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VENDAJES

FUNCIONALES

INTRODUCCIÓN
Definición
Por vendaje se entiende todo elemento de tela blanda o similar que se fija a una zona
lesionada del cuerpo con una de estas finalidades mecánicas: proteger, comprimir o
inmovilizar. Dentro del concepto de vendaje hay que incluir también los lienzos o trozos
de telas grandes que, sin ser vendas, cumplen fines similares. El vendaje es un recurso
terapéutico, una forma de terapia mecánica.

Aplicación
• Preventiva: principalmente en el campo deportivo, cuando se requiera una
protección específica, con el fin de paliar las molestias ocasionadas por alguna
lesión anterior o pretender evitar lesiones. Hay que evitar la aplicación
sistemática de los vendajes preventivos ya que establece una atrofia de
estructuras estabilizadoras y una dependencia del vendaje.
• Terapéutica: en el tratamiento de lesiones menores de los tejidos blandos del
sistema osteomuscular. Los vendajes funcionales evitan muchos de los
problemas de las inmovilizaciones rígidas.
• Post inmovilización rígida: en aquellas patologías que inicialmente no son
susceptibles de tratamiento blando funcional, que han estado sujetas a una
inmovilización rígida y/o cirugía, en una última fase y de cara al inicio del
tratamiento mediante fisioterapia.

ELEMENTOS BÁSICOS EN EL VENDAJE


FUNCIONAL
• Almohadillado: espuma de látex o fibra de poliéster para evitar roce en rebordes
óseos. Se colocan antes del pre-vendaje.
• Pre-vendaje: venda o spray adhesivo para mejorar la sujeción del vendaje.
Tipos de tiras
• Anclajes o elementos de fijación: cinta adhesiva inelástica («tape») o venda
elástica adhesiva. A ella se fijan los estribos o tirantes necesarios. Pueden ser
circulares (abiertas o cerradas) o semicirculares.

• Tirantes o estribos: su misión es la descarga y limitación de movimientos,


cumplen con el concepto de “estabilización de la zona afectada”.
• Elementos de cierre o encofrado: para dar mayor firmeza y consistencia al
conjunto, aumentando la fijación de los diferentes elementos, se puede realizar
parcial o completamente, con tiras en forma circular o semicircular, continuo o
“tira a tira” ya sea con vendas elásticas o inelásticas respectivamente.

MATERIALES NECESARIOS PARA REALIZAR UN


VENDAJE FUNCIONAL
El material utilizado para realizar los vendajes se presenta como un soporte textil que
puede ser elástico, rígido, adhesivo, no adhesivo o autoadhesivo. Además, debe ser
hipoalergénico para evitar reacciones alérgicas de cualquier tipo, como las reacciones
cutáneas.

Vendas adhesivas rígidas:


• No son elásticas. Son de tipo esparadrapo, inextensibles tanto en anchura como
en longitud. Tendrán una mayor resistencia a las solicitaciones en tracción
producidas por las actividades del paciente que las elásticas, así que serán más
estabilizadoras, pero su acción antiedematosa será menos importante.
• Sería el material de elección para conseguir una buena y precisa estabilización.
Con este tipo de venda, encontraremos los vendajes Tape. Este vendaje no debe
dejarse más de 3 o 4 días porque podría provocar una reacción cutánea.

Vendas adhesivas elásticas:


