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(Perf sa MM ISBN 0-8297-1115-5 Wlonarcas Estudio sobre el quebrantamiento, Ia sumisién y la watoridad Este bello, sencillo y enéngico relato narrado por uno de los mejores novelistas norteamericanos, se convirtié en drama, representado por vagegee yt nad >s en los templos. Algunos pastores han leido a sus congregaciones ee ee ee ee cristianos y directores de movimientos religiosos han animado a sus miembros y a sus empleados en Lardipe peer png hranper get, Por toda la tierra los ee sido ayudados, Se okie Faaniee dl ane Bene eee ee ‘como resultado de un tratamiento injusto por parte de otros creyenies. py tec be catmoecacacnenaiale para motivar a la reflexion y diecusiGn — fen reuniones de pastores y otros males — sobre el liderazgo aprobado por Dios. » Defi de Tres [Perfil cers Mill Wlonarcas Estudio sobre el quebrantamiento, Ja sumision y la watoridad Este bello, sencillo y enérgico relato, narrado por uno de los mejores novelistas norteamericanos, se convirtio en drama, representado por actores en el teatro y por aficionados en los templos. Algunos pastores han leido a sus todo el relato desde el piilpito. Varios Iideres cristionos y directores de movimientos religisos han animado a sus miembros y a sus empleados en todo el mundo a que lean este libro. Por toda la tierra los cristianos han sido ayudados, consolados y sanados del dolor, el dafio y la angustia que han suftido como resultado de un tratamiento injusto por parte de otros creyentes. Este libro es extraordinariamente util para motivar a la reflexion y discusién — en reuniones de pastores y otros lideres espirituales — sobre el liderazgo aprobado por Dios. de Ties ee cs Monarcas Estudio sobre el quebrantamiento, Ja sumision y la watoridad Este bello, sencillo y enérgico relato, narrado por uno de los mejores novelistas norteamericanos, se convirtio en drama, representado por actores les en el teatro y por aficionados en los templos. Algunos pastores han leido a sus congregaciones todo el relato desde el piilpito. Varios Iideres cristionos y directores de movimientos religisos han animado a sus miembros y a sus empleados en todo el mundo a que lean este libro. Pech yg il Dect de Tres dolor, el dafio y la angustia que han suftido como resultado de un tratamiento injusto por parte de otros creyentes. Este libro es extraordinariamente stil para motivar a la reflexion y discusién — en reuniones de pastores y otros lideres aN OH se ww IT arene Dedicatoria A los cristianos quebrantados de coraz6n, que escapan de grupos autoritarios en con El, que es la libertad genuina. A los cristianos que han sufrido, o que soladora sufren, la experiencia descon: la division entre los hermanos. Que esta Y quiera Dios que sean sanados de un modo tan absoluto que puedan responder al Ilamamiento de Aquel que todo lo pide porque El lo es todo. Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mi; principes, mas yo no lo supe... Oseas 8:4 Querido lector: Es un placer y un privilegio pasar este tiempo con usted. Gracias por su compafifa. Le sugiero que nos apresuremos a entrar al teatro porque veo que ya estén apagando las luces. Hay dos localidades no lejos del escenario reservadas para nosotros. Sentémonos en seguida. ‘Tengo entendido que la trama es del género dramético. Espero, sin embargo, que no la encuentre demasiado triste. Creo que la historia se divide en dos partes. En la primera se presenta a un rey anciano llamado Saal y a un pastorcito llamado David. En la segunda aparece de nuevo un rey anciano y un joven. Pero esta vez el rey anciano es David y el joven es Absalén. de la obediencia y la autoridad en el reino de Dios. Han apagado las luces; los actores estan en sus puestos. El piblico ha guardado silencio. Ya sube el telén. Ha comenzado nuestra historia. 5 ——— PROLOGO El Dios vivo y omnipotente se dirigié a Gabriel y le hablo de este modo:— Toma palpitaban en sus manos, Gabriel abrié la Puerta del reino que separaba a los dos mundos y se perdié de vista. Habia Un hombre dio un paso adelante. —Esta porcién de Dios es para mf. espiritu. El poder exterior revelaré siempre los recursos intimos del ser o la carencia de ellos. El primer hombre recibié su porcién y dio un paso atrés, Gabriel hablo otra vez. — Tengo aqui la segunda de las dos porciones del Dios viviente. Este no es un don sino una herencia. Se lleva un don en el hombre exterior; se siembra una herencia — como una semilla— en lo mas intimo del corazon. Sin embargo, aun cuando es una siembra tan insignificante, crece hasta lenar, andando el tiempo, todo el hombre interior. Otro hombre dio un paso adelante y exclam6: —Muy bien — respondi6 otra vez el Angel —. Debo decirte que se te ha dado algo glorioso. Es lo nico —en todo el universo de Dios y de los angeles — que El segundo hombre recibié su porcién y dio un paso atras. Junto a Gabriel se senté el angel Archivero. Debidamente asent6 en su libro el registro de los dos hombres. —Cada uno, en su tiempo, sera rey. CAPITULO 1 z § menor de cualquier familia posee tivos: Se le considera ido. Por lo general, se de él. Inevitablemente revela cteristicas de liderazgo que los BS He tr demas hijos de la familia. Nunca guia, siempre sigue. No tiene a ninguno menor que él con quien ejercer el liderazgo. Asi es hoy y asi fue hace tres mil afios en un pueblo llamado Belén, en una familia de ocho muchachos. Los primeros siete hijos de Isai trabajaban cerca de la granja de su padre. El menor era enviado a las montafas para que apacentara el Pequefio rebafio de ovejas de la familia. pasaba el tiempo y los dias se convertian en semanas, el joven se sentia muy solo. ll La sensaci6n de soledad que lo rodeaba siempre se aumentaba en su alma. Tocaba mucho el arpa. Tenfa buena voz, de modo que cantaba con frecuencia. Cuando nada de esto lograba distraerlo, recogia un mont6n de piedras y las lanzaba, una a una, con su honda hacia un érbol distante como si estuviera en realidad furioso. ‘Cuando desaparecia un mont6n de piedras, caminaba hasta el 4rbol que le habia servido de blanco, volvia a reunirlas y designaba a otro enemigo frondoso a una como esta. Este pastor, cantor y hondero también amaba a su Sefior. Por la noche, mientras himnos de la fe de sus antepasados. Lloraba mientras cantaba; y a menudo, cuando lloraba, terminaba alabando a Dios. Cuando no alababa ni Horaba, vigilaba los corderos y las ovejas. Si no estaba ‘ocupado con su rebafio, tiraba con su afable honda una y otra vez hasta que pudiera decirle a cada piedra exactamente adonde dirigirse. 12 Una vez, mientras cantaba a todo pulmén a Dios, a los angeles y a las nubes que pasaban, divisé un enemigo vivo: jun enorme oso! Se lanz6 adelante. Ambos se encontraron avanzando furiosamente hacia el mismo objetivo: un corderito que pastaba en una alta planicie de exquisito pasto verde. El muchacho y el oso se otro. Aun cuando instintivamente busc6 una piedra en su zurron, el joven se dio cuenta de que no tenia miedo. Mientras tanto, lo embistieron las patas relampago la fuerza de la juventud, puso la piedra en la honda y pronto un guijarro liso del arroyo silbé en el aire para hacer frente a la embestida. Momentos después, el hombre —no tan joven como minutos antes — recogié al corderito y le dijo: — Yo soy tu pastor y Dios es el mio. Y asi, a lo largo de la noche, entretejié la la melodia y la letra a cada angel que tenia ofdo musical. Ellos, a su vez, se hicieron guardianes de esta cancion 13 peony eens ee bélsamo sanador a los quebrantados de coraz6n de todos los tiempos. 