Está en la página 1de 3

NARRATIVA CORPORAL/AUTOBIGRAFÍA

Nací sietemesina, desde bebé era muy chiquita, pesaba casi 2kg. Al ir creciendo
siempre me mantenía en el rango mínimo de crecimiento normal. Era muy inquieta,
correteaba por todos lados, en mi barrio iba de casa en casa jugando y comiendo. Me
gustaba mucho jugar, inventar juegos, explorar lugares, siempre con amigas/os o sola,
al aire libre o adentro de mi casa o en la casa de alguna amiga, pero la mayoría de las
veces era al aire libre, por lo general jugaba a las barbies con mi prima, con unos
vecinos jugábamos a armar bloques, a la guerra y explorábamos un sitio baldío que
estaba atrás de nuestras casas. En mi niñez andaba mucho en bici, a los 6 años ya
andaba en bici grande, siempre me caía y raspaba las rodillas, de lo cual hasta el día de
hoy tengo las cicatrices. Como era de cuerpo chiquito era ágil para todo, me subía a
árboles, trepaba todo lo que podía. En la niñez nunca tuve vergüenza o incomodidad
con mi cuerpo, era flaquita y chiquita. Cuando empezaron los cambios hormonales, a
eso de los 11 años, me daba vergüenza o pudor los pelos de mis piernas, eran muchos
y siempre me genero inseguridad, me comparaba con otras chicas, y ellas no tenían
tanto o no se les notaban. En la adolescencia, esas inseguridades con mi cuerpo y
aspecto en general fueron aumentando, lo cual mi inquietud y agilidad se fue
apagando, no me sentía cómoda y segura conmigo mima, me inhibía.
Me costó mucho mejorarlo, sentirme cómoda, aceptarme. A los 16 años empecé a ir al
gimnasio, eso me ayudo bastante a sentirme mejor, con más confianza en mi aspecto.
De por si nunca tuve sobrepeso, pero los cuerpo delgados y perfectos que se veía por
todos lados me hacían dudar de mi cuerpo. El sentirme más segura lo fui logrando con
ayuda del feminismo. Escuchar y leer a todas esas mujeres contando sus experiencias,
y viendo que les pasaba exactamente lo mismo que a mí. Fue increíble darme cuenta
que no era la única, y como la falta de ESI que tuvimos nos afectaba en nuestros
cuerpos, cosas que sentíamos que eran “raras” y que al final eran completamente
normales. El empezar a conectarme con mi cuerpo de la forma en la que lo hago hoy,
escuchándolo, respetándolo y cuidándolo, también me ayudo la astrología, leer sobre
esas cosas, el poder que tenemos sobre nosotras mismas y nuestros pensamientos, me
hicieron dar cuenta que nuestra corporeidad va más allá del aspecto físico,
trascendemos las vivencias y a la vez lo hacemos propio. Ahora a mi cuerpo lo escucho
más, lo entiendo y lo respeto. Retome el gimnasio de nuevo, y estoy teniendo más
dimensión de mi cambio corporal, lo que estoy logrando, las metas que me propuse, y
me gusta muchísimo, se de lo que mi cuerpo es capaz, la fuerza y habilidades que
estoy adquiriendo.
Me definiría como una persona con metas, con ganas de progresar, segura de sí
misma, alegre, predispuesta. Puedo decir que hoy, estoy teniendo y logrando la mejor
versión de mi misma, por dentro y por fuera.
Aquí en esta foto me encuentro durmiendo en 1999, con pocos meses de nacida.

Acá en mi cumpleaños número 1 con mi hermana a mi derecha y mi prima a mi


izquierda. Año 2000 en mi casa de Sebastián ElCano.

Acá en sala de 5, año 2004. Foto del egreso de jardín en Sebastián ElCano.
Acá me encontraba en Mar Chiquita, prov. De Buenos Aires. Año 2017.
En esa época vivía en Mar del Plata.

Y esta es mi foto más actual, 2022. En mi casa, en Totoral.

También podría gustarte