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LA BIBLIA
AMPLIFICADA
SANTIAGO
PEDRITO U. MAYNARD-REID, Th.D.
COLECCIÓN VIDA ABUNDANTE
LA BIBLIA
AMPLIFICADA
SANTIAGO
Religión verdadera en el sufrimiento
GEORGE R. KNIGHT
Editor general
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Printed in Argentina
Primera edición
MCMXCIX - 4M
ISBN 950-573-708-4
—36599—
INDICE
La Epístola de Santiago
El primer recuerdo que tengo de esta epístola en mi niñez, como
documento bíblico completo, es haber escuchado a mi tía Beryl
recitarlo de memoria en nuestro hogar en Kingston, Jamaica. Pero
para ella, al igual que para el resto de mi familia, no era tan sólo
otra pieza literaria. La epístola era para nosotros un documento
especial sumamente importante para la formación de nuestro ca
rácter cristiano y que afectó significativamente nuestro comporta
miento. Era un libro guía, aunque no un libro de códigos legalistas.
En sus cinco breves capítulos, la Epístola de Santiago establece li
ncamientos básicos que nos ayudaron en nuestro desarrollo y creci
miento moral y ético.
Las siguientes tareas tienen la intención de ayudarlo a comenzar
a experimentar el poder de la carta de Santiago. Antes de empezar,
ore para que Dios lo ayude a captar la magnificencia del libro y a
desarrollarse moral y éticamente.
1. Lea el libro de Santiago no una o dos veces, sino mu
chas. Léalo en voz alta por lo menos una vez. (También
es útil escuchar la lectura grabada del libro.) Familiaríce
se con la epístola.
2. Antes de leer esta introducción, trate de hacer un bos
quejo de la epfotola basado en su lectura del texto.
4. Lea en un buen diccionario o enciclopedia bíblica los
n
18 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
El Marco de la Epístola
I vii lectura cuidadosa de Santiago demuestra que mucho de
contexto de sufrimiento que trata surge de fuerzas y tensiones so
ciales y económicas. Parecería que Santiago fue escrito en una
época de severos disturbios económicos (5:1-6), de descontento
social (1:9-11; 2:1-7; 5:4-6), de agresividad política (4:1-3) y de
trastornos religiosos (4:4-12). Cuando yuxtaponemos esto con el
llccho de que el documento es muy judío en su foco (1:1), conclui
mos que es una obra temprana del Nuevo Testamento escrita en
22 LA BIBLIA AMPLIFICADA-SANTIAGO ■
Palestina.
Los temas de la autoría, la fecha, los destinatarios y el marco de
vida se tratan con profundidad en los comentarios y las introduc
ciones al Nuevo Testamento. (Vea la lista de lectura sugerente al
final de este capítulo.) No necesito ocuparme aquí de extensas dis
cusiones sobre los diversos argumentos. Pero será útil que exprese
mi idea acerca de estos asuntos para colocar la epístola en su con
texto apropiado.
Aunque existen argumentos fuertes a favor de una fecha tardía
para esta carta, el peso de la evidencia parece sugerir una fecha
temprana. La presencia de un griego sofisticado y de ciertas frases
problemáticas (1:1; 5:7, 14) que se utilizan para apoyar la fecha
más tardía de esta epístola pueden indicar en realidad una tarea
editorial posterior. Esto no debería sorprendernos. La Biblia está
llena de ejemplos en los que un editor posterior (bajo la inspira
ción del Espíritu Santo, creo yo) agregó material al texto original.
Dos casos que se citan a menudo son Deuteronomio 34 (que relata
la muerte de Moisés) y Jeremías 52. En este último caso se puede
observar que Jeremías 51:64 señala: “Hasta aquí son las palabras
de Jeremías”. Es obvio, por lo tanto, que el capítulo 52 es la obra
de un editor posterior. En el caso de la Epístola de Santiago, tam
bién es posible que un editor o un discípulo de Santiago actualizara
tanto el lenguaje como las expresiones teológicas de Santiago para
que el documento fuera más pertinente para una comunidad cris
tiana o una iglesia posterior. Estoy convencido, sin embargo, de
que el texto principal y el pensamiento de la epístola se originó en
Santiago, el líder del grupo de creyentes en Jesús mencionado en
Hechos 15.
Es ampliamente aceptado que la Epístola de Santiago es el más
judío de todos los libros del Nuevo Testamento. Tanto sus conteni
dos como sus ilustraciones tienen sus raíces en el Antiguo Testa
mento y en los documentos judíos escritos durante el período que
se extendió entre el último libro del Antiguo Testamento y el pri
mer siglo d.C. Esta “judaización” de la epístola parecería indicar
que Santiago escribió su carta muy temprano en la vida de la iglesia
primitiva, probablemente antes del concilio de Jerusalén del un»
■ INTRODUCCIÓN 25
El Contenido de la Epístola
Posiblemente la omisión más evidente es la falta de referencias
significativas a Jesús. El hecho es que hay sólo dos referencias di
rectas (1:1 y 2:1), y ninguna de las dos tiene la intención de marcar
puntos cristológicos claros. Aunque Santiago utiliza el término
“Señor” aproximadamente unas diez veces, sólo en 1:1 y 2:1 es ex
plícitamente claro que se refiere a Jesús. Se puede argumentar fir
memente que el sujeto implícito en los otros ocho casos es Dios el
Padre. De hecho, algunos podrían argumentar que las referencias a
Jesús de 1:1 y 2:1 fueron insertadas por un editor cristiano poste
rior para dar a la Epístola de Santiago un sabor inconfundible
mente cristiano.
■ INTRODUCCIÓN 25
Lectura Adicional
1. Para un buen tratamiento de los temas introductorios rela
cionados con Santiago, véase Donald Guthrie, New Testament
Introductions [Introducciones al Nuevo Testamento]; Ralph P.
Martin, James [Santiago]; Sophie Laws, The Epistle of James
[La Epístola de Santiago]; y Peter Davids, James.
2. Para un tratamiento extendido de mi posición acerca de la fe
cha, la autoría y el contexto, véase la obra de Pedrito May-
nard-Reid, Poverty and Wealth in James [Pobreza y riqueza en
Santiago], 5-11; o el artículo “Poor and Rich in the Epistle of
James: A Socio-historical and Exegetical Study” [Pobres y ri
cos en la Epístola de Santiago: Un estudio sociohistórico y
exegético], 113-132.
3. Para un ejemplo de cómo habla Santiago precisamente a una
cultura específica (en este caso, la de América Latina), véase
Elsa Tamez, The Scandalous Message of James [El mensaje es-
candalizador de Santiago].
4. Para un examen y evaluación de los principales comentarios,
véase Ruth B. Edwards, “Which Is the Best Commentary?
XV The Epistle of James” [¿Cuál es el mejor comentario?
XV: La Epístola de Santiago].
LISTA DE OBRAS CITADAS
Adamson, James B. James: The Man and His Message. Grand Ra
pids, Mich.: Eerdmans, 1989.
Adamson, James B. The Epistle of James. The New International
Commentary on the New Testament. Grand Rapids, Mich.:
Eerdmans, 1976.
Augusburger, David. Caring Enough to Confront: How to Understand
and Express Your Deepest Feelings Toward Others. Ed. rev. Ventura,
Calif.: Regal Books, 1981.
Barclay, William. The Letters of James and Peter. Ed. rev. 'The Daily
Study Bible Series. Filadelfia: Westminster, 1976.
lilondel, Jean-Luc. “Theology and Paraenesis in James”. Theology
Digest,, 28, N° 3 (1980): 253-256.
Hums, John A. “James, the Wisdom of Jesus”. Criswell Theological
Review, 1, N° 1 (1986): 111-135.
( lurlson, Dwight L. Overcoming Hurts and Anger: How to Identify
and Cope With Negative Emotions. Eugene, Ore.: Harvest House,
198 1.
( ledar, Paul A .James, 1, 2 Peter,; Jude. The Communicator’s Com
mentary. Waco, Tex.: Word, 1984.
Comentario bíblico adventista del séptimo día. t. 7. Boise, Idaho: Publi
caciones Interamericanas, 1990.
I )¡ivids, Peter. Commentary on James: A Commentary on the Greek
'Iext. New International ( ¿reek Testament Commentary. Grand
U
52 LA BIBLIA AMPLIFICAD A— SANTIAGO ■
Baker, 1978.
McKnight, Scot. “James 2:18a: The Unidentifiable Interlocuter”.
Westminster Theological Journal, 52 (1990): 355-364.
Moo, Douglas J. James. Tyndale New Testament Commentaries.
Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, 1985.
Morris, León. Understanding the New Testament: 1 Timothy-James.
Filadelfia: Holman, 1978.
Motyer, Alex. The Message of James. The Bible Speaks Today.
Downers Grove, 111.: InterVarsity, 1985.
Neff, David, ed. The Midas Trap. Wheaton, 111.: Christianity To
day, 1990.
Nelson, Melvin R. “The Psychology of Spiritual Conflict”. Journal
of Psychology and Theology, 4 (Invierno de 1976): 34-41.
Poteat, Gordon. “The Epistle of James: Exposition”. The Interpre
ter's Bible. Nueva York: Abingdon, 1957, 12:3-74.
Reicke, Bo. The Epistles of James, Peter, and Jude. The Anchor Bible.
Nueva York: Doubleday, 1964.
Ropes, J. H. A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle of St.
James. The International Critical Commentary. Edimburgo: T
& T Clark, 1916.
Schmitt, John J. “You Adulteresses! The Image in James 4:4”. No
vum Testamentum, 28, N° 4 (1986): 327-337.
Sidebottom, E. Malcolm. James, Jude, and 2 Peter. The Century
Bible. Greenwood, S.C.: Attic, 1967.
Smit, D. J. “Exegesis and Proclamation: ‘Show no partiality...’ (Ja
mes 2:1-13)”. Journal of Theology for South Africa, 71 (Junio de
1990): 59-68.
Strauss, Lehman. James, Your Brother. Neptune, N.J.: Loizeaux
Brothers, 1956.
Stulac, George M. “Who Are ‘The Rich’ in James?” Presbyterion:
Covenant Seminary Review, 16 (Otoño de 1990): 89-102.
Stulac, George M. James. The IVP New Testament Commentary
Series. Downers Grove, 111.: InterVarsity, 1993.
Tamez, Elsa. The Scandalous Message of James. Nueva York: Cross
road, 1992.
Tasker, R. V. G. The General Epistle ofJames. Tyndale Nrw li'sin
■ LISTA DE OBRAS CITADAS 35
Pruebas y Tentaciones
CAPITULO UNO
Las Pruebas
y la Paciencia
Santiago 1:1-8
Santiago 1:1-8
Lea Santiago 1:1-8 dos o tres veces. Si fuera posible, léalo
en dos o tres versiones diferentes. Después de haberlo leído
varias veces, comience a responder las siguientes preguntas:
1. Si tiene acceso a otras traducciones de la Biblia, anote en
su cuaderno las diferencias que encuentra entre las distin
tas traducciones. ¿De qué manera ayudan estas diferencias
a clarificar el mensaje del texto?
2. ¿Qué le parece que tenía en mente Santiago cuando se di
rigió a los destinatarios de la carta como “a las doce tribus
que están en la dispersión”? La frase, ¿es literal, espiritual
o metafórica? Explique.
3. Lea el Sermón del Monte (Mat. 5-7). Anote en columnas
en su cuaderno los textos de Mateo que parecen decir lo
mismo que los de Santiago 1:2-8.
4. Utilice una concordancia o las referencias marginales de
su Biblia y/o un diccionario bíblico para identificar otros
textos bíblicos que hablan acerca de la necesidad de sabi
duría. ¿Se le ocurre alguna historia bíblica de alguien que
pidió sabiduría? ¿Qué historia?
5. ¿Por qué le parece que Santiago utilizó la metáfora de las
olas del mar para ilustrar a la persona vacilante? ¿De qué
manera le ayuda esa metáfora a visualizar a tal persona?
6. ¿Diría usted que Santiago ve las dificultades, las pruebas y
los sufrimientos desde el punto de vista de una persona
realista, de una idealista, o ambas? ¿Qué evidencia puede
aportar acerca de este pasaje para fundamentar su res
puesta?
