es asociarse con
una celebridad y sacar una colección limitada
conjunta que se agote en segundos-. Y el
último paso en ese ceremonial de culto a la
deportiva es su limpieza. ¿Cómo proceder?

La mejor forma de cargarte una zapatillas


es meterla en la lavadora

El caucho, el pegamento, la gamuza o el


plástico que llevan muchas de ellas sufre a
partir de temperaturas medias. “Una lavadora
no está diseñada para todos esos elementos.
El zapato puede salir con una forma diferente,
pelarse, agrietarse y la pintura podría
desprenderse”, advierte Jino
Jinowatt, experto en cuidado de calzado de la
marca Jason Markk a The Guardian. Una
información que habría resultado valiosa para
tantos adolescentes que peleaban en casa
por mantener sus Converse orgullosamente
sucias y que un buen día llegaron a casa y las
encontraron impecables pero con la suela
curva y la tela encogida.

El único elemento de la zapatilla que sí se


puede meter en la lavadora aprovechando
otro lavado son los cordones. Otra opción es
dejarlos en remojo con agua templada y jabón
o algún producto específico limpiador.

El cepillo, la clave del mantenimiento


diario

Lo ideal sería descalzarse las zapatillas e ir


directos a por el cepillo para quitar la
suciedad superficial que ha cogido durante el
día. Para esa limpieza más ligera es mejor
usar un cepillo cuyas cerdas sean blandas,
con capacidad de arrastrar el polvo pero sin
correr el riesgo de arañar el material. Si la
deportiva es de ante, mejor usar un cepillo
con cerdas de goma. Son el producto base de
limpieza de calzado y lo más recomendable
es conseguirlo en el zapatero del barrio, que
además de conocer el producto, puede
explicar cómo usarlo correctamente. Su
precio ronda los 10 euros.

Las diferentes formas de enjabonado

El proceso es el mismo: un recipiente con


agua y un cepillo -este de cerdas más duras-
con el que predisponerse a frotar. Pero
cambian los productos: en función del tipo de
material a tratar o del grado de
profesionalidad (y de inversión) que le
queramos dedicar, podemos decantarnos por
un producto jabonoso específico de limpieza
de calzado (por ejemplo, los hay exclusivos
para ante) o, en caso de zapatilla de lona o
plástico, jabón neutro. La clave está en frotar
bien, hasta que haga espuma, y enjuagar
mejor.

El arte de secar bien

Una vez enjabonado y antes de dejar secar,


se debe quitar el exceso de agua. Con una
toalla o camiseta vieja, como apunta Jason
Markk a GQ, o -claro- usando su toalla
especial de microfibra, disponible en su tienda
online por por 10 dólares (unos ocho euros).

Una goma antimanchas

La goma borradora hace su magia eliminando


manchas a base de frotarla en materiales
como ante, nobuck o plástico, lo que la hace
perfecta para las deportivas. Especialmente
para la parte lateral de las suelas o punteras.
En España la venden marcas clásicas como
Tarrago, con un precio que suele oscilar entre
los cinco euros y los siete por bloque.

Salir del apuro con toallitas

Puede ser considerada la opción más


apropiada para perezosos, pero no por ello es
menos efectiva. En textiles resistentes y sobre
todo en plástico o determinados cueros que
pueden componer la deportiva, tirar de toallita
es una forma cómoda de mantener a raya la
limpieza del calzado sin grandes esfuerzos.
La opción low cost: usar las mismas toallitas
de bebé con las que podemos hacernos en el
supermercado. La versión pro pasa por
adquirir toallitas específicas para calzado,
como las de la marca Crep (9,00 euros).
Algunas de ellas cuentan con una capa
granulada -similar a las toallitas faciales con
efecto exfoliante- que se encarga de arrastrar
la suciedad. Otras candidatas a la limpieza
rápida y aptas para imprevistos son las
espumas de limpieza en seco.

La cuestión del olor

Ventilar bien la zapatilla tras quitarla, sobre


todo si realmente se ha usado para hacer
deporte y se ha sudado. La humedad es un
foco de mal olor que no conviene tratar de
ocultar con sprays que perfumen
superficialmente. Consejos a seguir: abrir la
deportiva al máximo -quitando los cordones si
es preciso- para que corra el aire. Si tiene
plantilla extraíble, sacarla. Combatir el olor
mejor con plantillas específicas o productos
que absorban y prevengan la sudoración. El
producto estrella: las toallitas secantes y
antiolor que se dejan puestas sobre la planta
de la zapatilla durante la noche.

Acabado perfecto

Volver de Glastonbury con las Adidas hasta


arriba de barro y abandonarlas a su suerte
durante un mes para después intentar
limpiarlas no es la mejor manera de alargar su
vida útil. A estas alturas ya queda claro que la
dedicación ceremoniosa al cuidado del
calzado y su frecuencia son fundamentales
para que sigan pareciendo nuevas. Dos
últimas sugerencias para un acabado
perfecto: usar sprays protectores como paso
final de la limpieza, que crean una película
que previene de manchas los materiales (los
hay específicos para deportivas, nobuck,
cuero o ante). Y guardarlas en un lugar libre
de humedad, sin amontonar y,
preferiblemente, dentro de su caja, envuelto
en el papel de seda como si, de verdad, se
acabaran de comprar.

También podría gustarte