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Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Sede Ibarra

ESCUELA DE DERECHO

TEMA:

Exigibilidad de los Derechos Humanos 

AUTORES:

Bryan Revelo

Ronny Trujillo

IBARRA, JUNIO 07- 2022

Introducción
Los derechos humanos son facultades que, en cada momento histórico, concretan los
valores de dignidad, libertad, igualdad, no discriminación, solidaridad, seguridad,
justicia. Son el resultado del trabajo realizado, a lo largo de los años, por muchas
personas a través de corrientes filosóficas, políticas, espirituales y religiosas. Están
reconocidos por la comunidad internacional y están protegidos por instrumentos legales
internacionales. Precisamente ese reconocimiento de la comunidad internacional y la
existencia de mecanismos de protección es lo que les dota de exigibilidad. La
realización de estos derechos no es por tanto algo opcional para los Estados sino una
obligatoriedad. Sin embargo, uno de los retos de los derechos humanos es su efectiva
realización y en concreto la de los denominados Derechos económicos, sociales y
culturales (DESC), entre los que se encuentra el derecho al agua y saneamiento, que
durante años han sido cuestionados de cara a su exigibilidad.

Desarrollo

Son cada vez más los autores que defienden la exigibilidad de los DESC, en la clave de
la interdependencia e interrelación de todos los derechos humanos. No podemos perder
de vista que los Estados que ratifican un tratado de derechos humanos se comprometen
a proteger, respetar y cumplir los compromisos adoptados en el marco internacional,
regional y nacional de protección de estos derechos. La justiciabilidad o exigibilidad
judicial supone una técnica de garantía, y permite la posibilidad de dirigir un reclamo
ante un órgano específico, para que haga cumplir esa obligación. Sin embargo, no es la
única forma de exigibilidad de los derechos humanos. Por tanto, y aunque es muy
común que al hablar de exigibilidad se piense en la exigibilidad jurídica o
justiciabilidad, es importante tener en cuenta que la exigibilidad tiene otras
dimensiones. De esta forma, para hacer valer los derechos no sólo están los cauces
judiciales, sino también el trabajo a nivel social y político. Y en este sentido podemos
hablar de exigibilidad política, social o jurídica.

Exigibilidad jurídica o justiciabilidad

Este sería una de las principales vías de protección del derecho e implica la defensa de
los derechos que han sido vulnerados ante tribunales o instancias administrativas
adecuadas. A pesar de que los textos internacionales de derechos humanos acogen la
idea de que todos los derechos humanos son indivisibles, interdependientes y de igual
importancia, los derechos económicos, sociales y culturales no han sido
tradicionalmente exigidos. Una de los motivos ha sido el argumento de que los derechos
económicos, sociales y culturales no pueden ser examinados ni aplicados por los
tribunales. Basándose en el principio de realización progresiva los derechos
económicos, sociales y culturales –DESC- son derechos de difícil reivindicación por
parte de los ciudadanos. Hay quien los considera principios y aspiraciones de difícil o
dudosa exigibilidad. Superar la brecha que existe entre los derechos económicos,
sociales y culturales y los derechos civiles y políticos en términos de exigibilidad es uno
de los mayores retos que se nos presentan actualmente.

Lo importante para poder definir y concretar esta exigibilidad ante los tribunales es
identificar el contenido de las obligaciones mínimas relacionadas con el derecho y que
corresponderían al titular de la obligación. Si bien es cierto que muchos países no
disponen de normativa interna de desarrollo sí pueden ser muy útiles todo el marco de
normativas y recomendaciones generadas en el sistema de protección del Derecho
internacional de los Derechos humanos.