■ LAS PRUEBAS Y LA PACIENCIA 41
■ Exploremos la Palabra
Saludos
El autor de la epístola se identifica como Santiago (1:1). Tal vez,
no vio necesario identificarse más ampliamente pues sus lectores
sabían quién era él. Si, como se sugiere en la Introducción, esta
epístola es uno de los primeros documentos del Nuevo Testamen-
lo, el autor pudo haber sido uno de los dos Santiagos que se desta
caron en la iglesia primitiva: Santiago, el hijo de Zebedeo, o San
tiago, uno de los líderes en el Concilio de Jerusalén (Hech. 12:17;
15:13; 21:18), quien parece ser la misma persona que el hermano
de Jesús (Gál. 1:19). No se registra que Santiago, el hijo de Zebe
deo tuviera un papel destacado en la vida de la iglesia primitiva.
Kn realidad, fue martirizado en el año 44 d.C. En contraste, el
otro Santiago parecería haber sido una figura altamente respetada
en la comunidad de Jerusalén en las décadas tercera y cuarta del
primer siglo. Parece probable que este último Santiago sea el autor
de esta epístola.
Santiago se identifica a sí mismo como siervo o esclavo de Dios
(1:1). Aunque el término griego áóulos (esclavo, siervo) denota leal-
(tul, obediencia y humildad absolutas, también puede indicar una
posición de privilegio y honor. Esta última acepción del término
es la que prevalece en el Antiguo Testamento cuando los grandes
dirigentes de Israel son llamados siervos de Dios. Por ejemplo,
Moisés es llamado “siervo de Jehová” en la posdata de Deuterono-
mio (34:5). Encontramos el mismo uso en la oración majestuosa
de Salomón cuando hace referencia al liderazgo de Moisés durante
el éxodo (1 Rey. 8:53; compare con la oración de Daniel en Dan.
I I) y cuando Dios se refiere a Moisés como “mi siervo” en el
mensaje final de parte de Jehová que da Malaquías (Mal. 4:4). Da
vid es otra de las figuras importantes de la historia judía a quien se
llama siervo. Cuando Dios se dirigió a él por medio del profeta
Natiin para establecer su gran pacto con David y le prometió que
m i casa sería establecida para siempre, Dios l o llamó “mi siervo” (2
S»m. 7:5, H; véase también Jcr, 33:21). Y cuando Ezequiel reitera
42 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
Santiago 1:2-8
1. ¿Cómo le diría a un miembro de su familia o a un amigo
ciego, paralítico o afectado de una enfermedad incurable, o
que ha sido víctima de abuso sexual o de maltrato físico,
etc., que considere su prueba y sufrimiento como sumo
gozo? ¿Hay ocasiones en las cuales es mejor no decir nada?
Explique.
2. Cuando enfrento frustraciones, dificultades, crisis y adver
sidades, ¿me vuelvo cínico, escéptico, me deprimo, me
enojo, etc.? ¿Exclamo: “¡Alabado sea el Señor!”? ¿Tengo
otros métodos para sobrellevar esas cosas? Explique.
3. ¿Satisface Dios siempre mis necesidades sin vacilaciones
ni reservas mentales? Si no recibo, ¿soy yo siempre el que
está en falta, o hay alguna otra razón? Si usted siente que
pueden existir otras razones para ello, enumérelas.
4. ¿Siempre es pecaminoso dudar? Si su respuesta es Sí , ¿có
mo explica los cuestionamientos naturales que forman
parte de la naturaleza humana? Si su respuesta es No, ¿no
contradice mi respuesta a Santiago? Explique Iun razones
■ LAS PRUEBAS Y LA PACIENCIA 55
de su respuesta.
5. ¿De qué maneras específicas me veo como una persona de
doble ánimo? ¿Qué áreas de mi vida necesitan mayor esta
bilidad?
■ Investiguemos la Palabra
1. Busque la palabra dispersión o diáspora en un diccionario o
enciclopedia bíblica. Anote dos o tres puntos acerca de có
mo contribuyó, en última instancia, la dispersión judía a la
divulgación del evangelio cristiano.
2. Utilice una concordancia greco-española para descubrir
las distintas maneras como se utiliza la palabra griega (pei-
rasmós) traducida como “prueba” y “tentación”. Enumere
los casos en que la traducción sería más clara si se hubiera
utilizado la otra palabra castellana. Explique su razona
miento en cada caso. Resuma sus conclusiones acerca del
uso de estas dos palabras en el Nuevo Testamento. Com
pare sus descubrimientos con las conclusiones que en
cuentre en un diccionario o enciclopedia bíblica.
3. Busque la palabra perfecto en una concordancia. Seleccione
al azar diez pasajes del Nuevo Testamento en los cuales se
utiliza esta palabra. ¿Puede identificar algún pasaje en el
cual es absolutamente claro que el contexto está ocupán
dose de la perfección sin pecado? Explique. ¿Qué otros si
nónimos utilizaría en cada caso? Compare varias traduc
ciones diferentes de los versículos que usan esa palabra.
Mencione los sinónimos que encuentre allí. Lea luego al
gún artículo acerca de la perfección en un diccionario bí
blico.
Posiciones Invertidas
Santiago 1:9-11
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 1:9-11
1. Lea los versículos 9-11 dos o tres veces. Medite en ellos.
Ore. Pida sabiduría a Dios para captar y aceptar su pala
bra; luego responda las siguientes preguntas:
2. Lea cuidadosamente 1:9-11, 2:1-8, 4:13-16 y 5:1-6. Anote
en su cuaderno las características de los pobres; enumere
luego las características de los ricos. ¿Encuentra algún
(algunos) versículo(s) que caractericen claramente estos
conceptos como espirituales antes que como económicos?
Si es así, mencione cuáles. Explique por qué lo/s interpre
ta espiritualmente. Si no es así, explique por qué deberían
interpretarse estos versículos en relación con lo económi
co.
3. Lea 1:9-11. Luego lea los versículos 2-8. ¿De qué manera
se relacionan los versículos 9-11 directamente con los ver
sículos anteriores? Escríbalo en su cuaderno.
4. Compare los versículos 9-11 con la parábola del rico y Lá
zaro (Luc. 16:19-31). Mencione todas las similitudes que
descubra. ¿Puede encontrar otros pasajes en Lucas que
son paralelos a estos versículos? Menciónelos.
■ Exploremos la Palabra
■ Apliquemos la Palabra
Santiago 1:9-11
í. Si descubro que soy rico en comparación con los que me
rodean, ¿cómo debería entender las palabras de Santiago
en estos versículos? ¿Qué me dicen? ¿Qué debería hacer
con respecto a su mensaje?
I . ¿Qué pasaría si su pastor predicara acerca de los versículos
9-11 sin equilibrar su mensaje diciendo algo así como:
“Esto no significa que todas las personas ricas se perderán
ni se ‘marchitarán’ ”? ¿Cómo se sentiría? ¿Le parece que
Santiago sería más efectivo si presentara una declaración
como ésa, “equilibradora”? Explique su respuesta,
i. Ademas de los pobres y los ricos, ¿existen otras categorías
o contrastes en la vida contemporánea a los que se pueden
aplicar las palabras de Santiago? ¿En qué otras áreas po
64 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
■ Investiguemos la Palabra
1. Busque en su concordancia la palabra pobre. Elija diez pa
sajes de los profetas menores (desde Oseas a Malaquías)
que contengan esta palabra y léalos junto con su contexto
inmediato. Enumere las similitudes que encuentra con
Santiago. Haga lo mismo con la palabra rico y/o acaudalado.
Busque ahora en el Evangelio de Lucas y encuentre cinco
textos de cada categoría y repita con ellos el ejercicio.
2. Utilice una concordancia para encontrar todas las referen
cias en las cuales los escritores bíblicos comparan la vida
humana con una flor. Escríba las distintas lecciones que se
pueden extraer de ese estudio. Compare sus descubri
mientos con el comentario acerca de la palabra “flor” en
algún diccionario bíblico.
■ Estudio Adicional de la Palabra
1. Un comentario excelente, detallado y sensible al marco
social de este pasaje es el de R. P. Martin, titulado James.
2. Véase P. Maynard-Reid, Poverty and Wealth in James, para
acceder a un estudio detallado de este pasaje. Véase espe
cialmente el capítulo “The Great Reversal”, 38-47.
3. Para una exposición bíblica acerca de la manera en que los
■ POSICIONES INVERTIDAS 65
cristianos son llamados a compartir su riqueza con los po
bres, véase P. Maynard-Reid, “Called to Share” en The
Midas Trap (65-70), editado por David Neff. Todo el libro,
muchos de cuyos capítulos aparecieron originalmente en
Christianity Today (12 de mayo de 1989), es un recurso ex
celente desde la perspectiva evangélica sobre el tema de la
pobreza y la riqueza. Véase también G. M. Stulac, “Who
Are ‘the Rich’ in James?”
4. Elena de White escribió numerosas declaraciones referi
das al tema de compartir con los pobres. Una porción am
plia de este tema se encuentra en Testimonies for the
Church, 3:511-521, y lleva por título “Duty to the Unfortu
nate”.
CAPITULO TRES
Bendiciendo o Culpando
Santiago 1:12-18
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 1:12-18
Luego de leer los versículos 12-18 varias veces, realice los
siguientes ejercicios:
1. Busque los textos que aparecen en los márgenes o al pie
de su Biblia. Anote los textos de otras partes de la Biblia
que tengan las analogías más llamativas con este pasaje de
Santiago. ¿Encontró algún texto que difería de Santiago o
que enriqueció su comprensión del argumento de él?
¿Cuáles? Si encontró diferencias, ¿cómo las explica?
2. Lea los versículos 12-15. ¿Encuentra lugares en los que
sería mejor o más natural usar la palabra prueba en lugar
de tentación, y viceversa? Escriba su propia paráfrasis de
estos versículos usando prueba y tentación donde parece
más apropiado. Mencione entre paréntesis por qué hizo
esas elecciones.
3. Busque las palabras tentación, tentar u otra derivada de ella
en una concordancia bíblica. Anote los pasajes que indican
quién o qué es la fuente de tentación. Compare estos tex
tos con el argumento de Santiago de los versículos 13-15.
Explique el argumento de Santiago respecto de la fuente
de la tentación a la luz de los pasajes que usted encontró.
4. Use una concordancia para identificar los textos que ha
blan de la “corona” como regalo o recompensa. Escriba
los textos. Junto a cada pasaje haga una anotación (de
acuerdo con el contexto) acerca de si la referencia es a la
corona del vencedor (atlético o militar) o a una corona re
gia, como las de la realeza.
■ Exploremos la Palabra
Bendiciones de la Perseverancia
FJ tema de la perseverancia continúa preocupa lulo u Santiago
■ BENDICIENDO O CULPANDO 69
en 1:12-18. Está trabajando sobre un solo pensamiento al comien
zo de su epístola (vs. 2-18). Su foco está puesto en las pruebas que
está pasando su comunidad. Anteriormente notamos que los sufri
mientos, las pruebas, son variados, de muchos tipos (v. 2). Aunque
Santiago no da ejemplos de las pruebas en los versículos 2-8, la
lectura del resto de la epístola parece confirmar que su preocupa
ción está centrada mayormente en las pruebas externas. Se centra
en angustias y pruebas tales como, por ejemplo, la opresión eco
nómica (2:6; 5:4), peleas físicas (4:1, 2), enfermedad (5:14) y otros
lipos de problemas (v. 13). Es evidente, a partir de su primera ilus
tración en 1:9-11, que él desea que sus lectores comprendan que
las pruebas que está tratando son externas. En los versículos 9-11
bosqueja, en términos inequívocos, la gran inversión: los ricos, a
(|iiienes les va bien y que no están enfrentando pruebas, pasarán y
serán destruidos (vs. 10, 11). Por otro lado, los pobres, que son de
condición humilde y que están pasando por pruebas relacionadas
con la subsistencia económica, serán exaltados (v. 9).
Es en esta línea de pensamiento que Santiago ofrece su primera
de dos bienaventuranzas (v. 12; véase el v. 25 para la otra). La ben
dición es para los que tienen una respuesta positiva cuando enfren
tan las pruebas. Vale la pena notar aquí que el versículo 12 es el
texto central en la estructura y el argumento de Santiago. Forma
parte de un argumento acerca de cómo responden quienes sufren
Ins pruebas. La respuesta puede ser positiva o negativa. El doliente
puede responder perseverando (v. 12) o culpando a Dios, acusándo
lo de tentar a la víctima (v. 13). Anteriormente notamos que las
dos palabras, prueba y tentación, son traducciones de una misma pa
labra griega: peiramiós. “Pruebas” hace referencia al sufrimiento
externo, mientras que “tentación” hace referencia a las pruebas in
ternas. Parecería bastante claro que en el versículo 2 Santiago está
hablando acerca de las presiones externas que uno soporta diaria
mente. En los versículos 13 y 14, sin embargo, peirasmós parece re
lé rirse a la experiencia interna de la tentación a cometer pecado.
