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La confidencialidad del acto médi CO: naturaleza y analisis de ‘ acuerdo con la legislacion mexicana Martin Hernandez Ortiz Contenido: | |.En busca de un principio; I, El acto médi- a; Il. La confidencialidad; V.El papel del derecho: V. La regulacién positva En busca de un principio En el devenir historico ~més acentuado desde el siglo XVIll- se ha presentado cieta clase de enfrentamiento de opiniones en el sentido de delimtar el carécter piblico 0 privado de la informacion, entre lo que debe ser conacido y lo que debe permanecer oculto, entre el qué deci y el qué callar. Asi, cada época y cultura ha inclinado la balan- a para un polo u otro 0 ha optado, no pocas veces, por un equirio entre ambos extremos. Observamos que ese enfrentamiento se encuentra muy acentuado en el debate actual, sobre todo cuando escu- chamos hablar de temas como acceso a la informacién, transparencia, derecho a la intimidad, entre otros muchos Conceptos. Escuchamos argumentos tanto a favor como en contra de una y otra postura, entre aquellos que sefia- lan que todo debe ser conocido o informado y aquéllos ue pugnan por un absoluto hermetismo. Consideramos ‘Que ambos extremos no pueden generar, por si mismos, Un principio absoluto, sino que con apego a la analogia Ge la realidad se debe analizar el acto 0 informacién que Se va a evaluar como privada o publica. Ese andlsis del acto de informar o de dar a conocer debe @fectuarse determinando en un primer momento la Naturaleza de su objeto, y posteriormente, el fn que se busca. Consideramos que sélo asi se pueden emitir ivicios objetivos apegados a la realidad de las cosas Sin embargo, debemos reconocer que no siempre el acto de discemir entre lo pico y lo privado es calicado con base en su objeto y finalidad, sino que hoy en dia la cai cacién se reaiza con base en parametros como pued sere consensoo simplemente la “moda’ ideologica ae encuerite vigente,pretendiendo que la contoversia lo privado y lo pibco siempre depender del moment histérico que vive un pals. Lo anterior seo puede conduc. a una relativizacién del caracter publico o privado d cierta informacion. ; Esta relatvizacion dependiente de meras circunstancias ‘emporales puede levamos a un ocultamiento del verdadero bien del hombxe, gen estard sujeto a los vaivenes que org fan las meras opiniones, lo que puede conducir a revelar 10 que de suyo debe ser privado, 0 por el contatio, a calla ‘quello que por su objeto 0 por su fn debe darse a conocer De este modo caben las preguntas: cexiste una base objetiva de la cual partir para encontrar el verdadero 164 ‘equtio entre priv yl pio, o bien, la Unica ver- dad en tomo a encontrar estos extremos es precisamente ‘su relatvidad, dependiente de las meras cieunstancias ccidentales? y por Ultimo, zexistré un principio -en el sentido que lees propio- que como tal deba ser el punto de partda de toda argumentacion en favor 0 en contra? La reflexin anterior de ningin modo es ocosa, sino por el contraro, es sumamente necesaria pues en un mo- ‘mento dado una inadecuada respuesta a lo que se debe conocer o callar puede afectar los derechos de una persona, a cual puede verse afectada en su derecho a la intmidad. En efecto, lo que essen juego es la intmidad de una caractristica propia del se personal, enon ciendo este concept como "a concencia qu cade uno ce osotes See como suet irepetle! Se faa deo més profundo de todo hombre, de su propio nucleo, en hr sacs semen cress pinot ‘Tenemos asi por un lado, la relativizacién de lo que debe ser cansierao pin 0 privacy por lo a fomu \ laci6n de criterios objetivos que delimiten ambos campos. CConsideramos que sis@ rata de un problema del hom bre, como tric ente que gaza de intimidad, lo mas ade- G7 es partir de la pregunta: zqué es el hombre? unta necesaria y fundamental, pues pensamos que es evidente que de la vision o idea que se tenga de hom "1 bre depender a postr que se apye ara dar respuesta al iterogarte plateadacosideramas ~ comeriente pat de datos