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JOMER Nº 15 - ELUL
“ELÚL-TIMO MES DEL CALENDARIO JUDÍO, ES EN REALIDAD EL MÁS
IMPORTANTE…”
Las cuatro letras hebreas de la palabra 'elul' (alef, lamed, vav, lamed) son las primeras letras de
las cuatro palabras Ani le dodí ve dodí li, 'yo soy para mi amado y mi amado es para mí' (Shir
Hashirim 6:3). Estas palabras resumen la relación entre Dios y su pueblo.
En otras palabras, el mes anterior a Rosh Hashaná es un momento en el cual Dios se acerca a
nosotros, en un esfuerzo por crear una atmósfera más espiritual e inspiradora, una atmósfera
que estimule la Teshuvá.
Un período de 40 días
Rebobinemos 3.000 años hacia el desierto del Sinai. Dios ha dicho los Diez Mandamientos, y los
judíos han construido el becerro de oro. Moshé desesperadamente suplica a Dios para que
perdone a la nación.
En el primer día de elul, Moshé sube al Monte Sinai, y 40 días después —en Iom Kipur— regresa
al pueblo, con un nuevo par de tablas en la mano. Para nosotros también, el mes de elul
comienza un período de 40 días que culmina en el día más sagrado del año, Iom Kipur.
¿Por qué 40 días? Cuarenta es un número de limpieza y purificación. Las lluvias del diluvio de
Nóaj se prolongaron durante 40 días, y la mikve, el baño ritual de purificación, contiene 40
medidas de agua.
Elul es una oportunidad enorme. Durante este tiempo, muchas personas aumentan su estudio
de Torá y realizan buenas acciones. Y muchos también hacen un jeshvón (cuenta) diario; una
contabilidad espiritual de pérdidas y ganancias.
B’’H
Los sabios enseñan que desde el momento de la concepción humana, toma 40 días para que el
alma entre en el cuerpo por primera vez.
Iom Kipur, que acontece 40 días después de Elul, es el día de renacimiento espiritual. Es decir,
es el día en que un "nuevo tú" nacerá. Así, el primero de Elul marca la concepción del "nuevo
tú" espiritual.
Así que, ¿quién te gustaría ser dentro de 40 días? Imaginemos por unos minutos que todo es
posible. Supón que podrías eliminar todo lo que es malo y mejorar todo lo que es bueno sobre
ti. ¿Quién te gustaría ser?
Dedica unos minutos visualizando el "tú" ideal. (Es mejor escribirlo en una hoja). Piensa en este
tipo de preguntas:
Una vez que hayas definido el "tú" ideal, trata de describir a esa persona con la máxima
cantidad de detalles posible. Esto no quiere decir que te convertirás en esa persona el próximo
año, pero si no sabes dónde estás tratando de ir, no llegarás nunca.
Articula algunos objetivos concretos. Ese es el primer paso para un cambio permanente hacia el
bien. Como dice el Talmud:
"Por el camino que la persona quiere ir, por ese camino es conducido". (Makot 10b)
B’’H
También a partir de elul, nosotros decimos el Salmo 27 en los servicios de la mañana y la noche.
En este Salmo, el rey David exclama: "Una cosa pido... habitar en la casa de Dios todos los días
de mi vida". Nos centramos en la fuerza unificadora de Dios en nuestras vidas, y nos esforzamos
por aumentar nuestra conexión con la dimensión trascendente del infinito.
ENFOQUES
Se que se les esta cruzando por la cabeza… todo muy lindo con Elul, pero
Enfoque principal en el trabajo interno, que es, porque hacerlo y como se realiza.
¿Quién quiero ser?
Haría la misma actividad, pero high level, desafíos interesantes para la casa.
¡Bueno espero que les haya gustado el jomer y les haya sacado una pequeña risita!
¡HERRAMIENTAS!
Cuento!
La Campana Mágica
El Magid de Dubno ofrece una parábola que tal vez pueda ayudar a responder esta
pregunta.
Un granjero pobre tenía un tío rico que vivía en la ciudad y quien una vez lo invito a él
para una visita. Entusiasmado con la invitación el granjero no perdió tiempo en
prepararse para ir a la casa de su tío rico. Cuando llegó fue recibido calurosamente y
llevado inmediatamente hacia un gran salón comedor con una larga mesa.