Nuestra pregunta aquí es: ¿Cuál es el significado en el versículo
12? La mayoría de los eruditos interpretan peirasmós aquí de la
misma manera que en el versículo 2, argumentando que 1:12 está
70 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
Culpando a Dios
Anteriormente notamos que la palabra peirasmós puede ser tra
ducida como “pruebas” o como “tentación”. Sólo el contexto pue
de determinar si la expresión se refiere a aflicciones externas o a la
seducción interna tendiente hacia el pecado. Parecería que hasta
este punto (1:13), Santiago está hablando fundamentalmente de las
pruebas externas. Ahora dirige su atención específicamente a las
tentaciones internas. Deberíamos notar, sin embargo, que no to
dos los eruditos bíblicos sienten que se debe acentuar la diferen-
c’in; por lo menos, algunos dudan de que Santiago tuviera la inten
ción de hacer tal distinción. Por ejemplo, George Stulac sugiere
que “las tentaciones que [Santiago] tiene en mente son especial
mente aquéllas que aparecen en el contexto de las pruebas de sus
lectores; por ejemplo, la tentación a albergar odio o a vengarse de
74 LA BIBLIA AMPLIFICADA—SANTIAGO ■
■ Apliquemos la Palabra
Santiago 1:12-18
1. ¿Culpo a veces a Dios (o a Satanás) por las pruebas o ten
taciones, cuando, al reflexionar en la situación, me doy
cuenta de que ninguno de los dos fue responsable de lo
ocurrido? Mencione dos o tres de esas ocasiones.
2. ¿He usado algunas veces —deliberadamente o sin darme
cuenta— signos astrológicos para explicar mi conducta?
¿Tiene algo que ver el “signo” bajo el que nací con mis
acciones? Explique de qué manera habla este pasaje de
Santiago acerca del tema.
3. ¿Cómo ha respondido en el pasado la pregunta: “Por qué
sufren los justos”? Resuma de qué manera le ha ayudado
80 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
■ Investiguemos la Palabra
1. Compare Santiago 1:13 con Mateo 6:13. ¿Son contradic
torios? Explique su respuesta. Busque Mateo 6:13 en un
buen comentario bíblico. La explicación que usted da a
ese versículo, ¿es parecida a la del comentario? Si es dife
rente, explique las diferencias.
2. Busque en su concordancia las palabras concupiscencia y
deseo en el Nuevo Testamento. (Si usted tiene una concor
dancia con ayudas lexicográficas griegas, busque sólo los
casos que son la traducción de epithumía.) Seleccione cinco
pasajes para cada palabra y analícelos. ¿Qué pasajes utilizan
la palabra en forma positiva? ¿Cuáles la usan en forma ne
gativa? ¿Hay ocasiones en las que es neutral? ¿Está en de
sacuerdo con alguna de esas traducciones? Si es así, men
cione con cual y explique por qué está en desacuerdo.
3. En la primera pregunta de la sección “Introduzcámonos
en la Palabra”, al comienzo de este capítulo, usted notó
las llamativas analogías con Santiago 1:12-18 que apare
cían en otras partes de la Biblia, incluyendo, quizá, mu
chos otros textos que, al igual que el versículo 17, declaran
que Dios no cambia. Busque ahora los textos que apare
cen en las referencias marginales de Génesis 6:6. ¿Ense
ñan estos pasajes una teología diferente de I» de los citados
en conexión con Santiago 1:17?
■ BENDICIENDO O CULPANDO 81
■ Estudio Adicional de la Palabra
1. Véanse los comentarios de Elena de White acerca de las
“tentaciones” y de su procedencia en El discurso maestro de
Jesucristo, 66-68.
2. Para un estudio textual e histórico de los antecedentes de
los “malos deseos” en el judaismo, véase J. Marcus, “The
Evil Inclination in the Epistle of James”.
3. Vea la obra James, de R. P. Martin, que constituye un co
mentario adecuado y completo de estos versículos.
SEGUNDA
P ART E
Santiago 1:19 a 2:26
La Religión Verdadera
CAPITULO CUATRO
Escuchar y Hacer
Santiago 1:19-26
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 1:19-26
1. Lea los versículos 19-26 una vez. Léalos luego una segun
da vez dentro de su contexto inmediato; o sea, lea Santiago
1 y 2. Después de haber hecho esto, realice los siguientes
ejercicios.
2. Anote en su cuaderno de estudio dos o tres maneras en las
que este pasaje (1:19-26) armoniza con la argumentación
de los versículos 1-18 y el capítulo 2.
3. Busque en una concordancia la palabra airado (y/o sus afi
nes, ira, enojo, etc.). Observe las ocasiones en que se usa
positivamente (por ejemplo, la ira de Dios en el Antiguo
Testamento) y las ocasiones en las que se usa negativa
mente (por ejemplo, los dichos de Jesús en el Sermón del
Monte, Mat. 5:22). Explique por qué es que la ira parece
buena en algunos contextos y mala en otros.
4. Si tiene acceso a distintas versiones de la Biblia, compare
las variadas traducciones de 1:20. ¿Encontró que algunas
traducen la última parte del versículo como la RVR: “La
justicia de Dios”, mientras que otras la traducen como
“no hace lo que agrada a Dios” o “la rectitud que Dios
quiere”, etc.? ¿Cuán significativas son estas traducciones
que difieren, en su interpretación, del argumento que está
presentando Santiago? Explique su respuesta.
5. En el versículo 21, Santiago afirma que la “palabra” que es
plantada en una persona puede salvar a ese individuo.
¿Contradice esto la enseñanza de Pablo que declara que
una persona es salva sólo por fe (Rom. 3:21-26)? Explique
su respuesta.
6. Compare el argumento de Santiago en 1:25 —que la “ley”
da libertad— con la posición de Pablo de que la “ley”
mantiene en servidumbre a las personas y que es la fe la
que nos libera (Gál. 3:23-25; Rom. 7). Explique las apa
rentes contradicciones.
■ ESCUCHAR Y HACER 87
■ Exploremos la Palabra
sin valor. Hace esto en 1:26. Este versículo sirve como nexo entre
los versículos 19-25 y 1:27 a 2:26. Es posible ver el tema del “au-
toengaño” como nexo que une estos pasajes; es decir, el autoenga-
ño se aplica a la persona en 1:24 y al individuo del versículo 26. O
es posible decir que el versículo 2 6 sirve como eslabón de unión al
presentar un ejemplo específico en el cual la obediencia a la Palabra
no se manifiesta. Santiago parece estar volviendo a su proverbio
tripartito (v. 19) y ocupándose de la parte de la cual no ha dicho
nada hasta ahora. Ha hablado ampliamente acerca de la ira y ha
seguido después con un comentario acerca de la insuficiencia de
escuchar. Ahora debe comentar brevemente el habla (y volverá a
esto en profundidad en el capítulo 3). Y lo hará en el contexto de la
religión verdadera contrapuesta a la religión sin valor.
Para Santiago, una persona que se engaña a sí misma se conside
ra religiosa pero no “tarda para hablar” (v. 19); es decir, es alguien
que no refrena su lengua. La religión de esta persona no tiene valor
(v. 26). Como se verá en el capítulo 3 de su epístola, Santiago con
sidera el control de la lengua de suma importancia.
Parece extraño que Santiago considere el control de la lengua
como evidencia de la verdadera religiosidad. Las palabras utilizadas
aquí para “religión” y “religioso” generalmente describen la aten
ción escrupulosa a los detalles de la adoración formal, de la ora
ción, el ayuno, la dadivosidad sistemática; es decir, los deberes reli
giosos, las observancias, ceremonias y ejercicios espirituales. Pero
Santiago critica una definición tan limitada de la religión argu
mentando en favor de un tipo diferente de religiosidad.
La crítica de Santiago es similar a la de los profetas (Isa. 1:10-17;
Jer. 7:21-28; Ose. 6:6), y especialmente a la de Jesús, que fue muy
crítico de la mera observancia externa de las formas religiosas
prescritas, ya fuera la dádiva de limosnas a los necesitados, la ora
ción, o el ayuno como los practicaban los fariseos (Mat. 6:1-8).
La religión verdadera va más allá de las formas. Todas estas acti
vidades religiosas son consideradas inútiles en el libro de Santiago
si el individuo así llamado religioso no puede poner freno a su len
gua. La religión verdadera involucra el dominio propio. Si los lee
tores pueden dominar su habla, han dado un puno anonnc hacia el
■ ESCUCHAR Y HACER 101
■ Apliquemos la Palabra
Santiago 1:19-26
1. Haga una lista de cosas, que no aparecen en este pasaje,
en las cuales es bueno o ventajoso ser “rápido”, y otra lista
de cosas en las cuales es bueno ser “lento”. Mencione
también incidentes específicos de su experiencia que ilus
tran la pertinencia de tal actitud.
2. ¿Se aplica la advertencia a ser “tardos para hablar” a la
testificación oral en favor de Cristo? ¿Ha encontrado mo
mentos en su experiencia en los que no era apropiado ha
blar de Jesús? Si su respuesta es sí, mencione ejemplos de
tales ocasiones y explique por qué. Si su respuesta es no,
¿le parece que podría darse una situación así? Explique su
respuesta.
¿Hay momentos en los que debería expresar abierta y cla
ramente mis sentimientos de ira? Si su respuesta es sí, dé
algunos ejemplos de tales momentos. Si su respuesta es
no, ¿cómo responde a los que dicen que la “ira” es una
emoción dada por Dios y que debe ser expresada en forma
apropiada?
4. Cuando me miro en el espejo de mi vida cada día, ¿en
cuentro cosas que quiero cambiar? ¿Cuáles son algunas de
estas cosas?
*>. ¿Encuentro que soy bastante escrupuloso en mis deberes
religiosos y para con la iglesia, tanto en acción como en
lenguaje, y sin embargo bastante descuidado en mis activi
dades y habla cotidianas? Al reflexionar en la semana que
pasó, ¿encuentro que mi “personalidad sabática” es bas
tante diferente de mi “personalidad de domingo a vier
nes”? Si es así, mencione algunas formas de mejorar eso.
102 LA BIBLIA AMPLIFICADA—SANTIAGO ■
■ Investiguemos la Palabra
1. Use su concordancia y/o simplemente hojee el libro de
Proverbios y trate de encontrar todos los textos que ha
blen de ser “lento para hablar” y “rápido para escuchar”.
Anótelos en su cuaderno. Haga observaciones acerca de
las similitudes, las enseñanzas adicionales o las diferencias
con la enseñanza de Santiago en 1:19.
2. Con la ayuda de una concordancia, busque la palabra salvar
y sus semejantes (salvación, salvador). Haga una lista de
los diferentes usos del término. Luego, busque la(s) pala-
bra(s) en un diccionario bíblico. Mencione otros usos de
la(s) palabra(s) que usted no encontró en su búsqueda an
terior.
■ Estudio Adicional de la Palabra
1. Para un estudio excelente acerca de cómo tratar con la ira,
véase D. Augsburger, Caring Enough to Confront: How to
Understand and Express Your Deepest Feelings Toward Ot-
hers.
2. Otro libro de la misma naturaleza que el recién mencio
nado es el de D. L. Carlson, Overcoming Hurts and Anger:
How to Identify and Cope With Negative Emotions.
3. Para conocer algunas de las ideas de Elena de White acer
ca de la ira y la reconciliación, véase El discurso maestro de
Jesucristo, 51-54.
CAPITULO CINCO
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 1:27 a 2:13
Lea 1:27 a 2:26 una vez, luego lea 1:27 a 2:13 dos veces.
Complete luego los siguientes ejercicios:
1. Haga dos columnas en su cuaderno. En la primera, men
cione cosas y acciones que caractericen la religión verda
dera (incluyendo las que menciona Sant. 1:27). En la se
gunda columna, mencione algunas características de la re
ligión falsa.
2. Muchas denominaciones religiosas requieren que quienes
se unen a ellas hagan un compromiso de “guardarse sin
mancha del mundo” (v. 27) como parte de su declaración
doctrinal. Luego de leer estos versículos, ¿le parece que
una de las creencias y prácticas fundamentales de la iglesia
debería ser la de ocuparse de las necesidades sociales de
los que están en apuros? Explique.
3. Antes de leer este pasaje, ¿consideraba centrales y obliga
torias para su fe personal y/o para la fe de la iglesia satisfa
cer las necesidades sociales y económicas de los margina
les? ¿O le parecían periféricas y optativas? SI lia mmbiado
■ CUIDANDO DE LOS POBRES 105
de idea, ¿hasta qué punto ha cambiado?
4. Compare 2:2 y 3 con la enseñanza de Jesús en el Sermón
del Monte en relación con los tesoros y los vestidos (Mat.
