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(fragmento)
"ARGAN. -La razón de que, encontrándome enfermo -porque yo estoy enfermo-, quiero tener un hijo médico,
pariente de médicos, para que entre todos busquen remedios a mi enfermedad. Quiero tener en mi familia el
manantial de recursos que me es tan necesario; quien me observe y me recete.
ANTONIA. -Eso es ponerse en razón. Cuando se discute pacíficamente, da gusto. Pero con la mano sobre el
corazón, señor, ¿es verdad que estáis enfermo?
ARGAN. -¡Cómo, granuja! ¿Qué si estoy enfermo?… ¿Si estoy malo, insolente?
ANTONIA. -Conforme, señor; estáis malo. No vayamos a pelearnos por eso. Estáis muy malo, lo reconozco;
mucho más malo de lo que os podéis figurar, estamos de acuerdo. Pero vuestra hija, al casarse, debe tener un
marido para ella, y estando buena y sana, ¿qué necesidad hay de casarla con un médico?
ARGAN. -Si el médico es para mí. Una buena hija debe sentirse dichosa casándose con un hombre que pueda ser útil a
la salud de su padre.
¿Por qué?
¿Que no consentirá?
ANTONIA. -No.
ANTONIA. -Vuestra hija, que no quiere oír hablar del señor Diafoirus, ni de su hijo, ni de ninguno de los
Diafoirus que andan por el mundo.
ARGAN. -Pues yo sí. Además, esa boda es un gran partido. El señor Diafoirus no tiene más hijo ni
heredero que ese; y el señor Purgon, que es soltero, lega en favor de ese matrimonio sus ocho mil duros
de renta.
(ANTONIA, la criada, ante la situación de que iban a casar a la hija de ARGAN con un médico
al que ella no quería, se hace pasar por médico para desacreditar al futuro yerno)
ANTONIA. -Soy médico ambulante, que va de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, buscando
materiales para sus estudios: enfermos dignos de ocupar mi atención y de emplear en ellos los grandes
secretos de la medicina, descubiertos por mí. Tengo a menos distraerme en menudencias, en
enfermedades vulgares, en bagatelas como reumatismos, fluxiones, fiebres, vapores y jaquecas... Yo
busco enfermedades verdaderamente importantes: grandes fiebres continuas, con trastornos cerebrales;
buenos tabardillos, grandes pestes, hidropesías ya formadas, pleuresías con inflamación de pecho...; esas
son las enfermedades que a mí me gustan y en las que triunfo. Ojalá tuvierais vos, señor, todas estas
enfermedades que acabo de nombraros y os hallarais abandonado de todos los médicos, desahuciado, en
la agonía, para poderos demostrar las excelencias de mis remedios y el placer que experimentaría siéndoos
útil.
ARGAN. -Os agradezco en extremo vuestras bondades. ANTONIA. -
Purgon.
ANTONIA. -En mis anotaciones sobre las eminencias médicas no figura ese nombre. Según él,
¿qué enfermedad tenéis?
ARGAN. -Él dice que es el hígado; pero otros afirman que el bazo. ANTONIA. -Son
pulmón.
- Justamente, el pulmón.
A El arquetipo de usurero.
B El personaje hipocondriaco.
A De amantes.
B De padre e hija.
C De criada y amo.
D De esposo y esposa.
A La incorporación de diálogos.
D La ironía de un hombre con beneficios que busca desposar a su hija con un médico.
A Obstáculos.
B Nimiedades.
C Liviandades.
D Inseguridades.