inmediato o empiric, como [oes l dato de que el hombre goza de ibertad ~creemas que es ineuestonable este dato- para alg, pues en el 50 mas extemo siempre tend la posibiidad de dec (que no, asumiendo las consecuencias que elo coleve, La h Ibertad hurana es una noi disnva del ser hurano. ‘Ahora bien, para qué gozar de una libertad, © mejor dicho, para qué tener ciel Facultad de ejercero realizar un acto bre si se dependerd de siuaciones ajenas al propio ser bre. Por qué tener la poencialidad de decir ro revelar una informacion, si ello dependeré de valores externas o reativs a las orcunstancias. Consideramos que seria absurdo gozar de ibetad y estar sueto meras stuaciones accdentales y extemas al hontre, seria tanto como plantearse: para qué el hombre tene la facultad del habla o calar, sino dependerd de &l hacer uma cosa u ata, si, en cambio, va a depender de otros hacerlo 0 na. Creemos que suoede lo mismo en la rlacién ent intimidad y Iibertad. Gazamos de una inimidad, pro también tenemos la faculad de revelaria 0 no, y si esto. Clependeré de crcurstancis aenas 0 relatvas a hechos cis, resutaocioso tener ibertade intmidad. Luago enfonces, sie goze de una factad coma la Ibertad sem re cabe la posibidad de eerert,incuso no hacerlo de- muestra la evistencia de ésta; es coma sefialar que la esclaviud s6lo se comprende a a luz de libertad Hemos dado un paso frente al eativsmo, pues al menos ‘hora saberas que a privacidad de un acto del sujeto no epende en primera instancia de un hecho ajano 3 él ‘mismo, Creemas que lo anterior puede ser un argument contra el consensualsm, y que por ende una mayoria de sujtos, por muy grande que sea no puede interfer en la intmidad del hombre para hacer que su intimidad pase de lo privado alo pico. ‘Sin embargo, eso no es todo, pues ahora falta ceterinar si esa libertad es absolute en el sueto para elegi de ‘manera indisciminada, Para ello encontramos dos datos dados por la experiencia, por un lado el cracter rla- clonal del hombre y por el oto que el hombre, en cuanto su pertenenca al género human, tene un modo de ser que lo have serlo que es. Respecto al primer punto, es evidente que el hombre es un sercon, lo que nos leva ala exstencia de princpios, bisioos que ran ls relaciones a lo humano, siendo un principio no daira ato, de lo que se sigue que un acto riunca puede estar encaminado a buscar o patipar un mala to, polo que libertad del hombre debe respetar su vez la libertad del oto y sila ibertad se raduce en esa bisqueda de un mel a otto y ésta es conocda por otro homie, éste timo tiene el deber de revelar ese secteto para evitar el da, Pero ademas tenemos que nuesto hombre es un ente racional,y pro tanto digno la dignidad sin dua viene @ ser el citer fundante de too actuar, pues sto a través de la dignidad personal entendemos los derechos hhumanos, vidos en todo tempo y lugar, que si bien en Clertas épocas no fueron respetados no por elo implica {que la persone no los tuviera, tan esas que hoy lo condena- mos y que si bien muchos intentan justiicar o entender ‘es0s actos de suyo malas, creo que de ningun modo se puede aceptar. Consideramos que entre justficar y aceptar hay una gran ciferencia, Reconocemos que la persona ha estado sueta a cambios, pero cambios acidentales,y que la ciencia y la teenologia han aumentado la calidad de vida, pues es cierto que ahora se vive diferente, que la hhumanidad ha atravesado por momentos dolorosos, mo- mentos de éxito, de alegrias y tristezas, pero que ni el vance cientifico mas notable ha cambiado al hombre de tal manera que haya dejado de ser hombre. Todas estas Circunstancias de cambio descansan o al menas deben descansar en una base o cimiento que es el ser personal Concretamente respondemos que el relativismo es insostenble, pues precisamente lo relativo y cambiante debe descansar necesariamente en algo estético, pues el cambio sélo puede darse en lo que permanece, por lo que si pretendemos encontrar un criterio sdldo y objetvo para

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