6:19-34). ¿Cómo se relacionan los textos de Santiago y
Mateo entre sí?
5. ¿Dice realmente 2:5 que Dios tiene una opción preferen-
cial para con los pobres? Explique lo que piensa que está
diciendo el versículo.
6. ¿A qué mandamiento en especial le parece que está ha
ciendo referencia Santiago en el versículo 10 cuando dice
que si una persona tropieza en uno de ellos es culpable de
quebrantar toda la ley?
7. Explique por qué utilizó Santiago los mandamientos del
adulterio y del asesinato para ilustrar sus argumentos (v.
11).
H. Mencione por lo menos cinco razones explícitas o implíci
tas que da Santiago acerca de por qué sus lectores no de
berían mostrar favoritismos hacia los ricos a expensas de
los pobres.
■ Exploremos la Palabra
La Religión Verdadera
Kn cierto sentido, el último versículo del capítulo 1 gobierna el
pensamiento de la unidad que lo precede y el pasaje que le sigue.
Kn los versículos precedentes, particularmente en 1:22-25, Santia
go está centrado en el hacer. Aquí en el versículo 27 hace una decla
ración con respecto al hacedor que actúa. Esta afirmación está
Ilustrada por todo el argumento del capítulo 2. En todos estos ver
sículos, Santiago está preocupado por la naturaleza de la persona
verdaderamente religiosa en relación con la preocupación que ésta
tiene por los pobres y marginados.
Al igual que en 1:26, Santiago presenta lo que podríamos consi
derar como una definición no convencional de la religión pura y
106 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
El Undécimo Mandamiento
Santiago 2:8 puede sugerir que los lectores de Santiago, a quie
nes está censurando, justifican su atención para con los ricos citan
do el mandamiento: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Sin em
bargo, por lo dicho en los versículos previos, es evidente que están
mostrando favoritismo. Están usando este antiguo mandamiento
que requiere amar al prójimo como una excusa para mostrar par
cialidad en favor de los ricos, argumentado que simplemente están
realizando acciones amigables, amorosas. Santiago dice que es
bueno mostrar amor al prójimo, pero que es malo ser parcial.
Ks interesante que el mandamiento referido al amor para con el
116 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
■ Exploremos la Palabra
portante, como dice León Morris, “no ser hipnotizados por las pa
labras” (83) sino más bien escuchar lo que cada autor quiere decir
en su propio contexto. Ilustrémoslo.
La doctrina paulina de la justificación por la fe surgió del con
flicto que él tuvo en su ministerio temprano con los cristianos ju
daizantes que buscaban salvarse a sí mismos por medio de la ob
servancia de la ley, insistiendo particularmente en la circuncisión.
La preocupación de Pablo, por lo tanto, puede ser entendida sólo a
la luz de esta polémica con estos cristianos legalistas. Con esto en
mente, cuando Pablo usa la palabra obras en el contexto del legalis-
mo, debe ser interpretada como “obras de la ley” (una frase que él
mismo usa en el griego original en lugares tales como Rom. 3:28),
lo que los eruditos llaman “religión nomianista” o un intento de
ganar la salvación por medio de la observancia de la ley (ya sea la
ley moral o ceremonial). Por el otro lado, por cuanto la polémica
de Santiago es diferente, cuando él emplea el término obras tiene
en mente actos de misericordia y compasión.
Este debate acerca de si Santiago y Pablo están en conflicto per
manecerá vivo en tanto los intérpretes bíblicos lean el texto de
Santiago a través de las lentes de Pablo. Pero cada autor debe ser
leído a través de sus propias lentes. Thorwald Lorenzen dice: “De
beríamos tratar de ser exégetas perspicaces, siendo siervos del tex
to, no amos sobre él. Debemos tratar de escuchar antes de hablar”
(231).
Deberíamos señalar aquí otro punto interpretativo importante.
Recordemos que ni Santiago ni Pablo eran teólogos sistemáticos
que escribieron sus reflexiones teológicas desde escritorios en to
rres de marfil. No estaban desarrollando lo que los teólogos lla
man soteriologías completas, el estudio de la salvación. Eran pasto
res y ancianos que hablaban sencillamente de preocupaciones limi
tadas (aunque el discurso era vigoroso). La pregunta, por lo tanto,
en cuanto a si la Biblia (o los escritos de Santiago y Pablo) se con
tradicen uno al otro es una pregunta equivocada. Necesitamos
permitirle a cada autor, bajo la influencia del Espíritu Santo, que se
ocupe de temas diferentes y situaciones diferentes en formas diver
sas y aparentemente contradictorias. Si les permitimos esto, en
■ CUIDANDO DE LOS POBRES 123
tonces no nos perturbará el hecho de que las declaraciones teológi
cas y éticas muchas veces estén condicionadas por los marcos histó
ricos. Las discusiones de Santiago y de Pablo con respecto a la fe y
a las obras es uno de estos casos en cuestión.
En el debate que Santiago está manteniendo con su oponente
imaginario (2:14-26), señala claramente que una fe que carece de
obras no puede salvar (1:14). Una pregunta que surge en este pun
to es: ¿Qué es esta fe a la que Santiago hace referencia? Debemos
observar primeramente que Santiago no define la fe. El significado
del concepto puede ser determinado o supuesto sólo por el con
texto. Pero en Santiago el contexto no siempre es claro (excepto
por 2:19, donde la fe mencionada ha sido entendida tradicional-
inente como el mero asentimiento intelectual de los demonios). Se
le ha impuesto al resto de Santiago esta última definición de fe co
mo asentimiento intelectual a un cuerpo de hechos o verdad, y,
por lo tanto, la fe en la epístola está determinada a ser la confesión
<lc la doctrina, el asentimiento a las creencias correctas o la acepta
ción cognitiva de Jesús como Salvador. Veremos, sin embargo, que
esta definición es muy limitada incluso para el versículo 19. Parece
ría que Santiago está usando la palabra fe en un sentido mucho
más amplio.
Aunque nuestro autor no define el término, creo que está usan
do el concepto de “fe” para indicar la confianza en Dios. Santiago
vi> la fe más en términos de relación que en términos de proposi
ción. Para él, tiene que ver con la actitud; es práctica. Santiago no
está atacando esta fe práctica. El se opone a quienes aseguran que
tienen fe pero no comprenden realmente de qué están hablando.
I ,a fe genuina, al ser práctica, no existe sin expresión externa. Es
una falacia concebir una relación que carece de acción, una que no
tiene obras. Santiago está contrastando así la fe falsa con la fe ge-
nuina.
I ,a última frase del versículo 14 demuestra que Santiago está ha
ciendo un contraste entre la fe genuina y la falsa al decir: “¿Podrá
Menso salvarlo esa fe?” (DHH). La traducción de la RVR confunde
ese punto. Dice: “¿Podrá la fe salvarle?” Pero Santiago no está dis
cutiendo si la fe salva o no; él está declarando claramente que la
124 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
de mi Padre que está en los cielos” (Mat. 7:21). Aquí Santiago dice
a su oponente, en forma igualmente intensa: “Tú crees que Dios es
uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (2:19).
Santiago puede estar usando la ironía cuando dice que también
los demonios creen en la unidad de Dios. Ralph Martin ha obser
vado correctamente que “creer que Dios es uno es en verdad nece
sario, pero no suficiente, porque aun los demonios creen, aunque
nadie en la audiencia de Santiago admitiría que tal fe es capaz de
salvarlos”. Esto indica simplemente, dice Martin, “que los demo
nios reaccionan ante el numen divino... Pero aun con este reconoci
miento, hay poco que decir acerca de este tipo de fe: es peor que
inútil” (89).
Debemos captar aquí la idea, como ha afirmado correctamente
Sophie Laws, de que Santiago “no está preocupado en contrastar la
fe, como asentimiento intelectual, con las obras, sino en indicar el
resultado necesario de la fe, si es una fe viva, y la imposibilidad de
existir por sí sola. En el caso de los demonios, creer en un Dios
que es uno produce una respuesta de temor” (128). La pregunta
para el oponente es: “¿Es tu fe lo suficientemente íntegra para que
tu respuesta sea diferente de la de los demonios, que consiste en
temblar fun verbo usado en los antiguos textos mágicos para referir
se a los efectos del exorcismo]?” O “¿Es tu fe una en la cual la ac
ción social positiva se demuestra claramente?” Para Santiago, el
tema de esta ilustración es: ¿Cuál es la respuesta de fe? Es imposi
ble que exista la fe en el vacío. La respuesta, la demostración,
identificará la fe como genuina o demoníaca.
Santiago se da cuenta de que su oponente no ha captado la idea
con esta pequeña ilustración acerca de los demonios. Así que se
vuelve más enérgico y se dirige a la persona imaginaria con un len
guaje brusco, ofensivo. “No seas tonto”, dice (v. 20, DHLI). Tal
persona es literalmente un cabeza hueca, vacía y carente de enten
dimiento. Santiago luego pregunta: “¿Mas quieres saber, hombre
vano, que la fe sin obras es muerta?” (v. 20). Aquí hay un juego de
palabras. “Muerta” significa literalmente “sin obra” (a + érgos en
griego; a es una partícula que indica negación). Así que Santiago
está diciendo aquí que la fe que no tiene obras (érgox) no funcionu
■ CUIDANDO DE LOS POBRES 127
(argos). El oponente es tan necio que no puede comprender este
punto. Santiago tiene que proporcionar más evidencia. Se dispone
a ilustrar lo que está diciendo con dos figuras populares de la histo
ria y el folclor judíos. Son individuos contrastantes: uno es un san
to patriarca fundador del pueblo hebreo; la otra es una mujer peca
dora y extranjera. Pero ambos ilustran en sus vidas y acciones esa
fe y esas acciones que no pueden ser separadas.
Santiago usa a Abrahán como uno de sus principales ejemplos
posiblemente porque el oponente había presentado a Abrahán co
mo ejemplo clásico de la fe que no necesita obras. El oponente, al
igual que en el contexto de Romanos (véase Rom. 4:22), estaba
probablemente utilizando Génesis 15:6 para argumentar que la fe
sola es esencial; porque todo lo que hizo Abrahán fue creer y eso se
le acreditó como justicia. Santiago está en desacuerdo con esa in
terpretación. La pregunta que éste hace exige una respuesta afirma
tiva (basada en la formulación de la pregunta del texto griego) y así
demuestra que Abrahán fue justificado, o considerado justo, por lo
que hizo. Santiago pregnnta: “¿No fue justificado por la obras
Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el al
tar?” (2:21).
Es el uso que Santiago hace de la palabra dikaióü justificar, consi
derar justo) lo que ha causado la tormenta teológica en la interpre
tación de este pasaje. Pablo aclara (Rom. 4) que una persona no es
justificada por las obras sino por la fe sola y que la historia de
Abrahán lo prueba. Santiago dice lo opuesto, y cita el relato de
Abrahán para probarlo. ¿Quién está en lo correcto? ¿Quién está
equivocado? Santiago ha sido juzgado mal desde Lutero porque su
uso del término dikaióü contradice la definición forense, legal que
le han dado los intérpretes protestantes. Esta definición hace refe
rencia al acto inicial de Dios en el cual el pecador es considerado
justo (justificado) cuando acepta a Jesucristo como Salvador y Se-
Pior.
El hecho es, sin embargo, que Santiago no tiene en mente esa
interpretación forense, legal de la justificación. De hecho, es du
doso que aun Pablo tuviera la intención de que el concepto fuera
definido de esa manen). Los eruditos bíblicos están cada vez más
128 LA BIBLIA AMPLIFICADA—SANTIAGO ■
■ Apliquemos la Palabra
La Sabiduría Verdadera
CAPITULO SEIS
Proverbios Acerca de la Lengua
Santiago 3:1-12
I /V
140 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 3:1-12
Lea el pasaje mencionado en el subtítulo y realice luego los
siguientes ejercicios:
1. En las referencias marginales de su Biblia, observe los tex
tos paralelos de los libros sapienciales (Proverbios, Ecle-
siastés, porciones de los Salmos). Búsquelos y anótelos en
su cuaderno. Hojee esos libros del Antiguo Testamento y
vea si puede encontrar otros pasajes que hablen directa
mente de los temas a los que se está refiriendo Santiago
en los versículos 1-12. Tome nota de ellos. ¿Se le ocurren
algunos proverbios modernos que sean similares a la ex-*
hortación de Santiago (por ejemplo: “1(1 pe/, por la boca
■ PROVERBIOS ACERCA DE LA LENGUA 141
muere”)? Escríbalos.
