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Generalidades de los trematodos y ciclo biológico

Las trematodiasis intestinales más importantes que infectan al hombre son: Fasciolopsis buskii, sin
lugar a dudas la más relevante, por su frecuencia y tamaño, y cinco trematodiasis pequeñas:
Heterophyes heterophyes, Metagonimus yokogawai, Gastrodiscoides hominis, Echinostoma spp. Y
Nanophyetus salmincola. Accidentalmente el hombre se puede infectar con Watsonius watsoni y
Fischoederus elongatus.
Los tremátodos son un grupo de animales que pertenecen al filo Platyhelminthes, específicamente a
la clase Trematoda. Son gusanos aplanados, con un cuerpo aplastado típicamente en forma de hoja.
Esta clase fue descrita por primera vez en 1808 por el zoólogo alemán Karl Rudolphi y está dividida
en dos subclases: Aspidogastrea y Digenea. De estos, la más estudiada y conocida es Digenea, ya
que en ella se incluyen tremátodos que ocasionan ciertas patologías en el ser humano.
Entre las enfermedades que ocasionan los tremátodos se pueden mencionar la bilharzia y la
esquistosomiasis. Están relacionadas con la ingestión de agua contaminada, así como también
de plantas y animales contaminados con larvas de estos parásitos. Es por esto que es de vital
importancia mantener una higiene adecuada para evitar el contagio.

Características epidemiológicas de las trematodiasis de transmisión alimentaria

Se contrae por el
Enfermedad Agente infeccioso Huéspedes definitivos naturales
consumo de
Perros y otros carnívoros que se
Clonorquiasis Clonorchis sinensis Peces de agua dulce
alimentan de pescado
Opisthorchis Gatos y otros carnívoros que se
Opistorquiasis Peces de agua dulce
viverrini, O. felineus alimentan de pescado
Fasciola hepatica, F. Ganado ovino y bovino y otros
Fasciolosis Vegetales acuáticos
gigantica herbívoros

Crustáceos de agua Gatos, perros y otros carnívoros


Paragonimiasis Paragonimus spp.
dulce (cangrejos) que se alimentan de pescado

Morfología

– Anatomía externa

Los organismos que pertenecen a la clase Trematoda, son de pequeño tamaño. Miden
aproximadamente unos pocos centímetros. Esta clase es tan amplia, que la morfología de los
animales que la integran es bastante variada. Hay gusanos de forma alargada, ovalada y aplanada,
entre otros.
En el sitio en el que se encuentra el orificio bucal, presentan una ventosa, que contribuye a que este
parásito pueda fijarse a su huésped. Además, muchas de las especies de tremátodos presentan en
el extremo opuesto otra ventosa que es posterior.

La pared del cuerpo de los tremátodos está conformada por varias capas. Desde afuera hacia
adentro, en orden, se describen: un tegumento, que no posee cilios y es bastante grueso; una capa
de células epiteliales de tipo sincitial; y por último, capas de tejido muscular, tanto circular como
longitudinal.

Así mismo, dependiendo de la especie, algunos pueden presentar ciertas estructuras en su


superficie corporal, como por ejemplo espinas. También se aprecian orificios como poros excretores
y genitales.

– Anatomía interna

Sistema digestivo

El sistema digestivo de los tremátodos es incompleto. No presenta orificio anal. Se inicia en la


cavidad bucal, la cual se continúa con la faringe y el esófago. Este último se comunica con el
intestino, el cual se divide en dos tubos que son longitudinales. En estos se lleva a cabo la absorción
de los nutrientes.

Sistema excretor

Es protonefridial, conformado por dos conductos que se encuentran a ambos lados del cuerpo. En
estos conductos desembocan unos túbulos que proceden de las llamadas células en flama. A su vez,
presentan una vejiga que desemboca en un poro excretor.

Sistema nervioso

Es bastante simple. Se encuentra constituido por varios cordones nerviosos, entre los que se
establece cierta comunicación mediante comisuras. Esos cordones tienen su punto de origen en un
conglomerado nervioso tipo plexo que se localiza en la parte cefálica del animal.

Sistema reproductor

La gran mayoría de los tremátodos son hermafroditas. Debido a esto presentan órganos
reproductores tanto femeninos como masculinos.

El sistema reproductor masculino, generalmente está constituido por un par de testículos, a partir de
los cuales surgen los conductos deferentes, los cuales terminan en el órgano copulador.