• Se presentan como vendas con propiedades elásticas lo que permitirá variar la
tensión que queremos aplicar en la estructura dañada, estirando más o menos
la venda al colocarla.
• Es básicamente extensible longitudinalmente y de forma menos evidente,
transversalmente. Existen diferentes tipos de vendas extensibles que difieren en
el sentido que pueden ser extendidas. Aquellas que sólo son extensibles
longitudinalmente y rígidas transversalmente y aquellas que son extensibles
longitudinal y transversalmente. Estas últimas estarán utilizadas sobre todo para
envolver un segmento del miembro con el fin de evitar la difusión potencial de
un edema en los espacios libres que podrían existir entra las tiras activas. No se
puede utilizar para un vendaje de refuerzo.
• También existen vendas elásticas adhesivas de nueva generación que tienen una
presentación muy rugosa y que, a la máxima tensión, nos da una elasticidad
excepcional y superior a las descritas previamente. Es muy confortable. Es fácil
de manejar y adopta mejor los relieves anatómicos.
• Permitirá una cierta libertad de movimientos (según la tensión colocada).
• Proporciona una compresión progresiva en un miembro (desde la parte distal a
la proximal) y favorece el retorno venoso. Tiene una acción antiedematosa más
importante que las inelásticas.
Vendas elásticas autoadhesivas, cohesivas:
• Vendas con propiedades elásticas pero que no presentan sustancia adhesiva en
ninguna de sus caras. Se adhieren sobre si misma y no sobre la piel. Por eso se
dicen que son "autoadhesivas" "cohesivas". También serán fáciles de aplicar y
adoptan bien los relevos anatómicos.
• Según el material utilizado y la tensión que le llevamos, serán más o menos
elásticos. Tendrán una acción antiedematosa.
• Existen también vendas que no son adhesivas, como el pre-tape (también
llamado pre-vendaje), o también vendas de foam, venda de espuma o de
poliuretano que se utiliza para recubrir la piel, protegerla, evitar el contacto
directo del material adhesivo con el tejido cutáneo o proteger paquetes vasculo-
nerviosos o relieves óseos. Se aplica antes de realizar el vendaje.

TÉCNICAS DE VENDAJE
Podemos hablar de tres tipos fundamentales, en función al material empleado.

Técnica elástica o clásica:


Los materiales empleados son elásticos. Se colocan de parte distal hacia proximal,
cubriendo la totalidad de la zona lesionada, por lo que la inmovilización que se consigue
es absoluta. La aplicación resulta sencilla y cómoda, pero como ya hemos señalado
conlleva aparejada una importante cantidad de efectos indeseables. Además, este tipo
de vendas elásticas se aprietan sobre sí mismas y se colocan a tensión en sentido
perpendicular a la circulación vascular, por lo que el riesgo de aparición de trastornos
vasculares es mayor. Está más indicado para patología muscular y tendinosa. Puede
resultar ineficiente para proteger o estabilizar articulaciones con poco movimiento
fisiológico ya que el vendaje elástico cede.
Técnica inelástica o funcional:
Se lleva a cabo con materiales inelásticos, fundamentalmente el esparadrapo. Con el
vendaje inextensible podemos limitar un determinado movimiento de forma más
precisa que con el vendaje elástico. El material inextensible está más indicado para
patología capsuloligamentosa.

Técnica mixta:
Se emplean tanto materiales elásticos como inelásticos. Es muy utilizada en medicina
del deporte o en personas que tienen una importante movilidad (niños). Primero se
coloca el vendaje funcional con esparadrapo y a continuación, y por
encima del anterior, se aplica un vendaje elástico que fortalece y apoya el primero.

CLASIFICACIÓN FUNCIONAL
Vendajes protectores:
Están destinados a sostener el apósito sobre una lesión, para aislar y prevenir nuevos
traumatismos.

Vendajes compresivos:
Sirven para apretar la zona enferma, y se realizan con vendas de tejido elástico. La
compresión depende en cada caso del objetivo, siendo a veces suave, otras media y
otras intensa; por ejemplo se requiere compresión intensa para detener una hemorragia
parietal, fijar un injerto cutáneo o forzar la reabsorción de un hematoma.

Vendajes inmovilizadores:
Limitan los movimientos de la zona, a menudo no logran la inmovilidad total como lo
hacen los yesos, así que no suele aplicarse en fracturas; pero suelen bastar para poner
en reposo otras lesiones y algunas fracturas particulares.