2. Mencione tres o cuatro razones por las cuales los maes
tros (o líderes) serán juzgados más estrictamente que los
demás. Explique cada razón.
3. Aparte de la enseñanza, ¿hay otras profesiones modernas a
las cuales se podría aplicar el consejo de Santiago en el
versículo 1? Menciónelas.
4. Explique, en un párrafo, cómo se relaciona el versículo 1
con el resto del pasaje.
5. Explique cómo cada ilustración y metáfora del pasaje
completo apuntan enérgica e intensamente al propósito
de Santiago.
6. ¿Cómo puede uno alabar a Dios y al mismo tiempo malde
cir al prójimo? Si esto es posible, ¿le parece que Dios
acepta la alabanza? Explique.
■ Exploremos la Palabra
Una Chispa
La tercera metáfora de la serie de Santiago presenta a la len
gua como un fuego (vs. 5b, 6). La literatura sapiencial judía está
llena de dichos que comparan la lengua con una llama o con fuego.
Salomón, por ejemplo, proclama: “El malvado es un horno de
maldad; ¡aun sus palabras parecen llamas de fuego!” (Prov. 16:27,
DHH; compare con 26:21; Sal. 39:1-3; 120:2-4; Isa. 30:27; Sir.
28:22). Santiago pudo haber pedido prestada esta figura a estos an
tiguos sabios o aun a escritores grecorromanos más contemporá
neos o a dichos populares. Pero la ilustración es de la Palestina co
tidiana. Ralph Martin nos ha alertado acerca del hecho de que el
escenario de Santiago era la ladera de un monte cubierta de mato
rrales secos y de leña. “Tal ambiente es literalmente un yesquero
esperando la menor chispa para arder. Los lectores de la carta no
tendrían problemas en entender esta figura y apreciar el riesgo de
esa chispa que haría que el fuego se esparciera rápidamente des
truyendo todo en su camino” (113). Esta es la naturaleza de la len
gua.
En 3:6, Santiago se dirige explícitamente al gran potencial des
tructivo de la lengua. Aunque el significado general del versículo es
claro, es difícil y complejo cuando se examinan pintes detallada
nun
■ PROVERBIOS ACERCA DE LA LENGUA 14 7
mente. Para algunos, el versículo 6 es el pasaje más difícil de la
epístola; otros han sugerido que el texto griego es corrupto (en el
sentido de que fue afectado en su transmisión); mientras que algu
nos llegan a decir que las palabras fueron agregadas mucho más
tarde por un escriba. A pesar de sus problemas, la idea general del
versículo no puede ser mal interpretada.
Lo primero que señala Santiago es que la lengua es “un mundo
de maldad puesto en nuestro cuerpo” (v. 6, DHH). La palabra
mundo es problemática, por lo que algunos comentadores han tra
ducido la palabra griega original kósmos como “adorno”, en el sen
tido de que la lengua torna atractivo el mal. Pero Santiago no da
este sentido al término cuando lo usa en otras partes de la epístola.
Como observamos en nuestro comentario de 1:27, “mundo” para
Santiago es todo el esquema de cosas, valores y acciones que nos
separan de Dios y que están en contra de lo que Dios exige. La
lengua, entonces, representa todo el esquema de cosas que son
malas. Es posible que Jesús tuviera en mente el mal uso de la len
gua cuando dijo a la multitud en presencia de los fariseos y maes
tros de la ley: “No lo que entra en la boca contamina al hombre;
mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre” (Mat.
15:11). Luego dijo a sus discípulos: “Pero lo que sale de la boca,
del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón
salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (vs.
18, 19).
Puesto que la lengua es un mundo de maldad, el siguiente pen
samiento de Santiago es que “contamina todo el cuerpo” (3:6). La
palabra traducida como “contamina” tiene el sentido de manchar.
I ,os efectos malos de la lengua consisten en manchar y contami
nar al individuo. La lengua logra lo contrario de la religión pura y
sin mancha de 1:27, una religión en la cual la persona se mantiene
“sin mancha del mundo”. El efecto de la lengua es la contamina
ción de toda la persona. Peter Davids lo expresa en forma creativa:
“I ¿\ llama de la lengua enciende la pasión: el genio se levanta; se in
flama la lujuria. Pronto las palabras, ya sea como diálogo interno
que no se oye afuera o como habla audible, estallan en acción. Las
148 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
Animales Domados
Santiago utiliza como su siguiente ilustración el mundo de los
animales mudos y la habilidad humana para domarlos y controlar
los. El salmista escribió siglos antes: “Le hiciste señorear sobre las
obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies; ovejas y
bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los
cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del
mar” (Sal. 8:6-8). Santiago está avergonzado por el hecho de que
podemos domar todo tipo de animales (aun reptiles y criaturas del
mar), pero “ningún hombre puede domar la lengua” (3:7, 8).
R. A. Martin ha sugerido que Santiago está entregándose a una
hipérbole cuando declara que la lengua está más allá del control
humano, “porque todos controlan sus lenguas por momentos. No
debiera presionarse esto más allá de la pretensión de la hipérbole
de que todo tipo de animal ha sido domado (v. 7). Esta manera de
hablar exagerada sirve para imprimir indeleblemente en la mente
del lector el tremendo y terrible potencial para el mal del cual es
capaz el habla humana” (38). Martin no es la primera persona que
tiene problemas con el extremado pesimismo de Santiago. Hace
siglos, los pelagianos transformaron la afirmación de Santiago en
una pregunta: “¿Puede algún ser humano domar la lengua?” San
Agustín respondió a esto que, según Santiago, nadie puede hacerlo,
“ningún hombre”. “Declaramos”, dijo Agustín, “que por la miseri
cordia de Dios, con la ayuda de Dios, por la gracia de Dios puede
ser dominada” (citado en Kugelman, 39). Santiago, sin embargo,
no incluyó estas palabras optimistas; simple y explícitamente afirmó
(|ue nadie puede domar la lengua. Al igual que todos los antiguos
escritores de proverbios, Santiago basó su afirmación en las realida
des de la situación.
150 LA BIBLIA AMPLIFICADA—SANTIAGO ■
■ Apliquemos la Palabra
Santiago 3:1-12
1. Si usted es docente (en la iglesia o en la sociedad), ¿puede
pensar en alguna ocasión, hace mucho o recientemente,
en la que sus palabras produjeron dolor y confusión en lu
gar de educar? ¿Cómo manejó esa situación? Si no ha teni
do tal experiencia, ¿cómo utilizaría la amonestación de
Santiago como “trampolín” para resolver la situación?
Anote sus ideas.
2. ¿Hubo ocasiones en la última semana cuando abrí mi boca
para desear luego no haberlo hecho? ¿Cómo puedo con
trolar mi lengua?
3. ¿Me enojo con quienes desprecian y blasfeman a Dios a
través de sus palabras y acciones y sin embargo no doy im
portancia a las ocasiones en las que maldigo o hablo mal
de quienes me desagradan? Mencione las ocasiones en lan
que ha ocurrido esto.
4. Si piensa que usted es una persona celosa de Dios, pero
sin embargo siente un odio intenso por alguien o por un
grupo de personas (ya sean étnica o religiosamente dife
■ PROVERBIOS ACERCA DE LA LENGUA 153
rentes), escriba un párrafo en su cuaderno acerca de lo
que le parece que Santiago le diría respecto de ello.
■ Investiguemos la Palabra
1. Utilizando una concordancia, busque los textos del Nuevo
Testamento que contengan las palabras maestro, enseñar.;
rabino y amo. Haga una lista de las características positi
vas y negativas que se deducen de esos pasajes.
2. En 3:6, Santiago habla de los fuegos del infierno. Busque
la palabra infierno en una concordancia que distinga las di
ferentes palabras hebreas y griegas originales traducidas
como infierno. Necesitará para este ejercicio una concor
dancia exhaustiva o comprensiva que tenga ayudas griegas
y hebreas. En base a los textos bíblicos, ¿cuáles son las di
ferencias entre los diferentes conceptos? Busque ahora la
palabra en una enciclopedia o diccionario bíblico. Anote
cualquier idea adicional que encuentre en esta investiga
ción.
■ Estudio Adicional de la Palabra
1. Vea J. Jeremías, Jerusalén en los tiempos de Jesús (249-260)
para obtener ilustraciones del elevado respeto manifestado
a los maestros (o escribas) en la sociedad judía del primer
siglo.
2. Una compilación importante de los mensajes de Elena de
White para los maestros y en relación con ellos se en
cuentra en Consejos para maestros, padres y alumnos; véanse
especialmente las pp. 53-58 y 175-208, donde el énfasis
está puesto en el maestro.
CAPITULO SIETE
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 3:13-18
Lea cuidadosamente Santiago 3:13-18 dos veces, y realice
luego los siguientes ejercicios.
1. Enumere tanto las características positivas como las nega
tivas de la sabiduría que aparecen en este pasaje. Dé una
mirada luego a Proverbios (especialmente los caps. 1 al 8)
y anote en su cuaderno las características de la sabiduría
que encuentra allí. Compare y contraste las dos listas que
hizo. Escríba un párrafo de resumen definiendo la sabidu
ría y basado en estas dos listas.
2. Haga dos columnas en su cuaderno. En el extremo supe
rior de una coloque la palabra vicios; y sobre la otra, ponga
virtudes. Anote en las columnas respectivas los vicios y las
virtudes que se encuentran en Santiago 3:13-18, así como
también las que aparecen en Gálatas 5:19-26 y en Efesios
5:1-20. ¿En qué otros vicios y virtudes (que no están en su
lista) puede pensar que parecen evidentes en su congrega
ción? Menciónelos.
3. Compare la enseñanza de Jesús y la de Pablo acerca de la
paz en Mateo 5 y Romanos 13, respectivamente, con la
enseñanza de Santiago acerca del mismo tema. Anote las
similitudes. ¿Se aplican éstas por igual al individuo, a la
congregación eclesial como un cuerpo, e incluso a la so
ciedad en general? Explique por qué sí o por qué no.
■ Exploremos la Palabra
las personas ‘no espirituales’ son las que ‘no participan del conoci
miento especial y de la iluminación, y que permanecen en el nivel
de la psuje; es decir, el hombre meramente humano que vive como
parte del orden del mundo “natural”, compartiendo con los ani
males la fuerza de vida, que responde sólo a sus sentidos y que no
ha sido tocado por el espíritu divino’ ” (Laws, 161, 162).
Santiago posiblemente está usando el término “animal”, o no
espiritual, con connotaciones similares. Este tipo de sabiduría falsa
no sólo tiene su origen en la tierra, sino que es semejante al de los
animales, “es la clase de sabiduría que hace que un animal aceche y
gruña sin otro pensamiento que el de la presa o la ‘supervivencia’
personal” (Barclay, 93). Ya sea que Santiago tuviera exactamente
esto en mente o no, es evidente que la sabiduría “animal” o natural
está desprovista del espíritu de Dios.
Pero es más que eso; es demoníaca (3:15). Este tercer adjetivo
tiene la intención de cerrar la puerta a toda pregunta acerca del
origen de la sabiduría falsa. Es inspirada por el diablo. Los lectores
que abrigan celos amargos y ambición egoísta, y que piensan que
su sabiduría es inspirada por Dios, sólo se engañan a sí mismos.
Santiago les hace saber sin atenuación que su sabiduría tiene su
génesis en el mundo de los demonios.
Santiago tiene una cosa más que decir acerca de los que poseen
esta sabiduría falsa y que tienen celos amargos y ambiciones egoís
tas. En el versículo 16 describe el efecto de sus acciones: “Allí hay
perturbación y toda obra perversa”. El interés de Santiago es la
unidad y la paz de la comunidad, pero estas personas traen inesta
bilidad a la comunidad. La palabra que usa aquí para referirse al
desorden o inestabilidad {akatastasíá) es la forma sustantiva de los
adjetivos que usa en 1:8 y 3:8 para describir a la “persona de doble
ánimo” o la lengua “doble”. La primera es inestable en sus cami
nos; la segunda es un mal que no puede ser refrenado. Douglas
Moo observa que esta palabra “es utilizada en el Evangelio de Lu
cas para describir las ‘guerras’, las sediciones, y las revoluciones
que tipificarán el período que precede a la parowíu |segunda veni
da| (I aic. 21:9). Y Pablo, al suplicar a los corintios que se abstengan
■ SABIDURÍA FALSA Y VERDADERA 163
de la exhibición desenfrenada y desorganizada de los dones espiri
tuales individuales en la congregación, les recuerda que ‘Dios no
es Dios de confusión, sino de paz’ (1 Cor. 14:33)” (134). De he
cho, este pasaje de Santiago nos recuerda no sólo esta situación de
la lengua, sino todas las demás situaciones (desde la disensión hasta
la inmoralidad) de la iglesia de Corinto que destruían la paz y la
unidad de esa comunidad (véase toda la primera Epístola a los Co
rintios).