14 CAPITULO 2 ‘Una figura corria hacia él en la distancia. Crecia a medida que se acercaba. Era su hermano. — Corre! — grit6 el hermano —. Corre con todas tus fuerzas. Yo cuidaré del rebafo. — ¢Por qué? —Un anciano, un sabio, esté en casa. Quiere conocer a los ocho hijos de Isai y los ha visto a todos menos a ti. — <¢Pero por qué? — jCorre! David corri6é. Se detuvo sélo el tiempo suficiente para recobrar el aliento. Después, con el sudor corriendo copiosamente sobre las mejillas bronceadas por el sol, y el rostro enrojecido haciendo juego con su rojizo pelo crespo, entré en la casa de su padre, grabando con sus ojos todo lo que veia. EI hijo menor de Isai estaba alli de pie, alto y fornido, sobre todo ante los ojos del 1s curioso visitante. La familia casi nunca puede percatarse de cuando un hombre ha , ni siquiera al mirarlo de frente. EI anciano lo not6. Y advirtié también algo més. De algin modo supo lo que Dios sabia. otro en toda la tierra de Israel. — Arrodillate — dijo el barbudo de luenga cabellera encanecida. Se arrodillé casi regiamente, al menos para quien nunca habia estado en esa peculiar posicién, y sintié que el aceite se derramaba sobre su cabeza. En algin lugar en el archivo de su mente, con el rotulo “datos de la nifiez”, se rememoraba este pensamiento: “jEsto es lo que hacen los hombres para investir a un rey! Samuel me esta convirtiendo en... ;qué?” Las palabras hebreas eran inequivocas. Hasta los nifos las sabian. — jHe aqui el ungido del Senor! ‘Un dia formidable para la vida de un joven, no es verdad? {No es entonces extrafio que este acontecimiento sumamente notable condujera al joven no al trono, sino a una década de infernal agonia y sufrimiento? Aquel dia David fue inscrito no en el linaje de la realeza, sino en la escuela del quebrantamiento. Samuel se fue a su casa. Todos los hijos de Isai, excepto uno, se fueron a la guerra. El menor, tierno adn para ir al campo de batalla, recibié, no obstante, un ascenso en la casa de su padre... de pastor a ayudante de camarero. Ahora su nuevo trabajo era llevar alimento a sus hermanos en la linea del frente. Hacia esto con regularidad. En una de tales visitas al frente de batalla, maté un oso exactamente de Ia misma manera que lo hizo la primera vez. Sin embargo, este oso tenia una altura de We atelier vis on ome comeertao ‘en héroe popular. Por diltimo, se encontré metido en el castillo de un rey loco. ¥ en circunstancias tan locas como el rey, el joven iba a aprender muchas cosas indispensables. 7 a CAPITULO 3 David cantaba con frecuencia para el rey loco. La misica era un gran alivio para el anciano, segin parece. Cuando David cantaba, todos se detenian en los pasillos del castillo, y escuchaban maravillados las canciones que provenian de la camara real. Cémo lleg6 alguien tan joven a poseer letra y mdsica tan maravillosas? Parecia que la favorita de todos era la 4 cancién que compuso cuando salvo de la muerte al corderito. Les encantaba esa canci6n tanto como a los Angeles. No obstante, el rey sentia celos porque estaba loco. 20 seria que estaba loco porque sentia celos? De cualquier modo, el rey se sintié amenazado por David, popular y que promete. sabia, como lo sabia David, que este muchacho tenia la posibilidad de ocupar su puesto. ¢Pero ascenderia David al trono por fnedioe fraudulentos o por medios 19 CE legitimos? Satil no lo sabia. Este era uno de los interrogantes que enloquecta al rey. David estaba atrapado en una posicién tales la interpretacién profunda del drama en curso en el que habia sido atrapado. Parecia comprender algo que muy pocos de los hombres mas sabios de su tiempo comprendieron. Algo que atin en nuestros dias, cuando los hombres son todavia mas sabios, menos comprenden. Qué era? Que Dios no tenia, pero ansiaba tener, hombres que vivieran en la afliccion. ‘Dios queria una vasija rota. CAPITULO 4 EI rey loco vefa a David como una amenaza para su reino. No comprendia, las amenazas. Al no saberlo, Saal hizo lo que hacen todos los reyes insensatos. Arrojé lanzas a David. El podia hacerlo. Era el rey. Los reyes pueden hacer tales cosas, y casi siempre las hacen. Los reyes se arrogan el derecho de arrojar lanzas. Todo el mundo sabe que tales hombres tienen ese derecho. Todos lo saben muy bien. ¢Cémo lo saben? Porque el rey se lo ha dicho muchas veces. 2s posible que este rey loco fuera el verdadero rey, incluso el ungido del Seftor? {Qué piensa usted respecto a su propio rey? 2Es el ungido del Sefior? Tal vez sf, tal vez no. S6lo Dios sabe. Si su rey es en realidad el ungido del Sefior, y si ademds arroja lanzas, entonces 2 | hay algunas cosas que usted puede saber, y saber con seguridad. ‘Su rey esta bastante loco. Y es un rey segin el orden del rey Sail. CAPITULO 5 Dios tiene una universidad. Es una escuela pequefia. Pocos se inscriben, todavia menos se graddan. Muy, muy pocos en realidad. Dios tiene esta escuela porque no tiene hombres quebrantados de coraz6n. Mas bien tiene otros tipos de hombres. Tiene de Dios, pero son insensatos, de coraz6n no quebrantado. El posee, tristemente, una mezcla dos tipos de hombres. Tiene de todos estos en abundancia; pero hombres quebrantados de coraz6n, casi absolutamente ninguno. {Por qué hay tan pocos estudiantes en la escuela divina de la obediencia y el quebrantamiento? Porque todos los que estan en esta escuela deben sufrir mucha afliccién. Y como usted pudiera suponer, 23 ——E————— es a menudo el gobernante no quebrantado de corazon —a quien Dios soberanamente escoge — el que ocasiona Ia afliccin. David fue una vez estudiante en esta escuela, y Saal fue el medio Sener eos CAPITULO 6 A medida que aumentaba la locura del rey, David crecia en conocimiento. El sabia que Dios lo habia colocado en el palacio del rey, bajo autoridad legitims, David tenfa un interrogante: :Qué se hace {Bra legitima la autoridad del rey Sadl? cuando alguien nos arroja una lanza? {No Si, era la autoridad escogida de Dios. Te parece extrafio que David no supiera la Escogida para David. Autoridad de un respuesta a este interrogante? Después de coraz6n no quebrantado, si. Mas ordenada todo, cualquiera sabe qué hacer cuando le divinamente. arrojan una lanza. |Se recoge la lanza, y St, eso es posible. se arroja contra el agresor! David tom aliento, se puso bajo las “Cuando alguien te arroje una lanza, 6rdenes de su rey insensato, y camin6 la David, arrancala de la pared y arrojala al senda de su infierno terrenal. que la tiré primero. Absolutamente todos, candidato para el reino, Si, tal vez sea el ungido del Sefior. ‘Segin el orden del rey Sadl. También existe la posibilidad de que unos r CAPITULO 7 Diferente de cualquier otro lancero en la historia, David no sabia qué hacer cuando le arrojaban una lanza. No la arrojé de vuelta a Sadl, ni preparé su propia lanza para arrojérsela. David hizo algo distinto. Lo Ginico que hizo fue esquivarla. 2Qué puede hacer un hombre, sobre todo un joven, cuando el rey decide usarlo como blanco en sus practicas de tiro? 2Qué sucede si el joven decide no devolver el golpe? Ante todo, tiene que simular que no ve las lanzas. Aun cuando vengan directamente contra él. En segundo lugar, tiene que aprender a esquivar répidamente el golpe. Por iiltimo, tiene que aparentar que nada ha sucedido. Uno puede facilmente darse cuenta si alguien ha sido alcanzado por una lanza. Se convierte en una oscura sombra de amargura. A David nunca lo hirié ningur~ lanza. Gradualmente aprendié un se~™ bien guardado. Descubrié tres r-” que impidieron que lo hirieran 7 aN = candidato para ol reino. Si, tal vex son el ungido del Sefior. Segan el orden del rey Sadl. También existe la posibilidad de que unos CAPITULO 7 veinte afios después de su coronacién, serd increfblemente el mAs diestro lancero del reino. Y, atin mAs seguro, para entonces. .. estara bastante loco. Diferente de cualquier otro lancero en la historia, David no sabia qué hacer cuando Je arrojaban una lanza. No la arrojo de vuelta a Sail, ni preparo su propia lanza para arrojarsela. David hizo algo distinto. Lo Ginico que hizo fue esquivarla. 2Qué puede hacer un hombre, sobre todo un joven, cuando el rey decide usarlo como blanco en sus practicas de tiro? Qué sucede si el joven decide no devolver el golpe? Ante todo, tiene que simular que no ve las lanzas. Aun cuando vengan directamente contra él. En segundo legal lugar, tiene que aprender a esquivar rapidamente el golpe. Por ditimo, tiene que aparentar que nada ha sucedido. Uno puede facilmente darse cuenta si alguien ha sido alcanzado por una lanza. Se convierte en una oscura sombra de amargura. A David nunca lo hirié ninguna lanza. Gradualmente aprendié un secreto bien guardado. Descubrié tres principios ne que impidieron que lo hirieran las lanzas. 7 De esta manera, uno nunca sera tocado por las lanzas, aun cuando le atraviesen el coraz6n. Seftor y quién no lo es. Algunos reyes, a quienes todos acusarian de ser reyes segan el orden del rey Sail, lo son en realidad segin el orden de David. Y otros, es, ilo sera segin el orden de Sail? Memorice muy bien esa pregunta. Tendr que hacérsela muchisimas veces. Sobre todo si usted es ciudadano de un reino cuyo rey tal vez esté loco. Pudiera parecer facil hacer esta pregunta, pero no lo es. Sobre todo cuando usted Hora intensamente. .. y esquiva lanzas. . . y se siente tentado a devolver el golpe... y los demas lo animan a que lo haga. CAPITULO 9 Cuando su opinién, su juicio, su logica, su inteligencia y su sentido comdn estan de acuerdo con eso. Pero recuerde en sus lagrimas que usted conoce sélo la No me gust6 ese altimo capitulo. Le dio pregunta, no la respuesta. un rodeo al problema. Estoy en la Nadie conoce la respuesta. situacién de David, y estoy en agonia. - is {Qué hago cuando el reino donde estoy es Nadie, excepto Dios. por un rey tirador de lanzas? La respuesta es esta: Se deja apufalar. {Qué necesidad hay de eso? O iqué hay de bueno en ello? Usted tiene los ojos puestos en el falso rey Sadl. Mientras mire a su rey, usted lo culparé Gnicamente a él por el actual infierno de su vida. Tenga cuidado porque Dios tiene sus ojos fijos en otro rey Sail. No en el visible que esté alli frente a usted arrojandole sus lanzas. No, Dios esté mirando a otro rey Sail. Uno tan malo. .. 