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El documento habla sobre el capítulo 15 del Evangelio de San Juan. Explica que Jesús nos llama a ser santos como él y que el mundo probablemente nos odiará como lo hicieron con él. Sin embargo, si damos testimonio del amor de Jesús seremos un reflejo suyo. También enfatiza la importancia de permanecer en la presencia de Dios siguiendo sus mandamientos y cumpliendo lo que nos pide. Finalmente, anima a esparcir la palabra de Dios y a amarnos unos a otros para llegar al cielo
El documento habla sobre el capítulo 15 del Evangelio de San Juan. Explica que Jesús nos llama a ser santos como él y que el mundo probablemente nos odiará como lo hicieron con él. Sin embargo, si damos testimonio del amor de Jesús seremos un reflejo suyo. También enfatiza la importancia de permanecer en la presencia de Dios siguiendo sus mandamientos y cumpliendo lo que nos pide. Finalmente, anima a esparcir la palabra de Dios y a amarnos unos a otros para llegar al cielo
El documento habla sobre el capítulo 15 del Evangelio de San Juan. Explica que Jesús nos llama a ser santos como él y que el mundo probablemente nos odiará como lo hicieron con él. Sin embargo, si damos testimonio del amor de Jesús seremos un reflejo suyo. También enfatiza la importancia de permanecer en la presencia de Dios siguiendo sus mandamientos y cumpliendo lo que nos pide. Finalmente, anima a esparcir la palabra de Dios y a amarnos unos a otros para llegar al cielo
como él lo fue, nos advierte que probablemente el mundo nos va a odiar, así como muchos lo hicieron con él, pero si damos testimonio de su gran amor e infinita misericordia seremos un reflejo de él, un testimonio de santidad.
De igual manera nos habla de lo importante que es
permanecer en su presencia Santa, siguiendo sus mandamientos y cumpliendo lo que él nos pide. En esta parábola, nos compara con la vid, entiendo que tenemos que dar frutos pues así como las uvas tienen semillas, nosotros también las tenemos y el Padre las planta, el Hijo el tronco que lo hizo por medio del Espíritu Santo y también necesita agua que es la Virgen María, después de que ya haya crecido la viña, nosotros somos los sarmientos y tenemos que dar fruto. Así como nosotros somos el fruto de nuestro Padre quien es el viñador en nuestras vidas y nos ha cuidado. Ahora siendo fruto de Dios debemos esparcir nuestras semillas y proclamar la palabra que nuestro señor Jesucristo nos dejó, estamos en el mundo pero no somos del mundo, por eso tenemos que trabajar para Dios, se presentaran muchas dificultades y seremos tentados, pero tenemos que ser fuertes y felices porque vamos en el mismo camino que Jesús.
Decía San Juan María Vianey : “Si en tu caminar no
te golpeas de frente con el diablo, es porque estás caminando en la misma dirección que él”, es por esto que las dificultades serán las batallas que nos fortalecerán, después de esto vendrá lo prometido por Dios y si le hemos cumplido podremos entrar en el cielo y estaremos felices en la gloria eterna, donde no habrán amarguras ni sufrimientos. Nuestra meta de partida es el cielo por lo tanto allí debemos llegar, y amándonos unos a los otros, con demás “minerales” como el Agua, (la oración) la Tierra, (La Sagrada Biblia) el Sol, (El espíritu Santo) y así también podemos dar oxígeno a los demás (Compartir el Amor de Dios con Nosotros) y muchas otras tantas podremos llegar al Cielo.
No Te Escondas de Dios: Vivir La Aceptación Y Amor Divinos. Enfrentar El Caos Emocional, El Enojo, La Culpa Y La Vergüenza. La Intimidad Con Dios Como Propósito De Nuestra existencia.
Dios Nos Habla a Través De Su Palabra: Promesas Divinas Y Estudios Bíblicos Para Iglesias Y Uso Individual. Una Guía Para Bendecir Tu Vida Con Una Perspectiva Bíblica