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NARRATIVA

Libros

Piedra
sobre piedra
ÚLTIMAS NOTAS DE THOMAS F. PARA LA HUMANIDAD
Kjell Askildsen
Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo
Lengua de Trapo. Madrid, 2004
128 páginas, 13 euros

L
V. Rubio

V. Rubio
A carta de presentación en España de Kjell As-
kildsen (Mandal, 1929) fue el relato Los invisi-
bles, una narración que la crítica relacionó inmedia-
tamente con un autor, Samuel Beckett, y con una

La grieta tendencia literaria, el existencialismo. No obstante,


hay otros escritores tras cuya influencia reconocida
se amparan los textos del autor noruego, como las de
Ambigüedades
de la razón Hemingway, Robbe-Grillet, Claude Simon, y Camus,
cuya obra El extranjero Askildsen considera la cum-
bre de la literatura contemporánea.
LOS LENTOS ELEFANTES DE MILÁN
Ángel Bonomini
La obra de Askildsen comenzó en Noruega con Reverso. Barcelona, 2004
CODEX NIGRUM un libro polémico titulado Ahora seré yo quien te 127 páginas, 17 euros
José María Latorre lleve a casa (1953), un gran éxito en ventas pero que
Edelvives. Zaragoza, 2004 formó parte de la lista de lecturas «poco recomenda-
196 páginas, 8 euros bles» por su contenido erótico. Su obra posterior se
caracteriza por su fuerte contenido social. La justi- «L OS sueños, por pesados, por pesadillas que
sean, son formas de vivir, acaso más nutri-
cia, la familia y el poder son sus temas principales. cias, aunque pesen durante segundos con la grave-

