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• Deben contar desde el primer momento con las ayudas ópticas (gafas, , lupas,
etc.) adaptadas a su resto visual y a su desarrollo evolutivo. Por otro lado,
también contarán con aquellas ayudas no ópticas que les faciliten el acceso al
código tinta: atril, ordenador, etc. Su uso se debe generalizar en todas las tareas
escolares que impliquen actividades de acceso al material impreso. Hemos de
prever la respuesta que vamos a dar ante las frecuentes reticencias que los niños
manifiestan al uso de estos materiales específicos por diferentes razones
(aparatosidad, dejadez, problemas de aceptación), pero se hacen
imprescindibles si queremos obtener eficiencia visual (Guijarro, Martínez y
Matey, 1994).
• Ubicación: Su situación dentro del aula, debido a sus deslumbramientos, debe ser
siempre de espaldas a la luz o que le entre por el lado derecho. Como presenta
dificultad para ver la pizarra, por lo tanto tendría que estar situado a menos de 2
metros de ella para favorecer la visión de la misma y situarse cerca del profesor,
tenemos que prever que se pierda copiando el encerado, cuando se hacen
explicaciones orales o en situaciones cotidianas que se produzcan en el aula,
necesitando por ello de nuestra supervisión personalizada, siendo necesario
copiarle, con letra de mayor tamaño, en un folio en blanco lo que queremos que
copie del encerado.
• Distancia de trabajo: su distancia de trabajo es de unos 15 cm. En tareas que
requieren más atención se acerca hasta 10 cm. Si bien, tendrá que acercarse todo lo
que el alumno necesite y se recomienda el uso de una mesa atril para facilitar su
postura corporal.
• Condiciones medio-ambientales: la iluminación es uno de los factores que más
pueden incidir en la eficiencia visual del alumno. La visibilidad no siempre
aumenta con la cantidad de iluminación (Barraga, 1986, p.29), ésta debe
adaptarse dependiendo de la patología ocular del niño, podemos preguntarle
directamente al niño, cual es la iluminación que mejor le va.
• Tiene mucha importancia la forma en que se imprimen los libros de iniciación a
la lecto-escritura, se deben buscar textos que posean un adecuado espacio
entre renglones, márgenes, calidad del papel y contrastes de los colores,
tamaño de las letras. Se puede usar el ordenador para incluir las lecturas que
vaya a leer el alumno, de esta forma amplía el tamaño de las letras y puede
visualizarlo mejor.
• Tarjetas: los niños, desde que entran por la puerta de su aula, ven en carteles co
contenidos que queramos que aprendan; cuando hacen una tarea pueden mirar
cualquiera de estos dibujos para recordar la información. Esta actividad la tienen
limitada los alumnos con baja visión, por eso recomendamos que se tengan
pequeñas tarjetas en su pupitre (pegadas con celo):
• Para facilitar el acceso del alumno al aula, situar esta en un lugar de fácil acceso.
También sería necesario marcar los bordes de los escalones en aquellas zonas, a
las que debe acceder el alumno; de esta forma le es más fácil visualizarlos.
• Formatos y materiales: (éstas son sólo unas orientaciones generales, que se
deberán adaptar individualizadamente a cada uno de los alumnos,
dependiendo de su patología ocular, la utilización efectiva que haga de su resto
visual y la agudeza visual que tenga diagnosticada para visión de lejos y de
cerca). Recuérdese que un texto no sólo tienen que poder escribirlo, sino que
también deben leerlo; en este sentido, como norma general, se recomienda:
Escribir sólo por una cara, para evitar confusiones por falta de nitidez.
Doble espacio interlineado, al tener dificultad al pasar de renglón
disminuyendo, de esta forma su velocidad lectora.
Caja de renglón con doble raya de 0.75 cm o 1 cm (dependerá del nivel de
visión del alumno) o de una raya.
Cuadrícula grande para matemáticas.