Vendajes mixtos:
Reúnen dos o tres de las finalidades mecánicas antedichas.
Vendajes medicamentosos:
Son en realidad vendajes protectores que incorporan elementos de acción local (frío,
calor, desinfectantes...).

CLASIFICACIÓN SEGMENTARIA
Los vendajes pueden cubrir uno o más segmentos corporales.
• Vendajes monosegmentarios (por ejemplo, de una mano).

• Vendajes bisegmentarios (por ejemplo, de la mano y antebrazo).

• Vendajes trisegmentarios (por ejemplo, de mano, antebrazo y brazo).


• Vendajes multisegmentarios (por ejemplo, ambas extremidades superiores y
tórax).

CLASIFICACIÓN DIRECCIONAL
Según la dirección de las vueltas de venda los vendajes pueden ser:
• Vendajes unidireccionales (por ejemplo, vendaje ascendente de brazo).
• Vendajes bidireccionales (por ejemplo, vendaje ascendente y descendente de
brazo).
• Vendajes tridireccionales (por ejemplo, vendaje tridireccional del pie).
• Vendajes multidireccional (por ejemplo, tridireccional del pie combinado con
vendaje ascendente y descendente de la pierna).

Indicaciones
Al efectuar un vendaje, primero hay que establecer claramente su objetivo. Sólo así el
operador podrá determinar el material necesario, su cantidad, la fuerza por aplica, la
extensión por abarcar, los accesorios indispensables, etc.

Los vendajes estarán indicados para proteger, comprimir y/o inmovilizar, tal como se ha
explicado en la clasificación funcional de los vendajes.

La eficacia de los vendajes funcionales depende de:


• Uso de un material adecuado.
• La firmeza de los vendajes debe conseguirse con el menor número de
arrollamientos.
• Diagnóstico médico preciso.
• Protección de la piel y relieves anatómicos.
• Anclajes sin excesiva tensión.
• Evitar pliegues y arrugas, sobre todo en las zonas plantares.
• El vendaje debe de ser eficaz y no peligroso. Un vendaje mal aplicado puede
agravar la lesión.

ACCIONES DEL VENDAJE


1. ACCIÓN MECÁNICA. Sea cual sea la lesión existente, cápsuloligamentosa,
tendinosa, muscular, osteoarticular u otras, el vendaje funcional debe colocar
los diferentes elementos orgánicos en posición de acortamiento, de menor
solicitación, de corrección y/o de reducción eficaz. Además, el vendaje debe
asegurar una acción antiálgica, una protección real contra la reproducción del
mecanismo lesional Vendajes funcionales en traumatología deportiva 30 y/o de
la posición patológica, sin que por ello se sacrifique totalmente el aspecto
funcional. Es posible, pues, señalar que la eficacia de todo vendaje funcional
reside en la propiedad mecánica de sustitución de la acción fisiológica,
reforzando y duplicando el sistema anatómico deficiente. Esta propiedad
mecánica, que condiciona en primer lugar la eficacia del vendaje, depende:
- De la colocación de las tiras;
- De su brazo de palanca con relación al eje articular;
- De su resistencia al arrancamiento;
- De la naturaleza del material elegido;
- De su longitud;
- Del número de tiras activas utilizadas.
2. ACCIÓN EXTEROCEPTIVA. Esta acción exteroceptiva depende a la vez de la
colocación juiciosa de las tiras, de la calidad de su adherencia al plano cutáneo y
también de su longitud. En efecto, cuando el sujeto tiende a reproducir el
mecanismo lesional, las tiras del vendaje se ponen en tensión y tiran de forma
más importante sobre la piel. Esto produce una información cutánea
suplementaria que actúa como una señal de alarma, tanto más Medina
Porqueres – Luque Suárez 31 eficaz cuanto más viva es la percepción, incitando
al paciente a corregir la situación presente. Se trata de una característica propia
de los vendajes funcionales, cuyas tiras traccionan del plano cutáneo, lo cual
permite:
- Aumentar el flujo aferente exteroceptivo;
- Reforzar a veces de forma muy intensa las informaciones de origen
cutáneo, para una zona localizada, cuando el paciente tiende a
reproducir el mecanismo lesional.
- Facilitar la actividad muscular subyacente, protectora de la recidiva
lesional.

