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I. CLAVE LITERARIA. AUTORÍA Y MOTIVO DE LA CARTA

● Tradicionalmente se atribuía la carta a Pablo y se explicaba


diciendo que la escribió unos meses después de 1 Tesalonicenses,
porque le había llegado la noticia de que unos farsantes habían
dicho en su nombre (una carta falsa con una profecía falsa) que la
parusía era inminente.
● Como consecuencia los tesalonicenses, que seguían perseguidos,
habían dejado de trabajar. ¿Para qué trabajar si se va acabar el
mundo? Pablo escribe de nuevo afirmando que esto no es cierto.
● La carta exhorta a seguir sufriendo la persecución (cap. 1),
rechaza la inminencia de la parusía (cap.2) y exhorta a trabajar y
otras cosas. Termina enseñando cómo firma.
● Pero no todos están de acuerdo con esta explicación.
► Esta carta no tiene el estilo cercano, directo y cálido de la primera.
No obstante, aparece siete veces la palabra hermanos.
Clima de cierta distancia, aunque no puede hablarse de frialdad.
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► La parte central de la carta posee un colorido fuertemente apocalíptico ( 2 Tes 2, 1-12),
mucho más acentuado que en la primera carta. Aquí no aparece ninguna semejanza en
cuanto a estilo y léxico con la primera.

► Sobre la autoría, parece probable que un discípulo de Pablo, se haya servido del
recurso de la pseudonimia o atribución de un escrito a un autor falso (muy frecuente
en las obras apocalípticas),

► El problema del retraso de la parusía no era exclusivo de la comunidad de


Tesalónica, se extendía por toda la Iglesia. ¿Qué hacer si se retarda indefinidamente
la venida del Señor? 2 Pe 3, 1-18

► Estos indicios hacen suponer que la carta se escribió en los años 70, cuando se
desatan las primeras persecuciones contra los cristianos.

► Ha cambiado la situación de los destinatarios.


En la primera se decía que la venida del Señor era inminente (1 Tes 5, 2-6).
La segunda insiste en que esta venida va a retrasarse (2 Tes 2, 1-12).
II. VISIÓN GENERAL DE LA CARTA 03
A. Introducción
‑ Saludo (1,1‑2)
‑ Acción de gracias (1,3‑4)
B. Cuerpo
1ª parte: exhorta a perseverar en la persecución
(1,5‑12):
+ señal cierta del justo juicio de Dios =
‑ a ustedes dará el Reino de Dios,
‑ Revelación gloriosa del Señor Jesús, (5 ‑10)
‑ ustedes estarán entre ellos
+ oración para que así sea (11s)
2ª parte: exhorta a no dejarse engañar sobre inminencia de la
parusía (2,1‑17)
+ Introducción: no dejarse engañar (2,1‑3a)
+ razón (2,3b‑10):
+ exhorta a mantenerse firmes en la enseñanza recibida.
Ora para que así sea (2,15‑16)
3ª parte: otras exhortaciones (3,1‑15)
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+ a que oren por su apostolado (3,1‑3)
+ a que guarden lo mandado (3,4‑5)
+ a que trabajen (3,6‑15)

C. Despedida: bendición y autentificación de su firma


(3,16‑18)
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III. MENSAJE TEOLÓGICO DE LA CARTA

1. Esperanza activa
Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.
► Pablo quiere evitar una espera pasiva, parasitaria, un desenten-derse de las
tareas de este mundo, cruzar los brazos e inhibirse. Es necesario un compromiso
de fe que se refleja en una firme adhesión a la tradición y, a través de ella, a la
Palabra del Señor.
Trabajen con sosiego para comer su propio pan. Ustedes,
hermanos, no se cansen de hacer el bien (3, 10-13)