Uso de lápices o bolígrafos que favorezcan los contrastes, pero que no
emborronen. No se recomienda repasar las letras (actividad muy habitual en
el primer ciclo de primaria) con pinturas tipo “plastidecor”, es preferible el
bolígrafo. Los lápices deben estar en buen estado, con la punta adecuada
que permita trazar las letras sin excesivo grosor. Utilizar lápices de punta
gruesa y blandos, rotuladores negros y fluorescentes y filtros de colores para
facilitar la discriminación (el más usado el amarillo).
En aquellos dibujos en los que el color tiene un significado concreto que
sirve para la comprensión de lo que estamos percibiendo (leyenda de mapas),
podemos sustituir esta opción por otros símbolos como rayas, puntitos, etc.
En aquellos textos con dibujos en los que aparezcan gran profusión de
detalles visuales es recomendable la eliminación de los elementos visuales
poco significativos.
Al tener reducido el campo visual se aconseja que la línea sea más reducida.
• Hay que tener cuidado con el material impreso, que no tenga brillo y presente
buen contraste (por ejemplo, blanco sobre negro). Las fotocopias que no estén
borrosas. Los libros impresos en donde aparecen las letras de color impresas en
fondos de colores, pueden ser difícil de distinguir por el alumno, hay que tener
cuidado si le imprimimos fichas.
• Uso de materiales que puedan ayudarle a acceder al braille, aunque se
aprovecha su resto visual; es conveniente enseñarle este por si con el tiempo
pierde totalmente la visión. Para trabajar el PreBraille se utiliza:
• Plantearle distintos retos y que elija los desafíos, ofrecer distintas recompensas
entre las que puede elegir una vez alcanzados los objetivos, realizadas las
actividades; secuenciar los tiempos, involucrarlo en el planteamiento de sus
propios objetivos.
• El presentar distintos formatos de presentación de la información y posibilitar
distintos tipos de representación (como hemos indicado en las adaptaciones de
acceso y las que indicaremos a continuación, ya es motivante en sí.
• Crear rutinas en clase, disminuir las distracciones (concretamente con estos
alumnos hay que situarlos cerca del profesor y la pizarra).
• Para mejorar la atención y concentración: monitorizar el proceso de aprendizaje,
comprobar que está realizando la tarea y resaltar la información importante en
la pizarra señalándola con frecuencia. Fomentar el contacto ocular con el
alumno.
• Ofrecerle feedback frecuente, premiarle y elogiar con frecuencia, el trabajo ir
encaminado al éxito, ayudarle a aceptar sus errores y a aprender a partir de ellos.
• Utilizar auto-reforzamiento individual y colectivo en el aula: Hacer uso explícito
de refuerzo social (cualquier alabanza) para dar apoyo, no sólo al rendimiento,
sino al hecho de estar sobre las tareas; proporcionarle un refuerzo positivo
cuando haya terminado la tarea, aunque sólo sea por haberla acabado.
• Elogiar sus capacidades y aprovechar sus puntos fuertes para enseñarle mejor
lo que más le cuesta.
• Comprender y aceptar que se distraiga más y pierda la atención en tareas de
lectura, escritura y en donde tenga que forzar más su visión, no recriminarle
por ello sino buscar alternativas que favorezcan su eficiencia visual y reforzarle
por ello.
• Fomentar su tenacidad y perseverancia. Desarrollar su creatividad e
imaginación. Y partiendo de ello estimular su deseo de aprender.
• Organizar los espacios y tiempos de forma que favorezca al alumno con déficit
visual y se sienta reforzado al obtener éxito en la realización de las tareas:
situarlo cerca del profesor y la pizarra, entregarle las lecturas con antelación
para que se las prepare usando el ordenador, darle tiempo para copiar las
tareas y supervisar si lo ha realizado, darle más tiempo para organizar su
pensamiento y realizar su trabajo, poner en el aula carteles con instrucciones
que le ayuden a recordar lo que se espera de él, uso de recordatorios (teniendo
en cuenta las adaptaciones de acceso ya comentadas anteriormente), de la
agenda para organizar el trabajo etc.