3. ACCIÓN PROPIOCEPTIVA. Esta propiedad, que por una vez no está colocada en
primer plano, es omnipresente cada vez que el vendaje determina una tensión
muscular, tendinosa y/o capsular; en efecto, este fenómeno parece entrañar un
aumento del tono muscular de base que puede mejorar la atención del sujeto.
Vendajes funcionales en traumatología deportiva 32

4. ACCIÓN PSICOLÓGICA. La propiedad psicológica es una constante en la acción de


los vendajes funcionales; el mejor ejemplo nos lo proporciona la mayoría de
sujetos que lo solicitan y que alaban los méritos de este procedimiento
terapéutico o preventivo, incluso cuando el vendaje sufre menoscabo en los
aspectos mecánicos, exteroceptivo y propioceptivo. Sin embargo, con
independencia de la eficacia del vendaje funcional, real o ilusoria, éste
tranquiliza al sujeto y le da confianza, lo hace sentirse más cómodo, más seguro;
hasta el punto de llegar a provocar cierta dependencia, circunstancia que debe
ser detectada a tiempo y gestionada adecuadamente.

PREPARACIÓN PARA EL VENDAJE


Antes de aplicar un vendaje funcional deberemos limpiar la zona a vendar con agua y
jabón, y depilaremos las zonas de anclaje sobre la piel de las tiras adhesivas.

Debemos de asegurarnos de la ausencia de placas y escoriaciones cutáneas en la zona


donde vayamos a ponerlo. De existir, deberíamos de protegerlas con una compresa
estéril con desinfectante, así como luego de la retirada del vendaje. También se pueden
poner unas almohadillas de 2ª piel que contienen un gel hidratante.

En el caso del vendaje del tobillo y en los de rodilla habrá que proteger las zonas de
máximo roce, para evitar rozaduras y flictenas. Para ello tendremos que proteger los
tendones más superficiales, que en el tobillo serán el tibial anterior y el Aquiles; y en la
rodilla el hueco poplíteo.

CONTRAINDICACIONES DE LOS VENDAJES


FUNCIONALES
En general son contraindicaciones del vendaje funcional las lesiones graves que
necesiten una inmovilización estricta, como:
• Fracturas óseas.
• Edema importante en la zona lesionada.
• Grandes roturas tendinosas, ligamentosas y musculares.
• Enfermedades de la piel como heridas, trastornos tróficos o dermatitis.
• Alteraciones vasculares arteriales o insuficiencia venosa.
• Hipoestesias cutáneas.
• Alergia al material adhesivo.
• Trastornos neurosensitivos importantes.

REGLAS GENERALES DE LOS VENDAJES


Estas reglas evitan cometer gruesos errores en los vendajes. No son leyes rígidas e
inapelables, sino que pueden eludirse cuando convenga apartarse de ellas, pero
eludirlas no significa ignorarlas.