Exigibilidad social y política

Como se ha señalado, la forma y medida en que un Estado cumpla con sus obligaciones
respecto de los derechos humanos y en concreto, con el derecho al agua y el derecho al
saneamiento, no solamente ha de ser objeto de examen por parte de los órganos
judiciales o aquellos encargados de la verificación del cumplimiento de las normas que
los consagran y garantizan, sino que debe abarcar la participación activa de la sociedad
civil en esta tarea como una condición esencial del ejercicio de su ciudadanía. No
podemos olvidar el papel tan importante que tienen sociedad civil y las organizaciones
no gubernamentales, de cara a la defensa y promoción de los derechos humanos. La
incidencia para la defensa de los derechos puede hacerse a nivel internacional, regional,
o nacional, y se articula a través de incidencia en políticas públicas y programas
gubernamentales, impulso a leyes o reforma de leyes, movilizaciones u otras acciones.
El enfoque de derechos humanos, a través de su principio de “accountability”, ofrece
una legitimidad importante en los procesos de exigibilidad política y social de los
derechos humanos. De hecho, estos procesos han sido claves en el camino de
consagración en textos legales de los diferentes derechos humanos.
Un derecho es exigible cuando queda claro en las leyes cuáles son
las obligaciones del Estado y quiénes son los titulares de los derechos. Todavía se
piensa que no todos los derechos humanos son exigibles, porque en muchos de ellos no
es específico el sujeto o destinatario del amparo. Por otra parte, se piensa que no todos
pueden ser cumplidos de manera absoluta e inmediata, porque se concretan en
la provisión de bienes de uso colectivo o público que dependen de medios o recursos
sobre los que pesan circunstancias o limitaciones Justicialidad Directa de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (IIDH).

Respecto a ello, el derecho internacional establece que todos


los derechos son exigibles, porque:

1. Todos los derechos tienen un “contenido esencial” de carácter absoluto y de


aplicación inmediata, que garantiza la vida y la dignidad humana.
2. Todos las libertades y derechos poseen una dimensión individual y
una dimensión colectiva, aunque sus fundamentos sean diferentes;
y requieren garantías de acceso a políticas, medidas y bienes y servicios
garantizados por el Estado.
3. Todos los derechos son exigibles en virtud de su relación con otros derechos,
y pueden invocar los principios generales de los derechos humanos, como
la igualdad y la no discriminación o el derecho a la tutela judicial efectiva.

Así pues, la exigibilidad, en un sentido lato, tiene que ver con la concreción del
alcance del derecho (su contenido esencial); la identificación de sus titulares, así
como del responsable de hacerlo efectivo; y, sólo, por último, la existencia de vías
formales de acceso de los primeros a los segundos para reclamarles en Derecho el
respeto a los derechos de aquéllos mediante el cumplimiento de las obligaciones de
estos. Estas vías de acceso pueden ser jurisdiccionales, pero también administrativas
u otras. De hecho, el mismo Martínez de Pisón reconoce que “cuando hablamos de
exigibilidad nos referimos a los procedimientos de reclamación para que los poderes
públicos cumplan sus obligaciones de actuar”; exigibilidad que “depende, las más de
las veces, de aspectos relacionados con la técnica jurídica”. De la misma manera, la
“justiciabilidad” va a depender más de las leyes procesales que del carácter
inherentemente exigible o no de determinado derecho.
Conclusión

Los derechos sociales son derechos humanos, imprescindibles para satisfacer una parte
importante del valor de la dignidad humana. Una vez positivizados en derecho nacional
o internacional, generan obligaciones en los Estados tanto de carácter positivo como de
corte abstencionista, como los derechos civiles y políticos. Son, pues, derechos en
sentido jurídico del término; y, por tanto, son exigibles tanto en el plano nacional como
en el internacional. Cada uno de ellos tiene un alcance y un contenido perfectamente
delimitable de carácter esencial, que permite señalar el tenor de las obligaciones que
tiene un Estado para su satisfacción. Un contenido esencial que coincide con el
contenido exigible jurídicamente. Aunque no siempre con el contenido exigible
judicialmente debido a las limitaciones de las leyes procesales.

El carácter progresivo de las obligaciones de los Estados respecto de los DESC no es


contradictorio con su exigibilidad, como prueba precisamente que, en tiempos de crisis
como el actual, los Estados no tengan un derecho irrestricto a deshacer los logros
alcanzados en materia social, sino que por el contrario tengan el deber de seguir
progresando o al menos de mantener lo alcanzado, salvo que les sea materialmente
imposible.

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