Por otra parte, el sistema reproductor femenino consta de un único ovario, del cual surge un
conducto (oviducto) que llega a la vesícula seminal. Además de estas estructuras, está el útero que
se encuentra muy cerca del poro masculino.
Ciclo biológico

El ciclo de vida de los tremátodos es bastante complejo, ya que involucra una serie de
transformaciones hasta alcanzar la adultez. Así mismo, este ciclo de vida también contempla la
intervención de varios intermediarios, que pueden ser moluscos y crustáceos.

Para explicar los eventos del ciclo de vida de este parásito, se va a tomar como punto de partida la
liberación de los huevos mediante las heces o la orina por parte del hospedador definitivo.

Cuando los huevos son liberados del cuerpo del hospedador, ya sea a través de las heces o por la
orina, estos deben alcanzar un medio acuoso, ya que requiere de ciertas condiciones de humedad y
temperatura para poder eclosionar.

Miracidio

Cuando el huevo se encuentra en las condiciones ideales, en su interior se forma una larva que se
conoce con el nombre de miracidio, la cual, generalmente está rodeada de cilios, que le facilitan el
movimiento y desplazamiento por el medio acuoso.

Una característica distintiva de esta larva es que no tiene boca, lo cual trae como consecuencia que
no tiene como alimentarse. Debido a esto, esta larva debe moverse con el uso de sus cilios, hasta
encontrar un huésped antes de que se le acaben la reserva de nutrientes.

Al encontrar a su huésped ideal, que de manera general siempre es un caracol, la larva penetra su
piel y entra en su torrente sanguíneo. Dentro de este hospedador, la larva no tiene un órgano favorito
para fijarse y desarrollarse allí. Lo que si toma en cuenta es la disponibilidad de nutrientes.

Ciclo de vida de Fasciola hepática. Fuente: SuSanA Secretariat [CC BY 2.0


Esporocisto y redias

Ya una vez asentada la larva en los tejidos del caracol, experimenta otra transformación,
convirtiéndose en la siguiente fase: el esporocisto. Este corresponde a una larva, que tiene la
peculiaridad de generar en su interior unas estructuras llamadas masas germinativas.

Inmediatamente después, se forman las redias, que constituyen el siguiente estadio. Estas se
originan a partir de cada masa germinativa del esporocisto. Las redias ya presentan una estructura
un poco más compleja, con una faringe fácilmente identificable e indicios del intestino y del sistema
excretor.

Estas rompen la membrana del esporocisto y continúan desarrollándose en el interior del huésped
(caracol). Es importante destacar que en la pared de las redias comienzan a formarse varias masas
germinativas (más de 40), a partir de las cuales se forma el siguiente estadio conocido como
cercaría. Por supuesto, esto ocurre cuando las condiciones de temperatura son las adecuadas.

Cercaría

Estructuralmente hablando, la cercaría tiene la misma estructura interna que un trematodo adulto,
con la salvedad de que el sistema reproductor aún no se encuentra del todo maduro. Así mismo
presentan una cola que les permite desplazarse libremente por el medio.

Metacercarías

Ahora bien, la cercaría puede fijarse a alguna superficie dura como por ejemplo alguna planta y
transformarse en metacercarías. Estas pueden pasar a un huésped nuevo si este ingiere las plantas.
Por ejemplo, si el ser humano se alimenta de alguna planta que contenga metacercarias, estas
transitan por las vías digestivas hasta llegar al duodeno.

En el ser humano

En el duodeno experimentan un proceso de desenquistamiento y entran al torrente sanguíneo para


iniciar la migración hacia otros órganos, como por ejemplo el hígado. Allí maduran completamente y
se convierten en parásitos adultos.

Pueden permanecer en el mismo sitio durante períodos largos de tiempo. Incluso se han registrado
casos de parásitos que han vivido allí hasta varios años.

Posteriormente los adultos se reproducen y comienzan a poner huevos, los cuales son liberados
principalmente a través de las heces.
Cuadro clínico

La carga para la salud pública atribuible a las trematodiasis de transmisión alimentaria se debe
predominantemente a la morbilidad y no tanto a la mortalidad. Las infecciones leves y precoces a
menudo pasan desapercibidas. Las parasitosis crónicas se asocian a una morbilidad grave, y los
síntomas indican en qué órgano están ubicados los gusanos adultos.