► La insistente recomendación de Pablo acerca de


la imperiosa necesidad de tra-bajar se basa, sobre
todo, en la autoridad del Señor Jesucristo (2 Tes
3,6).También en el mismo ejemplo del apóstol.
2. Trabajar con calma
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► Existe un matiz interesante que


debe ser subrayado. Junto a esta
obligación de trabajar para construir
el Reino ya, en nuestra tierra y codo a
codo con todos nuestros hermanos,
Pablo recalca la importancia de
hacerlo con calma. El nos exhorta a
que trabajemos con sosiego: que
trabajen con sosiego para comer su
propio pan (3,12).
3. Hostilidad de este mundo, de la humanidad que se
opone a Jesucristo y persigue a la Iglesia. 07

Aunque el estilo es complicado, y la


explicación resulta un tanto difícil,
conviene leer íntegro este párrafo, pues
contiene la parte central de la carta. Si
la venida del Señor es inminente; si el
Señor está ya a la puerta, llamando,
¿para qué empeñarnos en las tareas de
este mundo, para qué vamos a
esforzarnos y cansarnos los albañiles en
construir la ciudad?
Pablo pretende exhortar a todos a la
responsabilidad.
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► Pablo relativiza la expectativas de la primera carta


(1 Tes 5, 1-2): la venida del Señor no es apremiante ni
urgente. No vendrá al instante. Esto es lo que se
deduce de una atenta lectura. Por tanto, no hay que
angustiarse, ni perder la calma. Tampoco, hay que
cruzarse de brazos. El lenguaje adopta un color
apocalíptico, muy simbólico, como ya hizo Jesús, según
nos narran los evangelios:
(Mc 13, 5-8; Mt 24, 4-31; Lc 21, 8-11.25-28).
► Resulta inútil pretender identificar qué 09
es la apostasía, el Hombre impío, el que
retiene. Son categorías simbólicas que
aluden a la tremenda hostilidad del mundo
(considerado en la visión joánica) contra la
Iglesia de Jesucristo. Respecto a las tareas
que es preciso realizar, el apóstol ya lo
declarará más adelante (3, 10-13). Ahora es
importante recalcar la dimensión de la
hostilidad, que se destaca en el pasaje y
buscar una traducción actual e inteligible
para la comunidad cristiana que leemos esta
carta.
4. La fuerza de la Palabra de Dios 10
► No podemos olvidar que la constitución conciliar Dei Verbum, la
carta magna de la Biblia en la Iglesia, acaba con unas palabras de
esperanza:

Que de este modo, por la


lectura y estudio de los Libros
sagrados, se difunda y brille la
Palabra de Dios; que el
corazón de la revelación
encomendado a la Iglesia vaya
llenando los corazones de los
hombres (DV, 26).

Y la Dei Verbum cita de manera explicita a 2 Tes 3, 1, texto de


nuestra carta en donde se fundamenta.
► Conviene recordar que la primera carta
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subrayaba, asimismo, el poder divino de la Palabra:

Les fue predicado nuestro Evangelio no solo con palabras


sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena
persuasión. Saben cómo nos portamos entre ustedes en
atención a ustedes. Por su parte, se hicieron imitadores
nuestros y del Señor, abrazando la Palabra con gozo del
Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones (1, 5-7).
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► De esta manera las dos cartas constituyen un


canto a la fuerza de la Palabra de Dios. Ambas cartas
empiezan y acaban (la primera ya en el primer
capítulo), la segunda (en el último capítulo), formando
una especie de inclusión semítica o subrayado
pedagógico, reconociendo el extraordinario dinamismo
de la Palabra de Dios.
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► Pertenece al espíritu de Pablo, (la Palabra de Dios no
está encadenada, proclamaba entre cadenas el apóstol),
concluir con esta esperanza eclesial, que se convierte en
ardiente súplica, eco de la segunda carta a los
Tesalonicenses (3,1):

Que la Palabra siga propagándose por toda la tierra y


cumpla su destino de gloria en cada uno de los cristianos,
llenando de consuelo y de vida el corazón de todos.

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