0 peor. 30 31 TT Dios esté mirando al rey Sadl que hay en usted. —iEn mi? ‘Sadl est en su corriente sanguinea, en la médula de sus huesos. El forma parte de la misma carne y misculo de su coraz6n. Esté enraizado en su alma; vive en el niicleo de sus 4tomos. EI rey Sail y usted son uno solo. iUsted es el rey Sail! El respira en los pulmones y late en el pecho de todos nosotros. Sélo hay una manera de librarse de él. Tiene que ser destruido. ‘Tal vez usted no considere que esto sea una lisonja, pero al menos ahora sabré por qué Dios lo puso bajo alguien que pudiera ser precisamente el rey Sadl. El pastor David habria llegado a ser el rey Sail II si Dios no hubiera cercenado al Sadi que existia dentro de su coraz6n. A propésito, tal operacion tomé afios y fue | una experiencia cruel que estuvo a punto | de matar al paciente. :Y qué escalpelo y pinzas us6 Dios para extirpar este Sadl interior? Dios us6 al Sadl exterior. Hi rey Sell tratd de destrelr:a David, pero su tinico éxito fue que se convirtio en el instrumento de Dios para dar muerte al Sail que vagaba por las cavernas de la propia alma de David. Si, es cierto que David fue casi destruido en el proceso, pero asi tenia que ser. De otra manera, el Sail que estaba en él habria sobrevivido. David acept6 el destino de vivir en tan inhumanas circunstancias. No levanto una mano, ni opuso resistencia ni trat de impresionar con su piedad. Sufrié en el crisol secreta y silenciosamente. Debido a esto fue te herido. Todo su ser interior fue mutilado. Su personalidad fue transformada. Cuando la prueba termin6, David era apenas reconocible. No estuvo usted satisfecho con la pregunta del capitulo anterior? Entonces es probable que no le gustara la respuesta de este capitulo. A ninguno nos gusta. A nadie, excepto a Dios. CAPITULO 10 ~Cémo sabe un hombre cuando llega por fin el momento de abandonar al ungido del Seftor, sobre todo si este lo es segin el orden del rey Saal? David nunca tom6 esa decisién. El ungido del Sefior la tomo por él. jEl propio edicto del rey resolvié el asunto! “Captirenlo y mtenlo como a un perro.” Sélo entonces salié David. Mas bien huy6. Aan entonces, nunca hablé una palabra o levant6 la mano contra Sadl. Note también esto, por favor: David no dividio el reino cuando sali6. No se llev6 parte de la poblacin con él. Salié solo. Solo, totalmente solo. El rey Sadl II nunca hace eso. El siempre se lleva a quienes “se obstinan en acompafarlo”. Si, los hombres se obstinan en acompafiarlo a usted, no es asi? Estan dispuestos a ayudarlo a fundar el reino de Saal I. 35 Tales hombres nunca se atreven a salir solos. pict elie caper drednd moar CAPITULO 11 ‘Sélo hay una manera de abandonar un reino: Solo. Totalmente solo. ofr el ladrido de los perros. | Pero algunas veces, cuando no estaban cerca los perros ni los cazadores, la | presa cantaba. Comenzaba en voz baja y | luego alzaba la voz y cantaba aquella cancién que compuso cuando salv6 al corderito. Cada nota resonaba en las paredes de la cueva as{ como otras veces habia resonado en las montafias. La misica vibraba en la oscuridad de la profunda cueva, que se convertia de inmediato en un coro que repetia su canto. Ahora tenia menos que cuando era pastor. No tenfa arpa ni sol, y ni siquiera la compafifa de las ovejas. Se habfan 37 desvanecido los recuerdos del palacio. Su mayor ambicién no era més alta que el cayado de un pastor. Todo se estaba extinguiendo para él. Cantaba mucho, y con cada nota salia una lagrima. : CAPITULO 12 iCuén extrafas reacciones provoca el sufrimiento! En aquellas cuevas oscuras, himedas y frias,sbogado en la tristeza de su canto y | {orrit Par ioe campos empapados por la en la cancién de su tristeza, David se caves do in, Algunas ves se convirtié sencillamente en el mas grande pictouretian voces beaten Size 65 Bias, y ont aver, Reeerepdngier ko soudaberlios' ou, consolador de los quebrantados de corazén | joy foaosy los pies veloces. Tomaba st que este mundo haya conocido jamés. alimento de los campos, arrancaba raices a la orilla del camino, dormia en los frboles, se escondia en las zanjas, se | arrastraba entre las zarzas, y avanzaba lentamente sobre el fango. Corria durante muchos dias, sin atreverse a parar 0 a comer. Bebia la Iluvia. Semidesnudo, todo sucio, caminaba, tropezaba, y se desgarraba la piel al arrastrarse. | Ahora las cuevas eran castillos. Los fosos eran casas. pasados las madres siempre Jed indica habs a 0d Mjoutoe'al So 90 portaban bien terminarian como el borracho del pueblo. Pero ya no. Ahora ellas tenian una historia mejor y mas 39 aterradora que contarles: “Portate bien 0 terminarés como el matador del gigante.” En Jerusalén, ensefiaban acerca de ser obedientes a los reyes y a honrar a los ungidos del Sefior, David servia de ejemplo. “Miren, esto es Jo que Dios hace con los hombres rebeldes.” Los jovenes oyentes se estremecian ante tal pensamiento y resolvian nunca tener nada que ver con la rebelién, ‘Asi era entonces, asi es ahora, asi seré siempre. ‘Mucho més tarde, David llegaba a un pais extranjero, y a un infimo grado de seguridad. También aqui fue temido y ‘odiado; se inventaron mentiras y hubo confabulaciones contra él. Se enfrenté a la muerte en varias ocasiones. Estas fueron las horas mas negras de David. Usted las conoce como los dias que precedieron a su reinado, pero él no las Vela de ese modo, El suponia que esta seria su suerte para siempre. El sufrimiento daba a luz. La humildad nacia. De acuerdo con las normas terrenales, era un hombre frustrado; de acuerdo con la norma del cielo, era un hombre quebrantado de coraz6n. 40 r | | | | CAPITULO 13 Otros tuvieron que huir a medida que basqueda, algunos de estos fugitivos hicieron contacto con David. Ellos no lo habian visto por largo tiempo. En realidad, cuando lo vieron otra vez simplemente no lo reconocieron. Habia cambiado. Su , su cardcter, todo su ser habia sido transformado. Hablaba menos. Amaba més a Dios. Cantaba de manera diferente. Ellos nunca antes habian escuchado estas canciones. Algunas eran indescriptiblemente hermosas, pero otras helaban la sangre en las venas. encontraron y decidieron ser errantes eran un grupo : ladrones, mentirosos, quejumbrosos, criticones. .. insurrectos de corazon rebelde. Estaban 41 Los que lo sus cegados por el odio contra el rey y, por tanto, contra todo lo que autoridad. Habrian sido en el paraiso si pudieran haber entrado alguna vez. David no les pidié que lo siguieran. No compartia la actitud de esos hombres. Sin embargo, sin pedirselo, ellos comenzaron a seguirlo. nunca les habl6 de autoridad. Jamas se refirié a la obediencia; pero, todos sin excepcién se sometieron. No estableci6 ningin reglamento. Los preceptos legales no son palabras que se encuentran en el vocabulario de los profugos. No obstante, limpiaron totalmente su vida exterior y, paulatinamente, también comenz6 a cambiar su vida interior. No temieron la obediencia ni la autoridad. Ni siquiera pensaron en el tema, y mucho menos lo discutieron. Entonces {por qué siguieron a David? No lo siguieron precisamente. Era sdlo que él era... explicacion. Y asi, por primera vez en dos ocasiones, nacié la verdadera monarquia. CAPITULO 14 — Por qué, David, por qué? El lugar era otra cueva oscura. Los hombres se movian con impaciencia de un lado para otro. Paulatinamente, y muy intranquilos, comenzaron a sentarse. Todos estaban tan desconcertados como Joab, quien, por ‘iltimo, habia expresado sus Joab queria respuestas inmediatas. Seguramente David tuvo que haber estado avergonzado o al menos a la defensiva. Ni Jo uno ni lo otro. El miraba més all de Joab como un hombre que contempla otro reino que s6lo él puede ver. Joab avanz6 hacia David, lo mir6é con desprecio y comenz6 a pronunciar a gritos sus frustraciones. —El estuvo muchas veces a punto de atravesarte con su lanza en el castillo. Lo vi con mis propios ojos. Por dltimo, escapaste. Durante algunos afios no has 43 sido mas que un conejo a quien él persigue. Ademés, el mundo entero cree las mentiras que él cuenta acerca de ti. Ha venido ¢1 mismo, el rey, buscando en cada cueva, en cada foso y hoyo de la tierra para encontrarte y matarte como a un perro. {Pero esta noche lo tuviste en la punta de su propia lanza y no hiciste nada!. . .Miranos. Somos animales otra vez. Hace menos de una hora pudiste habernos est con él. ¥ es més, David, jél todavia te matara! Esta vez fue la respuesta de David la que ardié con pasién. —Es mejor que me mate y