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Parte I
¡Te amo!
Muchos han sido y son los autores que han intentado definir al amor. Románticos,
imponiendo desde sus modelos de conocer las más disímiles descripciones. Es cierto,
que como la mayoría del repertorio de términos abstractos, el amor resulta sumamente
difícil de explicar, más aún cuando se apela a recursos racionales o que competen a la
como puede ser una silla o una taza, puesto que es imposible no poner en juego
conceptos como libertad, esperanza, altruismo, verdad, alegría y hasta el mismo amor -
conceptos que son amorfos y que no poseen un perímetro donde aferrarse- pueden
Puede resultar más sencillo definir pautas de elecciones patológicas, relaciones fallidas
y malos amores, en cambio de trazar definiciones acerca del amor propiamente dicho.
Tal vez, esta es una manera de establecer parámetros claros para definir el mal amor.
señala que:
divino, sino simplemente el dominio de las conductas que constituyen al otro como un
sistema límbico. No pasa por el tamiz del hemisferio izquierdo, aunque a veces se
intenta evaluar las cosas por la que ese otro u otra me enamora. Es, entonces, cuando
produce en el protagonista el saber que no está solo en la empresa (el amar sin ser
busca la creencia de una seguridad. Una utópica seguridad, tanto, que la búsqueda de
comunicación verbal se activa. Las palabras fluyen en armonía, aunque a veces los
temores al rechazo bloquean ese libre fluir. Las frases se impostan casi poéticamente.
Hasta en los menos histriónicos, la impronta seductora impregna las palabras. Aparece
hipervigilante. Los músculos se tensan y se está pendiente de las actitudes del otro que
serán significadas como pelos y señales de atracción o aceptación, indiferencia y
rechazo.
Todas estas son las alertas que acompañan al deseo amoroso. Alertas que, de ser
correspondidas, hacen que se conforme una pareja. El crecimiento del vínculo, léase el
conocimiento del otro en sus valores, gustos, virtudes y defectos, etc., genera una
No porque se está menos enamorado, sino porque en dicho período romántico –como
desarrollaremos más adelante- los amantes están preocupados por ser correspondidos
en el amor, por tanto, hacen cosas que cautiven al partenaire, son hábiles detectores
de cuáles son los detalles que seducen al otro e intentan ponerlos en juego. Es una
etapa donde se trabaja para asegurar la relación, más allá de los efluvios químicos e
Si hay algo que nos diferencia con el resto de las especies, es que somos animales
“Es porque somos seres amorosos que nos preocupa lo que pasa con el otro; es
definen a nuestro linaje, que nos enfrentamos a cualquier edad cuando se interfiere con
nuestro vivir en el amor. Es porque la biología del amor y de la intimidad constituyen las
medicina”.
Expresar Te amo, supone que la persona amada es amada en su totalidad. Pero
solamente amamos parcialmente: amamos del otro ciertas fracciones. Partes de ese
exceden el marco de la figura de los padres únicamente, o sea, que también muestran
creencias, ideologías, etc., producen una atracción que son el resultado de la sinergia
con nuestro mundo emocional y afectivo, precisamente con los códigos de nutrición
Mientras que los aspectos que nos desagradan del partenaire, es decir, las cosas del
otro que nos disgustan, deben ser aceptadas, elaboradas o al menos negociadas,
porque en realidad ese objeto amoroso de nuestra elección siempre tiene laterales que
en sí mismas, sino porque son positivas o negativas para mí (en desacuerdo a mis
valores promovidos por la internalización de patrones y códigos familiares, etc.). Por tal
manifiesta Te amo por y a continuación se enumeran algunas de las fracciones que son
partes del otro. Este funcionamiento disociado, hace que resulte imposible verbalizar y
concienciar en momentos amorosos, aspectos negativos, o en momentos de hostilidad
mirando y seduciendo a la amiga de mi amiga. ¡Que te crees!!, que soy estúpida que
no me he dado cuenta… Pero quiero también decirte que te amo porque eres tan gentil
Elegir desde el deseo, adulto, maduro y con pocos visos neuróticos, nos da la
como defectuosos. Que, reiteramos, no son virtuosos y defectuosos por sí mismos sino
Pero es condición sine qua non para formar una despareja y sumergirse en juegos de
mal amor, elegir desde la necesidad. No es lo mismo desear tener una pareja que
una elección correcta, sugiere –de emerger el deseo de una relación- entrar a una
elección de manera libre y sin urgencias. Es establecer una elección desde una
simetría relacional.