E STA novela pertenece por pleno derecho a


ese género que en Europa y América, tanto
que en nuestro país ocupa el primer lugar en los
Últimas notas de Thomas F. para la humanidad
reúne las diez últimas reflexiones escritas por un
hombre mayor que vive solo en un apartamento de
dad del horror, con la presión del límite, con la feroci-
dad de la final instancia», dice el narrador de «Los
lentos elefantes de Milán», relato que da título a es-
más vendidos, está convirtiéndose en extraño fu- una gran ciudad. Sus amargas notas giran en torno tas diez narraciones del argentino Ángel Bonomini
ror, el de la novela histórica mezclada con ingre- a los episodios que pueblan su vida: la visita de un (1929-1994). Tal afirmación define un género que po-
dientes de thriller, es decir, una nueva versión del hermano después de tres años de no haberse visto; dríamos inscribir dentro de lo fantástico, y en el que
antiguo folletín decimonónico a lo Dumas pero las reclamaciones egoístas de sus hijos o las lúgu- predomina la imagen visual. Ejemplo de ello pueden
con el ingrediente añadido de que ahora la aven- bres reflexiones acerca de cómo pasa su tiempo para ser dos elefantes, enormes moles grises que se impo-
tura se debate en perfiles más ambiguos, rozando aquéllos que ya lo sienten como una amenaza. nen como verdades o mentiras exageradas sobre el
casi lo crepuscular, como si especulara sobre el fi- neblinoso paisaje de Milán; o la también enorme pie-
nal de una etapa y el goce de antaño se transfor- «El mundo ya no es lo que era» dra enclavada en una isla, como una abominable pe-
mara en grave confrontación. El inicio del libro destaca por su fuerza: «El sadilla, con tres ojos desmesurados de los que caen
A mí me gusta comparar este momento con el mundo ya no es lo que era. Ahora, por ejemplo, se «manchas como chorros de lágrimas permanentes»,
auge de la novela gótica de los tiempos de Ann vive más tiempo. Yo tengo ochenta y muchos, y es que nos describe el narrador en «Conversación en el
Radcliffe y Matthew G. Lewis, y bastaría acudir poco. Estoy demasiado sano, aunque no tenga razo- puente». Tales imágenes nos llegan a través de la mi-
al ejemplo de esta narración de José María Lato- nes para estar tan sano. Pero la vida no quiere des- rada de un personaje en tránsito hacia una extraña
rre para comprobar paralelismos curiosos. Pero prenderse de mí. El que no tiene nada por qué vivir, dimensión. Los relatos nos instalan en una travesía
en cualquier caso todo ello sirve a la hora de esta- tampoco tiene nada por qué morir. Tal vez sea ése el en la que importa menos el lugar de destino que el
blecer correspondencias pero poco cuando se motivo». A partir de ahí, las frases sentenciosas, car- contemplar y el meditar, como puede apreciarse en
trata de dar a conocer la calidad de una obra. gadas de una ironía vitriólica salpican el texto, que «Hay que ir a Laar», ciudad que tiene «la inasibili-
transcribe lo que fluye por la mente de su protago- dad de la inocencia» y a la que se accede pasando un
Presencia llena de una mujer nista. Los dos últimos cuentos, como otros trabajos puente, tras el cual desaparece el tiempo. En estos re-
Esta narración, por ejemplo, cumple a la per- del escritor noruego, reflejan realidades sociales ex- latos, o fábulas, que se construyen a partir de imáge-
fección los elementos canónicos que se espera de tremas y desarrollan tramas policiacas enfocadas nes de inusual belleza, la acción pasa a un segundo
ella: narrador-protagonista que se traslada a desde la perspectiva menos frecuente, que es la del plano. Sorprenden la hondura de las reflexiones y la
Roma, cátedra de la Iglesia pero también asiento sospechoso, la del ya juzgado. intuición del narrador para captar, entre las brumas
del Diablo; signos que se transparentan en un Sus relatos se construyen sobre dos pilares fun- de la memoria, los misterios de la vida y la muerte.
cuadro de una discreta iglesia del centro de la damentales: el primero, al que ayuda la llamativa Esto es posible desde la ajenidad de los locos, resuci-
ciudad, San Luigi in Manera; aparición del Codex sentenciosidad de su escritura, es que lo no escrito tados, o recién nacidos a quienes les es dado contem-
Nigrum, que recuerda al libro canónico del goti- es tan importante como lo escrito. El segundo, que la plar el mundo en su desnuda pureza.
cismo tardío, el Necronomicon, de Lovecraft; la inquietud del lector es captada desde la primera pá-
presencia llena de una mujer, Greta, indispensa- gina hasta la última; inquietud que además es man- La felicidad de leer
ble contrapunto femenino de ciertas torpezas del tenida por el creador con una toma de posiciones to- Admirado por Borges y Bioy Casares, Bonomini
protagonista... pero que, dicho así, nada aporta- talmente opaca que no deja entrever hacia dónde es- conjuga el misterio en un discurso que se teje de du-
rían sobre lo que realmente importa de la misma. tán dirigidas sus simpatías. El primer párrafo que das, ambigüedades y rectificaciones. Su mirada, ca-
Hay, y esto merece recalcarse, un discurrir de da comienzo al último cuento es revelador de los es- paz de arrojar luces desde el extrañamiento, explora
la trama tan imperceptible como la respiración cenarios en los que sitúa su trabajo: «Vivo en un só- ese bosque de olvidos y memoria que somos, con una
del propio lector, lo que implica un dominio de tano; lo cual, es, se vea como se vea, resultado de que escritura límpida que nos devuelve la felicidad de leer.
las compensaciones de la estructura de la narra- todo me ha ido cuesta abajo. El cuarto no tiene más Conocido por sus críticas de arte en el diario La Na-
ción, algo que conviene destacar porque en este que una ventana, y sólo la parte superior de ésta se ción, este autor fue un notable poeta, pero, sobre todo,
tipo de novelas se subordina todo a los momentos encuentra por encima de la acera; eso hace que vea un cuentista de rara habilidad para captar los más su-
de suspense en detrimento de la unidad de la el mundo exterior desde abajo. No es un mundo tiles matices de la realidad. Además de Los lentos ele-
composición; hay, también, una ambigüedad, que grande, pero a menudo tengo la sensación de que es fantes de Milán, publicado por primera vez en 1978, es-
convendría llamar de feliz hallazgo, sobre los jui- lo suficientemente grande». cribió Los novicios de Lerna (1972), Libro de los casos
cios que las muertes de los arqueólogos, amigos Así es el mundo de Askildsen, aparentemente (1975), Zodiaco (1981), Cuentos de amor (1982) e Histo-
del protagonista, ejercen sobre él, y todo ello hace sencillo, que ofrece al lector una toma de conciencia rias secretas (1985), que merecerían la atención de la
que la novela cumpla, así, esa gran parte de tre- sobre las grandes carencias que la sociedad del bie- crítica canónica que aún no ha incluido su nombre
menda inquietud que, en definitiva, es lo que la nestar trae consigo. Su prosa descarnada, cuyo entre los renovadores del género fantástico. Su obra
distingue sobremanera de otras que se limitan a único adorno es el humor negro que destila de sus poética incluye El mar (1972), Torres para el silencio
repetir fórmulas. páginas, es lo que hace sus historias recomendables. (1982), De lo oculto y manifiesto (1991) y Poética (1994).

Juan Ángel Juristo Teresa Rosenvinge Consuelo Triviño

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Blanco y Negro Cultural / 22-1-2005
Cultural (Madrid) - 22/01/2005, Página 10
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