A medida que hablaban y compartían historias sobre la familia, el tío tomo una
campana de bronce y la hizo sonar. Inmediatamente, una tropa de sirvientes emergió de
las puertas laterales con bandejas de aperitivos. El granjero nunca había visto una
comida tan tentadora en su vida. Los sirvientes regresaron a los cuartos de cocina y los
dos parientes siguieron la conversación. Poco después, el tío hizo sonar la campana
nuevamente y los sirvientes reaparecieron, llevándose los despojos y trayendo nuevas
bandejas con el primer plato. Los ojos del granjero sobresalieron. El nunca había visto
una cantidad tal de comida y un servicio tan dedicado.
B’’H
Este patrón continuó a lo largo de la noche. Cada vez que el tío sonaba la campana un
séquito de sirvientes respondía a su llamada, removiendo la comida vieja y
remplazándola por nueva. Y con cada cling el pobre granjero quedaba más estupefacto.
"¿Qué?".
"¿¡¡Que qué!!?".
"No te preocupes. Los gaste en algo que me darás las gracias un millón de veces más
por haberlo comprado. Aquí está mira". Y saco de su bolsa una campana de bronce
igualita a la de su tío. "Esto", dijo el granjero, "es una campana mágica". Su esposa lo
miró como si estuviera loco. Impasible, el hombre dijo, "Ya verás, todo lo que tengo que
hacer es hacerla sonar e, inmediatamente, saldrán sirvientes y nos servirán la comida
más exquisita que podamos comer".
Por supuesto que los sirvientes no aparecieron. La campana no era mágica. Sólo
funcionaba cuando la usaban como señal para los sirvientes que esperaban en la cocina.
Para que el Shofar realmente haga efecto, tenemos que trabajar en nosotros mismos antes.
Si, de ante mano, no tenemos nada esperando "en la cocina", entonces el Shofar tiene
tanta habilidad para movernos como la campana "mágica" del granjero. Para que
funcione tenemos que prepararnos. Esto es lo que el Rey David quiso decir cuando
enfatizó la importancia de "conocer" la truá. Tenemos que trabajar en nosotros mismos
antes, inducir un estado de ánimo apropiado, para que el Shofar realmente haga efecto.
Y este, de hecho, es el motivo por el cual soplamos el Shofar cada día por la mañana
durante el mes de Elul hasta el día anterior a Rosh Hashaná: para sensibilizarnos a su
mensaje
Hay tres simples reglas para transmitirles valores a nuestros niños y para enseñarles
cualquier cosa que sea importante:
Por ejemplo, para enseñarles a los niños sobre arrepentimiento podrías decir:
"Sabes que Rosh HaShaná está por llegar. Yo trato de hacerme un poco de tiempo para
pensar sobre el año que termina y sobre qué quiero hacer en el próximo año".
"Durante esta época generalmente me asusto, pero ahora voy a tratar de pensar en
cómo los errores que cometí me ayudaron a crecer y en cómo puedo usarlos para
aprender a ser una mejor persona".
También podemos contarles sobre las cosas de las cuales nos arrepentimos en el año
que finaliza:
"Este año siento que me estresé mucho y grité demasiado por la mañana antes de que
fueras a la escuela".
Podemos mostrarles que queremos organizar un plan y hacer mejor las cosas:
"Realmente pensé en el tema y el año que viene quiero esforzarme para mejorar en eso.
Tengo dos ideas que creo que me ayudarán: preparar mi ropa la noche anterior y
tomarme 15 minutos para limpiar la cocina después de que todos se hayan ido a la
escuela en lugar de tratar de hacerlo mientras todos están estresados antes de salir".
Cuando hablamos en un tono pacífico sobre lo que estamos haciendo para mejorar
(arrepentimiento) generamos una gran impresión en nuestros niños. Ellos
escuchan nuestras opiniones clara y sucintamente. A nadie le gustan los sermones
y a nadie le gusta que lo critiquen.
En medio de un sermón o de una crítica, los niños no están pensando "Mmm, ¿cómo
puedo hacer para mejorar?", sino que están pensando "¿Cuándo se va a callar? ¿Qué
hice para que se ponga así?".
B’’H
Los niños escuchan mejor cuando hablamos sobre nosotros mismos, ya que de esta
forma no sienten que necesitan defenderse ni que los están obligando a hacer algo que
quizás no tienen deseos de hacer.
Es más probable que piensen "Huau, supongo que incluso los adultos tienen que
mejorar. Quizás yo no sea tan malo después de todo…", o "Me estaba preguntando de
qué se trataba realmente Rosh HaShaná; esto es muy interesante".
Entonces aquí vamos por un año en el que sermonear y criticar a nuestros niños sea una
cosa del pasado. Hablar sobre nosotros mismos será nuestra nueva herramienta de
paternidad para este nuevo año.