implica ser un carenciado. Los carenciados son personas dependientes, aquellos que
En este punto es necesario, para avanzar en este desarrollo, entender que existen dos
tipos de objetos amorosos. Los objetos ideales, en donde solamente se observan las
contemplan tanto las virtudes como los elementos considerados defectos. Más allá,
como veremos más adelante, que la idealización del vínculo es propio del primer
atribuciones positivas y negativas). Para el pasaje del objeto amoroso hacia el status
de real, hace falta que el partenaire acepte y negocie aquellos aspectos del compañero
otro ideal, un otro que no es. Pero ese otro es, en tanto y en cuanto me relaciono y me
conecto con sus partes reales que coinciden con mis necesidades para poder llenarlas,
de este modo niego las partes que me disgustan y fabrico así un resto de adjetivos que
Otro ideal, es el otro de la necesidad donde solo se observan los aspectos idealizados.
defectuosos deberá inclinarse sobradamente sobre los primeros, victoria que asegurará
cierto grado de éxito en las lides amorosas. Aunque, no es extraño que muchas
personas a pesar de que primen los segundos, insistan en desear estar con el
partenaire forzando la relación amorosa a niveles extremos. Son las personas que se
a su deseo, construir a otro a la justa medida personal, sin siquiera darse cuenta de
Una relación amorosa puede pasar a constituirse en una relación de pareja. Este rito de
pasaje, remite a realificar (como veremos más adelante) el vínculo y que la relación
cuáles son los aspectos que lo motivan, y cuáles son aquellos tópicos de la
personalidad del otro que no alientan al amor. Esta negociación es la que permite ver al
Una reflexión que surge cuando se habla del amor, es acerca de la incondicionalidad o
encontrar la seguridad del amor del otro. Más aún, en la consolidación del matrimonio
se jura amor para siempre, y esta no deja de ser una falacia. Creer en la
incondicionalidad del amor de pareja es no cuidar la relación. Por tal razón, en la familia
y en la pareja se muestran las facetas más íntimas y los núcleos más neuróticos de las
personas, como las conductas abusivas, el no control de los impulsos, o las descargas
agresivas, o sea, no hacemos cosas para que el otro nos reconozca por creer que el
Paradojalmente, los seres más queridos no siempre son los más cuidados en la
para entender que el amor de pareja es condicional. Por otra parte, si existe un amor
Cambiar al otro
Cuando se construyen fantasmas por sobre el compañero, el otro deja de ser el otro,
para convertirse en una pieza esculpida por un artesano que busca hacer del otro
otro, es una gran pantalla en donde se proyectan las necesidades personales. Son
esos momentos en que debe diferenciarse el estar enamorado de estar entrampado,
cual es difícil zafar, más cuando están convencidos que en verdad se hallan
ni justificaciones, puesto que todas se desarrollan sobre la base del ensamble de tales
menos que los deseos ideales depositados en el otro. Esta lucha sin cuartel, implica
los parámetros establecidos por el otro. Lucha infructuosa, para el demandante porque
el otro nunca podrá amoldarse a semejantes perfiles idealizados (algún día nunca
llega) y para el demandado, la desvalorización que lo arrolla por sentirse no reconocido
tomarlo como es. Aceptarlo o separarse. Aunque, siempre se puede intentar cambiar, el
tema es son las vías que se utilicen. Hay elementos relacionales que son de mayor
cónyuges.
construyó un objeto de amor con un investimento idealizatorio tal, que no permite ver al
objeto en sí mismo (objeto real tanto con sus aspectos positivos y negativos). Pero por
los avatares de la vida que construyen los amantes, se exponen a que en una paulatina
no creí que fueras así. Yo preguntaría cómo creías que yo era, cómo me inventaste o
dónde estabas cuando me conociste. Así, esta bipolaridad objetal toma envergadura en
los pasos a seguir para realizar una despareja, cuando el juego idealización/
desidealización del objeto. Tal cual la serpiente que es encantada -léase hipnotizada-
aquellas cosas que más tarde repudiará. Pero, a mayor encantamiento, mayor
desazón, cuando se inicia el período en donde se entrevén los aspectos que disgustan.