La parasitosis aguda por Opisthorchis spp o Clonorchis sinensis puede ser asintomática en
infecciones leves, pero pueden aparecer síntomas clínicos como fiebre o dolor en el cuadrante
superior derecho cuando hay altas cargas parasitarias debido a la obstrucción de la vesícula biliar
por el gusano. La parasitosis crónica por O. viverrini o C. sinensis resultante de episodios
prolongados de reinfestación a lo largo del tiempo puede ser muy grave, ya que se presenta con
inflamación crónica que provoca fibrosis de los conductos y la destrucción del parénquima hepático
adyacente. Estos cambios pueden dar lugar a un colangiocarcinoma, es decir, un cáncer de las vías
biliares grave y a menudo letal. Por esta razón, tanto O. viverrini como C. sinensis están clasificados
como agentes carcinógenos. Los datos sobre parasitosis crónicas por O. felineus son escasos, y
este parásito no está clasificado como agente carcinógeno.

La fasciolosis presenta un período de incubación asintomático tras la ingesta del parásito, que va
seguido de una fase clínica aguda y crónica. La fase aguda de la parasitosis por Fasciola comienza
cuando los gusanos inmaduros penetran en la pared intestinal y el peritoneo y luego perforan la
superficie hepática y se desplazan hacia los conductos biliares. Este proceso provoca la destrucción
de las células hepáticas y causa sangrado interno. Los síntomas pueden incluir fiebre, náuseas,
hinchazón del hígado, erupciones cutáneas y dolor abdominal intenso. La fase crónica comienza
cuando los gusanos llegan a los conductos biliares, maduran y comienzan a producir huevos. Estos
óvulos se liberan en la bilis y luego llegan al intestino antes de ser evacuados en las heces. Los
síntomas pueden incluir dolor intermitente, ictericia, anemia, pancreatitis y cálculos biliares. Las
infestaciones crónicas producen cirrosis hepática debido a la inflamación prolongada.

Las primeras etapas de la paragonimiasis pueden ser asintomáticas. Una vez que los gusanos
alcanzan los pulmones, los síntomas pueden ser significativos e incluir una tos crónica con esputo
sanguinolento, dolor torácico, disnea y fiebre, y pueden provocar complicaciones como derrame
pleural y neumotórax. Los síntomas y signos pueden confundirse con los de la tuberculosis, y deben
considerarse en los pacientes con presunta tuberculosis que no responden al tratamiento. La
paragonimiasis ectópica también es frecuente, sobre todo la paragonimiasis cerebral. Los síntomas
asociados con este tipo de paragonimiasis son dolores de cabeza, discapacidad visual, convulsiones
epilépticas y hemorragia cerebral.
Diagnóstico

Las trematodiasis de transmisión alimentaria se diagnostican en función del cuadro clínico, los
antecedentes de factores de riesgo relevantes (consumo de pescado y crustáceos crudos, plantas de
agua dulce sin cocinar), la detección de eosinofilia y hallazgos típicos en la exploración por
ultrasonido, la tomografía computarizada o las imágenes obtenidas mediante resonancia magnética.
La confirmación del diagnóstico se realiza mediante diferentes técnicas.

 Técnicas parasitológicas de detección de huevos en muestras de heces para la clonorquiasis,


la opistorquiasis y la fasciolosis, y microscopía directa de frotis de esputo para la
paragonimiasis. Estas son las técnicas más utilizadas y tienen baja sensibilidad cuando la
parasitosis es leve, pero son precisas si los microscopistas están bien capacitados, aunque
puede resultar difícil diferenciar morfológicamente los huevos. Se recomienda preparar dos
frotis con el método Kato-Katz.
 Técnicas inmunológicas para detectar anticuerpos específicos del parásito en muestras de
suero o antígenos específicos del parásito en muestras de suero o heces. Estas técnicas
pueden ser más sensibles, pero la detección de anticuerpos no distingue entre infecciones
actuales, recientes y pasadas. Puede haber algunas reacciones cruzadas con antígenos de
otros trematodos.
 Las técnicas moleculares como la reacción en cadena de la polimerasa también pueden ser
de alguna utilidad y actualmente se encuentran en etapas experimentales.

Tratamiento.

El control de las trematodiasis de transmisión alimentaria tiene como objetivo reducir el riesgo de
infestación y controlar la morbilidad conexa. Debe utilizarse un enfoque integrado de «Una sola
salud» que vincule los ámbitos de la sanidad animal, la sanidad humana y el medio ambiente.
Además, deben aplicarse intervenciones como la información, la educación y la comunicación sobre
prácticas alimentarias seguras, la mejora del saneamiento y medidas veterinarias de salud pública
para reducir las tasas de transmisión y el riesgo de infección.