En lo que a Santiago concierne, toda sabiduría que conduce a la
desunión y a las prácticas impías es falsa. Y los poseedores de esta
falsa sabiduría que se encuentran entre sus lectores están clara
mente identificados: son los que tienen envidias y ambiciones
egoístas; ellos están en la raíz del desorden; ellos son la causa de
mucho sufrimiento dentro de la comunidad.
Identificación de la Sabiduría Verdadera
Santiago deja lo mejor para el final. Después de bosquejar la na
turaleza negativa de la sabiduría falsa que existe en una atmósfera
de envidia y egoísmo, ahora presenta las características positivas de
la verdadera sabiduría. Esta sabiduría verdadera no es terrenal,
animal y diabólica como la anterior; es celestial (3:17). Como los
dones buenos y perfectos de los cuales Santiago habló anterior
mente (1:17), esta sabiduría verdadera proviene de lo alto. Aquí si
gue nuevamente las tradiciones sapienciales del Antiguo Testa
mento y a los sabios judíos en el énfasis que ellos ponen en Dios
como fuente de toda sabiduría. Por ejemplo, viene a nuestra mente
el famoso pasaje de Proverbios, en el cual la sabiduría es descrita
como un ser femenino que está junto a Dios en la creación (Prov.
H: I-31). Mucho más tarde, Jesús hijo de Sirac comenzó su libro de
dichos sapienciales con la figura poética: “Toda sabiduría es del
Señor, y con él permanece para siempre” (Sir. 1:1). Hacia la mitad
del libro, Sirac también presenta a la sabiduría alabándose a sí mis
ma, diciendo: “Salí de la boca del Altísimo, y cubrí la tierra como
tina neblina” (Sir. <¿4:1), l Ji m s siete décadas antes de que Santiago
escribiera nii cpiMola, t'MUN ideas fueron expresadas por un erudito
164 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
indignos.
La penúltima virtud es la “imparcialidad”. La idea que está de
trás de esta palabra podría ser: “estar libres de prejuicios”, “ausen
cia de incertidumbre”, “sin dudas”, “desde una sola perspectiva”,
“sincero en sus opiniones”. Esta última definición parece la más
probable, ya que la palabra aparece en la lista junto a la característi
ca final de la sabiduría: la “sinceridad”. En esta última característi
ca, el énfasis está puesto en la ausencia de hipocresía. Santiago ata
ca la tendencia a ser hipócrita, o aun “ingenioso”. Esta última idea
de ser ingenioso me recuerda las historias de Anancy, que forman
una parte importante de la sociedad de mi niñez. Estas antiguas
historias presentan a una araña ingeniosa (Anancy) que usaba cual
quier medio posible para confundir y derrotar a su oponente y para
obrar todo tipo de males. Anancy era, y todavía es, una heroína en
muchas culturas. Santiago condena el “anancismo”. El suplica por
sinceridad.
Aunque Santiago ha completado su lista de las siete característi
cas de la sabiduría, todavía no ha terminado completamente con
su argumento. En el versículo 18 señala particularmente, para des
tacarla especialmente, la virtud de la “paz”. Es obvio por qué lo
hace. Todo el capítulo, y gran parte del siguiente, se ocupa de la
falta de unidad dentro de la comunidad debido a disputas, peleas
amargas y contenciosas, discusiones y a lo que perturba la paz en
general. Para Santiago, la persona que posee verdadera sabiduría
es pacificadora. Esa persona será pacifista.
La idea de ser “pacificador” no ha sido popular en este siglo de
guerras, a diferencia de los primeros cuatro siglos del cristianismo,
durante los cuales el cristianismo y el pacifismo eran sinónimos.
Pero Santiago nos recuerda que hacer la paz (verdadero significado
del pacifismo) es una virtud esencial en la vida de los hijos de Dios.
Recordamos junto con Gordon Poteat que la palabra pacifista “tie
ne raíces latinas equivalentes a los términos griegos de esta frase,
que significan ‘pacificadores’. En cuanto al medio utilizado para
lograr la paz, hay lugar para distintas opiniones; pero, ¿puede haber
discusión acerca de la vocación de todo cristiano, cualquiera sea su
posición en la sociedad, que es la de hacer la paz, la tic* esforzarse
■ SABIDURÍA FALSA Y VERDADERA 16 7
Tensiones
CAPITULO OCHO
Tensiones Morales
Santiago 4:1-12
171
172 LA BIBLIA AMPLIFICADA—SANTIAGO ■
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 4:1-12
Antes de leer este pasaje, ore para que el Señor le ayude a
ser honesto con el texto y para que le ayude no sólo a enten
derlo en su contexto, sino a aplicarlo a su vida y a la sociedad
en general. Después de eso, lea el pasaje dos o tres veces y
luego responda las siguientes preguntas.
1. ¿De qué tipos de guerras y pleitos le parece que está ha
blando Santiago en los versículos 1 y 2? ¿Son conflictos li
terales o metafóricos? Explique.
2. En el versículo 1, Santiago dice que los conflictos vienen
de los deseos que batallan “dentro” de uno. ¿Está refirién
dose a algo interno del individuo o está hablando de los
malos deseos dentro de la comunidad o grupo? Explique.
3. Explique la frase “amistad del mundo” (v. 4). ¿Qué quería
decir Santiago en ese momento? ¿Cómo lo interpretaría
usted en su situación actual?
4. Explique sus sentimientos más profundos mientras lee la
serie de órdenes que aparece en los versículos 7-10. ¿Le
parece que Santiago se expresa en forma dura y exigente?
¿O se siente usted bastante cómodo con su lenguaje? Ex
plique.
5. Explique el término ley (vs. 11, 12). ¿Lo usa Santiago en
forma diferente aquí que en el resto de la epístola? En
cuentre, con la ayuda de una concordancia u hojeando el
texto, esos otros pasajes. Compárelos y contrástelos con
estos versículos.
■ Exploremos la Palabra
Guerras y Pleitos
Los dos sustantivos que se encuentran en esta primera fniNI
(4:1) establecen la aguda y crónica tensión y hostilidad (pie exiütírt
■ TEN SIONES MORALES 113
en la comunidad de Santiago. Estas guerras y pleitos no eran con
flictos insignificantes. Eran causas importantes de desintegración
social y muerte. Es espantoso reconocerlo, y muchos intérpretes
bíblicos son cautelosos en admitir la naturaleza literal de la preocu
pación del autor. Pero Bo Reicke está en lo correcto cuando nos
aconseja: “No tenemos derecho a buscar explicaciones o a atenuar
la declaración del autor acerca de estos problemas como si exagera
ra o no tuviera la intención de ser tomado en serio (como lo ha
cen algunos expositores por respeto a la iglesia primitiva, o por
otras razones). La honestidad histórica exige que reconozcamos la
situación tal como era, en lugar de re-crearla como a nosotros o a
otros nos gustaría que hubiera sido” (45).
Si pretendemos leer el texto rigurosamente, primero debemos
preguntarnos: ¿De qué está hablando Santiago cuando usa estos
dos sustantivos: pólemoi (“luchas”, “guerras”) y májai (“peleas”,
“contiendas”)? Estas palabras son usadas más a menudo para des
cribir conflictos físicos, literales, entre naciones, comunidades y/o
individuos. Sin embargo, hay quienes interpretan las palabras me
tafóricamente o las suavizan para referirse al odio entre un cuerpo
de creyentes o meramente a batallas verbales entre la audiencia de
Santiago. No podemos descartar la posibilidad de que Santiago se
esté refiriendo a tales conflictos verbales. Después de todo, la idea
predominante del capítulo anterior es que la lengua es un instru
mento violento y destructivo (véase especialmente 3:3-6).
Sin embargo, una interpretación meramente metafórica de
“guerras” y “pleitos”, sin embargo, parece inadecuada. Ralph P.
Martin señala que limitar de esta manera la preocupación de San
tiago sería pasar por alto “el hecho de que su carta fue escrita pro
bablemente en un período en el que se aceptaba el homicidio como
manera ‘religiosa’ de solucionar los desacuerdos” (146). Un ejem
plo clásico son las amenazas homicidas de Saulo contra las comuni
dades cristianas primitivas y contra los individuos (Hech. 9:1; Juan
16:2). Martin ha argumentado convincentemente de que el len
guaje fuerte del texto, especialmente 4:2, indica que Santiago tiene
en mente mucho más que delicadezas metafóricas (144). Santiago
rsl;i hablando de guerras literales, de peleas, asesinatos y pleitos de
174 LA BIBLIA AMPLIFICADA—SANTIAGO ■
su época y de su sociedad.
Para poner estos versículos en perspectiva histórica, deberíamos
recordar que Santiago está escribiendo posiblemente antes de la
guerra con Roma del año 66 d.C. Los años anteriores a esa guerra
fueron testigos de la intensificación de la revolución zelote. Los
zelotes eran un partido altamente nacionalista dentro del judaismo
que estaba decidido a derrocar al gobierno romano de Palestina
por cualquier medio.
Debemos observar aquí, junto con Michael Townsend que los
zelotes no conformaban un partido monolítico, sino que la pala
bra zelote “debe ser considerada como un término amplio que cu
bría una cantidad de intereses nacionales” (212). Es interesante
notar que Simón el zelote era uno de los discípulos de Jesús (Luc.
6:15). Sin embargo, a pesar de las diferencias entre los que se lla
maban a sí mismos zelotes, había un compromiso básico de derri
bar, mediante el derramamiento de sangre, el dominio completo
que Roma tenía sobre Palestina. Es así que sostenían una lucha de
guerrilla en la cual el terrorismo del tipo “pega y huye” estaba
muy extendido.
Los ataques y el odio de los zelotes no estaban dirigidos sólo
contra las fuerzas imperiales romanas. Se oponían a todos los que
colaboraban con Roma y se esforzaban por preservar el estado
prevaleciente de cosas. Les resultaba especialmente ofensiva la je
rarquía saducea y el partido sacerdotal que apoyaban el dominio
romano, y la permisividad que hacía posible que las autoridades
locales gobernaran como querían. Pero también resultaban ofensi
vos a los zelotes los ricos que se habían enriquecido por las políti
cas económicas de Roma, o por la falta de políticas que beneficia
ran a los pobres. Es en este contexto que Santiago escribe. Su co
munidad era una sociedad infestada de zelotes. Y “sin dudas”, dice
Martin, “las diferentes posturas en cuanto a la actitud más viable
contra el dominio romano generaba acaloradas discusiones y posi
blemente enfrentamientos físicos” (146).
Me parece que Santiago se refiere en estos versículos precisa
mente a este importante problema de guerras físicas y peleas. Per
demos de vista una preocupación importante del »nitor si limita
■ TEN SIONES MORALES 775
apuntaría a que las guerras y los pleitos surgen de los deseos que
están dentro delyetser individual.
En este contexto, sin embargo, parece dudoso que Santiago esté
volviendo a su comentario anterior de los versículos 13-15. Más
que una preocupación individualista, su preocupación es comunita
ria. Las luchas y peleas surgen por los deseos que luchan dentro de
la comunidad acerca de temas no sólo religiosos, sino también so
ciales y políticos. Parecería más que probable que existieran bandos
en guerra entre sus lectores; por un lado, los que querían la paz y el
uso de medios pacíficos para lograr sus metas; y por el otro lado,
los que consideraban la violencia como el único recurso posible.
Las pasiones y los deseos abundaban.
La palabra traducida “pasiones” (4:1) esjedonón, de la que deri
van las palabras castellanas hedonista y hedonismo. Aunque tende
mos a pensar acerca de este concepto en tonos puramente sexuales
y sensuales, la palabra en sí misma significa simplemente “placer” o
el término más neutral “deseo”. Sin embargo, en muchos casos la
palabra lleva más peso que el simple placer o aun la lujuria sensual.
En Tito, su yuxtaposición con una lista de vicios similares a los
que preocupan a Santiago indica el peso negativo de la palabra.
Allí leemos: “Porque nosotros también éramos en otro tiempo in
sensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y de
leites \jedonáis] diversos, viviendo en malicia y envidia, aborreci
bles, y aborreciéndonos unos a otros” (Tito 3:3, 4; compárese con
Luc. 8:14; 2 Ped. 2:13). Con esto en mente, una traducción e inter
pretación más apropiada del término sería “pasión”, una pasión
por la guerra, pasión por ganar, etc. Esta intensa pasión negativa
dentro de la comunidad era la causa fundamental de las guerras,
peleas y tensiones entre los lectores de Santiago.