no que yo aprenda sus métodos. Es mejor que me mate y no que yo llegue a ser como él. No practicaré los métodos que causan la locura de los reyes. No arrojaré lanzas, ni permitiré que medre el odio en mi coraz6n. No me vengaré. {Ni ahora ni nunca! Joab se enojé ante semejante respuesta sin sentido, y se encoleriz6 en la oscuridad también lo seria la nacién de Israel. :Por qué, David, por qué no terminaste con estos afios de afliccién? Hubo un largo silencio. Otra vez los Aquella noche los hombres se acostaron sobre las piedras himedas y frias, murmurando acerca de las opiniones masoquistas y idas de su lider en cuanto a las relaciones con los monarcas, y sobre todo con los reyes insensatos. Aquella noche también se acostaron los Angeles, y soharon —en el resplandor crepuscular de aquel dia extraordinario— que Dios ain podia dar su autoridad a un vaso digno de confianza. David hablo pausadamente, con una delicadeza que parecia decir “of lo que preguntaste, pero no presté atencién a la manera en que lo hiciste”. —Porque una vez, hace ya mucho tiempo, 41 no estaba loco. Era joven. Era grande. .. grande ante los ojos de Dios y de los hombres. Fue Dios mismo quien lo hizo rey. Dios, no los hombres. Joab volvié a enfurecerse. —iPero ahora s{ esta loco! Y ya Dios no “ CAPITULO 15 clase de hombre era Sadl? :Quién era este que se hizo enemigo de David? El ungido de Dios, el libertador de Israel. Y sin embargo se le recuerda principalmente por su insensatez. Olvide las criticas que usted haya ofdo 0 leido acerca de Sail. Olvide su mala fama. Considere los hechos. Sail fue uno de los mas grandes personajes de la historia humana. Fue un muchacho de campo, un verdadero nifio campesino. Era alto, bien parecido y muy simpético. Fue bautizado en el Espiritu Santo. También procedia de una familia ; es decir, en su linaje hubo algunos de los grandes personajes hist6ricos de toda la humanidad. Abraham, Israel y Moisés se contaban entre sus antepasados. ¢Recuerda los antecedentes histéricos? Abraham habia fundado una nacién. 47 Moisés la habia librado de la esclavitud. Josué la establecié en la tierra que Dios le habia prometido. Los jueces impidieron que se desintegrara hasta el caos total. Entonces aparecié Sadl. El tomé a este pueblo y lo integré en un reino unido. Sadl uni6 a un pueblo y establecié un reino. Pocos hombres han hecho eso. Formé un ejército de la nada. Gand batallas por el poder de Dios, derrot6 al hombres lo han hecho. Recuerde eso, y recuerde también que este hombre fue inauditas, y todo por el poder del Espfritu que reposaba sobre él. El fue todo lo que los hombres de hoy anhelan ser... capacitado por el Espiritu Santo... para hacer lo imposible. .. para Dios. Un lider escogido por Dios con el poder de Dios. A Sail se le dio la autoridad de Dios. Era el ungido de Dios y Dios lo trataba como tal. A Saiil también lo consumfa la envidia, y fue capaz de asesinar y estuvo dispuesto a vivir en las tinieblas espirituales. Hay alguna moraleja en estas contradicciones? Si, hay una ensefianza 48 en cada generacién. .. Muy a menudo El concede esas iy las responde! peticiones de poder y autoridad. Algunas veces, al responderlas, les dice que si a algunos vasos muy . dLes da Dios el poder a los hombres indignos? ¢Su poder? :Aun cuando sean por dentro un montén de huesos secos? éPor qué hace Dios tal cosa? La respuesta eS ee ene vean la verdadera condicion de desnudez interior que hay dentro de esos hombres. Por consiguiente, reconsidere el asunto obrando perfectamente en él. Los de Dios, una vez que se dan, no pueden ser revocados. Incluso en la presencia del hombres, una prueba viviente de esta realidad. Los dones no pueden ser revocados. Aterrador, no es cierto? Si usted es joven y nunca ha visto 50 semejantes cosas, puede estar seguro de que en los préximos cuarenta afos las vera. Hombres sumamente talentosos y muy poderosos. . . considerados los lideres en el Reino de Dios, cometiendo actos repugnantes y malvados. {Qué necesita este mundo? Hombres talentosos, exteriormente capacitados, u hombres de quebrantado coraz6n, interiormente transformados? No olvide que algunos de los hombres a quienes se les ha dado el verdadero poder de Dios han reunido ejércitos, han derrotado al enemigo, han puesto de manifiesto las poderosas obras de Dios, han predicado y profetizado con autoridad y elocuencia sin par... Y han arrojado lanzas, Y han odiado a otros hombres, Y han atacado al projimo, Y han conspirado para asesinar, Y han profetizado desnudos, Y hasta han consultado a las brujas. sl CAPITULO 16 —Todavia no ha respondido usted a mi pregunta. Pienso que el hombre bajo cuya autoridad estoy es un rey Saal. Como puedo saberlo con certeza? No se nos concede el privilegio de saberlo. Y recuerde, a menudo aun los Satiles son los ungidos del Seftor. Es que siempre habré hombres —dondequiera, en todas las épocas y en todos los grupos — que se pondran de pie para decirle: “Ese hombre es rey segtn el orden del rey Sadl.” Mientras otros, con la misma seguridad, se levantarén para afirmar: “No, es el ungido del Sefior segiin el orden del rey David.” Ningan hombre puede saber realmente cudl de los dos tiene la raz6n. Y si usted se encuentra por casualidad en el balcén mirando a los dos hombres que se gritan mutuamente, pudiera preguntarse a cul orden, si a alguno pertenecen ellos. 3 Recuerde, su lider puede ser un David. —iEso es imposible! {Lo es? La mayoria de nosotros sabe al menos de dos hombres del linaje de David que han sido condenados y crucificados por los hombres. Hombres que estaban absolutamente seguros de que los hombres a quienes ellos crucificaban no eran Davides. Y si usted no sabe de dos casos como estos, seguramente sabe de uno, Los hombres que persiguen a los Sadles que hay entre nosotros crucifican con frecuencia a los Davides. 2Quién puede entonces saber quién es David y quién es Sadl? S6lo Dios lo sabe. cEstaré usted tan seguro de que su rey es un Sadl y no un David, eaten estar dispuesto a asumir la autoridad de Dios y hacerle la guerra a su Sail? Si es asi, demos gracias a Dios porque usted no vivi6 en los tiempos en que estaba de moda el Gélgota. Entonces, :qué puede hacer usted? Muy poco. Tal vez nada. Sin embargo, el paso del tiempo —y la conducta de su lider mientras el tiempo pasa — revela mucho acerca de su lider. 4 ¥ el paso del tiempo, y la manera en que usted reaccione ante ese lider — sea un David o sea un Sadl—, revela mucho acerca de usted. CAPITULO 17 Dos generaciones después del reinado de Sadl, un joven entusiasta se alisté en las filas del ejército de Israel bajo la autoridad de un nuevo rey, el nieto de David. Pronto supo de las historias de los hombres valientes de David. Decidié investigar si ain vivia alguno de aquellos hombres, y si era asf, iba a encontrarlo y conversar con él, aunque suponia que tal hombre tendria mas de cien afios. Al fin descubrié que, efectivamente, ain vivia uno de aquellos hombres. Habiéndose enterado de su paradero, el joven se dio prisa en ir a su morada. Ansioso, si no indeciso, toc a la puerta. Lentamente se abrié ésta. Alli estaba de pie un hombre gigantesco, de cabello gris. .. no, completamente blanco... y mas arrugado de lo que esperaba. —Sefior, zes usted uno de los valientes de David de antafio; uno de estos hombres de quienes tanto hemos oido? 7 rato. Luego, con voz vetusta pero firme, le respondié sin quitar del rostro del joven su mirada penetrante. —Si preguntas si soy un antiguo ladron y morador de las cavernas, y uno que siguid a un fugitivo sumamente emotivo y sollozante, entonces sf, yo era uno de los “valientes de David”. Enderez6 sus hombros mientras pronunciaba las dltimas palabras, que termin6, con una risa ahogada. —Ciertamente usted hace que el gran rey parezca un hombre débil. {No fue acaso el mas grande de nuestros gobernantes? —No fue débil — dijo el anciano. Después, juzgando los motivos que trajeron ante su puerta al joven impaciente, le respondié sabiamente en voz baja—. Ni fue un gran lider. — {Qué fue entonces, buen sefior? Porque he venido a aprender acerca de los métodos del gran rey y sus. . . valientes. 