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Introducción:
Contenido:
Para empezar con nuestro texto, tenemos que tener claro que la idea de
"Oriente" fue inicialmente conceptualizada por los orientalistas franceses e
ingleses de mediados del siglo XVIII, quienes lo verían como un lugar en el
cual se desenvuelven placeres exóticos, paisajes inolvidables, criaturas poco
comunes, entre algunas otras cosas que para ese momento, asombraban y
hasta asqueaban a los europeos, y como tal, estos estereotipos y expectativas
de las culturales orientales han servido, y siguen sirviendo como
justificaciones implícitas de las ambiciones coloniales y de la voluntad
imperial de algunos países sobre la región, esto es algo que nos explica
(Said.2008) el cual nos aclara que el Orientalismo vendría a ser “ un estilo
occidental que pretende dominar, reestructurar y tener autoridad sobre
Oriente”1. Este tipo de pensamiento colonialista ha servido en gran medida a
Europa a definirse como la contraposición de Oriente, pero la triste realidad es
que Oriente viene siendo el lugar en donde se desarrolla mucha de la cultura
material de Europa, ya que al ser Oriente y Occidente, espectros opuestos el
uno del otro, ha dado cabida a que muchos de los grandes pensadores así
como también de los grandes novelistas y políticos de Europa, como
1
Said, E. W. (2008). Orientalismo. DeBolsillo. Pp 21.
Schopenhauer, Víctor Hugo, Dante, entre muchos otros, haya ha usado a
Oriente, tanto su gente, como sus costumbres, así como su mentalidad como
material principal para sus diferentes escritos, si nos ponemos a dar un
ejemplo de orientalismo, como fuente primaria de la construcción del
pensamiento europeo, podemos remitirnos al filósofo alemán, Arthur
Schopenhauer, el cual fue uno de los grandes pensadores del pesimismo
filosófico así como del Nihilismo, tanto así que una de sus más grandes obras,
la cual se titula El mundo como voluntad y representación, nos presenta un
sistema filosófico que comprendía una sola “metafísica” como fundamento
único de la realidad teniendo este planteamiento, una relación directa con la
filosofía oriental, en especial con el budismo, el taoísmo y el vedanta,
afirmando principios como el ascetismo y la noción de la apariencia del
mundo y que culmina con el ideal budista del nirvana, serenidad absoluta, que
aniquila la “voluntad de vivir”. Esto nos abre las puestas a denominar
entonces a muchos de los grandes autores y pensadores europeos, como el
propio Schopenhauer serian “Orientalistas”, personas entusiastas que vieron
en el Oriente conocimientos que podrían aportar a desarrollar la cultura
europea.
Y es que si bien muchos Orientalistas, sobre todo los que se dieron durante el
siglo XVIII, eran eruditos quienes buscaban una amplia gama de
conocimientos desde el punto de vista de Said, el ismo que identifica al
término del Orientalismo, se refiere a una etiqueta que sirve para designar una
gran cantidad de instituciones tanto culturales como sociales y por tanto
alguien que enseñe, escriba o investigue sobre Oriente es un orientalista, pero
es menester acotar que muchos de estos, fueron estudiantes de lenguas
semíticas, islamólogos o entendidos de la biblia, y esto hizo que la evolución
histórica del Orientalismo se diera por regla general, en incrementar sus
dimensiones y no a desarrollar una mayor selectividad como disciplina, esto se
puso a prueba en la edad media, pues muchas de las relaciones entre oriente y
occidente, se vieron seriamente afectadas por cuenta de las cruzadas, las
cuales buscaban como tal erradicar con un factor muy importante que nos
explica (Diaz. 2016) la cual consiste en que se tenía “una percepción de
superioridad “Oriental” en el campo material e intelectual. La presencia del
pensamiento árabe y su importancia en la historia de la filosofía europea es
indudable y fue reconocida incluso por aquellos que combatían a filósofos de
la importancia de al Farabi o al Ghazali”.2
2
Díaz, M. E. G. (2016). MEDIEVALISMO Y ORIENTALISMO: “EL PASADO ES UN PAÍS
EXTRANJERO.” Revista Chilena de Literatura, 92, 223–232.