Vale la pena notar que muchos escritores antignos también sugi
rieron que la razón de muchos de los problemas y males del mundo
era el deseo. William Barclay cita unos pocos: “Luciano escribe:
‘Todos los males que le han sobrevenido al hombre, revoluciones y
guerras, estratagemas y asesinatos, surgen del deseo. Todas estftx
cosas tienen como fuente el deseo de [tener] más’. Platón escribe!
‘La única causa de las guerras y revoluciones y batallas es nada iiuín
■ TEN SIONES MORALES 177
que el cuerpo y sus deseos’. Cicerón escribe: ‘Son los deseos insa
ciables los que derrotan no sólo a los hombres individuales, sino a
familias enteras, y que derriban aun al estado. De los deseos surgen
el odio, los cismas, las discordias, la sedición y las guerras’ ” (99).
Santiago identifica de manera similar la fuente de las guerras y los
pleitos.
¿Cuán intensa era esta pasión y deseo? Santiago nos lo dice en
4:2. “Ustedes quieren algo, y no lo obtienen; matan, sienten envi
dia de alguna cosa, y como no la pueden conseguir, luchan y se ha
cen la guerra” (DHH). A lo largo de los siglos, muchos comenta
dores han encontrado difícil de aceptar que Santiago esté acusando
realmente a sus lectores de matar (véase Wells, 96; Kugelman, 46).
Muchos han seguido al erudito renacentista Erasmo, y han reem
plazado “matar” por “envidia”, haciendo que el texto diga: “Envi
dian y codician”. Tales comentadores encuentran descabellado que
Santiago acuse a sus lectores (de los cuales se piensa que eran ex
clusivamente cristianos) de matar. Esta postura es sorprendente,
porque aun dentro de nuestro momento histórico encontramos
(|iie en los conflictos internacionales (por ejemplo, la Segunda
( íuerra Mundial) los cristianos luchan contra otros cristianos. Y lo
mismo ocurre en los conflictos civiles. La guerra civil ruandesa de
1994 demuestra claramente esto, cuando miles de ruandeses fueron
asesinados por sus hermanos de iglesia en los propios templos.
Es también desafortunado que otros intérpretes argumenten
que Santiago no está hablando acerca de la situación actual, sino
que está más bien prediciendo el futuro. Nosotros argumentamos
lo contrario, que Santiago está diciendo que las tensiones en la co
munidad involucran asesinatos, pero que también involucran “envi
dias”.
En este frase, la palabra traducida como “envidia” es zllóü de la
cual proviene nuestra palabra celoso. Sin embargo, es posible tradu
cirla como “envidia” o “codicia”. Si ésta es la interpretación co
nvela de la palabra, la puntuación que presenta la Biblia de Jerusa
lén en este versículo es útil: “¿Codiciáis y no poseéis? Matáis. ¿En
vidiáis y no podéis conseguir? Combatís y hacéis la guerra”. Esto
178 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
Sumisión y Exaltación
La expresión “por consiguiente” (v. 7, NBE), con la que Santia
go comienza el siguiente párrafo, indica que la cita de Proverbios
está íntimamente ligada a los diez imperativos que siguen. El hecho
de que todos estos imperativos aparezcan gramaticalmente en el
tiempo aoristo del griego indica que Santiago desea que sus lecto
res capten la urgencia del mensaje (R. P. Martin, 152).
La primera actitud que pide Santiago es la sumisión (v. 7). La
persona que ha renunciado al orgullo y se ha humillado delante de
Dios puede recibir gracia sólo si es sumiso. Sin embargo, Santiago
exige más. Sus lectores no sólo deben someterse a Dios; también
tienen que resistir al diablo.
El Nuevo Testamento está lleno de textos que presentan al dia
blo como un poder espiritual que debe ser resistido. El ejemplo
más clásico de tal enfrentamiento es el de Jesús y Satanás en el de
sierto antes del ministerio de nuestro Salvador (Mat. 4:1-11; Luc.
4:1-13). Pero igualmente impresionantes son los pasajes de la carta
a los Efesios, en los cuales se amonesta a la iglesia a ponerse toda k
armadura de Dios y pelear contra los ardides del diablo (Efe. 6:10-
18; compare con 4:27) o el pasaje de 1 Pedro 5:8 y 9, que dice:
“Vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar”.
Santiago asegura a sus lectores que si resisten al diablo, él huirá
de ellos. Esta es una seguridad para todos los que se someten n
Dios. Esto está muy relacionado con los pensamientos de Elena de
■ TEN SIONES MORALES 183
White, cuando observó que aun la persona más débil que encuen
tra refugio en Cristo hará que el diablo tiemble y huya (White, El
Deseado de todas las gentes, 105).
El énfasis negativo de resistir al diablo da lugar al llamamiento
positivo: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros” (4:8). San
tiago, sin embargo, desea que sus lectores hagan más que eso. El
los desafía, como pecadores, a lavar sus manos. El lenguaje se deri
va de los antiguos ritos judíos, en los que se requería que los sa
cerdotes lavaran sus manos y pies antes de entrar al santuario o al
templo para realizar sus tareas, bajo pena de muerte (Exo. 30:17-
21). Hacia el primer siglo a.C, los rabinos habían convertido en
requisito ritual que todos los judíos se lavaran las manos antes de
comer para no estar ritualmente inmundos. Jesús desafió esto
cuando dijo a sus discípulos: “¿No entendéis que todo lo que entra
en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale
de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque
del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las
blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mat.
15:17-20). Al igual que Jesús, Santiago rechaza los lavamientos ri
tuales pero se centra en la “disposición interior con interés y ac
ción social exterior” (R. P. Martin, 153).
Así como la comunidad de Santiago es llamada a “limpiarse las
manos”, también se la amonesta ahora a purificar sus corazones
(Sant. 4:8). (Esto nos recuerda el llamado del salmista a tener ma
nos limpias y corazones puros, Sal. 24:3, 4.) En primer lugar, el
énfasis de Santiago está puesto en las obras y acciones de ellos; en
segundo lugar, está puesto en sus pensamientos. En este último ca
so, los llama “de doble ánimo”. Esta es la misma palabra que usó en
1:6-8, donde las personas de doble ánimo se caracterizaban por
dudar y por su inestabilidad. En este contexto, el tema es la fideli
dad. Resultan útiles aquí las ideas de Ralph Martin:
“El problema principal de la audiencia de Santiago es su vaci
lación e indecisión, que los hacían oscilar en su fidelidad a Dios a
la par que eran tentados a apartarse en pos de esperanzas falsas y
184 LA BIBLIA AMPLIFICADA—SANTIAGO ■
calumniará.
Santiago presenta otra razón para condenar la calumnia y el acto
de juzgar. Ello constituye la usurpación de una prerrogativa divina:
“Uno solo es el dador de la ley que puede salvar y perder; pero tú,
¿quién eres para que juzgues a otro?” (4:12). Santiago no agrega,
pero podría haberlo hecho efectivamente, las palabras de Jesús:
“No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mat. 7:1). La persona
que calumnia a su prójimo lo ha juzgado. Al infringir la prerrogati
va de Dios, esa persona será juzgada severamente por el único ver
dadero Juez y dador de la ley.
■ Apliquemos la Palabra
Santiago 4:1-12
1. ¿Cuándo tuvo lugar mi peor pelea/altercado? ¿Valió de al
go? ¿Manejaría en forma diferente la situación hoy? Si la
respuesta es sí, ¿cómo?
2. ¿Cuándo fue la última vez que me involucré en un alterca
do y/o pelea religiosa o teológica? ¿Valió la pena? ¿Qué
gané? ¿Qué perdí?
3. ¿Soy pacifista? Si es así, ¿por qué? Si no es así, ¿por qué?
¿Hay momentos cuando los cristianos deberían ir a la gue
rra? Si es así, ¿cuándo? ¿Haría alguna diferencia pelear
contra otros cristianos o contra no cristianos? Explique.
4. ¿Cómo reacciono cuando no obtengo lo que quiero (o lo
que necesito) de Dios? ¿Cuál es mi racionalización normal?
Explique.
5. ¿Cómo puedo ser amigo de gente mundana sin ser amigo
del mundo?
6. Los imperativos de los versículos 7-10, ¿me recuerdan a
algún pastor o dirigente que parece siempre estar predi
cando el juicio, “llamando al pecado por su nombre”, y
llamando a su congregación al arrepentimiento, enfatizan
do siempre los sí y los no? ¿Piensa usted en esos sí y no
en forma positiva o negativa? ¿Cómo ítc fdonte con rcspec-
■ TENSIONES MORALES 18 7
to a ellos después de leer Santiago?
7. ¿Hay en mi vida o en la vida de mi iglesia local enemista
des de larga data por causa de calumnias, críticas malicio
sas o difamación del carácter? ¿Puedo hacer algo para solu
cionar esas enemistades? Mencione dos o tres sugeren
cias.
■ Investiguemos la Palabra
1. Busque en su concordancia las palabras concupiscencia y
deseo, especialmente las que son traducción de la palabra
griega epithumía (necesitará para ello las ayudas idiomáti-
cas disponibles en una concordancia exhaustiva). Anote
los casos en que se la usa en forma positiva, negativa y
neutral. Basándose en los respectivos contextos, ¿traduci
ría usted las palabras en forma diferente en algunos casos?
¿En cuáles?
2. Busque en su concordancia palabras significativas (sumi
sión, limpiar.; llorar) que aparecen en los versículos 7-10 y
busque textos similares en el Antiguo y Nuevo Testamen
to. Elija tres o cuatro de esos textos y resuma brevemente
sus contextos. ¿Cómo se comparan y contrastan con la ex
hortación de Santiago?
Tensiones Económicas
Santiago 4:13 a 5:6
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 4:13-17
Lea 4:13 a 5:6 de corrido para tener una idea de la unidad
del pasaje. Lea luego 4:13-17 nuevamente antes de responder
a las siguientes preguntas y realizar los ejercicios.
1. Lea la parábola de los talentos en Mateo 25:14-30. ¿De
qué manera es la parábola similar a este pasaje de Santia
go? ¿En qué se diferencia? ¿Por qué uno parece negativo y
el otro positivo? Explique.
2. Lea la parábola del rico insensato en Lucas 12:16-21.
Anote los paralelismos que encuentra entre esta parábola y
el mensaje de Santiago en 4:13-17.
3. Lea las palabras que Jesús pronunció en el Sermón del
Monte con respecto a la preocupación por las cosas mate
riales (Mat. 6:25-34). Haga una lista de las formas en las
que estas palabras de Jesús se relacionan no sólo con la
preocupación de Santiago sino también con las dos pará
bolas de las preguntas anteriores.
,
■ Exploremos la Palabra
Santiago 5:1-6
Lea 5:1-6 dos o tres veces. Medite por un momento en el
pasaje. Ore. Pida a Dios sabiduría para captar, comprender y
aceptar su palabra tal como es; realice luego los siguientes
ejercicios:
1. Lea Mateo 6:19-34 y Lucas 6:20-36. Haga una lista con
todos los dichos de Jesús de estos pasajes que sean simila
res a los dichos de Santiago en el pasaje estudiado. ¿En
cuentra algunas diferencias? ¿Cuáles?
2. Compare y contraste la parábola de Jesús acerca de Lázaro
y el rico (Luc. 16:19-31) con este pasaje. ¿Por qué se cen
tra en el lujo?
3. Lea Apocalipsis 18:9-24. Haga una lista que compare y
contraste los ayes de Apocalipsis con la diatriba de Santia
go contra los ricos.
4. No parece haber un llamado al arrepentimiento en estos
versículos de Santiago. Explique por qué no llama a los ri
cos a arrepentirse de los pecados por los cuales los amo
nesta en este pasaje.
■ Exploremos la Palabra
Los Ayes
En 4:13-17, Santiago denuncia un espíritu de maquinación fi
nanciera arrogante. Ahora habla de un espíritu aún más malvado y
detestable. Es egoísta, tirano y opresor. Las acciones son tan opre
sivas y explotadoras que los clamores ele los que sufren “han entra
■ TEN SIONES ECONÓMICAS 197
do en los oídos del Señor de los ejércitos” (5:4).
Al igual que en 4:1, las palabras iniciales del discurso, age nún
(traducido “oigan esto” en la DHH), son intensas, insistentes y
bruscas. Su reiteración aquí eleva la denuncia de Santiago a un ni
vel aún más alto. Esto está demostrado por el lenguaje duro del
pasaje. Su mensaje a los ricos no es amistoso. La traducción de la
NBE puede estar mucho más cerca de la intención y sentimientos
de Santiago que otras traducciones. Aquí encontramos las palabras
clásicas: “Vamos ahora, ricos” (5:1).