2En qué consistié la grandeza de David? —Veo que tienes las ambiciones caracteristicas de la juventud — dijo el viejo guerrero —. Tengo la impresién de que suefias con ser un conductor de hombres algin dia. 38 El anciano examin6 el rostro, el aspecto y el uniforme de aquel joven durante largo Hizo una pausa y luego continué reflexivamente. — Si, te contaré de la grandeza de mi rey, pero pudieran sorprenderte mis palabras. Los ojos del anciano se llenaban de lagrimas a medida que pensaba primero en David y luego en el necio rey que habia sido recientemente coronado. —Te contaré de mi rey y su grandeza. Mi Trey nunca me amenazé como amenaza el tuyo. Tu nuevo rey ha comenzado su reinado con leyes, preceptos, regulaciones y miedo. El mas vivido recuerdo que tengo de mi rey, cuando viviamos en las cavernas, es que su vida fue una vida de sumision. Si, David me mostré la sumisi6n, no la autoridad. Me ensefié no los métodos inconsecuentes de los preceptos y las leyes, sino el arte de la paciencia. Eso es lo que cambié mi vida. La rigidez legal no es otra cosa que la manera en que un lider evita el dolor. — iLos preceptos fueron ideados por los ancianos a fin de poder irse a acostar temprano! Los hombres que insisten en la autoridad s6lo prueban que no tienen ninguna. Y los reyes que pronuncian discursos acerca de la sumisi6n sélo revelan el doble temor de su corazon: No estén seguros de que son realmente verdaderos lideres, ordenados por Dios; y So viven en el miedo mortal de una rebelién de sus sibditos. —Mi rey no hablaba de someterse a él. No temia ninguna rebeli6n. .. porque. . . iporque no le importaba si lo destronaban! —David me ensefo a perder, no a ganar. A dar, no a quitar. Me mostré que es mas cémodo ser seguidor que ser lider. No nos repartia el sufrimiento, sino que nos protegia de él. Me ensefio que la autoridad no opone resistencia a la rebelién, sobre todo cuando esa rebelién no es ms peligrosa que la inmadurez, 0 tal vez la insensatez. El anciano estaba obviamente recordando algunos incidentes muy tensos y tal vez chistosos de las cuevas. —No — dijo con un tono elocuente en su voz —, la autoridad de Dios no teme a quienes la desafian, ni se defiende ni le importa un pice si ha de ser destronada. Esa fue la grandeza del gran rey, o mejor dicho, del verdadero rey. El anciano comenzé a retirarse. El enfado y la realeza se manifestaron en su porte cuando se volvia. Luego miré una vez mas al joven, mientras descargaba de manera vehemente una andanada final. —En lo que respecta a la autoridad que David tenfa, los hombres que no la tienen hablan de ella todo el tiempo. Sométanse ¥ sométanse es todo lo que saben decir. CAPITULO 18 ¢Considera usted que, al llegar al final de huestro estudio acerca de Sail y de David, se le ha prestado una gran ayuda? zAhora esta seguro de que el hombre bajo cuyas 6rdenes est4 no sea verdaderamente un hombre de Dios... 0 si lo es, en el mejor de los casos solo sea un Sail? {Dios mio, cudn seguros podemos estar los mortales. . . acerca de lo que incluso ni los angeles saben! Permitame preguntarle entonces en cuanto a lo que se propone hacer con este conocimiento recién adquirido. Si, estoy enterado de que usted mismo no es ni un Saal ni un David. .. sino s6lo un labriego del reino. Sin embargo, ise propone usted compartir sus nuevos descubrimientos con algunos amigos? Comprendo. Tal vez entonces debo advertirle que con este nuevo y embriagador conocimiento suyo hay un peligro intrinseco. Puede tener lugar un cambio extrafio dentro de su 63 coraz6n. Es que eso es posivle. .. ipero espere! {Qué es lo que veo allf? jAll{! En aquella remota niebla que hay detras de usted. Vuélvase. {La ve? 2Quién es esa figura fantasmal que camina en medio de la bruma? Parece que, sin duda, la he visto anteriormente. Observe atentamente. {No es posible que descifremos lo que hace? Parece que se inclina sobre un antiguo cofre. Si, lo ha abierto. 2Quién es él? {Y qué hace? Ha sacado algo del cofre. {Es un manto? Es una especie de capa. {Pues se la est poniendo! Le queda perfectamente bien y cae sobre sus hombros como un manto. 2¥ ahora qué? Mete otra vez la mano en aquel cofre. Sé que he visto a esa persona antes en alguna parte. ;Qué es lo que saca esta vez? {Un escudo? No, un escudo de armas. Si, un escudo de armas de alguna orden mucho tiempo olvidada. jLo toma y lo alza como si hiciera suya esa ‘orden! ;Quién es ese hombre? El porte, la postura, la manera de andar. He visto antes a ese hombre. Estoy seguro. jAh! Ha salido de la niebla y ha entrado en la luz. Ahora lo veremos claramente. Ese rostro. {{No es el suyo?! «4 Si, lo es. {Es el rostro de usted! {Usted que puede distinguir tan sabiamente la presencia de un indigno Sadi! iVaya! Mirese en ese espejo. |Ese hombre es usted! Mire también el nombre sobre el escudo de armas. Contémplelo: jjjABSALON SEGUNDO!!! CAPITULO 19 —Mira. jAqui viene David! Sonrisas burlonas, algunas risitas entrecortadas y alguna risa débil. — Mira! Nada menos que David. Otra vez las vivas sonrisas ironicas, un ademén y la silenciosa diversién. —Ese no es David —le dijo un jovencito a su tutor mientras ambos caminaban por la orilla de la calle. {Por qué dicen eso? jEse hombre no es David! —Es cierto, nifio, no es David. Es Absalon el que sale por la puerta. — éPor qué lo llaman David? — pregunto el muchacho mientras volvia la cabeza para mirar sobre su hombro al donairoso joven que iba en el carro precedido por cincuenta hombres que corrian delante. —Porque nos recuerda a David cuando era joven. Y porque estamos muy contentos de que un joven tan excelente o7 tome algin dia el lugar de David. Tal vez también porque Absalon es mejor parecido que David. Quizé sea el hombre més hermoso de nuestra época. — ¢Reinaré Absalén dentro de poco? En todo caso, iqué edad tiene David? cEsté a Punto de morir? —Claro que no, muchacho. Veamos ... éeudntos afios tiene David? Es probable que la misma edad de Sail cuando termin6 su reinado. — ¢Cudintos afios tiene Absalén? — Casi la misma edad de David cuando ‘Sadl traté violentamente de matarlo. — David es de la edad de Sail. Absalon es de la edad de David cuando se con en rey — reflexioné el muchacho. Caminaron en silencio por un rato hasta que el muchacho, ite absorto en sus pensamientos, habl6 otra vez. —Sadl fue muy severo con David, ino es asi? — Si, muy severo. — ¢Va a tratar el rey David a Absalén del mismo modo? {Sera David severo con Absalon? El tutor se detuvo para considerar el asunto, pero el muchacho prosiguié. 68 —Si David trata con crueldad a Absalon, es el futuro nos lo diré sin duda. pete formidables! Si cuando crezcas puedes dar respuestas asi como ahora puedes formular preguntas, serds sin duda conocido como el hombre més sabio de la tierra. CAPITULO 20 Animaba al coraz6n el conocer a un hombre que veia las cosas con tanta claridad. Era perspicaz. Si, ese era el adjetivo que mejor lo describia: perspicaz. Podia adentrarse en lo profundo de cualquier problema. Los hombres se sentian seguros s6lo por el hecho de estar en su compafiia. Incluso anhelaban pasar tiempo con él. Al hablar con este hombre, se daban cuenta de que ellos mismos eran més sabios de lo que habian pensado. Tal descubrimiento los hacia sentirse bien. A medida que debatian problema tras problema y soluci6n tras soluci6n, los hombres comenzaban a desear con ansia el dia en que este hombre fuera su caudillo. El pudiera rectificar tantas injusticias. El les conferia una sensacién de esperanza. Pero este hombre perspicaz e imponente nunca apresuraria deliberadamente el dia de su propio reinado. De esto estaban 7 gobernante. Los que estaban cerca de él comenzaron a sentirse un poco frustrados por el hecho de que tuvieran que seguir problemas. Si, salfan a la luz problemas en los que ni siquiera habian sofiado nunca. Si, en realidad crecian en sabiduria y perspicacia. A medida que pasaban los dias venian més y mas personas a escuchar. La Aprobaban sus juicios. Nacian los suefios. A medida que el tiempo transcurria, tales reuniones aumentaban. Las ideas se convertian en historias; relatos de injusticia que otros ome encima insignificantes. {Pero no este oyente! era compasivo. Y a medida que hablaban los que lo Parecian aumentar en 72 ndmero y gravedad las injusticias descubiertas. Con cada nueva historia, los hombres se conmovian més ante la injusticia, que ahora parecia estar desenfrenada. Pero el joven sabio se sentaba ‘sosegadamente y no afadia ni una palabra a estas murmuraciones. Es que era demasiado magnénimo. Siempre clausuraba las conversaciones vespertinas con una humilde palabra de condescendencia hacia los que tenian la responsabilidad de gobernar. No obstante, que este hombre se pudiera sentar tranquilamente para siempre era pedir demasiado. Este interminable desfile de injusticias estaba destinado a agitar aun al més respetable de los hombres. Hasta el més puro de coraz6n se enojaria. (i¥ este hombre era, sin duda, el mas Puro de coraz6n en todo el reino!) Un hombre tan compasivo no podia tolerar estos sufrimientos ni permanecer silencioso para siempre. Tan Personaje algun dia tenfa que dar su opinion. Por ultimo, sus seguidores, que é1 juré que no tenia, casi palidecieron. Sus criticas en cuanto a las fechorias del reino no s6lo crecian sino que abundaban. Todos querian hacer algo acerca de estas interminables injusticias. 