1. El vendaje es un recurso terapéutico mecánico, a veces principal y otras


secundario, para el tratamiento local de muchas lesiones. Debe alcanzar la
mayor eficacia posible sobre todo si es compresivo o inmovilizador.
2. Todo vendaje ha de ser suficiente y necesario. Un vendaje insuficiente e
innecesario puede resultar peor que ninguno.
3. Economía y rapidez: no desperdiciar material ni tiempo; por ejemplo, para cubrir
una mano quemada es inútil vendar dedo por dedo, sólo hay que revestir en
forma individual cada dedo con Linitul o similar, pero el vendaje propiamente
dicho englobara todos los dedos en conjunto.
4. Las vendas inextensibles sólo se usan una vez, a menos que sean lavadas y
enrolladas de modo conveniente. Las vendas semielasticas de gasa suelen servir
para cuatro o cinco veces, excepcionalmente más, porque tienden a deshacerse
y pierden elasticidad. Las vendas elásticas de tejido resistente pueden ser
lavadas y aprovechadas repetidamente pero no se deben planchar porque
perderían elasticidad.
5. El ancho de la venda se elige según la longitud del segmento por vendar,
segmento corto, venda estrecha, etc. El largo de la venda y el número de vueltas
que tendrá el vendaje varía según el efecto buscado. Si sólo se desea mantener
un apósito es suficiente un vendaje corto, si se quiere comprimir o inmovilizar,
se requiere un vendaje largo, necesitándose a menudo dos o más vendas.
6. El rollo debe ser consistente.
7. Un buen vendaje debe ser fácil de aplicar y de retirar. Un vendaje bien hecho,
pero difícil de extraer, no es un buen vendaje. El vendaje debe ser cómodo e
indoloro, consintiendo la libre movilidad de los segmentos implicados, y no
limitando la excursión respiratoria.
8. El operador, al vendar, debe colocarse frente a la región lesionada.
9. Mientras se realiza el vendaje, el rollo pasa alternativamente de una mano a
otra, con ritmo rápido y preciso.
10. Al vendar, el rollo no debe alejarse demasiado del cuerpo del paciente.
11. En las espirales imbricadas, cada vuelta de venda de cubrir aproximadamente la
mitad o más de la vuelta anterior.
12. Cuando una venda rígida circunda una articulación o una eminencia ósea, estas
deben estar acolchadas (algodón, etc).
13. Cuando es necesario aplicar una bolsa con hielo, el vendaje no debe ser tan
grueso o extenso que lo impida. De este modo, el frío podrá actuar como
moderador de la inflamación.
14. Los vendajes que se impregnan con sangre que se seca pueden resultar útiles a
veces, porque se endurecen y contribuyen a inmovilizar y detener hemorragias.
15. En el vendaje compresivo, la compresión debe ser uniforme en toda su
extensión. En vendajes muy compresivos no deben quedar segmentos distales
sin vendar. Por ejemplo, si se desea comprimir fuertemente el antebrazo
también hay que comprimir la mano y los dedos, pues de lo contrario se
produciría edema.
16. Ciertas zonas, si son comprimidas por vendas muy apretadas y mantenidas por
varios días, pueden sufrir necrosis localizada. Por ejemplo, esto puede ocurrir en
el borde de la oreja, en el talón del pie, en los dedos, etc.
17. En vendajes de las extremidades conviene colocar la zona vendada más alta que
el resto del cuerpo. En vendajes del tórax por lo general conviene que el paciente
este sentado.
18. Al vendar extremidades, colocarlas en posición de función, a menos que haya
razones especiales para vendarlas en extensión o flexión extremas.
19. Es básico que el vendaje se mantenga seco. Cuando se humedece ligeramente
por secreciones de la lesión subyacente, puede ser útil secarlo con un ventilador
o un secador de cabello.
20. Debe suprimirse cuando ya se ha vuelto inoperante.
Fuente: Medina-Porqueres, Iván; Luque-Suarez, Alejandro. Vendajes funcionales en
traumotología deportiva. 2009.

EJEMPLOS DE VENDAJE FUNCIONAL


Para ejemplos de vendaje funcional, o bien para ampliar información, y por no repetir
íntegramente el contenido, se recomienda acudir al libro titulado “Vendajes Funcionales
en Traumatología Deportiva”, de Iván Medina-Porqueres y Alejandro Luque-Suarez, el
cual es de libre acceso en la web de ResearchGate en el siguiente enlace:
https://www.researchgate.net/publication/275044490_Vendajes_Funcionales_en_Tra
umatologia_Deportiva

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