http://www.jstor.org/stable/revchilenalit.92.223. Pp 228
3
Alcantud, J. A. G. (Ed.). (2006). El orientalismo desde el sur (Vol. 156). Anthropos Editorial. Pp 42
“reaccionarios” sean reemplazados por las ideas “contemporáneas” y
“progresivas” procedentes de Occidente o de influencia occidental. Pero el
orientalismo no es una fantasía, una serie de mitos y leyendas que, si las
quitamos, nos quedamos sin Oriente. Por el contrario, es un conocimiento. Lo
que cabe señalar es que este conocimiento es fundamento para una relación de
dominación y esto hace que el Orientalismo más que una disciplina académica
que busca desentrañar los secretos y misterios de los Pueblos Iraicos, o yendo
más allá, de los pueblos asiáticos o Nipones se convierta en un discurso de
poder, acompañada de una visión eurocéntrica de que el hombre europeo, por
ser blanco, rubio y alto, debía de ser quien portara la batuta y “guiara” a las
diferentes naciones. Es por esto por lo que muchos de los "orientalista" vean a
estos pueblos Orientales como, barbaros, tal como el imperio romano solía ver
a los Galos y a los Germanos, por tanto, ningún conocimiento que se dé parte
de los llamados Orientalistas es puro, pues este siempre estará impregnado de
un elemento político que lo haga ver a los árabes o a los japoneses como
pueblos peligrosos, sin embargo, en lo que respecta al Orientalismo del siglo
XXI, esta corriente de pensamiento se justificaría con el afán de reivindicar a
los pueblos Orientales al hacerlos más agradables.
Este tipo de escenarios sociales, son los que más suelen destacar cuando se
hablan de pueblos subestimados o ya de plano rechazados, pero esto suele ser
peor cuando un individuo de estas regiones ya sea del medio oriente, o del
lejano suele enfrentarse al occidente, personajes como Saladino, aun a pesar
de que incluso muchos cronistas europeos lo catalogan como un verdadero
caballero, suele generar pasiones o comentarios negativos que lo colocan
4
Ueno, C., & Toriz, G. F. (1996). Orientalismo y género. Debate Feminista, 14, 165–186.
http://www.jstor.org/stable/42624372. Pp 166
como un demonio para occidente, por haber derrotado a estos mismos en 2
cruzadas, ahora, esto mismo en esta época interconectada se puede denotar
con las muestras constantes de racismo y xenofobia que yace haber en
muchos países europeos, y es por esto que el odio y el recelo que suele haber
con las personas que provienen del Oriente se debe al orientalismo moderno
imperante, el cual ha logrado mantenerse en esta época de la historia tanto en
la académica, como en el discurso político de la actualidad, el cual perpetuar
el dominio de Occidente sobre las demás regiones del globo, pero si bien es
cierto que nos encontramos en un periodo, cada vez más interconectado entre
las naciones, esto está muy lejos de la verdad, pues incluso en diversas partes
del mundo, aun suelen existir los bien llamados, Chinatown o Coreatown,
formas muy sutiles de poder excluir a los sujetos orientales, pero en palabras
de ( Moran.2005) “El sujeto oriental es, probablemente, uno de los que más
resiste cualquier intento de delimitar un adentro de un afuera, si bien los
barrios o chinos o los Chinatown pueden ser leídos como espacios marginados
respecto a la centralidad nacional, también lo es que, por la misma razón, ellos
impiden la homogenización a que aspiran todos los imaginarios nacionales”5.
5
Morán, F. (2005). “Volutas del deseo”: hacia una lectura del orientalismo en el modernismo
hispanoamericano. MLN, 120(2), 383–407. http://www.jstor.org/stable/3251706
con el apoyo de la política moderna, la cual a través de sus diversas campañas
y discursos, nos pretenden mostrar como tal, los estereotipos orientalistas de
las culturales orientales las cuales han servido, y siguen sirviendo como
justificaciones implícitas de las ambiciones coloniales y de la voluntad
imperial de los poderes de las distintas naciones Occidentales.
Conclusión
BIBLIOGRAFIA
FUENTE PRIMARIA:
FUENTES SECUNDARIAS:
Alcantud, J. A. G. (Ed.). (2006). El orientalismo desde el sur (Vol. 156).
Anthropos Editorial.
Morán, F. (2005). “Volutas del deseo”: hacia una lectura del orientalismo en
el modernismo hispanoamericano. MLN, 120(2), 383–407.
http://www.jstor.org/stable/3251706
SACADAS DE LAS BASE DE DATOS JSTOR:
Díaz, M. E. G. (2016). MEDIEVALISMO Y ORIENTALISMO: “EL
PASADO ES UN PAÍS EXTRANJERO.” Revista Chilena de Literatura, 92,
223–232. http://www.jstor.org/stable/revchilenalit.92.223
Ueno, C., & Toriz, G. F. (1996). Orientalismo y género. Debate Feminista, 14,
165–186. http://www.jstor.org/stable/42624372