73 en sentido equivocado. Si, lamentaba aquella situacion, pero no podia hablar pot los que gobernaban. No, absolutamente no. No importaba cuén —{Sabio! grandes y justificados fueran los motives | _ Sr para quejarse. El no hablaria contra el —Sabio, :pudiera concederme unos ne minutos? ‘Sin embargo, se lamentaba mas y mas. —Por supuesto. Tengo muchisimo tiempo. Era obvio que algunas informaciones lo —Acaba de venir de una reunion en casa Nevaban al paroxismo. Por dltimo, se de Absalon? manifest su justa c6lera, convertida en — Si, asi es. controlado y sereno mensaje de fuerza. — {Le molestaria compartir conmigo — Estas cosas no deben suceder! brie pe nea amarante Destener hactepesae ree — Weted quiere decir una impresion Si fue general de Absal6n y sus partidarios? whee aula —Si, eso seria suficiente. es uchos hombres Y con estas palabras empez6 a arder la Bueno, he conocido mt rebelién. Es decir, empez6 a arder en como Absalon. Muchisimos. todos, menos en uno. No fue asi en el mas —Entonces como es él? noble y puro de los hombres presentes. —Es sincero y ambicioso. Tal vez sea una La rebelin habia estado durante afios en contradiccion; no obstante, esa es la su corazén. verdad. Es probable que se proponga 74 hacer lo que dice; pero su ambicion 7s Perdurara mucho tiempo después que descubra su ineptitud para cumplir lo que Promete. Cuando se llega al poder, corregir la injusticia se vuelve secundario. — Lo siento, Sabio; pero no entiendo. —Hay dos cosas que persisten en mi mente. En una reunién, mientras Absalon hacia preguntas, fue muy categérico en afirmar que debe haber mas libertad en el reino. A todo el mundo le gust6 eso. El dijo que “un pueblo tiene que ser guiado ‘nicamente por Dios, y no por los hombres”. Dijo también que “los hombres s6lo deben hacer lo que ellos piensan que Dios quiere que hagan”. Creo que esas fueron sus palabras. En otra reunion habl6 de las excelentes perspectivas que tiene para el reino de Dios, de las Brandiosas hazafas que puede realizar el pueblo. Por otra parte, hablé de muchos de los cambios que él haria en cuanto a la manera de gobernar el reino. Aunque é1 Parecia no advertirlo, habia enunciado dos Proposiciones incompatibles. Muchos cambios y més libertad. Si, en efecto, é1 me recuerda a muchos otros hombres con quienes he tropezado a lo largo de los —Sabio, creo que entiendo lo que ha dicho: pero no estoy seguro de cual es el asunto que usted quiere destacar. 76 —Las suefios de Absalén. Suefios de lo que debe ser, de lo que serd. El dice: “Esto es lo que haré.” Pero para realizar esos suefios, necesita la cooperacién del pueblo. jAh, este es el asunto que los hombres pasan por alto! Tales suefios se apoyan totalmente en la premisa de que el pueblo de Dios estara con el nuevo caudillo, y que todos verdn las cosas como el lider las ve. Tales hombres no pueden los problemas en su reino futuro. Es posible que el pueblo lo siga, y es posible que no. algunos dias. Nunca esté mucho tiempo con ninguno. Por lo general, la gente hace lo que le place. Se le puede disuadir para que haga por algin tiempo la voluntad de otro, pero no por mucho tiempo. La gente trabajaré demasiado duro, aun cuando discordias. Hasta Dios tuvo sus criticos en el cielo. Todos los reinos siguen una irregular. Y la gente, sobre noche. No todos estardn dispuestos a 7 acompafarlo. ¢Estard atin asi decidido a convertir en realidad sus suefios? Si es ast, entonces Absal6n tiene al menos un recurso: la dictadura. O recurre a ella o vera pocos — si es que alguno— de sus grandes suefios realizados. Si se convierte en dictador, puedo asegurar que en un futuro no lejano habré exactamente el mismo descontento que hay ahora con el rey actual. Sf, si Absalon llega a ser rey, Poco después usted vera nuevas reuniones como esta de la que acabo de venir esta Roche. . . s6lo con nuevos rostros, nuevos Suefios y nuevos planes para una nueva |... jesta vez contra Absalon! Entonces, cuando Absalén se entere de semejantes reuniones y de debates acerca de una rebelién, tendré s6lo un recurso. — Sabio, ¢qué opina que haré él? —Los rebeldes que llegan al poder mediante la rebeliGn son intolerantes con los demés rebeldes y sus rebeliones. Cuando Absalon se enfrente con la rebelién, se convertiré en un tirano. Su Derversidad sera diez veces la que ahora le atribuye a tu rey. El aplastara la rebelign y gobernaré con mano de ierro. .. y mediante el terror. Eliminaré toda oposicion. Esta es siempre la altima etapa de las rebeliones altisonantes. Tal serd el rumbo de Absal6n si destrona a David. 78 —Pero, Sabio, zno han sido beneficiosas algunas rebeliones, al derrocar a déspotas brutales? — Oh, sf, algunas. Pero le recuerdo que este reino en particular es diferente de todos los demds. Este reino esta formado por el pueblo de Dios. Es un reino espiritual. Puedo decirle enféticamente que ninguna rebelién en el reino de Dios es atinada, ni puede nunca ser plenamente bendecida. —Sabio, zpor qué dice tal cosa? —Por muchas razones. Una es evidente. En el reino espiritual, un hombre que esté a la cabeza de una rebelién ya ha demostrado —no importa cun grandiosos sean sus discursos ni cuén angelicales sean sus métodos — que tiene una naturaleza inclinada a la critica, un cardcter sin principios y motivos ocultos en su corazon. Francamente, es un ladron. Crea la tensién y el descontento dentro del reino, y luego toma el poder 0 lo socava con sus seguidores. Une a los partidarios que consigue para establecer su propio dominio. Es un comienzo lamentable, basado en el fundamento de la insurreccién. No, Dios nunca aprueba la division en su reino. —Me resulta curioso — prosiguié el Sabio— que los hombres que se sienten 79 competentes para dividir el reino de Dios no se sientan capaces de irse a alguna | otra parte, a otra tierra, para erigir un | reino completamente nuevo. No, ellos tienen que robar el reino de otro lider. No he visto la excepcion. Siempre parecen necesitar al menos algunos partidarios previamente moldeados a su gusto. Comenzar solo y con las manos vacias asusta al mejor de los hombres. Eso indica claramente lo seguro que CAPITULO 22 David estaba de pie en el balc6n de la terraza de su palacio. Las luces de las casas en la Ciudad Santa titilaban allé abajo. Un hombre se le acereé por detrés. David suspiré y, sin volverse, dijo: —St, Joab, qué sucede? — Lo sabes? —Lo sé — respondié calmadamente. — {Cudnto tiempo hace que lo sabes? —pregunto Joab con inquieta sorpresa. —Meses, afios, tal vez una década. Quiz lo he sabido durante treinta afos. Después de esta respuesta, Joab no estaba seguro si estaban hablando de la misma persona. Después de todo, Absalén no tenia mucho més de treinta afios. —Sefor, hablo de Absalén — dijo con cierta indecision. —Del mismo que hablo yo —aseguré el desfile que pasa. — Digame, Sabio, {como se llama usted? —.Mi nombre? Soy la Historia. rey. — Si lo has sabido por tanto tiempo, ¢por qué no lo detuviste? 81 —Me pregunto lo mismo. — Quieres que lo detenga yo? — iDavid se volvié violentamente! En un momento, la pregunta de Joab habia resuelto su dilema. — No lo hards! No le dirds una sola palabra, ni lo criticaras. No permitiras que nadie mas hable criticamente de é1 ni de sus acciones. No permitiré que lo detengas. — Pero entonces, {no tomaré el reino? David suspiro otra vez, suave y lentamente. Vacilé por un momento. No sabia si llorar o sonreir. Luego sonri6 débilmente y contesto: —Si, tal vez lo hara. — {Qué harés? ;Tienes algan plan? —No, ninguno. Sinceramente, no sé qué hacer. He librado muchas batallas y he resistido muchos asedios. Por lo general, he sabido qué hacer. Pero en esta ocasién, s6lo puedo recurrir a las experiencias de mi juventud. Me parece que la linea de conducta que segui aquella vez es la mejor que puedo seguir ahora. — ¢Y cuél fue esa linea de conducta? —No hacer absolutamente nada. CAPITULO 23 David se quedé solo otra vez. Pausada y sosegadamente recorrié el jardin de su terraza. Por iiltimo, se detuvo y hablo en voz alta para si. —He esperado, Absalon; he aguardado y observado durante varios afios. Me he preguntado una y otra vez “:Qué hay en el corazon de este joven?” ¥ ahora lo sé. Harés lo inconcebible. Dividiras el mismo reino de Dios. Todo lo demas era palabreria. David permanecié un instante silencioso. Luego, casi asustado, habl6 con la voz apagada. — Absalon no vacila en dividir el Reino de Dios. Ahora lo sé. El busca seguidores. iAl menos no los rechaza! Aunque parece magnificamente virtuoso e ilustremente noble, sin embargo, divide. Sus aumentan, aun cuando convincentemente afirme que no tiene ninguno. 