Santiago ve a los ricos como una clase social impía. Esto se ve
por el hecho de que utilizó el caso vocativo griego en su construc
ción gramatical. No se está centrando en un individuo; está resal
tando una clase. También es evidente que son impíos, ya que en
4:13-17 Santiago está muy irritado porque dejan a Dios fuera de
sus planes. Por lo tanto, son una clase social impía, como clase. Es
ta es probablemente la razón por la cual no hay palabras de arre
pentimiento para ellos. No hay esperanza para ninguna persona ri
ca mientras pertenezca a esa clase. Nuestro autor sólo promete jui
cio y condenación.
En esta aguda filípica contra los ricos, Santiago les dice: “Llo
rad” y “aullad” (5:1). Esta última palabra es onomatopéyica
(ololúzo)\ una palabra cuyo significado está en su mismo sonido.
William Barclay nos dice que significa más que “aullar”. Significa
“gritar”. “Describe el terror frenético de aquéllos a quienes ha so
brevenido el juicio de Dios” (115).
Las palabras llorar y aullar nos recuerdan los imperativos de
destrucción que se encuentran en los escritos de los profetas del
Antiguo Testamento y generalmente están ligados al día del juicio:
el “día de Jehová”. Por ejemplo, en el oráculo contra Babilonia,
Isaías escribe: “Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá
como asolamiento del Todopoderoso” (Isa. 13:6; véase también su
oráculo contra Moab en 15:3; compare con Zac. 11:2).
El lenguaje retórico del pasaje de Santiago no sólo se parece al
estilo de los profetas del Antiguo Testamento y otros escritos apo
calípticos anteriores, sino que también se asemeja a las enseñanzas
de Jesús. El ejemplo clásico está registrado por Lucas en el sermón
198 LA BIBLIA AMPLIFICADA—SANTIAGO ■
una última cosa. La RVR traduce la frase como: “No os hace resis
tencia” (v. 6). En otras palabras, los terratenientes asesinos estaban
matando a sus jornaleros, y éstos morían pasivamente, sin oponer
resistencia. Sin embargo, el griego permite la posibilidad de una
traducción diferente. En lugar de que el sujeto del versículo fue
ran los jornaleros que sufrían, el sujeto debería ser Dios. Visto de
esta manera, la frase debería ser traducida como una pregunta:
“¿No se les va a enfrentar Dios?” (NBE). Si se reconoce que ésta es
la última línea de un paréntesis que comenzó en 4:6, entonces oí
mos claramente el punto de Santiago: (1) Dios se opone a los orgu
llosos; (2) ustedes se comportan arrogantemente; (3) entonces, ¿no
se debería oponer él a ustedes? (4:6 a 5:6). Esta línea de argumen
tación encaja bien con la naturaleza acusatoria de la diatriba final
de Santiago contra los ricos. El centro no está puesto en la pasivi
dad de los pobres que sufren, sino en la justicia de la acción social
de Dios en favor de ellos.
■ Apliquemos la Palabra
Respuestas al Sufrimiento
CAPITULO DIEZ
Paciencia
Santiago 5:7-12
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 5:7-12
Lea cuidadosamente los versículos 7-12 por lo menos dos
veces y luego realice los siguientes ejercicios, teniendo a ma-
» ha it 209
210 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
■ Exploremos la Palabra
■ Apliquemos la Palabra
Santiago 5:7-12
1. Cuando mi sufrimiento se vuelve muy intenso, ¿tiendo a
darme por vencido, o tiendo a proseguir, esperando cons
tantemente la solución proveniente del Señor? ¿Puedo
pensar en algún momento en el que llegué al borde de la
desesperación pero no traspuse ese punto? ¿Qué me trajo
de vuelta?
2. En una era en que tantas cosas son “instantáneas”, ¿cómo
puedo desarrollar paciencia? ¿En qué circunstancias espe
cíficas de mi vida actual puedo aplicar la enseñanza de
Santiago acerca de ser paciente y perseverante?
3. ¿Tiendo a ser quejoso o soy de las personas que encuen
tran motivos para estar alegre y agradecido? Si caigo en la
primera categoría, ¿qué pasos puedo dar para cambiarme a
la segunda?
■ Investiguemos la Palabra
1. Busque con la ayuda de una concordancia todas las refe
rencias donde aparezca la palabra “lluvia” (temprana y tar
día) fuera del libro de Santiago. Estudie cada referencia en
su contexto (leyendo los versículos anteriores y posterio
res). Escriba el contexto de cada pasaje. Compare sus des
cubrimientos con los de un diccionario bíblico.
2. Utilice su concordancia para buscar las palabras juramento
y jurar. Anote en su cuaderno los casos en que se ordena
hacerlo y aquéllos en los que no. Identifique dos o tres ca
sos en los que jurar demostró ser desastroso. Compare
sus descuhrimicntos con algún artículo acere Adel tema en
■ PACIENCIA 221
■ Introduzcámonos en la Palabra
Santiago 5:13-20
Lea Santiago 5:13-20 dos veces con oración y reflexión.
Responda luego las siguientes preguntas y ejercicios:
22 /i
árá>
224 LA BIBLIA AMPLIFICAD A— SANTIAGO ■
,
■ Exploremos la Palabra
pes, 304).
El anciano visitante debe hacer algo más que orar. Se le ordena
ungir con aceite. Santiago no nos ilumina en cuanto al propósito
de este ungimiento. Si era una práctica generalizada en tiempos
del Nuevo Testamento, tenemos pocos registros del hecho. Sólo
aquí en Santiago, en Marcos 6:13 (donde los discípulos volvieron
de su viaje misionero habiendo ungido con aceite y sanado a las
personas) y en Lucas 10:34 (donde el buen samaritano derramó
aceite y vino sobre las heridas del viajero golpeado) encontramos
referencias a tal práctica. Esto no disminuye la especulación en
cuanto al propósito del ungimiento. Se han sugerido en general
dos posibilidades.
La primera es práctica y terapéutica. El aceite era usado amplia
mente en el mundo antiguo con propósitos medicinales; para sa
nar, suavizar y limpiar (véase Isa. 1:6; Luc. 10:34). Filón, el filósofo
judío, dijo que el aceite de oliva “produce suavidad, contrarresta el
agotamiento físico y produce un buen estado. Si un músculo está
relajado, lo fortalece y lo pone firme, y no hay nada que lo supere
para infundir tono y vigor” (Dibelius, 252 n. 63). Mientras Hero-
des el Grande agonizaba, fue instado por sus médicos a tomar un
baño de aceite (Josefo, Wars ofthe Jews, I. 33.5; citado en Mayor,
165). Las propiedades medicinales del aceite también fueron alaba
das por otros antiguos como Galeno (“para la parálisis”) y Plinio
(“para el dolor de muelas”) (citado en Laws, 227).
Surgen, sin embargo, preguntas en cuanto a si Santiago tenía o
no en mente esta perspectiva terapéutica. Si la intención era medi
cinal, ¿para qué se llamaba a los ancianos de la iglesia? ¿Por qué
no a los familiares o a los médicos? Con estas preguntas en mente,
otros han sugerido una segunda posibilidad; a saber, un rito reli
gioso simbólico. Peter Davids señala así que el aceite no es utiliza
do aquí como medicina, sino “más bien como una señal externa y
físicamente perceptible del poder espiritual de la oración, así co
mo una señal de la autoridad del sanador” (James, 123). Otros han
sugerido que simboliza el interés de Dios por los enfermos, su
confiabilidad, y que es una demostración simbólica de su cuidado
especial y de su atención (Moo, 179; R, P. Martin, 20K).
■ ORACIÓN 229
Una distinción entre lo uno o lo otro parece una conclusión
errónea. Estoy de acuerdo con Sophie Laws en que “sería... inco
rrecto distinguir entre los elementos ‘médicos’ y los ‘religiosos’ en
la figura de Santiago. Una distinción entre remedios basados en la
superstición [o en la fe religiosa] y remedios basados en la ciencia
hubiera sido extraña aun para los practicantes de la medicina grie
ga” (227), mucho más para una audiencia judía como aquélla a la
que se dirige Santiago. El aceite, entonces, fue usado prácticamen
te para traer sanidad y/o alivio del dolor, pero su aplicación estaba
basada en la creencia de que la mano divina estaba obrando. Esa
es la razón por la que se hace “en el nombre del Señor” (5:14).
Sanar en el nombre del Señor no debe asociarse con la invoca
ción mágica o mecánica del nombre de Dios, el nombre de Jesús, o
los muchos otros nombres que se invocaban durante las ceremo
nias de sanamiento y exorcismo en el primer siglo. Santiago está
simplemente expresando los fundamentos sobre los cuales se logra
el sanamiento. Es a través del poder de Dios que los enfermos en
cuentran sanidad.
Antes de dejar esta sección, deberíamos observar que se llama a
los ancianos para que oren “por” la persona enferma. Esto sugiere
a algunos comentadores que se imponían las manos sobre la perso
na enferma cuando se ofrecía la oración, y que emanaba cierto po
der del sanador. Santiago, sin embargo, no describe así la situa
ción. Debería notarse que son los líderes como grupo los llamados
para orar por los enfermos y realizar el ungimiento. Santiago no
está describiendo aquí la curación de fe hecha por un individuo
como se practica ampliamente en la actualidad. Esto no significa
desechar la posibilidad de que Dios obre a través de individuos en
una actividad de sanidad por fe. Sin embargo, no debería usarse el
, ,
versículo 14 como texto probatorio para validar ese don carismáti-
El Ejemplo de Elias
Al presentar a Elias como ejemplo de oración efectiva, Santiago
primero señala el punto vitalmente importante de que era “como
nosotros” (v. 17, DHH). La palabra griega (homoiopathés) así tra
ducida sugiere que Elias tenía las mismas limitaciones que poseen
todos los seres humanos. “En la tradición judía, como en el Anti
guo Testamento”, dice Peter Davids, “Elias es muy humano. Es
bueno, pero a menudo cae presa de las dudas y la depresión... Es
un hombre ordinario con un Dios extraordinario” {James, 125).
Santiago está tratando de hacer entender a sus lectores que lo que
Elias hizo no lo hizo por medio de algo sobrehumano, extraordina
rio o mágico. Era una persona como nosotros que tenía acceso a
lo divino. Nuestras oraciones pueden ser tan efectivas como las de
él.
Puede ser de interés notar que el incidente al que se hace refe
rencia aquí está registrado en 1 Reyes 17 y 18. Sin embargo, San
tiago no depende totalmente de ese registro para su relato. La na
rración del Antiguo Testamento no dice nada respecto de que la
sequía duró tres años, ni informa que el fin de la lluvia haya venido
254 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
Conclusión
Santiago concluye su carta con dos versículos (5:19, 20), que a
primera vista parecen no tener relación con los anteriores. Sin em
bargo, cuando habla del alejamiento de la verdad y de alguien que
trae de vuelta al extraviado, sentimos que está volviendo a los versí
culos 15 y 16, donde habló del perdón y la confesión. Por otro la
do, estos versículos podrían ser considerados como una declara
ción final de toda la epístola. Las personas extraviadas serían las
que se descubren a sí mismas participando en actividades negati
vas de las que se ha ocupado a lo largo de la carta.
Las amonestaciones finales tienen sus raíces en el Antiguo 'Iesta
mento y (como es esperable para este entonces) en la literatura ju
día posterior. En primer lugar, traen a la mente el antiguo prover
bio: “Al que declara inocente al culpable, los ptictbloN lo maldicen y
■ ORACIÓN 255
■ Apliquemos la Palabra
Santiago 5:13-20
1. Santiago dice en 5:13: “¿Está alguno alegre? Cante ala
banzas”. ¿Se ha apoderado el modernismo de mi vida a tal
236 LA BIBLIA AMPLIFICAD A—SANTIAGO ■
■ Investiguemos la Palabra
1. Con la ayuda de una concordancia, encuentre en las Escri
turas ocho o diez otros ejemplos de oraciones contestadas
que no se mencionaron en este capítulo del comentario.
¿Puede encontrar dos o tres que no fueron contestadas
positivamente? ¿Por qué fue así?
2. Con la ayuda de su concordancia, encuentre todas las refe
rencias bíblicas a períodos de (días, meses, años, etc.)
“tres y medio”. ¿Cuál es el contexto de cada uno? ¿Puede
encontrar otro significado simbólico a estos períodos fuera
del que se observó en la sección “Exploremos la Palabra”?
¿Cuál es?