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Ciencia en conflicto. Geología de las Malvinas.

Su importancia y su
controversia
Resumen: Se analizan los últimos estudios de la evolución tectónica de las Malvinas y su meseta continental
adyacente más al este, para evaluar la controversia de su origen con nuevos estudios, datos y perforaciones
exploratorias que arrojan nuevas edades.

Las hipótesis dominantes son: la eventual colisión entre las islas y el continente sudamericano, la presencia de
una gran falla continental como la de Gastre y la potencial rotación durante el traslado de 120-180°

Estas hipótesis se contrastan con los procesos ocurridos en la Patagonia, basados en los nuevos datos isotópios del
Banco Maurice Ewing en el extremo oriental de Meseta de Malvinas, y el conocimiento actual de la cuenca de
Malvinas adyacente, y la geología en general de la Patagonia.

Los nuevos datos destacan las inconsistencias de los primeros modelos que dicen que las islas migraron desde el
sudeste de África, cerca de Natal, y giraron 120-180°. Además la falta de pruebas empíricas que postulan los
modelos de colisión de placas como la falta de corteza oceánica y la falta de evidencias de colisión.

Las nuevas observaciones respaldan la hipótesis que postula que las islas forman parte del continente
sudamericano desde antes del Paleozoico.

Tectónica del Océano Atlántico Sur.


La configuración continental en el Océano Atlántico Sur está fuertemente restringida por el ajuste,
desajuste y movimiento de varios bloques continentales asociados a la separación de América del Sur y
África, parte del supercontinente Pangea. La reconstrucción del origen de las Islas Malvinas está ligado a
estos movimientos continentales.
El hallazgo de hidrocarburos en la Cuenca de Outeniqua en Sudáfrica, que modifica el escenario de los
recursos hidrocarburíferos en el país, aumenta la necesidad de una adecuada reconstrucción y
paleogeografía precisa.
Los trabajos que buscan descifrar el origen de las islas se basan en dos grupos diferentes, se pueden
agrupar en los que encuentran una relación estable entre el continente sudamericano y los distintos
elementos de las Islas desde, al menos, el Neoproterozoico (1000 m.a); y la alternativa de origen africano
que afirma que las islas habrían migrado, rotado y chocado con América del Sur en el Jurásico-Cretácico
(200-140 m.a). Estos se pueden observar, esquemáticamente, en la figura 1.

Figura 1 Modelos propuestos del origen de las Islas Malvinas: Do Tuit 1927, situadas entre África y América del Sur;
Adie 1952, rotadas 180° al este de Sudáfrica; Borello 1963, parte de la plataforma sudamericana
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Geología de las Islas Malvinas.
Para empezar a analizar su origen, debemos entender un poco la geología de las Islas (Fig. 2). De qué
están compuestas como para relacionarlas con los distintos modelos genéticos.

Figura 2. Mapa geológico de las Islas Malvinas. Mendia et al., 2008

Las rocas más antiguas pertenecen al basamento y son denominadas Complejo Cabo Belgrano,
encontrándose en los acantilados de Cabo Belgrano al sur de la Isla Gran Malvina. Son gneises y granitos
de 1100 millones de años de edad, considerados como parte del núcleo del supercontinente Gondwana.
Durante el Silúrico, se depositó el Grupo Gran Malvina, compuesto por las formaciones Puerto
Stephen, Bahía Fox y Puerto Stanley. Son depósitos arenosos someros producto de una transgresión en
la plataforma continental de Gondwana. Los depósitos muestran ambientes que varían entre marino
somero y continental eólico. Este grupo se encuentra apoyado en discordancia sobre el Complejo
Belgrano. Este grupo de cuarcitas aflora en el norte de la Isla Soledad y en la totalidad de la Isla Gran
Malvina. La Fm Puerto Stephens y Fm Puerto Stanley forman las lomadas y altos geográficos de las islas.
Ambas poseen restos vegetales de edad devónica media. Por otro lado, la Fm Bahía Fox contiene
sedimentos más finos – lutitas oscuras y areniscas finas – y restos vegetales del devónico inferior.
El Grupo Isla Soledad, de edad pérmica superior, está compuesto por las formaciones Bluff Cove,
Lafonia, Puerto Sussex, Terra Mottas, Bahía Choiseul y Estrecho San Carlos. Los depósitos más
importantes son de la Formación Lafonia, compuesta por tillitas glaciarias, que evidencian el periodo
glacial. Se compone por clastos de origen glacial y una matrix arcillosa y/o arenosa. Por otro lado, la Fm
Sussex, evidencia un aumento en el nivel del mar producido por mejoras climáticas globales, depositando
sedimentos más finos, areniscas y pelitas. Este mismo aumento de temperatura global, generó el
derretimiento de enormes casquetes de hielo y progresivo ascenso isostático de la región, que se
evidenció en depósitos continentales de ambientes fluviales y lacustres con abundantes restos vegetales en
la Formación Sussex y Formación Terra Motas.