83 Por largo rato David no dijo nada. Finalmente, con una sombra de agudeza en sus palabras, comenz6 a hablar consigo mismo. —Muy bien, buen rey David, tienes una cuestion resuelta. Estés en medio de una discordia y pudieras muy bien ser destronado. Ahora a la segunda cuesti6n. Hizo una pausa, levant6 la mano y, casi con el fatalismo dibujado en su rostro, Pregunt6: — ¢Qué haré? El reino esta en peligro inminente. Parece que estoy ante la alternativa de perderlo todo o de convertirme en un Saal. Puedo detener a Absalon. Sélo necesito ser un Sail. {Me convertiré en un Sadl en mi vejez? Creo que el Sefior mismo aguarda mi decisién. — {Ahora seré un Saul? — se pregunt6 a ‘si mismo, esta vez en voz alta. Una voz detras de él le respondio. —Buen rey, él no ha sido ningan David contigo. David se volvi6. Era Abisai que se habia acercado sin anunciarse. —Es un lugar concurrido esta terraza — dijo David con ironia. — ¢Seftor? — pregunt6 Abisai. — Nada. Basta decir que no me han a4 faltado visitantes hoy, un dia en que yo hubiera preferido la soledad. ;Qué me dijiste? 0 més bien, :qué decia yo? —Preguntabas: “,Seré un Sadl para Absalon?” Y yo te respondi: “El no ha sido para ti ningdn joven David. —Nunca desafié a Sadl; nunca intenté dividir el reino mientras él reinaba. {Eso es lo que quieres decir? — Mucho mas que eso — respondié con firmeza Abisai—. Sail fue un malvado contigo y atorment6 tu vida. Respondiste s6lo con respeto y angustia reservada. Las desgracias de aquella época procedian solo de una parte. Todas cayeron sobre ti. Sin embargo, pudiste haber dividido el reino, y es probable que pudiste haber derrocado a Sail. Antes que hacer eso, recogiste lo tuyo y abandonaste el reino. Preferiste huir antes que causar la division. Arriesgaste tu vida en pro de la unidad, y cerraste tu boca y tus ojos ante todas sus injusticias. Tenias més motivos para rebelarte que cualquier hombre en la historia de este o de cualquier otro reino que jamés haya existido. Absalén tiene que deformar la realidad violentamente para inventar su lista de injusticias ... pocas de ellas significativas, pudiera yo afiadir. :Absal6n se ha comportado como td? ¢Absalén te respeta? ¢Absalén procura 85 preservar el reino? zAbsal6n se niega a hablar contra ti? :Absalon rechaza a los seguidores? :Absal6n se marcha del pais para impedir la division? Absalon es Tespetuoso? Absalon soporta el sufrimiento en callada agonia? {Caen sobre Absalon todas las desgracias? jNo, 41 s6lo es magndnimo e inocente! Las dltimas palabras de Abisai salieron con contenida indignacién. Luego Prosigui6, mas solemne esta vez. — Sus motivos para quejarse no tienen importancia comparados a los motivos legitimos que tuviste con respecto a Sail. Nunca has sido injusto con Absalon. David lo interrumpié con una sonrisa irénica. —Parece que tengo el don de hacer que los ancianos y los jvenes me odien sin motivo. En mi juventud, me atacaron los ancianos; ahora que soy anciano, me atacan los jovenes. {Magnifica proeza! —Mi opinion — prosiguio Abisai— es que Absal6n no es ningan David. Por lo tanto, te pregunto: {Por qué no detienes su rebelién? Detén a ese miserable. . . — Cuidado, Abisai. Recuerda que él también es hijo del rey. Nunca debemos hablar mal del hijo de un rey. —Buen rey, te recuerdo que incluso una 86 vez rehusaste levantar la espada o la lanza contra Sadl. Repito. Dia y noche Absal6n habla contra ti. Un dia, dentro de poco, levantard contra ti un ejército. Adn més, una naci6n, jEsta nacion! El joven Absalon no es el joven David. jTe aconsejo que lo detengas! — Abisai, me pides que me convierta en un Sail —respondié David con pesadumbre. —No, digo que él no es ningtn David. iDetenlo! = si lo detengo, {todavia seré un David? Si lo detengo, zno seré un Sail? —pregunt6 el rey mientras su mirada penetrante se fijaba en Abisai—. Para detenerlo, tengo que ser un Sadl o un Absalén. —Mi rey y mi amigo, a veces pienso que estés algo loco. —St, motivos tienes para pensar asi — dijo David con una sonrisa. — Apreciado rey, Sail era un rey malo. Absalon es de cierto modo una juvenil reencarnacién de Sail. Sélo td eres invariable. Td eres siempre el pastorcito quebrantado de corazén. Dime sinceramente, :qué te propones hacer? — Hasta ahora no he estado seguro. A partir de ahora ya lo estoy: En mi 87 juventud no fui un Absalén. En mi vejez no seré ningtin Saul. En mi juventud, segin tus propias palabras, fui David. En mi vejez tengo el propésito de seguirlo siendo, aun cuando me cueste un trono, un reino y tal vez la cabeza. s Abisai no dijo nada por un rat hablé lentamente, cerciordndose de tne omprendia la importancia de la decision —No fuiste un Absalon; no serés un Sai Setior, si no estas dispuesto a bajarle ine humos a Absal6n, sugiero que nos —Sélo tan seguro como que Sail mato al Pastorcito —respondis el anciano y sabio —iQué cosa? — pregunt sobresaltado. ae —Piensa en eso, Abisai. Una libré a un pastorcito inland. cae. loco y poderoso. El puede todavia librar a un rey anciano de un joven rebelde y ambicioso. ‘ae timas a tu adversario — replicé — TA desestimas a mi Dios — respondié David serenamente. —¢Pero por qué, David? :Por qué no luchar? —Te responderé. Y si recuerdas, porque td estabas alli, juna vez respondi de la misma manera a Joab en una cueva hace ya mucho tiempo! Es mejor ser derrotado, incluso asesinado, que aprender los métodos de ... de un Sail, o los de un Absalon. El reino no es tan valioso. Déjenlo que lo ocupe si es la voluntad de Dios. Repito: No aprenderé los métodos de los Saiiles ni de los Absalones. —Y ahora — prosiguié David — como ya soy anciano, afiadiré algo que pudiera no haber sabido entonces. Abisai, ningin hombre conoce su propio coraz6n. Indudablemente, yo no conozco el mio. Sdlo Dios lo conoce. :Defenderé mi pequefio reino en nombre de Dios? tArrojaré lanzas, conspiraré, dividiré. .. y mataré el espiritu de los hombres, si no sus cuerpos, para proteger mi imperio? No movi un dedo para ser hecho rey, ni para preservar el reino. {Ni siquiera el Reino de Dios! Dios me puso aqui. No soy responsable de tomar ni de mantener el poder. :No comprendes que tal vez sea la voluntad de Dios que sucedan estas cosas? Me imagino que, si Dios lo decidiera, aun en estas circunstancias El pudiera proteger y defender el reino. Como antes dije, ningiin hombre conoce su corazén. 89 Yo no conozco el mio. Qui toa mo: ¢Quiéa sabe lo que Ser que ante los ojos de Dios ya no digno de gobernar. Tal vez El ha om rminado conmigo. Quizé sea su vol que gobierne Absalon. Sincereames, no 0) sé. Pero si esta es su voluntad, yo la deseo. Que termine Dios conmigo! Cualquier joven rebelde que alza su mano mano contra la voluntad de Dios, —iDe ninguna manera alzaré mi mano! Pregcnad David ¢No me veria yo un extratio tratan Permanecer el gobierno cuando Dios desea que mi gobierno caiga? — iPero td sabes que Absalén no debe el rey! —replicé Abisai con desaliento. — tLo s€? Nadie lo sabe. S6lo Dios lo ¥ El no ha dicho nada, No lucharé pera,” ser rey ni para permanecer como tal. Dios venga esta noche y me quite el trono, el reino y — dijo esto casi balbuceando—... y su uncién. Busco su Voluntad, no su poder. Repito. Deseo su voluntad mas que una posicién de liderazgo. El puede terminar conmigo. — Rey David — die Wealbeuatte cottons vane tineee oe 90 ¢Si? jOh, un mensajero! {Qué sucede? Absalon quiere verlo un momento. pedir permiso para ir a Hebron a de ofrecer un sacrificio. David — dijo Abisai 4speramente —, sabes lo que eso realmente significa, no asi? Si. 2¥ sabes lo que haré si le permites ir? Si. David se volvi6 al mensajero y le dijo: |—Dile a Absalon que iré en seguida. [David dio una Gltima mirada a la quieta ciudad, se dio vuelta y caminé hacia la puerta. |— Le permitirés que vaya a Hebron? — pregunt6 Abisai. —Se lo permitiré — dijo el rey de reyes —. Si, se lo permitiré. Después se volvi6 al mensajero. — Ya es tarde para mi. Me iré a acostar cuando termine de hablar con Absalon. Haz que uno de los profetas, o un escriba, venga mafiana para consultar con él. Pensandolo mejor, enviame a Sadoc, el sumo sacerdote. Pregtintale si se puede reunir conmigo aqui mafana después del sacrificio vespertino. 