Para controlar la morbilidad, la OMS recomienda que se mejore el acceso al tratamiento con
antihelmínticos seguros y eficaces.
 El tratamiento de la clonorquiasis y la opistorquiasis se basa en el prazicuantel, administrado
en una dosis de 25 mg/kg tres veces al día durante 2 o 3 días consecutivos, o en una sola
dosis de 40 mg/kg.
 La fasciolosis debe tratarse con 10 mg/kg de triclabendazol administrado en una única dosis.
En caso de que el tratamiento falle, puede aumentarse la posología a 20 mg/kg, administrada
en dos dosis con un intervalo 12-24 horas de diferencia.
 La paragonimiasis se puede tratar con 20 mg/kg de triclabendazol en dos dosis de 10 mg/kg
que se administrarán el mismo día, o con prazicuantel administrado en dosis de 25 mg/kg tres
veces al día durante tres días. El tratamiento con triclabendazol es preferible debido a la
simplicidad de su régimen y, por tanto, al mayor nivel de cumplimiento del tratamiento.

A los efectos del control de la salud pública, la OMS recomienda llevar a cabo un diagnóstico
comunitario a nivel de distrito y aplicartratamiento quimioprofiláctico poblacional en las zonas donde
un gran número de personas estén infestadas. El tratamiento de los casos individuales de infestación
presunta o confirmada es apropiado en áreas en las que los casos están menos concentrados y hay
disponibilidad de servicios sanitarios.

El tratamiento quimioprofiláctico por sí solo es insuficiente para reducir la prevalencia. Diversos


factores, como un saneamiento y una higiene alimentaria deficientes, la existencia de reservorios de
animales y ciertos hábitos alimentarios culturales contribuyen a las altas tasas de reinfestación
después del tratamiento. Así pues, los programas de administración masiva de medicamentos deben
formar parte de un enfoque más amplio de «Una sola salud» que incluya la educación comunitaria en
materia de salud, la realización de intervenciones veterinarias y agrícolas, la inocuidad de los
alimentos y la mejora del agua, el saneamiento y la higiene.

Tratamientos y estrategias recomendados

Medicamento y posología
Enfermedad Estrategia recomendada
recomendados
Tratamiento de casos individuales
- Tratar todos los casos confirmados.
Praziquantel: 25 mg/kg tres veces al día
- En zonas endémicas, tratar todos los
durante 2 o 3 días consecutivos
casos presuntos
Clonorquiasis y
opistorquiasis Tratamiento quimioprofiláctico
- En las subdivisiones de los distritos,
Praziquantel: 40 mg/kg en una sola aldeas o comunidades donde haya
toma conglomerados de casos, tratar a todos
los habitantes cada 12 meses
Tratamiento de casos individuales

Fascioliasis Triclabendazol: 10 mg/kg en una sola - Tratar todos los casos confirmados.
toma (en caso de fracaso terapéutico se - En zonas endémicas, tratar todos los
puede administrar una dosis doble de casos presuntos
Medicamento y posología
Enfermedad Estrategia recomendada
recomendados
20 mg/kg dividida en dos tomas con un
intervalo de 12-24 horas)

Tratamiento quimioprofiláctico
- En las subdivisiones de los distritos,
aldeas o comunidades donde haya
Triclabendazol:2 × 10 mg/kg en el conglomerados de casos, tratar a todos
mismo día. los niños en edad escolar (de 5 a 14
años) o a todos los habitantes cada 12
meses
Tratamiento de casos individuales
Triclabendazol: 2 x 10 mg/kg en el
- Tratar todos los casos confirmados.
mismo día, o
- En zonas endémicas, tratar todos los
Praziquantel: 25 mg/kg tres veces al día
casos presuntos
durante tres días
Paragonimiasis Tratamiento quimioprofiláctico
- En las subdivisiones de los distritos,
aldeas o comunidades donde haya
Triclabendazol:
conglomerados de casos de
20 mg/kg en una sola toma
paragonimiasis, tratar a todos los
habitantes cada 12 meses

REFERENCIAS

Trematodiasis de transmisión alimentaria (who.int)


Tremátodos: características, especies, contagio, síntomas (lifeder.com)
Werner L. A. B., (2013), PARASITOLOGÍA HUMANA, México: McGraw-Hill.

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