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A principios del jurásico, hace 200 millones de años, comenzó la separación de Gondwana con la apertura
del Océano Atlántico Esta ruptura continental posibilitó que el material ígneo del interior de la Tierra
migrara hacia la superficie a través de fracturas dentro de las distintas formaciones sedimentarias. En las
Islas Malvinas, tanto en la Isla Soledad como Gran Malvina, podemos encontrar una serie de diques
diabásicos con dirección este-oeste y norte-sur (casi), formados por rocas ígneas oscuras que tienen
edades de 200 a 120 millones de años (Mendía et al., 2008).
Por encima nos encontramos con los horizontes de suelo que no permiten el desarrollo de mucha
vegetación por ser arenosos, gravosos y fríos.
Todas las investigaciones y aproximaciones sobre el origen y movimiento de las islas, a lo largo de la
historia del planeta, son en bases a apreciaciones de las formaciones mencionadas; sus relaciones
espaciales, contenido litológico, correlaciones, fósiles y datos paleomagnéticos son fundamentales para la
reconstrucción de la génesis de las Islas Malvinas.

Trabajos previos y modelos


propuestos:
La primera reconstrucción
paleogeográfica que incluye a las Islas
Malvinas la postuló el geólogo
sudafricano Du Toit en 1927, ubicando a
las Islas entre América del Sur y África
(Fig. 3). Esta propuesta era en base a los
depósitos de plataforma continental que
comparte el Sistema Ventania (Provincia
de Buenos Aires) y el Sistema Cape
(Sudáfrica) y su correlación geológica,
teniendo en cuenta los depósitos
glaciarios del Paleozoico tardío y la
coincidencia en edad y discontinuidades
de las secuencias sedimentarias.
Hasta ese entonces, con el nivel de
tecnología, basado en las investigaciones
y apreciaciones, de su momento, parece
ser coherente, dado que se basa en
similitudes geográficas y litológicas.
Previo a este modelo, vale destacar que
Darwin, en 1833 y 1834, ya había
descripto similitudes entre las sierras de
las Malvinas y las cuarcitas blancas de
Cabo Blanco, también similares a las del
Sistema Ventania y Sierra Grande.

Origen Africano: Figura 3 Posición de Islas Malvinas según Du Toit 1927, entre el Sistema
Ventania y Sistema Cape.
En 1952, otro geólogo sudafricano, Adie
en base a la vergencia1 de las estructuras, postuló que las islas se encontraban al este de la región de Natal
(Sudáfrica) rotadas 180° sobre su eje, es decir, al revés de como están hoy en día. Esta reconstrucción
considera la estratigrafía de ambos sistemas y los depósitos glaciares compartidos del Paleozoico tardío.
Justifico esta configuración con el sentido de los depósitos glaciares de la formación Lafonia con los del

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Vergencia: dirección de transporte de la deformación en una colisión.
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sudeste africano (Fig. 4). Esta hipótesis logra explicar algunas relaciones espaciales de los depósitos y
estructuras del continente africano y las islas, pero desconsidera la historia geológica de Sudamérica.
Más tarde, el estudio de Mitchell el al., 1986, publicado en la revista Nature (Fig. 5) postuló que las islas
se encontraban en una posición similar a la de Adie, pero rotadas 120°. Esta hipótesis se basó en los datos
paleomagnéticos de los diques diabásicos de
edad mesozoica.
Para entender un poco más sobre estos nuevos
datos que fundamentan una nueva posición de
las islas en su génesis, debemos comprender
qué son los datos paleomagnéticos, estudiados
para reconstruir paleo continentes y la deriva
de las placas tectónicas.
Basados en el magnetismo residual de las
rocas podemos conocer la latitud en la que se
encontraban en su momento de formación. La
técnica se aplica en rocas de origen volcánico
con contenido de magnetita (óxido ferroso-
diférrico, Fe2+Fe3+2O4) u otros minerales Figura 4. Modelo propuesto por Adie 1952.
ferromagnesianos en los que queda
“grabado” la dirección del campo magnético en el momento de su cristalización. Al momento de
enfriarse, o mejor dicho cristalizarse, estos minerales guardan el campo magnético terrestre de esa época,
la declinación, inclinación e intensidad del mismo (Anexo ).
En base a esta técnica, Mitchell colectó varios diques jurásicos en los cuales sus datos paleomagnéticos
podían llegar a estar relacionados con una posición al este de Sudáfrica en sus orígenes. Investigadores
argentinos como Víctor Ramos sostienen que los datos fueron arbitrariamente elegidos para forzar esta
teoría, es decir, que en la investigación de Mitchell fueron considerados sólo datos convenientes para su
hipótesis, y descartados aquellos que diferían o que evidencian
similitudes al continente sudamericano. El mismo Ramos afirma
que esa investigación no podría publicar en una revista
internacional de geofísica por su falta de correlación con el
continente sudamericano. Para seguir explicando por qué se
descarta esta teoría tenemos que comprender la falta de evidencia
de los siguientes aspectos: para migrar desde el sudeste de África,
rotar y encontrarse en su posición actual, debe actuar una placa o
microplaca tectónica como medio de transporte. Sin embargo, no
hay evidencia de este fenómeno. En este supuesto, denominaron
la “Placa/microplaca Lafonia” que migró, rotó y chocó con la
placa sudamericana.
Al menos, como evidencias del proceso de transporte y colisión
de placas, debería haber una deformación en el subsuelo al oeste
y sudoeste de las islas y en la Cuenca de Malvinas reflejado en
estudios de sísmica. Además, la existencia de una microplaca y
su posterior colisión se vería reflejada en un arco de isla como
producto de la subducción de placas y, en el otro extremo, la Figura 5. Tapa de revista Nature inglesa, V319.
generación de corteza oceánica. La investigación de Richard et Investigación de Mitchell como portada.
al., 1996, basado en el estudio de las líneas sísmicas marinas de la plataforma, descartan este proceso.

