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Un rodillo culé asedió el estadio Alfredo Di Stéfano este domingo.

El Barça no dio opción al Real


Madrid y volvió a conquistar el Clásico. Ya van 10 de 10. Nada pudo hacer el conjunto blanco para
hacerse con la primera victoria de su historia ante su eterno rival, que prolonga su imbatibilidad en
la temporada y deja claro que las azulgranas siguen buscando oponente en la Liga F.
El espectacular inicio de campaña del conjunto madridista hacía presagiar que el desenlace de este
enfrentamiento sería diferente. Pero fue como los de siempre. Nada más arrancar el encuentro, una
sensación de aturdimiento pareció invadir a las jugadoras de Alberto Toril, a las que de nada sirvió
conjurarse antes del pitido inicial, después de que el FC Barcelona imprimiese desde el primer
segundo una intensidad y un ritmo frenéticos que se tradujeron en las dos primeras ocasiones
azulgranas, rechazadas por Misa Rodríguez, de nuevo salvadora blanca. Pero a la tercera fue la
vencida.

Patri Guijarro olió sangre en la zaga madridista después de que Kathellen Sousa no terminase de
despejar un balón que tenía ganado a Geyse Ferreira. La brasileña no lo dio por perdido y provocó
el error de su compatriota, consiguiendo que el esférico fuese a parar a los pies de la centrocampista
española, que no lo desaprovechó: centro medido al área y testarazo de Ana-María Crnogorcevic
para poner el primero. Jarro de agua fría para el Madrid.
Las anfitrionas tardaron en reponerse y vivieron un primer cuarto de hora agónico en el que el
segundo del Barça no llegó de milagro. Cuando mejor estaban las blancas en el partido, habiendo
rozado incluso el empate con una valiosísima oportunidad que desaprovechó Esther, las culés
volvieron a golpear, justo antes del descanso, otra vez obra de Guijarro, que goleó sin oposición.
La falta de contundencia defensiva fue el principal enemigo del Real Madrid en el partido. Así
llegaron los dos goles restantes en la segunda mitad, calcada a los primeros 45 minutos, con un
tanto al principio de Aitana Bonmatí y otro casi al final en propia puerta, también cuando el
conjunto blanco había tenido oportunidad de recortar distancias con un latigazo de Zornoza que se
estrelló en el palo.

Con el paso de los minutos el Clásico se fue calentando. La tensión terminó de estallar con varias
acciones entre Athenea del Castillo y Fridolina Rolfö, que terminaría viendo la amarilla por un
codazo a la delantera poco después de que la colegiada advirtiese a ambas por su
comportamiento. Ni siquiera el pitido final alivió las tiranteces entre madridistas y culés, pues Misa
y Bonmatí protagonizaron otro desencuentro.
Así, el Real Madrid vio como tres puntos vitales se suman al casillero de su máximo rival, que no
tiene competidor en esta Liga y suma ya 24, cinco más que el segundo, el Madrid CFF. Mientras,
el conjunto blanco queda relegado a la quinta posición, con un partido menos, y no puede fallar si
quiere seguir peleando por estar en la zona alta de la clasificación.

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