1 Abisai hablo de nuevo, esta vez en voz baja. La admiracién brillaba en su rostro. — Gracias, buen rey. — éPor hacer qué? — pregunté desconcertado el rey mientras se volvia en la entrada. —No por lo que hayas hecho, sino por lo | que no has hecho. Gracias por no arrojar lanzas, por no rebelarte contra los reyes, Por no poner en peligro a un gobernante que era tan vulnerable, por no dividir un reino, por no atacar a los jévenes Absalones, que se parecen muchisimo a los j6venes Davides, pero que no lo son. Hizo una pausa y luego prosiguié. —Y gracias por sufrir, por estar dispuesto a perderlo darle plenos poderes tu reino, incluso destruirlo, si es su voluntad. Gracias por sentar un ejemplo Para todos nosotros. Y sobre todo — sonrié con jabilo— gracias por no ivinos. a Dios para terminar CAPITULO 24 — iNatén! —iQué...? Oh, eres ta, Sadoc. —Perdona mi entremetimiento, pero he estado observandote por un rato. ¢Estabas punto de entrar a la sala del trono, me parece, para ver al rey? — Si, Sadoc. Esa era mi intenci6n, pero he cambiado de idea. El rey no me necesita. —Estoy decepcionado, Natan. En mi opinion, el rey necesita tu ayuda més que nunca. El se enfrenta a la prueba mas seria de su vida. No estoy completamente seguro de que pueda pasar una prueba tan dificil como esta. — Ya él ha pasado esta prueba, Sadoc —le contradijo Natén con una en su voz que conventa con la realidad de que era un profeta de Dios. — Ya ha pasado esta prueba? Perdéname, Natén, pero no tengo idea de lo que estas hablando. Como sabes muy bien, esta crisis ha comenzado apenas. 93 razon )? — pregunté Sadoc. —Sadoc, tu rey pas6 esta prueba hace pide me . peat eee Sere {imo tratan aun Abn una volunad y 7, {Hiablas de Saal? Pero, mi amigo, eso un corazon quebrantados? {De la manera fue un asunto completamente distinto. que trataron a un Sail? jPronto lo —No en absoluto. Es exactamente lo sabremos, Sadoc! mismo. En realidad, no hay diferencia —Ni td ni yo tuvimos el privilegio de alguna. Ast como David se relacion6 con | star alli cuando David se enfrent6 con su Dios y con el hombre bajo cuya Sadll; pero se nos concede el privilegio de autoridad estaba aquella vez hace ya estar presentes cuando se enfrente con mucho tiempo... . se relacionaré también Absalén. Por Jo menos yo tengo Ia abora con su Dios y con el hombre que intencion de contemplar el desarrollo de esta bajo su autoridad. No puede haber este drama muy minuciosamente; y al Giterencia: Hance, Es. verdad: que las hacerlo tengo la esperanza de aprender circunstancias pueden cambiar. . una o dos lecciones. Recuerda mis ligeramente. Siempre muy ligeramente, palabras. David obraré a su manera, y Pudiera afiadir. {Pero el corazon. ..! Ah, el] Dasara esta prueba con la misma buena corazon siempre es el mismo. Sadoc, voluntad que mostré en su juventud. siempre he estado agradecido de que Sail fuera nuestro primer rey. Me estremezco —2Y Absalon? al pensar en el problema que habria aieaas causado si en su juventud se hubiera encontrado bajo la autoridad de algtin otro] © — Dentro de algunas horas él puede muy rey. No hay verdadera diferencia entre el bien ser mi rey, ¢no es esa tu opinién? hombre que descubre que tiene un Sail — Hay esa posibilidad — respondié Sadoc en su vida y el hombre que halla que Sate tiene un Absalén en la suya. En ambos ena casos, el coraz6n perverso encontraré su seaeiiogg “‘justificacion”. Los Saiiles de este mundo | — {Si Absal6n llega al trono, que el cielo nunca pueden ver a un David; solo tenga misericordia de todos los Sales, pueden ver a Absaldn. Los Absalones de Davides y Absalones del reino! este mundo nunca pueden ver a un David;| _ : ‘s6lo pueden ver a Sail. En mi opini6n, nuestro joven Absalon 94 95 sera un magnifico Sadl —prosiguio Natan @ medida que se volvia para marcharse por el largo pasillo. tn magnifico Sadl. Porque en todos | los aspectos, menos en edad y posicion, Absalon ya es un Saal. CAPITULO 25 = esse pes, ven, Sao. Eres un sncerdote de Dios. :Pudieras contarme una vieja historia? — ¢Qué historia, mi rey? = sonoces la historia de Moisés? —La conozco. —Cuéntamela, —Es muy larga. :La contaré toda? —No, no toda. —Entonces, :qué parte? —Cuéntame de la rebelién de Coré. EI sumo sacerdote contemplo fijamente a David con ardiente mirada. David devolvio la mirada de asombro, también con los ojos llameantes. Ambos hombres se comprendieron mutuamente. —Te contaré la historia de la rebelion de Coré y de la conducta de Moisés en medio de aquella rebelién. Muchos hombres se han enterado de la historia de Moisés. El es el supremo ejemplo del ungido de Dios. 97 aunque fuera primo . Coré queria la autoridad que tenia Moisés. Una mafiana apacible, se desperté Coré. No hubo discardia enire el pueblo de Dios ‘Sadoc —. Siempre. Ademés, la habilidad para ver esos problemas es realmente una facultad muy comin. David sonrié y pregunto. —Pero, Sadoc, sabes que han existido reinos y gobernantes injustos, asi como simuladores y mentirosos que han dirigido —Siempre hay problemas en los reinos —respondié David se detuvo. Se dio cuenta de que habia dado con lo que mas deseaba saber. Con pesadumbre, habl6 otra vez. —Y el rey... zcomo puede saberlo? {Puede saber si él es justo? {Puede saber si las acusaciones son de gran valor? Las dltimas palabras de David eran ansiosas. —David, buscas una lista que baje del cielo. ;Aun cuando existiera semejante lista, aun si hubiera una manera de saberlo, los hombres malvados ordenarian ‘sus reinos de modo que se ajustaran a la lista! Y si hubiera una lista y un buen beaare, complioce.alpectecrsea He gtk quienes declaren que no habia cumplido ni uno de los requisitos ‘enumerados en ella. David, desestimas el corazén humano. —Entonces, icomo lo sabré el pueblo? —No lo sabra. — ¢Quieres decir que en medio de cien voces que presentan mil demandas, el humilde pueblo de Dios no tiene ninguna seguridad de quién sea de veras el ungido para ostentar la autoridad de Dios, y quién no lo sea? —Nunca estara seguro. —Entonces, quién lo sabe? 99 que tienen que seguir a hombres indignos? —Sélo Dios lo sabe; pero no lo dice. — {No hay entonces esperanza para los —Entonces continta con la historia. Coré tenia 252 seguidores, no es asi? ,Qué sucedio después? —Coré se acercé con su tropa a Moisés y Aar6n. Le comunicé a Moisés que no tenia ningin derecho a ejercer toda la desempenaba. —El hombre més manso que jamés haya vivido — interrumpié David. 101 —Nada. jAh, qué clase de hombre! —Se postré delante de Dios. Eso fue lo ‘inico que hizo. — ¢Por qué lo hizo, Sadoc? — David, td tienes que saberlo mejor que cualquier otro. Moisés sabia que s6lo Dios lo habia puesto para que se encargara de Israel. No habia nada que requiriera — Los hombres encontrarian dificil imitar semejante vida, gno es asf? Sin duda que un farsante no podria simular tal entrega, éno es cierto? Pero dime, {como Dios reivindico a Moisés? — Moisés dijo a los hombres que volvieran al dia siguiente con incensarios ¢ incienso. .. y Dios decidiria el asunto. —Coré y dos de sus partidarios fueron tragados por la tierra. Los otros 250 murieron por... —No importa. Basta decir que se probé que Moisés tenia autoridad. .. jdada por Dios! {Dios lo dijo! El pueblo supo quién tenia realmente la autoridad de Dios, y al fin Moisés tuvo reposo. —No, David. jEl no encontré reposo ni el pueblo estuvo satisfecho con la de Dios! El mismo dia siguiente toda la congregacién murmuré contra Moisés y todos habrian muerto a no ser por las oraciones de Moisés. — iY los hombres luchan para convertirse en reyes! — David movi6 la cabeza con perplejidad. Sadoc hizo una pausa y luego prosiguid. — David, observo que estas perturbado Por el interrogante de cual es la verdadera autoridad y cuél no es. Quieres saber qué hacer con una rebeli6n, si en es una rebelién y no la mano de Dios. Abrigo la esperanza de que encuentres lo dnico virtuoso que puede hacerse y que lo hagas. De tal modo nos ensefiaras a todos. Se abrié la puerta. Abisai entro apresuradamente. — iBuen rey! Tu hijo, tu propia carne y 103 Abisai salié como habia entrado, de prisa y furioso. 104 CAPITULO 26 Abisai atraves6 rapidamente el patio, entr6 por la puerta abierta junto a la torrecilla del muro oriental, y subi6 por la escalera de caracol. Adentro, en la parte superior de la escalera, Joab miré desde Hablo Abisai. — {Te has enterado, Joab? — Cuando los reinos son vulnerables, los hombres tienen visiones estrafalarias. —Y sacrificarén cualquier cosa por satisfacer su ambicién —afiadi6 Joab con enfado—. 2Qué piensas de todo esto, Abisai? 107 tela, aipeas pavomiee eh la vor, afiadié tono irénico en enfaticamente. 109 ing it 4 ae Bil ain 3 ult Hi elit age £3 + i iy iff 5 ial st dae nee ELE —2Que ju voz— quien reino amigo, Hill —Pero hoy daré a las circunstancias amplio margen para que se exprese este inexpresivo Dios nuestro. iNo conozco otro modo de provocar tan extraordinario suceso @ excepcién de no hacer nada! El trono no es mio. Ni para poseerlo, ni para ocuparlo, ni para protegerlo ni para conservarlo, Abandonaré la ciudad. El trono es del Sefior. No seré un estorbo voluntad. No tiene nada que le impida hacer su voluntad. Si no voy a seguir siendo el rey, nuestro Dios no encontraré dificultades en hacer que Absalén sea rey de Israel. Ahora es posible. jHagase la voluntad de Dios! El verdadero rey se volvio y silenciosamente abandon6 la sala del intimidad propia de los hombres de coraz6n puro.

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