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Para evitar este problema, Marshall et al., 1994 postuló una teoría similar, de migración desde el este de
Sudáfrica, con similitudes en el continente sudamericano, pero relacionando una aloctonía regional2 en
conjunto con la Patagonia entera. La figura. 6 muestra cómo, mediante un sistema de fallas de rumbo en
la región de Gastre llevaron tanto a la Patagonia como a la supuesta Placa Lafonia desde el sudeste del
continente sudafricano hacia su posición
actual, sin tener que explicar la falta de
evidencias de la colisión continental.
Ahora, esto no explica el acelerado traslado
que debió tener la Patagonia y la supuesta
placa Lafonia para moverse unos 500 km en
sólo20 millones de años, teniendo en cuenta el
emplazamiento de los diques (hace 190-170
millones de años). Esto implicaría una
velocidad de 42 mm por año. Pero, por otro
lado, estudios previos de Coira et al., 1975
demuestran que esta zona de falla (GFS) no
evidencia desplazamientos de edad jurásica,
sino que sólo movimientos paleozoicos.
Otra controversia ligada a la relación entre
estos modelos, es la rotación de las mismas.
Previamente se mencionó que los datos Figura 6. Paleogeografía propuesta por Marshall 1994 basada en el
paleomagnéticos seleccionados son de dudoso Sistema de Fallas de Gastre.
origen y parecen más de una anomalía, a un posible esfuerzo posterior a su emplazamiento, que a esas
paleolatitudes.
El modelo propuesto para explicar esta rotación de 120-
180° implica un movimiento curvilíneo y rotado en
simultáneo de una microplaca tectónica., asociado a la
creación de corteza oceánica, en una expansión puntual del
fondo marino. Se denomina “double-saloon-door” o “doble
puerta de salón”, en castellano, haciendo referencia a un
movimiento rotacional hacia afuera, como se ve en la figura
7.
No es un proceso común, hay pocos ejemplos mundiales
(Golfo de Vizcaya, entre España e Inglaterra) y el mayor
inconveniente es que, en este caso, no hay evidencia de
corteza oceánica en todo el supuesto trayecto. Además de la
falta de sutura o evidencias de colisión entre placas.

Islas Malvinas y la Patagonia:


Los análisis previos, en base a los modelos propuestos,
demuestran que no hay evidencia sólida para rotar la
“microplaca Lafonia” 120-180° desde el este de Sudáfrica, Figura 7. Modelo esquemático del double-saloon-
door, asociado a la creación de corteza oceánica.
ya sea por la falta de corteza continental o evidencia de
sutura en base a una colisión de placas, entre algunos argumentos.
Por otro lado, los diques diabásicos jurásicos son correlacionables con los emplazamientos de diques
jurásicos y la deformación en la Patagonia (Anexo), en tiempo y sentido. Además, la correlación de los
depósitos glaciales de la Fm Lafonia y los depósitos continentales africanos glaciales también, no
considera la similitud con las cuarcitas paleozoicas continentales patagónicas, las mismas que observó
Darwin en Cabo Blanco y que se encuentran también en Sierra Grande (Fig. 8)

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Aloctonía regional: o bloque alóctono, es una gran masa de roca que ha sido movida generalmente por fallas de cabalgamiento desde una gran
distancia de su sitio original de formación.
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Figura 8. a) y b) Fotos de los afloramientos de cuarcitas paleozoicas tomadas en 2018, 30 km al oeste de la localidad de
Sierra Grande; c) areniscas cuarcíticas de la Fm Lafonia en el NE de la Gran Isla Malvina (Google earth); d) areniscas
cuarcíticas aflorando en Cabo Blanco (Google earth).

Hay que considerar, también, que todas las investigaciones de modelos de génesis africanas han sido
realizadas sin observar la geología de la Patagonia y su historia.
Recientemente se han realizado estudios estructurales en la Cuenca de Malvinas (Stone et al., 2015), al
norte y al este, en cercanías al “Banco Maurice Ewing”, que han arrojado edades de 1200-1030 millones
de años compatibles con el basamento de la Patagonia y la cordillera fueguina (Anexo). Estos estudios
son realizados por decaimiento radiactivo dentro de los circones, minerales de alta dureza muy comunes
dentro de las rocas sedimentarias, como componentes reciclados del basamento. Es decir, son partes de
rocas preexistentes que fueron meteorizados, erosionados y compactados en nuevas rocas recicladas
(sedimentarias); que aún así, por decaimiento radiactivo, permiten obtener precisamente la edad de
formación de estos minerales (Fig. 9).
Además de estos nuevos datos, la Fm
Lafonia y Sussex son correlacionable con
las formaciones de la Patagonia y del
Sistema Ventania de edades similares y
depósitos de areniscas cuarcíticas,
blanquecinas y plegadas. La similitud
litológica y correlación indican que es
mucho más probable que hayan formado
parte de una misma plataforma somera,
conectada desde el Sistema Ventania,
pasando por la Patagonia, que una rotación
de double-saloon-door, sin creación de
corteza oceánica ni evidencias de colisión.

Figura 9. Esquema de evolución de depósitos sedimentarios con distintas


edades de acuerdo a los detritos provenientes del basamento.

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Por otro lado, también las evidencias paleontológicas (Anexo) descartan los indicios de una placa
alóctono. La fauna malvinocáfica, (Derby 1877)que se encuentra en Brasil, Bolivia, Argentina, Malvinas,
y África. Son muy diferentes a la fauna del hemisferio norte (Clarke 1931)

Conclusiones:
Los estudios de Ramos et al., 2018, en los cuales ha sido basado este informe, han tenido como objetivo
cuestionar la confiabilidad de los datos paleomagnéticos existentes para sostener la teoría de la rotación
de 120-180° de una microplaca.
En la Patagonia no hay evidencias de fallas de 500 km de desplazamiento en el Jurásico.
La rotación basada en los datos paleomagnéticos de los diques diabásicos parece forzada y arbitraria, se
suponen a algún evento deformacional posterior al emplazamiento de los mismos.
Los circones detríticos de edad Pérmica encontrados en la cubierta sedimentaria del basamento del Banco
Maurice Ewing y de la Cuenca Malvina norte, son indicativos de la proximidad a los andes fueguinos, y
el basamento patagónico. Los datos paleomagnéticos no están de acuerdo con la hipótesis de Adie 1952.
Estas evidencias nos llevan a concluir que las Islas Malvinas, como parte de la Meseta de Malvinas, tiene
una estrecha conexión con el continente sudamericano, significando que están adheridas a la Patagonia
desde el Paleozoico. Lo corrobora la evidencia fósil, estructural, isotópica y litológica.
Las imágenes de la plataforma argentina prolongada, con las Islas Malvinas como altos geográficos
expuestos, es una evidencia tan clara como certera. Las tapas de Nature no siempre corresponden a
hipótesis correctas.
Las investigaciones inglesas sobre el origen de las Islas están sesgadas por intereses políticos dejando de
lado la ciencia cierta sobre las mismas. Esto puede generar conflictos políticos y económicos al momento
de generar un modelo fehaciente para comprobar la existencia de recursos naturales en el subsuelo.

Figura 10. Mapa de la plataforma marina argentina, Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental
(COPLA)

7
Bibliografía:
Adie RJ, La posición de las Islas Malvinas en una reconstrucción de Gondwanalandia. Geol.
Mag., 1952, 89: 401-410.
Coira, BL; Nullo, FE; Proserpio, C.; Ramos, VA Tectónica de basamento de la región
occidental del MacizoNordpatagónico, provincias de Río Negro y Chubut. Rev. Asoc. Geol. Arg., 1975,
30(4), pág. 61-383.
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debate sobre la deriva continental deprincipios del siglo XX. Actas de la Asociación de Geólogos, , 126,
p. 266–81.

ANEXO

Fuente: Representación esquemática del paleomagnetismo. Tomado y traducido de Benedetto 2008.


8
Fuente: Relación estructural entre la Cuenca Malvinas norte y la Patagonia, de Ramos 2018.

Fuente: Stone et al., 2015

9
Fuente: Fauna Malvinocáfica.

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